ÍNDICE DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Nº 34

EL POETA MIGUEL MENASSA Y LA ACTRIZ ANTONIA SAN JUAN

FERIA DEL LIBRO DE BUENOS AIRES

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA

NOVEDADES 1999

AGENDA DE ABRIL

GRUPO CERO A LA CONQUISTA DEL DESIERTO

PSICOANÁLISIS Y PSICOSIS

NOVEDADES 2000

X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO

DE NUESTROS ANTECEDENTES

CONFERENCIA INAUGURAL

MARX

1900/ 2000 100 AÑOS DE PUBLICACIÓN

FREUD

JORNADAS GRUPO CERO 2000

LACAN

El poeta Miguel Oscar Menassa y
la actriz Antonia San Juan
ROMPIERON EL CIRCULO

Feria del Libro de Buenos Aires

STAND 512
Del 17 de abril al 8 de mayo de 2000

más información en pág. 7

La poesía del Grupo Cero impactó al periodismo madrileño. Los periodistas de: EUROPA PRESS, KORPA, ANTENA 3 («Sabor a ti»), TELEMADRID («Con "T" de Tarde»), DANZA PRESS, SCOOP PRESS, DISFOTO, V.O. PRESS, KARAS, NOTICIAS, LECTURAS, 10 MINUTOS, ÉPOCA, GRUPO ZETA, NOSOTRAS, REFORMA, GUÍA DEL OCIO, ABC, EL MUNDO, DIARIO 16, ONDA CERO, RADIO VOZ/ONDA VERDE, quedaron hipnotizados por la dulce y a la vez dramática voz de Antonia San Juan leyendo la poesía de Miguel Oscar Menassa.

Cuando leía el autor, los periodistas bajaban la cabeza avergonzados y disparaban sus flashes a las nubes tratando de alcanzar algunos de los versos. No se llevaron nada, ni declaraciones de la actriz ni versos del poeta.

Las revistas del corazón, que a veces parecen revistas de los cojones, omitieron que el Premio a la mujer trabajadora que recibió Antonia San Juan lo otorga la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. Y de paso, ya que somos buenos, le recomendamos al gordito de Terelu que comience un régimen para prevenir el infarto de miocardio.

Agradecemos al Gran Coglione, de «Van a caer sólo aquellos que se nos ocurran», su indiferencia aunque no su belleza.

En cuanto a la frase desgraciada de si el Grupo Cero no tendría otra mujer más representativa, han llegado a la redacción 35.000 cartas de mujeres plenas, activas, trabajadoras, que nos han transmitido su alegría y su amor por haber elegido a Antonia San Juan como mujer trabajadora de 2000. Somos nuestros lectores.

PSICOANÁLISIS Y MEDICINA
X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO

<<No podemos terminar con el alma, sólo podemos curarla>>

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA: LA REVISTA DE PSICOANÁLISIS DE MAYOR TIRADA DEL MUNDO

La actriz junto a la escritora Elvira Lindo, 
que le entregó el premio.


Los fotógrafos esperaban con impaciencia la llegada de Antonia San Juan y Miguel Oscar Menassa.

La Sala de las Columnas del Círculo de Bellas Artes se llenó por completo.

 

Antonia sostenía las manos del Grupo Cero muy cerca de su corazón.


PRENSA ES PODER

Entrevista concedida a Antena 3 para el programa 
«Sabor a ti».

 

Miguel Oscar Menassa, mirando severamente a los periodistas que hacían ruido con sus cámaras antes de empezar el recital.


LIBRO MÁS VENDIDO
EN LA SEMANA DEL
8 DE MARZO:

LA POESÍA
 Y YO

300 EJEMPLARES

 


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ESTE ESPACIO PERTENECE A LA

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

 

Soy lo que vuela
encadenadme y seré lo encadenado que vuela
matadme y seré lo encadenado, muerto, que vuela

LA ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA
AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS
TAMBIÉN TIENE SU COLUMNA

En este segundo año de funcionamiento la Asociación Pablo
Menassa de Lucia. Aula de Poesía y Psicoanálisis, en aras de cumplir sus objetivos, sigue cuidando y difundiendo la cultura, vale decir: la poesía, la medicina, el cine, la música, el psicoanálisis, la educación y cualquier manifestación donde lo humano esté tocado por el deseo.

Realizamos en enero de 2000, nuestra primera Asamblea
General después de un año de funcionamiento y contentos de
los resultados nos propusimos redoblar esfuerzos y así, en el
mes de marzo, la Asociación colaboró económicamente en la
realización del acto de entrega del Premio a la Mujer
Trabajadora, que en esta primera convocatoria recayó en la
actriz española Antonia San Juan. Evento en el que Antonia
quiso leer poemas del libro La Poesía y Yo junto al autor del
poemario, el poeta Miguel Oscar Menassa. El acto tuvo lugar
en la Sala de las Columnas del Círculo de Bellas Artes con
gran afluencia de público y enorme expectación por parte de
la prensa (más de 50 medios de difusión acreditados acudieron
al acto). Y desde aquí animamos, recomendamos asociarse al Aula de Poesía y Psicoanálisis, al Alcalde de Madrid, a Felipe González por querer para los suyos lo que no quiso para él, a José María Aznar por ganar las elecciones como un caballo de carreras, a los directivos del Real Madrid para prevenir la depresión, a los directivos de TVE para que contraten a nuestros psicoanalistas y puedan aumentar los niveles de audiencia, a Pedro Almodóvar el grande, a Radomir Antic y a Jorge Valdano, que nos viene leyendo desde hace tanto tiempo, admiradores, actores, directores decepcionados y espectadores ambiciosos, ya que sabemos que la fuerza de lo grupal facilita que tus sueños se cumplan.

El día 23 del mismo mes de marzo, presentamos el libro del
Primer Premio de Poesía de la Asociación, GENERACIÓN
DEL 98, del poeta Leopoldo de Luis, también en el Círculo
de Bellas Artes, en una sala llena a rebosar donde el poeta
leyó poemas del libro y nos contó lo importante que para él
era recibir este galardón, que lleva el nombre de un poeta,
Pablo Menassa de Lucia, en un año en el que también había
recibido otros dos galardones con nombre de poetas: León
Felipe y Miguel Hernández.

Ya tenemos programadas actividades para el resto del año:
ABRIL.– Presentación del libro EL INDIO DEL JARAMA,
EDITORIALES 1992-1997.

15 ABRIL.– Charla Coloquio: «Pronóstico de las enfermedades psicosomáticas, con tratamiento psicoanalítico».

MAYO.– Presentación de «LAS 2001 NOCHES». FERIA
DEL LIBRO DEL RETIRO, MADRID. Del 26 de mayo al 11
de junio.

JUNIO.– Homenaje a Sigmund Freud «Cien años de LA
INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS», por psicoanalistas
de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. ENTRADA
LIBRE.

17 JUNIO.– II Campeonato de Mus.
JULIO.– Presentación de novedades de la Editorial Grupo
Cero

31 JULIO.– Finalización del plazo de entrega de originales
para los premios de Poesía y Psicoanálisis Pablo Menassa de Lucia.

SEPTIEMBRE.– Homenaje a Sigmund Freud «Cien años
de LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS», por psicoanalistas de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero.
ENTRADA LIBRE.

OCTUBRE.– Presentación de novedades de la Editorial
Grupo Cero.

3 NOVIEMBRE.– Entrega del premio Pablo Menassa de
Lucia.

DICIEMBRE.– Recital de poesía «LAS 2001 NOCHES».
Maratón poético.

Somos una asociación cultural y joven y ambicionamos,
con vuestra colaboración, transformarnos en una asociación
adulta lo más rápidamente posible.

La Asociación, además de no tener fines de lucro, quiere
evitar en su discurso todo delirio de cómo va a ser la realidad
del hombre, poniendo todos sus esfuerzos en buscar nuevos
socios.

Ya está abierto el plazo de entrega de originales para concursar en la segunda convocatoria de los Premios de Poesía y de Psicoanálisis, les recordamos que aquellos que lo deseen deben enviar tres copias a la sede de la Asociación hasta el 31 de Julio de 2000.

Seguiremos informando.

AGENDA 
DE ABRIL

SEMINARIO SIGMUND FREUD.

PRIMER AÑO. Lunes. 19:00 h.
3 abril: «La Interpretación de los sueños I«. Jaime Kozak
10 abril: «La Interpretación de los sueños II». Emilio González
24 abril: «Psicoterapia de la histeria». Jaime Kozak

SEMINARIO DE GRUPOS.  

Martes. 21:30 h.
4 abril: «Bocetos etimológicos y metafóricos sobre las cuestiones grupales». Juan Carlos De Brasi
11 abril: «Las cinco dimensiones de la grupalidad». Juan Carlos De Brasi
25 abril: «Puntualizaciones». Juan Carlos de Brasi

MASTER EN CLÍNICA PSICOANALÍTICA.

Miércoles 11:00 h.
5 abril: «La angustia». Paola Duchên
12 abril: «El drama del Padre». Mónica Gorenberg
26 abril: «Función del nombre propio». Mónica Gorenberg 13:00 h.
5 abril: «La histeria». Carlos Fernández
12 abril: «Formaciones del inconsciente I». Bibiana Degli Esposti
26 abril: «Formaciones del inconsciente II». Bibiana Degli Esposti

SEMINARIO JACQUES LACAN. 

Jueves. 19:00 h.
6 abril: «Problemas cruciales para el psicoanálisis». Cristina Barandiarán.
13 abril: «El inconsciente y la repetición». Pilar Iglesias
27 abril: «De la mirada como objeto a». Pilar Iglesias

SEMINARIO JACQUES LACAN.  

PRIMER AÑO. Jueves. 20:30 h.
6 abril: «Verdad y saber». Lidia Andino
13 abril: «Subversión del sujeto». Bibiana Degli Esposti
27 abril: «Sujeto del enunciado y sujeto de la enunciación». Bibiana Degli Esposti

SEMINARIO FUNDAMENTOS DEL PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO. HEGEL-MARX HEIDEGGER. 

Viernes. 9:30 h.
7 abril: «La constitución sobre lo absoluto». Juan Carlos De Brasi
14 abril: «Institución y Sistema, variaciones sobre ambos conceptos». Juan Carlos De Brasi
28 abril: «Crítica Hegeliana en «La Fenomenología del Espítiru» y otros textos. Juan Carlos De Brasi

SEMINARIO SIGMUND FREUD. 

Viernes. 19:00 h.
7 abril: «Observaciones psicoanalíticas sobre la psicosis». Alejandra Menassa
«Observación sobre la teoría y práctica de la interpretación onírica». Amelia Díez Cuesta
14 abril: «El caso Schreber». Pilar Rojas
«Las resistencias contra el psicoanálisis». Cristina Barandiarán
28 abril: «Análisis fragmentario de una histeria». Sergio Aparicio
«Psicoanálisis y Medicina». Amelia Díez

SEMINARIO SIGMUND FREUD MENSUAL.

Sábado 8 de abril
10:00 h.: «Pegan a un niño I». Cristina Barandiarán
11:30 h.: «Moisés y la religión monoteista I». Carlos Fernández
15:00 h.: «Moisés y la religión monoteista II». Carlos Fernández

SEMINARIO JACQUES LACAN MENSUAL.

Sábado. 15 de abril
10:00 h.: «La relación de objeto I». Amelia Díez Cuesta.
11:30 h.: «La relación de objeto II». Amelia Díez Cuesta.
15:00 h.: «La relación de objeto III». Amelia Díez Cuesta.

 

PINTURA CALLEJERA

Exposición de Óleos de

Stella Cino

Del 1 al 15 de abril de 2000
Inauguración: 
sábado 1 de abril a las 21 horas
Nombre de la sala: Martínez 13


Dirección: c/ Marqués de Alonso Martínez, 13 - Alcalá de Henares


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PSICOANÁLISIS
Y PSICOSIS

(…)

Antes del psicoanálisis, antes que el psicoanálisis se ocupara de la locura (más o menos desde 1907) los tratamientos de la misma se dividían en dos: los que maltrataban al paciente psicótico, haciéndole responsable directo y total de sus padecimientos y los que bien-trataban al paciente psicótico, haciéndole irresponsable de todos sus padecimientos. 

Tanto en una como en otra forma (de manera diversa) el paciente quedaba aislado. Si era culpable, se lo condenaba a la soledad, con lo cual se ahondaba uno de sus problemas (el rechazo primordial de lo Otro). Y si era inocente, se lo acompañaba demasiado, con lo cual se ahondaba otro de sus problemas (no poder discriminarse del Otro como otro).

Debemos decir que es el psicoanálisis el que viene a plantear las cosas de tal manera que no habría tratamiento psicoanalítico de la psicosis antes que el paciente establezca un lazo (de cualquier signo o color) con el que de esa forma habría sido su psicoanalista. Si hay psicoanalista, decimos, aunque sea uno, el loco ya no está solo. Ha comenzado, también, para la locura una conversación. No hay crueldad más cruel que la locura. Ni hay bondad ni amor que puedan contenerla. Es, sencillamente la palabra, la que tocada por el lazo establecido quitará al psicótico lo que le sobra.

 Ya que es precisamente por no faltarle nada, que lo único que se significa en él es el deseo de una madre totipotente y sin fallas, ya que es él, precisamente, el colgajo que la completa.

En el psicótico el Otro no está fuera del cuerpo de su madre, él mismo no está fuera del cuerpo de la madre. En el psicótico hay algo único, completo, inmortal. Es esa unidad, ese paraíso casi sin voz, lo que el psicótico defiende con uñas y dientes y no ha de ser tarea fácil arrancar al psicótico del cuerpo de su madre, porque eso significa, exactamente, arrancar al sujeto de los brazos de la especie y herirlo de tal manera, que por esa herida abierta al inconsciente será sexuado y morirá. 

No se trata de la forclusión (rechazo) del tres edípico, que hasta los animales tienen de eso representación, sino de la condición de mortal del ser humano. Aquel vacío que introduce en el sujeto el cuarto como muerte. Esa rajadura que anuncia que todo ha de terminar algún día, eso es lo que el sujeto forcluye (rechaza). No al Otro, porque del lenguaje se sigue tratando, sino la metáfora que al sustituir el deseo de la madre por el nombre del padre o bien la inmortalidad por el goce, desprende al sujeto psíquico de la especie y lo mata.

 Y esto tal vez plantee uno de los problemas más importantes en la clínica de la psicosis ya que todo hombre, por más psicoanalista que sea, o que lo pretenda, queda atrapado de una u otra manera en la promesa de la psicosis, que no es otra que la promesa de la inmortalidad que, además, transcurriría en plena libertad.

El psicótico nos propone ser un potro salvaje en plena libertad para siempre y ¿quién no quiere ser un potro salvaje en plena libertad para siempre? 

Alguien que pueda contestar, yo soy ese potro salvaje, que no quiero serlo. Tengo plena libertad de hablar pero estoy dispuesto a perderla para escucharlo. 

Alguien que pueda decirle al psicótico que no hay nada que dure tanto como las estrellas y, sin embargo, no siempre son las mismas.

 Ese ha de ser el psicoanalista de la locura y no vengo a deciros que ha de ser un poeta el que lo consiga, sino la poesía misma (como función poética) al borde mismo de la locura, podrá descifrarla y darle un destino dentro de los destinos de la palabra. 

Quiero decir que es como psicoanalista que me presento en el territorio de la locura, ya que no es del saber que no se consume. Lo que parece no consumirse en el territorio de la locura es un psicoanálisis que arrase no sólo la vida del psicoanalista, sino también la vida del paciente. Un psicoanálisis donde el psicoanalista, más allá de su condición de asalariado, no se someta hasta el límite de no poder cumplir ya con la función.

 Función que de devenir como tal, tendrá mi deseo en eso, porque sólo el deseo de quien se ocupa de eso, es la función.

 Y si eso de ser la función invade eso de no ser nada en mí, mi deseo será social cada vez que le cuadre expresarse. Y cuando digo social, quiero decir que en su expresión no me dará el ser que ambiciono en el movimiento sino, por el contrario, aquel otro ser temido por ser deseo de Otro y que de ustedes ha partido, porque la función no habla, sólo desea. Y sordo es el desear de la función, ya que ella nada desea para sí, sino para la retórica que la crea como tal. 

Que los poetas legislen con sus versos la vida de los hombres y que los psicoanalistas interpreten los mecanismos intrínsecos de dicha legislación no son, todavía, pruebas suficientes para que sigamos recluyendo a nuestros locos en los manicomios o sus su titutos, no siempre diferenciados de la fuente de la cual provienen. 
(…)

Del libro «Freud y Lacan –hablados– 2»

Miguel Oscar Menassa: Como ven, tengo una carpeta parecida a la que tienen ustedes, tengo unas páginas escritas que traje de mi casa, pero no tengo unas páginas en blanco que ustedes tienen, todos ustedes tienen unas páginas blancas adentro de las carpetas que yo no tengo, ¿dónde están mis páginas en blanco para el Congreso?

Yo escribí la Conferencia, que es muy pequeña, y no sé si se le puede llamar conferencia, pero sí claramente palabras de apertura al X Congreso Internacional Grupo Cero bajo la denominación de Medicina, o Psicoanálisis y Medicina. Y si bien el Dr. Carlos Fernández me presentó como médico fue para que ustedes no desconfiaran de mí si yo era sólo Psicoanalista. Pero vieron que comencé a hablar y cometí un lapsus ¿se dieron cuenta? con lo cual quedó trastocado todo: eso que me daban para que me valorizara yo lo utilicé para equivocarme porque no quería esa valorización.

Freud, en un trabajo claramente y en otros trabajos menos claramente, nos dice que cualquier persona puede ser psicoanalista si hace la carrera de psicoanalista, si hace la carrera de aviador será aviador, pero si hace la carrera de psicoanalista, si hace lo que tiene que hacer, puede ser psicoanalista, no sólo los médicos. Esto no quiere decir que el psicoanálisis sea una cosa fuera de la medicina o lejos de la medicina, es una cosa de la medicina, por lo menos para Freud era así. Vamos a ver nosotros qué hacemos con eso.

Yo voy a terminar leyendo las cuatro páginas, ustedes no se preocupen, pero a diferencia de otros Congresos donde, en algunos de ellos hasta no entendía por qué me dejaban a mí dar la clase inaugural, voy a decir la verdad: en otros pensaba que era una obligación, que yo estaba parado ahí y el que estaba parado ahí tenía que dar la clase inaugural. Pero esta vez el asunto de la Medicina y el Psicoanálisis, como vine con mi problema en pequeñas cuatro páginas, es un dilema que a mí se me planteó a los 18 años de edad, es decir, que es una cuestión que como bien dice el escrito no he terminado con ella pero que arrastro hace más de 40 años. Es decir, que lo primero es agradecer que, justamente esta vez que era de mi interés, ustedes podían haber decidido no dejarme dar la ponencia inaugural, entonces les agradezco que también me hayan llamado para dar la conferencia inaugural en un tema de mi interés.

Si ustedes leen el programa les va a pasar lo mismo que me pasó a mí, se van a quedar mudos, sordos y yo sin manos porque para la conferencia, tuve que leer un montón de libros, tuve que leer varias veces el nombre de las ponencias del programa para poder escribir apresuradamente esta mañana estas pequeñas cuatro páginas, porque eran tantos los temas de las ponencias, tan bien ubicados, hablaban desde las enfermedades hasta la reducción del gasto sanitario, la posibilidad de que el psicoanálisis interviniera como un instrumento de precisión en el cáncer, en la hipertensión, y sobre todo —creo haber leído, ni leí las ponencias, en los títulos de las ponencias— hasta en la educación de ciertos médicos, entonces estoy hablando de los antecedentes sobre los cuales escribí la conferencia, sobre mis lecturas sobre el tema, sobre los 41 años que tengo la cuestión del psicoanálisis y la medicina, la medicina y el psicoanálisis y la lectura reiterada del programa del X Congreso Internacional Grupo Cero. Psicoanálisis y Medicina.

«Mañana comienza el X Congreso Internacional del Grupo Cero, esta vez, bajo la denominación «PSICOANÁLISIS Y MEDICINA».

En principio, por no haber podido, hasta hoy, ponerme a escribir la conferencia inaugural del Congreso, me siento un incapacitado, alguien que va por la vida creyendo, precisamente, que su defecto tiene premio.

El tema en cuestión, la medicina, el psicoanálisis, me daba cuenta, eran una cuestión que yo me había planteado hace cuarenta años y que, aún, no había resuelto. Aunque mucho había conseguido, en parte para los médicos y en parte para los pacientes en general, la cuestión estaba ahí, latiendo.

Cuando joven pensaba junto con Freud que el psicoanálisis debía incorporarse a la medicina para aliviar un poco el dolor de enfermos y médicos y dar cuenta de cientos de enfermedades que atacan, lesionan y, en algunos casos, llegan a matar al sujeto, sin microorganismos de por medio ni causa ni origen, a tal punto que muchas de ellas se llegaron a llamar, se llaman actualmente, esenciales.

Y como sabemos desde antes de los Griegos, si existiera algo esencial que mata es el diablo o Dios o el alma. Y desde entonces la humanidad, sus científicos incluidos, se dividió entre los que se quedaban con el diablo y los que se quedaban con Dios.

 


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El psicoanálisis produce una fractura en la historia del conocimiento humano, en la historia de la vida de los hombres. Cuando Freud dice «el pensamiento inconsciente no juzga, no calcula, sólo le interesa desear, trabajar», da un paso que coloca al ser humano fuera de la dialéctica del bien y del mal y en esa interpretación se queda con el alma.

Más que morada, soplo, nos enseña el psicoanálisis cuando nos habla del alma. Más que relación, desencuentro. Más que cuerpo, imagen de la imagen.

Eros es indestructible, por eso mata y la Pulsión de Muerte tampoco puede destruir a Eros, sólo puede interrumpirlo de tanto en tanto con los signos de puntuación, por eso, sólo por eso, es que vivimos.

A la luz de estos saberes es que me pregunto, cuarenta años después, si el psicoanálisis no debería, más allá de dejarse usar y hasta de buenas maneras por la medicina, me pregunto si no debiera incluir a la medicina dentro del campo del psicoanálisis y de esa manera intentar transformar los criterios de salud y enfermedad.

Acabo de plantear una tesis que espero, con inteligencia, ustedes sabrán desarrollar durante el congreso o bien durante el desarrollo de toda vuestra vida.

He dado con cierta dificultad mi primer paso. Intentaré, ahora, dar mi segundo paso que versará sobre la prevención.

Estando el psicoanálisis ordenando la salud de la población no hubieran ocurrido los siguientes desagradables sucesos:

Un padre enloquecido golpea brutalmente hasta matarlo a su hijo de 6 años y luego se suicida cortándose los huevos.

Una madre de cuarenta años, suponemos que insatisfecha sexualmente, se tira por el balcón al vacío con su hijito pequeño en brazos.

Un padre rompe de tres golpes, suponemos brutales, el cráneo de su hijo de menos de dos años.

Soldado del ejército viola sin ningún goce a una mujer joven y luego le arranca los ojos.

Marido celoso mata de 77 puñaladas a su mujer porque ésta se compró una falda ajustada en las rebajas. Y lo que sigue, para mostrar que el psicoanálisis le haría bien a todo el mundo, los jueces o el juez responsable diagnosticaron que asesinato sí, pero sin alevosía.

Los políticos, nuestros políticos, los que hacen la política, un poco angustiados, un poco enloquecidos, se pelean, se infartan, se matan entre ellos y luego, entre todos, rebajan el presupuesto de educación y cultura.

El cáncer y el sida avanzan sobre las defensas disminuidas por la depresión en la mitad de la población mundial.

La anorexia se come a los jóvenes, en algunos casos dramáticos, hasta hacerlos materialmente desaparecer, porque, si bien reciben cuidados médicos y varias entidades gastan bastante dinero en el estudio y tratamiento de esta enfermedad, al confundir el centro de la cuestión creen que la anoréxica tiene una relación con la comida, cuando en realidad el mecanismo productor de la enfermedad parte de la imagen que la paciente tiene de su cuerpo, los resultados siguen siendo negativos.

Centenares de mujeres alemanas sufrieron la amputación del pecho por diagnóstico erróneo y el médico supuestamente responsable, se suicidó. Con el psicoanálisis como prevención se hubieran evitado la amputación y el suicidio que, como nos enseña el psicoanálisis, el suicidio no es más que un sencillo asesinato.

Nadie se mata a sí mismo, el suicida castiga y mata en él a la persona que él mismo hace responsable de su situación actual. En el caso del médico que consigue amputar las tetas de cientos de mujeres sin ningún motivo médico, su propia madre.

El infarto de corazón es una amenaza para todo aquél que no sabe amar.

Un hombre que sostiene que el amor se siente o está en el corazón, es infinitamente más propenso a romper su corazón infartándolo que un hombre que dice que su amor son las acciones en la realidad con la persona amada.

Y la medicación, Dios-laboratorios mediante, que debería curar o por lo menos disminuir el dolor, mata por error en el diagnóstico más personas que los accidentes en carretera.

Espero haber puesto las bases de una demostración de la importancia del psicoanálisis en la prevención de la salud y considero esto mi segundo paso.

El tercer paso, para que ustedes no duden de que ya he comenzado a caminar, tiene que ver con los números.

Para poder desarrollar un ejemplo nos dirigimos al Hospital Doce de Octubre y nos informamos de lo siguiente:

Con un promedio de 425 pacientes por día, han visitado el hospital del 1 de enero al 22 de febrero 24.472 supuestos pacientes.

GRUPO CERO
I B I Z A
Departamento de clínica
Tel. 971 30 78 04
Previa petición de hora

20% Se internan o quedan en observación.
20% Son pacientes llamados crónicos, concurren al hospital periódicamente.
20% Son pacientes que padecen enfermedades agudas leves.
10% Crisis de angustia.

10% Cefaleas.
10% Mareos inespecíficos.
5% Dolores torácicos sin patología.
5% De casos puramente psiquiátricos.

Un 1% de estos casos tienen causa orgánica; EL 99% NO
TIENE NADA.»

No tienen nada y no se los puede medicar porque por ahí se los medica y se oculta una enfermedad que realmente tienen y que no apareció ese día. Entonces: no tienen nada, no los puedo medicar y se descarta la patología urgente en ese momento actual, no puedo hacer otra cosa.

No tengo más nada que decirles, si ustedes me quieren hacer alguna pregunta... Dicen que el 1% del 35% de los pacientes que concurren a todos los hospitales de España, sólo 1 de cada 100 está enfermo. Mentira, el 99% restante también está enfermo, de enfermedades que la Medicina no considera enfermedades. Era lo único que quería decir.

Entonces no entiendo por qué, si ustedes quieren (porque estuve pensando mucho), es como llegar al hospital y decir: «bueno la radiología no nos gusta» y dejamos al hospital sin rayos X ¿a ustedes se les ocurre eso? Después que una disciplina fina hace un progreso, la medicina lo captura, claro está. Porque no estamos hablando mal del 99% de los pacientes que van a consultar a un médico que no sabe que está enfermo, no, estamos diciendo por qué los médicos que tan bien derivan a todos los otros pacientes, no derivan a estos pacientes, por qué la Seguridad Social que está tan preocupada por los viejitos no les da este tipo de atención, porque nosotros, los viejitos, tenemos angustia, no hay pastilla que nos calme, es una conversación la que nos calma.

Soporto hasta cuatro preguntas. Sí por favor. Espere a que traigan el micrófono de sala.

Integrante: Hace ya tiempo que quería hacerle esta pregunta pero no había tenido oportunidad o valor. Desde el punto de vista estricto del paciente en una situación más bien precaria o más bien atrabiliaria.

MOM: ¿Más bien?
  I: Atrabiliaria, cómo describirle a un médico de cabecera siquiera, a un Psiquiatra totalmente ajeno al psicoanálisis, ciertos estados de confusión mental que te hacen preguntas totalmente dispersas y que te hacen preguntarte sobre casi tu propia condición de existencia, es decir, te colocan en un mundo irreal y en un mundo aparte. ¿Qué hacer en esos casos? Gracias.

MOM: Mira, si el discurso de alguien me pone en un mundo irreal ¿dijo usted? o me hace preguntar por mi propia problemática, le pago, es mi psicoanalista. A mí los pacientes no me hacen poner en ese estado, entonces si uno se pone en ese estado tiene que darse cuenta que surgió un psicoanalista, lo tiene que aprovechar.

I:...

MOM: Yo no dije eso, yo dije que el psicoanálisis tendría que intervenir en la medicina y pensamos que estos trastornos son trastornos mutiladores. Explico, una persona angustiada es una persona que puede hacer muy pocas cosas, si además encima tiene la capacidad de tener ataques de angustia, quiere decir que no solamente durante todos los días de la semana hace mal todo sino que encima uno o dos días por semana lo hace peor, son enfermedades mutiladoras, como para ser tenidas en cuenta como enfermedades, eso estoy diciendo. Las cefaleas a veces no se calman con ningún analgésico, hasta que el paciente no va al hospital y la médica de guardia le da la pastillita pequeña, el paciente no se cura. Entonces yo digo, pero ¿esa pastillita pequeña que le da el médico de guardia no era la pastilla que él podía haber comprado en la farmacia? Bueno, pero es esa relación mínima con el médico de guardia lo que le cura, porque la pastilla se la podía haber tomado en su casa y cuando se las toma no se le va el dolor de cabeza. Después, una cefalea cuando se presenta, si es orgánica, es una cosa gravísima ¿o estoy confundido? Si me duele la cabeza por una causa orgánica es que ya estoy frito.

I: Yo quería a raíz de la pregunta del compañero, que el Dr. contestó muy bien dándole la vuelta, pero hay una cosa importante ahí que el psiquiatra o el médico de cabecera que se enfrenta al paciente no orgánico, tiene el problema de que no está en una cadena de transmisión, no hay nadie que se ocupe de su salud mental. Por eso en psicoanálisis es tan importante estar en una cadena de transmisión, el análisis del psicoanalista. Ahí los psiquiatras están totalmente desprotegidos.

MOM: Me imagino que venimos a un Congreso para conversar. Cómo la joven médica, tratando de ayudarme, en realidad me descalificó. Hablar es bárbaro, porque ella dice: «el profesor le dio vuelta». Que yo no le di vuelta, yo interpreté que el médico estaba fuera de formación.

GRUPO CERO
ALCALÁ 
DE HENARES
Departamento de clínica
Tel. 91 883 02 13
Previa petición de hora


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I: Hoy conversando con un médico oncólogo me decía que, si bien ellos se dan cuenta que sería interesante hacer una derivación a un profesional del psiquismo, no sabían la diferencia entre un psicoterapeuta y un psicoanalista, es decir, un psicólogo y, fundamentalmente, me preguntaba cómo es eso de educar a los médicos, porque son interesantes las diferencias en esto de que el psicoanálisis es médico, nace de la medicina.

MOM: A veces es difícil hablar delante de tanta gente, también a mí me cuesta, pero a ver si entendemos, ¿usted quiere hacer hincapié en que los médicos se tendrían que psicoanalizar, por ejemplo? pues a mí me parece que no se puede ayudar a tanta gente, no se puede andar por la calle con un látigo diciéndole a los médicos que se psicoanalicen. Lo que se puede hacer es lo que estamos haciendo nosotros: profundizar, abrir el panorama teóricamente, mostrar las posibilidades que la presencia del psicoanálisis haría en el mundo de la medicina, entonces sí, a mí me gusta el psicoanálisis. ¿Quién fue el culpable, los psicoanalistas o los médicos? Porque no se puede decir la medicina o el psicoanálisis. La ciencia, las disciplinas no son culpables de nada, se desarrollan según los hombres que las desarrollan, tienen una historia. Evidentemente, sin las matemáticas y sin la física no hubiese existido el psicoanálisis, pero también es a partir del psicoanálisis que encontramos en esas otras disciplinas el modo en que se produjo el psicoanálisis.
No es antes, es después de la ciencia o de la teoría más
o menos constituida que uno se puede imaginar de dónde proviene, no puede ir al supermercado y comprar materia prima para hacer una ciencia ¿entienden? Aunque tengo que trabajar materia prima y además, no hay psicoanálisis posible si yo le pido al sujeto que se psicoanalice, eso lo tienen que entender, porque cuando el paciente está muy enfermo, muy enfermo, alcanza con que yo, que soy psicoanalista y me psiconalizo, tenga el deseo de curarlo. Pero una vez que el paciente no está enfermo tiene que decidir psicoanalizarse o el psicoanálisis no sirve, no se puede hacer, por ejemplo, si uno estuviera enfermo de tuberculosis lo puedo curar obligándolo a tomar el medicamento, pero no puedo obligar a la gente a psicoanalizarse, como no puedo obligar a la gente a estudiar. Hubo países donde se creyeron que podía estudiar todo el mundo, por la libertad y por la armonía y mandaron a todo el mundo a estudiar y después de veinte años se dieron cuenta que los que venían del campo a estudiar volvían al campo, y que al final, si no modificaban los modelos ideológicos profundamente, los hijos de médicos eran médicos, los hijos de ingenieros eran ingenieros, los hijos de la fábrica trabajaban en la fábrica y los hijos de los agricultores eran agricultores, con muy pequeños porcentajes que a veces hacían otra cosa, que servían para demostrar la regla. Digo que, aunque pasaran pájaros cerca de nosotros, habría alguno que se quedaría sin el pájaro. Alguno diría ¿para qué? y ahí se quedaría sin pájaro, o ese pájaro que me toca no me gusta, y se quedaría sin pájaro, el ser humano es capaz de cualquier cosa. Hoy a la mañana, en una conferencia de prensa —que a mí me impactó, no tanto por no saberlo sino con la precisión con la cual lo enunciaban— decían cómo la molécula del ADN se puede modificar con el entorno, entonces el entorno de un sujeto psíquico es el lenguaje, y tengan cuidado los genetistas porque se van a tener que ir a psicoanalizar. Nosotros ya habíamos anunciado, en el congreso que hicieron en Francia hace 25 años donde vieron que las unidades cromosómicas están estructuradas como un lenguaje, y si además de estar estructuradas como un lenguaje (yo no sé si lo voy a decir bien) tienen focos que pueden ser modificados por el entorno, puede ser —como decía el médico del cual lo escuché— que en tres o cuatro generaciones de familias que pasa lo mismo psíquicamente, se pueden producir alteraciones cromosómicas. Bueno, yo no soy especialista en eso pero me encantó escucharlo decir y se lo traigo, como un juguete.

Es una investigación que están haciendo, yo ahí me enteré, después seguramente el profesional encargado de esto dirá más, ahora estoy robando información. Que la trisomía se produce después de tres generaciones de un ambiente psicótico familiar (han descubierto los genetistas, no nosotros los psicoanalistas), es un descubrimiento que no saben a qué explicarlo, entonces lo explican diciendo que el entorno transforma el ADN. Después, una cosa dramática que escuché (y se la digo a ustedes porque solo no la puedo soportar) estos enfermos duran generalmente entre 30 y 35 años ¿puede ser? y parece que con el psicoanálisis de los padres o de la familia, estos enfermos pueden vivir 70 años, por lo que el psicoanálisis diagnostica que los padres no los soportan más y el chico se muere. El narcisismo de la familia no soporta que el producto de esa unión maravillosa que ellos tuvieron sea un chico deforme, entonces muere a los 30 años, pero con el psicoanálisis de los padres, ni siquiera del chico, se alarga la vida de este sujeto. ¿Usted me quería preguntar algo? Amelia Díez.

I: Hola, buenas tardes, siempre que hablamos del psicoanálisis parece que uno está haciendo publicidad pero bueno, es así —es así las dos cosas—. 

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Me pareció entender que al psicoanálisis hay que darle una oportunidad, pero de ser psicoanálisis, esas condiciones de existencia que necesita o de crecimiento en un lugar determinado, no en uno ya preestablecido de otra ciencia o de otra disciplina, porque el hombre se resiste tanto o la disciplinas que normalmente acogen nuevas tendencias o nuevos pensamientos acerca de esa luz. ¿Por qué al psicoanálisis no?

MOM: Lo que pasa es que una ciencia fuerte. Eso quiere decir, siguiendo a Spinoza, que el observador se transforma con la lectura del campo. Pasa con la teoría freudiana pero ya Spinoza sabía, es un gran avance en la teoría del conocimiento, en el sentido de que primero se dice que hay un sujeto cognoscente, que el objeto no tiene esencia, por lo tanto si el objeto no tiene esencia no puede tener ninguna capacidad de transmitir nada, es un sujeto cognoscente en el campo que le da vida al objeto. Pero claro, después se da el paso de Spinoza que es grandioso en el sentido de que no, el sujeto cognoscente en el campo transforma al objeto. Lo que pasa es que nosotros sabemos que en el momento en que se transforma el objeto con mi mirada, se transforma mi mirada, y entonces, cuando estoy en el campo del psicoanálisis, está claro que si le tengo envidia al paciente porque es más alto que yo no lo puedo psicoanalizar. Se acuerdan de una película de Peter O’tool y Peter Sellers ¿puede ser «La pantera rosa»? viejísima, donde él es el psicoanalista de Peter O’tool y Peter O’tool era realmente más alto que este otro y entonces le empieza a hablar: estuve con una mujer y estuve con otra y estuve con otra y estuve con una rubia, decía Peter O’tool tumbado en el diván, y entonces el otro, Peter Sellers, dice: continuamos la próxima. Y el otro dice: pero si todavía no le dije nada. Pero para mí es suficiente, le dijo el otro.

I: Podríamos decir entonces que la cuestión es que el ser humano no está preparado para ser científico o para ser eso que le pide la ciencia.

MOM: El ser humano está preparado para ser «ser humano», yo no sé si los filósofos —que son muy inteligentes— que están aquí en la sala, los filósofos psicoanalíticos me permitirían decir esto: el hombre sólo está preparado para ser hombre y la mujer sólo está preparada para ser mujer, el resto es la neurosis. Que envejeció siendo un enano, es una neurosis porque el envejecimiento tiene que dar sabiduría, tiene que dar inteligencia; si te vas haciendo cada vez más estúpido, eres un enano, pero eso es la neurosis, no es el envejecimiento. La gente va a terminar diciendo que el amor hace mal, que no, que si me hace mal el amor es porque soy un neurótico perdido que me hace mal el amor y el chocolate con frambuesa y el flan con nata y... ¿Cuántas consultas al psicoanálisis se hacen porque el amor le hace mal? el 95%. Si uno escucha, escucha, escucha, al final los pacientes en general terminan diciendo que el amor les hace mal: vivo con ésta que no aguanto, vivo con éste que no me paga, vivo con aquél que no me goza, vivo con aquella que no sé qué... Siempre ambiciono estar en otro lugar, bueno: neurótico perdido. Puedo leer un sólo libro porque como no quiero ser fiel, soy un libertario pero después soy fiel con los libros, leí un sólo libro en mi vida, la Biblia, y nunca más leí un libro. Y bueno, es un ignorante.

I: Entonces el psicoanálisis, que es un entregarte a la metonimia del lenguaje, es como que te enseña lo nuevo.

MOM: A mí me parece que el psicoanálisis, el gran aprendizaje que trae, la venda que levanta, primero es sobre los sentimientos, después del psicoanálisis se sabe por qué se siente lo que se siente, lo que pasa es que ¿quién quiere saber que se siente lo que se siente? Es muy difícil, ni pagándole a la gente quiere saber lo que siente y menos que menos por qué lo siente. Entonces me enfermo de algo de lo cual no quiero saber nada. A ver si entienden la paradoja del psicoanálisis: cuando me enfermo, me enfermo  de algo de lo cual nada quiero saber, por lo tanto cuando el psicoanalista viene y me dice vamos a hablar, tengo inhibición, empiezo a hablar bien después de 14 años de análisis ¿Por qué? porque no quiero saber nada de aquello que me enfermó, porque si me entero de lo que me enfermó, lo tengo que modificar.
Y ya
el psicoanálisis no tiene nada que ver, es una cosa que depende del sujeto, uno elige en la vida ser un idiota, ser inteligente, no existe  la gente que nace idiota o inteligente, uno se hace idiota o inteligente según cómo va eligiendo en su vida. Cuando alguien mata a alguien hay que condenarlo por asesinato, no se puede decir: yo la quería abrazar y como soy muy bruto la maté, eso no se puede decir, eso no hay que aceptarlo. No, como estaba nervioso, como me engañó, estaba nervioso, y entonces, como yo soy un ser nervioso
y mi mamá me trató mal, pum, la maté. No, no, no, no sólo
hay que condenarlo a cadena perpetua a ese asesino sino que además

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obligarlo a que se trate cuatro o cinco veces por semana con un psicoanalista malo. Que no.

I: Pero eso es malo para el psicoanalista.

MOM: Es importante la observación de la psicoanalista que me dice que cuando es un mal psicoanalista es muy difícil hacerle mal al paciente, el que se hace mal es el psicoanalista, eso me acaban de decir, yo lo he oído, ella sabrá por qué lo dice.

Yo les voy a explicar una cosa, que no sé si están en condiciones de entender. El problema es que el hombre y la mujer quisieran poder plantearse muy seriamente, a nivel de grandes pensamientos, tener hijos o no tener hijos, por ejemplo, pero no es una cosa de la mujer ni del hombre tener hijos, es una cosa de la especie humana. La especie humana elige, yo estaba distraído y tuve seis hijos, y tenía que estudiar, tenía que hacer esto, tenía... te agarra distraído y tienes tres o cuatro hijos.

I: Es que en ese caso el ser humano deja de ser humano porque ya no razona, porque si tiene que razonar en lo más importante que es traer un ser humano...

MOM: No, no, no, no seamos fanfarrones, la especie es más
grande que el hombre, ¿o no? Hace un montón de años que está
el hombre ahí y yo voy a vivir apenas ciento cincuenta, ciento sesenta años, tienen que comprender.

I: Así estamos.

MOM: Bueno pero es el problema del hombre, por eso que nosotros decimos que el hombre, la mujer tienen cuatro sexos, no solamente masculino y femenino sino también padre y madre. Es decir, que no es que haya que tener un hijo o dejar de tenerlo para serlo, son condiciones de la sexualidad humana. ¿Que no puedo tener hijos? pero bueno, no pudiste tener discípulos, no pudiste tener compañeros, no pudiste tener esto o aquello, no tiene nada que ver con no tener hijos, eres un desviado mental, para no dar diagnóstico. Es decir, no nos podemos escapar al designio de la palabra, porque si no, estaríamos fuera del lenguaje y el lenguaje indica que el hombre, cuando nace, cae en algo que ya existía y cuando se muere, con él no termina nada, sólo él, éste es el drama del humano. El que mejor tolere esto, es feliz, puede echarse un polvo algún día, leer algún libro, no tan seguido tampoco porque no hay tanta felicidad, la felicidad es un invento que van a ver que no tiene nada que ver con la felicidad, sino que tiene que ver con un ocio programado por la fábrica para que los obreros vuelvan a trabajar. Lo que no entiendo es porqué tantos intelectuales hacen lo mismo que los obreros, que tienen que trabajar y después tienen que volver a la fábrica, por lo tanto tienen que tener un tiempo de ocio programado desde el Estado en conjunto con la fábrica.

Eso pasa hace más de 200 años, no me miren con esa cara, donde el hombre en los sistemas actuales de producción, cuando es un trabajador tiene incluido su tiempo de ocio, su felicidad. Es necesario que al otro día vuelve a trabajar, es su destino. Lo que no entiendo es por qué los intelectuales no nos copiamos de eso.

Alguna pregunta fácil para que me luzca, hacen preguntas muy difíciles. Sí por favor.

I: Yo me quedé pensando que durante mucho tiempo y hasta la fecha quizá, la influencia de la medicina en la psicología ha sido muy fuerte y de hecho sigue privando en muchos enfoques un enfoque psicopatológico, me pongo nerviosa también.

MOM: No es para menos.

I: Entonces pensaba yo, ahora que te estaba escuchando pensaba ¿y no será también que podría existir el riesgo contrario, es decir, que entonces ahora todo lo vamos a psicoanalizar?

MOM: Te agradezco la información porque yo iba a terminar la conferencia diciendo que él que creía que yo estaba en contra de los médicos, de la medicina y de los medicamentos, no había entendido nada. Yo soy un hombre muy respetuoso con la historia de la humanidad porque creo que un hombre tiene que darse cuenta para poder utilizar lo que ha ocurrido en el mundo, y la medicina y los medicamentos es algo que ha ocurrido en el mundo, además la medicina llevó al hombre que vivía 28 años, me dijeron hoy, yo creía que 36, pero había un momento donde todavía vivía 28 años, al momento actual donde cualquier cristiano puede vivir entre 100-150 años tranquilamente, si lo dejaran, gracias a la medicina. Entonces no estamos discutiendo la medicina, no estoy discutiendo los medicamentos, yo soy una persona adulta, estoy por entrar en la tercera edad, y sé que un poco de psicoanálisis y algunos medicamentos son la única estética posible para la vejez. Cómo voy a hablar mal de los medicamentos, no se le puede llamar drogodependiente a una persona que toma una cafiaspirina para evitar el infarto —si esto fuera así— o algún antidoloroso o vitaminas porque se le cae la piel o se gasta 45.000 pesetas en una crema para no verse las arrugas. ¿Se entiende lo que digo o no? Que no puedo estar en contra de lo que va a ser mipróxima estética, yo estoy por entrar en una edad donde si no me psicoanalizo como me venía psicoanalizando de joven y además no utilizo ciertos medicamentos,

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 absolutamente probado el efecto que hacen sobre el organismo, me quedaría sin la estética de la  vejez, entonces no hablo en contra de los medicamentos, no hablo en contra de la medicina, porque creo que son unos genios que hicieron que nosotros pudiéramos vivir más años, sino que en la conferencia lo que dice es que hay un 35% de enfermos que van al hospital y la medicina dice que no están enfermos. ¿Ven que no me estoy metiendo con la medicina? Estoy metiéndome con ese 35% que tendrían que ser tratados con un medicamento apropiado, ¿cuál? el psicoanálisis, nada más. No estoy peleado con la medicina, por favor quiero que la medicina siga haciendo lo que está haciendo y además puede mejorar bastante si empieza a escuchar de manera distinta, cosa que es posible porque las experiencias mínimas que tenemos de los médicos que se psicoanalizan o de los médicos que estudian psicoanálisis y que además se psicoanalizan es muy interesante. No es que no sepan atender un infarto, todo lo contrario, porque cuando uno quiere imponer algo nuevo o mostrar algo nuevo tiene que estudiar bien lo viejo, si no, no le dejan imponer lo nuevo. Eh, jóvenes, que algo hay que estudiar, después que estudias algo puedes decir alguna cosa novedosa. Que no puedo andar por la vida creyendo que nací de un repollo, no puedo, y que el mundo existe cuando yo lo miro, no puedo, no puedo andar por la vida así. El mundo existe aunque yo no lo mire y desgraciadamente nací de una unión deforme: un hombre y una mujer, seres absolutamente diferentes, radicalmente diferentes que tienen muy poco que ver a menos que uno se vaya a condiciones generales: somos todos humanos, bueno sí claro, pero gozan diferente, piensan diferente y para colmo de males tienen un sistema psíquico bastante parecido, es decir, que la diferencia no es estructural, a mí no me lo parece, lo podemos discutir pero no es éste el congreso. Por favor, si no me va a hacer una pregunta déjeme el número de su teléfono. A ver el micrófono.

I: Que estaba pensando que estructuralmente son iguales porque en los dos es frente a la madre fálica, que la castración de la que se habla en psicoanálisis es la castración materna, entonces es la misma, el mismo lugar donde comienza todo es para uno y para otro la castración materna.

MOM: ¡Qué horror! ¡Qué barbaridad! que todo el conocimiento pase por aceptar que mi madre es imperfecta es una barbaridad, el psicoanálisis por eso no funciona, si el psicoanálisis hubiese dicho que hay que soportar que el padre sea imperfecto, estaríamos todos en Psicoanálisis. Que no, es una cosa muy importante ¿no es cierto, doctora? El psicoanálisis dice que no.

Separarse de la madre no quiere decir maltratar a esa persona que ya tiene unos cuarenta años, que veo que son todos muy grandotes, sino que separarse de la madre significa que uno deje de atribuirle la perfección, la potencia exagerada que ella nunca tuvo, que fue una atribución infantil por nuestra impotencia, era nuestra impotencia la que hacía que ella fuera grande, linda, bella y todo poderosa.

Pues bueno, tengo que renunciar a esa creación que ni siquiera era mi madre, era una creación de mi impotencia. No quiero renunciar, y bueno, tengo 40 años y sigo siendo impotente, ¿no conocen a nadie? No quiero renunciar, tengo 40 años y no puedo leer; no quiero renunciar, tengo 60 años y no puedo escribir.

Entonces me entrego a mi madre, es decir, hablando mal me entrego a algo que me condena a ser eso, claro que no va a poder una interpretación modificar ese equilibrio iónico pero si yo no estoy entregado al psicoanálisis (para que eso ocurra me tengo que entregar al psicoanálisis) si estoy entregado a mi madre no hay modificación iónica, no hay modificación del equilibrio iónico, me tengo que morir de eso. Por favor, estoy contestando con mucha libertad.

I: Yo aquí me siento fuera de sitio porque no soy de la profesión, pero me estoy haciendo muchísimas preguntas referentes a mis circunstancias personales o familia. Yo tengo un hijo de 15 años y tengo con él montones de problemas y digo los adolescentes empiezan a sentir la realidad ésta de descubrir las imperfecciones de su madre, vienen los enfrentamientos, muchos problemas y a mí me da miedo en la lucha diaria, me da terror hacer daño a mis hijos, me veo muy impotente y a veces digo, ¿me he equivocado siempre? ¿qué es lo que tengo que hacer? me desorienta muchísimo, por eso he venido, buscando una orientación, una idea que me aclare algo. ¿Es bueno que un chaval de esas edades descubra y se enfrente rudamente y te diga así, con toda libertad todo lo que ve mal, se rebele? Bueno yo haría infinidad de preguntas.

MOM: Yo creo que no podemos decir qué es bueno o no para un adolescente. Ese adolescente en particular hace eso, vive de eso y entonces tiene que ser estudiado ese adolescente en particular, esa madre en particular, esa relación, no hay de ninguna manera moldes para todos los chicos de quince años ni para todas las madres de los chicos de 15 años. A ver si podemos entender lo que es el psicoanálisis, es ese caso especial, el consejo que les damos a los psicoanalistas jóvenes es que no se acuerden de su propio psicoanálisis para no querer hacer con los pacientes lo que hicieron con ellos, porque cada paciente es una estructura diferente, es un mundo diferente, debe ser escuchado de manera diferente y evidentemente lo que sí ya le puedo asegurar es que es esa estructura es usted y su hijo de 15 años. Cuando usted dice: hay algo que no anda, son los dos en esa relación, hay algo que no anda pero no tengo recetas, sólo en un desarrollo de la conversación las cosas pueden cambiar. ¿Se entendió lo que contesté o no se entendió nada? Que está muy bien que usted tenga el problema, la preocupación porque el problema también es suyo, que lo que me pasa en la vida, aunque yo no quiera que me pase, es mi problema porque me está pasando, es mi vida...


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I: Lo de unión deforme entre hombre y mujer a mí me sugirió algo monstruoso, me gustaría que me contara cuál es el sentido que le da a ese deforme, informe, sin forma.

MOM: Simplemente quise hablar de las diferencias radicales entre un hombre y una mujer, que seres tan diferentes tengan que acoplarse no es algo que dependa de esos seres, sino que depende de la especie. La especie necesita que esos dos seres tan radicalmente diferentes, vuelvo a insistir, se tengan que acoplar, tengan que unirse para producir un nuevo ser y que no lo decide el hombre, no lo decide la mujer. Si ustedes me preguntan en el bar, les diría que sí me acuerdo cuando decidí el nacimiento de mi primer hijo, iba con mi mujer por la calle y... Que el sujeto también es ingenuo frente a los acontecimientos, es como decir que uno decide ir a una manifestación, no: uno aparece en una manifestación, en su vida aparecen las manifestaciones. No es que yo esté eligiendo ir a la manifestación. Es decir, que ustedes, me parece por cómo me miran, tienen un sujeto humano, un hombre muy libre, muy libre... Que no, que no, que hay un pequeño grado de libertad, que además hay que producirlo con trabajo, es decir, ese es el único grado de libertad del sujeto actual, una libertad que se produce con el trabajo. Ningún estado actual puede pensar la libertad del ser humano (esta mañana en la rueda de prensa, fue muy interesante, yo no intervine pero estuve escuchando), es decir, que ningún estado está preocupado por la salud, que los estados, nuestro Estado, nuestra Seguridad Social, está preocupado de los que se enferman, no está ocupado de los sanos. Nadie está ocupado en que este hombre que está sano siga sano otros diez años más, entonces de la salud nadie está ocupado, temas para discutir.

Bueno, un psicoanalista se tiene que ocupar de la salud y, un poco para ir terminando, una especie de chiste, de interpretación que yo hago es que los pacientes conmigo se curan rápido porque yo a los pacientes enfermos no los puedo psicoanalizar. Entonces, pensando que para psicoanalizarse no hace falta estar enfermo, el paciente ya pierde absolutamente la necesidad de estar enfermo porque no es que yo, que soy médico, le voy a atender solamente si está enfermo, de ninguna manera, la curación realmente es un beneficio extraordinario, rápido además, del intento de psicoanalizarse.

Además (no sé si me tengo que meter en esto en este momento del congreso que recién empezamos) el enfermo en lugar de seguir enfermando su cuerpo enferma el cuerpo de la transferencia, es por eso que al final de mes me tiene que pagar.

I: Yo hay una diferencia que veo muy básica y es que la medicina se basa en la evidencia, la base de la medicina es la historia clínica, entonces cuando escucha al paciente en la anamnesis, escucha las palabras tal cual, y cuando lo explora en la auscultación, la inspección, la percusión, se basa en los sentidos, en la información directa que venga de los sentidos, en cambio el psicoanálisis produce una ruptura, dice que la certeza de los sentidos es algo engañoso, que no hay certeza.

MOM: Sí pero con tu forma de decir la situación yo hubiese seguido adelante diciendo: la medicina no tuvo ningún inconveniente en incorporar el examen químico que podía demostrar que lo que se veía era falso, ¿sí doctor? no hizo ninguna resistencia en incorporar los rayos X, cuando otra vez el médico miraba y la radiografía mostraba otra cosa. ¿Ven que no era que se resistiera a que se demostrara que él se equivocaba? Lo que no sabemos es porqué, porqué con la radiología incorporada a la medicina se eguía comportando en el amor y en la forma de atender a los pacientes de la misma manera. El psicoanálisis no permite eso, en psicoanálisis, me molesté en traer a Spinoza (cuando en la sala hay varios especialistas mejor que yo) para decirles que el practicante se transforma en el contacto con el objeto. ¿No me transformo? No estoy en contacto con el objeto psicoanalítico. Por favor.

I: Volviendo al hospital, en la sala de guardia por el discurso se supone que debería haber un psicoanalista ahí que evitaría que ese 35% huyera. La sala de guardia es como un territorio, institucional pero un territorio del poder, no sólo del poder médico, del poder del Estado. Entonces ¿cuál sería el diagnóstico de una doble huida? la del Estado que no deja que entre un psicoanalista y la de las asociaciones psicoanalíticas que han prohibido en su momento que los médicos accedieran a los hospitales bajo prohibición expresa institucional. Entonces, mi pregunta ¿hay una propia resistencia del psicoanálisis al psicoanálisis desde sus asociaciones. ¿Cuál sería el diagnóstico?

MOM: Del psicoanálisis no pero yo creo que de los psicoanalistas sí, porque tenemos que darnos cuenta que es una disciplina que dice: vuelvo sobre lo mismo, me transformo con el objeto. Fíjate lo que implica, hago una interpretación, que no sé cuando es una interpretación, porque los jóvenes que me vienen a decir, «ayer hice una interpretación maravillosa» y la traen escrita, yo ya sé que eso no fue la interpretación, la interpretación se procesa inconscientemente, sólo puedo averiguar que hice una interpretación por sus defectos, entonces yo hago una interpretación, vamos a suponer, para hacerlo sencillo, el paciente se transforma con esa interpretación, 

yo también me tengo que transformar y cuidadito con que al día siguiente siga atendiendo al paciente de antes de la interpretación. 

Pero también atender al paciente, aunque yo considere que el paciente ha cambiado, seguir atendiendo al paciente de antes de la interpretación es que yo no haya cambiado, yo creo que esa es la complejidad. Y además, implicarse, el paciente viene a ver a un médico desconocido y uno más que más tiene su prestigio entre otros médicos, pero el paciente es verdaderamente desconocido para el médico. A veces el paciente dice: «tengo miedo de estar con un desconocido», pero si el desconocido es usted, a mí me conoce un montón de gente, ¿qué desconocido? El que tiene que tener miedo soy yo no usted, entonces yo digo todas personas desconocidas, donde tiene que establecer una relación única en su género, donde tiene que poder pasar de sus determinaciones familiares y biológicas, no que no las tenga, las tiene que pasar. Yo a veces lo comparo con el obrero que maneja el balancín y que se pone a pensar mucho en su novia, mucho en su novia y se corta los cuatro dedos, es decir, el psicoanalista tiene que rebajar la categoría de los sentimientos, por eso hay que psicoanalizarse toda la vida, si no, no se puede ser psicoanalista, la gente que haga lo que quiera pero los psicoanalistas se tienen que analizar ¿por qué? bueno porque tengo que rebajar la categoría de los sentimientos.

El paciente me da odio y yo no tengo que decir que tengo odio ni tengo que hacer las cosas que hace el odio, tengo que rebajar la categoría del sentimiento, tengo que poner la teoría, la transferencia, todo, antes que mis sentimientos, es decir, mis sentimientos quedan en quinto lugar, sexto lugar. Eso es intolerable, si encima tienes que trabajar 6-7 horas diarias todos los días de la semana y lo haces de verdad y no eres psicoanalista y no te psicoanalizas, te vuelves loco o, peor todavía, la teoría psicoanalítica. Está más o menos bien, al pobre psicoanalista lo que le pasa, es un trabajo insalubre, por eso hay que especializarse tanto. Sí por favor.

I: ...diciendo algo que no es una pregunta, un sentimiento, como se habla de sentimientos y de rebajar los sentimientos, a ver si consigo que usted me rebaje este mío porque le he seguido con una enorme atención, pero verá, aparte del piropo al ingenio, que ya se lo doy de mano, antes de que perdamos la identidad y nos convirtamos en Estado Europeo Americano, le voy a hacer una cita cervantina.

MOM: Por favor, yo la conozco.

I: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enloquece que con razón me quejo profesor de la vuestra fermosura.

MOM: Bueno pero Einstein que también era parecido a Cervantes dice: es más difícil cambiar un prejuicio que desintegrar un átomo y era Einstein, tenía que saber. Bueno, muchas gracias.

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EL CAPITAL. LIBRO 1 TOMO 1

1867

A primera vista, una mercancía parece un objeto trivial,
obvio. De su análisis resulta que es una cosa muy complicada,
llena de sutilezas metafísicas y de caprichos teológicos.

En cuanto valor de uso no hay nada misterioso en ella, ya la considere bajo el punto de vista de que con sus propiedades satisface necesidades humanas, o que recibe estas propiedades solamente como producto del trabajo humano.

Es evidente que, con sus actividad, el hombre cambia las formas de las materias naturales de una manera útil para él. La forma de la madera se modifica, por ejemplo, cuando se hace de ella una mesa. Esta no deja de ser madera, algo corriente y sensible. Pero en el momento en que se presenta como mercancía, se transforma en un objeto sensiblemente suprasensible. No sólo se apoya con las patas en el suelo, sino que ante todas las demás mercancías se presenta patas arriba, y de su cabeza de madera salen caprichos más extravagantes que si se pusiera a bailar.

El carácter místico de la mercancía no surge, pues, de su valor de uso. Tampoco nace del contenido de las determinaciones de valor. Pues, en primer lugar, por diferentes que sean los trabajos útiles o las actividades productivas, es una verdad fisiológica que son funciones del organismo humano, y que cada una de esas funciones, sea cual fuere su contenido y su forma, es esencialmente gasto de cerebro, nervios, músculos, órganos sensoriales, etc., humanos. En segundo lugar, por lo que se refiere a la determinación de la magnitud de valor, la duración de ese gasto o la cantidad de trabajo, salta incluso a la vista que la cantidad de trabajo es distinguible de su calidad. En todas las situaciones tuvo que interesarles a los hombres el tiempo de trabajo que cuesta la producción de los medios de subsistencia, aunque ese interés no sea el mismo en los distintos estadios del desarrollo.

Por último, en cuanto los hombres trabajan de alguna manera unos para otros, su trabajo recibe también una forma social.

Lo misterioso de la forma de mercancía consiste, pues, sencillamente en el hecho de que les refleja a los hombres los caracteres sociales de su propio trabajo como caracteres objetivos de los productos del trabajo, como propiedades naturales sociales de estas cosas, y, por tanto, también refleja la relación social de los productores con el trabajo total como una relación social de objetos, existente fuera de ellos. Gracias a este quid pro quo los productos del trabajo se transforman en mercancías, objetos sensiblemente suprasensibles o sociales. Así ocurre con la impresión luminosa de un objeto sobre el nervio óptico, que no se presenta como estímulo subjetivo del mismo nervio óptico, sino como forma objetiva de una cosa existente fuera del ojo. Pero en la visión se proyecta realmente la luz de una cosa, de un objeto externo, sobre otra cosa, el ojo. Se trata de una relación física entre cosas físicas. En cambio, la forma de mercancía y la relación de valor de los productos del trabajo en que se presenta, no tiene nada que ver en absoluto con su naturaleza física y las relaciones entre cosas emanadas de ella. No es más que la relación social determinada de los mismos hombres, la cual adopta aquí la forma fantasmagórica de una relación entre cosas. De ahí que para hallar una analogía tengamos que trasladarnos a las regiones nebulosas del mundo religioso. Aquí, los productos del cerebro humano parecen dotados de vida propia, independientes, en relación entre sí y con los hombres. Lo mismo ocurre en el mundo de las mercancías con los productos de la mano humana. Esto es lo que llamo fetichismo, que se adhiere a los productos del trabajo en cuanto se producen como mercancías y que, por consiguiente, es inseparable de la producción de mercancías.

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EL MALESTAR EN LA CULTURA

1929

Naturalmente, el proceso cultural de la especie humana es una abstracción de orden superior al de la evolución del individuo, y por eso mismo es más difícil captarlo concretamente. No conviene exagerar en forma artificiosa el establecimiento de semejantes analogías; no obstante, teniendo en cuenta la similitud de los objetivos de ambos procesos —en un caso, la inclusión de un individuo en la masa humana; en el otro, la creación de una unidad colectiva a partir de muchos individuos—, no puede sorprendernos la semejanza de los métodos aplicados y de los resultados obtenidos. Pero tampoco podemos seguir ocultando un rasgo diferencial de ambos procesos, pues su importancia es extraordinaria. La evolución del individuo sustenta como fin principal el programa del principio del placer, es decir, la prosecución de la felicidad, mientras que la inclusión en una comunidad humana o la adaptación a la misma aparece como un requisito casi ineludible que ha de ser cumplido para alcanzar el objetivo de la felicidad; pero quizá sería mucho mejor si esta condición pudiera ser eliminada. En otros términos, la evolución individual se nos presenta como el producto de la interferencia entre dos tendencias: la aspiración a la felicidad, que solemos calificar de «egoísta», y el anhelo de fundirse con los demás en una comunidad, que llamamos «altruista». Ambas designaciones no pasan de ser superficiales. Como ya lo hemos dicho, en la evolución individual el acento suele recaer en la tendencia egoísta o de felicidad, mientras que la otra, que podríamos designar «cultural», se limita generalmente a instituir restricciones. Muy distinto es lo que sucede en el proceso de la cultura. El objetivo de establecer una unidad formada por inviduos humanos es, con mucho, el más importante, mientras que el de la felicidad individual, aunque todavía subsiste, es desplazado a segundo plano; casi parecería que la creación de una gran comunidad humana podría ser lograda con mayor éxito si se hiciera abstracción de la felicidad individual. Por consiguiente, debe admitirse que el proceso evolutivo del individuo puede tener rasgos particulares que no se encuentran en el proceso cultural de la Humanidad; el primero sólo coincidirá con el segundo en la medida en que tenga por meta la adaptación a la comunidad.

Múltiples y variados motivos excluyen de mis propósitos cualquier intento de valoración de la cultura humana. He procurado eludir el prejuicio entusiasta según el cual nuestra cultura es lo más precioso que podríamos poseer o adquirir, y su camino habría de llevarnos indefectiblemente a la cumbre de una insospechada perfección. Por lo menos puedo escuchar sin indignarme la opinión del crítico que, teniendo en cuenta los objetivos perseguidos por los esfuerzos culturales y los recursos que éstos aplican, considera obligada la conclusión de que todos estos esfuerzos no valdrían la pena y de que el resultado final sólo podría ser un estado intolerable para el individuo. Pero me es fácil ser imparcial, pues sé muy poco sobre todas estas cosas y con certeza sólo una: que los juicios estimativos de los hombres son infaliblemente orientados por los deseos de alcanzar la felicidad, constituyendo, pues, tentativas destinadas a fundamentar sus ilusiones con argumentos. Contaría con toda mi comprensión quien pretendiera destacar el carácter forzoso de la cultura humana, declarando, por ejemplo, que la tendencia a restringir la vida sexual o a implatar el ideal humanitario a costa de la selección natural, sería un rasgo evolutivo que no es posible eludir o desviar, y frente al cual lo mejor es someterse, cual si fuese una ley inexorable de la Naturaleza. También conozco la objeción a este punto de vista: muchas veces, en el curso de la historia humana, las tendencias consideradas como insuperables fueron descartadas y sustituidas por otras.

A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de si —y hasta qué punto— el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas del instinto de agresión y de autodestrucción.

LA RELACIÓN DE OBJETO

1956-57

El análisis insiste en introducir una noción funcional del  objeto de una naturaleza muy distinta que la de un puro y simple correlato del sujeto. No se trata de una pura y simple captación del objeto con determinada demanda del sujeto. El objeto tiene aquí un papel muy distinto, se sitúa, por decirlo así, sobre un fondo de angustia. El objeto es un instrumento destinado a enmascarar, a modo de una protección, el fondo fundamental de angustia que caracteriza a la relación del sujeto con el mundo en las distintas etapas de su desarrollo. Así, en cada etapa, el sujeto debe ser caracterizado.

Freud y todos aquellos que han estudiado la fobia, con él después de él, señalan la ausencia de relación directa entre el objeto y el pretendido miedo que lo colorea con su marca fundamental, constituyéndolo en cuanto tal, como un objeto primitivo. Hay, por el contrario, una distancia considerable entre el miedo en cuestión, que bien puede ser en unos casos un miedo primitivo y en otros casos no serlo, y el objeto, constituido esencialmente para mantener ese miedo distancia. El objeto encierra al sujeto en determinado círculo, una muralla, donde se protege de los miedos. Está esencialmente vinculado con el resultado de una señal de alarma. El objeto es, ante todo, una avanzadilla contra un miedo instituido. El miedo le da su papel al objeto en determinado momento de cierta crisis del sujeto que, sin embargo, no es ni típica ni evolutiva.

La cuestión es saber si el objeto fóbico y el fetiche tienen algo en común.

Pero si planteamos estas cuestiones en tales términos, y sin privarnos de abordar los problemas a partir de la relación de objeto, tal vez debemos hallar en los mismos fenómenos la oportunidad, el punto de partida de una crítica.

Aceptemos someternos a la pregunta que nos plantean sobre el objeto típico, el objeto ideal, el objeto funcional y todas las formas de objeto que puedan ustedes suponer en el hombre, y abordamos pues la cuestión bajo esta luz, pero entonces, no nos contentemos con explicaciones uniformes para fenómenos distintos. Centremos por ejemplo nuestra pregunta de partida en cuál es la diferencia entre la función de una fobia y la de un fetiche, dado que tanto la una como el otro se plantean sobre el mismo fondo de angustia fundamental, ambos convocados supuestamente como medidas de protección o de garantía por parte del sujeto. No basta con hablar del objeto en general, ni de un objeto que, por no sé qué vía de comunicación mágica, tendría la propiedad de regularizar las relaciones con el resto de objetos, como si el hecho de haber conseguido convertirse en un genital bastara para resolver todas las cuestiones. Lo que puede ser un objeto para un genital desde el punto de vista esencialmente biológico, que aquí se plantea en primer plano, no me parece que deba ser menos enigmático que alguno de los objetos de la experiencia humana corriente, por ejemplo una moneda.

¿Puede acaso decirse que la moneda no plantea por sí misma la cuestión de su valor objetal? El hecho de que, en un registro determinado, la perdamos como medio de intercambio, o la propia toma en consideración, para el intercambio, de cualquier otro elemento de la vida humana trasladado a su valor de mercancía, ¿no nos introduce esto de mil formas en una cuestión que fue efectivamente resuelta en la teoría marxista con un término, si no sinónimo, al menos muy cercano al que acabamos de mencionar, o sea el fetiche? En suma, la noción de objeto fetiche, la de objeto pantalla y, al mismo tiempo, la función tan singular de esa constitución de la realidad sobre la que Freud aportó una luz verdaderamente sobrecogedora, y que nos preguntamos por qué no se le sigue concediendo su valor, la noción de recuerdo pantalla como muy especialmente constitutiva del pasado del sujeto. He aquí cuestiones que merecen ser tratadas por sí mismas y en sí mismas.
(...)

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