ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Nº 39

¿EN BUSCA DEL DESEO PERDIDO?

CÁNCER UNA IDEA MORTAL

MENASSA EN BUENOS AIRES

¿QUÉ PAGAMOS CUANDO PAGAMOS?

¿POR QUÉ HAY PACIENTES QUE NO SE CURAN?

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA

ELLA Y LA OTRA

ESCUELA DE PSICOANÁLISIS GRUPO CERO

CIRUGÍA ¿ESTÉTICA O PLÁSTICA?

SEMINARIO DE SIGMUND FREUD

LA ELECCIÓN DEL OBJETO AMOROSO

SEMINARIO DE JACQUES LACAN

LA REGRESIÓN NO ES REGRESAR A NADA

SEMINARIO DE GRUPOS

POETA CONDENADO

SEMINARIO HEGEL, MARX, HEIDEGGER

PRESENTACIÓN "ARMAS DE MUJER"

DE NUESTROS ANTECEDENTES

X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO PSICOANÁLISIS Y MEDICINA

NIETZSCHE

EL "TABÚ DE LA ENFERMEDAD

FREUD

LIBROS PUBLICADOS POR TALLERES DE POESÍA

LACAN

¿EN BUSCA DEL
DESEO PERDIDO?

Sólo después sabremos. El ahora sólo cobra sentido después.

Por eso que no se trata de hacerse buscador de sentidos, sino de hacerse paciente, aprender a esperar sin esperanzas, sin ilusiones, sino sabiendo que el significante me hace sujeto para otro significante.

Que cuando hago es más decir que cuando digo. Que hablar es más importante que lo que digo.

Por eso cada vez que justificamos, argumentamos, explicamos sobre algo que nos pasa, no es sino deseo de argumentar. Está demostrado que si bajo hipnosis se da una orden a una persona, cuando realiza la orden y se le pregunta por sus motivos responde inmediatamente y con una seguridad tan inhumana que debería incitar a dudar de ella.

Una argumentación que recuerda al cuento del caldero. Cuando uno da un caldero a otro y éste le dice: «Cuando te lo presté no estaba agujereado». A lo cual el primero responde: «Cuando me lo prestaste ya estaba agujereado», «yo te he devuelto el caldero intacto», y además, «nunca me has prestado ningún caldero».

Tres argumentos donde cada uno excluye al otro, y sin embargo, argumentar así es lo más habitual.

Otra creencia es creer que, para el ser humano que somos, lo difícil es estar juntos en el mal, cuando en realidad lo que no toleramos es que al otro le vaya bien. Y no tanto por una simple envidia o algo de ese nivel humano, sino porque si alguien puede, si alguien deja de decir «no puedo», los demás quedamos en deuda con nosotros mismos.

Otra creencia convencionalmente aceptada es que se desean objetos, que hay objetos amados. Sin embargo, el psicoanálisis nos muestra que el deseo no desea objetos, sino que desea deseos.

Esto quiere decir que sólo cuando la madre desea otra cosa que al niño es que el niño puede desear. Y quedamos sujetos al deseo de la madre hasta que sujetos del lenguaje nos hacemos sujetos deseantes.

Esta forma de hacernos deseantes deja marca en nosotros en el sentido de que nuestra manera de desear es desear deseos, hasta el momento de concluir que se desea desear.

Hacerse sujeto de un deseo y un goce mortal, desear desear, no es lo que habitualmente se alcanza.

Los seres humanos no prefieren como Aquiles un destino humano, por lo general se elige un destino donde simplemente queda pagada la deuda con la especie. ¿O tal vez habría que considerar que la especie es humana, es decir, que no sólo de pan vive el hombre, no sólo se vive de lo que entra por la boca también de lo que sale, la palabra?

La tendencia más habitual es la de sujetarse al deseo de otro, en lugar de al deseo del Otro (posición inconsciente). Y así vemos vidas regidas por los estragos que el otro hace sobre ellas. Y no digo que uno no sea responsable de su impasse en el deseo del otro, que es podríamos decir casi estructural, sino que cada uno debería trabajar para que nadie utilizara nuestro deseo, es decir no aceptar esclavos de nuestro deseo.

En el caso de la madre y el niño podemos ver claramente que el niño querría el deseo de la madre para él, que la madre tendría que dejar que para el niño sea un paso entre otros pasos, y no pasar ellas mismas a posicionarse en una dependencia del deseo del niño.

Así vemos a madres que no pueden vivir sin sus hijos, que pasan de una dependencia del deseo de la madre a una dependencia del deseo del marido, para quedarse en una dependencia del deseo del niño, y asì quedan dependiendo del vacío que esos deseos han ido dejando en sus vidas.

Hay vidas que dependen totalmente de las palabras de otra persona, de esa persona a la cual está anudado su deseo.

Cada uno busca la esclavitud o explotación de otro deseante, por eso que hoy pido por la libertad de los deseantes, y libertad también para los amantes de la simbiosis, para los hipnotizados.

Cada quien tendrá que saber al deseo de quién está sometido, porque su vida es una vida regida por la palabra de ese quién, como hipnotizador e hipnotizado. Esto por si acaso es alguien que no se ocupa de no trabajar de hipnotizador.

Sólo implicándose, ocupándose de su deseo, es que una vida puede alcanzar cierta magnitud humana.

Amelia Díez Cuesta. Psicoanalista
Madrid: 91 402 61 93

MENASSA
EN
BUENOS AIRES

"El próximo lunes 13 de noviembre a las 19 hs. en Sede Centro de la Universidad Abierta Interamericana (Avda. San Juan 951. Ciudad A. De Buenos Aires), el Dr. Miguel Oscar Menassa, psicoanalista de acreditada trayectoria nacional e internacional, recibirá el título de "Profesor Honorario". El diploma que acredita el discernimiento será entregado por el Dr. Edgardo N. De Vincenzi, Rector de la U.A.I., en presencia de los miembros del Consejo Superior de dicha Universidad.
El Dr. Miguel Oscar Menassa, Fundador y Director
de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero, brindará además la charla "Grupo Cero:
Psicoanálisis y Poesía".


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MENASSA EN BUENOS AIRES
DEL 6 AL 20 DE NOVIEMBRE DE 2000

9 Noviembre de 2000 - 20,30 hs.
Presentación del libro "Poeta Condenado"
ENCORE, Rodríguez Peña nº 286, 4º
Tel.: 4 371 80 13
10 Noviembre - 18 hs.
Homenaje al Poeta Miguel Oscar Menassa
VIII Encuentro Poetas Mercosur
Auspicia: Gobierno de La Rioja
Avda. Callao, 745

13 de Noviembre de 2000 - 19 hs.
ENTREGA DEL TÍTULO DE
PROFESOR HONORARIO

Universidad Abierta Interamericana
Av. San Juan, 951

17 Noviembre de 2000 - 21 hs.
Presentación del libro "La Poesía y Yo"

EDITORIAL GRUPO CERO

Maipú, 459 - 1 er piso
Tel.: 4328 - 0614/0710

¿POR QUÉ HAY PACIENTES
QUE NO SE CURAN?

Siempre ha sido un problema para la medicina la variabilidad de la respuesta al tratamiento que hay entre pacientes enfermos de la misma patología.

Hay enfermedades en las que esta variabilidad es tan grande, que se divide en dos grupos a los pacientes: respondedores y no respondedores al tratamiento.

Si partimos de la premisa de que nada sucede en el sujeto sin participación de su psiquismo, tenemos que atribuir a todos los síntomas somáticos, un valor psíquico. Llamaremos a esta ausencia de respuesta al tratamiento resistencias a la cura, en estas resistencias a la cura influyen cuestiones del médico, y cuestiones del paciente.

En cuanto al médico, sabemos que detrás de cada acto terapéutico, hay una teoría que lo sustenta. Cuando imperaba la teoría humoral de Hipócrates para explicar la etiología de las enfermedades, se desprendía de esta teoría una terapéutica determinada, que consistía en actuar sobre los diferentes humores, por ejemplo, mediante sangrías o ventosas. Lo que queremos decir es que si para el médico la enfermedad que está tratando es incurable, difícilmente será capaz de curar a un paciente en concreto. Dentro de este grupo de enfermedades incurables o crónicas, están la mayoría de las enfermedades consideradas psicosomáticas, como la HTA esencial, la artritis reumatoide..., así como muchas de las enfermedades psiquiátricas, si yo creo que una esquizofrenia produce un deterioro definitivo e

irrecuperable, voy a tratar al paciente desde esa concepción médica, si creo, sin embargo, que las llamadas enfermedades mentales, no son tales, es decir, que por los mismos mecanismos que producimos un sueño, un lapsus, o un chiste, podemos producir un síntoma, que no hay degeneración del aparato psíquico, que hay recuperación ad integrum (total), estamos manejando otra teoría, de lo que se desprende que habrá una diferencia en la práctica, sostengo la teoría de que esa enfermedad es posible de ser curada, y por tanto, puedo curar al paciente. Para entender qué papel juegan los pacientes en su propia curación, habría que acercarse al mecanismo de formación de síntomas.

Los factores que favorecen la producción de enfermedad serían: biológicos, filogénicos y psicológicos:

El factor biológico es la larga invalidez del humano, su nacimiento prematuro, que genera la necesidad de ser amado, y que ya no le abandonará nunca. Hay muchas patologías de las que se deriva una continua dependencia de los demás, y en realidad tienen que ver con la no aceptación de la imposibilidad de independencia, desde el principio está el otro semejante, no podemos dejar de ser dependientes, aunque sí podemos elegir de qué depender.

El segundo factor, filogénico, estaría en relación con que la vida sexual del hombre no se desarrolla desde el principio hasta su madurez, como la de los animales más próximos a él, sino que después de un florecimiento temprano, experimenta una enérgica interrupción, al cabo de la cual, se inicia de nuevo, en la pubertad.

La significación patógena de este factor resulta de que la mayoría de estas tendencias de la sexualidad infantil, son rechazadas por el yo como peligros, de manera que los impulsos posteriores, en la pubertad, que en condiciones normales deberían ser aceptados por el yo, corren el peligro de sucumbir a la atracción de los prototipos infantiles y seguirlos en la represión, este contacto con las exigencias de la sexualidad, actúa sobre el yo de manera similar al contacto prematuro con el mundo exterior, al que aludíamos previamente. Esto explica que existan enfermedades comunes a adultos y a niños, como el asma bronquial, que afecten al niño durante su infancia, remitiendo espontáneamente en la pubertad en un porcentaje no desprecable de casos, como si se tratara de una manifestación del desarrollo de la sexualidad, que remitiera cuando se completa ésta en la pubertad.

El tercer factor, psicológico, está relacionado con la constitución de nuestro aparato psíquico por un yo y un Ello. El yo no puede protegerse contra «peligros interiores», es decir, contra las exigencias del Ello, de un modo tan eficaz como de los peligros exteriores.

Íntimamente enlazado con el Ello, no puede rechazar las exigencias pulsionales, más que restringiendo su propia organización, y aceptando la formación de síntomas como sustitución de haber dañado la pulsión, en este sentido todas las enfermedades son una defensa del sujeto, la enfermedad es la salida más ventajosa de la que es capaz, en este sentido podríamos hablar de ventaja primaria de la enfermedad. A continuación veremos, una vez vistos los elementos que contribuyen a la causación de la enfermedad, cuáles son los mecanismos que influyen en la resistencia a la cura.

Alejandra Menassa de Lucia. Médico
Madrid: 91 542 33 49

PSICOANÁLISIS Y MEDICINA
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«No podemos terminar con el alma, sólo podemos curarla». 

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EXTENSIÓN UNIVERSITARIA: LA REVISTA DE PSICOANÁLISIS DE MAYOR TIRADA DEL MUNDO


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ELLA Y LA OTRA

Hay una prueba en el inicio que no concluye en ningún lugar, que no termina de concluir nunca y que por esto tiene algo de lo trágico metido entre sus letras, algo que una mujer tiene que hacer existir a la mirada del hombre, una identidad que no tiene ninguna consistencia, algo a lo que pusieron el nombre de misterio. Ella tiene que dar existencia a lo que sólo es un reflejo, detrás del desgarro de las vestiduras no hay nada que pueda ser aprehendido, no hay veladura que responda por ningún fondo, que no hay telón de fondo, sólo la existencia de una imagen que no es su propia imagen, y esta extranjería la llevará en una extrañeza a buscar fuera de sí lo que posiblemente encuentre en la otra. A veces la otra aparece como una rival y esto responde a una caída de su narcisismo, por esta cuestión que ella no encuentra en sí misma, esa imagen de lo femenino. Hay un decaimiento de su narcisismo y es así como ella se encuentra con la otra mujer que sí lo tiene y una rivalidad se establece junto con un amor, un amor de fusión que la funde con la otra en una relación de objeto verdaderamente homosexual. Esta otra, su semejante amada, viene a ocupar ese vació de identidad.

Ella no es ídentica a nada, ella es única, es el significante universal falo que va al encuentro de su Otra y allí copulan con un goce que está más allá de las palabras. Como ser hablante no puede nombrar y está separada de la femineidad que ella encarna. Un Abismo de separación y el significante propio de la femineidad será un ausente eterno que partirá a la mujer entre su identidad y su goce. Se iniciará el balanceo que marcará una anterioridad a la histeria, y ella estará entre una identidad que no significa nada y un goce al que si accede, supone la pérdida de esa extraña identidad y su nombre.

Ella escapa al lenguaje por dos lugares, primero, como objeto responde al deseo del hombre cuando éste se posiciona en una relación perversa con el falo y reniega de la castración, entonces ella es la Mujer, y segundo, al identificarse y ser el falo, ella se pierde en ese Otro goce del cual la posición del hombre nada sabe.

Del vacío a la falta, de la causa del deseo, desde ese vacío de vacíos que es la causa del deseo, hasta la encarnación del falo, ese misterio del cuerpo.

El cuerpo como una espacialidad extensa donde comienzan a aparecer señales extrañas que parece que llegaran desde un cósmico más allá, desde un mundo otro tal vez el mundo del microscopio desde donde podemos visualizar formas que nos hablen de aquella unión inicial que dio lugar a la célula germinal que en sí misma encerraba la vida y la muerte. Algo hubo de caer de esa unión, algo murió, para que el cuerpo pueda repetirse. El cuerpo lleva en sí el germen que lo separará y lo repetirá y de esto quedan huellas, marcas que como evidencias dirán de lo femenino y de lo masculino pero que no serán el ser del cuerpo. Estos sólo serán los caracteres sexuales secundarios que nada hablarán del goce del cuerpo, teniendo en cuenta que al decir el goce del cuerpo, es en tanto que éste sólo simboliza al Otro.

Y justamente no es el amor el que responde por este goce, ni son los sentimientos ya que estos están marcados por la reciprocidad, por estar en relación. El amor pide amor, y esto es así y nada le es suficiente porque siempre pide un poco más. Es la propia falla del Otro, la brecha desde donde parte toda demanda de amor que nunca queda satisfecha.

No hay una sola manera de la relación con el sexo, el falo que es la diferencia pura, instala las diferentes maneras de la relación con él que no es con el sexo ni con los cuerpos sexuados, que sólo prestan su apariencia.

Antes del encuentro entre un hombre y una mujer, una relación muy particular es la que va a darle forma a esa relación amorosa entre dos diferentes. Cada uno va a regular su relación con el falo y este se meterá en el medio a dificultar esa relación despareja. El comercio entre ellos va a quedar perturbado, él estará totalmente sometido a esa dificultad, a esa relación primera con el falo, con la falta y ella un tanto distraída, no estará completamente comprometida en esa relación. Cuando se somete a esa relación con el falo y la acepta, cuando realmente quiere ser una mujer en el lenguaje, se da cuenta que ella está en un campo donde no existe ya que no tiene nominación, no está recubierta por el lenguaje y es entonces donde la apariencia y la máscara recubren ese vacío de palabras, ese espacio que escapa a la significación fálica y que sin embargo la significa.

Norma Menassa. Psicoanalista
Buenos Aires: 4 322 6400

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CIRUGÍA 
¿ESTÉTICA O PLÁSTICA?

Llamaron de TVE 2, pidiendo un psicoanalista para un programa de gran audiencia, los jueves a la noche «La Escalera Mecánica» de Jordi González. Desplazamos a uno de nuestros especialistas a Barcelona, nos reciben amablemente, gastos pagados y nos permiten intervenir algunos segundos en un debate sobre Cirugía Estética.

Quiero rescatar en estas líneas las cuestiones importantes que solicitaron y después no difundieron a los espectadores.

Los presentadores se encontraban alarmados por el gran número de operaciones quirúrgicas que se realizan, sobre todo en adolescentes y las cuestiones éticas o morales que se desprenden de estas noticias (jovenes que piden a sus padres por aprobar los estudios, implantarse pechos o labios más contorneados).

Sabemos que la estética no solamente es un catálogo de lo que a través de los tiempos es considerado bello, no es solamente una doctrina de lo bello, también se considera que la estética es la ciencia de las cualidades de nuestra sensibilidad.

En general el Psicoanálisis no se orienta hacía el estudio de la estética y cuando lo hace suele tratarse de algo que es descuidado por la estética propiamente dicha.

En la cirugía estética hay que considerar el problema con la imagen, los órganos de la percepción, el proceso de identificación, el cuerpo como pulsional, las diferencias entre ética y moral, el lenguaje, la función de lo bello y la aceptación de la mortalidad. No se presenta a priori, como un tema de abordaje sencillo y la presencia de un psicoanalista en todo tipo de intervención quirurgica, se nos impone como imprescindible. Siempre como pre y postoperatorio de los pacientes y a veces como conocimientos generales que deben tener en cuenta los cirujanos, para poder escuchar ciertos pedidos y derivarlos adecuadamente al profesional adecuado.

Si pensáramos la imagen como constitutiva, creeríamos en los ideales y habría una imagen ideal (un color mejor, una estatura y medidas perfectas, una silueta armónica...), pero la cuestión no es esa, hay que pensar mas allá de la imagen del otro semejante.

La imagen es formativa, es decir no es que los humanos reunidos crean la ley de lo humano (valga decir el lenguaje) sino que porque previamente existe una ley los hombres se pueden reunir. Es la libido, lo que permite que los sujetos se reunan en grupo y todos pertenecemos a algún tipo de grupo.

Lo bello es una de las barreras de acceso al deseo, la última barrera, así como el dolor es un límite del cuerpo y el bien es engañoso como lo son los órganos de los sentidos.

Es decir carne somos todos, biológicos también son los animales, nos diferenciamos de ellos por el lenguaje.

Lo bello como función nos acerca a la relación del sujeto con la muerte, función temporal que ninguna cirugía arregla.

La palabra y la cosa no coinciden, lo que miro y lo que veo siempre se encuentran en diferentes planos, soy hablado, soy mirado, es desde el otro y por el deseo de otro que me incluyo en la ley del deseo. Deseamos deseos: «yo quiero ser como...» lo enuncia alguien que desconoce que mi prójimo siempre soy yo mismo.

Cuando nos comparamos, debemos saber que caemos en una identificación histérica y el estilo no se puede transmitir, sí la posibilidad de un estilo, pero para ello hay que aceptar las semejanzas y también las diferencias.

La estética hay que pensarla por el lado de la ética y no de la moral. La moral juzga, calcula, impone criterios de verdad y verdad sólo hay una. Algo nos antecede, el lenguaje y somos mortales.

No hay belleza sin articulación de cuerpo y lenguaje, por eso la edad o la tersura de la piel, tiene los pliegues de la voz, el cuerpo tiene unos límites pulsionales, no hay deseo sin pulsión y este concepto permite articular un campo de acción donde el deseo es inarticulable pero articulado.

Un cuerpo pulsional es aquél atravesado por el lenguaje y puntuado por lo finito.

El sujeto es sujeto del lenguaje y es sujeto del deseo. La cirugía, afortunadamente, salva vidas, pero por el deseo de lo humano. El culto al cuerpo, las muñecas de cera, hay que pensarlas por el lado de lo siniestro, aquello familiar y reprimido que guarda relación con la angustia, la única verdad, la angustia de castración. No somos perfectos, ni inmortales, ni únicos. Podemos construir nuestra historia, nuestra propia historia de deseos.

Carlos Fernández del Ganso. Psicoanalista
Madrid: 91 883 02 13

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LA ELECCIÓN DEL OBJETO
AMOROSO

 Los poetas han descrito desde siempre, las condiciones eróticas conforme a las cuales realizan los hombres su elección de objeto amoroso ya que ellos poseen una sensibilidad especial para percibir estos estados anímicos en los demas, y el valor para dejar hablar en voz alta a su propio inconsciente.

Por medio del tratamiento psicoanalítico, también podemos llegar a pesquisar datos sobre la vida amorosa. Freud dice el hombre elige su objeto amoroso bajo dos condiciones: una denominada «perjuicio del tercero», y la otra llamada «el amor a la prostituta».

El sujeto debe reninciar a la satisfacción ligada a su primer objeto de amor, la madre para relacionarse sexualmente con otro la primera de estas condiciones es de carácter especifico, y consiste en que el sujeto jamás ira en busca de una mujer libre, soltera o independiente de todo lazo amoroso; sino que la elección recaera en una mujer que este en relación con otro hombre, sea su novio o su marido o amante. Es tan inflexible esta condición que puede suceder que una mujer que era indiferente para el sujeto, y hasta despreciada por él mientras era libre, al mantener relaciones amorosas con otro pasa a ser deseable.

La segunda consiste en que la atracción está sujeta a que el objeto amoroso es aquel en el cual puede ponerse en duda la fidelidad, porque muestra conductas sexuales sospechosas.

La primera ccondición facilita la satisfacción de los impulsos rivales, de agresión, contra el hombre a quien se roba la mujer amada. En la segunda provoca celos, que parecen ser condición, en este tipo de amantes, para enamorarse.

La diferencia entre celos y envidia es que la envidia nace cuando me doy cuenta de que no tengo lo que el otro tiene, pero, y esto es esencial, no quiero para mí lo del otro, sino que quiero que el otro no lo tenga, es decir que deje de tener.

En cambio, en posición de celos tengo varias cosas: tengo a mi amante, y tengo a quien supongo que está con él, además tengo a los celos, es decir transformo una situación de carencia en una opulencia.

Sabemos que la primera situación celosa acontece en el Complejo de Edipo, cuando aparece el tercero, ya mi madre desea algo más allá de mí: un hombre, un trabajo, un poema, el mundo.

Es decir no soy el único objeto del deseo de mi madre.

Vemos cómo la moral sexual cultural impone sus leyes, donde permite la procreación dentro de los márgenes establecidos como legales. Y, frente a la imposibilidad de cumplir con estas leyes que el mismo hombre creó para él, también crea la trampa, la doble moral, que indica que el sistema ha fracasado.

En este modelo sexual cultural, se considera valiosa a la mujer cuanto más íntegra es en su vida sexual, y más alejada está de la prostitución, por ello resulta llamativa esta segunda condición, «el amor a la prostituta», una singular anormalidad, dice Freud, en los amantes de este tipo porque consideran como objetos muy valiosos aquellos que la mayoría degrada. La ama apasionadamente y con absoluta fidelidad, pero durante poco tiempo porque estos objetos eróticos son fácilmente sustituibles ya que lo que más ambiciona el hombre es sacarla de esa vida de injurias y redimirla y enaltecerla.

Estos elementos que describimos hasta ahora: la libertad, la ligereza sexual de la amada, su alta valoración, la necesidad de sentir celos, la fidelidad, la intención redentora tienen una fuente en común, como lo muestra la investigación psicoanalítica. Estos dos modos particulares de elección de objeto tienen el mismo origen psíquico: la fijación infantil al cariño a la madre, y constituye el desenlace de dicha fijación.

Por ejemplo, la figura del tercero perjudicado no hay dudas de que en la constelación edípica viene a recaer sobre la figura del padre.

Menassa en «La familia como estructura sexual», dice: para un niño que nace dentro de una familia cristiana, su madre es virgen y también es su madre, por el modelo de familia de Jesucristo...Una madre, María Virgen, que jamás accederá al espíritu...Crucificado desde el principio entre dos madres, que es una madre, vivirá con una mujer partida en dos en su corazón y nunca más podrá juntar su amor con su deseo.»

Lacan dice que, al no haber un objeto de pulsión para el hombre, este primer objeto viene de la mano de otro, es decir, que es necesario que el objeto sea introducido por el otro, ya que permite la identificación. Así el niño amara a su madre, objeto de amor del padre, pero en identificación masculina con él. Y al identificarse con su padre, por lógica edípica, lo hace centro de su agresividad, el polo de identificación es el polo de agresión.

La primera condición erótica es que el deseo sea desde el otro.

Alejandra Madormo. Psicoanalista
Buenos Aires: 4 794 5426

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LA REGRESIÓN NO ES
REGRESAR A NADA

En psicoanálisis, la regresión no es una técnica psicológica. La regresión es un concepto teórico muy precisamente articulado por Freud en 1900 en La Interpretación de los Sueños, dentro del capítulo Psicología de los Procesos Oníricos.

Dos peculiaridades son señaladas en el sueño, cuyo carácter psicológico más general y evidente es que una idea, casi siempre la que entraña el deseo, queda objetivada y representada en forma de escena vivida. La primera nos muestra que el presente es el tiempo en que el deseo es representado como realizado, aunque esta característica es utilizada también, en la misma forma, en el sueño diurno. La segunda es, en cambio, peculiar del sueño y la diferencia de la ensoñación diurna y consiste en que el contenido de representaciones no es pensado sino que queda transformado en imágenes sensoriales que creemos vivir y a las que damos fe.

Esta transformación aunque constituye su carácter más notable, no es exclusiva del sueño sino que aparece también en la alucinación.

En el terreno psicológico, tenemos que representarnos el instrumento puesto al servicio de las funciones psíquicas como un aparato compuesto, a cuyos elementos llamamos instancias o sistemas, que presentan entre sí una orientación espacial constante, de un modo semejante a como están dispuestas las lentes de un telescopio; es decir, que existe un orden de sucesión fijo establecido por la circunstancia de que, en determinados procesos psíquicos, la excitación recorre los sistemas conforme a una sucesión temporal determinada.

Toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos internos o externos y termina en inervaciones, adscribiendo al aparato un extremo sensible que recibe las percepciones y un extremo motor que abre las compuertas de la motilidad. El proceso psíquico es direccional y se desarrolla, en general, pasando desde el extremo de la percepción al extremo de la motilidad.

Las percepciones dejan en el aparato psíquico una huella mnémica que tiene función de memoria y que están enlazadas entre si conforme a varios tipos de asociación pero, ante todo, a su primitiva coincidencia en el tiempo. Si el sistema perceptivo aporta a nuestra conciencia toda variedad de las cualidades sensibles todos nuestros recuerdos son inconscientes en si, sin excluir los más precisos.

Eso que comúnmente llamamos nuestro carácter reposa sobre las huellas mnémicas de nuestras impresiones y precisamente, las que han actuado más intensamente sobre nosotros —las de nuestra infancia— son las que no se hacen conscientes casi nunca. Cuando recordamos, no mostramos cualidad sensorial alguna o sólo muy pequeña en comparación con las percepciones.

Para explicar la formación de los sueños, debemos aceptar la existencia de dos instancias psíquicas, una de las cuales somete a una crítica la actividad de la otra, resultando de la misma, la exclusión de esta última de la conciencia.

La instancia crítica es la que dirige nuestra vida despierta y decide sobre nuestra actividad voluntaria y consciente. El sistema preconsciente, situado en el extremo motor del aparato, posee la llave de acceso a la motilidad voluntaria y deja pasar directamente sus procesos de excitación a la conciencia, siempre que se cumplan determinadas condiciones.

El sistema inconsciente que se halla detrás de él, no comunica con la conciencia sino a través del preconsciente, el cual impone al proceso de excitación, a manera de peaje, determinadas transformaciones.

La fuerza impulsora del sueño es proporcionada por el sistema Inconsciente, aunque en su formación, se ve forzada a enlazarse con ideas latentes, restos diurnos, que pertenecen al sistema preconsciente.

A diferencia de lo que sucede en la vida diurna, lo que sucede en el sueño alucinatorio es que la excitación toma un camino regresivo y en lugar de avanzar hacia el extremo motor del aparato, se propaga hacia el extremo sensible y acaba por llegar al sistema de percepciones. Si la dirección en la vigilia es progresiva, el sueño posee un carácter regresivo. La regresión no es privativa de los sueños, también la alucinación como ya dijimos, el recordar voluntario y la reflexión corresponde a un retroceso.

Hablamos de regresión cuando la representación queda transformada en aquella imagen sensible de la que nació anteriormente.

En la teoría de la formación de síntomas neuróticos desempeña la regresión un papel no menos importante que en los sueños, distinguiendo tres clases de regresión: tópica, temporal y formal, que en el fondo, coinciden y no son sino una misma cosa pues, lo más antiguo temporalmente es también lo más primitivo en el orden formal y lo más cercano al extremo de la percepción en la tópica psíquica.

El acto de soñar al igual que la neurosis es por sí, una regresión a las más tempranas circunstancias del soñador, una resurreción de su infancia, con todos sus impulsos instintivos y sus formas expresivas, de las que el sujeto nada sabe conscientemente.

Concepción Osorio. Psicoanalista
Madrid: 91 542 64 20


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EN MADRID
VIERNES,
24 DE NOVIEMBRE
20,30 H.

PRESENTACIÓN 
DEL LIBRO:

"ARMAS DE MUJER  "

Autoras: 
Pilar Iglesias
Concepción Osorio
 
Rosa Puchol
 Magdalena Salamanca

EDITORIAL GRUPO CERO

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PSICOANÁLISIS Y MEDICINA. 

EL "TABÚ" DE LA
ENFERMEDAD

La idea común y coloquial de enfermedad, arrastra con ella confusas sensaciones donde el dolor, la discapacidad o las mutilaciones aportan reflejos opacos y difusos.

Con «enfermedad», nombro tanto las afecciones psíquicas como las somáticas, pues hoy en día en muchas enfermedades somáticas podemos reconocer su raíz psíquica. O sea, no es posible trazar un límite neto y claro entre ambas. Los psicoanalistas lo sabemos, los médicos también.

En 1905 desde PSICOTERAPIA POR EL ESPÍRITU ya Freud nos advertía que la ciencia, a través del psicoanálisis, le restituía a la palabra su antigua fuerza mágica, recordándonos también que las palabras son los efectos-instrumentos esenciales del tratamiento psicoanalítico, subrayando que el tratamiento psíquico denota un tratamiento de los trastornos anímicos y también de los trastornos corporales con medios que actúan directa o indirectamente sobre lo anímico.

Los hallazgos de la disciplina médica en la última mitad del siglo XIX, relegan el tratamiento y estudio de lo psíquico.

La relación de lo somático y lo anímico es en principio de interacción recíproca; pero la acción de lo anímico sobre el cuerpo ha traído muchos obstáculos a la investigación.

A pesar de lo cual cualquiera hoy en día sabe que existen enfermedades cuyos padecimientos causan problemas a la eficacia médica y cuya diferencia sintomática entraña casi siempre una misma enfermedad.

Aunque todos los hombres sean mortales, eso no implica para nada una muerte solidaria o comunitaria. Ante la enfermedad, los mortales se plantean la Salud y desde la Salud como normalidad se mira la enfermedad como posibilidad pero también como plaga del organismo fuera del control de la conciencia.

Las inhibiciones como mutilación de la acción, las incapacidades funcionales para el sexo, la nerviosidad común, la angustia, todas las enfermedades del sistema nervioso autónomo, el asma, la úlcera, las enfermedades del colágeno, las de la piel, las ginecológicas se pueden rastrear en la represión inadecuada de la sexualidad.

Porque un hombre, una mujer no se encuentran más que con el objeto de su fijación.

Ella o él pueden ser un trozo de comida, algo de materia fecal, algo que controlo con los intestinos y que no controlo en la realidad.

Y no obstante hay herencia en la enfermedad que se ha contraído, o en la que hay predisposición de contraer, física o psíquica.

Los psicoanalistas hablamos de una herencia que no se transmite por genes, sino por la constitución del aparato psíquico. Creo que todos conocemos familias de ulcerosos, de alérgicos, donde la enfermedad aparece en varios de sus integrantes.

El imaginario, decimos lo privado en última instancia, hace de toda enfermedad orgánica o psíquica siempre una singularidad, una peculiaridad.

Freud ha tratado el tema del tabú y lo ha parangonado con las prohibiciones de la neurosis obsesiva. También podemos decir que estos rasgos de dicha estructura clínica, se encuentran, quizás algo menguados y singularizados en muchísimos pacientes que sin padecer de dicha estructura, asimilan rasgos de la misma transmitidos cultural y familiarmente.

Los tabúes aportan enormes restricciones y privaciones, y los actos como el arrepentimiento, la expiación, la purificación, los encontramos en muchas personas que soportan otras estructuras clínicas como constitutivas.

El tabú une en sus letras significaciones opuestas: lo sagrado y lo inquietante se manifiesta en restricciones y prohibiciones que a su vez son diferentes de las prohibiciones morales o religiosas. El tabú carece de fundamento, no se conoce su origen, es incomprensible para los que no están sometidos a él y natural para los que a él someten. Pareciera que el tabú es el más antiguo de los códigos no escritos de la humanidad, anterior a todo dios o religión. El que viola un tabú adquiere esa calidad para sí mismo. Su violación se conjura con expiación y purificación. La transmisibilidad del tabú es probablemente lo que ha dado nacimiento a la idea de eludirlo con ceremonias de expansión.


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PSICOANÁLISIS Y MEDICINA. 

En las epidemias y plagas aparecen temores desmedidos al contagio, asco, sensación de invasión en el cuerpo.

Así el temor a la enfermedad en general y ciertas enfermedades en particular participan de estas creencias. La enfermedad aparece para muchos como un castigo divino, frente al constante sentir de la culpa. El temor al contagio es un rasgo de la neurosis obsesiva pero no su patrimonio.

En épocas de epidemia se hacen tareas especiales de prevención y evitación del contagio, en algunos agrupamientos sociales entrañan verdaderas ceremonias de expiación contemporánea a que se someten los sectores de riesgo. Se trata de ahuyentar una fuerza peligrosa incontrolada transmisible por contacto como un contagio.

Actualmente la expansión del S.I.D.A., el Cáncer, la vuelta de la Tuberculosis así como el miedo a la propia locura y a la enfermedad mental, da lugar junto con las indispensables prácticas higiénicas contemporáneas, a la represión moral de la sexualidad. Hay compulsión al sexo seguro, no al sexo, hay cuidados del cuerpo que a veces comprometen su salud. Hay privaciones, frustraciones, represión, encaramadas en la desinformación y la publicidad, claramente contradictorias y muy capaces de crear la confusión entre el público de las mismas.

Hay ejemplos por todos conocidos como para ignorar que su valoración varía desde uno a otro extremo en el plano de la alimentación, las costumbres, etc. Acciones que a veces sólo sirven para conjurar ese miedo oscuro a la enfermedad.

La enfermedad es tabú.

Enfermar es tabú.

Ser un enfermo también.

El hombre contemporáneo vive mejor que sus antepasados, pero los tabúes de las nuevas viejas enfermedades, oscurecen su devenir, hay exceso de nerviosismo y estrés, hay depresión y, pocos deseos de vivir, justificación de tantas enfermedades orgánicas, algunas graves.

En la madurez y en la vejez se piensa que la depresión es una enfermedad de la edad, porque los cambios corporales proponen otra relación con el propio cuerpo, se dice que aumenta la vergüenza y la represión sexual. Escapar del sexo es común en edades avanzadas, tanto en las relaciones físicas como fantásticas.

Hay una minusvalía corporal que hace a algunas personas extranjeras a lo que consideran «su forma de ser» su forma de hacer.

Algunas veces aparecen dificultades en los movimientos, el sedentarismo y la comodidad. El tiempo se acorta y comienza a acosar el fantasma de la inutilidad.

Allí deprimirse es una manifestación sobre el deseo de no vivir.

La enfermedad parece acosar a los que tienen cierta idea «frutal» de la vida: verde, maduro, desechable. Además del tabú de la enfermedad acosan fantasmas del tedio, la desesperanza, la indolencia que pueden causar graves enfermedades. Mantener la función funcionando sería una actitud saludable, pues lo que no funciona,

no produce, se atasca, se tira.

Freud en 1905 despliega en Psicoterapia por el Espíritu el panorama en el cual se producen las afecciones psicosomáticas, y dice que «tratamiento psíquico denota más bien el tratamiento «desde» el alma, un tratamiento de los trastornos anímicos tanto como los corporales que actúan directamente sobre los seres humanos.

La ciencia con el psicoanálisis ha restituido a la palabra parte de su antigua magia.

Aunque en ciertos momentos la disciplina médica se alejaba de lo anímico para internarse en lo somático, dejando el estudio de lo psíquico pues internarse en esa idea, habría significado abandonar el firme terreno que fuera trazado desde la ciencia del siglo XIX.

También muchas veces se ha querido representar lo anímico determinado por lo somático y dependiendo de él a pesar de los errores «científicos», lo psíquico y lo somático mantienen una relación recíproca.

Hoy en día sabemos en la Medicina y en el Psicoanálisis, que hay enfermos cuyos padecimientos, exigen mucho a la destreza del psicoanalista o del médico, son enfermos de abundancia, variedad y variabilidad del cuadro clínico. Dolores de cabeza, falta de concentración, dolor en los ojos, piernas fatigadas, digestiones perturbadas por molestias y espasmos, insomnio; las mutilaciones de la capacidad de goce, ciertas disfunciones orgánicas, las enfermedades del sistema nervioso autónomo, el asma, las úlceras, las alergias, las enfermedades del colágeno, de la piel, las disfunciones sexuales, podemos encontrar su origen en una represión inadecuada de la genitalidad, o sea, un cierto fracaso en la represión constitutiva del aparato.

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Se ve que no hay frontera entre lo anímico y lo somático, sino esa relación de reciprocidad de que nos habla Freud. El tratamiento psicoanalítico denota tratamiento «desde» el alma, un tratamiento de los trastornos anímicos y corporales mediante la palabra, la cual, fundante del tratamiento anímico actúa directa o indirectamente sobre dichos trastornos. Palabra que sabemos no por ser dicha cura sino que es dicha en el marco de la conceptualización psicoanalítica, en transferencia produciendo efectos en el aparato psíquico y que se develan en el levantamiento de síntomas y en la mejoría y detención de muchas de las enfermedades fatales de nuestro siglo.

Dicho de otro modo, lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real es el enunciado de lo que obra efectivamente en la palabra cuando se sitúan a través del discurso analítico.

Estos términos son por y para el discurso psicoanalítico. Y es ese discurso en transmisión lo que obra sus efectos.

A través de los tiempos el hombre se ha enfrentado con la enfermedad, con el dolor (ese displacer de excesiva intensidad).

Desde la noción de Salud y Enfermedad, aparece una idea de normalidad como control donde la enfermedad es un tabú más, pues entraña lo desconocido, lo inquietante, lo fuera de control de la conciencia.

Fuera de control que incide en lo más central del psiquismo.

Todos los que hemos asistido a enfermos en fase final de una u otra enfermedad, donde al descontrol orgánico se agrega un estado delirante y sufriente donde lo que se juega es el modo de aceptación de una muerte que se conoce como segura e inminente.

Sin llegar a esos extremos, conocemos también la existencia de numerosos enfermos cuyos padecimientos entrañan verdaderos desafíos a la eficacia del psicoanalista o del médico. Nos ubicamos como si de una geografía se tratase en ese borde enajenado entre soma y psíquico, un borde con enajenaciones recíprocas, un borde donde es la palabra la que hiende al sujeto, entregado seguramente a algún juego filial, hombre capturado por su imagen corporal, imagen privilegiada en la que corporeifica su mundo, lo hace cosa a imagen del cuerpo. Sin embargo no tiene idea de lo que sucede en ese cuerpo, donde la restitución de la piel después del rasguño le parece tan sorprendente como la regeneración de partes del cuerpo en ciertos animales.

La magia de la palabra restituida por la ciencia, el poder de la palabra que aparenta que simplemente por ser dicha cura. Sin embargo es en el marco de un decir, el de Freud..., en la imposible plenitud del discurso analítico, en transmisión, en el marco de la Escuela...

María Chévez. Psicoanalista
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CÁNCER
UNA IDEA MORTAL

Decir algo sobre el Cáncer, recuerda que como fenómeno biológico, es anterior a la aparición del hombre, pero es en el devenir de éste donde nos llama la atención, en sus manifestaciones y variedades; lo que conlleva por tratarse del hombre cuestiones éticas.

Implica a la vez, considerar la diversidad de enfermedades que significa, y ese decir posible, debe incluir condiciones histórico- sociales, sean éstas admitidas o no en las estadísticas.

Condiciones económicas, que determinan en todas las oportunidades, la evolución de los diferentes casos, en los que, según los presupuestos generales del estado de cosas, se le comunica al paciente, su situación se le brinda un diagnóstico, un pronóstico y de este modo varían los índices de mortalidad, de un país a otro. Es decir, es un problema complejo, que precisa tratamiento y aún se discute, si es humano, biológico o inhumano. Sin embargo, un «fantasma»  de su investigación, es en todos los casos, como dice Miguel Menassa: «Ejercer algún poder sobre las células».

Al acercarnos a estos temas, a la documentación escrita, se puede ver como opera, el impacto imaginario y afectivo, de imágenes de erosión o autodestrucción; se pueden ver los efectos del mecanismo de negación, y una idea de células locas, deslizándose imperceptiblemente, en los encuentros y actitudes, en la superstición del laboratorio o de la ciencia o de ungüentos; en lo que vive y muere a su alrededor. Debemos tener en cuenta, es decir, hacer entrar en la cuenta, que tratar una enfermedad o mejor, un paciente, es un concepto más amplio, que irradiar, operar o inyectar, que son intervenciones necesarias, no hay duda de ello. Como también puede estar claro, que convertir, un cáncer en una enfermedad crónica, representa un avance en la investigación, una alternativa a la muerte inminente y en general, permite no superponer términos como: cáncer, muerte, cronicidad o incluso ampliar los límites de la palabra cura. Los progresos en la cirugía y los grandes adelantos en las radiaciones, parecieron en su momento, dar la respuesta al problema del cáncer. Sin embargo, estas técnicas, orientan la atención del médico, hacia un fenómeno local, un concepto restringido a lo físico, que llevó al «concepto global» del 19, al abandono, y a considerar la enfermedad, como específica de un área del organismo y no como una cuestión general. Concepción esta última, que fue considerada hacia 1925, en que se redefine el cáncer como un problema general del organismo y al extenderse este concepto, permitió la reaparición de una vieja conocida de la medicina: la medicina psicosomática. En esos años, el psicoanálisis, fue tomando su lugar en la realidad social y por su influencia, se hizo posible la intervención, en grandes campos de la salud.

Conforme se desarrolló el siglo XX, las relaciones recíprocas entre psicología y cáncer, fueron expuestas desde planteos diferentes, estableciendo de este modo, la pregunta por dichas relaciones.

Intentaré de manera breve, resumir en dos preguntas, y tres conclusiones generales, una parte de dichas investigaciones médicas y psicológicas. 1. La primera pregunta refiere, obviamente, al valor pragmático de la investigación, referente a las relaciones entre psicología y cáncer.

2. ¿Se trata de asegurar, que la correlación del trastorno psicológico, pueda influir en la terapéutica del cáncer?

A estas preguntas, en publicaciones y congresos, se han aportado datos y experiencias, llegando a algunas afirmaciones, como las que siguen a continuación: 1. Existe efectivamente, digamos una marcada «insistencia», que se reconoce como una correlación entre enfermedades neoplásicas y ciertas situaciones psicológicas (depresión, melancolía, desánimo, etc.); y 2. El factor psíquico registrado con mayor frecuencia, ha sido la pérdida de un nexo emocional importante, en la época anterior al probable comienzo de la enfermedad, y 3. parece haber relaciones, entre la organización de la personalidad y el tipo y localización del tumor. En relación a lo cual, es sabido, que cada tipo de tumor, evoluciona en cada sujeto, con características propias y esto también, es válido, para cualquier enfermedad en los humanos.

Una sintomatología, no representa el comienzo de un proceso, sino el momento en que se registra como tal y entonces, comienza el paciente, una pequeña historia; por ejemplo, si concurre o no a consulta y en qué momento o plazo.

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 La aparición del síntoma, no solamente es vivido como injuria física, sino como elemento capaz de alterar o deshacer, estructuras elaboradas en el curso de una vida, por lo que en cualquier caso, lo que está en juego es el futu-ro.

Si se tratara de una úlcera sangrante de duodeno, estaría claro que el proceso, no comenzó con la primera hemorragia. Cuando se llega al paciente con cáncer, estos argumentos son de difícil aceptación, tal vez porque la imagen organicista, de un elemento destructor, que evoluciona en un huésped más o menos indiferente, está incorporada ideológicamente en poderosos sectores de la cultura.

El diagnóstico en todo caso deberá ser de Cáncer, no de muerte. En relación a la investigación clínica, la enfermedad, la podemos considerar también, como una «conversación», entre médico y paciente y de éstos con su medio. El impacto sólo de su nombre: Cáncer, supone un paradigma de agresión física y de riesgo que configura en muchos casos, formas de «stress», registradas en profesionales y usuarios, que gravita sobre la vida diaria y su recorrido, por lo que es deseable y necesario, considerar la presencia de lo «psíquico», es decir de los procesos inconscientes como eficaces y potentes en la vigilia como en el sueño, en las llamadas influencias recíprocas de lo psicológico y la evolución del cáncer, para hacer un alto, en el aluvión tecnológico y descriptivo, de la apariencia de fenómenos (biológicos y psicológicos) observados e investigados, para poder considerar la enfermedad con una concepción otra, que una falsa disección del pasado, en espera de una muerte anunciada. Una articulación que pueda concebir que, «no hay órganos aislados», que el desgaste, no es «de las células nerviosas, sino de lo que rodea a la célula nerviosa, es decir, las relaciones sociales». Recordemos que lo que va a distinguir a una sociedad, que se funda en el lenguaje de otra sociedad, digamos animal, incluso lo que permite percibir su retraso etnológico, está señalado, en que el intercambio que caracteriza a tal sociedad, tiene otros fundamentos que las necesidades, aun satisfaciéndolas.

Por lo que es muy interesante siempre, tener en cuenta a la hora de evaluar; la escala zoológica.

Todos sabemos, que una gran parte de los conocimientos sobre el cáncer, provienen de estudios llevados a cabo sobre animales de laboratorio, en los que se investigan también, la sociabilidad y hábitos sexuales, para extraer conclusiones sobre el hombre, que como se sabe no cabe exactamente en un biochip. Esto es, hay en juego, una cuestión ética siempre desplazada. A modo de epílogo y con la intención de dejar abierto el tema, citaré un ejemplo de otro orden, a partir de un trabajo de José Schavelzon, sobre la documentación del cáncer de Freud y sus circunstancias. Para ello, tomamos un escrito de S. Freud: el sueño de Irma. Texto que fue motivo y objeto, de muchos estudios especializados. Hoy lo menciono como un «ombligo del sueño», fragmento de una «escritura jeroglífica» y como escritura, desrealiza, anticipa. Se trata de una analogía, un equívoco entre algunas descripciones del sueño y su semejanza, con una «verdadera» descripción de la situación anatómica de Freud, muchos años después. Asombrado, luego de leer los informes el investigador afirma: «Mirando la situación, en que quedó luego de su operación de paladar, llama la atención, que lo que refiere en Irma (1895) no es sino su propia situación, a finales de 1923». Recordemos el sueño: «Un gran vestíbulo y numerosos invitados que recibíamos. Entre ellos Irma, a quien llevo inmediatamente aparte, como para responder a su carta y reprocharle no haber aceptado aún mi solución». Le digo: Si todavía sientes dolores, realmente es culpa tuya. Ella responde: Si supieras los dolores que ahora siento en la garganta, en el estómago y el abdomen...

Estoy espantado y la miro. Parece pálida y abotagada. Pienso a fin de cuentas, «si no omito algo orgánico». La llevo a la ventana y examino su garganta. Se muestra recalcitrante, como las mujeres que llevan dentadura postiza. Me digo: sin embargo no la necesita.

Entonces ella abre bien la boca y encuentro a la derecha una gran mancha blanca y en otra parte veo notables formaciones rizadas que se asemejan visiblemente a los cornetes de la nariz y tiene amplias escaras de un blanco grisáceo. Llamo al doctor M, quien repite el examen y lo confirma. El doctor M, está muy pálido, cojea y no tiene barba en el mentón. Mi amigo O, también se encuentra ahora junto a Irma y mi amigo L, la percute por arriba del corsé y dice: Tiene una macidez abajo a la izquierda y señala que una parte de la piel, está infiltrada en el hombro izquierdo (lo que «siento como él» a pesar del vestido)... dice: No hay duda, es una infección, se agregará además una disentería y el veneno se va a eliminar».

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 Tenemos así, en el relato: «La gran mancha blanca»: su leucoplasia, en la mejilla derecha y paladar. «Los cornetes nasales»: que luego de sus operaciones y al desaparecer el paladar, eran claramente visibles por la boca y las «grandes escaras blancogrisáceas»: resultado de las operaciones y de las innumerables electrocoagulaciones a que fue sometido y que su cirujano, intentaba cubrir con autoinjertos de mucosa y de piel. Finalmente a la referencia a la «dentadura postiza», y muy especialmente el comentario «sobre la infección»: fue el elemento que complicó en gran medida esos 17 años de evolución. Infección de la cavidad nasal y de la cavidad quirúrgica y que también complicó la radionecrósis ósea de sus últimos meses. Esta lesión de tejidos, también provocó la ulceración de su mejilla derecha en ese tiempo, ya gravemente afectada por las radiaciones. También Freud, usaba bastón con frecuencia y en forma permanente en sus últimos años. En vísperas de su última operación en Londres, en 1939, se le afeitó la barba y como la figura del sueño, «estaba muy pálido... cojea y no tiene barba en el mentón».

Jaime Icho Kozak. Psicoanalista
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¿QUÉ PAGAMOS
CUANDO PAGAMOS?

Freud habla de equivalentes simbólicos y dice que psiquismo no hay una clara discriminación de pene-niño-heces-regalo-dinero.

Esto que parece de tan difícil comprensión se nos presenta en la clínica permanentemente dentro de la red asociativa, es decir, ligado a representaciones verbales que, a veces, de forma sutil y otras de manera grosera muestran los enlaces.

Dentro de la situación analítica el dinero ocupa el lugar central, forma parte del encuadre y define las funciones entre el psicoanalista y el paciente como lugares distintos.

Menassa dice que el psicoanalista suspende su deseo en la sesión, ocupa el lugar de la escucha. Su deseo debe ser el deseo de la función. Esto es posible porque el pago de los honorarios establece con claridad esa asimetría.

En las neurosis algo de síntoma se anuda al dinero o, mejor dicho, es en la relación con el dinero que podemos leer algo de la estructura psíquica jugando allí.

Podríamos pensar en ciertas diferencias en relación al manejo del dinero en la neurosis obsesiva, en la histeria y en la perversión.

En la neurosis obsesiva hay un intento de control extremo; el pago de los honorarios pactados suele ser «escrupuloso», tendiendo a generar una cierta «comodidad» por parte del paciente. Hay algo de la agresividad puesta en juego en el pago. A veces una variación en los honorarios podría ser productiva en el sentido de que impediría que el paciente se cristalizara en esa posición.

En la histeria suele estar presente, sobretodo en la primera fase del análisis, la ilusión de que se le atiende por amor, por su belleza o por ser especial. En este caso un retraso en el pago de los honorarios puede alimentar estas fantasías que trae el paciente, impidiendo el pasaje de lo imaginario a lo simbólico que permite la interpretación analítica.

En la perversión no hay reconocimiento de deuda. El perverso cree que no debe nada, llegando a sostener que se le debe a él porque se siente imprescindible. Cuando hay algo que dice la ley, en general, es para burlarse de ella.

El dinero es un operador, Freud dice: «...Muchas de las resistencias del neurótico se acrecientan por el tratamiento gratuito; así, en la mujer joven, la tentación contenida en el vínculo transferencial ...La ausencia de la regulación que sin duda el pago al médico establece, se hace sentir muy penosamente; la relación toda se trasladará fuera del mundo real...» («Sobre la Iniciación del Tratamiento», 1913).

Las estructuras psíquicas mencionadas son las formas particulares de posicionarse frente al atravesamiento del Complejo de Edipo en su articulación con el complejo de Castración.

Si bien existe una fase fálica en donde hay una cierta síntesis de las pulsiones parciales, siendo la zona genital la rectora, esta síntesis nunca es total y, por lo tanto, la sexualidad infantil será la que sobredeterminará la sexualidad adulta.

Establecer al comienzo del análisis el pago de honorarios genera con frecuencia un cierto sobresalto al analista: ¿cuánto cobro?, si cobro de menos puede degradar el trabajo, en caso contrario puedo perder al paciente. Estas dudas dan cuenta de ese primer paso, como un paso al vacío, algo de lo que sólo podremos saber après coup. El psicoanalista deberá pasar por este momento, deberá soportar equivocarse para posibilitar que se despliegue el juego.

El dinero pone un freno a la demanda amorosa.

Desde la teoría económica el dinero es un equivalente general, es el intermediario del cambio, que puede generar violencia o apaciguarla.

El dinero como equivalente general pone en circulación, genera el intercambio.

El dinero como equivalente simbólico no está puesto al servicio del intercambio.

Un artista que no quiere poner precio a su obra porque la «ensucia» no maneja el dinero como equivalente general sino como equivalente simbólico en donde la sensación de «lo sucio» es un desplazamiento de las heces, de la fase pregenital.

El dinero es el regulador de los procesos de intercambio.

Hablar del dinero implica cierto malestar, igual que hablar de la sexualidad, poniendo en juego el pudor, la vergüenza y los enlaces existentes entre la sexualidad y el dinero.

El análisis tiene como categoría central la categoría del trabajo.

El pago se articula a una deuda. El dinero «salva» de los estampamientos narcisistas a los analistas, es un trabajador. Por tanto el pago de los honorarios permite fundamentalmente la regulación de la relación analítica.

Es el dinero lo que establece claramente los lugares y los límites para ambos. En este sentido funciona también como terceridad, es un variable más.

Pichón Rivière decía que la única contraindicación para un tratamiento era no pagarlo, ya que esto alteraba la relación toda y que el pago de honorarios restituía a los lugares.

Angela Cascini. Psicoanalista
Buenos Aires: 47 735 0101


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EDITORIAL GRUPO CERO

Presenta
POETA
CONDENADO
de Miguel Oscar Menassa
JUEVES 9 DE NOVIEMBRE DE 2000
A LAS 22,30 hs

ENTRADA LIBRE
ENCORE, Rodríguez Peña nº 286, 4º
Tel.:4 371 80 13

 SALAC 
La Plata
 VATES 2000

VII ENCUENTRO 2000
DE LOS POETAS DEL MERCOSUR
Y LA COMUNIDAD HISPANOPARLANTE

10 de Noviembre de 2000, 18 horas
Homenaje al
DR. MIGUEL OSCAR MENASSA
Auspicia: GOBIERNO DE LA RIOJA EN BUENOS AIRES
(Av. Callao 745-Capital Federal)
Presentación de la ANTOLOGÍA VII DE 2000

EDITORIAL GRUPO CERO
Presenta
LA POESÍA Y YO
de Miguel Oscar Menassa

VIERNES 17 DE NOVIEMBRE DE 2000
A LAS 21 hs
ENTRADA LIBRE
MAIPÚ 459 - 1 er PISO - BUENOS AIRES

ESCUELA DE PSICOANÁLISIS

GRUPO CERO BUENOS AIRES

CURSO BREVE

–La Histeria. Un psicoanálisis del amor
–La histeria. Fundamento.
–La histeria y el cuerpo.
–La histeria y el Padre.
–La histeria y el objeto.

Fecha: Lunes 6, 13, 20, 27 a las 20,30 h.
Arancel: $30.

-Informes e Inscripción

Maipú 459 – 1 er . piso – Buenos Aires
Teléfono: 4 328 0614

Las 2001
Noches
ES UNA REVISTA Y TAMBIÉN UN CICLO POÉTICO–MUSICAL
Todos los martes a las 20,30 h. en el
 Bar Celta
de Buenos Aires (Sarmiento y Rodríguez Peña)
Último martes de cada mes se presenta Las 2001 Noches

 

ESTE ESPACIO PERTENECE A LA

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

 

Soy lo que vuela
encadenadme y seré lo encadenado que vuela
matadme y seré lo encadenado, muerto, que vuela

LA ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA
TAMBIÉN TIENE SU COLUMNA

Noviembre no es un mes cualquiera para la Asociación.

En noviembre asesinaron a Pablo Menassa de Lucia, hace ahora siete años y en Noviembre se presentó el poemario póstumo de Pablo: POETA ASESINADO, hace dos años en el Salón de Actos del Museo Nacional de Arte Reina Sofia de Madrid. Y fue en ese acto donde el padre de Pablo, Miguel Oscar Menassa, comunicó su deseo y el de otros tanto que secundamos la idea: fundar una Asociación sin fines de lucro destinada a difundir la cultura en todas sus manifestaciones.

Sin fines de lucro quiere decir, exactamente, sin fines de lucro.

Vamos a cumplir en el Aula de Poesía y Psicoanálisis el segundo año de funcionamiento y en este mes de Noviembre, el día tres, se hará público el fallo del jurado para la segunda edición de los Premios de Poesía y Psicoanálisis Pablo Menassa de Lucia, en las modalidades de Poesía y Psicoanálisis.

Los premiados en esta convocatoria han sido: en la modalidad de Poesía, Luis de Blas con CLAROSCURO y María Rosa Puchol con su poemario INTERLUNIO y y en la modalidad de Psicoanálisis, se recomendó la publicación de los libros presentados por Carlos Fernández y Paola Duchên.

La Asociación publicará 1000 ejemplares del poemario premiado en España y 1000 ejemplares en Argentina y otorgará un premio en metálico de 200.000 pesetas a repartir entre ambos poetas. Formaron parte del jurado, los poetas Leopoldo de Luis y Miguel Oscar Menassa, posiblemente las dos voces vivas mas importantes de la lengua castellana.

El tres de noviembre nos cederá la Editorial Grupo Cero sus instalaciones para hacer público el fallo del jurado en lo que será una gran fiesta. Felicitamos por adelantado a Luis de Blas que, desde muy joven, viene participando en movimientos literarios y artísticos dentro y fuera de su ciudad. Pertenece al grupo fundador de Llanura, Revista complutense de poesía, hace tiempo desaparecida. Dirige la Sala de Arte Manolo Revilla, de la Sociedad Cultural Mutual Complutense, desde su apertura en 1985. Es miembro de la Institución de Estudios Complutenses.

Y a nuestra querida Rosa Puchol, una poeta formada en los TALLERES DE POESÍA GRUPO CERO, integrante de la revista Artistas del Vértigo y uno de los productos de la inmensa cantera de jóvenes poetas, que dirigidos por Miguel Oscar Menassa, ha crecido en los márgenes de esa fuerza insostenible de las márgenes que nos hace crecer en todas direcciones.

Sin fines de lucro, insistimos, quiere decir concreta-mente sin fines de lucro y la Asociación ha concedido este año dos becas, para cursar los primeros estudios de Psicoanálisis, a dos jóvenes. Becas que cubren durante todo un año el 50% del precio total del Seminario Sigmund Freud.

En el mes de noviembre la Asociación colaborará en la presentación del poemario "Armas de mujer" y en diciembre en la presentación del libro "Freud y Lacan -hablados- 2. También en ese mes, organizará un recital poético de LAS 2001 NOCHES, para terminar el 2000 y dar comienzo al 2001, un año de festejos y conmemoraciones, del que les iremos dando detallada cuenta.

La Asociación se mantiene gracias a las cuotas de los Asociados y asociarse tiene sus ventajas, como los becados para el Seminario Sigmund Freud han podido comprobar o los premiados en Poesía y los recomendados en Psicoanálisis o los autores de los libros presentados.

Además pertenecer en estos tiempos modernos al Aula de Poesía y Psicoanálisis es un modo seguro de prevenir el aburrimiento.

Les esperamos.


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ESCUELA DE PSICOANÁLISIS  GRUPO CERO  
Temporada 2000/2001 
AMPLIAMOS EL PLAZO DE MATRÍCULA  HASTA EL 20 DE NOVIEMBRE DE 2000

Información e inscripciones: 91 542 33 49; www.grupocero.org

SEMINARIO SIGMUND FREUD

Programa del primer año:

A. APROXIMACIÓN A UNA TEORÍA DE LA LECTURA

• Concepto de ruptura.
• Concepto de trabajo.
• Múltiple determinación y sobredeterminación.
• Tiempo real y tiempo histórico.
• La lectura, base material de las ciencias.
• Lectura como producción.

B. LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS

• Método de interpretación onírica.
• El sueño es una realización de deseos.
• La deformación onírica.
• Material y fuentes de los sueños.
• El trabajo del sueño.
• El olvido de los sueños.
• La regresión.
• La realización de deseos.
• Interrupción del reposo por el sueño. La función del sueño.     El sueño de angustia.
• El proceso primario y el secundario. La represión.
• Lo inconsciente y la conciencia. La realidad.

 

Modalidad Semanal:

LUNES DE 19 A 22 H.

Profesores: Emilio González, Jaime Kozak

MIÉRCOLES DE 19 A 22 H.

Profesores: Alejandra Menassa, Pilar Rojas
Precios: 20.000 pts., 120,20 € de matrícula y 25.000 pts., 150,25 € mensuales, 12 meses.
Fecha de comienzo: Octubre 2000.

Modalidad Mensual:

SÁBADO DE 10 A 17 H.

Profesor: Carlos Fernández
Precios: 20.000 pts., 120,20 € de matrícula y 25.000 pts., 150,25 € mensuales, 12 meses.
Fecha de comienzo: Sábado 6 de Noviembre.

 

SEMINARIO HEGEL, MARX,
HEIDEGGER

FUNDAMENTOS DEL PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO

CUESTIONES PREMILIMINARES
AL SEMINARIO GENERAL

• La problemática
• La trama de pertenencia
• La preteridad de los conceptos
• Spaltung y desapropiación
• La cuestión de la tradición
• Arrancando desde lo no pensado
• Hegel, Marx, Heidegger

 

Coordinador: Miguel Oscar Menassa.
Profesor: Juan Carlos De Brasi.
Horario: Martes a las 21,30 h.
Precios: 20.000 pts., 120,20 € de matrícula y 25.000 pts., 150,25 € mensuales, 12 meses.
Fecha de comienzo: Septiembre 2000.

SEMINARIO JACQUES LACAN

Programa del primer año:

1) Jaques Lacan

a) Situación histórica. Comentario general de su obra.
b) Vuelta a Freud.
c) Propuesta de lectura.

2) El estadio del espejo como formador de la función del yo (je), tal como se revela en la experiencia analítica.

a) Un lactante frente al espejo: control y júbilo.
b) El estadio del espejo como identificación.
c) El Yo como función y como símbolo.
d) Las formaciones del Yo: Superyó, Yo ideal, Ideal del Yo.

3) Cuerpo, yo y sujeto

a) De la psicología a la metapsicología.
b) Esquema de los dos espejos y narcisismo.
c) Dialéctica intersubjetiva. Esquema L.
d) La estructura del sujeto: real, simbólico e imaginario.
e) Esquema R. La realidad y lo real.
f) Producción del sujeto.
g) Ideal del Yo. Nombre del Padre. Edipo.

4) Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente Freudiano.

a) Sujeto de la ciencia. Verdad y saber. sujeto del inconsciente.
b) Sujeto del enunciado y sujeto de la enunciación. Cadena
significante y pulsión. Grafos 1 y 2.

5) La carta robada

a) Cuento de Edgar Allan Poe.
b) Propuesta de lectura del cuento: repetición de escenas,
recorrido de un significante y causación de sujetos.
c) Repetición e insistencia de la cadena significante.
d) El orden simbólico.
e) Ley y efectos determinantes para el sujeto: forclusión,
represión y denegación.
f) Del texto a la letra.

Profesoras: Bibiana Degli Esposti, Paola Duchên, Lidia Andino, Concepción Osorio.

Horario: Jueves a las 20,30 h.

Precios: 20.000 pts., 120,20 € de matrícula y 25.000 pts., 150,25 € mensuales, 12 meses.

Fecha de comienzo: Octubre 2000.

LIBROS PUBLICADOS POR LOS TALLERES DE POESÍA EN LOS ÚLTIMOS SEIS AÑOS

DES-NUDOS
Amelia Díez Cuesta

ARTIFICIOS
Jaime Icho Kozak

TALLERES DE POESÍA I
Varios autores

PRIMERA INQUIETUD
Alejandra Menassa de Lucia

ENTRE PALABRAS
Carmen Salamanca Gallego

CONTANDO PIEDRAS
Carlos Fernández del Ganso

CUANDO ESTÁ POR LLOVER
Norma Menassa

BELLA DE SIESTA
Marcela Villavella

DE TANTOS VUELOS
Inés Barrio

MANUAL DE VUELO
Luis Schnitmann

HUELLAS DEL AMOR
Karina Pueyo

DE LA MANO DEL AMOR
María Chévez

LETRAS DE FUEGO
Cruz González Cardeñosa

POESÍA CALLEJERA
Stella Cino Núñez

TIERRA DE AMANTES
Claire Deloupy Marchand

SURCOS
Ruy Henríquez

ATRAVESANDO SOMBRAS
Carlos Fernández del Ganso

SI ME VIERAS...
Jaime Icho Kozak

A MARES
Varios Autores

PARA SEGUIR VIAJANDO
Olga de Lucia

NOCHES DE PIEL
Carmen Salamanca Gallego

AL OÍDO DEL VIENTO
Alejandra Menassa de Lucia

LA POESÍA Y YO
Miguel Oscar Menassa

EVA BUENOSAYRES
Varios Autores

ARMAS DE MUJER
Varios Autores


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ESCUELA DE PSICOANÁLISIS 
GRUPO CERO 
 
Temporada 2000/2001 

ABIERTA LA  MATRÍCULA

Información e inscripciones: 91 542 33 49; www.grupocero.org

SEMINARIO DE GRUPOS

Programa del primer año:

I. INTRODUCCIÓN A LA PROBLEMÁTICA GRUPAL

• Los grupos, su importancia actual.
• Grupo e institución. Una ligazón crucial.
• Una fase que interroga hoy a las producciones grupales: ¿qué es la democracia? Primera formulación tentativa.

II. TRAMAS HISTORIALES DE LA GRUPABILIDAD

• Bocetos etimológicos y metafóricos.
• En los albores: el psicoanálisis.
• Puntuaciones acerca de las principales escuelas.
• Escuela Inglesa. Crítica y puesta en perspectiva. 
  Variantes americanas.
• Escuela Francesa. Limitaciones y aperturas.
• Escuela Argentina. Acotaciones y evaluaciones actuales.

III. RELEVAMIENTO DE ALGUNOS DISPOSITIVOS
GRUPALES. FUNCIONES Y LÍMITES

IV. LA INTERVENCIÓN GRUPAL PSICOANALÍTICA.
 LAS SOCIEDADES POSINDUSTRIALES.

V. DESARROLLO DE LA FRASE INTERROGATIVA
¿QUÉ ES LA DEMOCRACIA? COMPOSICIONES TRANSFORMACIONES RADICALES DE LA GRUPALIDAD.

VI. ESBOZO DE NUEVOS CONCEPTOS PARA ABOR-DAR
LO GRUPAL. DEMORAS HISTÓRICAS, NECESIDADES
FORMATIVAS Y REQUERIMIENTOS
ACTUALES.

Coordinador: Miguel Oscar Menassa.

Profesor: Juan Carlos De Brasi.

Horario: Martes a las 21,30 h.

Precios: 20.000 pts., 120,20 € de matrícula y 25.000 pts., 150,25 € mensuales, 12 meses.

Fecha de comienzo: Septiembre 2000.

 

TALLERES DE LA

ESCUELA DE POESÍA

GRUPO CERO

SÁBADOS DE 19 A 21 H.

DOMINGOS DE 11 A 13 H.

EN MADRID

El que no pueda viajar todas las semanas a Madrid, que viaje tres veces por año y si no puede eso y no está conectado a Internet, no sé qué consejo darle.

Coordinador: 
MIGUEL OSCAR MENASSA

 

 

DE NUESTROS ANTECEDENTES

NIETZSCHE

ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA.
DEL PAÍS DE LA CULTURA

1881

Demasiado me había adentrado yo volando en el futuro: un estremecimiento de horror se apoderó de mí.

Y cuando miré a mi alrededor, vi que el tiempo era mi único contemporáneo.

Entonces huí hacia atrás, hacia el hogar —y cada vez más aprisa: así llegué a vosotros, hombres del presente, y al país de la cultura.

Por vez primera llevaba yo conmigo unos ojos para veros, y grandes deseos: en verdad, con anhelo en el corazón llegué.

Mas ¿qué me ocurrió? A pesar de mi angustia —¡tuve que echarme a reír! ¡Nunca habían visto mis ojos algo tan abigarrado!

Yo reía y reía mientras el pie aún me temblaba, así como el corazón. «¡Este es sin duda el país natal de todos los tarros de colores!»
—dije.

Con cincuenta chafarrinones teníais pintados el rostro y los miembros: ¡así estábais sentados, para mi asombro, hombres del presente! ¡Y con cincuenta espejos a vuestro alrededor, que halagaban el juego de vuestros colores y lo reproducían!

¡En verdad, no podríais llevar mejor máscara, hombres del presente, que vuestro propio rostro! Quién podría —¡reconoceros! Emborronados con los signos del pasado, los cuales estaban a su vez embadurnados con otros signos: ¡así os habéis escondido bien de todos los intérpretes de signos!

Y aun cuando se sea un escrutador de riñones: ¡quién creerá que vosotros tenéis riñones! De colores parecéis estar amasados, y de papeles encolados.

Todas las épocas y todos los pueblos miran multicolormente desde vuestros velos; todas las costumbres y todas las creencias hablan multicolormente desde vuestros gestos.

Quien os quitase velos y aderezos y colores y gestos: aún tendría bastante con el resto para espantar a los pájaros.

En verdad, yo mismo soy el pájaro espantado que una vez os vio desnudos y sin colores; y me escapé volando de allí cuando el armazón me hizo señas amorosas.

¡Preferiría ser jornalero en el mundo de abajo y entre las sombras del pasado! —¡más gruesos y rellenos que vosotros son ciertamente los habitantes del mundo de abajo!

Esto, sí, esto es amargura para mis entrañas, ¡el no soportaros ni desnudos ni vestidos a vosotros los hombres del presente!

Todas las cosas siniestras del futuro, y todas las que alguna vez espantaron a pájaros extraviados, más confortables son, en verdad, y más familiares que vuestra «realidad».

Pues habláis así: «Nosotros somos enteramente reales, y ajenos a la fe y la superstición»: así hincháis el pecho —¡ay, aunque ni siquiera tenéis pechos!

Sí, ¡cómo íbais a poder creer vosotros, vosotros los abigarrados! —¡si sois pinturas de todo lo que alguna vez fue creído!  

Refutaciones ambulantes sois de la fe misma, y una dislocación

de todos los pensamientos. Indignos de fe: ¡así os llamo yo a vosotros, reales!

Todas las épocas han parloteado unas contra otras en vuestros espíritus; ¡y los sueños y el parloteo de todas las épocas eran más reales incluso que vuestra vigilia!

Estériles sois: por eso os falta a vosotros la fe. Pero el que tuvo que crear, ése tuvo siempre también sus sueños proféticos y sus signos estelares —¡y creía en la fe!—.

Puertas entreabiertas sois vosotros, junto a las cuales aguardan sepultereros. Y ésta es vuestra realidad: «Todo es digno de parecer».

¡Ay, cómo aparecéis ante mí, estériles, con qué costillas tan flacas! Y algunos de vosotros se han dado sin duda cuenta de ello.

Y dijeron: «¿Es que un dios nos ha sustraido secretamente alguna cosa mientras dormíamos? ¡En verdad, bastante para formarse con ello una mujer!

¡Asombrosa es la pobreza de nuestras costillas!, así han hablado ya algunos de los hombres del presente.

¡Sí, risa me dáis, hombres del presente!, ¡y especialmente cuando os asombráis de vosotros mismos!.


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DE NUESTROS ANTECEDENTES

FREUD

MOISÉS Y LA
RELIGIÓN MONOTEÍSTA

1939

Hemos emprendido todas estas excursiones psicológicas, a fin de comprender mejor el hecho de que la religión de Moisés sólo llegara a ejercer su influencia sobre el pueblo judío una vez que se hubo convertido en una tradición.

Tratemos de abordar el asunto desde el lado opuesto.

Comprendemos que el hombre primitivo necesite un dios como creador del universo, como cabeza de la tribu y como tutelar personal.

Este dios es situado allende los padres muertos, de quienes la tradición todavía tiene algo que decir. El hombre de épocas más recientes, el de nuestros días, se conduce de idéntica manera.

También él, aun como adulto, sigue siendo infantil y necesitado de protección; considera imposible prescindir del apoyo prestado por su dios. Todo esto es incontestable; pero no es tan fácil comprender por qué sólo ha de existir un dios único, por qué el progreso del henoteísmo al monoteísmo tiene precisamente tan inmensa importancia. Como ya hemos explicado, el creyente participa sin duda en la grandeza de su dios, y cuanto más grandioso sea éste, tanto más segura será la protección que pueda dispensarle. Pero el poderío de un dios no presupone necesariamente su singularidad.

Muchos pueblos sólo lograron magnificar a su dios supremo, haciéndole dominar a otras divinidades subordinadas, y no consideraban que su grandeza fuese menoscabada por el hecho de que existieran otros dioses junto a él. Además, al universalizarse el Dios único y al preocuparse éste de todos los pueblos, de todos los países, se debía sacrificar necesariamente una parte de la íntima relación mantenida con él. En cierto modo tornábase necesario compartir su Dios con los extranjeros, compensándose por ello con la reserva de creerse el hijo predilecto. Aun podríase aducir que la concepción del Dios único implica, en sí misma, un progreso hacia la espiritualidad; pero no es posible estimar tan alto la importancia de este factor.

Los creyentes piadosos conocen, sin embargo, una manera de colmar esta evidente laguna de nuestra motivación. En efecto, nos dicen que la idea de un Dios único habría ejercido tan abrumador efecto sobre la Humanidad simplemente porque sería una parte de la verdad eterna, de una verdad que, oculta durante largo tiempo, manifestóse por fin y necesariamente hubo de asumir entonces una influencia arrolladora. Debemos admitir que por fin se nos presenta un elemento de magnitud adecuada a la del tema tratado, tanto como a la del efecto ejercido.

También nosotros quisiéramos adoptar esta solución, mas tropezamos con una reserva. El argumento religioso se funda en una premisa optimista e idealista. En general, el intelecto humano no ha demostrado tener una intuición muy fina para la verdad, ni la mente humana ha mostrado una particular tendencia a aceptarla.

Más bien, por el contrario, hemos comprobado siempre que nuestro intelecto yerra muy fácilmente, sin que lo sospechemos siquiera, y que nada es creído con tal facilidad como lo que, sin consideración alguna por la verdad, viene al encuentro de nuestras ilusiones y de nuestros deseos. He aquí por qué debemos restringir nuestra admisión del argumento religioso. También nosotros creemos que éste contiene la verdad, pero no la verdad material, sino la histórica. Además, nos reservamos el derecho a corregir cierta distorsión que esta verdad sufrió en el curso de su retorno. En efecto, no creemos que «exista» hoy un Dios único y grande, sino que en tiempos protohistóricos existió un único personaje que a la sazón debió parecer supremo y que, exaltado a la categoría divina, retornó luego en la memoria de los seres humanos.

Hemos aceptado que la religión de Moisés fue primero rechazada y parcialmente olvidada, pero que más tarde irrumpió nuevamente en el pueblo bajo la forma de una tradición. Ahora suponemos que este proceso habría sido ya entonces la repetición de uno anterior. Cuando Moisés impartió a su pueblo la idea de un Dios único, no le traía nada nuevo, sino algo que significaba la reanimación de una vivencia perteneciente a los tiempos primordiales de la familia humana, una vivencia que largo tiempo atrás habíase extinguido en el recuerdo consciente de los hombres. Pero esa vivencia había sido tan importante, había producido —o, al menos, preparado— transformaciones tan decisivas en la vida humana, que es forzoso creer que haya dejado en el alma del hombre alguna traza permanente, algo comparable a una tradición.

LACAN

LA RELACIÓN DE OBJETO.

DEL COMPLEJO DE EDIPO

1957

¿En qué se convierte el sujeto en este drama en el que se encuentra?

Tal como nos lo describe la dialéctica freudiana, es un pequeño criminal. Entra en el orden de la ley por la vía del crimen imaginario.

Pero sólo puede entrar en este orden de la ley si, por un instante al menos, ha tenido frente a él un partener real, alguien que en el Otro haya aportado efectivamente algo que no sea simplemente llamada y vuelta a llamar, par de la presencia y de la ausencia, elemento profundamente negativizador de lo simbólico — alguien que le responde.

Ahora bien, si las cosas pueden expresarse así en el plano del drama imaginario, esta experiencia debe darse en el nivel del juego imaginario. Si la imprescindible dimensión de la alteridad absoluta, de quien simplemente tiene la potencia y responde de ella, no interviene en ningún diálogo particular, es por alguna razón. Se encarna en personajes reales, pero estos personajes reales a su vez dependen de algo que a fin de cuentas se presenta como una eterna coartada. El único que podría responder absolutamente de la función del padre como padre simbólico, sería alguien que pudiera decir como el Dios del monoteísmo —Yo soy el que soy. Pero esta frase que encontramos en el texto sagrado no puede pronunciarla nadie literalmente.

Me dirán entonces —Usted nos enseñó que el mensaje que recibimos es el nuestro, en forma invertida, por lo tanto todo se resuelve con un Tú eres el que es. No lo crean, pues ¿quién soy yo para decirle esto a alguien, quienquiera que sea? En otros términos, lo que quiero indicarles es que el padre simbólico es impensable, hablando con propiedad.

El padre simbólico no está en ninguna parte. No interviene en ninguna parte.

La prueba hay que encontrarla en la misma obra de Freud. Hizo falta un espíritu como el de Freud, tan comprometido con las exigencias del pensamiento científico y positivo, para llevar a cabo esta construcción que él, como Jones nos confía, tenía en más que todo el resto de su obra. No le daba el lugar más destacado, porque su principal obra, la única —así lo escribió, lo afirmó y nunca lo desmintió—, es La interpretación de los sueños, pero su predilecta, la que consideraba un logro, una hazaña, es Tótem y tabú, nada más y nada menos un mito moderno, un mito construido para explicar lo que permanecía como un hiato en su doctrina, saber —¿Dónde está el padre?

Basta con leer Tótem y tabú simplemente con los ojos abiertos, para advertir que si no es lo que yo les digo, o sea un mito, es absolutamente absurdo. Tótem y tabú para decirnos que, para que subsista algún padre, el verdadero padre, el único padre, el padre único, ha de haber estado antes de la historia y ha de ser el padre muerto. Más aún —ha de ser el padre asesinado. Y en realidad, ¿cómo pensarlo siquiera, salvo en su valor mítico? Pues que yo sepa, el padre en cuestión, no lo concibe Freud, ni nadie, como un ser inmortal. ¿Por qué han tenido que adelantar los hijos su muerte de algún modo? Y todo esto, ¿para qué? Para, al fin y al cabo, prohibirse ellos mismos lo que se trataba de arrebatarle. Lo mataron sólo para demostrar que era imposible matarlo.

La esencia del principal drama introducido por Freud se basa en una noción estrictamente mítica, porque es propiamente la categorización de una forma de lo imposible, incluso de lo impensable, a saber, la eternización de un solo padre en el origen, con la característica de haber sido asesinado. Y esto, ¿para qué, sino para conservarlo? De paso les indico que en francés, como en algunas otras lenguas, entre ellas el alemán, tuer viene del latín tutare, que significa conservar.

Basta de amor, sólo quiere decir:

El que quiera tener  

más dinero tendrá 

que trabajar más

Del libro «Poeta Condenado»
Miguel Oscar Menassa

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA: 65.000 Ejemplares en MADRID
60.000 Ejemplares en BUENOS AIRES


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