ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Nº 43

PREMIO A LA MUJER TRABAJADORA  2001 ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA LA ANGUSTIA EN EL ASMÁTICO (II)

AMELÍA DÍEZ CUESTA

X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO. PSICOANÁLISIS Y MEDICINA

LOS LIBROS DE LA EDITORIAL GRUPO CERO

ANTONIA SAN JUAN

ETIOPATOGENIA Y TRATEMIENTO DE LAS ENFERMEDADES AUTOINMUNES

MONÓLOGO ENTRE LA VACA Y EL MORIBUNDO

OLGA DE LUCIA

INTERVENCIÓN PSICOANALÍTICA SOBRE LA MADRE EN LAS ENFERMEDADES INFANTILES

XI CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO. PSICOANÁLISIS Y MEDICINA

LEOPOLDO DE LUIS

DEL DESPLAZAMIENTO

PALABRAS DE APERTURA

CARLOS FERNÁNDEZ DEL GANSO

TODOS LOS RECUERDOS SON ACTUALES

FERIA DEL LIBRO BUENOS AIRES

PREMIO A LA MUJER TRABAJADORA 2001

A LA PSICOANALISTA  Y POETA AMELIA DÍEZ CUESTA
ASOCIACIÓN  PABLO MENASSA DE LUCIA. AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS


Antonia San Juan entrega el Premio a Amelia Díez Cuesta.

Buenas noches, lo primero que quiero hacer es felicitar a Amelia Díez Cuesta por el Premio a la Mujer Trabajadora del 2001.

Un galardón merecido en estos tiempos, donde si no es fácil ser mujer, menos aún ser trabajadora y además en el caso de Amelia escritora y psicoanalista, esa profesión donde el deseo de lo humano nos ha permitido a las mujeres, y es mi caso también, nos ha permitido triunfar sin necesidad de enloquecer o envejecer prematuramente.

Agradezco nuevamente a la Asociación Pablo Menassa de Lucia, la invitación para poder participar en este evento y hacer entrega del galardón a la premiada.

Estas manos que indican todas las direcciones, posibilidades del amor y la creación, son ya un símbolo, del poeta que anida en cada uno de nosotros.

Un pequeño secreto quiero contar, en este año de premiada, he seguido trabajando y en lo femenino, a la vista está, estoy muy contenta, atrapada por el amor y atravesada por el deseo, trabajo para que el arte del bien y de lo bello, estén puntuados siempre por la ética del trabajo y el amor.

Me están dando ganas de ponerme a bailar, es que vengo de rodar una película y estoy dirigiendo una obra de teatro y mil ideas en el alma y bueno que hoy es una gran fiesta de la Asociación.

Eso, que agradezco a los hombres y a las mujeres, que en este mundo tan complicado, haya gente como vosotros, que trabajáis para que la voz alcance los más altos vuelos.

Entrego con gran alegría mi año de reinado a la poeta y psicoanalista Amelia Díez Cuesta y pido un fuerte aplauso para ella.

ANTONIA SAN JUAN

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NÚMEROS EN

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LA VACA SIEMPRE ESTUVO
UN POCO LOCA

"MONÓLOGO ENTRE LA VACA Y EL MORIBUNDO"

Un libro de
Miguel Oscar Menas sa

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DEL 17 DE ABRIL AL 7 DE MAYO

PSICOANÁLISIS Y MEDICINA
X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO
«No podemos terminar con el alma, sólo podemos curarla».

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA: LA REVISTA DE PSICOANÁLISIS DE MAYOR TIRADA DEL MUNDO


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Amelia Díez Cuesta con el galardón

Agradezco a la Asociación Pablo Menassa de Lucia, Aula de Poesía y Psicoanálisis, que hoy me permita representar a la mujer trabajadora, agradezco también a la poesía que me hizo una mujer y al psicoanálisis que me hizo una trabajadora.

Y una mujer trabajadora quiere decir alguien que no sólo trabaja por amor o para que la amen, sino alguien que trabaja para el orden del deseo humano, pues sabemos que no hay mal de amores sino mal del deseo. El deseo siempre transcurre entre palabras, entre él, ella y el mundo, mientras que el amor es siempre a uno mismo.

Nos amamos a nosotros mismos en el otro, el amor es recíproco quiere decir eso, mientras que el deseo es palabra a palabra, en tanto no somos, también los hombres, sino una conversación.

Trabajar incluye pensar el dinero y eso está más prohibido, para la mujer, que pensar el sexo. Por eso que la inclusión de la mujer es tan dificultosa, produciéndose una situación donde se podría interpretar que la necesidad social de incluir a la mujer en el trabajo ha hecho que se pague menos a la mujer para que pueda trabajar sin quedar manchada por el dinero. Por eso que la historia de la mujer no es la historia de su incorporación masiva al trabajo, sino la historia de la palabra mujer.

Lo que denominamos patriarcado con alusiones irónicas al patriarca no es sino un desplazamiento del patriarcado como Nombre-del-Padre, eso que hace que las leyes del lenguaje tomen la articulación de leyes del parentesco, donde un padre es más una cuestión simbólica que una cuestión dada por los órganos de los sentidos.

Lo mismo pasa con el significante mujer, en tanto es otro de los significantes constitutivos del sujeto. El ser humano, hombre o mujer, vive en medio de todas las contingencias: la muerte, la mujer, el padre.

La Sabiduría, la Justicia, la Belleza, la Dama, son mujeres, lo cual no quiere decir que una mujer por el simple hecho de ser mujer sea sabia, justa, bella y princesa.

La comunidad de los hombres pronto supo que todo era semblante significante, pronto supieron que eran mortales, que ellos eran el pequeño cuerpo tembloroso que sostenía las armaduras del caballero. Sabía que él era el caballero, y sabía que el caballero no era él.

La manera de constituirnos como sujetos sexuados mediante la represión hace que hayamos construido una sociedad represiva, aunque la doble moral permitida para el hombre, es decir los hombres tenían permiso para elaborar intelectualmente los problemas sexuales, mientras que para las mujeres la moral sexual cultural les prohibía toda curiosidad intelectual. En toda inhibición sexual hay una previa inhibición en el lenguaje. Esta prohibición se extiende más allá de la esfera sexual.

Se habla de una debilidad mental fisiológica de la mujer, pero la indudable inferioridad intelectual de tantas mujeres ha de atribuirse a la coerción mental necesaria para la coerción sexual.

Y esto no se arregla con el amor libre, que ya se intentó, porque se trata de permitir que las palabras se combinen según la ley del lenguaje y no según una prohibición que cae sobre la función de la palabra. Por eso que los problemas sexuales no se curan con sexo sino poniendo en función la palabra.

Por eso que pido que dejemos de pertenecer a la historia de la costilla de Adán para hacer de la historia de la humanidad nuestra Amelia Díez Cuesta, con el galardón.

historia. Que abandonemos la lucha contra nuestros compañeros y busquemos en nosotras aquello de lo que les acusamos.

La poesía es la verdadera historia de los pueblos porque la historia oficial es la historia de los vencedores, por eso que la historia de la mujer hay que buscarla en la poesía, en la escritura. Los poetas épicos inventaron al padre y los

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 trovadores a la dama, por lo tanto son sublimaciones culturales. Así Freud nos dice que mientras los antiguos valoraban la tendencia sexual, los modernos valoran el objeto, aún cuando va en aumento la degradación de la vida amorosa.

Hasta que no tenga libertad de palabra ella no alcanzará sus posibilidades, y libertad nada tiene que ver con decir lo que me da la gana, sino con dejarme determinar por la estructura del lenguaje.

"Rehice mi vida pero no mis sentimientos, ahora no tengo vida ni sentimientos".

Ser hombre o ser mujer es poco para ser humano, por eso que hombre o mujer no son sino datos biográficos, o bien son dos significantes de la constitución sexual del ser humano, articulados con los significantes padre y madre.

En la historia del movimiento poético y en la historia del movimiento psicoanalítico nunca han faltado trabajadoras mujeres.

Atribuir nuestros sometimientos a una fuerza exterior: hombres, sociedad, oportunidades, es excluir o forcluir que nosotras también pertenecemos a lo que expulsamos. Sólo si nos implicamos y en vez de querer cambiar a los otros producimos un cambio en nosotras, conseguiremos salir de la ilusión del infortunio personal.

Desde la llegada de los Derechos Humanos hubo un retroceso en la historia de la mujer, porque pasó a reivindicar sus derechos o bien a esperar que le fueran concedidos, es decir que la idea de derecho sin trabajo invadió este siglo con una despedida del deber.

Y el deber se llevó la deuda simbólica, esa deuda que sólo se paga produciéndola. Los poetas quedan en deuda con la poesía que tanto les dio, los científicos con la ciencia, el hombre y la mujer con hombres y mujeres que nunca conocerán.

Este siglo nos ha vencido y nos ha vencido también el psicoanálisis que viene a develarnos que nuestro silencio no es el misterio del amor, invitándonos a hacernos habitantes del lenguaje, en tanto por primera vez se le dice a la mujer que hable.

Entre la frigidez donde hay una insatisfacción conseguida y la ninfomanía donde nunca se logra la satisfacción, en cierto modo otra forma de homenaje a la insatisfacción, ella goza prestando servicio sexual, es decir goza más siendo besada que besando, ella goza cuando él le hace creer que es la causa de su deseo, o bien su Dama.

En la clínica he visto transformarse, en el proceso de un embarazo, a una joven "princesa", que nunca lo había sido sino en la promesa, en una reina madre, pasando a demandar inconscientemente que se le rinda pleitesía, tomando carácter de ofensa hasta el hecho de dirigirse a ella sin su previo consentimiento, y no en otro reino que en el de su vida cotidiana.

Los seres humanos somos doblemente engañados, a veces creemos que el reflejo de nuestra imagen es una persona y otras creemos que las personas son imágenes, por eso que son necesarios los pactos simbólicos, no sólo para acordar sino también para no estar de acuerdo.

Hay hombres y mujeres que sufren, que viven a la intemperie de la civilización, y no sólo por carencias en las necesidades también por carencias culturales, porque aunque hemos alcanzado la posibilidad de un alto grado de alfabetización, sin embargo aumentan los analfabetos funcionales, es decir los que han adquirido la función de la palabra y de la escritura pero no ejercen ese poder.

Por eso que el ser humano necesita algo más que promesas en la economía de los bienes, ya que si no hay ideas y proyectos, lo humano se marchita. ¿Se tratará tal vez de transformar la esperanza en proyecto, el entusiasmo en trabajo, el prejuicio en discriminación, e incluir la diferencia?

Esta vez el psicoanálisis es el que trae una nueva manera de pensar, también a la mujer, y le propone que hablar sea lo diferente.

Soy una mujer, nací hace un millón de años y tengo derecho a la palabra.

AMELIA DÍEZ CUESTA


La premiada con las chicas


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La sala estaba llena

Este 2001, la premiada es la Psicoanalista y Poeta Amelia Díez Cuesta.

Las razones que llevaron a este fallo han sido la brillante labor en la investigación clínica, la permanencia en la escritura y la Transmisión del Psicoanálisis.

Amelia Díez Cuesta nació en Caborredondo (Burgos). Es licenciada en Ciencias Biológicas y se forma como psicoanalista en la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, siendo en 1981 miembro fundador de esta Institución. Ha participado desde 1987 en Congresos Internacionales con ponencias y ha formado parte de los Comités Organizador y Científico en diferentes Congresos.

Es integrante de la Escuela de Poesía Grupo Cero coordinada por el Poeta y Psicoanalista Miguel Oscar Menassa.

De sus libros destacar entre otros: Los laberintos de la Neurosis Obsesiva, del que se realizó una segunda edición. Los Nombres del Goce -Real, Simbólico, Imaginario-. Deseo de nada -Fobia y Fetiche-. Ciencia y Verdad en Psicoanálisis. Posición del Inconsciente. Conferencias Inaugurales y el poemario Des-nudos.

Actualmente cumple funciones Didácticas en la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero.

Es colaboradora permanente en Revistas nacionales e internacionales.

Socia fundadora de esta Asociación.

Su labor en la difusión de la cultura en general y de la Poesía y el Psicoanálisis en particular, su presencia en la transmisión del Psicoanálisis, su escritura y su trabajo diario infatigable han sido motivos suficientes para que la Asociación premie en este 2001 a Amelia Díez Cuesta.

Antes de dar paso a la entrega del Premio rescatamos un poema de la laureada, publicado en el poemario Des-nudos:

HASTA QUE LA MUERTE

Conozco un río que no desemboca en el mar
Un sueño que no es de nadie
Lejanía que no tiene medida
Boca que no se cierra con besos.

Conozco el miedo que abre tus ojos
Que cierra tu pensamiento
Que anida en un paso más
Abismo que no es el de tu voz.

Mientras espero la muerte
Quiero ser un río sin orillas
Una mano queriendo tocar lo imposible
Tu regazo literario, un siglo más.

Felicitamos a Amelia Díez Cuesta y le pedimos a la ganadora de la anterior edición, la actriz y directora Antonia San Juan, haga entrega del galardón.

OLGA DE LUCIA VICENTE

La premiada con los chicos.

 

Se me ha pedido que pronuncie unas palabras en este acto, y no hacerlo pudiera ser tomado a descortesía.

Hablo, eso sí, con cierto reparo, porque siempre ante ustedes me siento un intruso.

La verdad es que para mí la expresión "mujer trabajadora" es casi un pleonasmo. Todas las mujeres que he conocido han sido trabajadoras. Empezando por mi madre, que fue lo que hace ochenta años era ser mujer de su casa. La atendió puntualmente, educó a sus hijos y, a la vez, era capaz de leer a Musset y a Ibsen, a Bécquer y a Byron. Siguiendo con mi hermana, estudiante de Derecho que hubo de abandonar su carrera para atender a su hija cuyo padre fue condenado por el franquismo durante dieciocho años en el Penal de Burgos. Continuando con mi mujer, que logró crear un clima doméstico de paz y armonía para facilitar el estudio de nuestro hijo hasta que éste superó con mucho al escasamente útil de su padre.

En fin, cuando hace algunos, pocos, años me acerqué a este grupo de ustedes, no veo más que mujeres trabajadoras.

Trabajadoras con la ciencia y con la pluma o con la enseñanza. Las admiro a todas, y es claro que Amelia Díez Cuesta es un paradigma, un ejemplo máximo. Su desarrollo cultural y académico es absolutamente asombroso. Formada en las ciencias biológicas y en la psicología, no creo que pueda darse formación más completa para conocer al ser humano. Uno, modestamente atraído por las teorías de Ortega y Gasset, pensó que el hombre no tiene naturaleza, sino historia. Después, al llegar a oir como profano hablar del genoma a mi admirado amigo el académico Rafael Alvarado, me asusta pensar que en las manos de la bioquímica y de la ingeniería genética es donde está la condición humana.

Pero no es de mí ni de mis obsesiones de lo que debo hablar en este momento, sino de esta mujer admirable que, hace años, proclamó su amor por la lectura, su apego al estudio, su curiosidad por todo el saber. Y declaró que sabe mirar al horror de frente, al dolor sin lástima, a lo escandaloso sin cerrar los ojos y a lo imposible como existente.

Quienes somos pusilánimes frente al horror que se extiende por el mundo; quienes sentimos que el dolor nos retuerce el alma, aquellos a quienes nos muerde el perro del escepticismo y nos parece increíble que amanezca cada mañana, no podemos sino admirar a una mujer así, al tiempo que compartimos contentos su valoración de la palabra poética, cuyo encuentro puede depararnos -como ella dice- asombrosos hallazgos.

Y aquí entra en juego la poesía de Amelia. Amelia es una profunda autora de poesía o, si se prefiere, es una autora de poesía profunda. Su libro DES-NUDOS es un hacer y deshacer lazadas con el hilo de una autoinspección. La palabra poética palpita líricamente.

Nos habla de un que no tiene rostro -todos somos un acaso desconocido-, pero que mira con ojos contempladores de abismos. Nos habla de ríos interiores que no desembocan en el mar, sino en nuestros propios pozos. Nos habla de caminar por senderos que no existen, quizá porque nosotros mismos somos ese sendero. Hay un designio trágico y un fervor implacable en esta poesía de Amelia Díez, y su título nos lleva a una doble interpretación: el despojo de ropajes inútiles y el corte de nudos y trabas condicionantes. La poesía, en último término, es un nudo que se rompe dentro del corazón, y es asimismo un cuerpo libre.

Yo he vivido en este libro la verdad de la poesía de Amelia, y, al mismo tiempo, la he escuchado analizar matices psicológicos que me impresionaron. Todo eso es, sin duda, trabajo. Trabajo por el cual se la premia hoy. Porque sí, la poesía requiere trabajar. Un trabajo que llamaríamos gustoso -por emplear la terminología de Juan Ramón Jiménez-. Porque es claro que la mejor poesía nace de una reacción inconsciente, pero necesita una elaboración intelectual.

Yo no creo en el irracionalismo absoluto como no creo en el verso libre. Y esa elaboración intelectual es trabajo, verdadero y grave trabajo. No olvidemos que la creación poética es un 


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acto humano y que, como todo acto humano, es valioso en cuanto es útil, en cuanto nos hace mejores.

Por todo ello, me sumo complacido a este homenaje para Amelia, y le expreso mi admiración.

LEOPOLDO DE LUIS

Antonia San Juan, Miguel Oscar Menassa y la premiada, Amelia Díez Cuesta.

Como secretario de la Asociación Pablo Menassa de Lucia. Aula de Poesía y Psicoanálisis, quiero agradecer la presencia de todos ustedes.

Hoy es un día especial para el Aula, porque haremos entrega del Premio a la Mujer Trabajadora del 2001.

La Asociación creó este premio el año pasado, queremos con ello resaltar la labor cultural que las laureadas realizan en su devenir laboral.

En el año 2000 recayó el galardón en la actriz y directora Antonia San Juan, en un acto que realizamos en el Salón de columnas del Círculo de Bellas Artes de Madrid. En aquella ocasión en una noche de esplendor, como la de hoy, entregó el premio la escritora Elvira Lindo. En el mismo acto tuvimos el placer de escuchar un recital del poemario La Poesía y Yo, lectura a dúo que realizaron el Poeta Miguel Oscar Menassa y Antonia San Juan.

En el acto de hoy contamos con la galardonada de la edición

anterior, Antonia San Juan, con el poeta Leopoldo de Luis que realizará una semblanza de la escritura de Amelia Díez Cuesta, Poeta y Psicoanalista. Como pueden apreciar en esta ocasión la Asociación ha sabido conjugar un evento difícil de repetir, que no obstante volveremos a intentar en próximas convocatorias. Y terminaremos el evento brindando con una copa de vino español por gentileza de la Asociación.

Les recordamos que el Aula de Poesía y Psicoanálisis es una asociación sin fines de lucro y su objetivo prioritario es difundir la cultura en cualquiera de sus manifestaciones. El Aula se mantiene gracias a las cuotas de sus asociados que, mensualmente, ponen 1.000, 10.000 o 50.000 pesetas, según su deseo. Todos ustedes tienen el derecho de pertenecer a la Asociación.

CARLOS FERNÁNDEZ DEL GANSO

ESTE ESPACIO PERTENECE A LA

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

 

Soy lo que vuela
encadenadme y seré lo encadenado que vuela
matadme y seré lo encadenado, muerto, que

www.aulapablomenassa.com

CONCURSO DE
POESÍA Y PSICOANÁLISIS

3ª CONVOCATORIA

BASES

1. Podrán optar a estos premios obras originales e inéditas, escritas en lengua castellana. (Para la modalidad Poesía: con libertad de tema y rima).

2. Deberán presentarse tres copias del libro, mecanografiadas a doble espacio y encuadernadas, en hojas de tamaño DIN-A4. Para la modalidad Poesía entre 500 y 800 versos y cada poema debe ser presentado en hoja separada. Para la modalidad Psicoanálisis, los originales tendrán un máximo de 80 páginas.

3. Junto con las copias del libro, que irán firmadas con seudónimo, deberá presentarse un sobre cerrado o plica, en cuyo exterior figure el título de la obra y el seudónimo. En el interior deberán figurar los datos del autor: nombre, apellidos, dirección completa y teléfono.

4. Los premios, tanto para la modalidad de Poesía como para la modalidad de Psicoanálisis, consistirán en la suma de 150.000 pts. y la publicación de 1.000 ejemplares en Madrid y 1.000 ejemplares en Buenos Aires.

5. El plazo de presentación de originales termina a las 19:00 horas del día 31 de julio de 2001.

6. Los originales se deberán remitir a: 

Asociación Pablo Menassa de Lucia.
Premio de Poesía o Psicoanálisis.
c/Princesa, 17 - 3º izda. - 28008 Madrid

7. Caso de no presentarse a concurso un mínimo de diez trabajos para cualquiera de las dos modalidades, los premios quedarán desiertos.

8. El incumplimiento de alguna de las bases, elimina automáticamente del concurso.

9. El plazo para retirar los ejemplares no premiados es hasta el 31 de enero de 2002.

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA

AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

PRESENTACIÓN 
DE LOS LIBROS

CLAROSCURO
d e L u i s d e B l a s

 INTERLUNIO
de M. Rosa Puchol

PRIMER PREMIO DE POESÍA
PABLO MENASSA DE LUCIA
Segunda Convocatoria

18 de Mayo a las 20 hs.

CÍRCULO DE BELLAS ARTES
c/Marqués de Casa Riera, 2
Información: 91 542 33 49


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X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO. PISOCANÁLISIS Y MEDICINA

ETIOPATOGENIA Y
TRATAMIENTO DE LAS
ENFERMEDADES
AUTOINMUNES

El sistema inmunitario es el encargado de proteger al organismo frente a la invasión de agentes externos. Esta misión se lleva a cabo teniendo en cuenta que no se debe actuar contra aquello que le es propio a cada uno, fenómeno llamado de tolerancia. Un sistema inmune competente, por tanto, se caracteriza por su capacidad para reconocer y destruir estructuras extrañas potencialmente nocivas, así como para identificar como propios aquellos tejidos y células que le pertenecen, es decir, la capacidad de discriminar lo propio y lo no propio.

Esta capacidad de reconocimiento-discernimiento se genera durante su formación como sistema, proceso que comienza en las células hematopoyéticas pluripotenciales de la médula ósea y continua en órganos de maduración linfoide. Las células potencialmente reactivas frente a antígenos propios son eliminadas y/o inactivadas durante fases tempranas del desarrollo. No obstante en condiciones normales, en el adulto, existen linfocitos capaces de reconocer antígenos propios, pero en porcentajes relativamente bajos. El sistema inmune se encargaría de controlar y conseguir la falta de respuesta de estas células mediante mecanismos que man-tienen  la tolerancia y que consisten en la inactivación de la capacidad  de responder (anergia) o la eliminación física de dichas células (selección clonal), para pensar este mecanismo hay que tener en cuenta el mecanismo de la represión.

Alteraciones de este sistema de control dan lugar a patología autoinmune, no se reconoce lo propio como tal y se desencadenan una serie de reacciones que tienden a eliminar ese antígeno no propio.

La consecuencia normal de una respuesta inmunitaria frente a un antígeno externo es la eliminación del antígeno invasor. Sin embargo, cuando se desarrolla una respuesta inmunitaria frente a un antígeno propio, resulta habitualmente imposible para los mecanismos efectores inmunitarios eliminar por completo al antígeno, como consecuencia se producen lesiones inflamatorias crónicas en los tejidos, que incluso pueden llegar a ser mortales.

El enfermo autoinmune, no discrimina, no tolera la diferencia entre propio-no propio, y la diferencia que no se tolera es la diferencia sexual, haber nacido de hombre y mujer, padre y madre, ser mortal. Se cree inmortal y ese creerse inmortal es lo que le puede llevar a la muerte. No acepta la ley de castración y cuando hablamos de castración sabemos que se trata de la castración de la madre fálica, la carencia en el objeto amado, de aquello que le atribuyo a la madre y que forma parte del imaginario propio.

El espectro de las enfermedades autoinmunes es muy amplio, en un extremo se situarían las llamadas organoespecíficas, en las que la lesión está localizada en un órgano concreto, y en el extremo opuesto las no órgano-específicas o sistémicas, en las que las lesiones pueden estar diseminadas por todo el cuerpo. Para pensar este mecanismo hay que pensar en libido y pulsión.

Estas últimas, entre las que estarían incluidos los llamados trastornos reumatológicos, constituyen un grupo heterogéneo de enfermedades que se caracterizan por poseer, todas ellas, como factor común, una base etiopatogénica de naturaleza autoinmune y por presentar lesiones, que afectan fundamentalmente a la piel, articulaciones, riñón y músculo, aunque en alguna de ellas, como en el Lupus eritematoso sistémico, de manera simultánea o a lo largo de la evolución las lesiones pueden aparecer en todo el cuerpo.

Además del ya mencionado Lupus incluiríamos aquí Artritis reumatoide, Dermatomiositis-Polimiositis, Enfermedad mixta del tejido conectivo, Síndrome de Sjögren, entre otras.

Aunque sabemos que se trata de enfermedades en las que se produce un fallo en el fenómeno de tolerancia inmunológica, porque ha sido el criterio usado para agruparlas, no sabemos por qué, ni en muchos casos cómo se produce el fenómeno autoinmune.

Decimos que son enfermedades de etiología desconocida. En

Medicina hablar de etiología desconocida es hablar de múltiple-determinación, de factores genéticos y hereditarios y de factores ambientales. Pero esto no nos aporta nada nuevo sobre la causa última de la enfermedad, en cualquier situación humana entra en juego lo heredado modificado, es decir, hay que aprender a apropiarse de lo heredado, esto no

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ZARAGOZA

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 se puede adquirir sin el lenguaje. El sistema inmunológico se hereda, inicialmente es pluripotencial, el sujeto tiene que hacerlo propio. La sobredeterminación inconsciente interviene en este proceso, el sujeto está sobredeterminado por su estructura edípica, en el humano todo está tocado por el deseo, incluso los que se consideraban instintos primitivos (sed, hambre) deben pensarse como pulsión.

En la enfermedad autoinmune el sujeto no reconoce como propia la célula que le es propia. Podemos pensar el mecanismo de la enfermedad de varias formas:

1.- Sabe que la ley existe pero reniega de ella. La ley no está hecha para él, y como no le afecta es capaz de luchar contra sí mismo, rompe el sistema de tolerancia.

2.- También podría ser que situándose en posición psicótica, desconoce la ley, por tanto, ya no existen los límites, delira y rompe el sistema de tolerancia.

3.- O bien se comporta como un suicida, se mata, pero sabemos que en realidad el suicida es un asesino tímido: el sujeto, por no perder al objeto amado, lo incorpora a su Yo, que se modifica. Lo que se reprocha el melancólico es lo que le reprocha al objeto.

Pero ¿qué es aquello que no quiere perder?: la madre fálica.

Este tipo de enfermedades se presentan fundamentalmente en la mujer; un 75% de los pacientes con Artritis reumatoide y hasta un 90% de Lupus eritematoso sistémico son mujeres. Este dato junto con el hecho de una mayor incidencia en el período de fertilidad   (entre la menarquia y la menopausia), y que la actividad de la clínica suele variar en relación al embarazo, hizo pensar que las hormonasn sexuales jugarían algún papel en el desarrollo y evolución de la enfermedad, pero tampoco aquí se sabe cómo influirían.

Cuando estudiamos la vida sexual infantil, vemos que aunque las cosas son análogas en el niño y la niña, existen diferencias. En el niño, en la fase fálica, y ante el interés narcisístico por los propios genitales, el Complejo de castración pone fin al Complejo de Edipo. En la niña, el Complejo de castración la introduce en el Complejo de Edipo. En la fase preedípica, cuando la niña observa el pene de un hermano o compañero, establece rápidamente un juicio: ha notado la diferencia, sabe que no lo tiene y quiere tenerlo.

Cae presa de la envidia fálica. En esta situación puede suceder que entre el juego el proceso de denegación: niega la diferencia y cree poseer un pene, niega la ley, circunstancia que si persiste puede conducir a una psicosis. Pero también puede abrigar la esperanza de que va a tener pene, ya le crecerá. Si no logra superar el complejo de masculinidad su desarrollo hacia la femineidad va a dificultarse, será entonces igual al hombre, no acepta la ley.

Situándonos ya en el Complejo de Edipo la niña pasa de la idea de pene a la idea de niño, renuncia a su deseo de tener pene y lo sustituye por el deseo de tener un hijo y con este fin toma como objeto amoroso al padre, desea tener un hijo del padre. Esta vinculación con el padre que debe fracasar más tarde puede conducir a una identificación con el mismo.

Si la mujer embarazada vive al feto como cuerpo extraño, como un antígeno, se puede producir una exacerbación de los síntomas.

Aunque las manifestaciones clínicas varían según la enfermedad de que se trate, en muchas ocasiones se producen solapamientos entre diversas enfermedades. Pero aún tratándose de la misma enfermedad, la clínica puede variar de un enfermo a otro hasta el punto de no coincidir en ninguna manifestación. No hay dos pacientes iguales porque no hay dos imaginarios iguales, como tampoco uno es igual a sí mismo. El Lupus eritematoso sistémico, prototipo de enfermedad autoinmune, tiene una evolución clínica en brotes, con períodos de intensa actividad y otros con actividad ligera e incluso remisión. Aunque en un mismo enfermo las manifestaciones clínicas durante estos brotes son similares nunca son iguales a las anteriores: aparece un síntoma nuevo, no aparece uno previo... En otras enfermedades, como la Artritis reumatoide o la dermatomiositis aunque el curso clínico es más crónico no son infrecuentes los períodos de reagudización desencadenados por estrés, angustia y otros factores.

El diagnóstico es azaroso, se habla de criterios diagnósticos, que en el caso del Lupus ni siquiera son diagnósticos, son de clasificación.

Resumiendo, se diagnostica una enfermedad si se cumplen un número determinado de criterios, que pueden aparecer simultánea o sucesivamente. Para algunas enfermedades el diagnóstico comprende además los términos de posible y probable según el número de criterios presentes.

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BARCELONA

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X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO. PISOCANÁLISIS Y MEDICINA

Aunque el pronóstico de estos enfermos ha mejorado en los últimos años con tratamientos más agresivos que incluyen inmunosupresores, la morbilidad tanto dependiente de la enfermedad como del tratamiento continúa siendo alta. El tratamiento médico de estos enfermos es complejo, no existe un tratamiento específico ni se pueden establecer pautas terapéuticas uniformes. La elección del fármaco a utilizar, o el orden de fármacos, debe ser individualizado.

Pese a ello, raramente se consigue la remisión de la enfermedad, término que se utiliza cuando no existe evidencia de actividad ya que, por la propia naturaleza del proceso, no se puede hablar de curación.

Como vemos la clínica, el diagnóstico y el tratamiento nos hablan de la singularidad, del deseo inscrito en el cuerpo, cuerpo que habla cuando no se conoce otra manera de hablar del deseo.

Lo que enferma al sujeto no es el mundo exterior -lo no propio-, es cómo se relaciona con esa realidad. El uso de inmunosupresores que tratan de eliminar las células autorreactivas sólo sirve para contener el proceso. Habrá que reconstruir el sistema de tolerancia, construir un nuevo sujeto en el que exista la diferencia y es el psicoanálisis el que posibilita construir un sujeto para el cual no sea necesaria la enfermedad.

El pronóstico y el tratamiento de estas enfermedades mejorarían si el médico conoce y tiene en cuenta el mecanismo de represión inconsciente, el concepto de libido y de pulsión, los procesos del Complejo de Edipo y del Complejo de castración.

Pilar Rojas. Médico Psicoanalista
Madrid: 91 542 33 49

BUENOS AIRES
TEMPORADA
2001

ESCUELA DE PSICOANÁLISIS
GRUPO CERO

SEMINARIO SIGMUND FREUD

Apertura Primer Año: La Interpretación de los Sueños
Inicio: 5 de abril a las 20,30 hs.

SEMINARIO JACQUES LACAN

Apertura Primer Año: 1) Jacques Lacan; 2) El estadío del espejo como formador de la función del yo (je); 3) Cuerpo, yo, sujeto; 
4) La subversión del sujeto y la dialéctica
del espejo; 
5) La carta robada.
Inicio: 5 de abril a las 20,30 hs.

ARANCELES:

Matrícula de inscripción: $ 50
Cuota mensual: $ 100
Becas para estudiantes

INFORMES E INSCRIPCIÓN

Maipú 459 - 1er piso - Buenos Aires
Tel./Fax: 4329 06 14 / 0710
e_mail: grupocero@arnet.com.ar

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GRUPO CERO
BUENOS AIRES

Tratamientos individuales, grupos terapéuticos
Pida entrevista al Tel. 4 328 0614 / 0710

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INTERVENCIÓN
PSICOANALÍTICA
SOBRE LA MADRE
EN LAS ENFERMEDADES INFANTILES

Recibimos en nuestras consultas una demanda de atención clínica, mediatizada por lo general, por las madres, ellas dicen de su deseo de terminar con sus problemas, con la culpabilidad que les produce, el síntoma que no pueden remediar, en sus hijos. No encuentran remedio, porque buscan algo que creen está en ellas.

Nos encontramos con una madre ansiosa, corriendo de un hijo al otro. Otras, una madre desconsolada, que llora ante la impotencia que le produce, no poder hacer nada a tiempo. Llegan con niños que no comen apropiadamente, tienen retraso en el control esfinteriano, algunas veces hasta los catorce años. Otros se encuentran inmersos en el fracaso escolar, una negativa a aceptar la ley humana, que como tal, los constituirá en un sujeto social.

Nuestra modalidad de intevención hará que solicitemos la presencia paterna, se atiende también, a aquellos familiares o amigos que acompañen a los niños en la primera entrevista. Esta múltiple presencia en la anamnesis clínica, colaborará en la construcción de la historia de deseos que el psicoanálisis puntuará, logrando así, que remitan los síntomas.

Todo aquel que se acerca a nuestras consultas, tiene algo para decir y ese algo además de representar la voz de su síntoma, toca en algún registro, la problemática de aquel niño o niña, para los cuales demandan atención. Podemos decir que la enfermedad del niño, deja al descubierto los fallos en la realización de la función padre, como así también de la función madre. Estas son algunas glosas que en palabras de los adultos ponen de manifiesto un desorden en la convivencia.

Cuando alguno de los progenitores se ausenta, los niños pasan a dormir con el otro. Los padres se visten y desvisten en presenciade los pequeños. Creen firmemente que no hay nada que ocultar, desnudarse en su presencia, es mostrarles que no tienen inhibiciones.

Duermen con la puerta de la habitación abierta. Teniendo  niños en edades comprendidas entre uno y ocho años, temen no oirlos por la noche, es decir, fantasean desgracias, despertares violentos, interrupciones del sueño por vómitos o accesos de tos.

Hasta una edad próxima a los diez años los duchan, con la excusa tan común de, ellos no saben lavarse la cabeza, no se enjuagan bien.

Todo en el entramado donde lo prohibido y lo permitido, no se diferencian.

Lo anteriormente dicho, puede producir la esperanza, ante la cual, con sólo establecer las coordenadas de un orden lógico, se resolverían las cuestiones de salud planteadas. Esto no es exactamente así, la intervención psicoanalítica produce la resituación de las funciones llevadas a cabo por hombres, mujeres y niños para que éstos puedan acogerse a los beneficios de la salud.

La teoría psicoanalítica nos dio en la pluma de Freud, en 1900, La Interpretación de los Sueños, Freud nos mostró en sus escritos el funcionamiento del símbolo en sus desplazamientos, retruécanos, juegos de palabras. En 1920 al escribir Más allá del principio del placer despliega la transcripción de lo descubierto en el plano energético, esto lo lleva a la noción de pulsión de muerte.

Diremos que, durante la asociación libre, en ese discurso que transcurre en el registro del error, ocurre algo a través de lo cual hace irrupción la verdad y que no es la contradicción. Se pone de manifiesto el lapsus, la acción de esos actos que triunfan. Sin el concepto de pulsión de muerte, la intervención del psicoanalista sería fallida, no sabría dónde intervenir, se limitaría a calmar la angustia.

Cuando un paciente demanda atención, se puede psicoanalizar, el tratamiento lo producirá como sujeto y un sujeto es aquel que está inscripto en la realidad transformándola. Es así como todo hombre, mujer o niño, que realice la función madre o padre, pueden transformar la realidad de su familia, en su transformación.

 


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X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO. PISOCANÁLISIS Y MEDICINA

El hombre enfermo es un ser complicado, todo neurótico constituye una complicación indeseada para la medicina, la formación médica universitaria no proporciona medio alguno, para la comprensión y tratamiento del sujeto psíquico.

Cuando un niño o niña comienza a manifestarse malhumorado, irritable y distraído ni el pediatra ni el médico del seguro pueden hacer nada por él, incluso en aquellos casos en los que aparece angustia, vómitos o insomnio.

El tratamiento psicoanalítico del padre y de la madre consigue muy pronto suprimir los síntomas y desrealizar la naciente modificación que se ha producido en la relación del niño con los demás.

Cuando hay una enfermedad orgánica, se produce una redistribución de la libido, donde comanda el órgano herido, esa redistribución de la libido impone una gran exigencia al sujeto.

El niño sufre en muchos casos el miedo a ser devorado por el padre. Miedo que encubre su negativa a aceptar la castración materna.

En la infancia los deseos van a posarse sobre padre y madre y luego sobre los hermanos. La primera elección de objeto es, incestuosa.

Parecería ser que todos creemos que la naturaleza nos ha provisto de un horror innato al incesto, como protección contra él.

Esto no es así, cuando tenemos fuertes sentimientos con otro humano, estos sentimientos nos descubren la relación incestuosa con ese objeto.

El neurótico se declara irritable, falto de comprensión y con dificultades de aceptación de las propuestas de otro semejante.

Reprime las exigencias sexuales rechazadas, sobre esto, él, nada sabe, dice haber creado por propia voluntad sus síntomas. Se le imponen ideas, le cuesta apartarlas, su manera de recordar es produciendo autoreproches. Es este un pensamiento obsesivo cuyos productos pueden equivaler a muy diversos actos psíquicos, deseos, tentaciones, impulsos, reflexiones, dudas, mandatos y prohibiciones.

Cuando nos presentan el acto obsesivo éste aparece despojado de afecto. En cuanto llegan a dominar una obsesión, se burlan de ella y cuando se encuentran otra vez dominados por la obsesión, producen toda clase de accidentes que apoyan en su convicción supersticiosa.

Interpretar es producir un lugar, para que el paciente reconozca su participación en la producción de los milagros que suceden a los presagios.

El sentimiento de culpabilidad pone de manifiesto los intensos y frecuentes deseos de muerte hacia sus semejantes, deseos que como al salvaje le permiten creer que pueden transformar lo que tocan con sus ideas.

El paciente produce un proceso de trabajo en su contra, fórmulas protectoras, contra todo aquello que lo aparte de la duda, la obstinación, la tenacidad o la avaricia. Estas singularidades psíquicas se pusieron de manifiesto en el tratamiento de la madre de un niño de siete años. Llegó con diagnóstico de anorexia con dificultades en la escolarización, se quedaba dormido en las clases, en su casa pasaba horas delante del plato de comida, mientras la madre limpiaba la casa que tenía que quedar en su decir, como los chorros del oro.

En esos días llegaron a consultar otros padres, traían una niña que realizaba sus funciones excrementicias en las bragas, tenía siete años, se negaba a estudiar matemáticas y lengua, dormía en la cama de sus padres.

Consultan por un síntoma que es la forma de cada sujeto de gozar de su inconsciente en tanto que éste, lo determina. Trabajamos con la noción de infancia que no tiene nada que ver con desarrollo. Los niños tienen historia, son sujetos del lenguaje como los adultos, padecen celos, envidia, aman. Cuando comprueban que su madre necesita de otros para vivir, que no es totipotente, cuando se han podido preguntar ¿ella puede vivir sin mí?, empieza la operación de castración, de separación. Cuando empieza la operación de castración, yo puedo vivir sin mi madre.

Volviendo a los dos tratamientos, el del niño y la niña, los realicé en encuentros semanales, durante un mes y medio de trabajo.

Los padres entraron en tratamiento cuya duración fue más prolongada, ellas mostraron que la crianza de los hijos no diferencia a la madre humana, de la madre animal, ellos confirmaron que, sin psicoanálisis, esa coincidencia que tenemos con los animales, es aprovechada en contra de uno mismo.

Si nos perpetuamos como animales, somos parte de la naturaleza.

La cultura se fundamenta en el dominio de la naturaleza y la cohesión de los instintos. Mujer transformada en naturaleza, allí la cultura hace con ella lo que quiere, ella se deja dominar como se domina a la naturaleza para hacer cultura.

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Si ella para el mundo tiene que servir para reproducir hijos e ideología, sus pulsiones, sus deseos por otro tipo de situación gozosa, muestran que se ha producido una imposibilidad, están reprimidas.

Una persona sana es aquella que conociendo la realidad la trans forma con pulsión, con deseo.

Reprimiendo el pensamiento acerca de lo sexual, reprimimos todo aquello que esté asociado temporalmente a lo reprimido, el yo se empobrece, como así también el imaginario del cuerpo, donde se organizan todas las enfermedades funcionales. Ingresar al campo de lo verdaderamente humano es vivir, sabiendo que se va a morir.

Somos ese sujeto habitante del lenguaje, nos constituimos como sujetos sexuados en esa sustitución de un significante por otro, el significante del deseo de la madre, por el significante del Nombre del Padre.

El paciente habla, hace poesía, el psicoanalista escribe y en ese escribir lee ciertos hechos de sintaxis, donde los efectos se leen desde el texto al sentido. Texto cuyas condiciones de producción se formulan en una ley de no omisión y otra ley de no sistematización.

Al plantear la incoherencia como condición concede crédito a los deshechos de la vida psíquica y también a los lapsus, sueños, síntomas, donde se inaugura la alteridad del Otro, ajeno, prehistórico, inolvidable.

La pulsión de muerte nada tiene que ver con tendencias destructivas o con la agresividad, sí tiene todo que ver con la consideración de los fenómenos de repetición. La repetición está en lo que se disfraza al constituirse, lo que se constituye, disfrazándose.

Hubo un momento decisivo para el psicoanálisis en el cual Freud desestimó la hipótesis de los acontecimientos reales de la infancia y escribió, el fantasma cubre lo real y hunde sus raíces en la pulsión de muerte.

Agradezco al Grupo Cero haber producido un espacio donde cada uno de nosotros puede decir: vengo a transformarme.

Stella Cino Núñez. Psicoanalista
Madrid: 91 880 80 01

A 20 años de la desaparición de

 JACQUES LACAN

LA VIGENCIA DE SU OBRA

JORNADAS HOMENAJ E E N E L 2001

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DEL DESPLAZAMIENTO

Saussure y el Círculo de Praga producen una lingüística que no tiene nada en común con lo que antes se designaba con este nombre, se produce un corte con ella que es la barra puesta entre el significante y el significado, y esto marcaba la diferencia por la cual el significante se ordena de una manera autónoma.

El significado será o no será científicamente pensable, según que posea o no, un campo de significantes diferente éste a cualquier otro campo físico que ordene la ciencia.

Ninguna significación será en adelante considerada como sobreentendida.

Ésta no es correspondiente a una semiótica que es la disciplina que parte del signo tomado como objeto, porque cualquier signo o indicio es un obstáculo para la aprehensión del significante como tal. El signo es algo para alguien. El signo basta para que ese alguien se apropie del lenguaje como de una simple herramienta, el lenguaje ahí hace de soporte para que el otro me entienda y así queda el lenguaje colgado de la comunicación. Es así cómo la lingüística permanecía adherida al pensamiento de que el pensamiento se comunica con la palabra.

Pero a veces se comunica sin palabras y surge de antaño la figura de la telepatía que Freud tampoco dejó de aludir si bien todo quedó sin ser develado puntualmente. Algo más allá de las palabras hacía que el juego de la comunicación tuviese un más allá, y la dramática humana se filtró en la lingüística para que ésta tomara una nueva fuerza.

Para Jakobson la metáfora y la metonimia, ubicadas en la cadena significante son: para la metáfora la sustitución de un significante por otro, y para la metonimia la selección en su sucesión, de lo que resultaba para esta manera de pensar que la sustitución se hace con similares a la selección con contiguos. Pero el lenguaje tenía que tener un punto de anclaje en el hombre, que se ilustra con el punto de almohadillado para ver la disrupción del significado por el significante, y que el punto habría retenido como el anclaje que el lenguaje hace en el Inconsciente.

La metáfora y la metonimia fueron tomadas como el principio para llevar a cabo esta demostración, pero también cobra mucha importancia la barra sausureana, que no podía ser representativa ni la fracción, ni de la proporción, sino que más bien viene a constituir un borde real, que permite saltar del significante que flota al significado que fluye.

La metáfora de esta manera opera un efecto de sentido pero no de significación, de un significante que se hace notable pero que tiene una manera de aparecer en la cadena siempre de forma metafórica.

Pero como en el hacer está la poesía, ella es la que juega no sólo en el orden del sentido sino en el orden del sinsentido, ella hace y deshace, es del orden del hacer.

En cambio la condensación es muy diferente, en tanto ella parte de la represión y regresa de lo imposible para poner el límite donde se instaura la categoría de lo real por lo simbólico. Y aquí, en lo real, el efecto de no-sentido, no es retroactivo en el tiempo como en el orden simbólico, sino que es un tiempo actual, es el hecho de lo real. Y el hecho es ese acto del lenguaje que hace aparecer fallidamente el significante en la cadena del significado, la cadena superior de la barra. Aparece allí abruptamente porque pertenece a otra cadena significante que en ningún caso coincide con la primera y que pertenece a otro discurso, el discurso inconsciente.

De allí que surge el recurso a la metáfora, que aprehende "como si", operando a favor de la represión que es la que a su vez produce la condensación advertida ya por Freud en los Sueños. Esta manera de aparecer el significante en el significado, es del orden del inconsciente, que no es anclaje, sino aluvión del lenguaje.

Para el sujeto, el inconsciente reúne y sólo él, dos condiciones, o él no es, o él no piensa.

En el sueño él no piensa, y todo pasa a ser en estado de "puede ser".

No es con el sentido anterior al sujeto que actúa la metonimia, es decir, con la barrera de no-sentido, es con el goce donde el sujeto se produce como corte: el que lo hace desaparecer produciendo su afanisis pero para resurgir como una superficie ligada a ese cuerpo ya marcado por el significante. Bajo lo que se inscribe se desliza la pasión del significante, o sea, el goce del Otro, ya que al estar embelesado por un cuerpo, éste se trasforma en el lugar del Otro. La metonimia opera con un metabolismo del goce, cuyo potencial está regulado por el corte del sujeto, y cotiza como valor lo que se transfiere. Esto fue muy difícil de aceptar por los lingüistas que objetaron este usufructo dado a la metonimia. Ella realiza como una operación de crédito, hace un traspaso de fondos, mecanismo inconsciente donde ingresa goce. Hacer pasar el goce al inconsciente, es decir, a la contabilidad y esto es efecto del desplazamiento, me desplazo con el desplazamiento de lo real en lo simbólico y me condenso para hacer peso de mis símbolos en lo real.

Norma Menassa. Psicoanalista
Buenos Aires: 4 322 6400

 

 

TODOS LOS RECUERDOS
SON ACTUALES

Nuestros más tempranos recuerdos infantiles son siempre objeto de un gran interés, debido a que plantean una problemática por el hecho de que las impresiones más decisivas para el porvenir del sujeto pueden no dejar tras de sí una huella en la memoria, lo cual induce a reflexionar sobre la génesis de los recuerdos conscientes.

En la mayoría de las escenas infantiles importantes, el sujeto se ve a sí mismo en edad infantil y sabe que aquel niño que ve es él mismo; pero lo ve como lo vería un espectador. Es indudable, nos señala Freud, que esta imagen mnémica no puede ser una fiel reproducción de la impresión recibida en aquella época, ya que el sujeto se hallaba en el centro de la situación y no atendía a su propia persona sino al mundo exterior.

Cuando aparece en un recuerdo el sujeto como un objeto entre otros objetos, puede considerarse esta oposición del sujeto actor y el sujeto evocador como una prueba de que la impresión primitiva ha experimentado una elaboración secundaria, algo así como si la huella de la infancia hubiera sufrido una traducción en una época posterior (cuando se tiene el recuerdo) al lenguaje visual.

Existen además situaciones, posibles de ser contrastadas con otros personajes de la escena, donde el sujeto recuerda escenas falseadas, esto corresponde no tanto con una infidelidad de la memoria, sino con el proceso de la represión, la vida anímica como conflictos.

Se recuerdan escenas que corresponden a épocas posteriores a las que data el contenido de los recuerdos.

Esto acorta la distancia entre los recuerdos encubridores y los demás recuerdos de la infancia, pudiendo pensarse que todos los recuerdos infantiles conscientes nos muestras los primeros años de nuestra existencia, no como fueron, sino como nos parecieron que fueron al evocarlos luego en épocas posteriores.

El deseo siempre se realiza en presente.
Las cosas nunca son lo que parecen.
Los órganos de la percepción son engañosos.

Entonces tales recuerdos no emergen de ningún sitio (no es que estuvieran ocultos y un ejercicio de reflexión los hiciera conscientes) sino que han sido formados, construidos en un tiempo actual, interviniendo en esta formación y en la selección de los recuerdos toda una serie de operaciones y mecanismos ajenos a la fidelidad histórica y que en realidad tienen su correlato con las representaciones finales, es decir, aquello que da cuenta del sujeto y su relación transferencial, dicho de otro modo, todos los recuerdos que acontecen en análisis tienen que ver siempre con los síntomas y con el psicoanalista.

Estos recuerdos se constituyen después de lo que el sujeto piensa y por tanto no son recuerdos infantiles, sino que son fantasías actuales que generan un modo particular de recuerdo, generan el recuerdo como generan el síntoma, como una transacción entre lo reprimido y lo represor, como dos ideas contrarias (temo-deseo) trazadas en un sólo vector.

Cuando Freud trabaja los recuerdos encubridores, ya ha producido el Proyecto y los Historiales de la Histeria, está trabajando aquí un concepto diferente de memoria, como memoria inconsciente, lugar de trabajo infatigable de las representaciones inconscientes, que despojadas del afecto por transferencia intrapsíquica, siguen trabajando en la oscuridad y posibilitan a través de la interpretación la producción de un pensamiento inconsciente, lugar donde somos juguetes de nuestro pensamiento.

Es entre aquellos recuerdos de mi primera infancia que quiero olvidar, por intolerables (nódulo del complejo de Edipo) y lo que quiero recordar donde se juegan los recuerdos encubridores.

Los hechos existen después de ser interpretados, entonces los recuerdos existen después de ser interpretados y el recuerdo o el hecho en sí no tienen ninguna importancia para el psicoanálisis, hasta pueden no haber pasado, porque el tiempo que manejamos dice que el pasado no existe, se construye en la interpretación.

Lo que interesa es que el paciente cuente el recuerdo, o el sueño o el síntoma, que hable en definitiva, no importa de qué, porque en el deslizamiento significante, acontecerá el sujeto, marca indeleble de lo nunca sido en lo que será.

Todo lo que cuenta el paciente sabemos que es materia prima para el trabajo psicoanalítico.

Los recuerdos encubridores, lo son ¿de qué? De lo Real.

Recordemos que hay una primera Represión primordial, que

constituye el Ello y una represión secundaria o propiamente represión que constituye el Inconsciente. Ello es aquello inconsciente nunca reprimido y aquello inconsciente que fue previamente reprimido es el Inconsciente. Y es sobre el inconsciente, que no preexiste que se construye en análisis, que actúa la interpretación y esto posibilita que el Ello que cubre lo Real, produzca transformaciones en la realidad. El no- pienso como correlato del Ello y el no-soy como correlato del Inconsciente, nos hablan de un Pensamiento que no existe sin la interpretación psicoanalítica y de un ser que no lo es sin la escritura.

Para olvidar es necesario recordar algo que no tenga que ver ni con el sexo, ni con el amor.


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El fantasma es el soporte del deseo y cubre lo Real.

Los recuerdos, a modo del objeto fetiche, encubren un deseo. El sujeto es lo que dice de él y también lo que en el intento de decirlo todo, no dice y todo aquello que no dice, diciendo por alusiones, referencias, fallidos...

La historia del sujeto es una historia de deseos y el substrato donde se inscribe puede ser el cuerpo, a modo de cicatrices, o la escritura a modo de base material de las ciencias en un candidato a la muerte.

Carlos Fernández del Ganso.
Psicoanalista
Madrid: 91 883 02 13

LA ANGUSTIA EN EL
ASMÁTICO (II)

Pero aquí ya venimos rozando, perdonen el rodeo, la cuestión de la angustia, que al igual que la madre y que la castración, tampoco va a ser entendida por el psicoanálisis de la misma manera que por la psiquiatría, la angustia para el psicoanálisis es constitutiva, es decir, no es una enfermedad, no es algo malo que le ocurre al sujeto, porque sólo ante la angustia se produce la castración, es frente a la angustia, que aquél sujeto, que no estaba dispuesto a abandonar aquella relación que lo hizo gozar, se divide, la relación con la madre deviene inconsciente, mediante el mecanismo de la represión, se reprime y desde ahí tenemos un sujeto dividido, con consciente e inconsciente. ¿Se ve cómo es constitutiva? La castración materna, posibilita la división del sujeto, y no es posible sin angustia, que por estar vinculada a esta operación, desde ahora se llamará angustia de castración. Por eso en psicoanálisis se dice que toda vez que el sujeto siente angustia, es angustia de castración.

Muchas escuelas psicoanalíticas, defendieron la idea de que la angustia de castración es angustia de separación, angustia por la separación de la madre, no es eso lo que viene a plantear Freud, y después retoma Lacan, lo que realmente angustia al sujeto es esa cercanía a lo incestuoso, la angustia es la señal que nos advierte que nos acercamos demasiado al Goce con la madre fálica. La angustia sería aquello que media entre el Goce y el Deseo, cada vez que uno se recuesta sobre el Goce, deja de desear. Pero para que acontezca la castración, el niño tiene que aceptar que hubo un padre, es el padre el que le dice el primer no, le dice: con tu madre no, el niño tiene que aceptar que proviene de padre y madre, que no es una parte del cuerpo de la madre generado por gemación, y por este hecho de pertenecer a la especie humana, es mortal, lo que se niega con la negación de la castración materna es la propia finitud, la propia muerte.

Por tanto, cada vez que el asmático tiene una crisis, que como casi todas las enfermedades psicosomáticas, siempre es un exabrupto, se sitúa en el lugar del Goce, y ustedes se estarán preguntando ¿Cómo puede gozar nadie de esa sensación tan desagradable que es la crisis de asma? Bueno, decíamos que el sujeto del que hablamos es un sujeto dividido, hay ciertos procesos en él que ocurren sin que él lo sepa, y sólo se perciben por sus efectos, podemos hablar de goce del síntoma en tanto lo que es Goce para un sistema, el sistema inconsciente, no lo es para el otro, el sistema preconsciente-consciencia, en un lugar goza en otro lugar sufre, y si nos quedamos en el contenido manifiesto, en lo que vemos, en lo que nos enseñan nuestros sentidos, el asmático es un ser sufriente, pero por ser sujeto dividido, con lo mismo que lo hace sufrir, en otro lugar del aparato, goza. Si alguien estuviera escuchando a través de la puerta una crisis de asma, por los jadeos, le sería muy difícil no caer en la ilusión auditiva de estar escuchando los sonidos de un coito, una respiración acelerada, un relato entrecortado cada tanto para tomar aliento.

Existe un tipo de desviación sexual, que recibe el nombre de anoxifilia, y que les aconsejo que no practiquen, porque se han descrito varias muertes en relación con ella, y que consiste en que uno de los miembros de la pareja rodea con sus manos el cuello del partenaire hasta casi matarlo, y entonces lo suelta, al parecer, la sensación de hipoxia le resulta placentera. Esto nos recuerda de soslayo la erección de los ahorcados.

Entonces la crisis de asma es una explosión de Goce, es pura crisis de angustia, no hay deseo. En lugar de que la angustia lo tenga, lo sostenga, él tiene angustia, hace ruidoso un mecanismo que actúa en silencio, podemos decir que no hubo del todo represión.

Dentro de la clasificación de Freud sería probablemente una neurosis actual, que a diferencia de la histeria, que sería una neurosis de transferencia, en la que podemos ver, que como hay represión, en el síntoma, se satisface y a la vez se reprime el deseo, por eso decimos que la de la histérica es una historia de deseos, y la del psicosomático una historia de goces.

Rescatamos ahora el dato de que el 50% de los niños que fueron asmáticos, dejan de tener crisis después de la adolescencia. En Tres ensayos para una teoría sexual, Freud dice que es privativo del hombre el desarrollo de su sexualidad en dos etapas, separadas por un periodo de latencia, y que es sólo en la adolescencia, donde se termina de construir la sexualidad adulta. Es como si los ataques fueran avatares de la constitución de la sexualidad del sujeto, y que una vez constituida ésta, ya no los precisa.

Como psicoanalistas nos preguntamos ante qué sujeto estamos cuando un asmático se tumba en el diván, surge la

cuestión de la elección de órgano, que es uno de los problemas más complejos del estudio de las enfermedades psicosomáticas, que por un lado es algo que se hallará en análisis en la historia particular de cada sujeto, pero hay algo que es común a todos los asmáticos, el aire es un elemento común a la fonación y a la respiración, sin aire no podríamos hablar ni escuchar, puesto que las palabras son transmitidas en el medio aéreo. En las escalas para valorar la severidad del asma, se tiene en cuenta cuántas palabras puede decir el paciente sin pararse a tomar aire, así hay disnea de dos palabras, de tres palabras, de cuatro palabras, etc, y por mucho que el médico se empeñe en que el paciente no hable, ¡no hable usted, hombre, que se ahoga más!, tarea completamente imposible, no puede dejar de hablar y de interrumpir constantemente su discurso para tomar, desesperadamente aliento. Podríamos tomarnos la pequeña libertad de llamar al discurso del asmático el discurso interrumpido.

No puede dejar de hablar, pero como no puede simultanear las dos funciones, interrumpe constantemente el discurso para respirar.

Quizá goza con la interrupción. Así como el discurso de la histérica seduce, y cuando va a llegar a una conclusión no puede dársela al otro, no termina la frase, el discurso fóbico rodea y rodea la cuestión, pero nunca llega, el discurso del asmático sería el que se interrumpe constantemente, así que se puede tener un discurso asmático sin ser asmático. Y como el discurso está determinado desde lo inconsciente, y está en juego la pulsión, la única manera de transformación posible es en análisis.

Alejandra Menassa. Médico Psicoanalista
Madrid: 91 542 33 49

EN
BUENOS AIRES

SEMINARIO

MEDICINA

PSICOSOMÁTICA, ENFOQUE

PSICOANALÍTICO

Coordinador docente:
Dr. Roberto Molero

Día y horario de cursada: martes de14 a 16 h

Inicio:
8 de mayo de 2001

Finalización:
29 de mayo de 2001

Duración:
 4 reuniones

Dirigido a:
Graduados y estudiantes avanzados de las carreras de Psicología, Medicina y Psicopedagogía.

Lugar:
Universidad de Buenos Aires, Sede San Isidro, Córdoba 2001, II cuerpo (Martínez)

Informes e inscripción:

Personalmente: H. Yrigoyen 3242, 3º Piso.
Internet: www.psi.uba.ar
E-mail: sempas@psi.ube.er

 

Las 2001 Noches
ES UNA REVISTA Y TAMBIÉN UN CICLO POÉTICO
MUSICAL
Todos los martes a las 20,30 h. en el

Bar Celta
de Buenos Aires
(Sarmiento y Rodríguez Peña)

Último martes de cada mes se presenta
Las 2001 Noches


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LOS LIBROS DE LA EDITORIAL GRUPO CERO

MONÓLOGO
ENTRE LA VACA
Y EL MORIBUNDO
Autor:
Miguel Oscar Menassa
112 PÁGS.
900 PTS., 9 US.

 

XXVII

Estábamos caminando por la calle Corrientes y de golpe la vaca, haciéndose la mimosa, me dijo lastimera:

-Estamos en Buenos Aires, ¿viste Loco?

Que la vaca me hablara de esa manera me conmovía, yo siempre había querido estar en Buenos Aires con ella y, ahora, los dos caminando por una calle tan porteña que a mí me conmovía que ella aún tuviera alguna fuerza para hablar.

-Estamos en Buenos Aires, ¿viste, Loco?

A mí no me impresionaba tanto estar en Buenos Aires, como el interés de la vaca en decirlo, fue por eso que le pregunté:

-¿Y, te gusta, piba, estar en Buenos Aires?

-No sé si me gusta, pero me emociona, tantas veces tuve que verte llorar por no estar en Buenos Aires que, ahora, los dos juntos, caminando por la calle Corrientes, no sé si me gusta, me emociona, me dan ganas de volver a mugir.

Después se dejó caer en una silla del café La Paz, bostezó largamente, apoyó sus tetas sobre la mesa y esperó que yo le contara la verdad. Yo, antes de hablar miré, con cierta pasión contenida, sus tetas desparramadas sobre la mesa, levanté mi vista, para sonreírle y mirar a la mujer que desde una mesa cercana trataba de escuchar nuestra conversación, después, con tranquilidad, con voz pausada, como si estuviéramos haciendo el amor comencé la historia: -Yo viví en Buenos Aires, rodeado de vacas y mujeres, algunos hombres importantes, vacas y mujeres y hojas de papel, y vacas que mugían permanentemente, porque nadie las había amado, todavía, y hombres que paseaban su importancia por la política y la muerte y mujeres que como vacas pensaban todo el día en encontrar un amor que las llevara lejos de su tierra, para ver si era posible algo de libertad, algo de alegría y hojas de papel que se escribían permanentemente solas y vacas que se tiraban mugiendo sobre mi propio corazón y hombres importantes que morían alejados de todo mugido, amparados por su propia importancia y mujeres que caían abandonadas entre las piernas de las vacas y se prendían desesperadamente a sus tetas y nadie entendía del todo lo que pasaba y vacas, mujeres y hombres importantes venían y me pedían explicaciones.

Yo, alguna explicación les daba y también, muchas veces, me quedaba en silencio y aguantaba con firmeza que se abrazaran a mí, vacas, hombres importantes y alguna que otra mujer y cuando estábamos todos abrazados gozábamos de tener un porvenir y luego cuando disparaban sobre nosotros, algunos morían y otros corrían gritando de alegría por estar todavía vivos y las mujeres y las vacas pedían un poco de amor y yo algo les daba, pero nunca podía del todo y así, pasaban y comenzaban los días y nadie se daba cuenta de nada y siempre había quien me pedía explicaciones y yo les mostraba papeles como si estuvieran en blanco pero estaban escritos, y ellos los rompían o los escondían para no comprometerse con el amor y algunos hombres importantes terminaron hablando francés y se amariconaron un poco, y algunas vacas siguieron mugiendo aunque ya no necesitaban amor y algunas mujeres, como esa que trata de escuchar nuestra conversación, se quedaron mirando el cielo y, al mismo tiempo, la tierra y nunca pudieron encontrar ningún camino.

Dejé caer un silencio profundo entre nosotros, la vaca me miraba desolada, la mujer de la mesa cercana se acercó, como hipnotizada y se sentó encima de la vaca y comenzó a chuparle las tetas, en ese momento la vaca, enternecida, por haber encontrado a quién darle su leche me dijo limpiamente:

-Qué lindo es Buenos Aires, ¿viste Loco?

XXVIII

Cuando volvimos de Buenos Aires, para regresar a nuestro trabajo, la vaca se puso muy triste y no había manera de sacarle una palabra.

Al principio yo me preocupé de que la vaca, una vez más, hubiera perdido el habla y hasta pensé, sin decirle nada, encontrarme un trabajo en Buenos Aires, para que ella pudiera elegir en qué ciudad pasear su tristeza, pero luego me enfrasqué en mis tareas y decidí esperar que se le pasara.

Volvía de mi trabajo y me sentaba delante de la vaca, sin mirarla, leyendo apasionadamente el código de circulación porque había decidido, después de vivir 20 años en España, ir

www.editorialgrupocero.com

por el carnet de conducir español. De golpe me paraba encima de la silla y gritaba delante de la vaca:

-Vía rápida, a ver, qué es una vía rápida, o mejor todavía qué quiere decir luz, a ver, qué quiere decir niebla, o bien, a ver vaca, qué quiere decir animal saltando sobre la calzada y verde, qué quiere decir verde y las señales cuadradas en el culo, a ver qué quieren decir las señales cuadradas en el culo. Y nacional, qué quiere decir nacional y velocidad y rampante y vía volcánica y orientación y qué quiere decir, exactamente, obligación y prohibición y sexo, a ver vaca querida, qué quiere decir sexo.

Y la vaca sonreía pero no pronunciaba ninguna palabra.

Si bien yo prefería que ella hablara, su sonrisa, debo decirlo, me tranquiliza, bajaba de la silla, y me sentaba a su lado, ella entrecerraba los ojos y yo dejaba correr mi saliva por su cuello y acariciaba, sin pasión aparente, sus cálidos pezones, después con ternura le aconsejaba dar algún paseo por la Gran Vía, dejarnos llevar por la realidad, un día aquí, otro día allá... La vaca se entusiasmó con lo que yo le decía o por lo menos se entusiasmó con el tono en el cual yo le decía y al hacer un movimiento brusco, de alegría, me imagino, me golpeó con las dos patas delanteras en la cabeza y me desmayó.

Al despertarme completamente desnudo, sin llegar a entender del todo lo que había pasado pero algo entendía, ella y la vaca me ponían crema suavemente en todo el cuerpo y yo todavía atontado pregunté sin ninguna convicción:

-¿Dónde estamos? Y la vaca, que había recuperado el habla, abrazándose a ella, me dijo, tranquilamente:

-Estamos en Madrid.

Y yo, sin poder creerla del todo, mientras la vaca sonreía y ella me besaba las partes nobles, vi una gran vía rápida que se abría sin más a una autopista de seis carriles que llegaba directamente, a una velocidad inconcebible, a un poblado en el que se destacaban un sin fin de señales de peligro y un policía moviendo sus brazos, indicando tres o cuatro direcciones a la vez y un semáforo en verde permanente contradiciendo todas las señales.

-¿En Madrid? pregunté ingenuamente. Y ella y la vaca me dijeron a dúo:

-Vamos chaval, que la noche es joven y joven el aroma de tu cuerpo y joven tu belleza. Ven, húndete en nosotras como si fuéramos el viento de la noche, mira nuestras carnes en perfecta armonía con el tiempo...

-¿En Madrid?

-Sí, y después el cielo, me volvieron a contestar, a dúo, mientras me tragaban.

LA VACA SIEMPRE ESTUVO
UN POCO LOCA

MONÓLOGO ENTRE LA VACA Y EL MORIBUNDO

Un libro de Miguel Oscar Menassa

EN LAS MEJORES
LIBRERÍAS

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA
AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

CICLO DE CHARLAS COLOQUIO:

ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS

 ARTRITIS REUMATOIDE

Viernes, 6 de Abril de 2001 a las 20,30 hs.

ENTRADA LIBRE

Lugar: Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero
c/Princesa, 17 - 3º izda. - 28008 Madrid
Tel.: (91) 542.33.49


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XI CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO
PSICOANÁLISIS Y MEDICINA
-
SEGUNDO ENCUENTRO-

PALABRAS DE APERTURA

Estoy aquí hoy para decir unas breves palabras de apertura del Congreso. La apertura la tengo escrita, pero hubo algo que no puse en el escrito, en el afán de hacerlo breve: Segundo encuentro. Por más que uno haya leído tres o cuatro poetas importantes, de esos que lee todo el mundo, por eso son importantes, segundo encuentro es cuando uno se da cuenta de que algo pasó, que para ustedes psicoanalistas, no debe ser una cosa tan extraña. Cuando al niño le quitan la teta el niño no se da cuenta de nada. Si a veces le cambian una teta casi seca por un biberón casi lleno, el niño en ese momento prefiere el biberón, pero al ver a otro niño perdiendo la teta, él por un mecanismo de reversión, por una acción diferida, se da cuenta que a él también le debe haber pasado. Y le debe haber pasado, para el ser humano que somos todos nosotros, sujetos del habla, de la escritura, las cosas más felices y las cosas más dolorosas de nuestra vida, en realidad nos pasan, cuando de alguna manera nos pasan por segunda vez. Es decir, no sé si ahora tendría que aludir a parte de mis escasos conocimientos de la teoría del valor, para darle importancia a esto que estoy diciendo, y a frases de Freud, de Lacan, pero no tengo tanto interés en convencerlos hoy como en ocasiones anteriores.

Lo que estaba pensando era que los psicoanalistas de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero, al proponerse un segundo encuentro consecutivo al primero, no un segundo encuentro cuando pasaron diez años y cansados de hablar de otra cosa se reúnen una tarde y dicen, por qué no hablamos de nuevo, de eso que nos gustaba tanto, la Medicina y el Psicoanálisis. No fue así, fue al año siguiente, podríamos decir al Congreso siguiente. Entonces me quedé pensando que era probable que quisieran darse cuenta de algo, de alguna relación más verdadera que la supuesta a hacer un trabajo para un Congreso, que deben de tener la Medicina y el Psicoanálisis.

En esta segunda vez es como si quisiéramos sentar algún límite o abrir alguna puerta, ya convencidos de algunas cosas. Que no tiene exactamente que ver con los trabajos que presenten o los títulos de los trabajos o el esfuerzo que hayan hecho por los trabajos, sino en ese sentido general que nos abarca y que es más grande que nosotros, donde claramente se necesita un nuevo trabajo sobre toda la Medicina y sobre todo el Psicoanálisis ahí donde el Psicoanálisis y la Medicina es posible que se encuentren, porque después hay lugares donde la Medicina y el Psicoanálisis no se pueden encontrar ni se deberían encontrar; pero hay lugares, hay tiempos, donde parecería ser que hasta sería necesaria una unión, una articulación, una mezcla que tampoco se realiza con adecuación, con armonía, respetando las reglas sociales del juego.

Doy un ejemplo: cuando era médico, a mí no se me ocurría competir con el laboratorio que producía el medicamento que cuando yo acertaba con el diagnóstico el medicamento curaba al paciente, porque no era yo el que curaba al paciente, era el medicamento, sin embargo, yo no competía con el laboratorio, yo seguía aceptando la visita del laboratorio, seguía recetando el mismo medicamento para esa enfermedad, en cambio es como si se compitiera con el psicoanálisis cuando la medicación es el psicoanálisis.

Es decir, porque el médico no lo va a curar, en tanto le cura el medicamento, y si ustedes son modernos la articulación del medicamento con el médico. Pero lo que digo es que no pasó que el médico envidiara a los laboratorios y rompiera la medicina antes de dársela a los pacientes.

Con el psicoanálisis pasa que el médico rompe las medicinas para no reconocer su existencia y no se las da al paciente. Entonces todas estas costumbres bárbaras de nuestra civilización, nos obligan a que nosotros trabajemos seriamente, con fortaleza. Nos tendríamos que acostumbrar sin hacer nada, sino saber que hay dos Congresos anuales, agradecer a la Institución que los organiza, en el sentido que dos veces al año nos da la posibilidad de que leamos con profundidad algún tema psicoanalítico, algún tema social, algún tema educativo, que prácticamente nos obliga, para seguir estando unidos a la Institución. Nos obliga a enfrentar la página en blanco, por lo menos dos veces al año, para escribir de temas psicoanalíticos. Después claro, cantar y bailar a todos nos gusta y escribir poesía no te cuento, pero hay que tener una obligación con aquello que es, como sin darnos cuenta. Por más alegres que seamos y algunos de nosotros un poco tontos, nos tenemos que dar cuenta que nuestra unión con lo social, con lo histórico es muy fuerte, muy grande. Eso nos tendría que haber asustado 10 años atrás, ahora ya no nos puede asustar, ahora nos obliga a que hagamos el trabajo necesario para que eso ocurra.

Agradezco la breve psicoterapia que me hicieron para quitarme la fobia y poder leer: 

<<Cuando cumplía 18 años, en el año 1958, hace exactamente 42 años, comencé mi carrera de medicina y a las pocas semanas mi tratamiento psicoanalítico. A esa edad ya conocía el amor, había escrito mi primer poema y había cobrado mi primer salario hacía cinco años.

Me alegra poder decir que esas palabras me acompañaron los últimos 42 años: Poesía, Psicoanálisis, Medicina, Trabajo, Amor. Quiero decir que esas cinco palabras abrieron todas mis puertas y construyeron todos mis límites. Las combinaciones de estas palabras producen, a diario, mi deseo y lo sé, aunque teóricamente, el anudamiento final de estas palabras producirá mi muerte.

Y ahora, dando un primer paso fuera de mí, aceptaré como todo el mundo, conocido, acepta, que el hombre actual no puede vivir sin poesía, sin amor, sin trabajo; entonces, sólo nos faltaría demostrar por qué El Psicoanálisis y La Medicina, son importantes para la vida del hombre.

Y ya estaríamos inaugurando el XI Congreso del Grupo Cero que, por segunda vez consecutiva, quiere trabajar el devenir de una Medicina que pueda incorporar el Psicoanálisis como uno de sus más eficaces instrumentos terapéuticos, para un sin fin, y no exagero cuando digo un sin fin, de enfermedades que sólo la teoría psicoanalítica puede explicar el modo en que se producen y que, por lo tanto, sólo la teoría psicoanalítica producirá el modo en que se curen.

Y no queremos que la Medicina se vuelva psicoanalítica, como ambicionan hasta los medios de difusión, porque alma, aunque pobre, tenemos todos y, además, nos gustaría que la Medicina se quedara ahí donde es Medicina, que el bien que le ha hecho a la humanidad no tiene parangón pero pensamos, sencillamente, que no todas las enfermedades pertenecen a la Medicina. Eso ambicionamos, que las enfermedades cuya etiopatogenia, producción y desarrollo y posible tratamiento y cura dependan de los procesos inconscientes, pertenezcan al Psicoanálisis.

Y si alguien, para agrandar la cosa, me dijera que los pacientes que están por someterse a una intervención quirúrgica también tienen procesos inconscientes y las 

PSICOANÁLISIS Y MEDICINA -SEGUNDO madres cuando dan de mamar y los reumáticos que sólo se quejan cuando trabajan o hacen el amor, también, tienen procesos inconscientes, yo les diría, con tranquilidad porque lo tengo estudiado: Construyamos con nuestro trabajo una consulta de psicoanálisis en las salas de cirugía, en las salas de partos, en los ambulatorios, en las salas de pediatría, una consulta psicoanalítica cerca de nuestra casa para que los familiares y amigos que padezcan esas enfermedades que cura el psicoanálisis comiencen, sin mayor dilación, un tratamiento psicoanalítico.

El joven médico puede llegar a competir con el psicoanalista, aun a sabiendas que en ese caso especial el medicamento apropiado es un psicoanálisis, no deriva el paciente al psicoanalista.

A este joven médico nunca se le había ocurrido antes competir con los grandes laboratorios que producían los medicamentos que curaban algunas enfermedades, sobre todo cuando él acertaba con el diagnóstico.

Hay jóvenes practicantes de psicoanálisis que piensan que lo que no pueden ellos, lo puede su psicoanalista y lo que no puede su psicoanalista lo puede el psicoanálisis.

Ahora tendrán que aprender con la misma intensidad, que hay cosas que tampoco puede el psicoanálisis.

El joven médico algo ya ha aprendido: No se trata de que todos tengamos un alma que desconocemos sino que eso que el hombre desconoce es responsable directo de determinadas enfermedades.

Los complejos afectos inconscientes son capaces de producir, sin ayuda de ningún otro elemento patógeno, enfermedades corporales que pueden llevar a la muerte.

El joven psicoanalista ha perdido la fe. Los deseos, aunque inconscientes, mueren con el hombre.

Hay enfermedades, hay cósmicas catástrofes que no necesitan ni un gramo de lo psíquico para matar.

Hay hambres que no cesan ni diciéndolas, hay guerras donde no sirven los tratados de paz.

Hay cárceles siniestras que esperan al que habla y amores que al decirlos nos matan por amor.

Deseo que durante el Congreso que doy por abierto podamos conversar, hablar de las palabras.>>.

¿No les surgió ninguna pregunta que no se hayan podido contestar y me la quieren hacer ahora, antes del Congreso, para que yo tampoco se la conteste y podamos pasar a la Mesa Redonda?

¿Ustedes vieron lo que le pasó al escrito? Al escrito le pasó que el ponente había enfocado la conferencia, la conversación, en decirle a la Medicina que había enfermedades que nada tenían que ver con la Medicina, que eran absolutamente psíquicas, como realmente ya hay jurisprudencia de su aparición como enfermedad, de su procesamiento y de su curación por intermedio del Psicoanálisis, es decir, que esas enfermedades realmente pertenecen al Psicoanálisis, pero en cuanto lo terminé de poner salió "y si alguien me dice", "si alguien me dice" era yo que estaba escribiendo. ¿Quién  me iba a decir, si era yo quien estaba escribiendo? "Si alguien me dice", era, con este razonamiento, que los otros no tienen procesos inconscientes, que sólo tienen procesos inconscientes aquellas enfermedades que el psicoanálisis ha estudiado en profundidad.

Y el que escribe se pregunta ¿un paciente previo a una gran cirugía no tiene inconsciente?

Las madres cuando producen esa locura, psicosis puerperal, ahí cuando el niño   sale de su vientre, eso no es nada orgánico, no es ninguna hormona. La pregunta es ¿hasta dónde estamos dispuestos a luchar, a trabajar para que el psicoanálisis alcance su pleno desarrollo? Es una pregunta que cada uno, en su momento se tendrá que hacer.

Uno puede descubrir oro y ocultárselo al resto de los vecinos, está permitido, históricamente permitido, hasta que otra gente se da cuenta y empiezan las guerras y las peleas por el oro; pero encontrar algo que le haga bien al hombre y que alivie su dolor   y retrasar su comunicación por no se sabe qué motivos espurios, eso es causa de sorpresa.

Además, es cierto que el psicoanálisis sirve para muy pocas cosas, pero es verdad que los antibióticos sirven nada más que para las infecciones, pero no sirven para los hongos. ¿Entonces porque los antibióticos no sirven para los hongos, no le voy a dejar que use los antibióticos para las infecciones? Eso hacen con el psicoanálisis, ¿vieron qué ridículo que suena? que porque los antibióticos no sirven para los hongos, no los dejo usar en las infecciones, que para las infecciones sí sirven.

Sí, porque a mí cada vez que me dan un ejemplo me quieren anular. Me dicen ¿y en la úlcera sangrante? La respuesta fue que cuando una úlcera sangra es que hace 17 años que duele. ¿Hay úlceras fulminantes, de perforación fulminante sin pródromo? ¿sin historia ulcerosa?

¿A qué llaman úlceras fulminantes?

Aludía a que antes de la perforación, que es lo que el psicoanálisis no puede coser, hay un montón de años de dolor que el psicoanálisis sí podría haber aliviado. Esa es la diferencia. Es cierto que yo la parálisis cerebral no se la curo, pero lo hago vivir más años, lo hago más apto a sus pobres movimientos, en lugar de sentir que son pobres  movimientos, como son movimientos se le suman a que nada le hubiese quedado y son grandes movimientos; a menos que ustedes que son valientes digan que eso es curar una parálisis cerebral. Si consigo que el paralítico cerebral acepte que es un paralítico cerebral y eso le da alguna función impedida precisamente por no aceptar que a él le había pasado eso que le pasó.

A simple vista, es muy necesario, y no sé si no tendrá que haber un tercer encuentro, un cuarto encuentro de Medicina y Psicoanálisis, en el sentido que es una cuestión antigua.

A principios del 70, entrábamos en la sala de infecciosos precisamente donde los pacientes estaban intubados con antibióticos a impregnación, porque se estaban muriendo de septicemia, pero había conversaciones que bajaban la fiebre de 42 grados a 37, en el mismo paciente con los mismos antibióticos. Eso pasó siempre. ¿Cómo se ponen a investigar el cáncer? Porque hay cánceres que retornan, por eso los psicoanalistas y los psicólogos empezaron a estudiar el cáncer. Hay cánceres que se expresan y después dejan de expresarse, se curan solos, por decirlo de alguna manera.

Generalmente existe una gran convicción del paciente y una gran transformación de la vida del paciente, pero hay cánceres que los médicos dicen que se curan solos. El SIDA, ustedes que son más modernos, hubo SIDAS declarados enfermedad que retrocedieron y después, cuando no se declara la enfermedad, los linfocitos pueden subir y bajar a placer de la pulsión, que no al desarrollo de la enfermedad. Nadie hace caso de esto, esto ocurre siempre: esto en la Medicina ocurre siempre, con las más graves enfermedades se vieron curaciones espontáneas. Hay curanderas, masajistas curanderas, una mezcla de esa expresión popular que curan parálisis haciendo masaje.

Nosotros sabemos que las parálisis hace unos años no se podían curar. No eran parálisis, pero entonces no era que no eran parálisis, eran parálisis histéricas no que no eran parálisis.

¿El resto de los concurrentes había escuchado por primera vez que hubo cánceresque se curaron solos? En MARCA, diario de fútbol, salió la historia de un jugador de fútbol que diagnosticado con el SIDA, él es creyente, cree que Jesucristo lo va a curar y que él tiene que seguir trabajando fuerte porque el trabajo lo va a curar, y ahí se está curando. ¿Que así se puede curar el SIDA? De ninguna manera, así no se puede curar el SIDA. Estoy diciendo que esos ejemplos, casi únicos o pocos ejemplos, nos sirven para poder pensar que algo, además del germen patógeno, además del agente patógeno, existen causas imponderables para la Medicina. Y estoy diciendo que no tanto para el Psicoanálisis, aunque vuelvo a insistir que el Psicoanálisis no sirve para todo. Pero algunas cosas que se le presentan a la Medicina oscuras, al Psicoanálisis se le presentan con bastante claridad.

Me imagino que un físico atómico diría lo mismo que yo con respecto al Psicoanálisis, diciendo que hay cosas que el Psicoanálisis ve con mucha claridad, pero que hay cosas que ve muy oscuras y la Física Atómica ve con mayor claridad.

Estamos divididos y compartimentados. La Medicina se queja que no tratan a los enfermos como personas. ¿Qué quiere decir eso? Para tratarlos como personas tiene que haber un religioso o un psicólogo. La Medicina no tiene una concepción de la persona, tiene una concepción de los equilibrios iónicos, de la cantidad de hemoglobina.

Es decir, no sólo el poder de la Iglesia deja a los religiosos en los hospitales, no sólo, si fuera sólo por el poder de la Iglesia les hubiesen echado ya de los hospitales, porque la Medicina es una fuerza muy fuerte porque le ha hecho un bien a la humanidad imponderable. Están porque son útiles, porque curan un montón de cosas que la medicina no entiende nada. Es así, si no tuvieran ninguna utilidad, no estarían.

Después una experiencia calibrada, registrada y escrita con los niños en los hospitales, un gran avance psicoanalítico, no fue psicoanalítico pero fue mirando desde el Psicoanálisis, que los niños estaban mucho tiempo internados en operaciones graves, en operaciones grandes, estaban mucho tiempo en el hospital y enfermaban de algo además de la enfermedad que tenían, por el hecho de estar en el hospital tanto tiempo.

Hubo un doctor, el doctor Escardó que internaba al niño junto con la madre, disminuyendo a la mitad el tiempo de internación, es decir, disminuyendo a la mitad el tiempo de cicatrización de las heridas o recuperación de las funciones. Entonces yo digo, que esto se sabe de antaño. Slavenson era cirujano, y escribió un libro que se llama  "Psicología y cáncer". Yo cursé cirugía con el doctor Slavenson y él nos utilizaba.

Nosotros éramos estudiantes de 5º-6º año y nos utilizaba, porque todas las mañanas nos hacía, a cada uno de sus alumnos, hablar 15 minutos con dos pacientes de lo que quisiéramos hablar o de lo que quisiera hablar el paciente. Se sabe, pero no se toman medidas. Todo el mundo lo sabe. Ahora el tratamiento de las drogodependencias, es muy interesante, hay un tratamiento de choque, claro que lo hay, porque el drogodependiente es un sujeto que tiene mil excusas para seguir drogándose y ninguna excusa para dejar la droga, entonces tiene que haber un tratamiento de choque. O se le hace respirar 15 segundos el aire sin droga o no conoce la diferencia entre el aire puro y el aire impuro, por lo tanto, no se puede ni empezar a hablar. Entonces, hay un tratamiento de choque, lo que pasa es que ahora los médicos se están dando cuenta. Los curan, pero los curan ¿en qué sentido? en el sentido que el drogadicto deja la droga, en ese tratamiento de suspensión donde además intervienen un conjunto de personas, le atienden y le dan medicamento y lo llevan a pasear, entonces deja la droga. Deja la droga pero como mantiene la personalidad, en cuanto lo dejan de vigilar vuelve a la droga, entonces, ahora, ya los médicos han empezado a recomendar psicoterapia después de la desintoxicación. Tampoco crean que ustedes son enviados a ser lo que son.

Hay un poeta colombiano, que vivió en México, se llama Germán Pardo García, es uno de los grandes poetas americanos, ahí hay un libro de él, Poesía total, escribió como 40 libros, un gran poeta. Él tuvo un cáncer diagnosticado, el médico afirma después de haber diagnosticado el cáncer que el cáncer se curó, pero él, Germán Pardo García afirma que se lo curó transformando su vida. Él era un joven amante de la noche y de la ciudad, donde hasta los mafiosos lo querían porque como era poeta, lo acunaban, lo mimaban, y él transformó esa vida, que lo había llevado al cáncer, según él,  según sus razonamientos, en una vida aséptica en la finca que heredó del padre, limpiando la madera, dirigiendo el arado, etc. A los dos años va al médico y es un cáncer curado. En el prólogo de su libro aparece esta historia. A este hombre se lo comenta mucho porque es un gran poeta, a mí me parece que como poeta, tan grande como Neruda.

A los 50 años el médico le dice que tiene 5 años de vida y entonces Germán Pardo García decide abandonar todas sus relaciones, la única relación que mantuvo durante  los otros 50 años que vivió, murió en el año 1992, es de principios de siglo, en la casa del padre, fue un amigo poeta. El único que lo iba a visitar era un amigo poeta con el cual hacían la revista que se llamaba "Nivel". Una revista era su contacto con el mundo, y después tenía contacto con todos los poetas del mundo. Yo lo conocí, Leopoldo de Luis lo conoce y le escribe poemas. Ese poeta estuvo a punto de morir de dos enfermedades psicosomáticas y se curó haciendo lo que el tratamiento psicoanalítico hubiese hecho con él, que era hacerle cambiar fundamentalmente el modo de relacionarse.

El otro día hice una interpretación, en un caso que estoy llevando, donde no es que se debilite el sistema defensivo del sujeto que va a enfermar, es que las relaciones para-sitarias  que sostiene el sujeto son más fuertes que su aparato defensivo. Porque los  médicos dicen, hay debilitamiento del sistema inmunitario, hacen los análisis y en los análisis no hay disminución... pero lo que pasa es que es un sistema defensivo, para defenderse de tales cosas, no de tales otras y tales otras, y tales otras.

Yo creo que esto hace pensar la cosa otra vez de nuevo. Yo ahora estoy esperando los análisis, soy un médico como ustedes, no se vayan a creer que no, ni que sí. Yo para confirmar la interpretación espero los análisis, si realmente bajaron los patógenos y subieron los benéficos, fue correcta la interpretación y si no, seguiré trabajando.

MIGUEL OSCAR MENASSA

 


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