ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA N.º 18

EDITORIAL ALGUNOS USOS DE LA HISTERIA
POESÍA, POESÍA, POESÍA. ODONTOLOGÍA INTEGRAL
EL LIBRO ENAMORADO MIS AMIGOS LOS MÉDICOS
¿SABÍAS? POESÍA EN EL TIEMPO
LOS DECIRES DE UN VIEJO VERDE HISTORIAS CON EL TIEMPO
BUENOS DÍAS...BUENOS AIRES EL PSICOANALISTA RESPONDE
EL DESQUITE DE LORCA LOS LIBROS DE LA EDITORIAL GRUPO CERO
EL AMOR NOCTÁMBULAS
PRESENTAR A DERRIDA AGENDA
LA TRANSMISIÓN DEL PSICOANÁLISIS NOTICIAS BREVES
CINCO CONFERENCIAS DICTADAS EN CALÍ-COLOMBIA ENTREVISTA A ATILIO CASTELPOGGI

EDITORIAL

Nosotros los hombres de hoy, de un hoy que hace tiempo que dura y que durará todavía mucho tiempo, en una duración para la que jamás ningún cómputo temporal de la historia podrá aportar medida alguna, nosotros que sabemos que la historia surge de un cierto modo de entrada del discurso en lo real, queremos seguir trabajando para que nos siga sosteniendo la idea de que la salud no es algo que se tiene sino algo que se produce.

Lo íntimo y lo extimo, lo intenso y lo extenso, se han conjugado en lo imposible, para permanecer trabajando en el proyecto de una salud para el hombre que tenga en cuenta su dimensión más propia, pues sabemos que el deseo del hombre es el deseo del Otro, y eso quiere decir que el deseo del hombre es el deseo inconsciente.

El VI Congreso Internacional Grupo Cero sobre La Depresión: una enfermedad sin rostro, ha sentado las bases para el tratamiento de una de las enfermedades que aqueja a una gran parte de la población y que cursa de forma inconsciente, por eso que el tratamiento será desde una disciplina que tenga en consideración la dimensión inconsciente: el tratamiento psicoanalítico.

Hay que saber esperar, en el seno de lo ya pensado, a lo no pensado, porque pensando, estamos ya andando por el camino que lleva a lo por-pensar.

Cuando se trata de producción, algo imparable, pararse es una contraindicación.

Nos vamos acercando al VII Congreso Internacional Grupo Cero (Buenos Aires, del 20 al 23 de agosto de 1998), a la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires (del 14 de abril al 4 de mayo de 1998. Stand 449, Pabellón B) y a la Feria del Libro de Madrid (del 29 de mayo al 14 de junio).

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA 
es 
POESÍA Y PSICOANÁLISIS

VII CONGRESO
INTERNACIONAL 
GRUPO CERO

 

CLÍNICA PSICOANALÍTICA
Las Patologías 
de fin de siglo

BUENOS AIRES
del 20 al 23
de AGOSTO
de 1998

En: COMPLEJO LA PLAZA
SALA JULIO CORTAZAR
CORRIENTES / MONTEVIDEO

PRINCESA, 16- 3.º IZQ.
-Tel.: 91 542 33 49- Fax: 91 548 33 01- 28008 MADRID

MAIPU, 459- 1.º
- Tel. y Fax: 328 06 14/ 07 10- 1006 BUENOS AIRES

POESÍA, POESÍA, POESÍA

Ruth Hellema

EL TIEMPO ESTA CONDUCIDO POR
DOS BICICLETAS ROTAS

Sentada en un carruaje con ruedas de naranja
yo he optado definitivamente por lo sublime.
Despiértame por la mañana con trompetas
Y tráeme el desayuno con zumo de naranja
Prepárame el baño con mil aceites y vísteme de seda.
Distráeme con ingenio, inteligencia y gracia.
Yo no quiero saber nada
de las lamentaciones y discusiones desgraciadas,
Anhelo enamorarme de las ideas bellas
Y patentemente imprácticas.
Créame un montaje sin disonancias de color.
Envuélveme por un cuerpo que no sea el mío
Y déjame ignorar que el tiempo
está conducido por dos bicicletas rotas,
porque a mí me han quitado el reloj
y por la noche me despierto inquieta
           preguntándome si el despertador habrá sonado

 


 

Maribel Jiménez

UNA VEZ MAS

Una vez más
su piel rozó mis entrañas
acariciando pétalos ardientes
penumbra siembra del encuentro
belleza incandescente.
 
Una vez más
sueños planificados
bordaron con pasiones
sábanas reflejos de amores.

Mas esta vez
sobrante ocultación nos acompañaba
visibles rostros pasionales
palabras escritas llanamente 
compañía insólita del amante.


Rosario Reca

MAS LLANTO QUE LLORAR
ES VER LLORAR

Hoy he abierto los ojos a las puertas de un nuevo milenio
cansada, muy cansada como quien ha estado caminando
mil años arrastrando el polvo de todos los caminos
y de todos esos calendarios.
 
Hoy me he levantado inacabada incompleta 
                                                             [como el mundo,
la calle estaba mojada, la lluvia vivificante se       
                                            [había convertido en asesina
en violencia desatada, en caótica mensajera 
                                                 [de la muerte y la codicia
invasora de los cauces y caminos, 
                            [arrebatada, furiosa, esperpéntica, loca.
 
He oído que hay muertos desaparecidos, huérfanos,
y no ha sido la guerra o el hambre o la enfermedad,
el verdugo injusto y carnicero, ni tan siquiera el hombre.
No ha sido el fuego del cañón ni el frío acero
ni la mano absurda y despiadada del terrorista anónimo.
 
La lluvia madre, la lluvia que hace crecer la espiga
que riega la rosa que prodiga su mano 
                                                      [húmeda y compasiva
que alivia al sediento, que bendice con sus gotas
que se vierte en sacramento.
 
Dos caras de la misma moneda, el bien y el mal
hoy he sabido después de tanto tiempo
de qué sustancia están hechas las lágrimas
y que amargo es el llanto de los otros aún más
frío más duro más ingrato que el propio,
porque es llanto que se vierte hacia dentro y no hacia fuera
que no libera, ni duerme, es el que ahoga, 
                                                        [inunda y ennegrece
es cenagoso, acusador, ingrato ver llorar es el peor llanto.

 


 

Cruz González

HABLAR PARA LOS DEMÁS

«Escribiré para vosotros, vosotros,
mis amigos, mis camaradas...
Raúl González Tuñón»

Háblame -me dijo dulcemente el universo.
Deslicé sobre su rostro opaco el grito desgarrado
de una madre cuyo hijo murió en la guerra,
el llanto de los niños que rezan en la orilla de unos dedos.

Agité cascabeles de pasión, bailé sobre sus ojos
la danza de la muerte. Registré con fuego las 
                                                        [palabras malditas,
el holocausto que cada atardecer se dobla 
                                                           [entre sus labios.
 
Háblame -me dijo- y si no sabes, o no 
                                            [quieres o aunque queriendo
no pudieses, si no hay modo de que tus labios se abran,
deja deslizar sobre mis dedos tus palabras.
 
Desde aquel atardecer en que sus manos 
                                                  [cruzaron mi piel cetrina
escribo para vosotros, hombres del mundo, 
                                               [compañeros de la noche,
hablo para los demás en esta página en 
                                                 [blanco que poco a poco
toma forma y me deja para mostrar al mundo 
                                                               [nuevas voces.

 

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POR UNA POESÍA 
EN LIBERTAD

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5.000 pts. mensuales

coordinadora:
CARMEN SALAMANCA

información e inscripción:
91 542 33 49 


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EL LIBRO 
ENAMORADO

Me miró como si mirase a un desconocido, me tocó como si tocase algo que le perteneciera, sin embargo ni era desconocido para ella ni le pertenecía. Eso me hizo meditar acerca de lo humano.

Alguien habla escrito en una de mis páginas que la diferencia entre un animal y un humano es que los animales con su excremento cuidan su territorio mientras que los humanos cuidan sus excrementos como si fueran un tesoro.

Los humanos son tan narcisistas, están tan enamorados de si mismos que lo que les interesa resulta ser lo interesante, lo que les pertenece resulta ser lo valioso, lo que aman resulta ser lo más bello, de tal manera que les seduce lo destruido, lo desaparecido, lo lejano, y sus paradigmas, ya que todo lo que se separa de ellos mismos queda bajo cualquiera de esas denominaciones.

Antes muerto que de otro, antes destruido que de otro, todo se divide en antes y después de uno mismo. Mundo inexistente antes de mi y después de mi, por eso es tan fácil imaginar el caos en el origen, antes de mi y el fin del mundo, después de mi.

Su mano se deslizó entre mis páginas, más que leer acariciaba, envejecía los grabados que en algunas de mis páginas acompañaban al texto escrito.

De pronto se detuvo en la página 111, una humedad recorrió la página y el grado de salinidad me recordó que en la página 4 estaba indicado que eran lágrimas. Yo no tenia más conocimientos que los que contenían mis páginas, ni siquiera tenia el conocimiento de los personajes que me protagonizaban, sino tan sólo lo que hablan sido capaces de pronunciar. Respecto a mis lectores sólo reconocía sus manos, y alguna de las caras que al compás del sueño me hablan utilizado de almohada.

Almohada era una de las palabras que más se repetía en mis páginas, con ella habla aprendido el aspecto polisémico de la palabra.

Las conversaciones de los presentes en los lugares donde me tocó residir, varias bibliotecas públicas y tres bibliotecas privadas, eran sonoras, es decir tenían sentido y sonido pero sin letra no habla posibilidad de que dejaran huella en mí. Sólo podía repetir todas aquellas conversaciones que se habían realizado en mi presencia, pero sin poder comunicárselo a nadie.

Mi vida privada habla comenzado hacia treinta años, precisamente en la biblioteca de un joven abertxale. Era un joven de 26 años, que había estudiado Industriales y amaba leer, su biblioteca era mejor que muchas de las bibliotecas públicas en las que residí hasta que este joven me raptó.

Entonces vivía con sus padres y tres hermanos varones, cada uno de los cuales militaba en diferentes partidos, algo que nunca se decían entre ellos, pero que yo sabia porque durante tres años estuve tan cerca del teléfono que podía escuchar las conversaciones de ambos alocutores.

Después habité en una bella biblioteca cuyos libros, todos azules, nunca abandonaban su lugar. Así me enamoré de la quietud del libro que siempre permanecía a mi lado, ese estar me transformó en humano e hizo surgir sentimientos en mi que nunca habla padecido. 

Todo transcurría como todos los días, yo enamorado y mi amado libro dejándose amar, yo imaginando la textura de sus páginas, el color de las letras, soñando con que algún día se abrirla para mi y yo por fin podría penetrar, aunque sólo fuera por un instante y sin que dejara huella en mi, en sus letras más recónditas.

Aquel día, 25 de junio de 1999 iba a ser diferente, aunque a las 10 de la mañana yo todavía no lo sabia, sólo cuando llegaron los de las mudanzas y se llevaron la biblioteca con los libros azules me di cuenta que aquello que parecían libros eran solamente cáscaras simulando libros, aquel día descubrí que habla estado enamorado de un vacío, que añoro desde que alejaron de mí a mi azul amado y desde que me humanicé siento que mis letras se fragmentan y se caen de las páginas, pero me doy cuenta que simplemente se trata de una identificación al amado vacío.

Amelia Díez Cuesta.

PSICOANÁLISIS

CONSULTA 
GRUPO CERO

Padilla, 56
28006 MADRID

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¿SABÍAS?

-Que el instinto (propio de la especie) es un conocimiento que no comporta saber y que la pulsión (propio del sujeto hablante) es un saber que no comporta conocimiento.


-Que la forma bajo la cual se inscribe la instancia moral en el hombre, es todo menos racional, esa forma que llamamos superyó es de una economía tal que cuanto más sacrificios se le hacen tanto más exigente deviene.


-Que la angustia es una señal en el Yo para el sujeto, angustia real ante el mundo exterior, angustia moral ante el superyó y angustia neurótica ante la fuerza de las pasiones en el Ello.


-Que en el enamoramiento el objeto ocupa el lugar del Ideal del Yo y en la melancolía el objeto ocupa el lugar del Yo Ideal.


-Que existen dificultades inherentes a la esencia misma de la cultura e inaccesibles a cualquier intento de reforma. Que además de la necesaria limitación instintiva que ya estamos dispuestos a aceptar, nos amenaza el peligro de un estado que podríamos denominar «miseria psicológica de las masas». Y que este peligro es más inminente cuando las fuerzas sociales de cohesión consisten primordialmente en identificaciones mutuas entre los individuos de un grupo, mientras que los personajes dirigentes no asumen el papel importante que deberían desempeñar en la formación de la masa.

LOS DECIRES
DE UN VIEJO VERDE

288.

—No tenemos que dejar que el tiempo nos derrumbe.


380.

—La gente es un poco imbécil, no pueden utilizar lo ya hecho. El mundo comienza cuando ellos abren los ojos.


324.

—Hoy me he sentido acosado sexualmente por una mujer. Lo que de ella me violaba permanentemente era la fe que ella tenía en cualquiera de sus convicciones.


1548.

—Ella piensa con la nariz, es cierto, pero yo pienso con los huevos. Y una cosa no es, precisamente, mejor que la otra.

Pintar, escribir y amar y esto nos pasa a los dos por igual y no podemos casi nada. Una vuelta de rosca, todo el mundo lo sabe, una vuelta de rosca, una vuelta de rosca para que todo funcione mejor. El problema, los dos tenemos el mismo, es que no sabemos para qué lado hay que dar la vuelta de rosca que nos haga bien.


1549.

—Tengo miedo que me pase que nunca más vuelva a escribir versos. Amar los versos ya escritos por otros, ése es el camino. No queda otro camino: amar los versos ya escritos por otros.


1550.

—Llega un momento que como no quiero hacer nada y perder tiempo en eso, no hago nada.


1554.

—Arpegios y voluptuosidades. Recuerdo sin dolor todo el pasado, pero no encuentro la manera de volver a vivirlo.

Único, partido y múltiple, ése fue mi pasado.


459.

—Si no estamos solos, si no somos únicos, entonces, cada triunfo de la poesía será un triunfo de todos los hombres y cada derrota de la poesía será una derrota de toda la humanidad.

Algún día alguien pagará para que el hombre pueda alcanzar su felicidad o su gloria, pero por ahora no es así y esperando, tranquilamente, sin hacer nada no ocurrirá jamás.


460.

—Un pobre hombre que es capaz de encontrar pobreza en un gran amor, en verdad, merece la pobreza.


461.

—Cuando nos conocimos todo era un arrebato de piel y de palabras.

Al tiempo todo era un arrebato de piel.

Después, aún, con el aburriemiento, vino el arrebato de nada.


462.

—Hace veinte años que estoy a su lado y los celos me los metí en el culo.

Pero, por tu manera de ser, ahora estoy yo.

Sí, y luego habrá otra, la cadena para que sea humana debe ser abierta.

No querida mía, esta vez la cadena será abierta para atrás (dejaré que lo ames) pero cerrada para adelante.

Con esos pensamientos no llegarás a fin de siglo.

Y más allá, todavía, y no habrá otra.

Si no hay otra estaré yo.

Tú no eres otra. Eres una parte de él y yo te amo.


463.

—Las conversaciones sobre el tema sexual a mí se me hacen muy intelectuales.

No me digas. Tú prefieres hacer, ¿no?

No digo eso, pero hablar del amor, como algo que pasa en la cabeza.

No seas prosaica, el amor, después de Dante es una cosa espiritual, siempre con más contenidos de fantasías y de palabras que de hechos materiales. El amor, querida, como dice Menassa, es el más profundo hecho humano de la inteligencia humana.

Si coño, pero, después de Freud, el amor es basura, retazos infantiles maltratados, huecos insondables, carne picada abierta sin extensiones, así, como el inconsciente.

¿Y al cine no vas nunca, te la pasas todo el día follando?

Follando no, porque no hay quien aguante eso, pero esperando todo el día ese momento, sí.


465.

—El hoy llegó desesperado, sin nada que decir. Después de más de media hora de silencio dijo rápidamente: Mucho le debo a las palabras. Sin palabras todo sería hosco, insoportable. Ella suele imaginar ser un cuerpo sin palabras. ¿Se imagina, doctor? Varias horas sin pronunciar más que gemidos y gritos que nada expresan. No es que me desagrade ser un chimpancé, pero no todo el tiempo. Yo me pregunto, doctor, quién se animará a decirme algo que no me hiera, ¿quién?

Como si tuviera flores el espejismo abierto de la noche.

Cómo lo sabe. Fui tras una flor y su perfumé estaba envenenado, no me mató pero quedé abierto en mil pedazos, y tengo cierto miedo a los perfumes. Despedazado me arranqué la nariz para no volver a pecar nunca más y me enamoré perdidamente de una mujer que resultó ser mi madre.

El veneno estaba en mí, doctor, eran mis propios sueños.


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Buenos días...
Buenos Aires

EL DESQUITE DE LORCA
Por Rodolfo Alonso

El cinco de junio de 1998 cumpliría cien años. Pero fue asesinado por esbirros franquistas en 1936, al comienzo de la guerra civil española, cuando sólo tenia treinta y ocho años de edad. A pesar de lo que afirmara entonces en versos memorables nada menos que Antonio Machado (y luego otros muchos que, como él, supieron vislumbrar en el calvario del poeta la misma significación histórico-mítica que iba a alcanzar la espontánea y ejemplar resistencia antifascista del pueblo español), el crimen no fue en Granada, sino en el barranco de Viznar, y a consecuencia de uno de los siniestros «paseos» parapoliciales que llegarían a hacerse tristemente célebres. Esa muerte, entonces, y así, de uno de los jóvenes poetas más brillantes de una generación sin duda resplandeciente, se convertía también en paradigma involuntario de un tiempo histórico que -como vimos- llegaría a cobrar ribetes prácticamente mitológicos. Pero, sin embargo, no fue por ese único hecho que la personalidad y la voz de Federico García Lorca llegarían a volverse proverbiales, ya que toda su entera existencia está entretejida de legítimo duende y de auténtica gracia.

Ser de lenguaje vivo, vivo en su contagioso y límpido lenguaje, la poesía de la escritura de Federico (que toda su literatura, sea lírica o no, nunca es sino esencial poesía), se concreta en una feliz y jamás premeditada aprehensión y elevación a símbolo de lo más orgánico de la cultura y del pueblo en que nació, el de los gitanos andaluces, a los cuales alza con mucho a su máximo nivel de expresión y de emotividad, con un alcance no apenas hondamente situado en su precisa geografía, en el sentido de que inviste y sublima un folklore legítimo hasta convertirlo en otra joya deslumbrante, sino también en la circunstancia de que consiga hacerlo al mismo tiempo a un nivel directamente planetario, dando a ese valor profundamente, raigalmente local una misteriosa pero evidente -y envidiable - dimensión universal.

Ese don prácticamente milagroso, de percepción y acumulación casi instantánea de los valores colectivos más profundos y a veces más escondidos, no se dio tan sólo en Lorca con relación a su propio pueblo. Una no demasiado prolongada estadía juvenil en Santiago de Compostela, por ejemplo, le permitió al parecer percibir en toda su clara gravedad, casi de un vistazo, lo esencial del drama y la riqueza del pueblo gallego. Y sus Seis poemas galegos, editados en 1936 por Anxel Casal (quien también iba a ser bárbaramente asesinado) siguen siendo desde entonces una fuente de inagotable maravilla, por lo certeramente que caló en el idioma, en el sonido pero también en el sentido de un pueblo hecho de viejas heridas y de nuevos desgarramientos, como el de la emigración.

Mientras que en la tocante Yerma, aparecida en 1934, culmina y se concreta en un espléndido despliegue de palabra y de acción todo el escueto tuétano, el hondo drama de un problema humanísimo, el de la fecundidad, una cuestión que aquí se vuelve de sangre en todo sentido al enhebrarse con los hontanares de una Andalucía campesina y primitiva, allí donde entre música y pasión desde el fondo del cante y la sabiduría y el folklore popular García Lorca sabe erguir una tragedia enjuta y rotundísima, que llega limpiamente al nivel de sus ancestros griegos -lo que no es poco decir-.

Pero a esa cumbre de su poesía dramática es posible unir también un libro para muchos extraño cuando no disonante en el conjunto de su obra, escrito en Norteamérica entre el 29 y el 30, que su autor no se decidió a publicar en vida, y que sólo al darse a conocer póstumamente vino a quedar en cierto sentido como testamento o etapa final de su labor creadora, como apertura incipiente de su autor, muerto tan joven, a otros posibles mundos, a una literatura más moderna, más cosmopolita.

Y sin embargo no sólo es Poeta en Nueva York un producto del medio de su vida, es decir no final, sino que aún en él, y en la nueva visión que le proporcionan otros horizontes, otros universos, es factible discernir bien a fondo a la vez lo permanente del genio (verbal y mágico) de Lorca, y también la absoluta capacidad de su ser y de su inteligencia para ahondar, casi con mirada radiográfica, en lo raigalmente verdadero de un medio y de una situación que no le eran afines. La Nueva York de 1929 -año clave si los hubo- no es por supuesto apenas descrita o narrada por Lorca, sino que es revelada de acuerdo con lo que provocó en su espíritu y por medio de su propio lenguaje, en su lenguaje. Si a través de esas páginas pudo intuirse un cambio posible en el futuro de la poética de Lorca para el hipotético caso de no haber muerto tan pronto, pienso que sigue siendo por lo menos un pronóstico dudoso. Y no sólo porque, como ya hemos visto, el hecho de ser póstumas se debió a la voluntad del autor, que las había escrito seis o siete años antes de su muerte. 

Lo que si demuestran esas páginas es, no sólo la capacidad moral y cultural de un artista completo para aprehender una nueva realidad (como había hecho con el mundo gallego) y hacer de ella obra, sino también la persistencia de su riqueza de lenguaje y de inventiva.

Aunque su corazón, su sentir, su manera de ser, derivaran hacia otras latitudes, no sólo geográficas. Como se nota, especialmente en los últimos tramos del libro neoyorquino, en su «huída» de la gran metrópoli «hacia la civilización» y en su empatía abiertamente explícita con los ritmos afrocubanos (ya había sido notable la percepción del universo negro norteamericano en aquel libro) que evidencia el Son de negros en Cuba. El Lorca andalucísimo, que pudo ser gallego como nadie y que sintió en lo hondo el impacto de Nueva York y lo mucho y complejo que ella representaba, revivía al son mestizo, hispano y africano, de la Cuba latinoamericana.

 

EL AMOR

Ni huir, ni arremeter contra nada.
Aprender conversar
tranquilamente, eso enseña el amor.

«El verdadero viaje»,
de Miguel O. Menassa

 

 

Cuando preguntan a Sigmund Freud al final de su vida lo que es para él un ser humano sano, contesta: «Aquel que es capaz de trabajar y de amar». En efecto, todas las patologías que trata el psicoanálisis tienen un factor en común: sus inhibiciones a la hora de amar. El neurótico, el psicótico, el perverso, el psicosomático están absorbidos en sus pasiones, y pasión, ya lo sabemos desde Freud, sólo hay una: yo mismo. Yo, esa ilusión, ese intento siempre fracasado de reconstruir en el espejo, para no morir, la madre primitiva que lo podía todo.

El psicoanálisis describe lo que solemos llamar amor como una conducta narcisista, es decir que el hombre y la mujer sólo aman lo que han sido, lo que son, lo que ambicionan ser.

Lo primero que se le ocurre al pequeño humano prematuro en su total desamparo es la relación con el otro ya que la libido se apoya en la satisfacción de las necesidades y elige como primeros objetos a aquellas personas que en ellas intervienen. Desde entonces, el amor, la demanda amorosa será una tendencia a pedirle al otro que sea más de lo que es y habrá siempre una discordancia entre el objeto buscado y el objeto encontrado. En la ceguera amorosa hay sobreestimación del objeto y empobrecimiento del yo. Después vienen las decepciones, las separaciones.

Frente a la pérdida el objeto amoroso —y cuando sustituir será la reacción más sana— el yo, para negar la ausencia, incorpora el objeto se vuelve triste, melancólico, inhibido en las funciones propias de la vida.

Para el psicoanálisis el amor es del orden del deseo: no una pasión imaginaria donde el sujeto tiende, sin conseguirlo, a completarse sino un don activo. Cada vez que vuelvo a caer en la ilusión de completud tengo inhibiciones para trabajar, para amar, para crear. El sujeto, cuando acepta que no puede poseer al otro acepta su carencia y se transforma en sujeto deseante en continua transformación.

El amor surge, por lo tanto, ahí donde un amado se transforma en amante, es decir un deseable en deseante.

Eros tiende a la unión pero sin principio de muerte moriríamos todos ahogados en su abrazo. Es decir que para que se pueda forjar en mí la dimensión del amor tendré que haber aceptado el límite que la muerte impone a mi existencia material. Cuando acepto ser mortal, alcanzo un grado más de humanización que me permite transformar la realidad.

Cuando uno de nosotros está capacitado para crear. Crear es la expresión más alta del amor: dar lo que no se tiene a quien ni siquiera conozco.

En Psicología de las masas Freud escribe que en el desarrollo de la Humanidad, como en el individuo, es el amor que ha revelado ser el principal factor de civilización, y aún quizá el único. El amor nace de un trabajo en común. En efecto, no hay amor sin un trabajo: el trabajo de producir sin descanso el amor, el trabajo de transformarse en humano. Y lo que nos hace humanos es encontrarnos con el lenguaje, sumergirnos en el mundo del deseo.

Claire Deloupy Marchand


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La Transmisión en 
Psicoanálisis

CINCO CONFERENCIAS DICTADAS EN 
CALI-COLOMBIA

POESÍA, PSICOANÁLISIS, LOCURA

Quiero comenzar agradeciendo y explicaré por qué.

Sabemos que la locura tiene sus defensores, sobre todo cuando se trata del psicoanálisis. Quiero decir que en el sesgo donde soy psicoanalista, por el solo hecho de haberme tenido que presentar ante ustedes como tal, ella la locura, hubiese reclamado sus derechos entre nosotros, y nosotros aceptaríamos sin más, haberla convocado. La poesía en cambio, y sobre todo cuando se trata de las ciencias, no goza de semejantes derechos.

Agradezco, entonces, haber sido invitado a estas charlas, también, en nombre de la poesía. Esto me permitirá hablar sin tener los cuidados que normalmente se requieren para que ella no irrumpa, como tantas veces espero que ocurra en estas charlas, porque ella será la indiscutible dueña de mis palabras, más aún que la propia locura del simple hablar, en donde cada vez que pronunciamos una nueva palabra adviene en nosotros un nuevo sentido, aunque no lo sepamos.

Porque la poesía es la que legisla ese saber y ese no saber. Y es en la poesía donde el deseo y la locura plasman su ser. Se sabe de antaño que la poesía (mucho antes que las matemáticas dieran un nuevo rumbo a la humanidad) hablaba de una voz más acá de dios y, sin embargo, humana. A partir de ese momento, a la razón de las ciencias, se le oponía lo que había sido su propia posibilidad de ser, la poesía. Y la poesía como sinrazón, como estallido sangrante en medio de cualquier vida, de cualquier frase, de cualquier historia. Aún, como sinrazón, cuando los más ambiciosos tratando de hacerla más aceptable la transformaban en filosofía. Quiero decir que mucho antes que la locura hablara por sí misma, la poesía habló por ella.

Se trata de una guerra entre Poesía, el Psicoanálisis y la Locura, seguramente ganaría la poesía.

50.000 años son más que algunos siglos de locura y más aún que una ciencia, en sí misma por ser ciencia, con menos de un siglo en su vivir.

Si se tratara de una conversación y sin entrar en tema todavía, trataré de delimitar el campo en cuestión, teniendo en cuenta toda la escritura de un grupo, en tanto, que si algo de específico tiene ese grupo, es haber creado dicho campo. Y si el campo ha de ser, el del psicoanálisis y la poesía, así de juntos y vanagloriándose de estar juntos, si este campo existe, cosa que intentaremos tratar de construir, el grupo del cual estamos hablando, se denominará: Grupo Cero. Y si es la escritura la que condena al hombre a ser histórico, digamos que me quiero referir a un escrito del año 1971, donde por primera vez se firma como grupo. Palabras que más allá de la cultura familiar de Buenos Aires, se proponían un acercamiento al hecho social desde la poesía, desde el psicoanálisis, desde el marxismo y yo pienso desde cualquier otra magia o misterio que anduviera por ahí tratando de ensanchar los límites de lo humano.

Y allí tratando de ensanchar los límites de lo humano estaba también la locura. No estaba en nosotros pero estaba en nosotros. No éramos los locos pero vivíamos con los locos. No dormían con nosotros pero cuando nosotros dormíamos con una mujer, le hablábamos de los locos. Con el tiempo se fueron borrando aún más las diferencias. Fueron nuestros amigos y también fueron nuestros enemigos. Llegamos a preguntarnos qué diferencia hay entre los locos y nosotros. A veces la escritura toma rumbos que la palabra hablada no hubiese tomado jamás. Habíamos dicho que la primera conversación debería poder mostrarnos al psicoanálisis como una ciencia.

Es en el intento de mostrar el psicoanálisis como ciencia, donde en este primer encuentro, debe detenerse el tiempo. En esta primera conversación el intento será epistemológico, que no podrá ser otra cosa que materialista, porque materiales son las estructuras lingüísticas de donde las ciencias sacan su provecho.

Y si la escritura habrá de ser la base material de las ciencias, éstas padecerán más allá de sus padecimientos, el padecimiento que por ser escritura, padece. Su verdad nunca coincidirá con el tiempo de su aparición. Y así es que el hombre sigue padeciendo una moral que ya se desmoronó en los libros. Palabra la del psicoanálisis que más que saber de sus alcances, sabemos de las resistencias que se oponen a sus posibles alcances. Una palabra que por atentar contra lo único que el hombre tenía de sí, su propia conciencia de sí y como sabemos la conciencia siempre es forjadora de poder, el psicoanálisis, en su desarrollo tuvo que enfrentarse no sólo con la resistencia de sus practicantes a encontrarse con sus propios deseos inconscientes, sino también en su desarrollo, con los modos represivos de los estados.

Hay algo en el psicoanálisis que más allá del sujeto, nos habla del estado, que más allá de su poder en transferencia, se atribuye como instrumento de conocimiento la capacidad de lectura de los modelos ideológicos.

Y si leyendo desde el sujeto en la transferencia se puede llegar —según se atribuye el propio psicoanálisis— a transformar los deseos inconscientes, en el sentido de una transformación de lo que sobredetermina o por lo menos un cambio de rumbo de lo que sobredetermina. 

Podríamos pensar entonces que a la posibilidad del psicoanálisis atañe también la transformación de los modelos ideológicos, que por inconscientes tendrán que ser construidos como tales desde los efectos, los cuales por ideológicos, asentarán en el propio cuerpo del sujeto. Y antes que la poesía y la locura nos invadan definitivamente trataremos de poner en claro ciertas cuestiones.

Si la realidad es la metáfora de todo lo posible, las ciencias serán lo posible de ser determinado. Para que una ciencia se precie de tal debe tener su objeto propio. Y su objeto propio no puede ser un objeto real, sino sólo provenir de un objeto real, mediante una transformación que de la cosa hace símbolo, cuyo procedimiento llamamos: trabajo teórico.

Objeto teórico, entonces, a partir del cual y según sus vicisitudes habrá método. Que tendrá que tener como condición la capacidad de modificar su propio ser, mediante lo que se le atribuye, es decir, la interpretación, cada vez que haya un obstáculo en el devenir del objeto teórico y cada vez que haya un obstáculo frente al objeto real a conocer, mediante la técnica que él mismo, el método, mediando entre la teoría y ella, determina.

Técnica que más que cumplir los requisitos del objeto real, tendrá que cumplir, para que sea técnica científica, los mandatos de la teoría. Si el psicoanálisis se tratara de una ciencia, su objeto teórico, el inconsciente es más inasible como concepto que como inconsciente, porque si bien como inconsciente no sabríamos de él más que la condena de ser sus propios efectos, por concepto sabríamos menos aún. Ya que el concepto designa material a lo no corpóreo y por lo tanto suprasensible. Y no es por lo tanto en mi propio cuerpo donde deberíamos buscar el inconsciente, sino en la malla que si bien material, incorpórea, invisible, tejen las palabras frente a un otro de mí, humano, que relativiza mi soledad y me da como naturaleza de lo humano, otro humano.

Campo de la palabra, que no es otro que el campo de la función humana.

Un síntoma anonadado por su propia presencia se hará palabra. Un resto animal en el hombre, antes del psicoanálisis, inconmovible, podrá ahora, después del nacimiento del psicoanálisis, acceder a humana presencia. Toda ciencia es ciencia de una ideología. Toda palabra es muerte de una cosa. Todo saber finalización de una ilusión, donde la ideología asienta su trono, y es en el límite de la certeza sensible hasta donde llega su poder. Y serán sus instrumentos entonces, todo lo que en el hombre pueda captar sensiblemente lo real, es decir todo lo que el hombre pueda registrar como real cuando mira, cuando toca, cuando piensa en soledad. La ideología es el tiempo donde el hombre reconoce y desconoce a la vez las determinaciones de lo que le toca padecer como reconocimiento. Conocer parece ser otra cosa que sentir, parece ser otra cosa que ver, parece ser otra cosa que reconocer.

Conocer será interpretar lo reconocido, más que para alcanzar otro nivel de comprensión, para transformar lo visto y tocado (lo reconocido) en otra cosa. Porque la interpretación no está en los hechos, sino que los hechos sólo existen después de ser interpretados. Y sólo existen para transformarse en otros hechos ya que la cadena significante no dejará de fluir. Porque si esto aconteciera, no habría de ser la interpretación una interpretación psicoanalítica. Si esto ocurre, podemos decir finalmente alguien teme por las palabras que tendremos que llegar a pronunciar. Y que en todos los casos serán palabras que tendrán que ver con nosotros, porque del hombre sólo temo, las palabras que de él me otorgan una medida de lo humano.

Y si ha quedado claro lo que debería ser una interpretación, no ha quedado claro la posibilidad de su fundamento o, para decirlo de otra manera, el fundamento de su verdad.

Y esto no es otra cosa que lo que brinda el trabajo teórico, el descentramiento acerca de la cuestión, para poder decir de ese vacío que reina en mí, cuando estoy unido a la cosa por los lazos de la ideología, que no son otra cosa que los lazos con los cuales, como científico, ato mi vida al mundo de los hombres. Pasaje espectacular, que sólo podrá ser nombrado por fuera de la cosa donde se produce la ruptura. Es decir, si lo que se rompe, se rompe también en mí, no deberé estar en la cosa para nombrarla. Parecería ser como si el hombre en estos últimos siglos tuviera que determinar un centro del sistema que nunca es él. Como si haberse podido descentrar para separarse de la cosa, para transformar el ábaco en la ley de los números naturales lo llevaran en todos estos descubrimientos a hablar de un sistema en el cual el hombre, por hombre, está excéntrico de él.

No es él, el hombre, el que determina las mallas de sus relaciones sociales, no es el hombre, el que elige los modos de vida dentro de su inscripción social, él es elegido por el sistema social. No es el hombre, no soy yo el que decido las palabras que he escrito, ni las palabras que pronuncio frente a ustedes, sino que es él, el Otro, el que a mí me falta, el inconsciente, donde se generan estos pensamientos.

Antes de 1900 el pasado existía como determinante y lo que antes era un simple desplazamiento en el cuerpo de la paciente que Freud describía fenomenológicamente con la palabra desplazamiento, después de 1900 tiene detrás de sí el concepto de transferencia, es decir la movilización de una carga de una representación a otra representación, por lo tanto un desplazamiento que veía, y hasta podía tocar, desconocía cuáles eran sus fundamentos estructurales de producción.

Es con la Interpretación de los Sueños que Freud pone no un límite vivencial, no un límite ideológico, no un limite de los sentidos a la interpretación onírica, sino un límite teórico y se llama, ombligo del sueño.

 Cuando se llega allí se detiene la interpretación psicoanalítica, no es que el psicoanalista tenga ganas de seguir o que el paciente quiera recuperar lo que no pudo. Lo real inconsciente es imposible.

Miguel Oscar Menassa 

(continuará)


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PRESENTAR A DERRIDA

El título es el anuncio de un imposible. ¿Pero, éste no es el mismo «imposible» que sus discípulos más directos y sus cultores más apegados, han atribuido a la deconstrucción y a la différence? No respondamos inmediatamente. El apresuramiento lastima la pregunta. Ahora bien, si en el «origen» nos topamos ya con una re-presentación que lo ocluye (y la «obliteración del origen» es la différence misma), la presentación será lo originariamente abatido, y con ella toda percepción. Dejemos resonar la palabra derridiana tal como en «La Voz y el Fenómeno», «y contrariamente a lo que la fenomenología —que es siempre fenomenología de la percepción— ha intentado hacernos creer, contrariamente a lo que nuestro deseo no puede no estar tentado de creer, la cosa misma se sustrae siempre». La negación radical de la percepción («no ha habido jamás percepción»), se extenderá en la matriz de la presentación más exacta, que ya será «una representación de la representación, que se desea en ella corno su nacimiento o su muerte».

Es así que el infinitivo (presentar) que alienta estos pasos en un camino marcado por sus rodeos, revierte el signo neutro de la lingüística, y de la gramática en particular. Para la flexión verbal el infinitivo es el lugar de lo marcado, de lo sin huella aparente. Recién se harán evidentes con su conjugación. Ni antes ni después, conjuntamente. Pero resulta que el presentar ya está signado y consignado (asunto de «Mal de Archivo») en la re-presentación de la re-presentación de la re-presentación... Y esto es lo que repica en cualquier presentación, sea cual fuere. En una palabra, jamás ostenta un «grado cero» o un espacio «neutralizado» que sólo se desea «neutral», sino que mantiene un «espaciamiento» como indaga en «La Verité en Peinture». De este modo retorna sus trazos, sus trazados, solicita sus rasgaduras, permanece surcado por las huellas que el infinitivo reúne y envuelve. Por eso no puede mostrarse más que como una re-presentación de sí mismo, o sea: como un simulacro de presencia plena.

Sin embargo he querido conservar en este «Presentar a Derrida» la nota de «resistencia» («Resistencias del Psicoanálisis») con que una verdadera operación de pensamiento horada el ser como presencia, y la retahíla de nombres bajo los cuales actúa embozada. Sea en parejas habituales (sensible-inteligible, sujeto-objeto, significante-significado, real-ilusorio, etc.), sea en fascinantes mandatos (coherencia, transparencia, legibilidad, sentido común, etc.). Presencia que inunda el tiempo, la conciencia, el ego... Así el «presente», la orden de existencia, se imposta como único, con su «aquí» y su «ahora» objetualizados. A la vez hace de sí mismo el regalo más preciado —obsequiar un «presente»—, donde las estrictas normas de pasaje inhiben, precisamente, una donación amorosa, no mercantil, aunque sí estético-política («Dar (el) Tiempo»). De igual manera el mundo se presenta a la conciencia. Y ésta, lurninica o intencional, le pone nombre, borrando lo innombrable en la misma operación, lo hace objeto de vivencia, lo convierte en significado. Asimismo, la errónea suposición de que soy lo más cercano a mí, precipita un régimen identitario. ¿Quién más próximo-prójimo que yo-yo mismo? Y es, en esa mortalidad de sentido común, que lo idéntico de la lógica y la lógica de la identidad bordan sus figuras con las distintas hebras de la presencia.

Presentar a Derrida será, pues, tachar la posibilidad de una presencia desnuda, doméstica y masticable. En cambio será el acto de donar —leyendo del revés una frase de Derrida en «Posiciones»—, de reescribir (lo) mientras leo, lentamente. Se trata de un ritmo alargado en el decir de la escritura, que Nietzsche atribuía al «maestro de la lectura lenta» en El Crepúsculo de los Idolos.

Del libro inédito: «Ensayos sobre el Pensamiento Sutil. Heidegger, Deleuze, Derrida».

Juan Carlos De Brasi.

ALGUNOS USOS 
DE LA HISTERIA

Leyendo acerca de las atribuciones y explicaciones que se desprenden del término histeria, observo que desde finales de la Edad Media, la expresión usada hasta entonces para designar expresiones individuales de los fenómenos histéricos, se desplaza hacia manifestaciones colectivas en forma de danzas u otras expresiones masivas características de aquella Europa. Lógicamente, la interpretación que en ese período de la historia se hace de la histeria está en consonancia con las ideas acerca de lo sobrenatural y lo mágico que impera acerca de la enfermedad mental en general. Con los siglos ha habido un cierto desarrollo de los términos en que se puede procesar esta preocupación, sobre todo desde el XVI al 20, donde se introduce la idea de una psicogénesis. Fue la histeria lo que puso a la medicina en los límites de su saber. La histeria causó confusión y desconcierto, también en el mundo médico. La histeria crea y recrea lo insólito y se halla diversificada en su expresión en toda la patología médica. En el campo estricto de la Psiquiatría y la Psicología, se utiliza el término igualmente para referirse a trastornos de conversión, a estados disociativos, a personalidades peculiares o manifestaciones colectivas determinadas o incluso para señalar a pacientes varios que puedan resultar molestos para el facultativo que los atienda. En lengua coloquial, histérico también se utiliza para adjetivar refiriéndose a toda manifestación exagerada o explosiva de conducta. A los investigadores también les llamó la atención la organización familiar y social de estas personas, donde se observó el dominio de la situación que obtienen a través de su forma peculiar de establecer o no relaciones o bien utilizando sin saberlo su sintomatología para controlar el ambiente.

Jaime Icho Kozak

 

Escuela de Poesía y Psicoanálisis
GRUPO CERO

UNA ESCUELA ES UNA MANERA DE CONCEBIR LA TRANSMISIÓN DEL PSICOANÁLISIS. EL PSICOANÁLISIS NO SE PUEDE ENSEÑAR, PERO SE PUEDE APRENDER.

SEMINARIOS DE FORMACIÓN:

Seminario Sigmund Freud

Seminario de formación para Licenciados

Seminario Jacques Lacan

Seminario de Grupos

Master en Clínica Psicoanalítica

Grupos de Escritura

C/. Princesa, 17-3º Izda. 28008 Madrid. 
Tel.: 91 - 542 33 49 - Fax.: 91 - 548 33 01

www.grupocero.org

ODONTOLOGÍA INTEGRAL

Hay algunas patologías que la medicina ha llamado de etiología desconocida y entre una de ellas está lo que se describe como Neuralgia del Trigémio. El síntoma es un dolor agudo, sordo, de corta duración, es decir, fulgurante, que suele repetirse a distintas horas del día o bien varias pulsaciones seguidas a determinadas horas o bien días sin dolor y luego vuelve y que generalmente se le atribuye un origen dentario, tal es la creencia que sostiene el portador de la neuralgia y que describe como inaguantable, desesperante, que lo vuelve loco. Así muchos pacientes convencen al profesional que extraiga las muelas y se van quedando sin dentadura generalmente de un solo lado porque son dolencias unilaterales.

Los fármacos que se están utilizando últimamente tienen que ver con antipsicóticos que según estadísticas en algunos casos funcionan, disminuyendo o distanciando los síntomas, pero ni métodos tan drásticos como la coagulación del ganglio de Gasser que es de donde parten las tres ramas del Trigémino: la Oftálmica, la Maxilar Superior y la Maxilar Inferior, con el consecuente trastorno sensitivo y motor de la zona que este cortocircuito deja sin acción.

Por lo pronto es una enfermedad que está en investigación y que como tal hay una vieja-nueva manera de abordar el problema para esos casos de «etiología desconocida» pensando que ese «dolor» es manifestación de «otro dolor» que podríamos llamar psíquico. En este punto me remito a Freud que estuvo muy preocupado y ocupado en pacientes con enfermedades psicosomáticas, enfermedades funcionales, que afectan a la función, que no al órgano en cuestión. En una primera aproximación Freud relata el caso de una paciente diagnosticada con Neuralgia del Trigémino y que al igual que muchos otros, en el afán de terminar con la causa del dolor habían terminado con todas las muelas del lado afectado, sin terminar con el dolor. Esa paciente, Cecilia M. (Freud, Obras Completas. Tomo I. La Histeria. Historiales Clínicos. Ed. Biblioteca Nueva), gracias al análisis llega a desenmascarar la relación que ese dolor tenía con otras situaciones vitales que a su vez estaban relacionadas con historias de deseos inconscientes, con lo que consiguió la tan ansiada curación, aún cuando Freud a fin del siglo pasado, se ayudaba con la hipnosis para avanzar en el campo psicoanalítico.

Si los profesionales entendiéramos que en estos casos el psicoanálisis es la posibilidad más inocua y eficaz de curación tomaríamos la terapia psicoanalítica como un remedio, con status de medicación y la investigación en este campo daría un salto cualitativo sumamente beneficioso para el paciente y para la medicina.

Olga de Lucia Vicente

MIS AMIGOS LOS MÉDICOS

Estoy comiendo con tres médicos amigos en La Alcarria y surge una conversación acerca de los pacientes que visitan las consultas con tanta frecuencia, ahora al digestivo, ahora al cardiólogo o de urgencias, narrando molestias y dolores de los que nunca aparecen datos que muestren el motivo de tales dolencias en las numerosas pruebas que les realizan (analíticas sanguíneas, radiografías, auscultaciones), los medicamentos que administran no acaban con el malestar de los pacientes; además, señalan los tres médicos a la vez, mientras comemos y yo los escucho, se ponen a contar en la consulta «sus vidas», con el poco tiempo que tenemos para atenderles. «Yo termino cansadísimo todos los días y cuando aparecen dos o tres pacientes de este tipo aún más», les recuerdo que son pacientes que se podrían beneficiar de una consulta con el Psicoanalista, «sí, dice uno de ellos, yo se lo aconsejo pero como tienen que gastarse el dinero muchas veces no acuden», otro me pregunta «¿pero eso que tú haces para qué sirve?», como ves, le señalo, para que puedas continuar esta tarde trabajando sin angustia y el tercero reconoce «los que vamos a tener que ir al Psicoanalista somos nosotros».

Los pacientes que aquejan dolores de de cabeza y jaquecas que no calman apenas con los analgésicos habituales o los que padecen úlcera de estómago ante situaciones concretas de stress emocional o las subidas de tensión arterial sin factores de riesgo o las crisis asmáticas y alergias sin o las disfunciones sexuales y prostatitis y… son en todos los casos afecciones Psicosomáticas, que se aliviarían en las primeras consultas con el Psicoanalista, si bien algunas de ellas necesitan un tratamiento prolongado.

El Psicosomático conversa mudo con «su úlcera», el hipertenso no pudo expresar una rabia contenida, el obeso tiene miedo al hambre, el alérgico desea no disfrutar…

Mis amigos médicos desconocen la importancia del Psicoanálisis tanto para el tratamiento como para la prevención de un gran número de enfermedades y no los culpo, porque en la Facultad de Medicina no nos enseñaron nada al respecto, pero yo me siento responsable de esta faceta de la salud tanto de los pacientes como de los médicos y solo nada puedo pero con este artículo y la escritura constante de todos los que participamos en Extensión espero dar un paso adelante.

Carlos Fernández del Ganso

 

CONSULTA 
MÉDICO-PSICOANALÍTICA

GRUPO CERO

ÁREA DOCENTE
SEMINARIO SIGMUND FREUD
DE LA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS
GRUPO CERO

ÁREA CLÍNICA
DEPRESIONES, ANSIEDAD,
OBSESIONES, PROBLEMAS DE PAREJA

PSICOANÁLISIS
INDIVIDUAL Y GRUPOS

JAIME ICHO KOZAK, STELLA CINO NUÑEZ, CARLOS FERNÁNDEZ DEL GANSO
PSICOANALISTAS
ALCALÁ DE HENARES

-C/. ÁLVARO DE BAZÁN, 9, 5º. E
TELÉFONO 883 02 13
- CENTRO MÉDICO COMPLUTENSE
VÍA COMPLUTENSE,77
TELÉFONO 882 01 89

 


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POESÍA EN EL TIEMPO

Sor Juana Inés de la Cruz

V

Arguye de inconsecuentes el gusto y la
censura de los hombres que en las mujeres
acusan lo que causan
 
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis,
 
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
 
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
 
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco,
y luego le tiene miedo.
 
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
 
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empana el espejo
y siente que no esté claro?
 
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual:
quejándoos si os tratan mal
burlándoos si os quieren bien.
 
Opinión ninguna, gana
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
 
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
 
¿Pues Cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
 
Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
 
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
 

¿Cuál mayor culpa ha tenido,
en una pasión errada,
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
 
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga,
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
 
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
 
Dejad de solicitar
y después con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
 
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues, en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

 

GABINETE PSICOANALÍTICO 
GRUPO CERO 
EN 
ARGANDA DEL REY
-Psicoanálisis
-Orientación Familiar
-Preparación al parto

LIDIA ANDINO TRIONE
PSICOANALISTA
TEL.: 91 871 52 48

TUS DIENTES 
SON EL ALMA 
DE TU SONRISA
¡CUÍDALOS!

CLÍNICA DENTAL
EN ARGANDA DEL REY

Escultor Ginés, 2, 1.º B
Tel.: 91 871 68 14

Alfonsina Storni

ME ATREVERÉ A BESARTE… 

Tú, de las manos fuertes con dureza de hierro
Y los ojos sombríos como un mar en tormenta,
Toda suerte o aventura en tus manos se asienta;
La fortuna te sigue, la fortuna es tu perro.

Mírame aquí a tu lado; tirada dulcemente
Soy un lirio caído al pie de una montaña.
Mírame aquí a tu lado... esa luz que me baña,
Me viene de tus ojos como de un sol naciente.

¡Cómo envidio tus uñas insertas en tus dedos
Y tus dedos insertos de tu mano en la palma,
Y tu ser todo inserto en el molde de tu alma!
¡Cómo envidio tus uñas insertas en tus dedos!

A tus plantas te llamo, a tus plantas deliro...
Oh, tus ojos me asustan... Cuando miran el cielo
Le hacen brotar estrellas. Yo postrada en el suelo
Te llamo humildemente con un leve suspiro.

Acoge mi pedido: oye mi voz sumisa,
Vuélvete a donde quedo, postrada y sin aliento,
Celosa de tus penas, esclava de tu risa,
Sombra de tus anhelos, y de tu pensamiento.
Acoge este deseo: dame la muerte tuya,
Tu postrera mirada, tu abandono postrero,
Dame tu cobardía; para tenerte entero,
Dame el momento mismo en que todo concluya.

Te miraré a los ojos cuando empiece la sombra
A rondarte despacio... Cuando se oiga en la sala
Un ruido misterioso que ni es paso ni es ala,
Un ruido misterioso que se arrastra en la alfombra.

Te miraré a los ojos cuando la muerte abroche
Tu boca bien amada que no he besado nunca,
Me atreveré a besarte cuando se haga la noche
Sobre tu vida trunca.

HISTORIAS CON EL TIEMPO

Al acostarme me invadía ya el olor de lo siniestro, se apoderaba de mí una sensación angustiosa, un miedo sin objeto, la expectación del trapecista.

Mamá vendría a desearnos buenas noches y sabía que mi hermano, que estaba en la litera de abajo, se lo iba a pedir otra vez, como cada noche, y sabía que ella lo haría.

Quería gritar: ¡No me hagas esto, mami!, ¡no me lo hagas!, pero las palabras no se hacían voz, se quedaban a medio camino y se convertían en lágrimas, que al tragarlas producían un insoportable dolor en la garganta. ¡No se lo pidas, hermano, no se lo pidas!

Era estúpida esta sensación que me avisaba del peligro pero no me permitía huir de él, me congelaba en la postura en la que estuviese y así me quedaba hasta que el ruido comenzaba, después respiraba cada vez más deprisa, como si todo el aire del mundo fuera muy poco.

Mamá había comenzado a cantar: «Mambrú se fue a la guerra», y el terror habitaba mi rostro, «qué dolor, qué dolor, qué pena», y me descomponía toda, me hipotensaba, me taquicardizaba. «Mambrú se fue a la guerra», y sentía unas náuseas incontrolables, y pedía silencio a gritos que yo sólo podía oír, ¡qué dolor, qué dolor, qué pena!, y me hallaba ahora al borde del desmayo «y nunca volverá», y tenía cinco años, pero sabía que eso era la muerte, y rompía a llorar y a temblar desesperadamente.

Alejandra Menassa de Lucia.

SEMINARIO
 SIGMUND FREUD 
En Bilbao
Información e inscripción:
TEL.: 908 97 32 97

PSICOANÁLISIS 

JAIME ICHO KOZAK

Tel. 91 447 02 84

C/ Alberto Aguilera, 4 - 2.º D
28015 Madrid

GABINETE GRUPO CERO
PSICOANÁLISIS

EN MADRID Tel. 91 542 64 20

EN RIVAS Tel. 91 301 18 44
EN IBIZA Tel. 971 30 78 04

EMILIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ
PSICOANALISTA

DIDACTA DE LA ESCUELA DE 
PSICOANÁLISIS GRUPO CERO

- Tratamientos
- Supervisiones Clínicas

Concepción Osorio
Psicóloga-Psicoanalista

91-542 64 20


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EL PSICOANALISTA RESPONDE

Madrid 2-1-98

Queridos amigos del Grupo Cero: Lo primero, felicitaros por vuestra revista Extensión Universitaria, y lo segundo, plantearos dos cuestiones para vuestro apartado de: El psicoanalista responde. Una de ellas es sobre la frase que aparece en vuestra revista: «Psicoanalizarse también es un acto poético», me gustaría que hablaseis un poco más sobre ella. Y la otra cuestión, que creo que tiene que ver con la primera, es la siguiente. ¿Hay que enfermar para psicoanalizarse? o acaso ¿Estamos todos enfermos? Nada más por el momento. Un abrazo y gracias por la atención.

 

RESPUESTA:

Ni para psicoanalizarse hay que estar enfermo, ni para ser poeta hay que ser un genio. No hay diferencias cualitativas entre un poeta y un loco. Son los mismos mecanismos psíquicos los que funcionan en la construcción de un poema y en la construcción de un delirio. Todos padecemos de inhibiciones, usted por ejemplo: ¿escribe poesía? Para escribir hay que perderle el asco a los demás, si no no se puede escribir. Hay que asumir que lenguaje había antes de que nosotros llegáramos a este mundo y va a seguir habiéndolo cuando lo abandonemos, con esto quiero decir que no se puede escribir bien sin tener en cuenta la historia de la poesía, sin haber leído a los grandes poetas, y que el acto de la escritura tiene más que ver con el trabajo que con la inspiración. Que psicoanalizarse sea un acto poético, quiere decir también, que sólo es posible en acto, inténtalo y verás.


 

Queridos amigos:

No sé cómo comenzar esta carta, el otro día leí su sección «el psicoanalista responde», y me atrevo a escribirles por una amiga, que está atravesando una situación realmente difícil con su marido, que es alcohólico, ustedes decían en la carta que la familia del alcohólico está implicaba de alguna manera en lo que le pasa al paciente, yo les aseguro que el caso de mi amiga debe ser una excepción, porque ella lo único que hace es sufrir por su marido, quisiera que ustedes me recomendaran una manera de infundirle el miedo necesario que dejara de beber. Gracias, un saludo.

 

RESPUESTA:

Como siempre insistimos, que su amiga, o que usted no se den cuenta conscientemente de que ella está implicada en el problema de su marido no tiene nada que ver con la implicación real, queremos decir que todos los mecanismos que intervienen en la perpetuación del hábito son inconscientes, tanto para el paciente como para los que le rodean. Es decir, únicamente abordables con tratamiento psicoanalítico. Por otro lado, esa idea que usted expresa en la carta sobre cómo se debe asustar a los pacientes para que dejen de beber, está muy extendida entre las familias de los alcohólicos, el castigo, la reprimenda no es la solución, los alcohólicos son personas profundamente torturadas por su hábito, dirigen hacia sí mismos las más duras críticas, el castigo al que son sometidos desde su interior (nosotros diríamos desde su superyo) es mucho más fuerte que el castigo al que nosotros desde fuera le podamos someter, independientemente de lo duro que pueda parecer éste. La vía de acceso, vuelve a ser, nuevamente individual, y pasa por el diván.

MIGUEL 
MARTÍNEZ

PSICOANÁLISIS

C/. Madrid, 105 - 1.º E
Teléfono 682 18 95
28903 GETAFE

SEXUALIDAD FEMENINA
CURSO

- Inconsciente y Represión
- Edipo y Sexuación
- La Diferencia sexual y sus consecuencias
- Goce. Masculino- Femenino
- Problemas psíquicos de la sexualidad:

Frigidez
Histeria
Impotencia
Locura Moral
Depresiones

- Ana Karenina-Adulterio y Libertad
- Nora- De muñeca a mujer
- Aperturas -Proyectos

Los temas serán tratados sobre la problemática Masculino-Femenino.

Coordinación:
MARIA CHEVEZ
BIBIANA DEGLI ESPOTI

Información e inscripción:
91 541 75 13 - 547 51 31

Concepción Osorio
Psicóloga-Psicoanalista


91 542 64 20

Fernando Ámez Miña

Médico-Psicoanalista

TELÉFONO 91 542 64 20

LOS LIBROS DE LA 
EDITORIAL 
GRUPO CERO


NOCTÁMBULAS *

Estamos, manifiestamente, ante un libro nocturno; nocturno plasmado en la diferencia con lo negro de la novela o del cuento de las «series negras». Realizado también a distancia de otros colores del espectro: el rosa del relato por entregas, el azul de la fusión romántica o el amarillo de cierta prensa. Pero tampoco las intenciones de la escritura aparecen blanqueadas, pues página a página el inconsciente va debilitando los fines de la voluntad. Ella misma está bordada con las hebras de lo que no tiene acceso pleno, de lo radicalmente heterogéneo, y que sin embargo insiste con la desesperada obstinación de un marcapasos. Libro nocturno, sugería, compuesto de tiempo y música, más que de figuraciones plásticas, literariamente conocidas o reconocidas en la existencia de un «género» determinado. Libro hecho de noche, no sólo, quizás, por la noche. El título, poetizado, juega y saborea su cualidad de paradoja, y de ese modo pierde su dimensión indicativa y cuantitativa. Sabemos que en una noche puede hallarse la univocidad del ser-noche, y en doscientos cuarenta, por ejemplo, podría faltar, aunque esté señalado el número que las ordena. En una palabra: las noches son remisiones infinitas de unas a otras, pueden sustituirse, alternarse, deformarse, sin que fallezcan sus atributos, nocturnos. Y por estas ramificaciones, por esas sutiles conexiones se van derrumbando las oposiciones que podrían establecer jerarquías entre ellas. Felices e infelices, logradas o no logradas, suaves e irregulares, etc., son perspectivas del lector, siempre «in fábula», inserto en el relato y en sus propias operaciones de lectura.

Al marcar la nocturnidad del texto he querido señalar aquello a que él da paso. Hace pasar a través suyo un sin número de aconteceres, para emerger como un acontecimiento cultural ya acontecido. De ahí su importancia. Sería una necedad soslayarla, pues ella proviene de algo establecido y sedimentado en el tiempo: Las 2001 Noches. Indiscernible en su nombre propio, difiere en sus propios dominios. Ya no es aquella revista mensual y todavía sigue siendo aquella. Por eso sindicaba a estas 2001 Noches y sus repuestos como «un acontecimiento cultural ya acontecido». Todo ello está propiciado desde la nocturnidad como clima, tempo, materia, sonoridad de las complejas relaciones que esta obra mantiene consigo misma y otras en una interminable cadena de reemplazos. Así Las 2001 Noches deja de ser sólo una acabada pieza gráfico-escritural para transfigurarse en lo que funciona «entre» las demás producciones, produciéndose como singularidad e invención en el concierto de los dones culturales. Y es en tal cadena donde este voluminoso libro va convirtiéndose en una escultura; en un tipo de escultura monumental y peculiar. A la manera de un monumento se nos impone testimoniando, advirtiendo, recordando, mostrando o interrogando cuestiones acerca de su propia posibilidad, que no es otra, al sumergirnos en sus densas aguas, que la nuestra olvidada en la superficie. De ahí lo nocturno, también, como una extensa y balbuceante operación de la memoria.

Detengámonos un poco más en ese carácter de monumento que posee el texto. No ocupa un lugar en el espacio, aunque como objeto físico lo tenga, sino que habita un «sitio» relevante. Un sitio insituable, como el blanco de la hoja entre las palabras o la pausa entre las notas musicales. Está ahí, pero a la vez esparcido, abrazando toda la materia desplegada. Así es como el sitio y la función toda del libro devienen un «entre» —marca que contados escritos pueden atribuirse—, la de estar «entre» las diversas publicaciones por las que se derivó hasta ser un punto inconcluso de sí misma. Tal monumento serial es la culminación, en cierta manera, de una serie temporal que hasta él se aproxima y en él se contiene. O dicho de otro modo es un mayúsculo epílogo de todas las precedencias. Pero, ¿qué es un epílogo? Es siempre la metáfora de un recomienzo. En este sentido podríamos decir que Las 2001 Noches trasciende esa metáfora, para mutarse en una realidad subvertida, de una realidad que avanza desde el futuro.

Gracias Miguel por este inmenso «golpe de gracia», por el estilo y el estilete que nos abre el alba desde una noche cualquiera patinada con betunes y magnolias.

 

Juan Carlos de Brasi
Madrid, 16 de febrero de 1998


* A propósito de Las 2001 Noches, de Miguel Menassa.

LAS 2001 NOCHES
POESÍA, AFORISMOS,
FRESCORES
1976-1997.

Es un libro de Miguel Oscar Menassa: 
500 páginas, 150 dibujos, y 393 noches de repuesto

Un libro que leerlo duele y que 
no leerlo es imperdonable

En Las 2001 Noches también está lo que te 
interesa: Poesía, Locuras, Tardes apacibles, 
Psicoanálisis, Sexo, Traición, Hortalizas, 
Exilio, Grupos, Huecos insondables, garche 
sencillo y complicados poemas de amor.

 

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NOTICIAS BREVES

LA DEPRESIÓN. 
UNA ENFERMEDAD SIN ROSTRO

Más de 40 medios (radios, televisiones y periódicos) se hicieron eco del VI CONGRESO INTERNACIONAL que acaba de realizarse en Madrid con gran afluencia de público el pasado mes de febrero. Más de 50 ponencias y 34 casos clínicos evidenciaron la vitalidad del psicoanálisis como alternativa imprescindible en el tratamiento de la depresión. La prevención pasa por una formación altamente cualificada (como es la formación de los psicoanalistas) y por una adecuada información a la población. Se observó además una notable proyección hacia planes de salud que acerquen el psicoanálisis a la población.

 

OBJETIVO: BUENOS AIRES. VII CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO «CLÍNICA PSICOANALÍTICA. LAS PATOLOGÍAS DE FIN DE SIGLO»

Para el mes de agosto está previsto el próximo Congreso que organiza el Grupo Cero, esta vez en Buenos Aires y bajo el título CLÍNICA PSICOANALÍTICA. LAS PATOLOGÍAS DE FIN DE SIGLO. En la mítica Buenos Aires volverán a reunirse diversos especialistas en torno a un tema tan apasionante como es el psicoanálisis. Asimismo habrá presentación de casos, con la supervisión del Dr. Miguel Oscar Menassa y el Dr. Juan Carlos De Brasi.

 

PROGRAMA DE RADIO EN «RADIO VOZ»

Desde mediados de febrero se viene emitiendo un programa semanal todos los domingos, de 15:00 a 15:30 h. Conducido por la psicoanalista Cristina Barandiarán y el periodista Paco García, este programa radiofónico de 30 minutos cuenta con la partición de psicoanalistas de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero para comentar y debatir temas de interés para la población. Desde Extensión Universitaria, les deseamos ¡suerte!

 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO «LAS 2001 NOCHES» EN CRISOL

Con gran presencia de público se celebró en fecha reciente la presentación del libro de Miguel Oscar Menassa, «Las 2001 Noches», en la sola Crisol ubicada en la calle Galileo. la presentación estuvo a cargo de Amelia Diez Cuesta y Carmen Salamanca, quienes resaltaron el valor de la escritura de Menassa. Este libro que recoge 20 años de escritura ininterrumpida lleva en su Noche Cero el siguiente texto: «Cuando todo está destruido, la única posibilidad es poética».

 

CONFERENCIA EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA

Durante este mes se celebrará el TERCER CICLO DE CONFERENCIAS SOBRE PSICOANÁLISIS en la Universidad Autónoma de Madrid. Invitados por la Asociación de Estudiantes de Derecho, psicoanalistas de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero hablarán durante cuatro semanas sobre diversas cuestiones que interesa a los estudiantes y profesores: 9 de marzo: Lectura como producción./ 16 de marzo: La escritura, como base material de las ciencias./ 23 de marzo: Trabajo o inspiración./ 30 de marzo: Poesía y Psicoanálisis.
Las conferencias son todos los lunes, a las 12:30 h. en el Aula P-III de la Facultad de Derecho.

AGENDA

PRESENTACIÓN 
DE LOS NÚMEROS 13 Y 14
de la revista
LAS 2001 NOCHES

Día: 14 de Abril. Hora: 21,00.
Lugar: C/. Ferraz, 22 - 2.º Izquierda 

abierto todo el año

TALLERES DE 
POESÍA

EN MADRID 
Sábados, 17 h. y 
Jueves 19,30 h. Coordinarora:
Carmen Salamanca.
91 542 33 49

EN ARGANDA DEL REY
Domingo, 11 h. 
Coordinador:
Miguel Oscar Menassa.
91 542 33 49

Martes, 10,15 h. y 
Sábados, 11,30 h.
Coordinadora:
Paola Duchên
91 559 29 05

EN IBIZA
Miércoles, 20,30 h.
coordinador:
Emilio A. González
971  30 78 04

Miércoles, 18 h.y 
Sábados, 16,30 h.
Coordinadora: 
María Chévez
91 541 75 13

EN MÁLAGA
Sábado, 11,30 h.
Coordinadora:
Amelia Díez Cuesta
607 76 21 04

Sábados, 17 h. 
Taller de Poesía en francés.
Coordinadora: 
Caire deloupy
91 542 42 85

EN BILBAO
Sábado, 16,30 h.
Coordinador:
Fernando Ámez.
908 97 32 97

EN ALCALÁ DE HENARES
Jueves, 10 h.
Coordinadora:
Stella Cino
91 883 02 13

EN BUENOS AIRES
Jueves, 19,00 h. 
Coordinadora: 
Norma Menassa
313 35 44

PON LA RADIO A TODA VOZ
LA ALTERNATIVA DE 
PACO GARCÍA

UN PROGRAMA DIFERENTE: CAZA, PESCA, TIRO Y PSICOANÁLISIS PARA TODOS.


LOS DOMINGOS DE 14 A 15,30 H.
MADRID 103.5 FM


TEL. 91 - 343 43 00

CICLO DE CONFERENCIAS
«PSICOANÁLISIS 

VIDA COTIDIANA»
ABRIL , MAYO Y JUNIO
Todos los Miércoles a las 19,00 horas

 

ABRIL 1998

1-4-98  Tratamiento Psicoanalítico de la fobia.
15-4-98  Tratamiento psicoanalítico de la neurosis obsesiva.
22-4-98  Tratamiento psicoanalítico de la depresión.
29-4-98  Presentación del n.º 19 de la Revista «EXTENSIÓN UNIVERSITARIA».

MAYO 1998

6-5-98

 La pérdida de la realidad en la neurosis
13-5-98  Los celos normales y los celos patológico.
20-5-98  La pérdida de la realidad en la psicosis.
27-5-98

 Presentación del n.º 20 de la revista «EXTENSIÓN UNIVERSITARIA».

 

JUNIO 1998

3-6-98  Inhibición, síntoma y angustia.
10-6-98  Trabajo y Psicoanálisis.
17-6-98  Presentación del n.º 21 de la revista «EXTENSIÓN UNIVERSITARIA»

 

ENTRADA LIBRE
Información:
ESCUELA DE PSICOANÁLISIS GRUPO CERO
C/. Ferraz 22, 2.º Izda. - Tels.: 91 542 33 49/559 29 05

ENTREVISTA
A ATILIO
CASTELPOGGI

Por
Marcela Villavella

Poeta y ensayista, nacido en Buenos Aires en 1919. En 1951 obtuvo el Premio Iniciación. En 1996 el Consejo Deliberante le otorgó el título de Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Entre otras publicaciones se encuentran «Tierra Sustantiva», «Los hombres del subsuelo», «Buenos Aires mi amante», «El exilio de mis Personajes», «Pecado de desmesura», entre otras. Orientó los talleres de la Sociedad Argentina de Escritores, y del Fondo Nacional de las Artes.

M.—Es un gran gusto poder conversar con Vd., quería saber cómo nace su relación con la escritura…

A.C.—Yo soy apenas un reo metafísico. Yo te puedo hablar de Buenos Aires, del fútbol, del tango, de esto de lo otro, de la calle…

M.—y el poeta, ¿es un hombre de la calle?

A.C.—No sé, lo tienen que definir los demás, estoy dentro de la interpretación, y no puedo hablar de eso, el que es parte no puede ser juez.

M.—¿Cómo comenzó a escribir?

A.C.—Es una pregunta muy difícil, mi viejo me leía en italiano la literatura de la época, entre mármoles, porque mi viejo esculpía el mármol; y bueno hacía composiciones, pero lo que a mí me despertó a los 14 años fueron «Los veinte poemas de amor y una canción desesperada» de Pablo Neruda. A mí me gusta mucho «Residencia en la tierra» de Neruda, donde modifica el lenguaje con la influencia del surrealismo, me parece un libro fantástico. Con las lecturas me sentí fascinado, también con los Blues de Raúl González Tuñón, me fascinó Vicente Huidobro, de todo el siglo XX, estéticamente, porque la poesía aparte de estética tiene otras cosas, pero estéticamente, «Altazor» y «La ciudad del olvido» son dos libros que no tienen parangón. Hace añares, cuando Huidobro ya estaba muerto, le mandé mi libro «Poema al barrio» a su tercer mujer, y ella me mandó una carta y un libro de ensayo de la Universidad de Valparaíso, buenísimo, tenía un poema… «Las campanas del Sacre Coeur hacen caer las hojas/ en la cumbre un ciego con sus pupilas llenas de música/ canta una canción que nadie ha comprendido/ sabe que la estrella de los reyes magos era un perro ciego». Este poema se llama «El ciego», y yo me deleito. También leo mucho a César Vallejo, de él me fascina todos los «Poemas Humanos», y «España, aparta de mí este cáliz», y «Ramonete» y «Niño de España». Estos fueron mis grandes amores de la adolescencia, yo pensaba si ellos mismos escribieron tan bien, por qué yo no puedo escribir.

M.—Esas lecturas ¿estaban enlazadas a sus comienzos con la escritura?

A.C.—Sí, mis comienzos son, por ejemplo, la caída de los republicanos, sí, siendo adolescente recuerdo las peleas que había en la Avda. de Mayo entre el Iberia y el Castelar, en el Castelar estaban los franquistas y en el Iberia los republicanos, ahí fueron mis comienzos, y los sonetos de mi primer libro «Tierra sustantiva», un nombre un poco panteísta, del 52 y por el que en el 54 me dieron el premio Iniciación. Después escribí un libro de tinte social «Los hombres del subsuelo», y otro muy violentamente social, que me valió varios contratiempos que se llamó «Cuaderno de noticias».

M.—¿Malas noticias?

A.C.—Sí, cada noticia forma una motivación para escribir, por ejemplo cuando le dan el premio a Churchill me dío mucha bronca; el mural de Guatemala... cuando invadieron a Guatemala en el Gobierno de Arbenz, que pintó Diego Rivera un mural transportable. Y después de esto, me enamoré de Buenos Aires, y escribí varios libros: «Poema al barrio», «Destino de Buenos Aires», en 1960, Clarín y la Sociedad Argentina de Escritores, habían hecho un concurso sobre cada lugar de la Argentina, porque era el sesquicentenario de la Revolución de Mayo, con un jurado que eran Jorge L. Borges, Enrique Larreta, Ricardo Molinari, y fue con este libro que gané el premio Ciudad de Buenos Aires. Después me fueron interesando otras cosas.. yo digo que mi estilo es diverso, porque sostengo que la forma del poema es el pensamiento estético de ese momento, no se puede hacer todo con el mismo molde, hay que cambiar de budineras. Seguí teniendo premios, por ejemplo gané el primer premio en un concurso que hizo la Fundación Dapuytren que era muy importante en esa época por el «Oratorio Menor de un Aborigen» que es un resaltamiento al indio, yo siempre digo, y eso lo aprendí de Miguel Ángel Asturias, nosotros somos mestizos, ni españoles ni indios…

M.—¿Una raza nueva?

A.C.—Sí, somos una raza nueva, sobre todo la argentina es una raza nueva, por eso le cuesta tanto formar su identidad, y porque a los de fuera no les interesa que tengamos identidad, porque un pueblo sin identidad, sin cultura, y sin saber su verdadera historia es un perdedor, y como economista que soy, porque soy una melange muy rara, el que no exporta valor agregado es un pueblo débil.

M.—Contáme de tu relación con el tango...

A. C.—El tango aparece en «Buenos Aires mi amante», el tango aparece en el «Poema al Barrio», yo fui asesor literario de Radio Municipal cuando estaba debajo del Teatro Colón, con el periodista y mi secretaria, fuimos los que introdujimos el tango en Radio Municipal. Lo llevé al Gordo Troilo, y tenía una audición que decía: «… todas las ciudades sueñan, pero cuando Buenos Aires sueña, nace un tango». Porque el barrio no es un lugar geográfico, es un mito que llevamos en el corazón uno de los cantantes de tango que más me gustaron fueron Roberto Goyeneche y Rufino, porque yo creo que al tango, más que cantarlo, hay que decirlo, por eso Goyeneche decía: «A mí se me pianta la voz, entonces busco los tonos, y busco las comas». Yo soy amigo de uno de los más grandes del tango, Homero Espósito… «la sal del tiempo me oxidó la cara», me encanta esa metáfora, o la otra «dolor de la vieja arboleda…», «el agua blanda». Y me gusta Manzi y Cátulo, «…me acobardó la soledad…» yo digo, es pura poesía.

M.—¿En qué otros temas buceó?

A.C.—Después, empecé más o menos en el 69, a escarbarme dentro y escribí «El exilio de mis personajes» que son como diarios sin fecha. Está la Agenda personal, Los oficios anónimos, La trascendencia del olvido, etc. Yo trabajé con Manuel Antín, hace muchos años, corrigiendo guiones de cine, y vi cómo se recortaba la película y se realizaba el montaje, y dije en la poesía quiero inventar el montaje…

M.—¿Con qué poetas conversa en esta época en sus escritos?

A.C.—Con los amigos, Juan-Jacobo Bajarlía, conversaba mucho con Enrique Molina, con Roberto Juarroz, un gran poeta, y con la gente que viene a mis talleres, yo siento que no soy su maestro sino su compañero de ruta. Los aconsejo, les digo vamos a examinar este poema de Neruda, por ejemplo «Barcarola», o algún canto de «Altazor» de Huidobro, conversaciones con la gente joven que me lleva el apunte y yo le llevo el apunte.

M.—¿Y con el psicoanálisis?

A.C.—Yo no sé una papa de psicoanálisis, pero leí algo de Lacan y me interesó muchísimo, porque todo lo que se relaciona con el inconsciente me interesa, me parece maravilloso.

M.—¿La escritura es inconsciente?

A.C.—No, si bien las grandes cosas se traman en el inconsciente, después está el trabajo. Creo que los surrealistas tenían razón en la mitad de las cosas, en el inconsciente, pero la verdad es que Freud revolucionó el arte... Yo creo que está la cultura y lo natural, lo que Salamanca non Presta, que es el inconsciente. Yo les digo a la gente joven del taller que yo los puedo ayudar a cómo manejar estéticamente sus ideas, después cada uno tiene que ser un trabajador.

M.—¿Querrías decirnos algo más?

A.C.—Sí, Elliot decía a raíz del Ulises de Joyce, «Cuando un género literario está en crisis agónica, recurre a la poesía para salvarse».

 

GRUPO TERAPÉUTICO 
PARA ADOLESCENTES

Todos los 
VIERNES
19 horas
5.000 ptas. mensuales

COORDINADORA: STELLA CINO
TEL.: 883 02 13
ALCALÁ DE HENARES

TRATAMIENTO PSICOANALÍTICO 
DE LA DEPRESIÓN
TALLER

Coordina: MARÍA CHÉVEZ

INFORMACIÓN E INSCRIPCIÓN:
Escuela de Psicoanálisis GRUPO CERO
Ferraz,22 - 2.º Izq. - Tel. 91 542 33 49

Escuela de Psicoanálisis GRUPO CERO
DEPARTAMENTO DE CLÍNICA

Si no puedes: invéntalo.
PSICOANALÍZATE

PIDE HORA:
91- 542 33 549

C/ Ferraz, 22 - 2.º Izda.
28008 Madrid

Digital:
www.grupocero.org


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