ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA N.º 12 |
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EDITORIAL | LOS DECIRES DE UN VIEJO VERDE | ALEJANDRA PIZARNIK | ||||||||
¿ERA ROMA? | EL PRIMER DESEO HUMANO | |||||||||
MARISA RODÉS PUEYO | ¿SOY VERDADERAMENTE UNA MUJER? | ¿SABÍAS? | ||||||||
ROSA ALONSO FERNÁNDEZ | EL HOMBRE ES UN LOBO PARA EL HOMBRE | EL TIEMPO NO PASA IGUAL PARA TODOS | ||||||||
RICARDO CLEMENTE | PSICOANÁLISIS Y VERDE ECOLÓGICO | ENTRE PALABRAS | ||||||||
Mª CRUZ LÓPEZ | DISCURSO DE AMÉRICO | ENTREVISTA A JOSE LUIS COLL | ||||||||
MARTINA KAPLUN ASENSIO | POESÍA EN LA CIMA | REQUIEN | ||||||||
¿Y A USTED QUE LE OCURRE? | RAFAEL ALBERTI | UN MARTES CUALQUIERA | ||||||||
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DISCURSO
DE AMÉRICA ¿Quién, me pregunto, estará preocupado por la locura sino quien la ha rozado? ¿Quién habrá de interesarse por la poesía, sino el blasfemo? El que todavía no pudo levantar sus faldas y hundirse en ella para siempre. El que no soportó el olor a vida de la poesía. Ese, es el que está preocupado por ella. |
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ENTREVISTA A JOSÉ LUIS COLL "Es más fácil hacer humor bajo dictadura que en democracia" |
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Si la escritura habrá de ser la base material de las ciencias, éstas padecerán más allá de sus padecimientos, el padecimiento que por ser escritura, padece. Su verdad nunca coincidirá con el tiempo de su aparición. Y así es que el hombre sigue padeciendo una moral que ya se desmoronó en los libros. Palabra la del psicoanálisis que más que saber de sus alcances, sabemos de las resistencias que se oponen a sus posibles alcances. Una palabra que por atentar contra lo único que el hombre tenía de sí, su propia conciencia de sí y como sabemos la conciencia siempre es forjadora de poder, el psicoanálisis, en su desarrollo tuvo que enfrentarse no sólo con la resistencia de sus practicantes a encontrarse con sus propios deseos inconscientes, sino también en su desarrollo, con los modos represivos de los esta dos. Hay algo en el psicoanálisis que más allá del sujeto, nos habla del estado, que más allá de su poder en transferencia, se atribuye como instrumento de conocimiento la capacidad de lectura de los modelos ideológicos. Conocer será interpretar lo reconocido, más que para alcanzar otro nivel de comprensión, para transformar lo visto y tocado (lo reconocido) en otra cosa. Porque la interpretación no está en los hechos, sino que los hechos sólo existen después de ser interpretados. Y sólo existen para transformarse en otros hechos ya que la cadena significante no dejará de fluir. Porque si esto aconteciera, no habría de ser la interpretación una interpretación psicoanalítica. Si esto ocurre, podemos decir finalmente, alguien teme por las palabras que tendremos que llegar a pronunciar. Y que en todos los casos serán palabras que tendrán que ver con nosotros, porque del hombre sólo temo, las palabras que de él me otorgan una medida de lo humano. LA DIRECCIÓN
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![]() Tal vez sea por eso que a veces se escucha decir que el psicoanálisis no sirve para nada. Y este para nada pertenece a una frase incompleta que sería: el psicoanálisis no sirve Psicoanalizarse es,
entonces, para nada de lo que yo creía. y entonces lo que toca es renunciar a nuestros creeres. Sin embargo, se prefiere renunciar a un nuevo pensamiento que a una vieja opinión. Incluso se prefiere seguir enfermo que aceptar un tratamiento, de hecho ocurre que se tiene más miedo al psicoanálisis que a la locura. |
Por eso que reducir el psicoanálisis a una terapia es reducir los alcances del psicoanálisis, en tanto es una nueva manera de pensar que hace surgir en cada uno un nuevo hombre, una nueva mujer, un nuevo padre, una nueva madre, una nueva manera de vivir y morir. El psicoanálisis nada tiene que ver con la medicina y no es por tanto una medicina alternativa, ni siquiera un método curativo o bien algo útil para la sociedad, sino que es algo sin lo cual ya nada puede vivir. ¿Nos podemos imaginar el arte sin el psicoanálisis. ¿y la publicidad? ¿La literatura, acaso? ¿El cine? ¿La televisión? ¿La ciencia? ¿La religión? ¿ Y el ser humano? ¿ Y la manera de conversar? Y todo aquello que se nos pueda ocurrir. ¿Ya usted que se le ocurre? Interrogante que nos hace caer, una vez más, en el psicoanálisis. Psicoanalizarse es, entonces, entrar en un nuevo mundo sin salir del mundo. Amelia Díez Cuesta |
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10.- Al principio, por nada del mundo, ella quería masturbarse delante mío. Después junto a otras compañeras fue delicioso y sencillo. Yo en esas ocasiones contenía la respiración y no decía nada, hasta hoy que lo escribo. 11.- Yo cuando la conocí a ella, dejé de masturbarme. Me daba miedo no poder con ella y sus amigas. Hoy lo pienso como una tontería de mi parte. Ella me hubiera deseado igual y, en definitiva, sus amigas no eran tantas. 15.- Al
cuarto día de habernos encontrado, exactamente, cuatro días después de haber
hecho el amor por primera vez, ella me dijo que tenía miedo de morir. Yo la
quise consolar diciéndole que dos personas que se amaban no podían morir. 21.- Al tiempo, ella, practicando consiguió hacer todas esas cosas, conmigo y, también, con otros hombres. 23.- La libertad y la muerte se parecen, me gritaba al oído. El odio y el amor vienen siempre mezclados. Resucito y te mato, gritaba con vehemencia, y cuando más te amo es cuando soy infiel. 26.- Yo casi nunca le decía nada, hasta que un día, los dos sentados a orillas del Guadalquivir, haciéndole una toma de karate australiano, antes de partirla por la mitad, le hice prometer por Gardel y Manuel de Falla, que haría todo lo posible para curarse. 29.- Confieso estar en contra de todo. Pero de todo no. El sol,
ciertas caricias, ciertas mujeres tendidas en el sol. Ciertos soles
acurrucados en tu bajo vientre. |
Aclarando mejor la frase sería: Confieso estar en contra de todo lo que me pasa, el mundo me gusta, la vida en general me resulta vibrante y, para demostrarlo, riego todos los días mis plantas, como si me interesara que crecieran. 31- Hoy dejaré todo sueño para poder soñar.
Sólo se escuchará el rumor del verso. 32.- Volvimos a beber para festejar, nuevamente, el triunfo socialista en nuestra nueva Patria. Mientras ella, borracha, recordó por su cuenta todo el pasado y se liberaba plenamente, yo escribí este poema: Escribir
hasta romperme las manos escribiendo,
Me debo a mí y, también, Me veo cantando las vídalas hasta quedar sin
voz. Abro la boca y miro cómo el mundo se parte en mil pedazos. Áspera roca, 33.- A la mañana siguiente, y eso que entre los dos
ni llegamos a los cien años, ella me dijo: Y yo, tranquilamente, le contesté: Después vendrá, también, la oscuridad y besaré esos labios de sombra. 36.- Después de un intenso silencio yo le dije no tener más nada que decir, que lo había entendido todo, que me había llegado la hora: Yo, también, haré escuela y, aún, tratando de diluir la cuestión: Es espejo del alma lo que no fue Sí, me dijo ella y nos abrazamos, por primera vez, con cierta ternura. |
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Esta vez paseaba por las calles de Roma como tantas otras veces. Siempre que mi estado de ánimo no era del todo bueno, llegar caminando hasta la plaza del Vaticano me relajaba bastante. Caminaba cabizbaja sin ninguna intención, la único que necesitaba era estar sola y pasear. Doblé varias esquinas, recorrí paseos y calles hasta que, sin darme cuenta, me encontré en un barrio desconocido, claro, iba tan sumergida en mis pensamientos que no fui capaz de asegurarme de que seguía el camino correcto. Pensé «tomo un taxi y listo». Me dirigí calle abajo para ver si encontraba alguno, pero tras andar una media hora no conseguí mi propósito. Había algo extraño en ese lugar que no podía detectar, el silencio reinaba y las calles permanecían desiertas, tanto de gente como de coches. De repente una nube gris se posó encima de mí, era pequeña, justo como mi cuerpo, me cubría entera y seguía con toda precisión mis pasos, me recordaba a los dibujos animados. En un principio me pareció gracioso pero al darme cuenta del fenómeno empecé a no entender nada. Retomé el camino andado e intenté volver por el mismo sitio, pero fue imposible, a medida que avanzaba, ante mí nacían varios caminos, era una especie de laberinto. Angustiada, desesperada, corrí sin pensar en nada, mi corazón palpitaba deprisa, mis manos sudaban, era como una pesadilla. Quería despertar aunque todo intento era en vano. A través de mis ojos cubiertos de lágrimas, ví a lo lejos una pequeña casa con luz, corrí más deprisa para intentar alcanzarla, cegada por la angustia, por el miedo, la velocidad de mi carrera aumentaba considerablemente. A medida que creía acercarme, la casa aparecía ante mis ojos más lejos, no lo podía creer. El sudor invadió todo mi cuerpo en una tarde de invierno. La angustia retardaba el tiempo, todo sucedía a cámara lenta, a la vez que los días y las noches se encadenaban en una escena totalmente surrealista. iQué pasa, qué me está pasando! gritaba desesperada a la inmensa soledad del vacío. Algo me hizo tropezar y como águila rapaz en busca de su presa, caí en picado en la profundidad de un abismo durante horas. En el trayecto pasaron por mi mente escenas de toda mi vida, el momento había llegado, mi colisión con el suelo sería mortal. Sentí cómo el mar, atravesaba mi cuerpo, sentí el calor de la lava en las chimeneas de varios volcanes y cuando veía el final, cuando el presagio era la muerte, me desperté en la mesa de operaciones del Hospital Clínico de Madrid, donde una voz profunda me dijo: -Ha sido niña. Magdalena Salamanca Gallego |
¿SOY
VERDADERAMENTE Ya habíamos llegado. En los momentos cruciales solía recordar tu cuerpo, territorio desconocido, paisaje nuevo G1 cada vuelta del camino. Pero hoy era diferente. Habíamos llegado al fondo de la tierra. Más lejos no se podía ir. Sólo cabía entregarse al dios de las profundidades terrenales. Fue cuando pensó, de repente, que lo mejor era volver a la superficie. Varios de nosotros asintieron enseguida. Tantas semanas lejos del sol les abrumaba. Por mi parte, sin legar a sentirme mal, me callaba, como distraída. Algo me impedía tomar una decisión, algo me impedía volver atrás. Sentía confusamente que llegar no era llegar. Quien pensaba haber llegado no podía sino volver. Mas, el paraíso era este momento. Su perennidad lo hacía valioso: daba fuerza y un toque de desesperanza a nuestros mejores abrazos. Esta vez, sin pensarlo dije: .«Yo me quedo...» Y al decirlo supe que para mí el viaje empezaba de verdad. Un viaje sin sobresalto, sin locuras ajenas, sin carreras despavoridas, sin angustias innecesarias, sin procacidades ni vómitos matutinos. Esa vez empezaba lo que siempre había deseado: el teclear, la pantalla vacía, mis manos y esas palabras siguiéndose una a otra, sin prisa, sin demora, como el agua que surge y ya no se detiene sino en un remanso, un torbellino, en los recodos de su propio camino. Se alejaron, sin mediar palabras, aspirados ya por la luz del día, por algún sueño infantil que decían seguir buscando. Para mí, el viaje ya no era andar por precipicios y barrancos, ni buscar más sentidos a la vida. Ahora me tocaba, sin pensar, juntar palabras... Entre líneas y líneas seguir las sor- presas infinitas de tu cuerpo infinito, la sorpresa siempre renovada de un amor que se cuida y esas palabras torrenciales que seguían avanzando sobre todo... El fondo de la tierra era germinar, ensanchar los pulmones, respirar hondo, sin descanso, sin tiempo ya para los sueños ya que tanto habíamos soñado. Esta vez no se trataba ya de nuestra vida. Así que me quedé quietecita, sin moverme, sin apenas respirar para que a ninguno de ellos se le ocurriese la idea de arrastrarme a la fuerza hasta esa luz que a ellos les parecía la luz del día... Claire Deloupy Marchand
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EL HOMBRE ES UN LOBO PARA EL HOMBRE
Recordando aquel refrán que dice: el hombre es un lobo para el hombre, ¿quién se atrevería a refutarlo después de los últimos acontecimientos en Zaire o en Bosnia. De allí pues, el despliegue de métodos destinados a que los hombres se identifiquen y entablen vínculos amorosos coartados en su fin. De allí las restricciones de la vida sexual y también el precepto ideal de amar al prójimo como a sí mismo, precepto que efectivamente se justifica porque ningún otro es tan contrario y antagónico a la primitiva supuesta naturaleza humana. La cultura espera poder evitar los peores despliegues de la fuerza bruta concediéndose a sí misma el derecho de ejercer a su vez, la fuerza frente a los delincuentes, pero la ley no alcanza las manifestaciones más discretas y sutiles de la agresividad. Sería injusto también reprochar a la cultura el que se pretenda excluir la lucha y la competencia de las actividades humanas, factores seguramente imprescindibles. Es necesario a su vez destacar que rivalidad no significa hostilidad, sólo se abusa de ella para justificar a ésta. Por lo que se ve a diario, al hombre no le resulta fácil renunciar a la satisfacción de estas tendencias agresivas. Una salida muy difundida, es cuando un núcleo cultural restringido ofrece la muy apreciable ventaja de permitir la satisfacción de estas tendencias, mediante la hostilidad frente a los que han quedado excluido de aquél. Siempre se podrá vincular libidinalmente entre sí a mayor número de hombres, con la condición de que sobren otros en quienes descargar los golpes. En cierta ocasión Freud se ocupó del fenómeno donde las comunidades vecinas y aún
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Jaime Icho Kozak
Muchas veces he pensado que nuestra diaria tarea en la Clínica Psicoanalítica tenía -si ustedes me permiten- algo de ecológica, en el sentido de que muchas de las dificultades y los trastornos que los humanos padecemos en el amor, en el trabajo, en las relaciones sociales, en la creación, son debidos a que esos campos se vuelven intransitables o de penoso tránsito por estar contaminados de las relaciones familiares infantiles que todos guardamos como un tesoro, aunque sostenerlas -de manera inconsciente- nos conduzca a un empobrecimiento del cual, por otra parte, no dejamos de quejarnos. Y sabemos que la queja es la acción que mejor garantiza que no habrá actos de transformación. En este sentido, el Psicoanálisis, lejos de pretender una recuperación, es mediante la mencionada «descontaminación» que produce una salud que nunca se tuvo. En cuanto a la Poesía, ella parió el origen de todos los comienzos, se teje en el lenguaje al que origina e inventa -con pasión y trabajo- que las palabras lleguen a ser lo que son. Las palabras, siempre de segunda mano, muchas veces vaciadas de sentido, otras tantas obesas por la grasa del exceso de información, también necesitan una permanente regeneración, una descontaminación, nuevas relaciones. Y ahí es donde la Poesía, esa pequeña y fuerte traición al sentido común, a la metálica beatitud de las costumbres, ataca las combinaciones congeladas donde desfallece la combinatoria. Poesía y Psicoanálisis como nuestro cotidiano aporte a toda generación de vida, de amor, de arte, ahí donde los sistemas, para preservarse, no dudan en controlar o asfixiar todo deseo y toda producción. Emilio A. González Martínez
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POESÍA, PSICOANÁLISIS,
LOCURA ¿ Quién, me pregunto, estará
preocupado por la locura sino |
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Sentado frente a la máquina, giro regularmente, equidistante del eje terráqueo y, en ese preciso instante, me traslado describiendo una elipse en torno al sol y, en ese preciso instante, hermanado en lo mineral de mi sangre con la estrella caliente y con los planetas esteparios, vamos hacia una lejana constelación a la que nunca llegaremos porque no es Ilegar lo imposible, sino el itinerario de una firme dirección incongruente. Difícil es volver ahora de los confines del universo sin sexo. Ya que el hombre no ha inventado aún una peluca para la caída del sexo, y no es que le falten medios (imaginación, o fetichismo) sino que el sexo no cae. En su camino puede morder la fresca manzana o arruinar la dentadura del traidor, retorcerse hasta casi desaparecer, poner su firma en el mármol intemporal de la cultura, crecer hasta ensombrecer la mirada de los poderosos, pero no cae, no se deja atrapar por ningún orificio, por ninguna altura. Una chispa que sin parecerse a ninguna otra, no es extraña al fuego. El tiempo de la subversión del sujeto, ahogado entre mapas de guerra, folletines reivindicativos y la punzante cronología del salario. El acceso al orden simbólico no implica la abolición de la carne, sino que la circulación de palabras abarca también la circulación de la sangre. Letras cuyo carácter las acerca a esos números de que están compuestos todos los números, y por ser subyacentes a todo átomo de lenguaje capaz de sentido siguiendo el hilo de una metáfora, en sus iluminaciones, pondrá a la palabra su valor de evocación. El tiempo de la subversión del sujeto, ahogado entre mapas de guerra, folletines reivindicativos y la punzante cronología del salario.
Esperanza fallida la verdad de la nada, donde la poesía anuda su desconocimiento de ser con el futuro, donde la muerte llenará lo que ella misma fue, el agujero de la propia imbecilidad del hombre enterrado en la tristeza de no saberse único. Poesía, Psicoanálisis, Locura, deberían llamarnos a reflexionar por el verdadero ausente, la Muerte. Estoy aquí amor, tengo todo el dolor, sana alegría, de saberme incompleto en estas cosas de los pueblos; las noches de los pueblos, los simples asesinatos por algún pesito o algún besito dado inapropiadamente o bien una miserable cuota de prestigio. Escándalo apretujado de ficciones, infernalmente puesto en mí, viajo hacia los espacios que conviven en uno desde el hacedor manantial de la locura. Nuestra conversación goza de detalles que la hacen una conversación interesante y no porque entre nosotros habrá dinero, porque no lo habrá, y su consecuente trabajo realizado del que estoy dando una muestra, sino más bien estoy proponiendo dejar que hable en nosotros lo que de |
humano es capaz de hablar. Y si damos este paso, no sólo las ciencias han quedado a nuestras espaldas, sino también, lamento decírmelo (porque yo soy su enamorado) habrá quedado a nuestras espaldas, también, la poesía. Y si ha de ser algo bueno para vosotros que algunas de las piedras que se interponen en vuestro camino queden a vuestras espaldas; no ha de ser bueno para mí que quede a mis espaldas" precisamente, aquello que había de sostener, en mi discurso, frente a ustedes. Porque poesía y ciencia son, quiero deciros, un límite casi biológico, frente a la dimensión de la pasión que quieren encubrir, y que, hoy, ha traído un poco de ella el título de la conferencia, ya que de la locura se trata cuando queremos descubrir los límites de la creación, para con ese límite y sin más, encontrarle un sentido a ella, la locura, invitada hoy, más por sus honores que por los nuestros y sin embargo, capaz de dejarse arrastrar como una cualquiera entre nosotros, para que hagamos de ella, y precisamente contra ella, un modelo contable, que si no cura del todo al paciente, por lo menos, curará un poco al psicoanalista. Cuando hablamos de poesía, no hablamos de una poesía que nos descubra el centro del amor, sino de una poesía que produzca amor en los hombres. Más que una ciencia para descubrir sentidos, una ciencia que no deje tranquilo ningún sentido, ninguna verdad. Un método que más que revolucionar se revolucione. PRE-SCRIPTUM La diferencia entre la escritura y lo que el hombre que escribe puede con su vida, es un drama que hasta ahora sólo pudo ser solucionado con la muerte, la locura o la terrible enfermedad, en todos los malditos o en aquellos que sin llegar a serio lo ambicionaban. La vida de la escritura es la vida de la escritura y la vida del escritor es un mínimo inconveniente que la escritura supera en todos los casos. Pretender, hasta ahora por lo menos, hacer concordar la vida de la escritura con la vida del escritor, es en todos los casos llenar la escritura de opacidades. No, como se dice, una vida humana que por darse a la escritura dejará en ella una marca, sino una vida que al ser sujetada por la escritura recibirá de ella una marca, que en todos los casos es, como sabemos, insoportable. Si la escritura, es decir, la formación material histórica de la producción del lenguaje escrito, ha de ser materialidad de toda producción científica y literaria. No ha de ser ella la que se verá sobredeterminada por el sujeto psíquico que, ella misma, utiliza en su realización. Sujeto que padecerá, al caer bajo la sobredeterminación del sistema escritura, un desvío, precisamente en aquello que por ahora le determina como sujeto del inconsciente y como sujeto de las relaciones de producción. La escritura no respeta ninguna enfermedad, ni ninguna posición de clase, ella dispone de sus propias categorías, ella otorga posiciones de clase que nada o muy poco tienen que ver con los sistemas de producción imperantes. Digo,
sin saber si será necesario llegar a una demostración, que el de la
escritura es un sistema otro que el sistema Otro donde el sujeto es,
insisto, por ahora, la intersección de dos encadenamientos, a un otro de
otro y a un Otro de él. Y escritura, es todavía, si me animo, diferente a escribir. No es el trazo, es el tiempo del trazo, es decir, su propia temporalidad. Escribir de aquello que nos enceguece para usarnos en su desarrollo es fuerte, algo así como intentar detener mi propia circulación sanguínea para estudiarla, ella no se lo permitirá a nadie. Detener su curso para que alguien pueda poseerla, para que alguien pueda decir algo de ella, antes que ella misma produzca sus sentidos, ni me lo puedo imaginar. Y sin embargo sé, que sin imaginación será imposible, insistiré, se ve que todavía me dan miedo nuevas combinaciones. Edipo todavía me domina, todavía estoy esclavizado a dos ilusiones: Tener el valor, Tener el falo. Todavía deseo sólo ausencias, soy un amante de la inmortalidad, temo la infinitud, prefiero que el mundo siga siendo: un poco de dinero y la fotografía de mis familiares muertos. |
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CUANDO
SE NOS Entonces, Como
por transparencia Era
una jacarandá que, marinero, Abuela, ...Se
presentan quién sabe qué rincones, Me
llorarán los robles, Manteles ...Se
presentan quién sabe qué retazos, Hermana. ...Mas
de pronto, quién sabe qué agua dulce ...Se
presentan y no sé qué decirles.
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Un recién nacido, crece porque hay quien lo mira, lo habla, 10 piensa, 10 cuida, si no moriría. Deseo humano que se repite ante cualquier situación novedosa de la vida en la búsqueda de la satisfacción de la primera demanda satisfecha y que, debemos saber, no se volverá a encontrar, pero pone en marcha un circuito de crecimiento. Frente al apremio de la vida, a la urgencia de que alguien asista al recién nacido para que no muera, acontece una primera satisfacción de esa necesidad, de ese apremio. El primer deseo debió ser, realizando una construcción teórica sobredeterminada por el concepto Inconsciente, decimos el primer deseo debió ser la carga alucinatoria del recuerdo de esa satisfacción, primera vez que nunca más volverá a encontrarse, aun- que la compulsión a la repetición determine un movimiento de incesante búsqueda, surgiendo entre la necesidad y la demanda, entre lo que pide y 10 que consigue, un resto: el deseo. Con el Principio de Realidad en Psicoanálisis podemos diferenciar realidad material de realidad psíquica, percepción de alucinación. Principio de realidad que no funcionaría sin el Principio de Placer, poniendo en marcha el pensamiento, recorriendo huellas mnémicas anteriores en el intento de hacer coincidir el objeto percibido con el deseado y ahí tender a la satisfacción. El Principio de Placer tiende a la descarga de tensión, utilizando descargas motoras, apartándose de todo aquello que suponga displacer. Ocurre que hay que soportar cierta cuota de displacer para hacer frente a situaciones novedosas de la vida: estudiar, escribir, un amor, entonces el principio de realidad viene a «decirle al sujeto psíquico» que es necesario una cierta cuota de tensión, que debe aplazarse la descarga motora instantánea para aprender a pensar, a estudiar, a amar. Es por ello que a veces el pensamiento, una acción adecuada, puede verse perturbada por el afecto. El Psicoanálisis posibilita transformar los balbuceos en palabras, las palabras en frases, en definitiva pensar, escribir, amar, para ello se requiere un tiempo a construir, a través de un trabajo, cuyos efectos son transformadores y creadores de lo nuevo en el ser humano.
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Posibilidad que sólo a través del Psicoanálisis se consigue, al actuar éste dentro de un campo delimitado teóricamente. Para hablar, leer, querer, amar, no es necesario aprovecharse de los pensamientos revolucionarios del siglo XX, ya antes se hacían, pero al igual que la tecnología trajo al hombre avances que cambiaron su vida (hoy no se concibe un mundo sin teléfono, lavadora...) el Psicoanálisis le trajo al hombre, este siglo, el avance, el descubrimiento, la invención del Sujeto Psíquico. V se puede pasar por esta vida sin lavadora, sin teléfono, los humanos tenemos la edad de nuestros prejuicios. V, ¿usted se anima a construir su sujeto psíquico para poder disfrutar del biológico que hay en la especie? Después de hablar, leer, escribir, puede aprender a desear. Carlos Fernández del Ganso. Que el psicoanálisis parte de los efectos y elabora teóricamente las causas. Causas que no se agotan en los efectos. Que partiendo de las causas podemos reconstruir los efectos pero nunca en su totalidad. El que soporta esa incertidumbre continúa estudiando psicoanálisis. Que el inconsciente es errático, porque para ser, lo primero que funciona en él como deseo es el desplazamiento. Nunca dice lo que es porque, si bien se genera entre palabras, no está en las palabras, sino que en las palabras está lo que digo del deseo y eso ya es algo que digo del deseo, no es el deseo. Que el modo de exposición es reunir en la materialidad que da la escritura una secuencia ordenada e inteligible de lo descubierto, sometiendo lo descubierto al proceso de la escritura. Por lo tanto, el descubrimiento como tal nunca llega a nosotros. Que sin el método de investigación no hay descubrimiento, y sin método de exposición no hay producción del descubrimiento como conocimiento. Sin proceso de investigación no hay campo. Sin proceso de exposición, el campo carece de materialidad que lo objetiva. |
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EL TIEMPO NO PASA IGUAL PARA TODOS El paso del tiempo, la decadencia del hombre, la vejez, la enfermedad y la destrucción de toda obra humana ha provocado en el hombre una angustia profunda. Desde raíces inconscientes ha tenido que luchar contra este sentimiento profundo de que la batalla estaba perdida. Investigando entre los pueblos arcaicos se pueden encontrar una serie de ceremoniales que utilizaron en la lucha contra la fuga irreparable del tiempo. Uno de estos procedimientos entre consolatorios y tranquilizantes es el calendario que nos asegura que el tiempo vuelve y se repite. El año, el anillo, que vuelve una y otra vez sobre sí mismo, renovando la vida fue uno de los artificios que el hombre empleó contra el sentimiento de derrota que el tiempo ocasiona. Esta idea de la repetición anual estaba unida a la idea de la repetición de la creación y la anulación del tiempo que perrnitiría el regreso de los muertos. Encuentro que otro de los recursos que el hombre ha empleado en su lucha contra el tiempo que huye es la creencia de que existe un momento sublime en el que todo cambiará para nosotros, que no seremos ya quienes somos o, dicho de otra manera, recuperaremos nuestro ser verdadero. Con ello quedaremos fuera de esta larga búsqueda que es la vida. En una época del año, bien en un equinocio, bien en un solsticio, se celebraba la muerte del tiempo viejo y la aparición del tiempo nuevo. No se trataba de un volver a empezar la cuenta del calendario, sino de una recreación del universo. Por esta razón en las fiestas del año nuevo existían rituales de expulsión de los demonios, de los pecados y de las enfermedades. Entre ellas Frazer nos cuenta el ceremonial del «chivo emisario» que era expulsado al desierto para que muriese y con él las enfermedades que previamente, por medio de magia, se le había adjudicado. También se realizaba la expulsión de los diablos por medio de ruidos, gritos y golpes, persecuciones por las calles. También podía haber mascaradas, orgías, ceremonias de iniciación de los jóvenes, etc. Pero me reduciré a resumir un ceremonial babilónico que nos narra Mircea Eliade. El ceremonial del Nuevo Año babilónico se llama akitu. Es muy antiguo y parece que ya existía en la época sumeria. Se trata de una de las más antiguas ceremonias conocidas históricamente. La ceremonia duraba doce días, durante los cuales se recitaba incansablemente el poema de la creación, precisamente en el templo de Marduk. En este poema se contaba la lucha de Marduk contra el monstruo marino Tiamat, combate que tuvo lugar «in illo tempore» y que terminó con la derrota de Tiamat y la instauración de un cosmos ordenado frente al Caos. Marduk creó el cosmos con los pedazos de Tiamat y creó al hombre con la sangre de un demonio que había sido despedazado por Tiamat. Figurantes repetían la lucha: Tiamat y Marduk, el caos y cosmos luchaban. Junto a este combate también se celebraba la Fiesta de las Suertes en la que se destruían los presagios y se rehacía el calendario ceremonial para todo el año. El rey, era humillado mientras Marduk estaba en los infiernos. Se enviaba el chivo expiatorio al infierno. Se celebraba la hierogamia, reproducida por el Rey y una hierodula en la habitación de la diosa y mientras tanto se celebraba una orgía. A parte de los restos de estos ceremoniales antiguos de carácter religioso, continuamente practicamos «repeticiones», vivimos lo que vivimos como si lo hubiéramos ya vivido. En el tiempo puro, fuera de la enfermedad y del mal, naceremos como hombres nuevos. Se espera el acontecimiento que un día ocurrirá. y todo será distinto. La metamorfosis absoluta. María Jesús García Polo |
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Por Carmen Salamanca Gallego P.-¿Qué es la escritura para ti? |
P.-¿Cómo se hace para decir, en la época de Franco, y que no te prohíban?
Nunca os echaron y, sin embargo, os metíais mucho con el régimen. ¿Dónde
está el límite? |
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Aquel día salió algo más temprano de casa. Como de costumbre, bordeó cautelosamente el cerrado del jardín asegurándose de no aplastar ningún insecto. Mientras se introducía en su vehículo, dió un último repaso a las espitas del gas, esforzándose en recordar las tres vueltas de la cerradura. Todo parecía en orden. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro recompensando el trabajo bien hecho. Trató de ajustar la frecuencia de su receptor, sorprendido al escuchar a Julio Iglesias en lugar del noticiero al que estaba habituado. Frunció el ceño. Miró el reloj de reojo. No le cuadraba haberse despertado antes de hora. Rumió qué haría siete minutos antes dentro de la oficina. Se ladeó para aliviarse de sus picores, esa dermatitis que lo iba despellejando poco a poco. Pensó en la discusión de anoche. Le remordía haberse pasado con Alicia. Se entristeció haciendo balance de tantas broncas por su odiosa intransigencia. Le atormentaba su machaconería; por eso se despreciaba a sí mismo. Alguna vez había tenido la sensación de ser él su principal obstáculo, como, a menudo, solían reprocharle los que padecían con su insolencia insoportable. Arqueó las cejas: no era fácil empeñarse de ese modo en joderlo todo. Una lágrima se deslizó tímidamente por su mejilla, aprovechando unos instantes de desconcierto. El tipo dió un volantazo sobresaltado por un rojo al que no estaba acostumbrado, perdiendo el control del automóvil. La barrera de un paso a nivel le obligó a salirse de la calzada ya estrellarse contra la base del único ciprés en su camino, haciendo su vida añicos. La radio salió ilesa del impacto y continuó solemne su marcha, impregnando el alba con la letra de su canción «Me olvidé de vivir», a modo de epitafio para alguien que nunca realmente existió. José García Peñalver |
Llegó un martes a las 18,45, como tantos martes, y sin embargo, cada martes era el único, con los libros bajo el brazo, dispuesto a robarme el Corazón. Vino
primero desde Buenos Aires: Yo le contesté Como de costumbre: El objeto amado queda siempre sustraído a la crítica. -Cuerpo de mujer, blancas, colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. -El enamoramiento no es sino un revestimiento de objeto por parte de los instintos sexuales. La certidumbre de que la necesidad recién satisfecha no iba a tardar en resurgir, hubo de ser el motivo inmediato de la persistencia del revestimiento del objeto sexual, aún en los intervalos en los que el sujeto no sentía la necesidad de amar . -María, María, ábreme María, acércate, impúdica y desnuda, dame tus labios inmarcesibles de belleza: a Abril nunca llegamos mi Corazón y yo, sólo contamos cien marzos. -Aquél que sabe esperar, no tiene necesidad de hacer concesiones. -Estar contigo la medida de mi tiempo...Me duele una mujer en todo el cuerpo. -Del enamoramiento a la hipnosis no hay gran distancia. El hipnotizado da, con respecto al hipnotizador, las mismas pruebas de humilde sumisión y docilidad que el enamorado con respecto al objeto de su amor. -Amor
se fue, mientras duró -¿ Te vas? , le dije entonces. -No sé si esto está bien, me contestó, despedazar de esta manera los libros... -Los libros están en nosotros, querido y lo besé. Alejandra Menassa de Lucia |
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Los compañeros que confeccionan «Las 2001 Noches» nos han pasado algunos comentarios recibidos acerca del primer número del periódico. Desde Extensión Universitaria, les deseamos toda la suerte del mundo. «Precioso trabajo, enhorabuena.» Juan Ruiz Torres, «He recibido el periódico, Las 2001 Noches, y me alegro infinito que la Escuela de Poesía y Psicoanálisis siga por esos rumbos de buen hacer y decir. » Víctor Córdoba, Poeta. «Me he sentido ilusionado y tranquilizado, porque estimo que faltan pub»
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