ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA N.º 6 |
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Con este número 6 de «Extensión Universitaria» casi llegamos a nuestro primer año de vida. y han pasado muchas cosas, tanto para los que, empecinadamente, llevamos adelante este proyecto, como para el mundo en general. No ha sido fácil sacar adelante la revista, un poco debido a nuestra originalidad sin precedentes, otro tanto a causa del propio entusiasmo, desmedido y cegador. A pesar de todo, conseguimos entrevistarnos con hombres y mujeres de importancia en la cultura, sin tener en cuenta sus ideas políticas o religiosas, y sin que éstas tuvieran que coincidir obligatoriamente con nuestros pensamientos. Pudimos acercar a los universitarios, estudiantes en general, un lugar donde sus escritos fueran tomados en cuenta. y los poetas, tímidos al principio, se fueron tornando orgullosos de sus letras, valientes ante la mirada ajena. Es por todo esto, que pensamos continuar, porque nadie puede robarnos el lugar que conseguimos con tanto sudor, tanto esfuerzo. El próximo mes de Junio sacaremos un especial a todo color, dedicado a la Feria del Libro de Madrid, donde estaremos como todos los años. Después, «Extensión Universitaria» recobrará fuerzas hasta octubre, en que volveremos con renovado impulso. Os recordamos que «Extensión Universitaria» es Poesía y Psicoanálisis. EL DIRECTOR |
316.- 319.- 320.- 324- 327.- 329.- |
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EXTENSIÓN
UNIVERSITARIA Mire, doctor, lo que yo hago es
prácticamente imposible, así que no me interesa mucho cómo salga,
alguien me perdonará, alguien justificará los hechos. Escuche bien lo que le digo,
doctor, todos los espejismos son regulados desde el dinero que se gana mensualmente,
¿entiende? Soy, 330.- 331.- 335.- |
Y dice problemático cuando es placentero. 336.- 337- 338.- 342.- |
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María Chévez AHORA Ahora como una nube Stella Cino Núñez GOTAS DE TERNURA VEGETAL Despierto voluptuosa al saludo medieval Han sido devorados los senderos José Sáiz SEXO PURO HABANO Mujer mantequilla |
Amelia Díez Cuesta EL DOLOR DEL MUNDO La invasión de lo pequeño Pilar Nouvilas DESDE EL JARDÍN DESDE el jardín sus ojos grandes Julián Sánchez Ruiz RESPUESTA DE UN SABIO A tí: A tí: A tí: |
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Sólo si es posible el olvido, es posible el recuerdo. Recuerdo que ya no será de lo vivido, sino de aquello que decimos de lo vivido, ¿a qué es debido esto? Existen cierto tipo de recuerdos infantiles, que presentan un carácter de gran viveza sensorial. Algunos de estos recuerdos fijados de manera nítida, ocupan una gran importancia en el recuerdo. Son recuerdos que Freud denominó «encubridores» y presentan la característica de cargarse de gran energía y recordarse de forma nítida. Estos recuerdos encubridores tienen una importante función, la de ocultar otras escenas de corte traumático, doloroso o menos tolerante para la conciencia, taponándose el acceso a otras cadenas asociativas que nos llevarían a representaciones intolerables para el sujeto. El sueño podría ser visto, teniendo en cuenta
los recuerdos encubridores, como una sustitución de una escena infantil, de modo tal que el
deseo, al verse imposibilitado de su realización real, utiliza el sueño como una manera no real |
En psicoanálisis no se trata de destapar algo oculto, sino de construir lo nuevo, nunca acontecido. Sabemos que aquella primera escena, aquella primera representación que marca se transforma en el momento, pasando a un sistema de memoria y no podrá ser jamás encontrada, ya que no existió (sólo de forma teórica, de forma conceptual damos cuenta de ella). El psicoanálisis es una ciencia de efectos, no de causas, entonces al reflexionar, al recordar, al soñar, al alucinar, debido al mecanismo de la regresión, se puede volver, alcanzar las huellas mnémicas, el sistema de memoria (que ya es una transformación de aquella primera imagen de percepción), primera percepción que queda oculto, sino de en la Real, la imposible de alcanzar, tocar, pero que en su búsqueda provoca un movimiento anímico, construcción de un pensamiento, posibilidad del acontecimiento de la nuevo, de la que en el humano puede ser psíquico. En nuestra civilización de odio hay millones de personas, menos humanos y aún pocos sujetos psíquicos. ¿ Te animas al viaje de, analizándote, tener pensamientos, ideas, alcanzar el amor? Carlos Fernández del Ganso |
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Descentramiento sería una posibilidad esencial del símbolo, por lo tanto, una posibilidad de la producción científica. El descentramiento sería también una posibilidad de la propia locura, de la propia poesía. La operación de descentramiento consistiría, entonces, en la existencia de un desdoblamiento: a mí me va a pasar la experiencia, voy a ser el protagonista, pero a la vez tengo que estar en un tiempo tal que, además, pueda leer lo que pasó. Por ejemplo: la ideología no permite el descentramiento. El amor no permite el descentramiento. Los sistemas sociales no permiten el descentramiento. En cambio, la locura permite el descentramiento. Hay una teoría de la locura, muy interesante, donde el loco sería la pieza más sana de la estructura familiar. Por eso enloquece, por ser capaz, mediante el famoso mecanismo del descentramiento, de verse en la estructura familiar, en la verdad de la estructura, cosa que normalmente no puede hacer la familia. Y esto no puede pasarse por alto, en tanto hay toda una corriente psiquiátrica muy importante, de la cual provenimos, que no trata al paciente psicótico, si no se verifica, simultáneamente, el tratamiento de la familia y, a veces, el tratamiento de algunos amigos del paciente psicótico. "NO SE TRATA DE DESTAPAR ALGO OCULTO, SINO DE CONSTRUIR ALGO NUEVO" Isabel de la Toja
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Había llegado el día, tan temido por tan deseado, donde todas mis necesidades estaban cubiertas; no sólo las necesidades que hacían a mi bienestar social, sino aquellas que descubrían mis necesidades amorosas. Ya nada tendría que esperar del futuro, ya nada ensombrecería mi condición humana, sin embargo un sabor amargo entorpecía mis próximos pasos. Me sentía necesitada y amada, ya pesar de eso no era suficiente. Estas cuestiones están en el principio de todo final, ese momento en que dejamos de amar todo aquello que comienza y el aburrimiento invade cada nuevo encuentro y cada nueva acción, haciéndolos sonar a viejos. Y esto porque al ser humano, sea hombre o mujer, no le basta con sentirse necesitado o amado, también es necesario que se sienta deseado, esto quiere decir que no le basta con ser objeto de amor, es necesario que ocupe el lugar de causa del deseo. Esta verdad está en el corazón de la vida sexual, es la condición de la felicidad humana. A veces pasa que en las relaciones de pareja cuando ella ocupa el lugar de la madre no sólo lo ocupa para los hijos, sino también lo ocupa para el padre de sus hijos, esto quiere decir que es necesitada y amada, pero no puede ser deseada, no puede ocupar el lugar de causa del deseo de su pareja. Así, hay hombres que desean a la mujer que no aman y aman a la mujer que no desean, sufriendo de impotencia psíquica. Hay mujeres que prefieren parecer que aman y parecer que desean, que dejar un instante de ser mujer para sólo parecerlo. Y esto porque en la comedia de los sexos se representa la tragedia de Edipo. Ocupar el lugar de causa del deseo, para el otro, es el comienzo de la comedia de los sexos puesto que para ocupar ese lugar tiene que ponerse en juego la impostura de los comediantes: él tiene que parecer que tiene y ella tiene que parecer que es. Es por eso que se ponen en juego una impostura masculina y una mascarada femenina. Hay mujeres que prefieren parecer que gozan, a gozar pareciendo que son, puesto que ser hombre o ser mujer es una cuestión de apariencia. Es para ser el falo, es decir el significante del deseo del otro, para lo que la mujer va a rechazar una parte esencial de su femineidad, concretamente todos sus atributos. Es por lo que no es por lo que pretende ser deseada, al mismo tiempo que amada. El significante propio de su deseo lo encuentra en el cuerpo de aquel a quien se dirige su demanda de amor. El órgano masculino tiene para ella valor de fetiche. Como objeto de amor la priva de lo que da y como deseo encuentra en él su significante. Es por eso que la ausencia de satisfacción sexual, es decir la frigidez, es bien tolerada por ella, mientras que la represión inherente al deseo es menor que en el hombre. Ella no satisface su demanda de amor, pero sí su deseo. El hombre, por el contrario, encuentra cómo satisfacer su demanda de amor en la relación con la mujer en tanto ella da lo que no tiene: erección. Ella desencadena la erección, luego él tiene que arreglárselas con ella. Es por eso que en el hombre la impotencia sea soportada mucho peor que la frigidez en la mujer. Podríamos decir incluso q e la potencia y la frigidez son condición del lugar de causa del deseo, en tanto el goce masculino y el goce femenino no son sólo cuestión de órganos genitales. Lo fundamental del goce femenino es la ausencia de localización. Ella goza con todo su cuerpo, por eso que su orgasmo no tiene su sede en el clítoris o en la vagina. En la comedia de los sexos ambos entran en el juego por el engaño: la impostura masculina y la mascarada femenina. Frente al sexo el sujeto se encuentra perplejo, enfrentado a un enigma ininteligible, para el cual no tiene ningún saber, ni recurso. Enigma que obliga a una respuesta: situarse en relación a él. Como hombre y como mujer los sujetos no se distinguen, sino que se los distingue. AMELIA DÍEZ CUESTA |
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JOSEFINA MARGAL. Edad indefinida, entre 30 y 50 años. Ama de casa, Licenciada en Ciencias de la Información, Bióloga, Psicóloga, Médica, amante de las delicadas y finas sombras de la noche, suele hacer el amor cuando nadie lo espera. A nuestra pregunta: ¿y cómo es posible hacer el amor cuando nadie lo espera?, ella contestó con envergadura: «El amor es instantáneo, eterno y en general, nadie espera el acontecimiento de lo eterno, Así que en verdad hago el amor todo el tiempo. Y si Dios me dejara, después de muerta, haría vibrar las entrañas de la tierra con suaves movimientos de cadera y mis pechos en flor iluminarían los pasos del peregrino. Pero Dios no me deja.» Y Josefina se puso a llorar desconsolada, triste. La tomé de la cintura, a sus
espaldas, y con voz juvenil y entrecortada le dije: Y Josefina dejó de llorar, subió con lentitud y fuerza las escaleras que la separaban del escenario y con los brazos extendidos a la nada cantó. Me gusta lavar los platos Y
cuando leo mis libros Y
si me vieran bailar Y
cuando con la mente en blanco Y
ahora doy por terminada Y
por fin para saber
i MUJERES DEL MUNDO,
MANTENEOS SEPARADAS! |
NO SOLO DE SEXO VIVE EL HOMBRE El día de mi nacimiento salí en la primera página de todos los diarios. Hoy empieza mi vida, pensé con asombro, y ya no dejé ni un minuto de chupar la teta de mamá para crecer más a gusto. Las fotos habían salido bastante logradas; de perfil, de frente, los pies por delante, el peso por atrás. Eso sí, nadie me reconoció, pero, ¡tan distraída va la gente por la vida! Hasta mi propio padre se enteró por la prensa. No le sobrecogió ver por primera vez mi recientita persona, sino su apellido en primera plana. Y así entra uno en la vida social: desconocido y notorio. Todo un cromo. Los días pasaban y yo crecía, mas no me crecía nada entre las piernas y yo, sorprendida por tamaña ausencia decidí mandarla a juicio a mi mamá por tal descuido. Nadie se mostró sorprendido ante el hecho: ni el juez, ni el tribunal, ni los jurados. La vida -decían- es así. Cada año recibimos 987.654.321.123
cartas de chicas desesperadas. Les contestamos por correo que no sólo de Ellas, por no sabemos qué alquimia de las palabras, se calman y nos contestan por vuelta de correo que boludas no son y que ya se hacen cargo. Yo, por supuesto, no podía ser menos. Retiré la demanda. Al día siguiente, salía por segunda vez en mi vida en los diarios. Lo que decían de mí era tan falto de verdad, sus argumentos tan necios que decidí escribir mi propio diario. Hice comprar a mi madre -con la cual me había reconciliado entre tanto- un hermoso cuaderno forrado con piel de fantasma. Le dije
a mi padre que lo menos que ya podía hacer era regalarme una pluma estilográfica de las buenas, sin
prejuicio de tamaños o de color y así instrumentada, con las manos vacías
de mí misma, empecé a escribir sobre la vida. |
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ENTRE
EL CEREBRO Y LA CARNE: «Llevo dos años de revisiones médicas», me dijo la señora, «y no me encuentran nada, parece que estoy de los nervios». «Tal vez lo que necesite entonces, sea una psicoterapia», le digo a mi vez. «Ah, no» me contestó, «yo sé por dónde va usted, yo no estoy loca, llevo todas las cuentas de mi casa y me acuerdo de todo, sólo me dan estos mareos, me tiemblan las piernas y de a ratos no oigo lo que me dicen, pero no estoy loca. Yo lo que quiero es una pastilla que me solucione mis problemas y usted se cree que hablando se me van a pasar, prefiero gastarme el dinero en el Corte Inglés», y se fue, casi ofendida. Parece ser así, que la concepción que tiene de sus males, niega absolutamente la innegable vinculación entre lo corporal y lo anímico, es más, se suele pensar prejuiciosamene que lo anímico es algo determinado por lo somático y dependiente absolutamente de éste. La relación entre lo somático y lo anímico es, en el animal como en el hombre, una interacción recíproca, pero su otro aspecto, esto es, la influencia de lo anímico sobre el cuerpo y la vida de relación, parece ser en muchos casos poco grata a especialistas y usuarios y parecen resistirse a conceder cierta autonomía a la vida psíquica, como si con ello se vieran expuestos a abandonar el firme terreno científico. Sin embargo, hay un gran número de personas en las que destaca la variedad y exhuberancia de los cuadros clínicos: no pueden realizar ningún esfuerzo mental a causa de los dolores de cabeza o de la falta de concentración, les duelen los ojos al leer, las piernas se les fatigan al caminar, la digestión está perturbada por sensaciones molestas, eructos constantes, espasmos gástricos o bien, se ponen de moda las alergias (quiere decir trastornos de origen desconocido), o las evacuaciones encuentran nada, sólo las realizan con ayuda de medicamentos, padecen insomnio crónico, etc. Además, los síntomas suelen ser variables y sustituirse o sucederse mutuamente.
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a demostrar que tales alteraciones sean susceptibles de abordar por vía farmacológica o quirúrgica. Incluso está demostrado que las ideas obsesivas, delirantes o paranoicas, observables en muchas afecciones nerviosas estables, no aparecen como registro de una investigación detenida del cerebro. Tampoco debemos olvidar que gran parte de los procesos relativos a la influencia de lo anímico sobre el cuerpo siempre fueron conocidos, pero sólo en el siglo XX pudieron ser analizados en su verdadera dimensión. También hay que recordar que si se logra observar detenidamente a una persona en el curso de ciertas actividades psíquicas, se hallan consecuencias somáticas de las mismas, en las alteraciones de su actividad cardíaca, en las fluctuaciones de la distribución sanguínea en el organismo y en otros efectos semejantes. Y no caben dudas de que la duración misma de una vida o su calidad, puede ser considerablemente abreviada o alterada por efectos depresivos o que un susto violento, una catástrofe del alma, una injuria o una ofensa, son susceptibles de poner fin repentinamente a la existencia y, por extraño que parezca, esta última repercusión se puede dar en ocasiones a consecuencia de una grande e inesperada alegría. Los procesos de la voluntad y la atención son, asimismo, susceptibles de influir profundamente sobre los estados corporales y desempeñar un gran papel como estimulantes o inhibidores de enfermedades orgánicas. Las personas llamadas normales tienden a englobar tales influencias psíquicas bajo el rótulo de «imaginación», esto quiere decir, tienen poco respeto a los dolores imaginarios en contraste con los provocados por heridas, enfermedad o inflamación y ello es, tremendamente injusto, ya que cualquiera sea la causa del dolor, aunque sea imaginaria, no por ello los dolores son menos reales y violentos. En todos los casos hay una variedad que resulta impronunciable o impensable, que produce trastornos en el cuerpo o en la vida y toda verdad tiene estructura de ficción, que no por eso es menos real. Es en relación a esta oposición aparente entre lo ficticio y lo real que la experiencia freudiana viene a ocupar su lugar, ya que la palabra es el medio más poderoso que permite a un hombre influir sobre otro. A lo que remite el análisis es a las ficciones del deseo, a las formas en que se organiza, a las maneras en que estamos atrapados en un supuesto destino, con la esperanza de transgredir los plazos de nuestra muerte, con la ilusión de inventar nuevas vidas, romper antiguas ataduras perdidas en el tiempo. Jaime I. Kozak |
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-Que la identificación con otro ser viviente es lo que permite que el propio cuerpo encuentre su lugar .En el enfermo psicosomático lo que falla es algo que tiene que ver con ese proceso primario de identificación. -Que la medicina psicosomática pone en contacto el psicoanálisis y la medicina. Establece una nueva concepción de la enfermedad donde se muestra la interacción del cuerpo y la mente. -Que el cuerpo, además de cuerpo biológico, es también el escenario en el cual se representa el psiquismo humano yeso debe ser tomado en cuenta a la hora de leer los procesos de enfermarse. -Que la piel es un «órgano de expresión» que reacciona directamente a los procesos inconscientes de una manera específica, mediante las alergias o enfermedades de la piel, que a través de ella nos hablan, más allá del control consciente. -Que los conocimientos generales sobre el proceso ulceroso evolucionaron hasta ser considerado hoy como una enfermedad psicosomática. -Que cuando un niño se hace pis en la cama, después de haber aprendido a no hacerlo, vemos en ese acto una señal de algo que no puede controlarse y que no es solamente la orina, sino también una relación afectiva impropia de su edad, demasiado intensa para ese momento de su desarrollo psíquico. -Que los especialistas consideran
que el estado de ánimo es un factor clave en la aparición y el desarrollo del
cáncer. |
¿USTED NUNCA SE MEÓ EN LA CAMA? -Doctora, mire, un poco desesperada estoy. Y no es que no entienda que hay niños que dejan de mojar las sábanas antes y otros después, pero ya con 6 años... a Sobre todo, que no podemos irnos de fin de semana, que nunca estás segura de que no va a ocurrir, a que es algo imprevisto, que me pone nerviosa, muy nerviosa. Y no es que no lo haya intentado todo... premiarle cuando no se mea, castigarle y avergonzarle cuando lo hace, obligarle a que cambie su pijama y la prueba del delito..., pero nada. Siempre ha sido un niño muy sensible..., todavía le da miedo dormir solo ya a oscuras y cuando se despierta, se mete con nosotros en el cuarto. -¿Con ustedes? -Es que es muy chiquito todavía..., y yo se lo tengo que hacer todo... le visto, le e baño, le ato los zapatos, le limpio el culito, a a veces hasta le doy de comer porque si a no, tarda un montón. -Algo tendrá que dejarle hacer solo. -Ya lo hace y contra mi voluntad, mearse por la noche. Me tiene desesperada. Pero, ¿qué insinúa? ¿Que yo tengo algo que ver con esa maldita costumbre? ¿Que yo no quiero que se quede a dormir con los primos o en casa de sus amiguitos o que pase una temporada con mi suegra, es a la que adora dicho sea de paso, y así podamos su padre y yo tener una velada sin interrupciones? ¡Qué barbaridad!..., como si usted no conociera lo que sufrimos las madres o no hubiera sido niña, o es que acaso, ¿usted nunca se meó en la cama? Concha Osorio |
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Cuántas veces hemos
oído este reclamo, cuántas
veces tuvimos que escuchar protestas de nuestros niños
porque el cuento de hoy no era igual -hasta el más Se trata de un reclamo de repetición que es, aunque parezca raro, donde anida la posibilidad de la diferencia. Así nos lo enseña entrar en cualquiera de nuestras casas y comprobar que cada hijo es, entre otros hijos de la misma familia, hijo de una familia diferente. Cada hijo es, entre otros hijos con el mismo apellido, a su manera, un hijo único. Unicas son las condiciones de la fecundación, el embarazo, el parto, las conversaciones previas -cuando las hay- entre los gestantes sobre el sexo, el nombre, el lugar que se le va a dar en la casa, en la familia, en el amor y el deseo de los padres, de la madre, del padre, de los que lo recojan en el salto desde su cabeza encajada a nuestros brazos. Por eso, no deja de ser una tapadera afectiva cuando se niegan, como ocurre tantas veces, a aceptar la menor diferencia entre sus hijos. Esto sin contar el estorbo que representa para los hijos no verse reconocidos en su diferencia en la palabra de los padres. Insisto, en las palabras de los padres, que es donde verdaderamente se libra la batalla. «Cuando el primer hijo llora, toda la familia sale corriendo a atenderlo ya intentar interpretar el llanto del "rey de la casa".» «Cuando el segundo hijo llora, la
familia tarda en acudir mientras murmura: Llorar un poco le hará bien a los Cuando llega el tercero, se encuentra con otra situación. La misma familia, pero diferentes maneras y tiempos de acceso al lenguaje. Acceso al lenguaje donde se juega el crecimiento, el deterioro, la enfermedad, la inteligencia, la locura, la imaginación. Por eso, en psicoanálisis, el diálogo, aunque algo extraño, es el campo de las operaciones. Emilio A. González A mediados de los 60 la pobreza empezó a ponerse de moda. Jóvenes californianos, en el más puro estilo neo cochambre, surgían en las cimas del Tíbet y en enclaves del Extremo Oriente por un fenómeno similar al de la generación espontánea. Eran viajes que valían una fortuna. Pocos años después el fenómeno se dispara y la mendicidad juvenil, algo raro en el Tercer Mundo, empieza a formar parte del paisaje urbano de las grandes urbes capitalistas. En realidad lo que estaba ocurriendo era que la mendicidad empezaba a desaparecer como concepto y se alcanzaba una nueva etapa de las libertades. Como podría haber vaticinado Warhol en su día: «En el futuro todo el mundo podría ser pobre durante tres minutos...»
En las escaleras del metro de Antón
Martín, un jovencito con cara de buena
familia canta una canción de Bob Dylan
frente a un platillo de plástico. ¿Dónde
aprendió ese aceptable inglés: en un
curso de verano en Irlanda? A su lado,
un compañero echa en una máquina de
refrescos la limosna que acaba de recibir. Un poco más adelante, en el andén
de Nacionales de la estación de Atocha,
un tercero se acerca y te pide «para
completar para el viaje...» Le pregunto: Hace apenas 30 años, en un avemaría gimoteada y un golpe de calderilla se agotaban todos los fenómenos de la pobreza. Los bares elegantes tenían su propio mendigo, un pobre de confianza, al que, con el paso del tiempo, se le habían ido contagiando los gestos solemnes de su clientela burguesa. En aquella época, entre los pobres y los no pobres había una línea divisoria bien definida y asomarse a la pobreza, lejos de ser un juego, producía el vértigo que se experimenta ante la línea de demarcación de una zona bajo el toque de queda. |
Pero la vida es, por definición, complicación, y en 1996 las cosas no están tan claras. Para empezar, los países ricos se han quedado sin pobres y los están importando. Un fantasma recorre Europa: la Ecología Apocalíptica, y ha surgido un nuevo beato, más limpio que el de antaño, que no se pringa con la mugre del pobre, sino que da una limosna estadística: el O, 7, y por delega ción administrativa. Mendicidad. Para entender este
concepto en toda su relatividad lo primero que hay que hacer es disociarlo de la
pobreza. Hay pobres que no son mendigos y mendigos que no son pobres. O sea, hay «Los países ricos
mucha gente Los hay misteriosos y los hay vulgares, los hay ingeniosos y zafios, los hay diligentes y monótonos, pulcros y dejados, pero, realmente, lo que les une a todos es la frase: cada cual tiene su frase a la que es fiel hasta la muerte... Urge una fenomenología de la mendicidad. Ignacio Amado Díaz- Varela
CIUDADANO PERSONAL DEL INDIO ANTES DE LA CONQUISTA A la mañana aún entre sueños fumo tranquilamente. Después voy a cagar y cuando ya no tengo nada que decirme, a la mañana temprano, me limpio el culo. Primero con carta higiénica y luego con agua y jabón. Me seco y me cambio de baño donde mil amantes del sueño han preparado para mí el agua enjabonada con espuma. Me desnudo, lentamente, porque ya estaba desnudo y me meto en el agua cantando. Normalmente, cuando mi cuerpo toca la música del agua, canto: «Hermoso cuerpo el mío cuando me baño que la conquista luego ha malo-grado.» Mientras canto, me paso con cierta impudicia la espuma por mis piernas hasta mis pies. Me entretengo un largo rato, con mis talones y mis dedos gordos, con la intención que circule mejor la sangre por esas extremidades tan alejadas del corazón. Eso siempre me hace bien, después, me paso la espuma con lasciva ternura por los huevos, el rafe medio y bien en el centro del culo. Dejo deslizar el agua y la espuma (blanca como la pureza de mis gestos) hasta llegar al glande y, ahí, el examen es minucioso. Hasta que no se ponga duro como una piedra no paro. Cuando lo veo rojo, reluciente, le doy el último jabón y luego aclaro por última vez en la mañana. Luego cojo mi cabeza con las dos manos y siento que tengo una cabeza muy chiquitita. Me acaricio la cabeza, me doy tres o cuatro palmadas en la cara como diciéndome ¡qué bien!, ¡qué bien! Después de esta ceremonia íntima y mínima, lavarme la cabeza no genera en mí ningún misterio: Con la mano izquierda me tapo la nariz para que no me entre agua por los agujeros. Apoyo, luego, la mano derecha, por detrás de la espalda, en el piso de la bañera. Extiendo, ahora, el brazo y mi torso se pliega formando un verdadero arco de triunfo y mi cabeza, caída hacia atrás, alcanza la dimensión del agua del océano y mi cabellera flota al compás sonoro de las olas atlánticas y, sin respirar, y con la mano izquierda, todavía, sujetándome la nariz, me sumerjo para siempre en ese lago infinito de ternura, como para morir, y, aún, cuando dejo que el sol aplaste sobre mí los colores del tiempo vuelvo a cantar: «Hermoso cuerpo el mío cuando me baño, que la conquista luego ha malogrado». PIEL LIMPIA |
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ALGUIEN TIENE QUE PAGAR EL PATO Los órganos de choque son determinables por causas culturales. El «órgano de choque» es el órgano que está predispuesto a enfermar. Cuando hay una enfermedad psicosomática estamos ante un fenómeno en que la parte psíquica del sujeto y la parte física, se influencian y relacionan entre sí. La parte psíquica hace bajar las defensas del cuerpo, y el órgano predispuesto es el que se hace cargo de la caída de defensas y enferma. Es el caso visible de las alergias de la piel. ¿Por qué le da alergia en la piel y no alergia interna? Porque hay ciertos órganos -la piel en este caso- que actúan como lugar sensible a la caída de defensas provocada por la depresión psíquica. Digamos que una depresión a nivel psíquico envía una onda de influencia a través de la cadena neurológica hipotálamo hipofisaria tiroidea hacia todo el organismo físico. Uno de sus órganos se manifiesta más receptor a esta estimulación negativa, y en ese órgano surge la enfermedad. Por ello se lo llama «Órgano de Choque», porque él es la diana en la que van a ensartarse tanto la estimulación psíquica negativa, como la predisposición del cuerpo a la enfermedad. Es interesante dar un paso más allá del nivel médico y plantearse una especie de antropología histórica de la selección, por factores culturales, de los órganos de choque físicos de la enfermedad psíquica. Nos planteamos como hipótesis de base que toda enfermedad puede tener un componente psicosomático. ¿Por qué un virus como el
HIV ataca desde 1980 al sistema de defensas del organismo?, o, ahora que estamos con el Basados en estas dos hipótesis, la de que toda enfermedad física tiene un componente psicosomático, y la de que las distintas situaciones culturales que se desarrollan a través de la historia influyen sobre la Selección del órgano de choque de la enfermedad física inducida por lo psíquico, pueden diseñarse interesantes proyectos de investigación de los mecanismos de producción de las enfermedades. Luis Schnitmann |
Dicen que algunas cuestiones nerviosas «se curan» cuando la persona que las sufre encuentra pareja, lo que significa que el amor también puede funcionar como una medicina casera, por lo general, de buenos resultados. Esta observación es de conocimiento popular. La pasión neutraliza las frustraciones, anula los miedos y crea una situación de felicidad contraria al sufrimiento. Las curas por amor, nos dice el psicoanálisis son efímeras y con el tiempo los estados neuróticos reaparecen, a veces más graves que antes del acontecimiento amoroso. En algunas personas, conseguir una relación de pareja produce una ilusión de tranquilidad, «asegura» no quedarse solo, estar siempre acompañado. Al menos durante algún tiempo el amor les proporciona un compañero, y el hecho de que otro ser humano esté próximo, les alivia el síntoma. Veamos un ejemplo: él tiene miedo y su mujer lo protege, pero también le tiene miedo a ella. En realidad, no puede estar solo y asumir los diversos riesgos de la vida. Se defiende del trabajo de vivir, aunque su defensa le provoca un trabajo todavía mayor. Durante un cierto tiempo, usó del artificio de curarse por el amor y llegó a suponer que su mujer sería como un seguro contra sus miedos por el resto de su vida. Mientras eso funcionó se sintió satisfecho y seguro y en un proceso lento, de años, fue delegando en ella más y más tareas. Quedó prisionero del pasado porque no consiguió ampliar su pequeño mundo, nuevas frases para poder transformarse, para poder decir otra cosa y vivir otra vida. En el momento de la consulta, odia a su pareja, dice que ella lo somete y que no podría vivir solo, aunque se lo propusiera. Su mujer, insatisfecha en el espacio conyugal, atormentada por constantes zozobras, se ha refugiado en la exagerada ternura que prodiga a sus hijos, en quienes concentra su necesidad de amor. Cualquiera de los dos podría contarle al otro aquello de: «Ni contigo ni sin tí/tiene mi vida remedio./Contigo porque me matas/y sin tí porque me muero.» Lidia Andino |
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-¡Hola! Dice Virginia,
mientras se acerca
apresurada a la mesa donde está sentado Pedro, que responde al saludo como si éste
estuviera de más (dando a -Hace rato que estoy aquí sentado y hace un momento escuché a un menda de la mesa de aliado que decía que cuando uno sueña, lo que sucede en el sueño es algo que tiene que ver con el deseo del que sueña. Otro, de pronto lo corta para decirle que: Claro, irse de vacaciones es como querer comerse un helado... y yo, me encontré entonces preguntándome a mí mismo, si cuando quiero aprobar una materia y pongo en ello todo mi empeño, lo que me mueve a hacerlo, ¿es algo diferente a... desear tu cuerpo y acariciar tu piel? -¡Eres un idiota! Pero no te dejo plantado porque eso del deseo debe estar funcionando entre nosotros, aunque no sepamos decir de qué se trata. ¡Vamos o llegaremos tarde a clase! Dijo, mientras daba media vuelta y le mostraba su trasero. Raúl Alberto Bravo |
Se ahogaba en sus propias secreciones. ¡No puedo!, ¡No puedo! Concierto de flauta en sus pulmones. ¿Qué es lo que no puedes? Respiraba hasta con las cejas, las cuales trepaban y descendían sobre su frente acompasadamente con la cadencia de su respiración. Los músculos del cuello tensos como el arco a punto de disparar la flecha, certeramente, hábilmente, parecían querer arrancar las clavículas desde sus sus inserciones. La enfermera se asemejaba a su madre, y cuanto más la miraba, más azul se iba poniendo su tez. Cuando le colocó la mascarilla de oxígeno sobre la cara, en un estado de semiinconsciencia, él la confundió con sus tetas, que venían a saciar una necesidad, un ansia inconmensurable, que parecía de aire, por el empeño con el cual él intentaba apropiarse de todo el que hubiese en la habitación, pero era de otra cosa. Ante los ojos atónitos de la enfermera, la acción de colocar la mascarilla, lejos de calmar ese ansia tornó los ruidos respiratorios en jadeos, muy similares a los que salían de la habitación de sus padres, que estaba junto a la de él, en aquellas tardes de verano de insoportable calor. El médico entró en la habitación atraído por ese sonido. ¿ Qué sucede?, preguntó. Tiene alergia al polvo -dijo la enfermera- digo... al polen. Alejandra
Menassa de Lucia |
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MONÓLOGO ENTRE LA VACA Y EL MORIBUNDO Ayer me llamaron de Suecia para darme el premio Nobel y les contesté que se lo metieran en el culo. Me llamaron del diario «El País» para hacerme un reportaje sobre la envidia de los periodistas por los poetas y les dije que se lo hicieran a su madre. Antes que me llamaran los de la televisión envié una carta donde los mandaba a la mierda. Después me llamó una novia de cuando teníamos veinte años y me preguntó cómo me sentía. Yo le contesté, preguntando a mi vez, ¿cómo me siento o cómo me va? Ella cortó inmediatamente y yo me quedé pensando en la vaca. Salí a la calle y compré 120 rosales rojos para mi pequeño balcón y nos sentamos con la vaca, uno al lado del otro a conversar tranquilamente. -¿Qué tal vaca? , le dije para comenzar con algo y la vaca me contestó de manera sencilla. -Muhuhuhu. Me emocionó su sencillez y pensé para mis adentros: La vaca, pobre, muge de tristeza. Ella entornó sus ojos, cruzó sus piernas para atrás y señaló con la dirección de sus tetas al aire, la fotografía del Presidente del Gobierno. De golpe sus piernas se doblaron de una manera extravagante y una rosa roja se le clavó en su corazón. La vaca dijo: -Muhuhuu... A mí me volvió a emocionar la sencillez de la vaca y pensé para mis adentros: Esta vez, la vaca, muge de dolor. Ella entre mugidos engañosos, porque a partir de ahora ya nadie podía distinguir si la vaca mugía de tristeza o de dolor, intentaba con sus torpes manos arrancarse la rosa que se le había clavado en el corazón y, a la vez, quiero decir al mismo tiempo trataba de comerse la foto del Presidente del Gobierno. Me abalancé sobre la vaca y al intentar quitarle la rosa, una vez más, le arranqué el corazón y, así, los dos más tranquilos nos comimos a medias la foto del Presidente. Cuando terminamos de comer yo dije: -Muhuhuhu; Muhuhu... Y la vaca dijo para sus adentros: -Pobre hombre muge de tristeza y de dolor. Está cansado de esperar el premio Nobel, cansado que nadie quiera entrevistarlo, cansado de que lo llame siempre la novia de cuando tenían veinte años para decirle que aún lo ama, pero que vivir con él es imposible. Pobre hombre. Poeta de multitudes morirá en soledad. |
ENTREVISTA A SANTIAGO CARRILLO Por: P.-¿Qué es la escritura para usted? R.-Una manera de pensar y al mismo tiempo, de expresar mis ideas. P.-Es inevitable hacerle alguna pregunta política, ¿le molesta? R.-No, no. P.-Usted, cuando formuló las tesis del Eurocomunismo, ¿preveía ya la caída del régimen soviético? R.-Sí, si se lee un libro que yo escribí
en el 76 y que salió a comienzos del 77, se titulaba «Eurocomunismo y Estado», yo
preveía allí que en la Unión Soviética y en el propio Cuando estuvieron aquí en el 77, Berlinguer y Marché, hicimos lo que se llamó la Cumbre Eurocomunista, yo les planteé a los dos que debíamos distanciarnos del modelo soviético y de la Unión Soviética tal como existía. Claramente, porque aquello se hundiría y si no lo' hacíamos, los cascotes nos destruirían a nosotros también. En aquel momento no conseguí resultados, pero para mí esa perspectiva era ya clara en aquel momento. P.-¿Qué piensa de la situación actual del socialismo o del comunismo, teniendo en cuenta que China es lo único que queda, prácticamente? R.-No se puede llamar a China un sistema comunista, como no lo era tampoco la Unión Soviética. El comunismo, tal como está diseñado en las obras de los clásicos, no ha existido en ninguna parte. Yo creo que en el día de hoy, la social-democracia y el comunismo en sus formas clásicas, tradicionales, ya no son un instrumento válido para la transformación de la sociedad. La social-democracia, porque está dividida entre un alma liberal y un alma socialista, y cuando está en el gobierno, propende a que el alma liberal sea la que domine. y el comunismo, por- que hay una experiencia ya histórica que demuestra que tal como funcionó, no funciona, no es ya una solución. A mí me parece que la izquierda tiene que replantearse en un diálogo, en un debate que no se va a sustanciar en un día ni en dos, su refundación, su recuperación. Tanto desde el punto de vista de un proyecto de transformación de la sociedad, como del e instrumento válido para ello. P.-¿Cree Usted que hay que volver a leer a los clásicos? R.-Yo creo que sí, que a los clásicos, lo mismo que en el terreno literario es siempre una fuente de inspiración y se aprende mucho. Leer a los clásicos del marxismo, para entendernos, del socialismo, es una necesidad incluso el día de hoy. Lo que pasa es que hay que leerlos teniendo en cuenta el año, la época en que escribieron, el desarrollo de la sociedad, los cambios que se han producido. |
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Hay que leerlos, no para reproducir sistemáticamente sus fórmulas y convertirlas en dogmas, pero sí para aprender cómo enfocar la realidad de hoy. P.-Usted, teniendo en cuenta los prólogos del 57 y el 59 de «El Método de la Economía Política", de Marx, ¿qué importancia le da a la ideología? R.-Yo creo que todo es ideología, incluso la publicidad comercial encierra un fondo ideológico, la negación de la ideología es otra forma de ideología. Siempre hay ideología, lo que pasa es
que la ideología existente, dominante hoy, que es la ideología neo-liberal,
niega, es una de sus tácticas, negar la existencia de otras ideologías para dar
la idea, para confirmar que, más allá del P.-Sí, parece que quiere mostrarnos que es el sistema natural de organización del hombre. R.-Pero lo cierto es que antes hubo otras formaciones sociales, que no eran el capitalismo, que nacieron, se desarrollaron y murieron. Y al capitalismo va a sucederle exactamente lo mismo, lo que pasa es que el capitalismo puede terminar, no ya sólo con su sistema, puede terminar con la humanidad, si no se levanta frente a él una alternativa diferente que sea asumida por la mayoría de la población. P .-¿Está de acuerdo con la idea de que la historia es lo que se escriba de ella? R.-La historia, muchas veces, no es
lo que se escribe, ya sabe usted ese dicho de que la historia la escriben los P.-¿A la realidad? R.-A la realidad, la historia como realidad, sí. P.-¿Cree que todo hombre tiene un precio? R.-Hay hombres que tienen un precio, que viven en el sistema de mercado, y hay otros que no tienen precio. P.-¿Usted no tiene precio? R.-Yo no tengo precio. P.-Estupendo, ¿qué piensa del amor? R.-Es una de las cosas más extraordinarias y más maravillosas que puede haber en la vida de la mujer y del hombre. P.-Hablando de mujeres y de hombres, ¿qué opinión tiene de los movimientos feministas, de la historia de la mujer? ¿qué piensa de las mujeres? R.-Yo pienso lo mejor de las mujeres, que la historia del feminismo es una historia de lucha extraordinaria, fundada sin ninguna duda en la desigualdad real que ha existido durante muchos siglos entre el hombre y la mujer, y que gracias a esa lucha, no solamente las mujeres, sino también los hombres, vamos tendiendo a una cultura más elevada. P.-Se dice que el siglo que viene, si llegamos, será el momento de una revolución femenina. R.-Yo creo que se está produciendo ya una revolución femenina, porque esa revolución no es una cuestión de 24 horas, de la toma del poder por una clase, es una transformación de la cultura humana muy, muy profunda. Esa transformación va produciéndose y hay que decir que en los últimos años va a un ritmo cada vez más acelerado, por fortuna. |
P.-La vida, ¿le pasa a uno o uno pasa por la vida? R.-Pues depende, hay gente que pasa por la vida y otra que la vida le pasa a ella, es decir, que se deja llevar por la vida. Hay otros que ponen voluntad, para hacer de la vida algo que esté de acuerdo con su pensamiento. P.-¿Cree que se puede dirigir el destino? ¿Usted pensó alguna vez que hoy estaría donde está, que su vida sería como fue? R.-Sí, lo he pensado casi siempre, que mi vida sería así. Casi siempre quiere decir que cuando era un niño de 10 años, todavía no estaba en condiciones de concebir mi vida, pero a partir de los 14 ó de los 15, mi vida ha sido como yo he querido que fuera. P.-¿Se considera más sabio que a los 20 años? R.-No. Hombre, evidentemente, yo sé más cosas hoy que las que sabía a los 20 años, pero yo creo que las esenciales, aunque no las tuviera tan claras, las sabía ya entonces. Y creo que lo esencial es saber por dónde va a marchar uno en la vida, ya los 20 años yo ya sabía por dónde quería marchar. P.-¿A quién se parece Santiago Carrillo, si se parece a alguien? R.-Hombre, debo parecerme a mi padre ya mi madre, un poco, ¿no? No es una pregunta que me haya hecho jamás. P.-¿A quién le hubiera gustado conocer? R.-Yo he conocido a mucha gente. Hombre, me hubiera gustado conocer, pero era imposible, a gentes como Marx, como Engels, a Heine, a Shiller, a un personaje como Beethowen... Pero, la verdad es que en la vida he tenido ocasión de conocer a mucha gente. P.-¿Qué piensa del psicoanálisis? R.-Pues, mire usted, yo pienso que el psicoanálisis lo hacemos todos con respecto a los demás, sin darnos cuenta de que lo hacemos. P.-¿Quiere decir que uno no puede evitar opinar sobre los otros? R.-Que uno no puede evitar tratar de formarse un juicio sobre las personas que haya su alrededor y para ello, inconscientemente, las psicoanaliza. Puede equivocarse, puede acertar, pero eso le pasa también a los profesionales. P.-¿Qué le hubiera gustado que le preguntaran y no le preguntaron nunca? R.-Pues mire usted, la verdad es que yo creo que a mi edad ya no hay nada sobre lo que no me hayan preguntado. P.-Por último, ¿qué «consejo» le daría usted a los jóvenes, teniendo en cuenta los cambios que ha tenido que atravesar durante su vida, en esta sociedad, qué les diría? R.-les daría el consejo de que fueran críticos respecto a la sociedad, que no aceptaran como actos de fe o como palabras definitivas, todo lo que les digan, y sobre todo, lo que dicen los que mandan en la sociedad actual. Que tengan ideales, que aspiren a una sociedad mejor que la que existe hoy, y que no tengan precio.
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