ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA N.º 25

EL SEXO DEL AMOR

EL ENIGMA DE LO FEMENINO

LA INTERPRETACIÓN PSICOANALÍTICA EN UNA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS

LA DEPRESIÓN. UNA ENFERMEDAD SIN ROSTRO

DEL SÍNTOMA A LA ESCRITURA

PSICOANÁLISIS Y MEDICINA

DE NOMBRE: DESEO

COLITIS ULCEROSA Y ENFERMEDAD DE CHROHN O LA AVARICIA INTESTINAL

TODAS LAS COSAS SON ÚLTIMAS COSAS

ANOREXIA I

...DEL AMOR Y EL PSICOANÁLISIS

DE NUESTROS ANTECEDENTES

VIDA AMOROSA II

MARX

ACERCA DE LA SUBLIMACIÓN

SIGMUND FREUD

SOMOS NUESTROS PROPIOS DEMONIOS

LACAN

PREJUICIOS Y VIDA SEXUAL

MENASSA

LA ÉTICA DEL PSICOANÁLISIS (I)

NO VE LA ROSA 

NOTICIAS

CAPÍTULO VIII

LOS LIBROS DE LA EDITORIAL GRUPO CERO

CAPÍTULO IX

EL SEXO DEL AMOR
Una novela de
Miguel Oscar Menassa

Es tan necesario desear como beber agua. La ausencia de deseo provoca lo mismo que la ausencia de agua. Esta novela demuestra que siempre lo más alejado de mí, resulta ser lo más cercano. El que la lea emprenderá un viaje por el deseo, y cuando aterrice no podría decir de la calidad del aterrizaje, sólo que hubo viaje. 

Los personajes se miran siempre en un punto donde no se reconocen, donde no se sienten mirados. Es decir, existe un lugar donde siempre falta la mirada. No recorren distancias, se recorren amores de otros. Recorrer y permitirse el paso. Así el escritor siempre viaja en soledad de ella, pero con el mundo.

Todo parece ocurrir con mucha naturalidad. La poesía es instrumento de conocimiento inconsciente, por eso el escritor recurre a ella permanentemente. El encuentro entre la poesía y el psicoanálisis transforma en otra cosa la realidad que leen. Tanto el poema como la interpretación psicoanalítica tienen como función desrealizar. Poema e interpretación se juntan en la novela, la escriben.

El Sexo del Amor es tiempo y tiempo late en cada latido del inconsciente. Un tiempo que no transcurre sino que es materialidad de la existencia de lo imposible.

Presencio miradas desviadas, movimientos obtusos, donde todo sentimiento de lo único es falso. Cuando comprendo que en mi camino soy único, me vuelvo multitud, formulo preguntas en el borde mismo de no poder ser contestadas, siempre al abrigo de los pensamientos.

La vida de este escritor es una vida hecha de pensamientos. Aun de lejos besa y parte a un destino siempre incierto. Tal incertidumbre aparece en los relatos, en la vida, que van tomando todos los personajes.

Las cosas se muestran siempre aunque el ojo ciegue, las personas se van transformando en frases. Nadie tiene un sexo definido, su sexo depende de la frase que pronuncien, llegan al umbral de arriba, tropiezan y ya no hay umbral de arriba, todo acontece sobre la tierra, aunque parezca un sueño.

Como decía Marcel Schwob, contempla todas las cosas bajo el aspecto del momento. Todo pensamiento que dura es contradicción. Todo amor que dura es odio. Toda sinceridad que dura es mentira. Toda justicia que dura es injusticia. Esta es una novela hecha de momentos donde el goce no dura nada.

Entonces se les ocurre conversar o bailar con los cuerpos abigarrados, sin aliento, bocas abiertas, tempestuosas. Una manera de hacer el amor que, de contarla, no existe en la literatura, que nadie pudo escribir aún.

Estamos en la casa del sexo del amor y no hay nada para ver. hay que crear para ver. Y Menassa es un creador. El deseo nos paseará por toda la casa, querremos despedirnos del goce, al final de la novela, y no lo conseguimos. Esta novela instaura una manera de pensar todas las cosas de la vida, todas las relaciones humanas. Amar sin querer tocar nada. El rostro del deseo es diferente en cada página. Una libertad, un dejar que ocurra con el deseo lo que tiene que ocurrir. El deseo siempre gana.

 

No existen, en verdad, 
los estados para escribir.
La escritura es para el 
sujeto igual que el deseo:
Algo que siempre le gana

El Sexo del Amor, es también un estudio sobre los celos en alto grado. Los celos aparecen cuando hay sujeto psíquico, por lo tanto, es imposible no sentir celos. 

Me siento excluido y quiero participar, no quiero destruir aquello de lo cual no participo, quiero participar de lo que se construye. Por eso siempre existe una vertiente de deseo en los celos. Los celos son puertas de deseo.

Cuando evito sentir celos, evito ser un sujeto psíquico, un ser deseante. Un ser celoso no puede ser un triunfador. En la novela todos triunfan pues mientras se dejan escribir, los personajes van abriendo puertas del deseo, a través de los celos. En este punto no puedo elegir qué parte de mi vida poner en juego sino que toda ella se pone en juego en esta trama.

El psicoanálisis como instrumento de precisión produce el argumento.

Encuentros amorosos fugaces como quien entra por el mismo viento, como la respiración acompañando los latidos.

El Sexo del Amor promete que no estés despierto ni un segundo, te acerca al sonoro deseo de sus páginas sin ser sus páginas. El lector debe implicarse. La voz del sexo y la alegría de vivir atada a un pedestal vacío. No se puede huir, el deseo deambula al ritmo de los pies en la huida.

Hay algo que vive en el hombre aunque el hombre no quiera, de eso se ocupa esta novela. No hay nada privado, todo circula. Se habla, no para confesarse sino para adquirir una nueva inteligencia, la de saber desviarse. Menassa tiene la inteligencia del desvío, nada se detiene en él mucho tiempo, es un amante de los desplazamientos.

Es un enorme anfiteatro, donde los personajes cambian de lugar y hasta de sexo. Una escena fluye en el papel y se lleva al escenario. Un olor de amor sin concluir. Una inspiración que no es, pero llega. Algo que nunca hubo pero hubo que perder.

A medida que conocían el amor, aceptaban el movimiento que tenían todas las cosas, pues cada vez que se toma una posición, es necesario abandonar posiciones anteriores. A medida que conocían el amor se encontraban a oscuras en su propia ceguera, bautizando lo que ya no será. Eran ciegos, más se percibían en las sombras y eso los enloquecía. Era una manera oscura de amar, siempre a tientas. No era necesaria la luz, era el deseo.

Como la interpretación psicoanalítica, los personajes se hacen cargo de esa relación que viven y la interpretación siempre es deseo.

Cada conversación es un escenario en el cual vemos construirse un amor nuevo cada vez.

Hay un cuerpo que siempre desnuda otros cuerpos, y en esa combinación todo estaba perdido, nadie podía controlar porque eran parte de lo perdido.

El Sexo del Amor te propone compartir experiencias de goce, la presencia terca de la nada, el vacío que se produce luego del goce, ráfagas que quedan en el aire hasta el próximo encuentro.

Algo de todo lo que existe de innombrable ocurrió en El Sexo del Amor. 

Karina Pueyo. Psicoanalista
Buenos Aires: 43 28 06 14

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA: 
LA REVISTA DE PSICOANÁLISIS DE MAYOR TIRADA 
DEL MUNDO


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LA INTERPRETACIÓN 
PSICOANALÍTICA
EN 
UNA ESCUELA DE 
PSICOANÁLISIS

VIII CONGRESO INTERNACIONAL
GRUPO CERO. Febrero 1999

La Interpretación Psicoanalítica propone una nueva cara para la salud del ciudadano en general. Propone una nueva y efectiva posibilidad para el tratamiento y curación de gran parte de las enfermedades donde la Medicina ha encontrado sus límites.

Toda enfermedad, de las llamadas orgánicas, puede tratarse del deambular de un deseo inconsciente o estar, de alguna manera agravada o detenida, en su curación, por un deseo inconsciente.

Y no es que la Medicina haga las cosas mal o que ha perdido su inteligencia curativa. Nada de eso, la Medicina seguirá siendo una de las más importantes posibilidades del hombre actual de vivir más años y en mejores condiciones de salud. Lo que verdaderamente ocurre es que la Medicina nada sabe de lo que aquí se trata.

La Medicina nada sabe del porqué, haciendo todas las cosas bien, un diagnóstico preciso, la medicación elegida cuidadosamente por expertos y el paciente cumpliendo todo lo aconsejado por el cuerpo médico no hay curación, la enfermedad progresa inexorablemente.

Pero no es la enfermedad lo que avanza porque ese avance sería detenido por las indicaciones médicas y la obediencia del paciente, lo que avanza, y no es con medicamentos ni obediencia que se detiene, sino con palabras en transferencia, es el mismo deseo inconsciente que produjo el comienzo de la enfermedad.

La Medicina nada sabe de los misteriosos procesos inconscientes que hacen que un paciente, aún sabiendo que algo le mata y algo le cura, hace, permanentemente, lo que lo mata. No fume más y el sujeto contesta: -No vale la pena vivir sin fumar.

No beba más, y el sujeto responde: -No vale la pena vivir sin emborracharse.

La Medicina nada sabe del masoquismo inconsciente capaz de producir la muerte del sujeto o de algunas de sus funciones vitales, sin que necesariamente se pueda comprobar enfermedad orgánica alguna.

Y la Medicina poco o nada sabe de lo que se hereda como enfermedad, ya que en la mayoría de los casos lo que se hereda es la estructura familiar que produce ese tipo de enfermedades.

Así que, como psicoanalistas, no es en contra de la Medicina que luchamos, sino que, como la Medicina y naciendo de ella misma, luchamos contra la enfermedad.

Por eso decimos que si se nos permite pensar la salud y la enfermedad con la interpretación psicoanalítico, al principio se producirán algunos desacuerdos, algunas tensiones, pero con los años, tendremos que agradecer a la Ciencia Psicoanalítica, una mejor salud para la población y una multiplicación de los momentos de goce y alegría, en situaciones humanas donde eso es inimaginable.

Estos son los motivos fundamentales que determinaron que, los psicoanalistas del Grupo Cero Internacional, nos reunamos en nuestra sede en Madrid, del 17 al 21 de Febrero, con la intención de determinar, iluminar algún camino que nos permita pensar los tiempos de la intervención psicoanalítico en el proceso de curación de las enfermedades y, por otra parte ratificar y profundizar, si se pudiera, los estudios en aquellas enfermedades donde ya se han producido transformaciones clínicas con el tratamiento psicoanalítico: Cáncer. Enfermedad del Colágeno. Asma Bronquial. Ulcera Gástrica. Entre otras todas las disfunciones sexuales, la falta de deseo, desde la impotencia hasta el dolor, desde el prurito hasta graves infecciones, a veces, incurables. Disfunciones sexuales que padece el 50 por ciento de la humanidad civilizada y entre otras muchas la anorexia y la bulimia que ya afecta al 20 por ciento de los jóvenes.

Enfermedades en apariencia sencillas, pero que sólo el 60 por ciento cura, el 35 por ciento se hace crónico y llena la vida del sujeto de sufrimientos intolerables, a tal punto que el 5 por ciento de los casos son mortales. Y esto es muy grave por dos motivos. Los enfermos son jóvenes entre 15 y 25 años y el 5 por ciento que muere, muere por un capricho redoblado. Un joven que ambiciona un mundo que nazca con él. Es caprichoso porque no quiere aceptar que ya había mundo antes de su nacimiento y es, también, un capricho de la Medicina de los Estados, aunque sea privada, no establecer algún límite que permita que este tipo de pacientes tenga el tratamiento más apropiado para su curación:

La Interpretación Psicoanalítica.

Miguel Oscar Menassa. Psicoanalista
Madrid: 91 542 33 49

DEL SÍNTOMA A LA
ESCRITURA

La esencia del lenguaje está jugada en la palabra, la palabra supone la edificación literal de la letra en el sujeto. La letra implica un sujeto, y también hay allí una implicación del sujeto jugada en la palabra, el deseo y la Ley de castración hacen el acto, ahí está el síntoma, o sea la puesta en acto del Inconsciente, que funciona para cualquier estructura clínica, para cualquier posicionamiento clínico.

La Verdad funciona como causa, la determinación significante juega la función de la Verdad como causa.

El psicótico no podrá renunciar a la identidad de lo nombrado en el nombre, allí es que borra con la forclusión. ¿Pero el síntoma se extiende hasta allí?, esto nos haría pensar que se extiende más allá del síntoma neurótico, por lo tanto habría que ver cómo es estar neurotizado sintomalmente, y así para cada estructura clínica y para cada sujeto, porque estaría jugada la identidad. Los nombres propios que nos hacen decir que Juan es Juan.

El trayecto es del síntoma a la escritura. En la escritura está implicada la estructura, y la escritura es nodal.

¿Cabría la alternativa de una segunda versión del síntoma que estaría mas allá de la neurosis?. Habría una neurosis de la cual partir que sería la histeria que permite la operación fundamental y que sería como una estructuración natural, pero también podría ser la fobia cuando es tratada como encrucijada que se resuelve luego en neurosis de la misma manera que queda planteada en el Más allá del principio del placer, una ruptura de lo placentero y un nuevo estatuto del dolor transformándose en una pulsación temporal que mueve el aparato, porque la transformación pulsional indica un más allá que no tiene que ver con lo dado sino que tiene que ver con la posibilidad de que advenga un nuevo significante como una invención traída por la interpretación que crea la instalación de una nueva ética, aquella que implantará una nueva libertad, la implicada en el acto ético. La pulsión de muerte, largamente elaborada, con una lógica y con la escritura de la lógica del fantasma, con la implicación del sujeto en todos los puntos de detención, en toda puntuación, nos muestra que el sujeto está implicado en la primera versión del síntoma neurótico, pero a la vez toda posibilidad psicoanalítica, todo acto humano y toda ética tienen que ver con una segunda manera del síntoma, con el más allá del síntoma neurótico, por lo cual toda la realidad del mundo, de la existencia humana, si bien está jugada en el fantasma, también puede en ciertos puntos de detención, esos puntos donde acontece un advenimiento, donde una invención significante da una alternativa de posibilidad , también puede allí hacerse un saber qué hacer con el síntoma, aunque de esto nada pueda decirse. Una invención significante que está muy lejos de lo que puede ser una sublimación si entendemos por sublimación un proceso de transformación, aquí no habría ningún proceso, se trataría sólo de creación.

Todo lo que está jugado en el orden simbólico y en la función simbólica sería del registro del sentido, en cambio el registro real, cuando se lo considera como el más allá del sentido, como lo que tiene que ver con la escritura, deja de lado la versión que reduce todo al síntoma. Ya no puede considerarse a la psicosis como una neurosis persistente y sintomal, Freud mismo por momentos ha rebasado eso de que todo es síntoma. Cuando se habla de la creación se han borrado los síntomas de la primera versión y a nivel del nudo borromeo el Sinthome es la alternativa de un significante nuevo. La originalidad no se toma por don, no hay ningún proceso que pueda dar cuenta de la creación, ésta se toma por invención, de lo que no hay, de no ser así toda la creación artística quedaría subsumida en una sintomatología, no en el Sinthome de la creación. Este queda como posibilidad de hacer significante, un más allá de todo lo que es sistema de significados. Fuera de la presunción de que todo es síntoma, podemos decir que el Nombre del Padre no es un síntoma, es un significante, y allí cabe la posibilidad de todo lo susceptible de ser puesto en términos significantes. Lo determinante entonces es lo real, o sea lo imposible de nombrar, es susceptible de escritura, es un nombre propio como un destino que se hace, que no está hecho, es un saber hacer con lo inconsciente, con los significantes no de la utilidad sino de la creación. El mundo puede ser un lugar de goce cuando se incluye la dimensión de lo real, pero no en los términos de una utopía, sino real como acto que transforme un sistema de significado en significantes, donde una disolución imaginaria estructurado, haga que los significados se tomen en actos de irrupción como significantes, y ésta es la única libertad que implica un acto ético.

Norma Menassa. Psicoanalista
Buenos Aires: 43 22 64 00


El Sexo del Amor
Presentación
Viernes 20 de Agosto de 1999
a las 21,00 hs.
en la sede del Grupo Cero
C/ Maipú 459, 1.º Piso
Tel./Fax: 43 28 06 14 / 43 28 07 10
BUENOS AIRES


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DE NOMBRE: 
DESEO

¿Ponerse al servicio de los bienes o poner los bienes al servicio del acceso al deseo?

He aquí el dilema del humano que sabe que lo único que le pide cuentas es el deseo. Y deseo es cultura, es pertenecer a la cultura, ser en definitiva un hecho cultural, en el doble sentido entre otros, de hacerse cultura y de estar hecho por la cultura. No salirse de esa vía es estar en la vía del deseo.

Y traicionar la vía del deseo siempre trae secuencias trágicas, donde siempre se está entre el temor y la compasión, entre utilizar alguna de ellas como excusa o justificación de haber desviado la construcción de su camino o salir indemne de esas ocasiones. Y cuando una traición es tolerada, permitida, eso abre caminos a permitir la traición, y al fin cumple las nuevas expectativas: traicionarse a sí mismo, desviarse de la vía del deseo, en el caso del psicoanálisis salirse del discurso analítico y entrar en otro discurso. Buscando la libertad nos desviamos del camino de la libertad pues sólo en el deseo se es libre.

Y libertad no es otra que la libertad de mi libido, que no tenga adherencias ni ataduras que le impidan vivir, realizar, estar en lo que se está, y no ser sino ser del lenguaje sin adherirse a ningún predicado que nos defina como sujetos terminados, en lugar de sujetos después del acto.

Y acto siempre es un acto de elección, una decisión que implique un juicio de valor, un acto ético donde se actúa en la dirección de lo que conforma el deseo, puesto que el deseo está en constante construcción, cuando no se trabaja para el deseo nos perdemos en el mundo de las cosas, de los denominados bienes, en busca de un placer, un bienestar físico, que sabemos sólo va a encontrar sus márgenes y el dolor defiende el margen. Y este dolor es el que termina ocupando el lugar de un bien, del cual se hace tema de conversación, se muestra algo valioso con ese valor añadido al bien, en este caso el dolor. Dolor compartido, dolor comparado, dolor interminable, dolor de corazón, dolor en busca de predicado.

Y no estar al servicio de los bienes no se consigue huyendo de los bienes porque en ese acto se sigue estando al servicio aunque sea de los no bienes.

El ser humano es lo que es. Y también es lo que llegue a ser, y nunca fuera del lenguaje, porque sólo conlleva trastornos en la estructura del lenguaje que nos sostiene, por eso que quedar fuera de la estructura del lenguaje lleva al sujeto a dejar de serio, siendo sólo lo que permitimos ser de lenguaje. Aunque es cierto que esto es vivido por estos sujetos como si el lenguaje fuera su verdadera enfermedad.

Y algo que es verdadero para todos los seres humanos, en tanto es su enfermedad por excelencia, sin la cual no podría ni siquiera parecer, en estos sujetos se padece. Padecen el haberse querido liberar del lenguaje en lugar de buscar la libertad de su libido (construir una posición en el lenguaje), alcanzando una posición donde se defienden del lenguaje, de la libido como energía del deseo.

El deseo siempre está, nos dice Freud, pero es diferente cuando está al servicio de la ley de la cultura, cuando ha entrado a la cultura, que cuando está refugiado en la impotencia. Impotencia que no es sino una de las formas de la pereza, una elección por la pereza, una de nuestras pasiones humanas.

Un deseo "refugiado", predicado tan repetido hoy en día, y todo porque ciertos procesos exteriores se parecen a ciertos procesos interiores. Por no poder resolver una cuestión del deseo, se establece un debate entre dos éticas, cualquiera de las éticas todavía vigentes y la ética que incluye en su pensamiento la cuestión del deseo. Entre la ética aristotélica o de medios y fines, donde hay bienes que se pueden alcanzar pero el fin no es ético. Donde el fin es la virtud y el medio debe ser virtuoso, donde se trata de conservar la virtud por la virtud misma. El deseo está en su mira, aunque el deseo quede enclavado, disecado, en un sintagma que sólo separa un trabajo, "el deseo de placer". Entre esta ética donde nace el sujeto del placer y la ética del psicoanálisis que nos dice que se trata del desear, que el deseo es deseo de nada, que el protagonista es el sujeto del deseo.

La ética consiste en un juicio sobre nuestra acción, sólo si la acción implicada entraña también un juicio. La presencia del juicio de los dos lados es esencial a la estructura. Es por eso que el ¿has actuado en conformidad al deseo que habita la acción? pone al sujeto de una ética en acto, pasando de una ética del objeto a una ética del sujeto. Deseo que será lo que comanda, lo que dirige, y ético será permanecer en ello, en lugar de que nos dirija en el caso de la ética aristotélica, el placer. Una ética del sujeto tiene como objetivo la formación del sujeto, mientras que una ética del objeto tiene objetivos que pertenecen al objeto.

Del sujeto del placer al sujeto del hablar como una de las formas del desear. Salto mortal que a veces nos impide dar, nuestras creencias, los sintagmas de creencia, nuestros fantasmas más cotidianos, esos que están en todas partes, en nuestra manera de hacer cosas y en nuestra manera de hacernos, es decir en "nuestras maneras".

La ética a la que nos lleva el psicoanálisis es la relación de la acción con el deseo que la habita en la dimensión trágica de la vida que se ejerce en el sentido de un triunfo del ser-para-la-muerte.

Traicionar nuestra vía es traicionamos, y eso siempre se paga, o bien con la delincuencia, o bien con la locura, o bien con la pobreza, que aunque se parezcan a las palabras que conocemos con un sentido rutinario, también se refieren a la libido, a la energía del deseo.

Podemos decir que la delincuencia, la locura y la pobreza establecidas como tales socialmente no son sino secuencias o consecuencias del desvío libidinal, del trastorno libidinal a nivel estructural, o del empobrecimiento de la libido porque la libido está presa, "a la sombra" de un objeto.

Amelia Díez Cuesta. Psicoanalista
Madrid: 91 402 61 93

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TODAS LAS COSAS 
SON ÚLTIMAS COSAS

Contenido manifiesto:

La piel se nos fué volviendo verdosa entre negros pelos con arroz y babas, bellas mujeres deambulan por la montaña, cuidan de sus nietos, acercan su pedazo de pan a las bocas hambrientas que mojan con lágrimas la dura corteza.

Hoy en Kosovo el sol se ha negado a salir, oculto entre feroces piedras arrancadas al manto, calienta otro continente que tiene entre sus tierras abono de hueso joven, de gritos no nacidos, de soledades en madres locas de horror y desamparo.

La guerra nos ha colocado a todos en un estado de alerta permanente, hombres, mujeres, viviendo en sucios barracones, mientras sus muertos todos presentes en sus palabras, muertos de años, muertos de esperas, traiciones que cristalizan y hacen públicos los llantos desesperados de los sin día después. Estoy estirada hasta el goce, produciendo leche para algunos, soy millones de senos palabreando vidas, la sed de mí, se aleja de unas tierras y va a posarse en otras, los adioses desparramados en carros de fuego. Juntos en este proceso de pánico cotidiano nos llegan ofrecimientos de otras latitudes y de éstas, hagamos cuentas e intentemos tranquilizar un poco al señor del mundo, detenga usted la guerra, reubíquenos a todos, hasta las grandes guerras tienen una tregua.

Un pequeño niño nació entre misiles, largas caravanas de vidas arrancadas ferozmente de su lugar. España toda recordó la guerra y Capa gritando en las paredes del Reina Sofía no dejaba de mostrar el horror, esta impudicia que se va colando en las ciudades. Hombre que cae, marca redoblada, esa forma no convencional que nos mantiene unidos, los relatos pueden volver a escribirse y ese es nuestro único tesoro actual.

Asociación libre:

La pulcritud se adueñó de mí y vi hermosas mujeres cuidando a otras bañadas en lágrimas, unas manos en hueso dejaban sus últimas fuerzas en pequeños carros de cereal.
Nuestros indios regaban el surco con la sangre menstrual de mujeres trabajadoras, florecerán con fuerza los campos arrasados. Han puesto en pantalla, el fantasma del cuerpo despedazado, desequilibrio y un espejo que devuelve estados en estrellas, se mueve también él.

Hay otro y otro y otros y la vida transcurre fuera de mí y también fuera de los otros y he negado para pronunciar la verdad en esta existencia material finita. Este triple eco del pensamiento, de la lectura y de los actos pone en jaque a mi advertido, cada vez que un fenómeno de repetición de repercusión del pensamiento no ha podido ser anticipado.

Dueña de mi propia esclavitud presa en el imperativo categórico de una ley ideal, he quedado reducida a no ser nada, a pasear en esta ficción los últimos decires deseando que la acumulación de dinero permita tranquilidad, autoridad, permita la posibilidad de su pérdida, sin dejar de representar lo que hay de bello y lo que se podría adquirir. Ser pertinente, para esto encierro a diario en horas de lectura, toda inspiración que me aparte del rigor científico.

P: Tal vez podríamos pensar que está usted deprimida.

-Han sido mis deseos, mi relación con el medio lo que ha quedado cuestionado, le compete a usted, reintroducir el sentido, a mí, me compete no dejar de decir.

Ambos guardaron silencio.

El progreso de Freud, su descubrimiento está en su manera de estudiar cada caso en su singularidad. Para él, el fundamento, la dimensión propia del análisis, es la reintegración por parte del sujeto de su historia, hasta sus últimos límites sensibles, hasta una dimensión que supera los límites individuales.

La historia no es el presente, es el pasado historizado en el presente, se trata menos de recordar que de reescribir la historia.

Freud produjo el hallazgo de ver la relación problemática del sujeto consigo mismo y puso esta relación en conjunción con el sentido de los síntomas, va a ser el rechazo de este sentido el problema que veremos plantearse.

Todas las cosas son, últimas cosas, cambiar no, todo cambia, lo difícil es arrancarle la permanencia al cambio.

Stella Cino Núñez. Psicoanalista
Madrid: 91 880 80 01

NOVEDADES
EDITORIAL
 GRUPO CERO

FREUD Y LACAN
-Hablados- 1

(2.º EDICIÓN)

Autor:
Miguel Oscar Menassa

PTS. 1.5000; 15 us.

Un libro que nos permite introducirnos en uno de los pensamientos más importantes del siglo XX.

Freud porque es el hombre de la obra que nos permite pensar la dimensión inconsciente como lo que nunca puede faltar en un acto psíquico, en tanto sabemos que hay actos en los cuales no participa la conciencia, es decir, que acontecen ajenos al sujeto. Sin embargo, el inconsciente incide sobre todo acto humano.

Lacan porque perteneciendo a la historia del psicoanálisis renueva la lectura de la obra freudiana volviendo al original: los monumentos que son los textos de Freud. Autor que nos permite pensar la transmisión del psicoanálisis.

Más de 450 páginas nos permiten navegar por lo más complejo de forma sencilla.


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...DEL AMOR Y EL 
PSICOANÁLISIS

"En nombre de la sabiduría, palabra a la que todos los hombres aman, o en nombre del amor, palabra que ama a todos los hombres, o en nombre de los hombres, autores de las mujeres, o en nombre de las mujeres, por las cuales los hombres somos hombres, perdemos nuestra palabra para encontrarnos nosotros mismos; caso contrario, nos perderemos sólo por mantener nuestra palabra... la caridad por sí misma es el cumplimiento de la ley, ¿y quién puede separar amor de caridad?."

W. Shakespeare.

En 1910, cuando Freud habla de las condiciones del amor, muestra que el amor, para el psicoanálisis, está tocado por el deseo, abandonando pues, su rostro sacrificial, oblativo, para mostrar que el deseo busca objetos, y aunque claramente no se abastezca de ellos sin embargo el deseo tiene particulares condiciones, por ello no es sacrificial.

El deseo, siempre inconsciente actúa en el hombre generando determinadas condiciones de amor, que van mas allá de sus neurosis; Freud llega a plantear que en éstas hay una suerte de generalidad, con variaciones en la cantidad del efecto que producen.

  • Elección masculina de objeto

  • Condición del tercero perjudicado

  • Preferencia por las mujeres fáciles

Se trata de que la persona en cuestión nunca elige como objeto de amor a una mujer libre, por el contrario, lo que desea es una mujer que tenga relación con otro hombre. Se desea a la mujer elegida por otro, para perjudicarlo, y como se trata de una posición edípica, el perjudicado es siempre el padre. Esto puede llegar al punto tal que, la misma mujer siendo libre no ejerce tanto poder de atracción y sin embargo, se transforma en objeto de enamoramiento cuando entra en relación con otro hombre. La pulsión no tiene un objeto predeterminado.

Encuentra a una mujer cuando ésta está en relación con otro hombre que la desea, así el deseo del tercero es, de alguna manera, el que introduce el objeto, y lo convierte así, en objeto de deseo. Desde lo pulsional podríamos decir que, como la pulsión no da el objeto, y "mira donde mira el otro" y es ahí donde encuentra el objeto. Así, dirá Oscar Masotta, "esto nos introduce a un universo donde los objetos aparecen inducidos por deseos de otros. Decir que se desea el objeto deseado por un tercero es decir que uno se identifica con el tercero." Esta condición erótica muestra fuertemente la labilidad del objeto de la pulsión, y el tercero funciona así como apoyo.

Lo que se ve claramente es la premisa de la elección de una mujer, a la que siempre se le supone la relación con otro, o lo que Freud llamaba amor por mujeres fáciles o la preferencia por las mujeres degradadas.

".. Y lo peor es ser perjuro y teniendo tres para amar, elegir la peor una pálida personita frívola con la frente suave como la seda y dos bolas de alquitrán haciendo de ojos, y que el cielo me desmienta si no es de las que saben cómo meter a otro hombre en su cama, aunque Argos con sus cien ojos sea su guardián."
  W Shakespeare.

Esta segunda condición, encuentra su relación con la primera, y dice que la mujer casta e irreprochable nunca ejerce el atractivo suficiente como para ser elevada a objeto de amor. Por el contrario, las mujeres que les resultan mas atractivas son las de fama dudosa, es decir, aquellas mujeres que posibilitan la fantasía del "engaño".

Así como la primera condición daba pie para satisfacer los sentimientos hostiles (que pesaban sobre el hombre a quien poseía la mujer amada), también aquí nos encontramos con los celos, que se convierten en una necesidad básica para este tipo de amantes, porque la presencia de los celos es lo que les permite que su pasión se haga tan extensa que logre llevarla a la cima.

Otra particularidad muy significativa se debe a que esos celos nunca están dirigidos hacia el marido o novio, o relación frecuente de la mujer amada, sino que es exactamente lo contrario, en el sentido de que generalmente esos celos están dirigidos a extraños", que son quienes permiten abrigar verdaderamente las mayores sospechas. En los casos más acusados, llegamos a observar, que el amante sólo se siente profundamente atraído por la situación triangular. Muchas veces un paciente que se queja de padecer su participación en algún triángulo amoroso, real o imaginario, resulta que "dime de qué te quejas y te diré con qué gozas", es la frase que viene a confirmar alguna de las particularidades de las condiciones de la vida erótica de los hombres.

Marcela Villavella. Psicoanalista
Buenos Aires: 47 95 54 02

VIDA AMOROSA II

Han pasado unos meses. Angélica recapacita, lo suyo no era la salsa, por lo tanto piensa dar por finalizadas las clases. Lleva varias sesiones preguntándose por sus ideales amorosos.

Un hombre sensato y a ser posible de muy buen ver. En eso no hace sino reafirmar lo que siempre se había dicho, pero ¿qué hombre es ése? ¿Dónde radicaría su sensatez? En no dejar de desearla a la par que no lo dejase ver del todo, porque si él se lo toma muy a pecho, ella tiembla demasiado y no lo puede soportar.

En su fantasmático soporte del deseo, él es un hombre entero, sin tacha y ella llega desposeída, como un sujeto castrado de antemano como modo neurótico de posicionarse ante la ley del deseo.

Pedro encarnó para ella ese A como objeto de su deseo pero nuestro Pedro realmente, lejos estaba de esos trotes. A poco que ella lo apretó, explotó por la duda y la dejó sin más. Ella ahora llora-goza su mantener el deseo insatisfecho, reprimido...

Sin embargo, no todo está en calma.

Algo esta vez la ha marcado y aceptarlo le fue dando una soltura en las palabras y un semblante más dulce que todos notan. Pedro no ha podido constituirse en un hombre para ella pero ha sido su semejante. Alguien que le mostró algún camino.

Nos podemos ahora preguntar con ella: ¿Tiene entonces Angélica que dejar sus clases de baile? Ya no hay por qué. Por lo demás, la gente la recibe bien y aunque a veces ese baile le parece obsceno, ella tiene que reconocer que algo la excita.

En este ejemplo de desamor a primera vista, algo la ha interpretado. Angélica retorna sus clases y continúa analizándose y, en i ambos espacios, ella hace como que no hace. Entre los dos capítulos de su vida amorosa corrió el riesgo de quedar alienada a Pedro, acaso creyendo que el baile era de él y por lo tanto, al quedarse in él, le tocaba una vez más quedar en menos. Pero esta vez ha conseguido no dejar de hacer, de desear.

Si acaso se cruza con Pedro, se lo encontrará tarareando aquello de: Angélica, cuando te nombro...

Bibiana Degli Esposti. Psicoanalista
Madrid: 91 547 51 31

 

ACERCA DE LA
SUBLIMACIÓN

Nuestro psiquismo tiende a conseguir el placer y la manera de hacerlo es a través de una descarga de energía, es decir, una descarga de tensión. Cuando el cuerpo necesita alimento tomarlo, cuando está cansado descansar o cuando está excitado sexualmente procurar la descarga autoerótica o en la relación sexual.

En el ser humano el instinto no es sólo instinto. En el hombre, decimos, no hay instinto porque al hablar es capaz de transformar hasta los comportamientos instintivos. Por ejemplo, cuando tenemos hambre podemos comer inmediatamente o podemos decidir no comer. Podemos comer solos o acompañados, en casa o en un restaurante.

Junto a la fuerza de lo "instintivo" en el hombre, tenemos que admitir su capacidad de sublimar. El hombre es capaz de posponer la satisfacción sexual, es capaz de cambiar el fin sexual por otro no sexual. En definitiva, el hombre es capaz de desplazar el afecto de una idea a otra y lo importante sería que el afecto (energía, libido, instinto, etc.) sea derivado, es decir, consiga una expresión.

Nuestra capacidad de sublimar es nuestra capacidad de hacer cultura. La civilización ha sido posible por nuestra capacidad de sublimar. No se sublima lo que no conseguimos, la sublimación no es efecto de la frustración y tampoco es represión. Para el psicoanálisis sublimar es un mecanismo y por tanto algo que funciona 0 no funciona. El neurótico, podríamos decir, se distingue por su mayor o menor capacidad de sublimar. En realidad enfermamos de no poder sublimar. Sublimar no sólo se refiere al instinto sexual, sino que se refiere a nuestra energía, a la pulsión, ya que para el hombre el sexo, el trabajo, el dinero, etc., todo, es con pulsión.

La sublimación produce satisfacción y se trata de una satisfacción distinta a la sensación placentera de una satisfacción de necesidad.

Es la forma humana de satisfacción y se distingue por su meta. 


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Aquello que satisface a la sublimación es del orden de un objeto pero no es una cosa material, es algo que ha de estar socialmente valorado y es un objeto muy especial que remite al hombre a eso que lo enfrenta con lo imposible, con lo que siempre buscará y nunca terminará de encontrar.

Sublimamos con la pulsión al igual que reprimimos con la pulsión. Esto quiere decir que no se trata de reprimir contenidos por ejemplo rechazados por nuestra moral. Se trata de que la represión es un mecanismo que queda instalado en el niño, de manera normal cuando accede al lenguaje.

Comenzar a hablar provoca en el niño la definitiva división de su psiquismo entre su vida consciente y su vida inconsciente. La represión excluye representaciones de la conciencia, separa la idea del afecto de manera que lo reprimido nunca es el afecto, de manera que lo reprimido son las representaciones del afecto.

Comenzar a hablar es entrar en el mundo de la cultura, es civilizamos, es humanizamos, es entrar en el mundo simbólico en el cual aparece el otro, el semejante, aparece el interlocutor porque aparece el tercero que es la palabra, es decir, aquello que va a interrumpir definitivamente el idilio imaginario del cachorro humano que es el niño, con la madre todopoderosa que le da la vida.

Entonces, sublimar no es reprimir y reprimir no es castigar. Cuando lo reprimido retorna en el psiquismo tenemos la elaboración de un síntoma y cuando lo que está en juego es la repetición de esa búsqueda cuya necesidad es repetir, estamos ante la sublimación. Y ambas cuestiones son fundamentales para explicar la sexualidad humana.

Cristina Barandiarán. Psicoanalista
Madrid: 91 308 68 36

 

SOMOS NUESTROS 
PROPIOS DEMONIOS

James Joyce le escribía a Nora, en 1904:

"Ahora me escribes y me preguntas qué demonios me pasaba la otra noche. Me mirabas como si estuvieras triste por algo que no había ocurrido y que habría podido gustarte"

A quién no le ocurrió alguna vez, o muchas veces, ser malinterpretado, ser objeto de un malentendido. Alguien que malinterpreta una frase, algún pasaje alguna carta, algún silbido de noche, algún encuentro, como si el recuerdo de ese encuentro lo turbara.

Continúa: "Anoche te hablé sarcásticamente, pero hablaba del mundo, no de ti. Soy enemigo de la bajeza y la esclavitud de la gente, no de ti. ¿No puedes advertir la sencillez que hay detrás de todos mis disfraces?"

A quién no le ocurrió alguna vez creerse "el mundo" y luego darse cuenta que el mundo es siempre más grande que uno y no puedo ingresar en él sino como vagabundo.

Cuando me encuentro con el otro que amo, por ejemplo, me siento fascinado. No logro clasificarlo porque es único para mí. Algo así como la imagen que responde a la especificidad de mi deseo. No puede ser nombrado por nada que ya esté nombrado, es absolutamente nuevo. Sin embargo, seguramente hemos amado y amaremos muchas veces en la vida, pero existe un rasgo común, por especial que sea mi deseo.

Ese a quien amo no tiene descripción ni definición, es alguien que, según R. Barthes hace temblar el mismo lenguaje. No puedo hablar de él ni sobre él. Todo atributo es falso porque es incalificable. Luego, me doy cuenta que tal originalidad no es ni el otro ni yo mismo, sino la relación. La originalidad de la relación es lo que se debería poder conquistar.

Otro ejemplo sería: cuando me siento herido por algo, esas heridas en realidad me vienen de aquello que clasifico empecinadamente, de lo que defino, es decir, del estereotipo.

Sin embargo estoy obligado a hacerme el enamorado como todo el mundo: de vez en cuando ponerme celoso, sentirme abandonado, frustrado. Pero cuando la relación es original, todo esto definible (fui abandonado), es eliminado, pues no tienen espacio, es una relación sin lugar. Es decir, por buscar la iluminación en el otro término perdiéndome la luz.

Nadie puede imaginar un mundo en el que el deseo dejara de turbamos definitivamente. Tendríamos que ponemos cada día un fin y el medio para llegar a esos fines en todos los casos es el trabajo. Sin trabajo ni siquiera existe el otro, la relación. No tengo con quién relacionarme. Esperar tener los medios para llegar al fin, es no llegar nunca al fin. La vida no puede ser reducida a los medios que la hacen posible, esto forma parte de la razón y el deseo siempre desafía a la razón.

La esencia del hombre siempre se basó en la sexualidad, no en la razón. Esto nos planta en la ambigüedad de la vida humana. Al respecto dice G. Bataille: "La violencia del deseo se halla en lo más hondo de mi corazón y al mismo tiempo esta violencia es el corazón de la muerte, se abre en mí."

Joyce concluye la carta: "¿Dónde estarás el sábado, el domingo, el lunes por la noche, para que no pueda verte?"

Karina Pueyo. Psicoanalista
Buenos Aires: 43 28 06 14

PREJUICIOS Y VIDA 
SEXUAL

El psicoanálisis, el descubrimiento freudiano, marca una ruptura en la historia del pensamiento. Ya que demuestra que junto al pensamiento consciente existe otro modo del pensamiento que es el pensamiento inconsciente. Y es a la luz de este descubrimiento que la sexualidad toma un lugar en la vida humana.

A medida que Freud avanzaba en la formulación de su descubrimiento iba demostrando que la vida sexual pertenece a la vida del ser humano y no que ella fuera un lugar oculto, prohibido o peligroso, vinculado a lo malo y oscuro donde hasta ese momento se la había relegado.

También aparece la genitalidad no como algo de los adultos sino de todos y como relevante para la vida de la especie humana.

El primer prejuicio que tuvo que romper al respecto Freud, fue el de la sexualidad como propia de adultos y dependiente del tiempo de la procreación. Para afirmar que la sexualidad es inherente a lo humano, lo humano por excelencia y que gozan de ella todas las edades. Que esa sexualidad estaba directamente relacionada con la constitución del sujeto psíquico, con la constitución del psiquismo en todos los seres humanos.

Por lo tanto, la vida sexual acompaña la vida humana desde los primeros tiempos del crecimiento hasta su muerte. 

En general, parecen más preocupadas las mujeres por la vida sexual: cómo se tiene que llevar en la actualidad, cuáles son los trastornos, los problemas que puede traerles; aunque quizás, los hombres estén esperando que las mujeres decidan qué sexualidad conviene. Esto lo decía Freud a principios de siglo, intentando romper prejuicios. Sin embargo, esos prejuicios destruidos a nivel teórico, a nivel de texto, son comunes en la sexualidad cotidiana.

El niño constituye su psiquismo en familia, en el momento de su ingreso al lenguaje constituye su humanidad. Puede comenzar a intercambiar como intercambian los otros seres de su especie, especie tan especial alumbrada por el habla.

Es en ese momento que los niños muestran los atisbos de su sexualidad sin vergüenza, pues para ellos aún todo es funcional y los padres deben comenzar a reprimirlos, esa etapa de intensa erogenización de las zonas genitales. En la represión de la masturbación, por ejemplo, los padres van indicando al niño que no puede masturbarse en todo momento, en cualquier lugar.

Luego vendrá la etapa de latencia, donde aparecen los intereses sociales del niño pero en la pubertad habrá un renacer del interés sexual, aparecen las relaciones, el mundo como extrafamiliar, la elección definitiva de objeto sexual, las actividades creadoras, la pasión por las ideas, el interés por el sexo.

En aquel momento de su primera infancia el niño o la niña habían logrado diferenciarse del primer objeto de amor que era la madre, había podido coordinar su amor por el padre y la madre. Había podido renunciar a no tenerlos siempre como partes de sí, sino como diferentes, como vidas distintas, sexualidades distintas.

Desde allí se habrá determinado la elección de objeto amoroso en la pubertad y sus escollos.

A partir de aquí, existe la posibilidad de la genitalidad adulta: sujeto de la especie, puede reproducir. Debemos recordar que el interés de la especie es simple y directo: subsistir. Además esto desde la intensidad pulsional, no pasa en la conciencia, es acto y cuerpo.

El púber, el adolescente cuando da rienda suelta a su sexualidad casi adulta muestra grandes capacidades de creación en el arte, las letras, las ideas. Puede verdaderamente introducirse en el mundo de lo social que también lo está esperando, esta vez para producir.

Y volviendo sobre los prejuicios sobre la sexualidad y una de sus emisarios, la genitalidad, es preciso remarcar que se arrastran en la vida humana desde hace siglos, pero no por ello son inmodificables más aún deberían ser modificados, pues en todos los casos ellos, los prejuicios, son los responsables de la enfermedad física y mental, del horror al decaimiento de nuestros cuerpos, de la vejez prematura, de las muertes tempranas, a veces toda una elección para un cuerpo que no quiere ver su propia decadencia.

Freud nos ilustra sobre la fuerza disociadora de las ideas pre-juzgantes en la anécdota que sigue. A principios de este siglo, Freud conversa con un amigo médico, como él.

Específicamente el amigo de Freud era médico-ginecólogo. Para explicar su descubrimiento sobre la vida sexual humana, pone como ejemplo un parto. El amigo ginecólogo le pregunta, que qué tiene que ver un parto con la vida sexual.

Evidentemente, tan disociada en el ginecólogo la idea de lo sexual con su tarea habitual; a pesar de que él vivía por ser ginecólogo ayudando a la reproducción constantemente. A él le parecía que la vida sexual es una cosa y los partos, otra.

Por otra parte, no es fácil pensar que los prejuicios son muchas veces evitación de las relaciones con los demás a que nos lleva el ejercicio de la sexualidad, como un ejercicio de la humanidad que alberga cada uno.


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Freud en 1931, en El Malestar de la Cultura, nos dice "...el aislamiento voluntario, el alejamiento de los demás es el medio de protección más inmediato contra el sufrimiento susceptible de originarse en la relaciones humanas", pero unos párrafos antes nos recuerda el verso de Schiller:

"Alégrese el que respira a la rosada luz del día".

María Chévez. Psicoanalista
Madrid: 91 541 75 13

LA ÉTICA DEL 
PSICOANÁLISIS (I)

No se puede pensar un sujeto fuera de una Ética.

Lacan se propone -en el Libro VII del Seminario- hacer un recorrido que vaya desde el reconocimiento de la infiltración en la experiencia analítica del imperativo moral, hasta lo que está en el otro extremo: el placer que, paradójicamente, podemos obtener de él en grado segundo: el masoquismo moral.

Su tesis, es que la ley moral, el mandamiento moral, la presencia de la instancia moral, es aquello por lo cual en nuestra actividad, en tanto estructurado por lo simbólico, se presentifica lo real, tesis que implica que la ley moral se afirma contra el placer.

Podemos entrever que este término de real, no inmediatamente accesible, está relacionado con el movimiento que atraviesa toda la obra de Freud y que lo hace partir de una oposición primera entre principio de placer y principio de realidad, a través de vacilaciones, oscilaciones que culminan en Mas allá del Principio de Placer, donde aparece ese rostro opaco, la pulsión de muerte, esa suerte de ley más allá de toda ley, punto de fuga de toda realidad posible de alcanzar.

En este acoplamiento entre principio de placer y principio de realidad, el principio de realidad podría aparecer como una prolongación, una aplicación del principio del placer. Por el contrario, esta posición dependiente y reducida hace resurgir más allá algo que gobierna -en su forma más amplia- el sentido de nuestra relación con el mundo y este es el nuevo hallazgo que está en juego en Más allá del Principio del Placer.

En este proceso se vuelve problemático lo que Freud formula como realidad. Como analistas, en la búsqueda en que nos encontramos, se trata de la realidad psíquica que se nos presenta con ese carácter problemático de un orden hasta ahora nunca igualado. Si la acción moral nos plantea problemas es quizá porque si el análisis nos prepara para ella, a fin de cuentas, nos deja a su puerta. La acción moral está injerta en lo real, crea allí un surco en el que sanciona el punto de nuestra presencia.

El análisis se mueve entre los límites de lo que podemos articular y aquello en lo que nos presentamos como capaces de articular una ética. Los límites éticos del análisis coinciden con los límites de su praxis. Su praxis no es más que un preludio a una acción moral, siendo dicha acción por la que desembocamos en lo real.

Aristóteles es el creador de la Etica como clasificación, como dar cuenta de las pasiones. Hay en esto una praxis, una producción. La Ética de Aristóteles sería una doctrina de las costumbres, aunque quizá una traducción más ajustada nos hablaría de una Etica de las virtudes, en tanto las costumbres representan una institución, mientras que las virtudes serían una disposición, una praxis como práctica cotidiana. Se trata de un orden no cuestiona con relación a una norma y se plantea de qué modo este orden puede ser establecido en el sujeto, ya que el hábito no puede ser antes ni fuera del sujeto. Dice Aristóteles: "Por más que arroje una piedra al aire, ésta no adquirirá el hábito de su trayectoria mientras que el hombre adquiere el hábito". Se produce una diferenciación -en cuanto al hábito- entre el ser vivo y el ser inanimado, inerte.

Este hábito se trata de obtenerlo de acuerdo a la norma de aquel orden que se trata de reunir en un Soberano Bien, punto de inserción, de atadura, de convergencia donde el orden particular se unifica en un conocimiento más universal, donde la Etica desemboca en una Política y, más allá, en una imitación del orden cósmico.

Se trata de una ética altruista, donde siempre está jugando el Otro, una ética que supone sujetos singularizados. El alma, en los griegos, está totalmente subjetivada, siempre hablamos del alma singular, todas las almas son diferentes. El acto ético no se hace por placer, sino que era un acto con placer. No fue sólo "conócete a ti mismo", sino además "cuídate a ti mismo". La lectura y escritura eran formas éticas, no era algo que uno voluntariamente hacía, sino que políticamente no podía dejar de hacer, porque dañarían al otro. No hay idea de yo, ni de persona, pero existe el Otro y la conciencia de sí que es una aprehensión de un él que todavía no es yo.

Aristóteles plantea un problema que permanece irresuelto en perspectiva hegeliana, el de una sociedad de amos. El ideal del amo en la ética aristotélica parece ser escabullirse lo más posible del juego del trabajo (dejando al intendente el gobierno de los esclavos) y dirigirse hacia un ideal de contemplación sin el cual la ética no encuentra su justa perspectiva. Queda señalada la idealización que entraña la perspectiva de la ética aristotélica.

Qué buscamos en el análisis. No es la verdad de una ley superior, sino la verdad como libertad que vamos a buscar en un punto de ocultamiento, de afanisis de nuestro sujeto. Es una verdad particular. Si la forma de articulación con que la encontramos en cada uno, podemos volverla a encontrar -siempre nueva-, la misma en otros, es en la medida que se presenta para cada uno en su especialidad última, con un carácter de Wunsch imperioso.

Este Wunsch en su carácter particular se conserva de esa forma en lo irreductible del sujeto. El Wunsch no tiene el carácter de una Ley Universal, sino por el contrario, el de la ley más particular incluso si es universal el que esta particularidad se encuentre en cada uno de los seres humanos.

Lo encontramos bajo una forma infantil, irrealista, con el carácter de un pensamiento librado al deseo, al deseo considerado como la realidad. Como decía Freud en la carta 73: "Mi análisis prosigue, es mi interés principal. Es como si uno no tuviese más que buscar en una cámara de provisiones para sacar de ella lo que necesita. Lo desagradable son los sentimientos, los estados de humor que, por su naturaleza, cubren, ocultan la realidad". Freud interroga en términos de realidad lo que se presenta como sentimiento, instaurando la búsqueda de una realidad que hay en algún lado de su propio seno y esto es una originalidad en cuanto a punto de partida.

Emilio González Martínez. Psicoanalista
Madrid: 91 301 18 44

NOTICIAS

FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Después de la Feria del Libro de Buenos Aires, del 29 de mayo al 13 de junio se celebra la FERIA DEL LIBRO de Madrid. Como cada año desde hace más de una década, la Editorial Grupo Cero estará presente, en la caseta n.º 41, con cerca de 100 títulos en su haber. Este año habrá varias novedades, entre ellas la colección "Psicoanálisis para todos", novedosa colección que recoge en vivo clases del Seminario Jacques Lacan mensual, con títulos como "Ciencia y Verdad en Psicoanálisis", "Posición del Inconsciente", "Charlas coloquio con Miguel Oscar Menassa: La transferencia un concepto olvidado y La transmisión en Psicoanálisis".

SEMINARIO SIGMUND FREUD Y SEMINARIO JACQUES LACAN

Ya puedes inscribirte a estos seminarios para la temporada 1999-2000. En octubre darán comienzo, una vez más, el Seminario Sigmund Freud dirigido a todo aquel que quiera iniciar su formación psicoanalítico. Asimismo, el Seminario Jacques Lacan resulta imprescindible por sus aportes al pensamiento sobre la transmisión del psicoanálisis.

AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS "Pablo Menassa de Lucia"

Está abierta la inscripción para hacerte socio. Puedes asociarte desde 1.000 pts. mensuales para ser socio simple y desde 10.000 pts. mensuales para ser socio colaborador. El pasado 17 de abril organizó un campeonato de mus. Ha convocado este mismo año el PRIMER PREMIO DE POESIA y el PRIMER PREMIO DE PSICOANALISIS que contará con la edición de 2.000 ejemplares del libro y 150.000 pts. por premio. La fecha límite de entrega es el 31 de julio de 1999.

 

Diario El País
3,10 y 12 de mayo de 1999

-La artritis reumatoide puede tener un origen psíquico.

-Aprender a modular el dolor

La sensación puede reducirse interviniendo sobre las emociones o el intelecto, claro está, con psicoanálisis.

-El 18% de la población española padece algún tipo de alergia, de origen psíquico.

7.200.000 españoles deberían 
comenzar su psicoanálisis.

Conclusión: Estudiar psicoanálisis es estudiar una profesión con muchísimo futuro.
¡INFÓRMATE!

 

CHARLA 
COLOQUIO 
CON MIGUEL 
OSCAR MENASSA
PTS.500; 5 US

El objetivo del lanzamiento de este nuevo título de la colección "Psicoanálisis para Todos", de Editorial Grupo Cero, es dar a conocer la importancia que tuvieron estas charlas coloquio al tratar dos temas fundamentales en el campo psicoanalítico: transmisión y transferencia. La transferencia, un concepto olvidado y que es el fundamento de la teoría psicoanalítica. Formar en psicoanálisis es transmitir y transmitir en psicoanálisis sólo es posible en el marco de la transferencia analítica.

No habrá escuela. Habrá estilo y un estilo no transmite nada, sólo se desarrolla. Para todo aquel que participe de su desarrollo se abre una posibilidad de estilo. Esa apertura es lo que se transmite.

Formarse como psicoanalista es una tarea que muy bien hace a la humanidad, pero debe saberse que es una tarea para toda la vida y donde toda la vida, cada vez se pone toda ella en juego.

Al principio el candidato tendrá que combatir y será siempre vencido. Su aprendizaje tiene que haber sido aprender a caer. Luego, un día habrá una interpretación que lo transforma todo.

Ningún sentimiento puede posibilitar o alterar la transmisión en psicoanálisis. Sólo es posible si existe un sujeto, es ir, alguien capaz de demostrar la verdad de la ciencia psicoanalítica. La interpretación, si es psicoanalítica, es siempre deseo.

Como transmitir no es educar, en estas charlas coloquio en manos de Miguel Oscar Menassa queda claro que no es su objetivo la enseñanza acerca de la transmisión y la transferencia, sino que se transmite el psicoanálisis en este mismo acto, y todo lo que se dirá va a tener que ver con la relación que se establece en transferencia analítica y ésa será la enseñanza.

El psicoanálisis es un hecho exquisitamente comunitario, es decir, el psicoanalista tiene que estar, para que haya psicoanálisis, en una cadena de transmisión. Una formación de psicoanalistas sin diván, como proponen otras escuelas, es filosofía. Ni Freud ni Lacan pudieron imaginarse la cuestión sin el psicoanálisis del psicoanalista. Lacan, más que descubrir. ve cómo puede transmitir el descubrimiento freudiano. Por eso Lacan abre un espacio infinito en el campo de la transmisión.

Todo se jugará en transferencia, pero algo no. La teoría que dice que la transmisión sólo es posible en el campo de la transferencia, es el único concepto que está fuera de la transferencia. Este fenómeno produce tanto al paciente como al psicoanalista.

Por eso decimos que la transferencia no es algo que le pase al paciente, sino que es un concepto teórico. Es común incurrir en el error de creer que la transferencia se puede interpretar, es decir, mostrarle al paciente lo que supuestamente le pasa con el psicoanalista. Este hecho, en lugar de producir una interpretación, produce una racionalización. La interpretación será en transferencia y para eso el psicoanalista debe estar relacionado con su psicoanálisis y con la teoría psicoanalítica, y no con el paciente. Y esa será la relación analítica. 


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LOS LIBROS DE LA EDITORIAL GRUPO CERO

EL ENIGMA DE LO
FEMENINO

Autora:
Bibiana Degli Esposti
PTS 800; 8 US.

El escritor, el poeta -más allá del género y de los géneros- está en contra, no pertenece a una época sino a todas las épocas, también a las que vendrán.

El escritor asume, como diría René Char en los Epigramas del combatiente, peligros perpetuos y renovados en la medida que rechaza con los ojos abiertos aquello que otros admiten a ojos cerrados.

El Enigma de lo Femenino o el enigma que lo femenino plantea en el sujeto, para situarlo en el espectro de su resonancia es una obra inquietante y pródiga.

La autora sigue, con paso firme en intenso deleite, el ritmo textual de diferentes protagonistas, recorre el devenir de algunos de los personajes femeninos más importantes de la literatura. Este seguimiento a la letra no puede no tener efectos, sintaxis que repite el "no pudo no pensar que su padre le había hecho a su madre la cosa horrible que a ella ahora le hacían" de Borges en Emma Zunz.

En primer lugar, Bibiana Degli Esposti mantiene una relación de otredad hacia el texto, no hay forzamientos biográficos ni deslices híbridos sino un espacio de extensas citas que son el litoral de su desarrollo psicoanalítico. La pretensión es clara: mostrar la lógica que rige en cada personaje y la pregnancia que estos personajes como modelos escriben en lo real. Escritura que funciona con la densidad gramática del mito, es decir: tiene el enorme poder de ser permanentemente actualizable.

Seis historias son desplegadas. Únicas e irrepetibles pero al mismo tiempo palimpsestos de otras historias. Aquella pregunta de Auerbach a propósito de Ulises: ¿Qué es anterior, la cicatriz o la herida? En La Odisea, la cicatriz conduce al recuerdo de la mordedura del jabalí, como si fuer anterior la carretilla al brazo articulado.

Eva: breve e inolvidable su protagonismo en el relato bíblico. Un cara a cara con Dios tiñe el diálogo. Dos Grandes Nombres, candidatura política insostenible, no podría llegar a existir, como en su momento la fórmula Perón-Evita, vaya a saber por cuántas complejas razones además de la repetición.

Eva sabía la lengua de los animales como sólo Eva Duarte supo -o así fue el mito que se creó- llegar a las instintivas multitudes de desposeídos.

Orlando, al despertarse de un sueño transformado en mujer, recuerda, un pensamiento sobre negarse y ceden "Porque nada hay tan divino como resistirse y ceder, ceder y resistirse... Gracias a Dios que soy una mujer". El subrayado es mío: no podía no nombrar a Dios, ella que anhelaba tener la pluma como arma.

Madame Bovary cede y vuelve a ceder. El universo de la pulsión desatado. Con signo contrario pero de equivalente intensidad, la Princesa de Clevés se resiste y vuelve a resistirse.

Deleuze en sus Estudios sobre Cine, se refiere a este tipo de estructura como Imagen pulsión. El protagonista crea un espacio centrípeto donde la repetición impera: universo sin salida alérgico al orden social. Proliferación de goce detenido solamente por la muerte, el encierro, la locura o la condena.

Nora y Emma Zunz al igual que Orlando, pero en un período de tiempo más breve, logran en la travesía textual cambiar de posición.

El seguimiento y las marcas de estos pasajes son puntuados por Bibiana desde la lógica de los cuatro discursos. Lógica que a lo largo de El Enigma de lo Femenino está presente con referencia a puntuaciones clínicas de Freud y Lacan.

Nora y Emma Zunz protagonizan actos encadenados que rigen contra la ley moral, aunque no va a ser el crimen sino el ultraje en Emma Zunz la cifra de su sexuación. "Es aquí donde debemos leer el desbaratamiento que la produce como dueña del juego. No es que no matara, al culpable pero lo hizo porque no podía no matarlo después de esa minuciosa deshonra más bien, siguió su plan pero el revólver era lo de menos. Contaba para llegar a empuñarlo, con armas de mujer..."

En el apartado La Locura Moral, Bibiana narra las presiones y censuras que sufrió lbsen por haber escrito Casa de Muñecas. Nora, figura temida, modelo de ruptura, esquirla el limbo matrimonial, abandona sus hijos para convertirse en un ser humano.

Lacan refiriéndose al estilo dice que es un objeto perdido.

 Esto nos llevaría a pensar en un objeto al que se pretende recuperar de manera incesante, también en un motor que causa deseo. En este punto situaría El Enigma de lo Femenino: libro que genera una doble causación: literaria y psicoanalítico.

Liliana Heer. Psicoanalista
Buenos Aires: Agosto 1998

 

LA DEPRESIÓN
Una enfermedad sin rostro
Actas VI

Congreso Internacional
Grupo Cero 1998
PTS 1.000; 10 US.

El psicoanálisis, tal vez escandalizó a los profesionales de la salud, sus circuitos culturales y al celo de los especialistas en su ejercicio, porque durante mucho tiempo no han tolerado más que la amnesia. Las relaciones de los poderes de la salud y el psicoanálisis, tendrá que ver con el proyecto de "salud mental" que se implante en las modernas sociedades urbanas, quiero decir, integrado o marginado en una estrategia social, de control y normalización, de asistencia, de vigilancia y tutela, porque el tema, está también determinado por sus relaciones con la organización social. Antes del psicoanálisis, las terapéuticas se imponían con fines de castigo, reeducación o moralización y representaban, una especie de utopía despótico. Tengamos en cuenta que desde el XIX, nos hemos convertido todos en psiquiatrizables. La más racionalizante de las sociedades, se ha colocado bajo el signo, valorizado y temido, de una locura posible. No es algo que afecte a los más extraños o excéntricos; puede sorprender a cada uno, en todas partes. Hoy por hoy, mayo de 1999, informan por radio y prensa, que la Depresión es la cuarta causa de enfermedad en el mundo. El porcentaje aunque pueda variar es llamativo. Me recordó las actas sobre la Depresión, y su co-relato: Una enfermedad sin rostro; anida en máscaras, en formas del amor y el odio, esto es también y a la vez, en la vida y en la muerte, en la muerte a la que la vida lleva y en la que la vida lleva. Está claro, que la hipocondría no se cura con antibióticos, ni las obsesiones contando elefantes, digo por si la obsesión fuera contar ovejas.... ni por supuesto el pis noctumo con alarmas musicales para detectar la forclusión. A pesar de los cien años de publicaciones psicoanalíticas, se sigue confundiendo el Litio con la Esquizofrenia, en el proceso de depuración de las almas urbanas. Se sigue confundiendo el sadismo con la piedad y los neuroconectores con fantasmas oníricos. En estas Actas, podemos encontrar elementos para trabajar el tema de la salud, si tenemos en cuenta que, "los medicamentos se pierden en la mente del paciente, los consejos del médico se pierden en la mente del paciente, es decir, la existencia del pensamiento inconsciente, hace lábil cualquier cuestión que tenga que ver con el ser humano". Una enfermedad sin rostro, que en un desarrollo de cuatro días, que es como está presentado el libro que comento, quiero decir, no son capítulos sino una secuencia temporal, una realización material de un estilo productivo, se muestra una gama representativa de muchos de sus rostros.

El texto, de autoría colectiva, comienza la exposición, trabajando: Diferencia entre salud y enfermedad. Un ejemplo: Duelo y Melancolía y en esa apertura, toca un abanico que por ejemplo abarca temas como la mujer, la pareja, la depresión ante el éxito, el alcohol, el amor, la sexualidad, las adicciones, la angustia, las relaciones con el cuerpo, con la enfermedad orgánica, el SIDA, la cultura, el chiste o el dolor. En cuanto al tratamiento, estas Actas, son una clara muestra de la idea, de que, en psicoanálisis, la teoría es clínica. Para que la clínica psicoanalítica sea posible, es necesario plantear la formación de psicoanalistas. La formación de psicoanalistas sólo es posible en la dimensión temporal de una Escuela. La importancia de una Escuela, que tiene como función, representar al psicoanálisis en el mundo, cuando se inaugura, lo que acontece es que en ese lugar del mundo, nace el tiempo del sujeto, su lengua. Se trata entonces, del trabajo del psicoanalista, por lo tanto, es un analista en "formación", para atender la educación, la cultura, la medicina, la psiquiatría, la población en general y permite que dimensionemos la cuestión de todo lo que nos pasa: "sólo si se transforma el que enseña, se modificará la enseñanza y el cambio dramático que se opera, es que para poner en acto un encuentro sobre la Clínica psicoanalítico, es necesario destacar, que los psicoanalistas se ocupan en todo caso de la producción de la salud y no de la enfermedad". Una Escuela de Psicoanálisis, es entonces, el primer paso para el tratamiento y es fundar una manera de concebir la transmisión en psicoanálisis como escritura y por tanto, una manera de concebir el tratamiento psicoanalítico, porque lo único que cura lo psíquico es la manera de concebirlo. En este sentido, el libro, además de las ponencias, en gran parte ofrece, Presentaciones de casos clínicos, con la Supervisión de Miguel Oscar Menassa y comentarios de Juan Carlos De Brasi, realizados durante los cuatro días, donde se puede leer una vez más, que el psicoanálisis es un hecho comunitario, porque hay frases que sólo pueden ser producidas por una escritura grupal, donde cada ejemplo es una afirmación del discurso que lo sostiene.

Jaime Icho Kozak. Psicoanalista
Madrid: 91 447 02 84


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PSICOANÁLISIS Y MEDICINA

COLITIS ULCEROSA
ENFERMEDAD DE 
CHROHN O LA AVARICIA 
INTESTINAL

La enfermedad inflamatorio intestinal es un término general que designa un grupo de trastornos de causa desconocida que afectan al tubo digestivo y en sentido estricto no hay características patognomónicas o pruebas específicas, por lo que su diagnóstico se establece por exclusión.

En la práctica estos trastornos se caracterizan por afección inflamatoria recurrente de segmentos intestinales con manifestaciones clínicas diversas que a menudo siguen un curso crónico imprevisible.

Epidemiológicamente tiene características comunes afectando a ambos sexos por igual, son más frecuentes en la raza blanca, suelen debutar en pacientes con edades comprendidas entre los 15 y 25 años y son afecciones que van en aumento con una prevalencia de unos 30 casos nuevos cada 100.000 habitantes lo que habla de su alta incidencia. Se ignora la causa pero sus características nos llevan a pensar en factores familiares, inmunitarios, infecciosos Y psíquicos. Hasta la fecha no se ha logrado detectar ningún marcador genético ni aislar ningún virus, bacteria u hongo causante, sin embargo sí se ha comprobado que el inicio o las recaídas de estas afecciones coinciden con situaciones de ansiedad en los pacientes o situaciones de duelo mal elaboradas tras el fallecimiento de algún familiar, destacando en estos pacientes crisis emocionales y estados de depresión. Y destacamos este hecho porque no sólo hay que tenerlo en cuenta a la hora del diagnóstico y curso de la enfermedad sino que resulta imprescindible su abordaje terapéutico y respuesta al tratamiento desde una mirada psicoanalítico y a veces olvidada por los clínicos.

Recordemos que suelen debutar con una sintomatología de diarrea con sangre y dolor abdominal, acompañados con frecuencia de fiebre y pérdida de peso en los casos más graves. El diagnóstico se suele establecer en base a la clínica y por datos anatomopatológicos.

El curso crónico de la Colitis Ulcerosa y de la Enfermedad de Crohn conlleva problemas nutricionales, musculoesqueléticos, afecciones de piel, ojos y la aparición de neoplasias que empeoran el pronóstico del cuadro.

El tratamiento es sintomático, es decir se atiende la deshidratación y administran antiinflamatorios, inmunosupresores y glucocorticoides. Deseo destacar que en el apartado de tratamiento al desconocer la causa no se realiza un abordaje etiopatogénico, considerando este principal y prioritario tanto para la mejoría del cuadro como en el pronóstico, a veces grave, de estas enfermedades que se presentan en pacientes jóvenes. En mi práctica médica y psicoanalítico tuve la oportunidad de atender a pacientes con esta sintomatología y resaltaba una desmedida ambición y avaricia con tendencia colérica. Estos rasgos me hacen rescatar un texto de Freud de 1908, El Carácter y el Erotismo Anal, donde el médico vienés aporta datos y nos recuerda lo determinante que es para el sujeto el desarrollo libidinal y la organización genital infantil. Investigando la temprana edad de estos pacientes averiguamos que necesitaron un plazo amplio para dominar la incontinencia alvi infantil, fueron niños que presentaron dificultades para defecar en el orinal ya que el acto de la defecación les procura un gran placer y eran frecuentes los manejos indecorosos con las heces. Cualquier parte del cuerpo puede resaltar como una zona erógena y en las enfermedades inflamatorias intestinales así como en el frecuente diagnóstico de Colon Irritable la mucosa digestiva hace acopio del desarrollo libidinal y como el cuerpo debemos pensarlo como un cuerpo acompañado de palabras, silencios, resonancias, es decir pulsional, si no existe una escucha psicoanalítico de estos cuadros el tratamiento puede resultar ineficaz.

La pulcritud, el exceso de pudor, la repugnancia, la moral se oponen a modo de diques al desarrollo de una sexualidad normal. Los rasgos permanentes del carácter son continuaciones invariadas de las pulsiones primitivas o sublimaciones de las mismas o reacciones contra ellas. Un dolor abdominal alrededor del ombligo nos recuerda que no somos únicos y una defecación con sangre nos alerta acerca de los fluidos corporales en los que las diferencias sexuales no se encuentren aún establecidas.

El amor y el dinero son vividos por estos pacientes como símbolos del poder, pero sólo se puede con otros, no hay amor sin trabajo y el dinero debe ser pensado como equivalente general, no sólo simbólico. Ya nos dijo Einstein: ¡qué tiempos los nuestros en los que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio!, ¡qué tiempos los nuestros!.

Carlos Fernández del Ganso. Psicoanalista
Madrid: 91 883 02 13

 

ANOREXIA I

Escucho con oídos que trascienden la escucha médica las fantasías aterradoras de una de esas mujeres a las que han colgado el cartel de anoréxicas. Dice: "Temo que al entrar en la tienda en la que acostumbro a comprarme la ropa, cuando me disponga a pedir la talla 36, se abalancen sobre mí dos fornidos policías, y me detengan como si hubiera cometido un delito, llevándome después a un hospital, donde me inflarán a sueros hasta que reviente". Este miedo señala una verdad; quienes adjudican a las modas, donde los cuerpos extremadamente delgados se consideran bellos, un papel etiológico en la producción de anoréxicas/os, se equivocan de lleno, y esta fantasía viene a señalar ese error. La anorexia nerviosa, así llamada para distinguirla de la falta de apetito que acompaña a algunas enfermedades orgánicas, es un síntoma conocido desde hace siglos, lo que cambia es la mirada, el cristal bajo el cual es sometido a examen este síntoma. Y digo síntoma porque así como puede ser una de las principales manifestaciones de la histeria, ligada a la repugnancia, en las depresiones graves también es común la pérdida de interés por el comer y el paciente psicótico puede evitar la ingesta por miedo al envenenamiento.

La prohibición de participar en desfiles a modelos con una talla menor de la 38, no contribuye a disminuir el número de anoréxicas, sino que contribuye más bien a que los sujetos afectados por este síntoma, además de "mirarse mal" (de tener una percepción alterada de su propio cuerpo), sean "mal mirados", "mal vistos".

Los "desórdenes de la alimentación", según un trabajo publicado en la prestigiosa revista médica New England Joumal of Medicine en Abril del 99, considerando como tales la anorexia y la bulimia afectan a cinco millones de americanos por año. La mortalidad asociada a la anorexia nerviosa es doce veces mayor que la esperada para la población general de la misma edad. En este mismo trabajo concluyen que las terapias psicodinámicas son útiles en el tratamiento de todos estos "desórdenes", y son a menudo indispensables, así mismo señalan que los psicofármacos no son efectivos en el tratamiento de los síntomas primarios de la anorexia nerviosa, y los antidepresivos y neurolépticos, comúnmente usados en el tratamiento de estos trastornos no han demostrado mejoría de los síntomas en ensayos clínicos controlados.

Viajemos hasta 1895, en los albores del psicoanálisis, Freud se encuentra ante una de sus primeras pacientes, Emmy, y hablándonos de la anorexia, nos dice: las inhibiciones de nuestros enfermos pueden ser consideradas como consecuencia de una disminución general de la capacidad funcional, están basadas en la existencia de asociaciones no enlazadas y saturadas de afecto, que se oponen a la constitución de otras nuevas, sobre todo a las de carácter penoso. La anorexia de Emmy, nos ofrece el mejor ejemplo de esta clase de abulias. Si come tan poco, es porque no halla gusto ninguno en la comida, y esto último depende a su vez de que el acto de comer se halla enlazado en ella, desde mucho tiempo atrás con recuerdos repugnantes, cuyo montante de afecto no ha experimentado disminución alguna. Naturalmente, es imposible comer con repugnancia y placer al mismo tiempo. La repugnancia concomitante a la comida, desde muy antiguo, no ha disminuido, porque la sujeto tenía que reprimirla todas las veces, en lugar de libertarse de ella por medio de la reacción. Cuando niña, el miedo al castigo, le obliga a comer la comida fría, y en años posteriores fue el temor a disgustar a sus hermanos el que le impidió exteriorizar los afectos que la dominaban mientras comía con ellos.

El hombre transforma todo lo animal en humano, en él los instintos más primordiales, como lo es el instinto de alimentación, están trastocados, dejan de ser instintos para convertirse en pulsiones.

(Continuará)

Alejandra Menassa. Médico
Madrid: 91 542 33 49

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA:         50.000 Ejemplares en MADRID
                                                                           50.000 Ejemplares en BUENOS AIRES


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DE NUESTROS ANTECEDENTES

MARX

EPÍLOGO A LA SEGUNDA
EDICIÓN ALEMANA

(Crítica de la Economía Política)

1873

Cuando el autor describe tan acertadamente lo que llama mi verdadero método, y con tanta benevolencia lo que concierne a mi aplicación personal del mismo, ¿qué es lo que ha descrito sino el método dialéctico?

Cierto, el modo de exposición tiene que distinguirse formalmente del de investigación. Esta ha de apropiarse la materia en detalle, analizar sus distintas formas de desarrollo y descubrir sus vínculos internos. Una vez cumplida esta tarea, puede exponerse el movimiento real de modo conveniente. Si se consigue y si la vida del material se refleja ahora idealmente, puede parecer que uno tiene que habérselas con una construcción a priori.

Mi método dialéctico difiere del hegeliano no sólo por su fundamento, sino que es directamente su opuesto. Para Hegel el proceso del pensamiento, que incluso transforma en sujeto independiente con el nombre de Idea, es el demiurgo de lo real, que no constituye más que su fenómeno externo. Para mí, por el contrario, lo ideal no es más que lo material transferido y traducido en el cerebro humano.

Hace casi treinta años, cuando era la moda del día, que critiqué el lado mistificador de la dialéctica hegeliana. Pero justo cuando elaboraba el primer volumen de El Capital, los epígonos gruñones, presuntuosos y mediocres que predominan ahora en la Alemania culta, se complacían en tratar a Hegel como el bueno de Moses Mendelssohn trataba a Spinoza en tiempos de Lessing, a saber, como un "perro muerto". Por eso me confieso abiertamente discípulo de ese gran pensador, y en algunos pasajes del capítulo sobre la teoría del valor coqueteo con su modo peculiar de expresión. La mistificación que sufre la dialéctica en manos de Hegel no impide en absoluto que fuese el primero en exponer amplia y conscientemente sus formas generales del movimiento. En él se encuentra patas arriba. Sólo hay que darle la vuelta para descubrir el núcleo racional en su envoltura mística.

En su forma mística, la dialéctica se convirtió en moda alemana, porque parecía transfigurar el estado de cosas existente. En su forma racional, la dialéctica es un escándalo y un horror para la burguesía y sus portavoces doctrinarios, porque en la comprensión positiva del estado de cosas existente también incluye al mismo tiempo la comprensión de su negación, de su necesaria caída, porque concibe toda forma devenida en el curso del movimiento, esto es, también en su aspecto transitorio, porque no se deja intimidar por nada, y porque en su esencia es crítica y revolucionaria.

 

 

EN SU FORMA 
RACIONAL 
LA  DIALÉCTICA ES 
UN DESASTRE...

SIGMUND FREUD

TOTEM Y TABÚ

1912-13

Pero el ceremonial y las inhibiciones de nuestros neuróticos atormentados por ideas obsesivas presentan también tales caracteres, no obstante lo cual permanecen siempre dentro de la realidad psíquica, no pasando nunca de proyectos jamás traducidos en hechos concretos. Habremos, pues, de guardamos de aplicar al mundo del primitivo y del neurótico, rico únicamente en sucesos interiores, el desprecio que nuestro mundo prosaico, lleno de valores materiales, experimenta por las ideas y los deseos puros.

Nos hallamos aquí ante una cuestión difícil de decidir. Comenzaremos, sin embargo, por declarar que la diferencia indicada, que algunos podrían hallar fundamental, carece a nuestro juicio de toda relación con la esencia del tema discutido. Si los deseos y los impulsos presentan para el primitivo un valor de hechos, sólo de nosotros depende intentar comprender esta concepción, en lugar de obstinarnos en corregirla conforme a nuestro propio modelo. Intentaremos, pues, formamos una idea precisa de la neurosis, puesto que es ella la que ha hecho surgir en nosotros las dudas que acabamos de señalar. No es cierto que los neuróticos obsesivos, que en nuestros días sufren la presión de una supermoral, no se defiendan sino contra la realidad psíquica de las tentaciones y se castiguen tan sólo por impulsos no traducidos en actos. Tales tentaciones e impulsos entrañan una gran parte de realidad histórica. Estos hombres no conocieron en su infancia sino malos impulsos, y en la medida en que sus recursos infantiles se lo permitieron, los tradujeron más de una vez en actos. Durante su infancia pasaron, en efecto, por un período de maldad, por una fase de perversión, preparatoria y anunciadora de la fase supermoral ulterior. La analogía entre el primitivo y el neurótico se nos muestra, pues, mucho más profunda si admitimos que la realidad psíquica, cuya estructura conocemos, ha coincidido también al principio, en el primero, con la realidad concreta; esto es, si suponemos que los primitivos llevaron a cabo aquello que según todos los testimonios tenían intención de realizar.

Sin embargo, no debemos dejamos influir con exceso en nuestros juicios sobre los primitivos por la analogía con los neuróticos. Es preciso tener también en cuenta las diferencias reales. Cierto es que ni el salvaje ni el neurótico conocen aquella precisa y decidida separación que establecemos entre el pensamiento y la acción. En el neurótico, la acción se halla completamente inhibida y reemplazada totalmente por la idea. Por el contrario, el primitivo no conoce trabas a la acción. Sus ideas se transforman inmediatamente en actos. Pudiera incluso decirse que la acción reemplaza en él a la idea. Así, pues, sin pretender cerrar aquí con una conclusión definitiva y cierta la discusión cuyas líneas generales hemos esbozado antes, podemos arriesgar la proposición siguiente: 'en el principio era la acción'*

*Fausto de Goethe

EN EL NEURÓTICO
LA ACCIÓN SE
ENCUENTRA
TOTALMENTE
INHIBIDA.


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LACAN

DIMENSIÓN TRÁGICA DE LA
EXPERIENCIA ANALÍTICA

1960

Propongo que de la única cosa de la que se puede ser culpable, al menos en la perspectiva analítica, es de haber cedido en su deseo.

Esta proposición, aceptable o no en tal o cual ética, expresa bastante bien lo que constatamos en nuestra experiencia. En último término, aquello de lo cual el sujeto se siente efectivamente culpable cuando tiene culpa, de modo aceptable o no para el director de conciencia, es siempre, en su raíz, de haber cedido en su deseo.

Avancemos más. A menudo, cedió en su deseo por el buen motivo e incluso por el mejor. Tampoco esto es para asombramos. Desde que la culpa existe, se pudo percibir desde hace mucho que la cuestión del buen motivo, de la buena intención, por constituir ciertas zonas de la experiencia histórica, por haber sido promovida a un primer plano de las discusiones de teología moral, digamos, en la época de Abelardo, no por ello dejó a la gente demasiado contenta. Siempre, en el horizonte, se reproduce la misma cuestión. Y por eso precisamente los cristianos de la más común observancia nunca están muy tranquilos. Pues, si hay que hacer las cosas por el bien, en la práctica lisa y llanamente uno tiene que preguntarse por el bien de quién. A partir de aquí las cosas no caminan solas.

Hacer las cosas en nombre del bien y, más aún, en nombre del bien del otro, esto es lo que está muy lejos de ponernos al abrigo, no sólo de la culpa, sino de toda suerte de catástrofes interiores. En particular, esto no nos pone ciertamente al abrigo de la neurosis y sus consecuencias. Si el análisis tiene un sentido el deseo no es más que lo que sostiene el tema inconsciente, la articulación propia de lo que nos hace arraigamos en un destino particular, el cual exige con insistencia que la deuda sea pagada y vuelve, retorna, nos remite siempre a cierto surco, al surco de lo que es propiamente nuestro asunto.
Opuse la última vez el héroe al hombre común y alguien se ofendió por ello. No los distingo como dos especies humanas -en cada uno de nosotros, existe la vía trazada para un héroe y justamente la realiza como hombre común-.

Los campos que les tracé la última vez -el círculo interno que llamé con el nombre de ser-para-la-muerte, en el medio de los deseos, la renuncia a la entrada del círculo externo- no se oponen al triple campo del odio, de la culpa y del temor como a lo que aquí sería el hombre común y aquí el héroe. Para nada es así. Esa forma general está lisa y llanamente trazada por la estructura en y para el hombre común y es, precisamente, en la medida en que el héroe se guía en ella correctamente, pasa por todas las pasiones en las que se enreda el hombre común, con una salvedad, que en él, ellas son puras y que se sostiene en ellas enteramente.

SOY CULPABLE 
SOLO DE 
HABER CEDIDO 
EN MI DESEO.

MENASSA

PSICOANÁLISIS Y POESÍA
(Discurso de América)

1985

Iniciar algo también es morir. Y si no se han hecho las cosas a fondo podrá más la sangre, que las palabras. Sólo en el paroxismo de su ser humano un hombre es palabras. El resto del tiempo: carne, excremento, grandes pasiones de antiguo nivel. Hundido en esa pocilga el "hombre" puede morir de cualquier cosa, hasta de rabia.

Para que la palabra transforme algo en alguien, debe acontecer engarzada en las más altas pasiones posibles para el hombre: El Amor, la Creación.

Anuncio fuertes lluvias y manzanos en flor y nadie me cree.

Desfiladero material hacia la muerte, las palabras, después todavía, hablar, escribir, amar. Este tiempo es el tiempo de la creación, y no porque iremos a ponerle flores a ningún muerto, sino porque el hombre está en condiciones de afirmar que hablar, escribir, amar, son en realidad el mismo acto, el mismo verbo, ya que existe una simultaneidad, un tiempo diferente donde un acto concebido como generado en esa triple articulación es lo que se ha dado en llamar desde antaño, sin entrar nunca en sus verdaderos mecanismos de producción, acto poético, es decir, producir lo que sólo existirá después. Y es aquí, donde poesía y ciencia se confunden, podríamos decir, en un abrazo mortal para ambas.

Porque cuando se habla de la Poesía y el Psicoanálisis y no se habla de la propia vida de los sujetos, no hay método y todo es razón y ella misma es la que se descarta a sí misma para ser y es ella la que concibe un No rotundo y eterno en la propia morada de la materia y en ese vacío, fuego sangrante de la nada y, en ese límite preciso contra todo, la razón en cuestión, haciendo gala y despliegue de todos los sentidos, con todos los orificios abiertos y desesperados a la búsqueda de lo cierto, ella, la razón, comienza su propia investigación y ella, tiene la sabiduría de la vida, porque la vida es ella, su moda la verdad, su verdadero ser el tiempo momificado en lo relojes, su retórica volver siempre sobre lo mismo, con el intento de esclarecer cualquier atrocidad que ocurra en su reinado.

Y ella, hoy por hoy, debemos decirlo, reina sobre todo. Para reinar su concepción es simple. En mi cuerpo, nos dice y ella tiene variadas maneras de decir, todo es sobremesa, barrigas descomunales y cigarros que pueden fumarse tranquilamente.

En mi cuerpo todo es atardecer y unas veces blanca y perfumada, danzando entre cisnes, también, blancos y olorosos y otras veces ensangrentada y nocturna, fría y natural, momificando su sonrisa siempre a una hora determinada, abre las ventanas de su corazón, abre desaforadamente sus flujos marinos, porque ella, la razón, en su casa, también, es poesía. Y entreabre su piel, porque la piel también es un agujero y en esas heridas se petrifica el universo.

INICIAR ALGO
TAMBIÉN
ES
MORIR


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Es una novela 
de Miguel Oscar 
Menassa

 

CAPITULO VIII

Querida Jefa de nuestro jardín más bello:

Hoy es un día especial, esos días que me alegro que vos estés en Buenos Aires, porque eso quiere decir que yo algún día podré ir a Buenos Aires.

Aquí, en Madrid, dos veces por día, me hacen sentir que algo me quitan o algo no me dan por ser argentino. Lo que quiere decir que aquí, en España, los argentinos pagamos diezmo.

De cualquier manera sé, por vuestras cartas, que es casi imposible vivir en Buenos Aires, aunque en Buenos Aires, por ahí, es bueno ser argentino.

Estoy preocupado en encontrar caminos del pensamiento que me permitan transformar este estado de cosas que por ser argentino, mejor dicho, por haberlo sido, no me dejarán en España nada, casi nada grande.

Sin embargo, pienso que deberían existir caminos más sencillos para hacer que algunos cuantos versos tengan una vida duradera y puedan viajar por todo el mundo posible.

Hoy estoy verdaderamente raro, inquieto, como si algo malo, muy malo, estuviera ocurriendo.

Hay días que me siento rodeado por las enfermedades, la locura, la muerte. Pero esta vez es todo muy distinto, ¿y sabes por qué? Porque ahora tengo unos dineros en mi cuenta bancaria, y ese dinerillo en el banco es lo único de mí que no puede matar nadie, ni siquiera los españoles. Ese dinero en el banco, después de los ataques, la injurias y los infinitos obstáculos salvados, es mi cuerpo, el cuerpo sobre el cual, luego, vuelve a crecer mi alma.

Mi poesía, aunque llegara a ser la mejor, que eso ya es muy complicado, nunca será bien concebida aquí, en España. Mi personalidad no va para este pueblo. La dimensión de mi voz más que conmoverles les aturde, les enceguece en mi contra.

Algunos españoles, por mi poesía, han llegado a tomársela con mi persona, ¿entiendes?

Por eso hoy me da alegría escribirte una carta sabiendo que vives en Buenos Aires y que, algún día, las cosas podrían girar de tal manera que yo aparezca viviendo en Buenos Aires y que todo este infierno actual será pasado o escritura. Y no como ahora, que es vida cotidiana imposible. Falta presente.

Mientras miro la televisión, enciendo un cigarrillo para fumármelo tranquilamente y pienso que con el correr de las horas alcanzaré mejores formas, alguna otra manera de mirar lo mismo.

Que el número 4 de los fascículos de Poesía y Psicoanálisis lleve la publicidad del diario PÁGINA 12 me parece sensacional.

Eso que está pasando en Buenos Aires con nuestros libros también es mi cuerpo.

Como ves, un pedacito de mi cuerpo en el dinerillo que tengo en el banco, y otro pedacito en la distribución de nuestros libros en Buenos Aires, es decir, en tus manos.
Me despido, por ahora, con un fuerte abrazo.

El Master

El Master cerró la carta y se quedó un tiempo sin hacer nada; después, con parsimonia, lió un porro al estilo de Evaristo, que se podía suponer por las edades que tenían cada uno que Evaristo aprendió a liar del Master. Cuando terminó de liar fumó, sin pensar en nada, calada tras calada, hasta terminar el porro, apagó la colilla y se dijo en voz alta, como cuando daba sus conferencias para más de 100 personas.

Crecer es inaudito, y comenzó a reír de tal manera que si en ese momento lo hubiera visto alguno de sus pacientes hubiera pensado que él también estaba un poco loco.

Como un niño, decía sin parar de reír, que parecía que lo estaban matando.

Un niño, un niño, ¿qué es lo que puede tener un niño? Bueno, un niño puede tener un poco de caca, un poco de moco, un poco de leche, algunos caramelos y muy poco dinero, y esto lo hacía reír aún más fuerte.

Sin dejar de reír se sacó los pantalones aprovechando que estaba solo en casa, y que él otras veces lo había dicho, se escribe con mayor libertad en calzoncillos, después desabrochó los botones de su camisa, partiendo desde arriba, desde el botón del cuello, hasta el cuarto botón, y así, disfrazado de joven descamisado en calzoncillos, fue hasta el baño para mirarse en el espejo, y se vio tan joven que prácticamente exclamó:

-¡Y quién va a creer que yo tengo 65 años!

¡Con esta piel! Y pasó su mano por el centro de su pecho y, claro, sintió, que su piel era suave y sin arrugas.

Sólo su barba entrecana era su edad, el resto no se sabía nunca a quién correspondía, él lo sabía, y eso había sido casi su perdición. Estaba cansado ahora de tanta belleza, tanta alegría producida a su alrededor a causa de la característica de su piel, cansado de tanta creación y tan poco dinero.

Todo a su lado rejuvenecía y, claro, a la gente le terminaba gustando más rejuvenecer que trabajar para ganar algún dinero o llevar adelante alguna relación social que, al fin y al cabo, todas ellas traen preocupaciones y el consiguiente envejecimiento.

El ya estaba harto de esta situación, y para demostrarlo se agarró los huevos, mejor dicho, todo el paquete genital, y le hizo hasta seis señas al espacio.

Su vida hasta aquí había sido sus versos, era capaz de cualquier humillación con tal que le dejaran escribir sus versos, pero también estaba cansado de eso.

Se llegó hasta la librería del salón y cogió al azar dos libros, el primero no llegó a saber de quién se trataba, en el segundo se detuvo el tiempo suficiente para saber que era un libro de Borges, siete conferencias dictadas un poco antes de morirse, algo sustancial para el hombre, se dijo, pero en verdad no pudo leer sino las dos primeras páginas, dejó el libro y volvió al ordenador, y escribió:

Páginas vibrantes habrán de escribirse para decir quién soy, pero yo no seré.

¡Cuántas veces quise vengarme de todos, no escribiendo nunca más ni una sola palabra! Pero, después, no puedo.

Hay algo en mí que no me pertenece, algo que ya no puedo controlar. Eso que no me pertenece y no soy es lo que sigue escribiendo cuando yo ya quisiera morir o cosa parecida.

Pero un niño no puede morir, se dijo el Master, y eso le volvió a dar una risa de no poder más, dejó la silla del ordenador y se fue tosiendo y riendo hasta el baño, y se mojó la cara, se peinó, se puso los pantalones, se abrochó la camisa dejando sin abrochar sólo el botón del cuello.

Cuando se miró en el espejo a ver cómo quedaba otra vez vestido de médico y se vió la cara un poco colorada, se dijo.

-Espero no morir un día de hipertensión como un viejo boludo.

Después se puso la chaqueta de cuero que lo hacía alto y delgado, y se sentó a esperar. En unos minutos llegaría su primera paciente del día, ya que las cartas y todo eso él lo hacía a la mañana, antes de comenzar a trabajar.

Escribir en realidad pertenecía más al mundo de sus sueños, emparentado con la noche, que a su realidad material.

Cuando sonó el timbre él ya lo sabía, fue hasta la puerta, la abrió y devolvió con un leve movimiento de cabeza el saludo cordial de su paciente.

-¿Qué pasa, doctor? Hoy es un día maravilloso... 

-Muy bonito -contestó el Master señalando el pasillo que daba a su consulta.
Ella, después que el Master hubiera cerrado la puerta de la consulta, y estando ya sentada en el diván, preguntó:

-¿Me tumbo?

-¿Y a mí qué me pregunta? -dijo el Master, haciendo con la manos como hacen los italianos en estas situaciones.

-Le pregunto si me tumbo -repitió Emilse, desconcertada, como si hubiera que entender algo.

-Ahhh -dijo el Master, y se quedó en silencio.

-Ayer -balbuceó Emilse-, antes de irse de casa de Josefina, me dio un beso, ¿recuerda ... ? Bueno, entonces yo pensé que a lo mejor era mejor no tumbarme hoy, pero ya veo que son tonterías. 

-¿Y usted qué hubiera preferido -le dijo el Master-, acaso que le diera un cachetazo ahí delante de toda la gente? A mí me pareció más sincero darle un beso, pero si usted no quiere deberme nada, hoy, cuando se vaya, puede devolverme el beso y así quedamos a mano.

Emilse se tumbó en el diván, y luego de un silencio no muy prolongado dijo:

-Si usted, lo del beso, lo plantea así, entonces prefiero deberle ese beso, para una mejor ocasión...
Para cuando usted esté menos distante de mí, para cuando usted sea más cordial conmigo, para cuando usted me ame, entonces le devolveré el beso.

IX CONGRESO INTERNACIONAL
GRUPO CERO
LA INTERPRETACIÓN PSICOANALÍTICA
-La sublimación-

Lunes 23 de agosto de 1999
20 hs. Conferencia Inaugural. Por Miguel Oscar Menassa.
22 hs. Coctail de inauguración.

Martes 24 - Miércoles 25 - Jueves 26
15 hs. Talleres.
19 a 22 hs. Supervisiones clínicas.

Viernes 27 de agosto
Simposio sobre La Sublimación.
Conferencias -Mesas de trabajo-
Horario de 10 a 13 hs. y de 17 a 21 hs.

Sábado 25 de agosto
supervisiones clínicas. De 10 a 13 hs.
Conclusiones de 17 a 19 hs.

ARANCELES:
Supervisión de caso clínico y asistencia a todas las actividades: $400
Asistentes: profesionales $200
Estudiantes: $100
Asistencia por jornada: $100

 

ESTE AVISO LO VEN 600.000 LECTORES Y
PERMANECE 2 MESES EN INTERNET.
PÁGINA WEB DEL GRUPO CERO

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Buenos Aires
43 28 06 14 

Madrid
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PRECIOS Y CONDICIONES
-Tamaño mínimo 3 cm. por columna

PARA ARGENTINA

Tapa y contraportada:  $ 100 el cm. por columna
Interior:                        $ 80 el cm. por columna

PARA ESPAÑA

Portada y contraportada: 15.000 pts el cm. por columna
Interior:                             12.000 pts el cm. por columna

- Presentación de originales antes del día 20 del mes anterior a la publicación.
- El pago es por adelantado

-Continuamos la próxima -dijo tranquilamente el Master.

-¿Y ahora qué le hice? -protestó Emilse sin incorporarse.

-Nada, por eso podemos continuar la próxima -respondió el Master con una sonrisa.
Él la acompañó por el pasillo caminando detrás de ella hasta la puerta, se despidieron con un movimiento de cabeza y Emilse sonrió en el saludo.

El Master volvió a la silla del ordenador y escribió:

Una corriente de humo negro siempre atraviesa las entrañas del sujeto.

Todo es posible, siempre. Y de eso no se cura nadie.
Una comida sin sal es sosa.
Con sal está bien.
Con más está salada.
Y con mucha sal está incomible.

¿Hay una medida?, me pregunto, ¿hay una medida que mide la humanidad?

No puedo creerlo, pero actualmente la gente vive creyendo que una medida los mide como humanos.

Nadie es en estas épocas del mundo.
Todo es, un deber ser, insostenible.

 

CAPITULO IX

Hoy no estoy triste. Estoy atada a gruesas cadenas de humo.

Hoy no siento ningún dolor. Hoy todo tiembla en mí.

Los famosos renacuajos que me aterrorizaban, permanentemente, se han transformado en tiernas libélulas de fina contextura.

El odio, por haber perdido todo el amor en la guerra, se ha transformado en activa resignación.

No ha pasado nada mencionable, empero, todo ha cambiado...

Desde el momento de nuestra despedida en nuestro anterior encuentro, mi corazón ha latido como en aquellas primaveras de hace treinta y cinco años, cuando el difunto me pidió que viviera con él.

Algo del difunto en mí me aconseja vivir. Yo no sé si podré, pero es evidente que hoy no siento ningún dolor, y si usted no fuera tan joven hasta le haría alguna proposición deshonesta.

-Tal vez ya me la hizo -dijo Walter sin saber lo que decía.
Sofía no dijo nada, se quedó unos minutos en silencio y luego dijo:

-Bueno, también... -y se quedó nuevamente en silencio.

-Sí, Sofía... -la invitó Walter a seguir.

-Hoy no es -continuó Sofía, todavía con voz clara, pero muy lentamente- como los encuentros anteriores. Hoy, cuando el silencio no es la muerte, ¿comprende, doctor?

Walter comprendía, él mismo, era el difunto. Ahora se entendía el encantamiento de la sesión anterior, pero sólo le dijo:

-Sí, Sofía, la sigo escuchando...

-A mí, también, me gusta escucharlo -dijo Sofía en voz muy baja y no tan claramente como era su costumbre, y luego se quedó callada.

El silencio esta vez no era la paz de la muerte.

El silencio, esta vez, era el tumulto de los deseos, la negación de la muerte.

Walter no sabía cómo salir de la situación, ya que pensar, él pensaba lo mismo que Sofía: que era el vivir lo que aportaba las dificultades del sujeto.

Pero ¿cómo decirle -se preguntaba Walter- que eso que le había hecho nacer nuevamente debería ser rechazado? ¿Cómo decirle?

La voz, otra vez clara, de Sofía, sacó a Walter de sus especulaciones sin salida, diciendo:

-No sé qué es lo que de usted me ha curado.... pero me siento curada, y no quisiera que usted se preocupara tanto por mí, ¿eh, doctor? ¡Es mejor estar enamorada que estar muerta! ¿No lo cree así, doctor?

-Entonces podemos continuar la próxima -dijo Walter sin estar seguro de nada.

Sofía, antes de incorporarse, asintió:

-Sí, podemos continuar la próxima, mi amor..

Walter se estremeció, pero no dijo nada. Después, los dos, simultáneamente, ella del diván y él del sillón, se levantaron, y sin mirarse a los ojos llegaron a la puerta de la consulta. Ahí se dieron la mano y ella sonrió.

Walter sintió que ella temblaba cuando se dieron la mano.

Cuando cerró la puerta detrás de Sofía, Walter estaba tranquilo, esta vez no necesitó beber vino, ni llamar a sus amigos. Esta vez Walter estaba contento, él estaba seguro que estaba haciendo bien su trabajo. 

Él sabía que Sofía no estaba, todavía, curada.

Ahora Sofía estaba enamorada de él. Según sus conocimientos, Sofía estaba, ahora, bajo los efectos de la neurosis de transferencia.

Walter sabía que a partir de ahora la curación de Sofía ya no dependía tanto de las muertes de sus amados, ni de su infancia terrible allá en el Sur; Walter lo sabía, y así se lo dijo en voz alta, mientras se apretaba una mano contra otra:

-Ahora casi todo depende de mi propio psicoanálisis. Un paso he dado. Cualquier psicoanalista lo vería así.

 

El Sexo del Amor
Una novela de 
Miguel Oscar Menassa

¿Una novela de amor? ¿Una novela de sexo y drogas? ¿Una novela del deseo con pulsión? ¿Una novela sobre la sexualidad femenina? ¿Una novela escrita por un psicoanalista? ¿Una novela que rompe moldes? ¿Un libro de texto? Una teoría acerca de la escritura, la mujer, el sexo, el deseo, los celos, el dinero? Es esto y algo más y algo menos...

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