ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA N.º16 |
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«Si es posible el poema es posible la vida», «El que repita lo hecho jamás lo conseguirá», «Cuando todo está destruido la única posibilidad es poética», son los fundamentos ideológicos de esta revista, porque la escritura es el cuerpo, el tiempo de toda producción. Pretendemos una página en blanco permanente. Ese ha de ser nuestro lecho de amor y, también, nuestro campo de guerra. El hombre es escritura. Por eso os invitamos a vivir con nosotros en una página, entre palabras combinadas por muchos. El tiempo no es el ser, Diluirse en otros sin tener ninguna filosofía de la dilución. Pero, todavía, no es eso, tampoco es algo más. No es un suspiro ni el viento que lo traza. Tal vez, la nostalgia de un suspiro que no fue trazado. No hubo viento, pero algo se movió en el mundo. Soy ese registro imposible. Un rayo de luz que no se registra como luz. Poesía y Psicoanálisis. EXTENSIÓN UNIVERSITARIA
Karina Pueyo ALGO DEBO ESCRIBIR Corren sorbos de mares azules,
Inés Barrio EL CUERPO DEL POETA Algo de sagrado ritual
Marcela Villavella MÍSTICA QUIROMANCIA La mano de mi poeta
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Luis Schnitmann PUENTE Ensalmos duraderos,
Juan González Díaz SIN EL MAS LEVE APREMIO Acomodamos al pobre invierno
Norma Menassa TIEMPOS Llevo mi ser en andas cada tanto
Concepción Osorio SONETO Esposado a la farola gris de la tristeza,
Anochecíamos, nenúfares pálidos de luna
Emilio A. González EN TU NOMBRE En tu nombre
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Es porque habitamos el lenguaje que nada en el ser humano está fuera de la égida del deseo. Y no sólo comer dejará de ser una necesidad sino que también dormir e incluso morir, así podemos hablar no de la necesidad de comer o la necesidad de dormir o bien la necesidad de morir, sino que por ser seres hablantes estaremos condenados a ser seres deseantes, y así hablaremos del deseo de comer, del deseo de dormir, del deseo de morir, y por lo tanto cuando se trate de un trastorno será de un trastorno del deseo. A la demanda de ser alimentado responde la demanda de dejarse alimentar. Encuentro de demandas. Cuando el sujeto no quiere que la demanda sea satisfecha es porque se mantiene la presencia del deseo ciego e innombrado: el canibalismo. No puede separar el pecho de la madre. No puede pasar de «yo le como a ella» a «yo como». Varias son las cuestiones que pueden ocurrir. Partiremos de la situación donde el deseo de ser alimentado se encuentra con el deseo de mantener ese deseo como demanda, es decir donde el deseo de dejarse alimentar se ha transformado en deseo de demanda de ser alimentado. Ese niño pasa a alimentarse de demanda y comienza una anorexia. Provenimos del sexo y vamos hacia la muerte, por eso que sexo y muerte se anudan irremediablemente para siempre y ese nudo nos sostiene. Así como el amor es lo que sostiene a la especie, el hambre es lo que sostiene al individuo, siendo los trastornos del hambre y del amor cuestiones que se juegan en la constitución de la mortalidad en el ser humano. Es por eso que la procreación está en la base de la sintomatología. ¿De dónde vienen los niños?, es la primera pregunta que nos atraviesa y nos humaniza. Uno de los mitos infantiles acerca de la procreación es la relación entre el alimento y el embarazo. También está la evidencia de que el embarazo está asociado a cambios corporales semejantes a la gordura. No es que no tengan apetito sino que se instala un temor a engordar. En lugar de instalarse la pregunta sobre la procreación podríamos decir que se instala la sintomatología. Así podríamos decir que la sintomatología es una respuesta a una pregunta que no ha sido formulada. Ante la imposibilidad de saber sobre el sexo surgen las fantasías primordiales. No hay pregunta para un sujeto sin que haya otro a quien se le haya hecho. Hablar es demandar, pedir, por eso que lo que importa no es qué pedimos sino que para pedir es necesario que se lo pidamos a alguien. El hecho de dirigirse a alguien es más importante que todo lo que pueda ocurrir entre ese alguien y nosotros. Nada es más traumático para el sujeto que la ausencia de trauma y es por eso que todo comienza con una fantasía primordial, como traza que borra lo que nunca estuvo allí. La lógica del fantasma suple la imposibilidad de subjetivación del sexo. El ser humano no se desembarazó del sexo y de la muerte, sin embargo imaginó un truco absolutamente formidable: la huida en las enfermedades imposibles. Y como humano que es, siempre se las arregla para que todos sus trucos recaigan sobre su propia cabeza. Uno de esos trucos es la anorexia-bulimia y sólo el psicoanálisis es capaz de desanudar cosa semejante. En definitiva se trata de separar la palabra de la cosa, sabiendo que las cosas son cosas sólo después de las palabras, que la palabra es la fuente de la cosa. Separar el placer de la boca de la comida, el placer de cagar del excremento, el placer de mirar de la vista, el placer de escuchar del oído. Sólo si se instala la pulsión oral como placer de la boca es que el alimento es alimento, sólo cuando la necesidad de comer se instala como deseo de comer, sólo cuando la necesidad de comer se humaniza. Amelia Díez Cuesta
-Que no es difícil reconvertir el pensamiento, lo que es difícil es reconvertir la vida a la que me llevó el anterior pensamiento.
-Que el psicoanalista tiene que pagar algo para sostener su función. Paga con su persona, en la medida en que, por transferencia, es literalmente desposeído de ella.
-Que la función de lo bello lo es en su relación con la función de lo perecedero. Que la naturaleza muerta en la pintura a la vez nos muestra y nos oculta lo que en ella es amenaza, desenlace, despliegue, descomposición, ella presentifica lo bello como función de una relación temporal.
-Que lo que se presenta como el límite de las posibilidades de lo bello, como el ideal, es la forma humana, hasta el punto de que ella fue, ya no lo es más, forma divina. |
Es la envoltura de todos los fantasmas posibles del deseo humano. Las flores del deseo están contenidas en ese florero.
-Hay
silencio a borbotones Silencio
charlatán
213. —La vida es como las películas, no como mi vida, por eso es que las películas me parecen tontas 215. —Cuando estoy en el mundo de las cosas no tengo que poder siempre; a veces, tendré que pensar. 232. —Recapacitando sobre la salud, he tenido que haber sabido que no hay salud sin modelos ideológicos que así lo permitan. 234. —Hasta hoy estuve regulando, es hora de meter las marchas. Una vez comenzada la vida, no la detiene nada. 235. —Ya he escrito una poesía de fuego. Así que no tanto escribir sino utilizar ese fuego. Y que esta vez sea para todo el mundo. 309. —La gente está desesperada por hablar y yo, que hablo todo el día, también estoy desesperado. Estoy al borde de la fama. Espero no transformarme en un idiota. Si no paro la máquina, me digo, la máquina me terminará tragando. ¿Qué hacer espíritu de la noche? Se trata de no sacar ningún provecho de ninguna situación. Y esa es la vida de un poeta, el resto, todo el resto, vicios burgueses, ambiciones de proletariado urbano. 326. —Un día les llamé y les dije: El problema no es que ustedes no sirvan. Sino que ustedes no dejan servir a nadie.
—Hoy me he sentido acosado sexualmente por una mujer. Lo que de ella me violaba permanentemente era la fe que ella tenía en cualquiera de sus convicciones. 343. —Los celos es una enfermedad y no se puede ni se debe andar con las heridas al aire. Por lo tanto los celos deben psicoanalizarse, nunca demostrarse en público. El celoso termina inspirando piedad y está claro que un psicoanalista que inspire piedad no tendrá mucha clientela. 344. —A los 56 años puedo por fin declararme libre de mí mismo. Dentro de poco cumplo 57 años y algunos objetivos he cumplido. Tengo un amor, una tristeza, una manera de escribir. 351. —Cuando alguien no consigue el dinero para hacer lo que dice querer, no quiere. Y esto es una noción estructural. 352. —Se debería respetar una decisión tan fundamental del sujeto. Sí no paga, está diciendo, a gritos, que no le den bajo ningún concepto lo que dice querer y no puede pagar. 366. —Y a la mujer en general no le pediré nada de nada y de esa manera ella, algún día, alguna tarde soñadora, alguna noche fatal, me regalará algo. 367. —Este siglo que termina fue brutal para mí. Hice el amor con 1.000 mujeres y, aún, no puedo asegurar que alguna mujer haya hecho el amor conmigo. ¡Qué soledad! |
(IV Parte) Por Rodolfo
Alonso Ya en 1953, al prologar la reedición de uno de los mayores libros de Desnos9, René Bertelé podía hacer del primer surrealismo un balance no poco satisfactorio: «Cuando aparece, en 1930, Cuerpos y bienes, el periodo heroico, se diría casi "inocente" del surrealismo —el de todas las aventuras y todas las audacias de todas las provocaciones, el de tantas empresas conducidas bajo el signo del azar y de la casualidad del "automatismo", a través de "la Ciudad con calles sin nombre del circo cerebral" —ha pasado o está en trance de pasar. ¡André Breton ha publicado Campos magnéticos, con Philippe Soupault, el Manifiesto y Nadja; Paul Eluard: Capital del dolor y El amor la poesía; Aragón: Una ola de sueños, El paisano de Paris y Tratado del estilo; Peret: El Gran Juego; Artaud: El Pesanervios; Desnos mismo: Duelo por duelo y La libertad o el amor! Esos libros con algunos otros, dicen en su más alta llama la juventud ardiente, la juventud loca del surrealismo que, después de 1930, a partir del Segundo Manifiesto, va a entrar en su edad de razón razonable». A esta altura del siglo y los acontecimientos, resulta difícil no coincidir también con el mismo Pellegrini cuando considera a la primera «como la verdadera época de oro del surrealismo». Y no sólo por lo que tan claramente ha explicitado anteriormente René Bertelé. Sino porque es durante ese periodo a la vez joven en la historia del siglo y joven también cronológicamente para los participantes en aquellas circunstancias, que se plantean con mayor claridad y sin ningún género de impurezas las características que hacen memorable al movimiento. Es como si la adolescencia y la juventud, puro ímpetu y brio, puro idealismo y pasión, en su momento de máximo esplendor hubieran querido dejar su paso indeleblemente marcado por un imperecedero monumento ígneo, y enclavado justamente en la misma adolescencia y juventud del siglo.
9 Corps el biens, de Robert Desnos (Gallimard, París, 1953).
Bertrand Russell —en «Misticismo y Lógica»— decía jocosamente «La ley de causalidad..., es una reliquia de tiempos pasados, que al igual que la monarquía sobrevive por la errónea suposición de que no hace daño». Con el tiempo se confirmó que la broma no era tal y que la suposición era totalmente errónea. Bajo la ocurrencia analógica entre la ley de causalidad y la estructura de gobierno monárquico, creo que se ocultaba una grave advertencia ética y epistemológica. Podría ser, por ejemplo: que mediante la ley de causalidad se tiende a buscar «causantes», «culpables», por cualquier lado. Así se estima que conocer algo será siempre asignarle una causa a cada cosa, lo cual nos hará emitir un juicio acorde con la naturaleza de esa cosa, «naturalizando» la capacidad de juzgar como si fuese la entelequia misma de lo real. Parecería que un conocimiento «adecuado», «correcto», nos hace básicamente buenos jueces y no pensadores activos, practicantes eficaces o investigadores curiosos. No es raro, entonces, que en universo regido por las explicaciones causales se obnubile la capacidad de sorpresa, la pasión por el descubrimiento, se achate el afán de indagación, el placer de interrogarse, y que los «jueces» de distintas profesiones «Sepan todo —como ironizó A. Breton—, pero nada más». Las cuatro causas -aunque hay quien afirma que sólo fueron tres- que que exploró y tipificó Aristóteles en el libro Delta de su Metafísica1 han sido celebradas, con distintos acentos, en los miles de tratados que se escribieron sobre el problema de la causalidad. Hoy no se las celebra más, porque ya son célebres. Sólo se las menciona, como acabo de hacerlo, pues están sobreentendidas en cualquier texto que se ocupe del tema. Están supuestas al discutir el «principio de razón suficiente», el de «sobredeterminación inconsciente» o el de «causalidad psíquica» en psicoanálisis, el de «pluralidad causal» —con o sin causa le jerarquizada—, el de «causalidad estructural», el de «causalidad reciproca» —lineal o no— en varias disciplinas, etc. Y, por lo tanto, serán habitantes familiares de estas reflexiones. Sin embargo, antes de considerar el asunto desde nuestra perspectiva, es interesante desatar el nudo conflictivo que representó para el pensamiento moderno y sus confines, ya que se encuentra ligado a lo que denominaría la entrada por excelencia en la cuestión ética. Ese nudo no es el «nudo marinero». No aprieta hilos conductores sino despliega argumentos repetidos en la actualidad, lo cual muestra que la actualidad está repleta de astillas del pasado. * Del libro: «La Monarquía Causal». 1 Las cuatro causas eran: Material, la madera por ejemplo, de la que estaba hecha una mesa de juego. Formal, la forma redondeada, cuadrada, rectangular, etc., de la mesa. Final, el tipo de juego que determina la materia y forma de la mesa. Y, por último, la causa Eficiente que produce el efecto, el carpintero, no como persona, sino entendido como proceso de trabajo con su resultado.
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Esta carencia de conocimientos se hace sentir en la actuación profesional como falta de interés por aquellos problemas que son precisamente los más interesantes en la existencia del ser humano (se encuentre sano o enfermo), y en el plano terapéutico también se manifiesta, hasta el punto que el enfermo a veces se muestra más susceptible a la influencia de cualquier curandero que a las indicaciones médicas. Tal dificultad en los planes de enseñanza se intenta resolver con los estudios de dos materias como son la Psicología Médica y la Psiquiatría, pero estas enseñanzas debemos saber, si bien son imprescindibles para la formación del estudiante de medicina, no abarcan ni siquiera rozan, un campo fundamental con el que se van a encontrar a diario en su práctica laboral: El campo del aparato psíquico determinado por el Inconsciente. La psicología médica y la psiquiatra están basadas en la psicología escolástica y realizan un recorrido fenomenológico y descriptivo que si bien es ilustrativo no alcanza las cotas necesarias de interés para los estudiantes y hacen que estos se alejen de las cuestiones anímicas como si fueran cuestiones «filosóficas» o cosas de los «loqueros», es decir, ajeno a la profesión de los médicos. Este vacío en la información, como se trabajó en el V Congreso Internacional Grupo Cero de Clínica Psicoanalítica, se cubriría con la creación de Cátedras de Psicoanálisis en todas las Facultades de Medicina y en la Universidad en general. Cátedras que funcionarían a dos niveles, uno Básico de Iniciación al Psicoanálisis impartido como debe ser por profesionales en el tema, es decir, Psicoanalistas y otro nivel para los ya licenciados a modo de post-grado para cada especialidad según los deseos del profesional. Es claro que aquellos que deseen formarse como Psicoanalistas deberán acudir a las Instituciones pertinentes, las Escuelas de Psicoanálisis, donde recibirán una formación singular y adecuada. El conocimiento no tiene punto final, lo mortal son nuestras vidas. Carlos Fernández del Ganso
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...de modo que la masculinidad y la femineidad puras no pasan de ser construcciones teóricas de contenido incierto. Sigmund Freud ...nuestra repugnancia por los perversos, atrapados en la monotonía de su mezquino goce. Sergio Larriera ¿La palabra es una ley de grupo o un vil mecanismo defensivo contra la precipitación final, contra los alaridos? Cambiemos el sexo y los lugares, troquemos mi poesía por tu amor. ¿Completud deseada o complejo encanto de nuestras relaciones? Triste boa o bella y furiosa serpiente de cascabel ataca sin piedad mi cuerpo de niño. Ella tiene ciertas certezas, el amor la defiende. Ella será primera, oceánica, y única en un instante. Tendrá todo el poder, su sexo es el sexo del universo. No habrá igual, ni habrá diferente, habrá nada. Y sin embargo llegará la palabra. Su cetro lo sabemos: eco de lo que es. Postizo que no impone sumisión ni respeto. Postizo que sólo insinúa en su desvarío, ser El. Un cuerpo pequeño, una pija pequeña, una pequeña mente aterrorizada y todo el dolor. Cambio un cuerpo con todos sus olores por un conjunto armónico de letras. Mi poesía por tu amor. Mi poesía por tu amor. Tristes son las palabras que me llevan a tu cuerpo abandonado. Triste es el cuerpo que se abandona a las palabras de la rendición. Y sin embargo, sigo tejiendo mi propia red, tengo mi propio encanto. Y sin embargo tiemblo por su presencia equívoca. Arte de amar o terrorífica investigación acerca de mi tolerancia. Suicidarse, como otros lo han hecho, parece no ser la única manera de terminar con el mito, sino una manera más de encontrarse con Ella. 35 años, son años suficientes para querer hacerle comprender a los seres queridos que soy un hombre, que alcanzar estados como lo masculino y lo femenino, ya no me interesa. Me importa saber la diferencia entre un montón de mierda y un hombre y cuál de las dos cosas es mejor, sí, mejor y peor. bueno y malo necio e inteligente Porque para un hombre debe ser así. Porque sí. Por ahora nada, y sin embargo la potencia de mi glorioso sexo depende de combinaciones inefables que yo no controlo. Por ahora nada y sin embargo mi gloriosa poesía donde el hombre hacía la guerra y el amor y eso le bastaba, se ha transformado en esta inmunda prosa que preferiría no escribir y que me siento compulsado a escribir. ¿PERVERSIÓN 0 MUERTE? Nuestra articulación con el goce, más que una posibilidad, es nuestro destino. Roberto Molero ... el hombre debe soportar, su irse de aquí tanto como el venir. La madurez es todo. Shakespeare Y no pudieron con el tiempo. Creyeron más de la cuenta en el «amor». Envejecieron rápidamente. Demasiada grasa, demasiada cosmética para ocultar los pedos nocturnos, demasiado porvenir para tanta miseria. Y ahora las ceremonias tienen que continuar sin cadáver del padre. ¿Quién morirá por él? ¿Sobre quién caerá el olvido? ¿Perversión es reconocer un modelo, una ley y llevar su cumplimiento hasta el final y tener en ese movimiento eso algo idéntico a todos los poseedores de ese gesto, que nos permita someternos y gozar del intercambio? Cuando la carne próxima rompiera todos los diques, advendría el verbo. Caería certeramente sobre la carne para poner un horizonte a nuestro destino. Creció y multiplicó hasta el paroxismo sus combinaciones, dijo lo que no tenía que decir, fue perversa, intentó romper las barreras de la sangre y del amor. Pudo trastocarlo todo. Debemos decirlo: La palabra no basta. Hay un lugar del hombre donde la carne vuelve a ser soberana. Perversión es que un deseo original me lleve detrás de lo absoluto, hasta su vacío, trazo sin substancia, donde él puede decir: No soy idéntico ni siquiera a mí mismo. |
Soy «ello» capaz de engendrar lo que circula. Mi lugar es la muerte. POST SCRIPTUM ...Como cuerpos privados de sepultura los hombres se pasean por el jardín de mi mirada. Louis Aragon Abre mi cuerpo su flujo transparente. Miguel Oscar Menassa ...En psicoanálisis se habla de perversión en relación con la sexualidad. Escuchado al pasar Creía haber concluido con este escrito y sin embargo ya van dos mañanas que me despierto pensando o soñando que debo decir algo más. He escrito de la muerte y de la verdad. He gozado como una mujer dejándome llevar, escribiendo de lo que no sabía. Me sorprenden ahora ciertos destellos de mi escritura. Parece ser que el sujeto de mi escritura lo puede todo, esto claramente le da una tonalidad perversa al estilo. En ciertos fragmentos no se reconocen padres; escritura sin ley, donde el desorden provoca la máxima desviación. Donde el Poeta cae derrotado por el milagro del estallido que ni siquiera se había podido imaginar. COITO NORMAL Y derrama en mi plato
todo lo que me queda por vivir Robert Desnos ¿Es aquel del pene masculino, penetrando una vagina femenina aunque en el instante del orgasmo, niño y madre se confundan en un mortal abrazo? ¿O podré decir que coito normal es cuando «El» hace el amor con «Ella»? Al principio y al final siempre nos miramos. Ella dice que soy un maestro de la mirada. Yo digo que ella con su última mirada enciende en mí la maestría. Ella no debe mirar nunca mis genitales de frente, eso me inhibe. Yo no debo nunca rehuir la visión de sus genitales, porque si no ella despreciará su cuerpo y todo fracasará. Para mirar mis inversiones, ella tiene que saberse mujer. Para mirar su dimensión desconocida, deseo inagotable, debí crecer. Nos desnudamos en un rincón de la habitación, cada cual por su cuenta. En ese momento no sentimos obligación de nada. Ella me arrastrará con su mirada a situaciones límites. En esos momentos pegarle es reorientar sus deseos en un orden heterosexual, desde donde ella hablará del goce femenino. Todo tiene que ser preciso, nos dirá, medido, exacto. Ni un día antes, ni un día después, para ella siempre es cuestión de vida o muerte. Desde muy pequeña (desde su primera sensación de período de tiempo) tuvo que aprender a gobernar sobre la vida y la muerte. Ella necesita en esos momentos que yo le explique claramente: que cualquiera de los dos puede tocarse el pene que cualquiera de los dos puede tocarse la vagina. Ella y yo nunca tenemos tiempo para nada. Reconocernos nos llevará toda la vida. Ella sabe que yo no existo. Yo sé que ella es mi deseo. Deseo de la nada. La algarabía de este momento es general. Todo cuesta creer. Nuestros cuerpos son sólo escenario de un gran amor, un amor que vino transcurriendo y que transcurrirá. Somos sólo su tiempo. Ahí, yo lo puedo todo y ella lo sabe Esto no volverá a ocurrir jamás.
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En la base de toda la sintomatología de la anorexia, está la verdadera enfermedad, una enfermedad mental llamada neurosis. En los tratamientos tradicionales se tiene en cuenta el aspecto psicológico del paciente, sin embargo se 16 da la misma importancia o incluso menor que a los demás síntomas que este padece. SIENDO QUE TODOS LOS DEMÁS DEPENDEN DE ESTE PROBLEMA QUE ESTA EN LA BASE DE TODOS ELLOS. Por este error básico de enfoque de la enfermedad, el tratamiento resulta insuficiente y la tendencia a la cronificación es francamente mayor de lo que corresponde a la naturaleza psíquica de la enfermedad de base. Lo dicho: Se trata por lo tanto de una neurosis y esta neurosis se manifiesta bajo el síntoma de la anorexia. Poner el enfoque al derecho en los casos de anorexia es por lo tanto, tratar la neurosis. Cuando la neurosis se resuelve, en todos los casos, la anorexia desaparece. Cuando el tratamiento físico se ha vuelto necesario, hay que seguir haciéndolo, dando tiempo a que el tratamiento psicoanalítico de la neurosis haga su efecto. Como en los casos crónicos la familia suele estar muy afectada en general, particularmente la madre del o de la paciente, es necesario y conveniente, que algunos miembros de la familia asistan a reuniones para ir comprendiendo el curso que va tomando la enfermedad mientras se realiza el tratamiento curativo de la neurosis. Por ello decimos de entrada en el título, y lo repetimos para finalizar este artículo: «la anorexia es una neurosis». Luis Schnitmann
La depresión, desde este ángulo, está plenamente lograda cuando la portamos como un estado de rebajamiento cuya función es disminuir: es la vida en todos sus planos y dimensiones la que queda empequeñecida. Podríamos decir que es un síntoma que termina mutilando socialmente al que lo padece pues a pesar de realizar las tareas cotidianas, las hace cada vez con mayor desgano, en silencio sin el menor entusiasmo. Puede dispararse por un pensamiento, una fantasía, una pérdida, un simple deseo, pero el motivo que origina la congoja pasa desapercibido para el mismo sujeto. De ahí, que reconocemos en la clínica, la existencia de factores inconscientes en el devenir del síntoma. La depresión produce una impresión enigmática, pues los propios familiares y amigos del depresivo no pueden averiguar qué es lo que lo absorbe tan por completo. En este desconocimiento sólo atinan a querer divertirle, sacarle a pasear y no faltan los viajes por el mundo como un intento de curación. En el mejor de los casos todo lo que logran es distraerle un rato del padecimiento. Pero, pronto vuelve a su estado de profundo dolor: pérdida de ideales, una cesación del interés por el mundo exterior. Se humilla ante los demás y compadece a los suyos por hallarse ligados a una persona tan indigna. Ha perdido la propia estimación y cree tener razones para ello. El cuadro de empequeñecimiento se completa con insomnios, inapetencias y carencia de ideas propias e iniciativas. El tormento que el depresivo se inflige a sí mismo nos habla de otras tendencias psíquicas, pues suele transmitir su tormento, atormentando a los que ama. De esta manera, por medio de la enfermedad, logra, inconscientemente, manifestar su hostilidad a los seres queridos. Esta tendencia nos aclara el enigma de los intentos de suicidio, que tan peligroso hacen a este síntoma. Es importante destacar desde esta mirada sobre la depresión la eficacia terapéutica del psicoanálisis en el tratamiento del entramado inconsciente de este trastorno que obstaculiza y, a veces, impide lo más necesario para la vida de hombres y mujeres de cualquier edad: su sexualidad, su trabajo, su propio pensamiento, su manera de vivir. Lidia Andino |
El tema de las neurosis actúa también en los problemas en el aprendizaje, el crecimiento, el fracaso escolar, los conflictos generacionales o las crisis matrimoniales. Estos temas presentan la dificultad de implicar a más personas tanto en la producción de los síntomas como en su curación (padres, educadores, parejas, etc., etc.) A partir del psicoanálisis, se hace posible intervenir en estos procesos, ya que anteriormente se desestimaba su tratamiento al no encontrar en estos problemas una causa orgánica subyacente que actúe como tal provocando el espectro clínico típico de estos cuadros. Las neurosis son consideradas trastornos menores porque el sujeto conserva de alguna manera criterios de evaluación de la realidad semejantes a las personas llamadas normales. Sin embargo, al hablar de trastorno menor no se establece ningún criterio pronóstico, ya que no es infrecuente que una neurosis siga un curso más o menos crónico e incapacitante social y profesionalmente, por lo que su tratamiento en el momento oportuno es lo más aconsejable para un adecuado y preventivo cuidado de la propia salud. Jaime I. Kozak
Luis Cernuda NO DECÍA PALABRAS
Cuya respuesta no existe,
La angustia se abre paso entre los
huesos,
Un roce al paso,
Aunque sólo sea una esperanza,
De Los placeres prohibidos Germán Pardo García INVOCACIÓN A LA NOCHE
Destrúyeme, transfórmame
en astillas.
Pertúrbame el espíritu
con ondas
Quebrántame la humana
resistencia.
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Esta lira de nácares y espumas la arrojó entre mis manos del Mar Jónico. Mas no cante con ella como Calímaco y Teícrito. Le di frondaje personal, corteza
¡Celeste superficie!
Con la garganta del terrígena
LA REPARTICIÓN DE LA TIERRA
Todo el que tenía manos se dispuso
apresuradamente,
Muy tarde, cuando hacía tiempo que el
reparto había tenido lugar, volvió
«¡Ay de mí! ¿He de ser yo el único
olvidado,
«Si te demoraste en el país de los
sueños,
Mi vista estaba pendiente de tu rostro
«¿Qué hacer?», dijo Zeus, «el
mundo está ya entregado,
Ella no debía tener más de 15 años, su única ocupación después del instituto eran los últimos cuidados de la moribunda, que además, llevaba muriéndose cinco años, y cada día como si fuera el final. Su madre era una mujer joven y hermosa. Como en una especie de ritual, se maquillaba y se vestía cada mañana para la moribunda, porque seguramente su rostro sería lo último que verían sus ojos yéndose. Había abandonado todo contacto sexual con su marido hace años, primero fue: «no, que mamá nos va a oír, ten paciencia, ya le queda poco», después: «estoy cansada de cuidar a mamá todo el día, déjalo para mañana», y él se fue olvidando de las cosas que a ella le gustaban, y se quedó esperando que la muerte se la llevara, y esa fue su ocupación los últimos cinco años, esperar a la muerte. Lloraban y corrían por los pasillos, y se llevaban con espasmódicos movimientos las manos a la cabeza, ¡títeres de feria!. «Se muere, se muere», decían, «Se nos acaba a todos la vida», se leía en sus rostros. No lloraban por la moribunda, ella se deshacía en lágrimas porque tendría que volver esa noche a la cama con él, y en su rostro se dibujaba un rictus de repugnancia, él lloraba porque no sabía si después de cinco años se iba a acordar de cómo estar con una mujer, y la niña por ahora tenía unos padres sin más ocupación que su educación. Alejandra Menassa de Lucia |
CARTA: Soy psicóloga, llevo muchos años trabajando en una asociación con mujeres maltratadas, he conocido a muchas mujeres de alcohólicos y he observado en ellas un hecho común, todas adoran a sus maridos. Todo son muestras de conmiseración, de amor, de comprensión infinita, aunque sea otra cosa muy distinta lo que dicen de ellos. Sin embargo, en general, los alcohólicos son hombres especialmente celosos, irascibles, malhumorados. Y este es un hecho que me ha llamado poderosamente la atención, el amor desmesurado que profesan a los alcohólicos sus mujeres, a pesar de criticarlos a veces con acidez, son incapaces de abandonarlos. Aprovecho esta carta para felicitarles por su encantadora revista. RESPUESTA: En realidad la pregunta que deberíamos hacernos es ¿quién es el adicto?: el alcohólico, con su adicción al alcohol o la familia del alcohólico con su adicción al alcohólico. Las mujeres de los alcohólicos tienen en general una historia de desengaños amorosos y de relaciones con hombres que las maltratan, o bien, son incapaces de abandonar esa única relación, que por otra parte, las hace tan infelices. No es por azar que estas mujeres «eligen» el destino que desde afuera aparece como impuesto, pero tampoco es consciente esta elección, es evidente, como usted bien ha observado, que una parte de ellas acepta y goza de esta relación, mientras que otra se resiste a ella y sufre. La elección del objeto amoroso, está sobredeterminada desde el inconsciente, pero sobredeterminada no quiere decir inmodificable. Esta modificación, por supuesto, sólo es posible en el marco de la relación analítica. ¡Escríbenos!, hay un equipo de psicoanalistas a tu servicio, para responder a tus dudas, problemas, inquietudes...
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NOTICIAS BREVES SEMINARIO SIGMUND FREUD A principios de noviembre comenzaron las clases del SEMINARIO SIGMUND FREUD, de tres años de duración donde proponemos una lectura productiva de la obra de Sigmund Freud. Madrid, Alcalá de Henares, Ibiza, Málaga y recientemente Bilbao abrieron sus puertas a nuevos estudiantes dispuestos a acercarse a uno de los pensamientos más vigorosos del siglo XX y del que viene. Asimismo, el SEMINARIO DE FORMACIÓN inició su andadura convocando a una serie de estudiantes para primero y segundo año. Este Seminario cuenta con un atractivo programa de tres años de duración. DEPARTAMENTO DE CLÍNICA PSICOANALÍTICA: atención a la población La Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero cuenta con un departamento muy activo de atención a la población. Mas de cuarenta psicoanalistas, trabajando en Madrid y otras ciudades donde tiene sede el Grupo Cero, se dedican a la atención especializada y al tratamiento de las distintas afecciones psíquicas: depresión, ansiedad, stress, obsesiones y fobias, transtornos sexuales, problemas de pareja y familia, fracaso escolar, etc. Cuenta asimismo, con BECAS TERAPÉUTICAS, que suponen un precio especial para los estudiantes que lo deseen puedan acceder a un tratamiento psicoanalítico. Infórmate en el 91 542 33 49. PRESENTACIÓN
DE «LAS 2001 NOCHES» Importantes personalidades del Grupo Cero se han trasladado junto al autor, Miguel Oscar Menassa, a la ciudad de Buenos Aires para asistir a la presentación de este libro de reciente publicación. «Las 2001 Noches», en sus 500 páginas, reúne escritos de Menassa (poesía, aforismos, frescores) de 1976 a 1997. Un libro que marcará época. EL GRUPO CERO EN INTERNET A partir de hoy puedes acceder directamente a toda la información actualizada de los cursos, actividades, libros, recitales, conferencias y demás propuestas de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. Nuestra dirección es: EL GRUPO CERO EN EL METRO DE MADRID Si
de vez en cuando te das un paseo por el metro o lo usas habitualmente te
habrás percatado de los nuevos carteles publicitarios del Grupo Cero. No
es habitual encontrar publicidad de ese calibre por los corredores del
metro. Como RECITALES DE POESÍA EN CANDILEJAS Desde
hace más de un año vienen realizándose recitales de poesía en el Café
Candilejas. Todos los segundos jueves del mes, a las 21,00 h. la Escuela
de Poesía Grupo Cero,
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Marcela Villavella M. ¿El hombre creó la escritura, o la escritura creó al hombre? A. Yo creo que la escritura hizo al hombre porque la pregunta ésta, encierra una pequeña tramoya, en términos teatrales, la pequeña tramoya es que no hubo humanidad sin significante, entonces desde allí, aparece aquello que es de la condición humana, que es esa red simbólica que te espera, que es la escritura, por lo tanto, uno podría decir, desde el punto de vista de la antropología, que la naturaleza precede a la cultura, pero eso no es más que un artificio metodológico; nosotros no sabemos dónde hay principio y donde hay fin, y en el principio sólo encontramos huellas y las huellas no hablan de otra cosa que de la diferencia, y esa diferencia aparece en el hombre a partir de esta inscripción que la condición humana establece a quienes estén dentro de ese ámbito. M.Entonces la naturaleza cambió su jerarquía, ¿está en cuestionamiento? A. Claro, porque la red simbólica que caracteriza a la condición humana, es una nueva naturaleza, una naturaleza segunda o una naturaleza entre comillas, que es lo que hace, paradójicamente, que las otras naturalezas pasen por allí, porque los seres humanos somos egomórficos, los animales son heteromórficos porque tienen una respuesta para cada estímulo, en cambio nosotros tenemos estímulos y no tenemos respuesta, tendemos a la respuesta, la relación del hombre con el objeto, es una relación mediada por el deseo y como muy bien lo dice en su libro «Deseo de Nada», el amigo Menassa, pero de todas maneras, lo que yo quería plantear, era que en esa frontera indecisa e indivisa que hay entre lo real y la escritura, se inscribe el deseo permanente, esta red simbólica que define, entre comillas, a la normalidad y a la patología; digo entre comillas porque no toda cultura considera estos términos de la misma manera. M.En la actualidad, ¿cuáles son los relaciones que mantiene la antropología con el psicoanálisis? A.Creo que son relaciones indestructibles, si hubo, alguna vez, alguna relación dicotómica, o alguna situación de pretendida autonomía, esto quedó al costado, habida cuenta de todo lo que ha sucedido después, del derrumbe de todas las corrientes historicistas, evolucionistas, unicistas, etc., que hemos presenciado en el siglo XX con el advenimiento de pensadores como Nietzsche, como Freud, el propio Marx, que allá en la distancia fue el primero que descubre el síntoma, el primero que plantea esta relación, esta opacidad en lo social después de todo el movimiento de la lingüística, que nos lleva a conclusiones diferentes; yo diría que lo que separa a un antropólogo de un psicólogo son áreas de práctica, o formas de acción, pero en lo demás no. Uno puede leer todo el Psicoanálisis como una antropología, tranquilamente, y uno no puede comprender aquello que nos proporciona la antropología como material de análisis, de reflexión, sin el saber del psicoanálisis. Por ejemplo, hablemos de la locura, desde la perspectiva antropológica o histórico-antropológica, que es la lectura que hace Michel Foucault, la locura es un es un invento, una determinada formulación cultural, un determinado punto de vista, de una determinada perspectiva del mundo, que nace casi con fecha y cuál es el patrón, el valor fundamental, o el valor de los valores como dice Nietzsche, que está detrás, para determinar quién es el loco, aquel que no está en posesión de la razón. En otras sociedades, el que llamaríamos loco, es un ser dotado de virtudes importantes capacidades extrasensoriales de comunicarse con otros planos, es decir, capaz de metaforizar lo real en una traducción, que tiene para la cultura, una determinada eficacia simbólica, y por lo tanto alguien que aquí estaría en el psiquiátrico, allí estaría ocupando un lugar muy importante, sería un chamán, por ejemplo |
M.Pero, dentro de las mismas sociedades también hay distintos planos para pensar la normalidad, la locura... A.Obviamente, porque hay en una misma sociedad, distintos registros, distintas formas de escrituras, porque las sociedades no son homogéneas, y menos la sociedad urbano-occidental del tipo liberal capitalista, que es una sociedad que ha mezclado los oficios, las técnicas, las comunicaciones, ha mezclado diversos suelos, geológicamente hablando, diversos pisos conceptuales, y aún en ese mismo lugar, hay quienes se rebelan ante un patrón único, de esa razón, y hurgan por los senderos de la metáfora. Yo creo que el único trabajo humano que tiene las propiedades del trabajo tal, como es que se da en las sociedades no individualistas, no mercantilistas es el arte. En el arte el hombre crea su objeto a partir de su sujeto, lo pone afuera como objeto mío, y siente el goce que, le proporciona haberlo hecho, haberlo concluido, ese objeto es un objeto mío, ahí no se da el proceso de alienación tan crudamente como se da en el caso del obrero manual, en donde él forma parte de una unidad mayor que él, de una comunidad fantasmática, comunidad sin eticidad. En el caso del artista en cambio, el artista pisa permanentemente el suelo de la ética, no puede de ninguna manera hacer algo, si no está convencido de lo que hace, si no quiere a lo que hace, si no es capaz de dar una vida por lo que hace, y ese es el efecto que produce el arte en los demás, ese efecto extraordinario de re-producción, de re-interpretación, de re-escritura del objeto artístico. M.El artista transita la vida creyendo en la ficción. A.Todo ser humano en cualquier lugar que esté, cree en la ficción, cree en el mundo en que vive, la creencia es indisociable de la condición humana, el afirmar que uno está en el lugar de la certeza es una creencia, hay quienes discutirían esto. En el artista esta forma de la creencia en lo ficcional ocupa un lugar fundamental, de lo contrario no podría crear; quien en nuestro país ha trabajado maravillosamente esta materia es Jorge Luis Borges, él nos dice que no hay principio, que hay huella, en la fundación mitológica de Buenos Aires, que puede haber empezado en La Boca, o en Palermo porque el tiempo, dice Borges, es conversar con el pasado ilusorio, ... «la tarde se había ahondado en ayeres, sólo faltó una cosa a la vereda de enfrente ... », es decir que ahí la temporalidad adquiere el único modo de lectura de la temporalidad humana, psicológica; ahí está puesta también lo incoercible de la finitud, todas las ficciones que Borges produjo en su libro «Ficciones», yo soy un admirador profundo de Borges, siempre recurro a él, a mí me enseña algunas cosas de la vida y su repercusión en el mundo, nos habla bien a las claras que ha dado letra Foucault, a Lacan, a Derrida
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M.Le ha dado letra a la letra... A.Claro, claro... le ha dado letra a la letra... M.Pero ¿es Borges o su escritura? A.Borges pareciera ser que refleja el modelo más ficcional de lo que es el autor y su obra, porque él mismo, su cuerpo mismo, su rostro, esos ojos perdidos nos dan la sensación de que está en posesión, poseído por algo, es la posesión que tanto ha trabajado la mística religiosa, en la religión cristiana como en la judaica, la cabalística y Borges entiende luminosamente eso en el Golem, muestra esta pertinaz búsqueda del nombre de Dios desde el principio, de la palabra plena, de la que habla el psicoanálisis, que es el juego con lo real a través de la escritura, por eso el Rabino de Praga construye ese muñeco al que le pone Golem, pensando que ya con esas palabras ha resuelto el problema del ser. Ya que hablamos del tema de ser, de la metafísica, y sin ser yo un filósofo, me parece como una contribución muy importante a la comprensión de esta nueva dimensión antropológica de la vida en un sentido amplio, vasto, el aporte de Heidegger, acerca de la pregunta por el que pregunta, la pregunta del ser. Y que solamente la darse en esta cultura, porque yo creo como antropólogo, en mi función, también, tratar de explicar cuáles son los contextos socio-culturales, lleva a la misma pregunta, ya lo dijo Marx, el hombre se pregunta o se promete, o se propone las tareas que tiene como posibilidad y, en todas las sociedades anteriores, desde los griegos hasta ahora, en esa construcción de ese Occidente que también es construído, donde la Iglesia forma parte de Occidente, no es necesario de dónde viene, Grecia viene del Oriente, en su historia. La pregunta por el ser, por el ser que pregunta por el ser, de alguna manera no se plantea nunca porque siempre está ese suelo ético que determina la condición del ser, es una pre-condición, «tengo porque soy» es la sociedad del «soy porque tengo», y esta sociedad se plantea el tema del sujeto, del individuo más allá que Heidegger haya leído o no leído, acordado o no acordado con la perspectiva del Psicoanálisis
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Escuela de Psicoanálisis
GRUPO CERO DEPARTAMENTO DE CLÍNICA
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