ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Nº 45

 FERIA DEL LIBRO
 CALENDARIO DE FIRMAS
 X CONGRESO INTERNACIONAL   
 GRUPO CERO
 PSICOANÁLISIS PARA MÉDICOS

LA MARCA DEL CUERPO

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS OBSESIONES DURANTE EL EMBARAZO

DISCURSO Y TRANSFERENCIA EN PSICOANÁLISIS

LA ANGUSTIA EN EL ASMÁTICO (I)

LA HIPOCONDRÍA UN MIEDO A VIVIR

CARTAS A MI MUJER

LA REPRESIÓN EN PSICOANÁLISIS

CONGRESO

INÉS BARRIO

¿PORQUE HAY PACIENTES QUE NO SE CURAN (III)?

JORNADAS JACQUES LACAN

PILAR IGLESIAS

PROBLEMAS SEXUALES

CURSOS PRIMAVERA - VERANO

MAGDALENA SALAMANCA

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA

LOS LIBROS DE LA EDITORIAL GRUPO CERO

NOVEDADES 2001

FERIA DEL LIBRO DEL RETIRO - CASETA 4
CALENDARIO DE FIRMAS 2001

SÁBADO, 26 DE MAYO
por la mañana de 11 a 14 horas
PAOLA DUCHÊN
"Lejanías"
"Discurso y tansferencia en Psicoanálisis"

EDITORIAL GRUPO CERO
Poesía 2001
Extensión Universitaria

SÁBADO, 26 DE MAYO
por la tarde de 18,30  a 21,30 horas
LIDIA ANDINO
"Psicoanálisis de la maternidad"
(2º edición)

EDITORIAL GRUPO CERO
Extensión Universitaria

DOMINGO, 27 DE MAYO
por la mañana de 12 a 14 horas
MIGUEL OSCAR MENASSA
"Poeta condenado"

EDITORIAL GRUPO CERO
Narrativa  2001

DOMINGO, 27 DE MAYO
por la tarde de 17 a 21,30 horas
CARLOS FERNÁNDEZ
"
Psicoanálisis para médicos"

EDITORIAL GRUPO CERO
Extensión Universitaria

SÁBADO, 2 DE JUNIO
por la mañana de 11 a 15 horas
MANUEL RAYÓN
"Ecos de silencio"

EDITORIAL GRUPO CERO
Poesía  2001

SÁBADO, 2 DE JUNIO
por la tarde de 17 a 21,30 horas
FERNANDO ÁMEZ
"Noche interior"

EDITORIAL GRUPO CERO
Poesía  2001

DOMINGO, 3 DE JUNIO
por la mañana de 12 a 14 horas
MIGUEL OSCAR MENASSA
"Cartas a mi mujer"

EDITORIAL GRUPO CERO
Narrativa  2001

SÁBADO, 9 DE JUNIO
por la mañana de 11 a 15 horas
LUIS DE BLAS
"Claroscuro"

EDITORIAL GRUPO CERO
Pablo Menassa de Lucia
Aula de Poesía y Psicoanálisis

SÁBADO, 9 DE JUNIO
por la mañana de 11 a 15 horas
Mº ROSA PUCHOL
"Interlunio"

EDITORIAL GRUPO CERO
Pablo Menassa de Lucia
Aula de Poesía y Psicoanálisis

SÁBADO, 9 DE JUNIO
por la tarde de 17 a 21,30 horas
OLGA DE LUCIA
"Agua Fresca"

EDITORIAL GRUPO CERO
Poesía 2001

DOMINGO, 10 DE JUNIO
por la mañana de 12 a 14 horas
MIGUEL OSCAR MENASSA
"Monólogo 
entre la vaca y el moribundo"

EDITORIAL GRUPO CERO
Narrativa  2001

DOMINGO, 10 DE JUNIO
por la tarde de 17 a 21,30 horas
EMILIO GONZÁLEZ
"Hojas Debidas"

EDITORIAL GRUPO CERO
Poesía  2001

PSICOANÁLISIS Y MEDICINA 
X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO 

"No podemos terminar con el alma, sólo podemos curarla"

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA: LA REVISTA DE PSICOANÁLISIS DE MAYOR TIRADA DEL MUNDO.

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LA MARCA DEL CUERPO


Hubo de tener tanta fuerza como para soportar a un sujeto marcado por una división, un hombre que quiere hacerse entender y un poeta que se produce al ser devorado por los versos, que entre ellos hallan un orden sin preocuparse de lo que el poeta sabe o no sabe. Que el sujeto no sea quien sabe lo que dice, porque pasa que alguna cosa es dicha por una palabra que no tiene, que le salió de la boca sin pensarlo, como lo inesperado de un fallido que 
evidentemente Freud va darle orden de inconsciente. La doble inscripción freudiana no pertenecería, ni siquiera es permitida una comparación, a ninguna barrera saussureana, sino al corte del inconsciente al resistirse, y que da a entender de que hay un revés del discurso, que la interpretación confirma como discurso inconsciente.

Todo sujeto entrega allí todo lo que tiene, pero lo único que tiene es una suposición. y esta suposición está siempre ligada a una ambigüedad, en tanto el sujeto no es solamente doble sino dividido. Se trata de dar cuenta que hace lo real de esta división. El lenguaje es lo que hace agujero en lo real, es por la función del agujero que el lenguaje opera su captura de lo real.

Es así como un discurso modela la realidad sin suponer ningún acuerdo del sujeto, dividiéndolo, separando a lo que enuncia de su enunciante. Sólo el analista puede dar giro al discurso que se manifiesta al sujeto como otro, es decir le da la clave de su división.

Esta división va a ser que se introduzca el significante en tanto éste, el significante representa a un sujeto, no un significado, y para otro significante, lo que quiere decir no para otro sujeto. Se rompe la lógica del signo y se establece la lógica del significante que difiere tanto de esa memoria de tanta puntualidad. Por lo tanto nunca un significante podría sucumbir al signo y por lo tanto el lenguaje nunca puede ser considerado como un mensaje en sí mismo, y es el sujeto dividido por la operación del lenguaje con el que se encuentra el psicoanálisis. Esto es lo que pone en cuestión a la ciencia en tanto que ésta de un objeto hace un sujeto, mientras que aquí tenemos a un sujeto que es él mismo, dividido.

Los ecos de esta división repercuten como ondas expansivas que llegan hasta un punto de fracaso que vacía de cuerpo al significante y que de esta manera no es apto para dar cuerpo a una fórmula. Este es el momento del saber de lo sexual y allí pierde su porque no puede dar cuerpo a una fórmula de la relación sexual. De esta falta de fórmula no encontrada, es que la teoría enuncia: no hay relación sexual, formulable en la estructura.

Lo real se diferencia de la realidad, y no es para decir que sea incognoscible, porque no se trata de entender algo, no se trata del conocimiento, sino de una demostración, de una constatación. Y dijimos que no se trata del objeto, del objeto cognoscente ni cognoscible, solamente lo que sí podemos constatar, es el deseo. De esta constatación del deseo es que inducirnos la causa como objetivada.

Hay un punto donde lo simbólico toma cuerpo. El cuerpo de lo simbólico que de ningún modo hay que entender como metáfora La prueba es que nada sino el lenguaje, aisla el cuerpo tomado el sentido ingenuo, es decir, aquél cuyo ser se sostiene en él, no sabe que es el lenguaje el que se lo recorta como silueta, hasta el punto de que no se constituiría si no pudiera hablar. El primer cuerpo que hace que el segundo esté ahí, se incorpore. De allí que es lo incorporal que marca lo primero, de aquel tiempo posterior a su incorporación. Incorporal es la función, que hace realidad de la matemática. Porque es incorporada es que la estructura produce el afecto, afecto de lo que del ser se articula con la muerte.

El cuerpo constituye en primer lugar todo lo que puede llevar marca apropiada para ordenarlo en una serie de significantes Desde esta marca, él es soporte de la relación, menos-uno, designa el lugar del Otro. Así no todo es carne. Hay marcas que sor improntas que llevan el signo que las negativiza, que las marcas como ausencias, que se separan del cuerpo y que ascienden con nubes, de su goce, cargadas de rayos a redistribuir entre cuerpo carne. El conjunto vacío de las osamentas es el elemento irreductible donde se ordenan otros elementos, los instrumentos del goce cadenas, látigos, collares, cubiletes, armas, todos los que sea necesarios ya que hay tantos sub-elementos para enumerar el goce como para hacerlo entrar en el cuerpo.

Norma Menassa. Psicoanalista
Buenos Aires: 4 322 6400

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 LA ANGUSTIA EN EL ASMÁTICO (II)


El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas que se caracteriza por episodios de obstrucción bronquial reversibles, de forma espontánea o con ayuda del tratamiento. En esta obstrucción participan el fenómeno inflamatorio, la contracción de la musculatura lisa de los bronquios, regulada por el sistema nervioso autónomo, y el aumento de secreción de moco.

Cursa con una capacidad de respuesta exagerada de la vía aérea frente a una gran variedad de estímulos, endógenos o exógenos, fenómeno que se denomina hiperreactividad bronquial.

Considerando la etiología podemos clasificar el asma en dos grandes grupos:

- Asma extrínseco o alérgico, que corresponde al 80% de los casos, en el que existe un agente causal externo, el alergeno (un antígeno, una sustancia extraña al cuerpo), que está en el ambiente (pólenes, ácaros...) y que inhalados desencadenan una reacción alérgica que da lugar a los fenómenos patológicos que mencionamos (la inflamación, la contracción muscular y la secreción de moco).

- Y un segundo grupo, el asma intrínseco o criptogénico, el 20% restante, donde el factor etiológico es desconocido.

En los pacientes con asma extrínseco o alérgico frecuentemente existen antecedentes de atopia (fuera de lugar), que es un término que designa la tendencia a sufrir enfermedades alérgicas, tales como asma, eccema, fiebre del heno, urticaria y alergia a los alimentos.

En este grupo, además, suele existir una historia familiar de asma. Se calcula que si uno de los padres es asmático la posibilidad del hijo de tener asma es de un 30% y si los dos padres son asmáticos llega hasta el 50%, como si hubiera un factor hereditario o genético. Aunque estudios en gemelos idénticos (monocigóticos, que proceden de una misma célula y por tanto tienen el mismo código genético) y en gemelos no idénticos (dicigóticos) han mostrado que los factores ambientales son cruciales para el desarrollo de la enfermedad.

Se calcula que un 5-10% de la población es asmática. Es una enfermedad que se puede presentar a cualquier edad, aunque fundamentalmente se da en niños y adultos jóvenes, el 50% de los casos se manifiesta antes de los 10 años, fundamentalmente la forma extrínseca, donde existe además un predominio de varones (2:1), mientras que el asma intrínseco afecta sobretodo a mujeres adultas. Hasta en un 20% de los casos se produce una curación espontánea, sobre todo en la forma infantil al llegar a la adolescencia. Su curso, muy variable, va desde formas leves, que producen pocos síntomas, a formas graves de difícil control, y puede incluso provocar la muerte, en algunos estudios se ha calculado que en España podrían producirse de 1.500 a 2.000 muertes al año por asma.

La clínica va a depender de la obstrucción reversible de los bronquios. En general se manifiesta por episodios agudos, que pueden durar minutos u horas, de disnea (dificultad respiratoria) sibilante (los famosos pitos, es decir una respiración que se hace sonora) y accesos de tos seca. Y aunque estos síntomas puede aparecer a cualquier hora del día, son más frecuentes por la noche. En otras ocasiones, la obstrucción es más prolongada y la clínica se mantiene más en el tiempo, con mayor o menor intensidad.

Diversos factores pueden agravar o desencadenar una crisis de asma: el ejercicio físico, infecciones respiratorias, exposición a irritantes inespecíficos (humo de tabaco, polución), factores hormonales y factores emocionales.

En el tema de hoy la angustia en el asmático voy a intentar mostrar dónde o cómo se puede leer la angustia en el asmático.

La angustia es un afecto, el afecto por excelencia, ahí el sujeto está involucrado. Un estado semejante a la expectación de peligro, de un peligro desconocido, es decir la angustia no tiene objeto o lo que es lo mismo cualquier situación le sirve para manifestarse.

Toda angustia es angustia de castración, aquello que media entre el goce incestuoso y el deseo. Y cuando hablamos de castración hablamos de castración de la madre fálica, una atribución que el niño hace ante su incapacidad, aquella que interpreta todos sus deseos y satisface sus necesidades. La castración es por tanto la castración del Otro, del lenguaje.

La angustia de castración sería la señal del peligro de caer en brazos de la madre fálica, una angustia estructural. Una señal de la que se puede derivar la acción que nos aleja del peligro y nos sitúa del lado del deseo, o la angustia que, situándonos del lado del goce, en brazos de la madre fálica, nos paraliza, ahí toda acción queda detenida, porque no podemos. Dos estados diferentes: la angustia nos tiene, posibilidad de seguir haciendo, o tenemos angustia que nos inmoviliza. Y cuando hablamos de acción, hablamos de lenguaje porque la posibilidad de acción para el hombre es la palabra, no el movimiento, como nos muestra el obsesivo que está atrapado en infinitos movimientos rituales que le impiden hacer otra cosa.

Pilar Rojas. Médico-Psicoanalista
Madrid: 91 542 33 49


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LA REPRESIÓN


EN PSICOANÁLISIS   Al igual que cuando hablamos cotidianamente de inconsciente, este término no tiene que ver con el concepto “inconsciente” que Freud descubre en los Estudios sobre la Histeria y después produce como articulación teórica en 1900, en su obra capital “La Interpretación de los Sueños” mostrando que no sólo los síntomas sino también los sueños son formaciones del inconsciente y como soñar, soñamos todos, todos tenemos inconsciente, el término “represión” tampoco tiene que ver con el uso habitual que se hace del mismo, constatación consciente de un ser o estar.

La represión es el mecanismo psíquico que da cuenta de esa rajadura del ser humano y por humano, dividido entre lo consciente y aquello que es imposible de acceder a la conciencia y que sin embargo, la determina, centro de nuestra vida psíquica.

La represión es un concepto que no podría haber sido formulado antes de las investigaciones psicoanalíticas. Ateniéndonos a la división antes mencionada, no es difícil aceptar que la satisfacción de un instinto pueda despertar placer en un lugar y displacer en otro. Una condición indispensable de la represión es que la fuerza motivacional de displacer adquiera un poder superior a la del placer producido por la satisfacción.

El estudio psicoanalítico de las neurosis de transferencia concluye que la represión no es un mecanismo de defensa originariamente dado sino que, por el contrario, no puede surgir hasta después de haberse establecido una precisa separación entre la actividad anímica consciente y la inconsciente.

La esencia de la represión consiste en rechazar y mantener alejados de lo consciente a determinados elementos. En una primera fase de la represión, a la representación psíquica de la pulsión se le ve negado el acceso a la conciencia, produciendo esta negativa una fijación, es decir, que la representación de que se trate perdura inmutable a partir de este momento, quedando las pulsiones ligadas a ella. En la segunda fase, la represión propiamente dicha recae sobre ramificaciones psíquicas de la representación reprimida o sobre aquellas series de ideas procedentes de fuentes distintas pero que han entrado en conexión asociativa con dicha representación sufriendo, a causa de esta conexión, el mismo destino que lo primitivamente reprimido.

La represión propiamente dicha es una fuerza opresiva posterior, debiendo tener en cuenta no sólo la repulsa que, partiendo de lo consciente, actúa sobre el material que ha de ser reprimido sino también la atracción que lo primitivamente reprimido ejerce sobre todo aquello con lo que le es dado entrar en contacto. La tendencia a la represión no conseguiría jamás sus propósitos si estas dos fuerzas no actuasen en conjunto.

Para penetrar en el conocimiento del mecanismo del proceso de represión, el único medio disponible es deducirlo de los resultados de la censura. La observación nos descubre que la represión crea regularmente una formación sustitutiva y además deja síntomas tras de sí pero no es la represión misma la que los crea sino que son signos de un retorno de lo reprimido. Los mecanismos de la represión y los de formación de sustitutivos y de síntomas difieren considerablemente.

Por ejemplo, en la histeria de angustia y concretamente en la fobia, el afecto, tendencia amorosa, sucumbe a la represión, desapareciendo de la conciencia después y transformándose en agustia. En calidad de sustitutivo surge en su lugar, por desplazamiento, una representación más apropiada para constituirse en objeto de angustia. En este caso, la represión ha de considerarse totalmente fracasada al faltar todo ahorro de displacer.

El cuadro de la histeria de conversión impone otra concepción distinta del proceso represivo.  En este caso existe la posibilidad de hacer desaparecer el montante de afecto, observando el paciente entonces una característica conducta de indiferencia con respecto a sus síntomas. Otras veces, no alcanza la represión tanto éxito, pues se enlazan al síntoma sensaciones penosas. El contenido ideacional de la representación es sustraído por completo de la conciencia como formación sustitutiva y como síntoma, encontrando una inervación de naturaleza sensorial y/o motora de extraordinaria energía que aparece como excitación o como inhibición. Esta hiperinervación tiene efecto en una parte de la misma representación reprimida, la cual ha atraido toda la carga, como por condensación. La represión en la histeria puede considerarse por completo fracasada si nos atenemos a que sólo es alcanzada por amplias formaciones de sustitutivos, aunque queda casi siempre conseguido el verdadero trabajo de la represión que es la supresión del montante de afecto.

Otro aspecto distinto presenta la represión en la neurosis obsesiva. En este caso, lo que sucumbe a la represión es un impulso hostil contra una persona amada consiguiendo, al principio, la represión un éxito completo: el contenido ideológico es rechazado y el afecto obligado a desaparecer. Como producto sustitutivo, surge una modificación del yo, 

consistente en el incremento de la conciencia moral que no puede considerarse como un síntoma. La formación de sustitutivos y la de síntomas se muestran aquí separados, revelando una parte del mecanismo de la represión. Esta ha realizado como siempre una sustracción de la libido pero se ha servido para este fin, de la formación reactiva por medio de la intensificación de lo opuesto.

Pero esta represión conseguida no logra mantenerse, retornando el afecto desaparecido transformado en angustia social, angustia moral, escrúpulos y reproches sin fin y la representación rechazada es sustituida por un sustituto por desplazamiento que recae con frecuencia sobre elementos nimios e indiferentes.

El fracaso de la represión del factor cuantitativo afectivo activa el mecanismo de fuga por medio de evitaciones y prohibiciones pero la idea sigue viendo negado el acceso a la conciencia. De este modo se consigue evitar la acción, paralizando el impulso. Por tanto, el trabajo de la represión en la neurosis obsesiva acaba en una vana e inacabable lucha.

  Concepción Osorio Chichón. Psicoanalista
Madrid: 91 559 31 70

¿POR QUÉ HAY PACIENTES QUE NO SE CURAN? (III)


 Habíamos visto que entre las resistencias a la cura, estaban aquellas que provenían del yo, de aquella parte inconsciente del yo, y una vez vencidas las mismas, se comprobaba que aún teníamos que vérnoslas con la compulsión a la repetición.

Profundizando más, hallamos, en efecto, que se nos oponen cinco clases de resistencias procedentes de tres distintos orígenes, esto es, del yo, del ello y del super yo. Revelándose el yo como fuente de tres de tales resistencias. La primera de estas tres resistencias del yo es la resistencia de la represión, sobre la cual poco nuevo puede ya decirse. De ella se distingue la resistencia de la transferencia, de la misma naturaleza, pero que hace en el análisis apariciones distintas y más claras, pues ha conseguido establecer una relación con la situación analítica, o con la persona del analista, reanimando con ello una represión que sólo hubiera sido recordada. También es una resistencia del yo, pero de naturaleza totalmente distinta, la que parte de la ventaja de la enfermedad y se basa en la incorporación del síntoma al yo. Esta resistencia corresponde a la rebelión contra la renuncia a una satisfacción o un alivio. Podemos distinguir aquí, una ventaja primaria de la enfermedad, es decir la ventaja que conlleva para el inconsciente la realización de un deseo, aunque sea en forma de síntoma, y además, tenemos que pensar toda la enfermedad como defensa, en el sentido de que esa es la salida más digna de que el sujeto fue capaz, la ventaja primaria, siempre está presente, mientras que la secundaria, podría faltar, la ventaja secundaria estaría más en relación con aquellas actividades que el sujeto se libra de desempeñar a causa de su enfermedad. Así, no es raro ver cirujanos con alergia al látex, componente de los guantes quirúrgicos, pintores con artritis reumatoide que les afecta sobre todo a las manos... etc. La cuarta clase de resistencia, la del Ello, ha sido la que como hemos visto anteriormente, necesita de elaboración. Tiene que ver con la pulsión de muerte, con la compulsión a la repetición. El análisis es el único instrumento del que disponemos para actuar sobre la pulsión, sólo en análisis se puede modificar la manera de gozar, que tan implicada está en el mantenimiento del síntoma. La quinta, sería la resistencia del superyo, parece proceder de la conciencia de culpa o necesidad de castigo. Se trata de un sentimiento de culpa inconsciente, que tiene que ver siempre en última instancia con el deseo universal de que desaparecieran nuestros competidores (padre, hermanos) por el amor de la madre. La enfermedad viene ahí a ser el castigo que lava la culpa, mientras se mantiene la enfermedad el sujeto se siente libre de toda culpa, por eso se resiste tanto a abandonarla.

Por tanto, ninguna enfermedad es azarosa, nada de lo que pasa en el sujeto es por casualidad, podemos decir que una cierta enfermedad orgánica es padecida más frecuentemente por unos sujetos que por otros. Hay siempre, si se investiga, una congruencia con la historia de deseos del sujeto. En esto se basaba la clasificación de la escuela francesa que dividía a los pacientes en cardiópatas, gastrópatas, según la personalidad que ellos habían comprobado, se asociaba más a la posibilidad de enfermar un órgano u otro. No es que estemos de acuerdo con esta clasificación, pero sí con la idea que subyace, de que hay una suerte de elección de síntoma, y que el síntoma no tiene que ver exclusivamente con el patógeno, con el tóxico, etc, que generan la enfermedad, sino que también, y quizá de manera más importante, implican al sujeto.

Alejandra Menassa. Médico-Psicoanalista
Madrid:  91 542 33 49


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PROBLEMAS SEXUALES
DE PAREJA


 Dentro de los trastornos sexuales más frecuentes por lo cuales, hombres y mujeres acuden a las consultas de psicoanálisis están la frigidez y la impotencia. Hace más de cien años, Freud, decía que todas las personas han pasado por momentos de impotencia y de frigidez. Es por lo tanto, un síntoma común. No se puede considerar una enfermedad, es un trastorno que a veces puede ir acompañando a enfermedades psíquicas mayores, por ejemplo en los pacientes aquejados de neurosis obsesiva, es frecuente ver que padecen estos trastornos sexuales.

La impotencia y la frigidez, se pueden considerar más allá de lo genital, en el sentido, que muchos hombres y mujeres padecen de impotencia a la hora de afrontar aspectos generales de su vida, y  la frigidez afectiva es un síntoma que determinadas personas padecen y que las imposibilitan para poder manifestar o sentir afectos hacia su pareja.

La impotencia se caracteriza por la falta de erección que puede ser semicompleta o completa, incluso hay hombres que tienen un grado de erección aceptable, pero en el momento de la penetración les falla la misma, lo que comúnmente se dice “dar el gatillazo”. El hombre que padece de impotencia aguda o crónica dentro de su estructura de pareja, padece también de un problema con su deseo, en el sentido que puede amar al objeto amoroso pero no lo puede desear suficientemente. Podríamos decir que el amor ha taponado al deseo y lo que debería ser una relación genital se transforma en una relación amorosa, donde el individuo ama en vez de desear, es decir, no disocia el amor del deseo y en ese desencuentro se produce la falta de erección.

“Es porque te amo tanto que no te deseo” y en ese gesto todo gira hacia un plano donde el miembro del hombre se transforma en un órgano infantil incapaz de cumplir su función como órgano de goce.

Sí podemos decir que el impotente quiere tener una relación sexual, pero la pregunta que él no puede plantearse es: ¿con quién?

Si estudiamos la evolución de la sexualidad en el niño desde sus comienzos, comprobamos que la relación con el primer objeto de placer “el pecho materno”, deja en él una huella, un recuerdo, donde la primera experiencia de satisfacción va asociada a la figura que transporta dicho objeto, es decir, hablamos de la madre. Para cualquier niño, la figura materna es causa inicial de su deseo, pero a la vez deseo interdicto, prohibido por el hecho de ser un objeto sexual al cual nunca va a poder acceder, pero que simultáneamente será causa de deseos en lo real inconsciente. Objeto causa de deseo pero a la vez de don de amor, donde la primera experiencia de placer, también va asociada a una potencia protectora sin la cual cualquier niño sucumbiría. Entre ese primer goce y ese primer amor, se generará una pulsión en el niño que ya de adulto le hará buscar de manera incansable ese primer objeto de amor pero a la vez de goce, imposible de hallar por definición. Sólo dicho encuentro puede acontecer en el orden de lo imaginario, y en el orden de lo real inconsciente, donde una vez adulto, creerá haber encontrado en la pareja un sucedáneo de lo que fue aquel primero objeto de goce y a la vez de amor, pero irrepetible en su encuentro por ser un momento de reconstrucción mítico. De este modo, el ser humano amará en el otro lo que él fue, lo que es, lo que quisiera haber sido, a la imagen de la madre nutricia o el padre protector.

En el impotente, podemos decir que ama a su pareja en torno a la imagen de la madre nutriz, es decir, su objeto amoroso ya de por sí y por definición para él, estará interdicto, es decir, prohibido, de manera que todo encuentro con dicho objeto de amor, en lo real inconsciente será causa de conflicto para él mismo, pues por definición y por ley, hay un goce que al niño-adulto le está prohibido.

La impotencia se produce porque hay encuentro inconsciente con el primer objeto de amor, la madre, y a la vez desencuentro con la pareja y nada de lo que sucede es del orden de la conciencia.

Podemos observar también que estos pacientes, experimentan tras la falta de erección frente a la mujer un sentimiento de ridículo y a la vez de culpa, porque él sabe que en algo la frustra a ella, pero a la vez algo se satisface en él. En este tipo de parejas, podemos observar que tras el fallo en la erección, la mujer, lo abraza tiernamente y le consuela con palabras amorosas que acaban de confundirlo más a él por lo que dicho sentimiento de culpabilidad a la vez se acrecienta. Muchos de estos pacientes, ante la duda, prueban con otras mujeres por las cuales no experimentan ningún afecto y ellos se sorprenden porque ante las mismas funcionan sin ningún problema. Algunos de los cuales acceden de este modo a un tipo de relación amorosa con su pareja y los encuentros sexuales acontecen fuera de la misma. No existe en ellos la posibilidad de poder amar y desear al objeto amoroso. Si lo aman no lo de-sean y si lo desean no lo aman, por lo tanto algunos eligen amar a la pareja como amaron a la madre y resuelven su impotencia deseando fuera de la misma. Sin embargo, aquellos que no pueden desear ni dentro ni fuera de la pareja, son hombres que se quedan atrapados en una relación fantasmática castrante donde el deseo sexual queda reducido a la mínima expresión por un goce inconsciente de carácter incestuoso.

Miguel Martínez Fondón. Psicoanalista
Getafe: 91 682 18 95

ESTE ESPACIO PERTENECE A LA

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

 

Soy lo que vuela
encadenadme y seré lo encadenado que vuela
matadme y seré lo encadenado, muerto, que

www.aulapablomenassa.com

LA ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA
TAMBIÉN TIENE SU COLUMNA

La Asociación continúa trabajando en sus objetivos, difundir la cultura en todas sus manifestaciones. Desde el mes de marzo de 2001, después del éxito conseguido en el acto que organizamos en la entrega del II Premio a la Mujer Trabajadora y coincidiendo con las lluvias de primavera, nuestros esfuerzos se han dirigido a confeccionar la página WEB, primeros pasos para que puedan visitarnos, todos aquellos que lo deseen. Los libros publicados en los diferentes premios, los actos que organizamos, el Acta de Fundación de la Asociación, el listado de socios, las conferencias y otros eventos podrán verlos en: www.aulapablomenassa.com.

Desde el mes de Abril, la Asociación junto con la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, está organizando las Jornadas Homenaje en el 2001, a los 20 años de la desaparición de JACQUES LACAN, mostrando la vigencia de su obra. Jornadas que una vez por mes, en día sábado de 10 a 14 horas, realiza un recorrido por temas fundamentales en la obra de uno de los pensadores más importantes del siglo XX. Las Jornadas son impartidas por Psicoanalistas de la Escuela. El hecho de que la Asociación sea sin fines de lucro, permite que las Jornadas sean de Matrícula gratuita, previa inscripción.

Sin fines de lucro, significa exactamente, sin fines de lucro, es decir, el dinero que los socios ponen mensualmente (desde 1.000 a 50.000 pesetas) no se lo puede llevar nadie, con lo que podemos organizar actos sociales, exquisitamente comunitarios, porque sabemos que fundar es nacer y permanecer es triunfar.

Estamos contentos, muy contentos, para la jornada del 28 de Abril de 2001, se inscribieron 143 personas al tema “Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis”. Conferencia impartida por Concepción Osorio y Jaime Kozak. En una sala llena de interesados por la obra de Jacques Lacan y durante cuatro horas los profesores realizaron un recorrido por conceptos como el inconsciente, la repetición, la transferencia y la pulsión, con pertinentes preguntas por parte del público, quedando claro el interés de la población por escuchar “LACAN POR EL GRUPO CERO”.

En esta línea, el 12 de Mayo el Psicoanalista Emilio González, impartió dentro de las mismas jornadas “La Ética del Psicoanálisis”, otra vez con la sala completa. Un recorrido desde Aristóteles a Freud, la problemática de la sublimación y la ética del deseo, generaron en el foro, el placer por el diálogo.

El 30 de junio, se impartirá “La Lógica paradojal de la sexualidad femenina” a cargo de Amelia Díez Cuesta. Y continuaremos hasta un total de ocho conferencias, mostrando la obra de un autor fundamental en toda formación psicoanalítica, filosófica, científica o artística.

La Asociación dentro del ciclo de Enfermedades Psicosomáticas, impartió el 16 de marzo la charla coloquio “SIDA”, el 6 de abril la conferencia “Artritis Reumatoide” y el 25 de mayo “Lupus Eritematoso Sistémico”. Conferencias en las que las doctoras Alejandra Menassa y Pilar Rojas, incidieron en la importancia de la escucha psicoanalítica en la prevención y tratamiento de estas dolencias en las que el sistema autoinmune y el aparato psíquico ejercen un papel determinante.

Uno de los momentos, de los actos más esperados durante todo el año, es el fallo del jurado en los Premios Pablo Menassa de Lucia, tanto en la modalidad de Poesía como de Psicoanálisis. Este año, en su segunda convocatoria, como ya les comunicamos los galardonados en la modalidad de Poesía fueron, ex aequo, Mª Rosa Puchol por su poemario INTERLUNIO y Luis de Blas por CLAROSCURO.

Y la Asociación en un acto multitudinario, presentó ambos (Sala María Zambrano). Poetas integrantes de los Talleres de Poesía, pertenecientes a la Escuela de Poesía Grupo Cero, presentaron las obras galardonadas y los laureados, muy emocionados y con algunos nervios, no es para menos, pusieron su voz en un recital poético inolvidable. Al finalizar la lectura una avalancha de asistentes pedimos que nos firmaran ejemplares de los libros presentados. Agradecemos desde aquí a la Editorial Grupo Cero, el esmero puesto en la edición de los poemarios y felicitamos a Mª Rosa Puchol y Luis de Blas.

Recordarles que el plazo de presentación de originales para la tercera convocatoria del Premio Pablo Menassa de Lucia, finaliza el 31 de julio. Para más información pueden llamar al 91 542 33 49 o visitar www.aulapablomenassa.com.

Seguiremos trabajando e informándoles de las actividades en las que de una u otra manera la Asociación participará (campeonato de mus, conferencias, presentación de libros, Feria del Libro, XII Congreso Internacional Grupo Cero...).

Si lo deseas te puedes asociar.


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X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO. 
PSICOANÁLISIS Y MEDICINA

diagnóstico y
tratamiento
de las obsesiones durante el embarazo

 APROXIMACIÓN A LA NEUROSIS OBSESIVA

Introducción

Se trata de una joven paciente embarazada cuyo caso usaremos como ejemplo para ilustrar algunos aspectos de la teoría relativos a la neurosis obsesiva. Llega a la consulta aquejada de representaciones obsesivas, muchas de ellas referidas a la situación de embarazo -que se halla en su cuarto mes en ese momento-, a la viabilidad del mismo y a la salud del niño que está por nacer, manifiesta, por ejemplo, un temor angustioso a provocarse ella misma un parto prematuro mediante el pensamiento, dice haber leído en una revista que los nervios que pasa la madre pueden transmitirse al hijo, y ahora tiene miedo de tener miedo y que eso le provoque un parto prematuro. Es un temor que va a ir disolviéndose durante el tratamiento, al ser puesto en perspectiva con otras temáticas de contenido más amplio, algunas de las cuales tendremos ocasión de comentar más adelante.

El pensamiento mágico y la culpa inconsciente

El obsesivo, como el niño y el primitivo, cree en la omnipotencia del pensamiento. Cree y no cree, a veces se identifica con el pensamiento mágico y a veces no, oscila entre la plena superstición y la distancia con respecto a esa clase de pensamientos, que entonces le parecen ajenos e incomprensibles. Cuando cree, si piensa por ejemplo que a alguien le sucederá una desgracia, entonces esa desgracia sucederá en la realidad, lo que le obliga a vigilar de continuo sus pensamientos para no pensar en la desgracia ajena. Cosa que por otra parte no consigue, ya que su pensamiento está determinado por la ambivalencia afectiva y la regresión a la organización sádico-anal, para la que “quisiera matarte” equivale a “quisiera gozarte”. Nuestra paciente consume gran parte de su tiempo en preocupaciones porque “pueda pasar algo”, e imaginando que sus familiares más directos contraen diversas enfermedades mortales, como cánceres o tumores cerebrales, actividad que justifica atribuyéndole efectos profilácticos: “si pienso que enferma, no cogerá la enfermedad”.

En la neurosis obsesiva es de gran importancia la defensa del yo contra las representaciones obsesivas, defensa que determina la formación de síntomas y otros productos transaccionales. El enfermo se ve invadido por ideas que le causan horror y extrañeza, por ser ajenas a su pensamiento normal, e intenta distanciarse y defenderse de esas ideas mediante todo tipo de mecanismos, que terminan casi siempre por fallar, pues lo que debe ser rechazado acaba por penetrar en aquello por lo que es rechazado.

El obsesivo está también dominado por un sentimiento inconsciente de culpabilidad, tiene culpa por un crimen que no ha cometido y que desconoce, y busca de continuo cometer transgresiones y contravenir prohibiciones para poder así hacerse merecedor de castigos que den sentido a su culpa y al mismo tiempo la aplaquen. La presión de la culpa inconsciente se alivia de inmediato en cuanto aparece algún sufrimiento en la realidad que pueda satisfacer la necesidad de castigo. Nuestra paciente observa con extrañeza que, cuando tiene que cuidar a algún enfermo en su familia o ella misma está enferma, experimenta una remisión importante de sus síntomas, mientras que cuando se encuentra bien se preocupa inmediatamente de que “a alguien le pueda pasar algo”.

Los productos obsesivos son generalmente tan complicados y entrañan un número tan elevado de determinaciones, que se hace virtualmente imposible seguir todas las series asociadas al más simple de los pensamientos. En nuestro ejemplo, de la ambivalencia amor-odio surge un pensamiento, dirigido hacia una persona amada: “que enferme y que se muera”. Como el modo de pensar es mágico, inmediatamente aparece la precaución: “debes vigilar tu pensamiento, pues si imaginas que muere morirá en la realidad”, y un motivo consciente para la culpa y el consiguiente remordimiento: “si muriese, nunca podrías perdonártelo, por haber sido tú quien causó su muerte con tus pensamientos”.

 

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Aquí interviene el pensamiento normal: “no seas supersticiosa, no puedes hacer que alguien enferme con sólo pensarlo”; esto es aprovechado inmediatamente por la neurosis, que ordena: “¡Demuéstralo!: si piensas continuamente en que enferma y muere y ni enferma ni muere, habrás demostrado que tus pensamientos son inocuos, y entonces podrás sentirte libre de toda culpa”. De ahí hasta la idea, tal como aparece en la sujeto, sólo hay un paso: “tienes que pensar continuamente que enferma y muere, y así no enfermará ni morirá”.

Esta compulsión angustiosa reúne ya casi todos los factores en juego: por una parte, permite la supervivencia de la idea original, prácticamente sin deformación alguna, pero en un estado en el que ya no es reconocible para la sujeto; por otra, proporciona un exutorio a la conciencia inconsciente de culpabilidad y un castigo por dicha culpa; por último, atiende a los argumentos de la razón, aunque sea parcialmente y de un modo que puede parecernos inhabitual.

La función de la duda y el índice de afecto

La inseguridad y la duda son compañeros inseparables del obsesivo. La creación de la inseguridad es uno de los métodos que la neurosis emplea para extraer al enfermo de la realidad y aislarle del mundo, tendencia integrada en toda perturbación psiconeurótica. Los enfermos realizan un esfuerzo evidente para eludir toda seguridad y poder permanecer en duda. Adhieren preferentemente sus pensamientos a aquellos temas en los que la inseguridad es generalmente humana: la paternidad, la duración de la vida, la supervivencia en el más allá y la memoria.

En nuestro ejemplo, la función de la duda encuentra un anclaje retórico en la formulación como preguntas de las representaciones obsesivas: “¿Y si mamá enfermase de cáncer y muriese?”, “¿Y si me provocase un parto prematuro mediante el pensamiento?”, “¿Y si le diese un puñetazo en la barriga al niño mientras duermo?”. Aquí la duda tiene la función de atenuar el impacto afectivo de las representaciones, que quedan así relativizadas apareciendo ahora como meras asociaciones mentales de las que la sujeto puede dudar y distanciarse, intentando continuamente rechazarlas, sin conseguir nunca un éxito completo, en una especie de rumiación interminable. También en la indeterminación de la frase “a alguien le pasará algo” podemos encontrar la función de la duda.

El parto prematuro

Las representaciones e impulsos obsesivos no son inconscientes en sí mismos, siendo objeto, como la realización de los actos obsesivos, de la percepción consciente. Pero los conjuntos en los que nuestra interpretación nos permite ordenarlos sí son inconscientes. Los enfermos ignoran siempre y sin excepción alguna el sentido de sus síntomas; es necesario que tal sentido sea inconsciente para que el síntoma se produzca. En el momento mismo en que procesos inconscientes se hacen conscientes, desaparecen los síntomas.

Nuestra paciente manifiesta hallarse muy unida (a veces llega a decir muy enganchada) a su madre, en cuya casa pasa gran parte del día, a pesar de disponer de casa propia, en la que vive con su marido. No soporta discutir con su madre, y si lo hace, casi siempre le vienen ganas de llorar, “como si fuese pequeña”. Cuando comunica su temor a provocarse un parto prematuro, le pregunto si no estará considerando si es prematuro tener un hijo; ella se opone enérgicamente a esta idea: tener el niño le hace muchísima ilusión. Un mes más tarde tengo ocasión de atender a la madre, que me comenta sus dudas sobre la conveniencia de que su hija, tan joven y sin un trabajo fijo, lleve adelante su embarazo; justamente hace dos meses tuvo una discusión con su hija sobre ese tema, en la que le dijo que le parecía prematuro que fuese a tener un niño. Esto nos da la explicación del síntoma: la paciente, para conservar la relación con la madre, reprimió la discusión y su contenido, pero la palabra prematuro retorna bajo la forma de la idea obsesiva. Mejor dicho, lo que la paciente había reprimido era la conexión entre la discusión con su madre, que no gustaba de recordar, y el contenido de su temor obsesivo. Temor que por otra parte estaba sujeto a otras determinaciones: si el niño nace prematuro a los cuatro meses, no nace prematuro sino muerto, y entonces ella se ve liberada de la carga de ser madre y asumir una serie de responsabilidades para las que no se siente preparada, puede seguir viviendo en casa de su madre y comportarse como cuando era pequeña, etc.

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Los ojos bien abiertos

Terminaremos este recorrido con el examen de otro producto obsesivo: “Fíjese, doctor” -cuenta la paciente-, “qué tontería me pasó ayer: estaba en casa de mi madre, y después de comer, nos sentamos en el sofá, y mi madre se fue quedando dormida. Yo misma también tenía sueño, pero a pesar de eso no podía cerrar los ojos. Y entonces pensé: ¿y si esta noche, cuando vayas a dormir, te pasa como ahora y te encuentras con que no puedes cerrar los ojos?”

La paciente termina diciendo: “Ya no sé qué más contarle”, y se queda en silencio. A mí tampoco se me ocurre nada, así que le pido que continúe hablando, que me cuente cualquier cosa. “Bueno, sí, justo por la mañana, antes de lo de los ojos, había tenido una discusión con mi madre por lo del teléfono. Ella suele reñirme porque yo utilizo el teléfono cuando me da la gana, y después es ella quien tiene que pagar la factura. Ahora recuerdo que, cuando estábamos en el sofá, yo estaba esperando que mi madre se quedara dormida para volver a llamar; al final lo hice, y, para que no me oyese, me llevé el inalámbrico al lavabo.”

La segunda parte es la explicación de la primera, y permite reconstruir la siguiente secuencia: la paciente desea desobedecer a su madre, y realizar el acto prohibido de llamar por teléfono, para lo que encuentra una buena ocasión durante la siesta. Decide mantener los ojos bien abiertos mientras espera a que su madre se quede dormida, pero la culpa por su intención de transgredir la prohibición materna genera un castigo en forma de maldición: “por haber mantenido los ojos abiertos cuando te correspondía haberlos tenido cerrados, ahora no podrás cerrarlos en toda la noche”.

Lo reprimido es en primera instancia la relación causal entre la segunda anécdota y la primera, que hace ininteligible el tema para la sujeto. Una vez rota la conexión, el trabajo de deformación puede continuar, presentando la secuencia en inversión temporal, e intentando eliminar completamente la causa, cuyo relato sólo fue posible después de alguna resistencia. El contenido de la serie no deformada equivale al deseo de transgredir una interdicción, y expresa al mismo tiempo la culpa y el consiguiente castigo por tal deseo, tomado a nivel inconsciente como realizado.

Final

En psicoanálisis no hay diagnóstico: el psicoanalista no espera en su consulta a un obsesivo, un perverso o una histérica, sino a un paciente de psicoanálisis, que a medida que habla se irá posicionando, a veces en una estructura y a veces en otra, neurótica, psicótica o perversa, y eso está por saberse en cada frase del paciente. Es cuando un tratamiento ha finalizado que podemos decir he atendido un paciente que presentaba estos síntomas histéricos, aquellas representaciones obsesivas, ..., y entonces ya teorizamos, no es el tratamiento psicoanalítico.

 José María Blasco. Psicoanalista
Barcelona: 93 454 89 78

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA
AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

CICLO DE CHARLAS COLOQUIO:

ENFERMEDADES
CUTÁNEAS

Viernes, 29 de junio de 2001 a las 20,30hs

ENTRADA LIBRE

Lugar: escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero
C/Princesa, 17 - 3º izq- 28008 Madrid
Tel: 91 542 33 49

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PSICOANÁLISIS PARA TODOS

1 Sesión semanal 60$ por mes
2 Sesiones semanales 120$ por mes

Grupos terapeuticos
1 Sesión semanal 60$ por mes

Informes: Maipú, 459 - 1º piso
Teléfonos: 4238-0614/0710 (De 10 a 17 hs)
grupocero@sinectis.com.ar

 

LA HIPOCONDRÍA,
un miedo a vivir


Todo desuso encubre una acumulación.

Si un órgano, una función, no realiza su tarea será su potencialidad en desuso el comienzo de su destrucción.

Una potencia al servicio de la privación mostrando al mundo a cada momento un sutil anuncio del final.

Un antropófago narcisista en el que se afectan las vísceras que no transforma en sus transformaciones y que quiere seguir haciendo funcionar como antes.

Un repudio a la infinita capacidad de sustituir.

Abanderado de sensaciones somáticas penosas o dolorosas encapsulando lo que no distribuye y empobreciendo todos los otros sistemas.

La transformación de la distribución de la energía requiere un cuestionamiento de la visión del mundo por parte del sujeto, su modo de producción y con ello la revisión del juego desplazamiento-condensación.

Compromete todo su ser, su cotidianeidad, su historia familiar, su soledad y grupalidad.

Hablando se alteran los sentidos.

En lo humano, una posibilidad de conocer es una oportunidad de cambiar algo.

Un acto diferente puede cambiar lo que hasta ese momento sólo pudo ser igual a sí mismo.

En 1900 Freud define el Aparato Psíquico comparándolo con modelos ópticos, luego piensa en la posibilidad biológica (vesícula protoplasmática), atribuye al psiquismo: la capacidad de tranmitir y transformar una energía determinada y la diferenciación en sistemas y su dinámica.

Una líbido que no encuentre el camino de su expresión, si perturba el cuerpo, será una psicosomática, si perturba la realidad, una neurosis, si perturba la mente, una psicosis.

El cuerpo es para Freud el escenario de los acontecimientos y en ese escenario las enfermedades psicosomáticas despliegan todo su opaco esplendor.

Es en el estadio del espejo donde el niño prematuro, impactado por una anticipación, impactado por el futuro de él que registra en la imagen de los demás ya maduros, y nuevamente impactado porque es desde él que va a partir la señal, desde su cuerpo prematuro, que partirá la posibilidad de formar una imagen.

Así toma conciencia de su propio cuerpo con la visión de la imagen total del cuerpo del otro.

En el caso del enfermo psicosomático esto acontece con un mal entendido: la imagen lo anticipa, como si viniera de la imagen la señal y no de su propio cuerpo, y es en este cambio de punto de partida donde se instala la enfermedad psicosomática.

Un sujeto donde está abolido el momento mítico del origen, donde el cuerpo de él, funcionó como opaco, enviando la señal y a la vez siendo capaz de ser captado como imagen.

La primera energía llamada libido narcisista del yo para quien está en formación, a expensas de su relación con el otro del espejo, intentará revestir el objeto que se le aparece como tal, como un objeto fuera de él, aunque éste es su propia imagen.

El enfermo psicosomático propone un diálogo sin palabras en el que el cuerpo es un cuerpo sin pulsión que más que habitar el lenguaje desde donde responder con la palabra, responde con descargas del sistema neurovegetativo (regulador de las relaciones con el mundo exterior). Lo que tenía que ser resuelto psíquicamente se resuelve traumáticamente en el cuerpo.

El psicosomático falló en su constitución como sujeto del deseo Inc. y se ha establecido como sujeto en la relación autoerótica, lejos de la relación con los otros, por eso será desafio para el psicoanálisis introducir a estos pacientes en el lenguaje del deseo Inc., donde Otro de ellos les dé la oportunidad de organizar su cuerpo de una manera diferente.

El psicoanálisis plantea que el sujeto biológico muere cuando el sujeto psíquico deja de desear, o sea que el Inc. también tiene como escenario el cuerpo.

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Dice Freud en Introducción al Psicoanálisis:

“Una afección orgánica, una irritación dolorosa o una inflamación de un órgano crean un estado, a consecuencia del cual queda la libido desligada de sus objetos y retorna al yo, manifestándose como un revestimiento reforzado del órgano enfermo. Podemos incluso arriesgar la afirmación de que en estas condiciones, el deslizamiento de la libido de sus objetos es aún más evidente que el del interés egoista con respecto al mundo exterior. Esta circunstancia nos aproxima a la hipocondría donde la libido se concentra en el órgano de su preocupación pero no muestra alteraciones comprobables.

En el aparato genital externo (Int. del Narcisismo) en estado de excitación tenemos el prototipo de un órgano que se manifiesta dolorosamente sensible y presenta cierta alteración, sin que se halle enfermo. Si damos el nombre de erogeneidad a la facultad de una parte del cuerpo de enviar a la vida anímica estímulos sexualmente excitantes y recordamos que las zonas erógenas pueden representar a los genitales y comportarse como ellos, podremos ya aventurarnos a considerar la erogeneidad como una facultad general de todos los órganos, pudiendo hablar de la intensificación o disminución de la misma en una determinada parte del cuerpo.

Paralelamente a cada una de estas alteraciones de la erogeneidad de los órganos podría tener efecto una alteración de la carta de libido en el yo.

Tales serían los factores básicos de la hipocondría, susceptibles de ejercer sobre la distribución de la libido la misma influencia que la enfermedad material de los órganos.

Comienza allí la clínica psicoanalítica, donde la clínica médica se detiene, la apuesta es a una clínica de la palabra, no de la enfermedad, porque el cuerpo del paciente es lo que el paciente dice de su cuerpo.

Cuerpo-escenario donde los síntomas actúan enmascarando algo diferente de lo que aparentan.

Cualquier diagnóstico inmediato es siempre diagnóstico de las apariencias.

El psicoanálisis tiene con el síntoma otra relación:

El diagnóstico es a posteriori y el método y la técnica (asociación libre en transferencia) no varían, se trate del síntoma que se trate.

Mónica Deluccio. Psicoanalista
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LOS LIBROS DE LA EDITORIAL GRUPO CERO

PSICOANÁLISIS PARA MÉDICOS
Autor: Carlos Fernández del Ganso
88 PÁGS.
900 PTS., 5,40 EUROS
9 US.

 

 

Psicoanálisis para médicos es un libro escrito por un Psicoanalista, Carlos Fernández del Ganso, médico.

El texto se desarrolla, se articula en tres vértices, tres columnas que dan cuenta de un proceso: lo Real. Lo Simbólico. Lo Imaginario.

Comienza dando cuenta de la importancia de dos disciplinas, dos prácticas fundamentales para abordar la problemática de la salud y la enfermedad. Dos medicinas para la salud del siglo XXI, nos dice el autor, que si bien trabajan con métodos de investigación diferentes, con técnicas distintas, deben caminar juntas, ya que la Medicina le pone carne a la letra y el Psicoanálisis letra al cuerpo.

La salud no es lo opuesto a la enfermedad, nos escribe el autor, realizando un recorrido por los diferentes conceptos que de salud se manejan. La medicina en dos mil años de historia aportó avances incuestionables en lo que a la sanidad se refiere, sin embargo poco pudo con lo que a la salud se refiere. Fue el Psicoanálisis, que con la producción de conceptos nuevos, descentró al hombre de una ceguera, incluyéndole en una mirada distinta, pasando del humanismo al sujeto de las ciencias y con ello a la posibilidad de lo nuevo.

Un libro escrito para todos aquellos interesados en el deseo, los celos, el miedo, la culpa, el amor.

En la teoría es clínica, uno de los capítulos del libro y el proceso de investigación de la neurona y el significante, nos muestra Carlos Fernández, como científicos contemporáneos, Ramón y Cajal y Sigmund Freud, con instrumentos diferentes llegaron a conceptualizaciones similares a lo que la discontinuidad neuronal representa: una hiancia, una división en el sujeto que modificó todo el pensamiento vigente. Ramón y Cajal descubría con el microscopio lo que Sigmund Freud producía con los conceptos. Así el concepto Inconsciente, modificó el cine, la pintura, la medicina, la poesía, la música.

La medicina trata de manera sintomática enfermedades de las que desconoce su etiología, el psicoanálisis viene a conceptualizar porqué los pacientes abandonan tratamientos farmacológicos, conociendo lo perjudicial que esto es para la evolución de su dolencia. Porqué ante el mismo diagnóstico y tratamiento correcto, unos pacientes presentan mejor pronóstico que otros. La implicación constante de lo psíquico y lo orgánico, en múltiples afecciones psicosomáticas. El papel fundamental del investigador en el proceso de investigación, del médico y del psicoanalista en el tratamiento de los pacientes.

En el libro se manejan conceptos básicos como son el Complejo de Edipo, la operación de Castración, las diferentes instancias psíquicas, para un primer acercamiento a la comprensión del sujeto psíquico, algo que incumbe a todo lector, ya que todos soñamos, todos en algún momento visitamos alguna consulta médica.

Nos dice el autor en psicoanálisis para Médicos: “El deseo es lo único que pide cuentas al sujeto, si cedemos en el deseo, en las palabras (y el deseo no son palabras, entre ellas se produce) si cedemos en el deseo, aparece el odio, la culpa, la compasión, el hastío, la agresividad. Pasiones en las que el deseo es la pasión del significante, del significante que representa a un sujeto para otro significante”. Así como una enfermedad considerada crónica puede representar a un paciente para lo laboral, interrumpiendo proyectos de vida.

El dinero como fetiche, los recuerdos son actuales, el fantasma como aquello que cubre lo real imposible y que es soporte del deseo, son capítulos del libro, que con una escritura que tiene en cuenta al lector, va desarrollando y articulando conceptos básicos para todo profesional de la salud.

Un libro más de la Editorial Grupo Cero, incluido en la colección Extensión Universitaria, un libro que consideramos de texto, un libro dirigido a médicos, psicólogos, agentes de salud, profesores, personal de enfermería, periodistas y abogados. Un libro dedicado a los jóvenes estudiantes del Seminario Sigmund Freud. Carlos Fernández reconoce sus orígenes en una amplia y rica bibliografía.

Rescata el autor tres citas, de tres grandes Psicoanalistas que desde el principio fueron médicos: Sigmund Freud (en el neurótico la acción se encuentra totalmente inhibida), Jacques Lacan (sólo se es culpable de haber cedido en el deseo) y Miguel Oscar Menassa (No hay crueldad más cruel que la locura. Ni hay bondad ni amor que puedan contenerla).

Felicitamos al doctor Carlos Fernández del Ganso por este nuevo libro, un libro cuya lectura recomendamos ya que consigue escribir de lo complejo, teniendo en cuenta a todo lector.

DISCURSO Y TRANSFERENCIA
EN PSICOANÁLISIS
Autora: Paola Duchên
88 PÁGS.
900 PTS., 5,40 EUROS
9 US.

 

Sin escritura no hay producción de realidad. Es sobre lo escrito que se avanza, nos dice Paola Duchên en la contratapa de Discurso y Transferencia en Psicoanálisis.

Este libro es un primer acercamiento a cuestiones que son fundamentales para introducirse en el campo del psicoanálisis.

El psicoanálisis es una aventura del pensamiento, una ciencia joven que ha nacido hace apenas un siglo. Sin escritura no se puede pensar, ya que la escritura es un hacer que da soporte al pensamiento y estar dentro del campo es un trabajo a realizar. Un trabajo que es con escritura.

Los textos que integran este libro son producto de la lectura de textos de Freud, Lacan y Menassa realizados principalmente en el Master en Clínica Psicoanalítica. Es una primera articulación de estos temas tan complejos, que no complicados.

El libro está dividido en tres capítulos:

Del discurso, como vínculo social, dispositivo donde lo real toca lo real, sabiendo que lo real siempre es en un no encuentro. El discurso psicoanalítico no se sostiene sino con el enunciado de que no hay relación sexual, que es imposible formularla.

La cuestión de la escritura, como base material de las ciencias, trabajadas desde el primer año funda un lugar desde donde puede ser pensada la producción científica con el concepto de trabajo, sabiendo que después del psicoanálisis existe una nueva manera de pensar el pensamiento.

No hay posibilidad de descentramiento sin la escritura. Es por eso que hay una producción humana que escapa a la percepción humana: el concepto científico.

La lógica, la topología. El psicoanálisis hace un aporte a estas herramientas, dándoles un lugar, una otra forma de ser pensadas. Una vez producido el concepto de inconsciente toca todos los registros, aún cuando no lo sepamos. Con el psicoanálisis podemos leer la superestructura. El pensamiento nace en lo real, sino no es pensamiento.

No existe la relación sexual, enuncia Lacan, no hay metalenguaje, no hay transferencia de la transferencia. Hay un límite. como en el ombligo del sueño, la teoría da cuenta de ello, teoría que también es un fantasma de lo real. Es en ese no encuentro con lo real que se produce ese fantasma teórico.

Estas son cuestiones muy complejas y fundamentales.

El segundo capítulo, De la transferencia, uno de los conceptos fundamentales, junto a inconsciente, pulsión y repetición. Es a partir de que hay algo que está más allá de la transferencia que dice que todo es en transferencia, la teoría psicoanalítica, discurso sin palabras. El libro trabaja algunas cuestiones de la transferencia. El acto analítico se define en el anudamiento de tres operaciones que lo estructuran: alienación, verdad o castración y transferencia.

Dos textos que trabajan esta cuestión de la transferencia pertenecen a ponencias presentadas en diferentes Congresos Internacionales del Grupo Cero.

Del goce, tercer capítulo. Sin escritura no hay goce, porque el psicoanálisis nos introduce en esta cuestión. El goce de la palabra, el sujeto siempre goza. No hubo discurso del goce hasta la producción del discurso psicoanalítico. Se habló de sustancia extensa, de sustancia pensante, pero nunca se habló del cuerpo como sustancia gozante, de que el significante era causa del goce.

La cuestión de la sublimación, como la otra satisfacción, donde el saber está en ejercicio.

Un psicoanalista da cuenta de su formación por escrito. Proceso de formación que es interminable, tiene que ver más con la repetición que con la rememoración, porque lo que está en juego es el saber inconsciente y no el conocimiento.

Y si está el saber, el goce está en juego. Es por eso que se trata de una ciencia donde el sujeto de la ciencia es el propio psicoanalista, una producción del psicoanálisis.

 

            


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CARTAS A MI MUJER
Autor: Miguel Oscar Menassa
88 PÁGS.
900 PTS., 5,40 EUROS
9 US.

 

  

Mensaje abierto, abierto como la carne al sol de las batallas luchadas sin derrotas, “Cartas a mi mujer” es un latir rítmico, constante, fuerte.

Mensaje abierto a lo social, borde implacable donde algo de nuestro propio ser es tocado a cada instante. TODO TOCADO.

Todo tocado, no es suficiente con vivir, se trataría más bien en el decir de Menassa: “Amar sin límites la vida que vivía”.

Escritura del Poeta donde el propio decir acontece como mensaje al viento lejano de los universos y también a nuestra mano.

Ella, ella siempre es el misterio, el estigma, lo sagrado, lo pagano. Inquieta incertidumbre de lo negro, destellosos vaivenes de lo oscuro se diluyen ante la frase: “Un pequeño sol ilumina todo el mar. Así me gustaría que fueran mis versos”.

Nos dice el poeta: “El aire y el sol, el mar absoluto y el 35 como última bola de la noche han minado definitivamente mi corazón.”

Así se trataría de algo de lo natural en pleno vuelo, algo de lo inefable en pleno vuelo.

Aristas donde el poeta lee un saber de lo que no hay, capaz de nombrar hasta: “...un cansancio de volar”. Sin por ello detenerse o deteniéndose en lo dicho y no en el decir.

A su incorruptible mirada NADA ESTÁ FUERA DE NADA; ni los jueces, ni la policía, ni los técnicos ni los jugadores de fútbol, ni los medios. El psicoanálisis encuentra entre las frases del poeta articulaciones teóricas de las más estéticas: “La sublimación es un mecanismo del sujeto psíquico, no de la especie. El animal no puede ser doblegado por el símbolo. Lo que las bestias no pueden, es dejar de amarse a sí mismas.”

Rasante abraza senderos impalpables, quietos y móviles.

La producción del trabajo grupal más allá y más acá de sus avatares, marcan con precisión imposible, sólo al decir del poeta, el pensamiento sostenido por Menassa durante más de TREINTA AÑOS.

Las escuelas internacionales, la editorial Grupo Cero, las revistas internacionales de poesía y psicoanálisis, el aula de poesía, hasta llegar al punto insospechado de alcanzar las infinitas posibilidades que otorga la red de internet. La revista virtual “El indio gris”, las pinturas, los dibujos. Hablan por sí mismos del pensamiento menassiano: ... “EN UNA SOCIEDAD JUSTA EL TRABAJO ES UN DON”.

Nos dice: “Algo así como un nuevo amor. No me importan mucho los resultados, sino la práctica del nuevo amor”.

De mil modos intercambia la frescura de otros tiempos.

Saber mítico donde el poeta es un guía ciego marcando los pasos que nadie se atrevió a dar. Constructor de caminos, el poeta sabe sólo del encuentro en los trazos. Será trazado por el diabólico y angelical movimiento de la letra manchando el papiro desde siglos, desnudando al parlante, haciéndolo escritura.

Siempre dirigiéndose a un mayúsculo Ella continúa: “Poder decir algún día: Una vez, yo tuve un nuevo amor y me dejé llevar por unos pobres besos hasta la muerte, casi hasta la locura.

Y todo fue el color de mis apetencias. Y respiraba para que existiera el aire y abría mis ojos para que el sol no dejara de brillar.”.

Jorge D. Montironi

ENTRE LAS CÁMALAS

Autor: Raúl A. Bravo
Libro póstumo

64 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS 6 US.

 

CARTAS A MI MUJER

Este epistolario de Miguel Oscar Menassa a su mujer es un canto a la vida.

Es un irrefutable testimonio de que el autor ha llegado a ser un hombre, un hombre que quiere vivir más allá del dolor y los horrores del pasado, que ya no siente culpa por desear febrilmente la vida, que quiere que todo tiempo por vivir se llamen con su nombre y apellido.

Un hombre que cree que habrá luz en el futuro, que hay vertientes del hombre que no desaparecen.

Son cartas fechadas autobiográfica o literariamente, qué más da, desde octubre de 1997 a octubre de 2000, cartas atemporales o en verdad, para el lector sensible, inmersas en el tiempo del Inconsciente donde todo acontecer procede del futuro.

Cartas de frecuencia variable, semanales, diarias, a veces varias escritas durante el mismo día, hora tras hora, dan la clara impresión de que el poeta establece con Ella una conversación permanente, destinataria válida de todo pensamiento.

Algunas cartas son diáfanas confesiones de un hombre enamorado:

“Hay veces que todo me lo debo a mí, hay veces que todo se lo debo al mundo, tanto unas como otras sólo existen para mí por tu presencia. Sin vos volando por la casa como si fuera un aeropuerto internacional, yo no hubiera podido concebir que el destino de la poesía era volar, y tampoco, sin ese vuelo permanente anunciando el porvenir, hubiese podido concebir la idea de Las 2001 Noches.”

Otras cartas son verdaderos tratados sobre el amor, ese imposible, y sin embargo dice el poeta:

“Fuimos de tal manera libres que ahora eres una mujer que está cerca de mí aunque estemos lejos. Eres un verdadero invento. Una mujer que está ahí aunque no esté. Una mujer que me permite estar allí cuando en realidad, estoy aquí.

... Lo hacemos, el amor lo hacemos, y cuando no lo hacemos hacemos otras verdades, fabricamos otros sueños que los de la especie, esos días que nos levantamos enamorados de los puentes, de las vías férreas, de las autopistas, de todo aquello que separa a los amantes para que luego se vuelvan a encontrar en otros caminos, otras ciudades, otros amantes.”

“Yo y vos, querida, hemos participado en esa historia universal del amor...”.

El amor victorioso que el poeta levanta como estandarte durante todo el recorrido de la obra, es el resultado del trabajo y de la libertad, esta última condición derivada de la primera:

“Trabajo día y noche estudiando mis encadenamientos, y ésa es mi libertad”.

Cuando el viento del exilio parecía haberlo arrasado todo y él ya no esperaba ninguna felicidad, fue atravesado por los versos inmortales del otro gran poeta, cubano, José Martí:

“La felicidad sólo puede hallarse en el camino del trabajo”.
Y desde entonces fue maravilloso trabajar, en el sentido estricto, hacer del acero piedra y de la piedra cántaro.

El trabajo modificando la naturaleza de todas las cosas, hasta llegar a preguntarse qué sería de la Poesía sin el trabajo de los poetas, “qué sería del mar sin mi mirada...”.

Hay cartas donde el poeta se extravía, las bombas sobre una ciudad indefensa, las bombas sobre las mujeres en el hogar, las bombas sobre los niños jugando distraídos, las bombas desvían para siempre su camino, ha perdido la memoria y ya no puede volver.

Pero al verla a Ella tan alegre, tan loca, manteniendo siempre en él sus esperanzas, lo vemos de pie, destrozado y de pie inaugurando la siguiente página para ponerle esta vez, el mayor desafío: “algún compañero de viaje, un caminante amante del camino que habrá que recorrer, porque a las altas cumbres sólo se puede llegar acompañado”.

Agradezco como mujer al poeta y psicoanalista Miguel Menassa esta obra maravillosa.

Cuando afirma que la articulación Poesía y Psicoanálisis estaba en Freud y lo fundamenta, los que tenemos el privilegio de ser sus discípulos lo entendemos como parte de su grandeza. Sigmund Freud lo dejó planteado en su obra, pero es Menassa quien lo lee, lo rescata de las tinieblas de la lectura ingenua o expresamente tendenciosa para decir: Poesía y Psicoanálisis es Psicoanálisis, y agrega que la Poesía es el alma de lo femenino.

“Lo nuestro fue posible porque venía en un poema”, quiere decir que la poesía tiene, como la mujer, una potencia creadora inagotable. Menassa les devuelve a ambas un lugar que fue suyo desde siempre.

Agradezco entonces como mujer estas cartas, páginas iluminadas que como un sol naciente que permite ver lo que ocultó la noche, nos sitúan frente a una libertad posible.

Finalmente, agradezco también al autor la maestría de un estilo a través de la que el lector, si lo desea verdaderamente, sea también el destinatario de alguno de sus versos.
Muchas gracias.

Inés Barrio


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MONÓLOGO
ENTRE LA VACA
Y EL MORIBUNDO
Autor:
Miguel Oscar
Menassa
112 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

 

MONÓLOGO ENTRE LA VACA Y EL MORIBUNDO es un libro de poesía que se lee como una novela.

“Hay una fibra que sostengo desde siempre, eso es la poesía, fuera de su camino no existe tal persistencia, ni aun en la locura, ni aun en el crimen, ni aun en el amor”.

“Algún verso tocará los confines de la historia y eso es una energía”.

Sus páginas hablan, consiguen en una conversación singular, llevar al lector a la risa, el llanto, el horror y la esperanza. Es un libro que te divierte, que te asombrará y también es un libro de sabias enseñanzas. Abre a nuevas maneras de pensar. Pensar ciertas cuestiones trascendentes, como la guerra, la enfermedad, o maneras de hacerlo, el fútbol, la muerte, el sexo, el dinero, la poesía.

Un libro que da vuelta al mundo, que no pretende venderte nada, y que plantea diferentes posiciones frente a lo que a todos nos atraviesa: el amor, la paternidad, el psicoanálisis.

No es bajo ningún color que está escrito, si no es, por los colores que la propia escritura, que la propia poesía, con este poeta escribe, denuncia, construye.

En las conversaciones del Moribundo con la Vaca, los mugidos de ésta, tienen la sonoridad, el ritmo de las palabras, son frases. Sus mugidos pueden ser de, desesperación, de alegría o de esperanza y siempre una inteligencia que avanza sobre la situación planteada.

Un libro que interpreta la realidad, que produce otros sentidos sobre los mismos hechos que todos vivimos. Un poeta que se propone siendo el ejemplo vivo de lo que sería la intervención del psicoanálisis en el pensamiento contemporáneo.

“Tenía que dar la vida antes de poseerla, al instante de poseerla dejarla volar.”

También en estas páginas nos encontramos con lo que todos los grandes poetas -no sé si por una deuda con la poesía, o un decir de la misma poesía-, teorizan acerca de su función creadora y productora de nuevas realidades.

La función poética requiere de la vida del poeta, pero la vida del poeta, se expone y no está, sino como materia prima al servicio de la escritura.

También hay un hombre en este libro, Miguel Oscar Menassa, que con valentía presta su cuerpo, su nombre a estas páginas que se escriben fuertes e históricas.

En un mundo donde la atrocidad cada vez es mayor, las posibilidades de ser feliz son casi imposibles para el hombre y la escritura, está mediatizada por el poder de los medios de comunicación, el Moribundo vencido por el siglo y curado por el psicoanálisis y la Vaca nos enfrentan a una nueva era con una nueva ética.

Un libro para disfrutar. Un libro que te dará para hablar.

Pilar Iglesias Nicolás

 MONÓLOGO ENTRE LA VACA Y EL MORIBUNDO

Reafirmando la incansable labor que diariamente logra al someterse al poder de la escritura, surge hoy en nuestras manos un nuevo milagro llegado de las espesas dunas que dibujan al poeta y al psicoanalista como autor, ya de renombre, sobre un paisaje de palabras. Moribundo, tendido sobre la pampa, conversando con la vaca, mujer polimorfa, humanidad perversa.

Dulce, nos acerca a una nueva cadena de palabras dedicadas únicamente a la escritura, base del decir, posible ruptura, tiempo sin tiempo, sincronía y diacronía marchan juntas para hacer camino.

Escritura humanizante que logra del poeta un pensamiento de hombre, amante de la mujer atravesada por sus versos, cáliz donde cuerpo y alma se comen entre ellos para recibir con alegría, a la poesía.

Sentir arrebatado de un pedazo de corazón latiendo, nos dice: “No me puedo poner alegre porque me envidian y no me puedo poner triste porque me abandonan.” Guardián del mundo, de esa extensión de millones de kilómetros que forman su entorno, nos permite conquistar palabras que caducan con la ignorancia.

La vaca, fiel compañera en este viaje a través del amor, del saber, de la locura, muge paciente, siempre a su lado, como si se tratara de una orquesta de mil violines que entonan su canto hacia los dioses: “Diosas y Dioses desenfrenados tratando de detener el tiempo, entreteniéndolo, entre los suspiros sexuales.”

Tiempo donde la muerte construye montañas, cimas para un hombre dolido por su condición de hombre, latencia de años que hacen del trabajo un motivo para seguir viviendo. Sexo descuartizado, arrancado de las palabras que dicen de la magnificencia, del atrevimiento de una escritura que enamora.

Humilde aunque poderoso se asoma al futuro para reconocer que el momento es para vivirlo, para hacer del presente una construcción de azúcares que cambia su color según desde donde se sitúe, según desde dónde llegue la luz.

El mar, las estaciones, las putas, el Mundial, el universo se combinan en un libro donde Miguel Oscar Menassa: Poeta, psicoanalista, médico, pintor, editor, aconseja un reconocimiento social: el Nobel. Quizá sea el psicoanalista, investigador preocupado por las consecuencias de lo humano quien, a modo de consejero espiritual, ofrezca a tan nobles aristócratas la opción de purificar el alma, otorgándole el Nobel a su persona, y así resolver la culpa universal que afecta a la cultura.

“Tengo tensión, tengo apetitos, hambres de milenios y, ahora, querrán conformarme con algún pedazo de queso, excrecencias de alguna vaca pastora, o la misma vaca muerta a palos y descuartizada encima de la mesa, recordando viejos rituales, donde los hombres se comían unos a otros y eso era el amor.”

Curtido por la vida, hombre de palabras, sigue su día a día con las manos cosidas al ordenador, con la sabiduría de un trabajador incansable que crece cada mañana con los rayos de sol que invaden su cuarto, hombre que cabalga como caballo desbocado entre páginas y páginas de una historia aún por escribir.

Magdalena Salamanca Gallego

 


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FERIA DEL LIBRO DE MADRID
CASETA 4 - HASTA EL 10 DE JUNIO
NOVEDADES 2001

POETA CONDENADO
Autor:
Miguel Oscar Menassa

88 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

DISCURSO
Y TRANSFERENCIA
EN PSICOANÁLISIS

Autora:
Paola Duchên

88 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

LEJANÍAS
Autora:
Paola Duchên

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
 6 US.

ECOS DE SILENCIO
Autor:
Manuel Rayón

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

NOCHE INTERIOR
Autor:
Fernando Ámez

64 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

MONÓLOGO
ENTRE LA VACA
Y EL MORIBUNDO
Autor:
Miguel Oscar Menassa

112 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

PSICOANÁLISIS
DE LA MATERNIDAD
2ª Edición
Autora:
Lidia Andino

96 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

CLAROSCURO
Autor:
Luis de Blas
Primer Premio de Poesía 
Pablo Menassa de Lucia

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
 6 US.

LA INEPTITUD
DE LOS VAMPIROS
Autora:
Lucía Serrano

136 PÁGS.
 600 PTS., 4 EUROS
 6 US.

HOJAS DEBIDAS
Autor:
Emilio González

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

CARTAS A MI MUJER
Autor:
Miguel Oscar Menassa

88 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

DIÁLOGO
ENTRE EL LOCO
Y EL POETA
Autora:
Lucía Serrano

48 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

PSICOANÁLISIS
PARA MÉDICOS
Autor:
Carlos Fernández

112 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

INTERLUNIO
Autora:
Mª Rosa Puchol
Primer Premio de Poesía Pablo Menassa de Lucia

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

AGUA FRESCA
Autora:
Olga de Lucia Vicente

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.


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