ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Nº 69

Roberto Molero. Psicoanalista
Buenos Aires: 4805 5949

Es imposible para mí poder separar la historia del psicoanálisis del Grupo Cero, de la historia de la Escritura del grupo, porque están unidas desde el principio. Desde la elección de haber conjugado el Psicoanálisis y la Poesía, conjunción que tendrá su material concreto cuando decide la existencia de la Editorial Grupo Cero.

Contaré mi historia y se escribirá el origen.

A comienzos de 1966, Larriera me presenta a Menassa y me expresa la situación que estaban padeciendo, ellos sabían que dos no son sino uno, es decir una célula no reproductiva y ellos querían expansión marítima, sabían que la terceridad adviene con el tercero, pero lejos aún de aquella amistad que nos permitiría decirlo todo, era necesaria una excusa razonable y adecuada para nuestra poquedad y entonces me dijo que nos les alcanzaba el dinero para alquilar un departamento y necesitaban un tercero para poder pagarlo.

Yo entendí y ese fue nuestro primer acuerdo en una acción y alquilamos un departamento pequeño en Barrio Norte, dos ambientes y dos pequeños pasillos nos permitirían habilitar dos consultorios.

Pero por razones económicas, monetarias y psíquicas, solo pudimos habilitar uno, en el otro vivía Larriera y los tres trabajábamos en el ambiente restante.

Estábamos tan juntos porque lo necesitábamos, ya que empezamos desde allí a compartir y vaya si lo aprendimos.

El "noveno C" reúne nuestras iniciales conversaciones sobre la vida, el arte, el psicoanálisis, el amor y el sexo. La amistad fue nuestro culto mas secreto. El psicoanálisis una pasión desesperada.

Al año siguiente junto con otros jóvenes llenos de inquietudes nos constituimos en un grupo de estudio. Este grupo de intelectuales comienza una tarea en común, más allá de reunirnos en todo momento libre en el Bar Nalon, que quedaba a pocos pasos de la consulta, iniciamos un grupo para estudiar a Freud, y con la coordinación de Menassa (que hacía varios años leía asiduamente psicoanálisis) comienza el germen inicial del Grupo Cero.

El bar Nalón fue de allí en más, el lugar de reunión informal del grupo.

Era un lugar espacioso pero a veces ocupábamos todas las mesas.

Comenzamos a reunirnos en la casa de Miguel y luego en la casa de Norma, los miércoles por la noche.

¿Quiénes éramos?

Sergio Larriera, médico en ese momento sanitarista. Norma Menassa, joven estudiante y empleada de una empresa multinacional.

Yuyo Morales arquitecto. Veltri pintor. Un sujeto, apodado la cobra. Y Roberto Molero, médico practicando en el Borda.

Allí durante más de un año, fue entrando en nosotros el espíritu del psicoanálisis, y la profundización de nuestros propios tratamientos.

Dos años mas tarde, nuevos nombres se incorporan y se suman a la pasión de aprender y ampliar el conocimiento, y surge también otro maestro, Juan Carlos De Brasi. El grupo estaba integrado por Pérez, Schocron, Man, Frydman. González, Kozak y otros.

Mi primer contacto con la filosofía, y con la segunda línea del grupo.

El amo y el esclavo de Kojève, fue nuestro texto de estudio.

En 1970 y a punto de formalizar el grupo como Grupo Cero, la primera línea formada por Bristow. Larriera. Menassa. Molero.

Nonini. Valla, comienzan a reunirse con Raúl Sciarreta.

Sciarreta nos sorprendió con una nueva lectura, epistemológica del libro de "La interpretación de los sueños" de Sigmund Freud.

Textos de Bachelard nos revelaron la impronta de una lectura epistemológica y psicoanalítica de lo que se denomina el espíritu científico.

Trabajo, corte, sobredeterminación, ruptura, temporalidad es el núcleo de los nuevos conceptos que ya no dejaríamos de trabajar nunca.

20 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS Y POESÍA GRUPO CERO
XII CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO
"No podemos terminar con el alma, sólo podemos curarla"

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA: 
LA REVISTA DE PSICOANÁLISIS DE MAYOR TIRADA DEL MUNDO

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Quedó conformado el grupo por: Bristow. Larriera. Menassa. Molero. Nonini. Schmied. Valla.

Fue la primera actividad global como Grupo Cero, la tarea que nos constituyó como tal.

Sin coordinador establecido, fue uno de los grupos mas productivos en tanto que fue la compresión mas profunda y sistemática para todos los integrantes.

Rivalizábamos no en tanto en quién sabía más, sino en quién estudiaba más.

Bristow. Larriera. Menassa. Molero. Nonini. Schmied. Valla.

Se decidió que para continuar con nuestra formación deberíamos estudiar lingüística, y en eso seguíamos indicaciones del mismo Lacan.

Para ello se buscó a un lingüista experimentado J.C. Indart, que entró a través de Horacio Valla.

Primero fue el libro de Saussurre y luego Propp y Jakobson los autores que nos abrieron el camino de la lengua.

Tres años donde revisamos el estructuralismo y sus diferencias con la lengua tal como la concibe el psicoanálisis.

Allí a través de los Escritos fuimos tomados por Lacan.

Éramos todos alumnos aplicados, había en nosotros una llama de saber y querer trasformar, lo que luego aceptaríamos como intrasformable.

Bristow. Larriera. Menassa. Molero. Nonini. Schmied. Valla.

Masotta en esos momentos era para nosotros un pensador diferente.

Por eso fuimos a estudiar con él.

Tenía la mejor lectura de Freud y de Lacan que había en estas márgenes del Plata.

Fue un tiempo maravilloso.

Algo de él era también nuestro. Pero era peor que nosotros.

Todas las semanas, al concluir la clase, nos indicaba como accesorio de la lectura un libro, que nos sorprendía casi siempre.

Un libro de psicoanálisis, generalmente denostado por la cultura analítica de aquellos tiempos, como por ejemplo Fenikel.

Nonini, Larriera y yo estábamos enamorados de él, Menassa y Valla, un poco distantes, Bristow y Schmied eran los rebeldes, no querían pensar con Massotta, me parece que había una envidia pertinaz.

La experiencia duró aproximadamente un año, pero en ese momento Masotta iba a institucionalizarse, fundando la Escuela Freudiana en Buenos Aires, y nosotros éramos una espina clavada en su cabeza.

No sabía qué hacer con nosotros, faltó dos veces seguidas y finalmente cuando pudo volver, nos dijo, que su proyecto no podía ser con nosotros, que siguiéramos como veníamos, que no nos desviáramos de nuestro camino, que éramos unos santos.

Esto último nos desconcertó, hasta que luego leímos en Lacan las claves de lo que nos había querido decir. Lacan en el Seminario de la Ética define al santo como "aquél cuya mira es el acceso al deseo sublime, para nada su deseo, pues el santo sirve y paga por los otros. Consume el precio pagado bajo la forma de sufrimiento en dos extremos. Uno en las peores ironías sobre la mistificación religiosa, como la parodia de los sacerdotes detrás del altar, y el otro el extremo del heroísmo religioso que tiene que franquear los límites del temor y la compasión, ya que la voz del héroe no tiembla ante nada y sobre todo ante el bien del otro. Todo es experimentado en el desarrollo de la historia, donde el sujeto sabe un poquito más que antes sobre lo profundo de él mismo. El santo nada hace para él, es el desperdicio del goce". Por lo tanto fuimos arrojados de la historia curricular del Psicoanálisis en la Argentina, pero alcanzamos la posición de resto, aquel segundo paso por el que cualquier psicoanalista abandona la posición de supuesto saber para operar como causa de deseo. Es decir que estábamos predestinados a ser historia.

Bristow. Larriera. Menassa. Molero. Nonini. Schmied. Valla. Indart nos recomienda estudiar la topología con Pérez Peña.

Lo mirábamos con un poco de desconfianza, pero finalmente aceptamos.

Indart estaba ambivalente, nos hablaba de él, pero no terminaba de hacer el contacto.

Perez Peña, era ingeniero, gran lector de Lacan, nos inició en los vericuetos de la topología lacaniana.

Mediante la estratagema de marionetas, espejos y monos sanos y enfermos, despertó en nosotros una pasión de aprender jugando, y lo logró.

Fuimos su primer grupo de estudios y a la manera Cero, en pocos meses tenía a toda nuestra gente estudiando con él, más de cien personas invadíamos su casa semanalmente.

Como todos los grupos, nadie faltaba a la cita, como si fuera el encuentro con una amante, nuestras reuniones tenían algo de lo sagrado y de lo dionisíaco.

Bristow. Indart. Larriera. Menassa. Molero. Nonini. Schmied. Valla.

Fue el comienzo del fin.

La coordinación era rotativa, pagábamos altas sumas para participar.

La malvaloca se extendía en el medio del consultorio y cada cual tomaba lo necesario, no había límite para ello.

Juanqui Indart, que era coordinador del grupo de lingüística, pero que no formaba parte de los otros grupos de estudio, pasa a integrar el grupo terapéutico. Se le negó la integración a César Man, creo que fue un error.

Era un grupo terrible. Se instalaba esa ética del deseo sublime. El análisis reinaba con la crudeza de la eclosión de fuertes diferencias ideológicas y también narcisísticas.

La represión política estaba en su apogeo, teníamos miedo de lo que nos pudiera pasar.

Si verdaderamente nos leían, estábamos perdidos.

Se decidió que Menassa debía partir y allí se partió el grupo.

Siempre me quedó la idea de que si hubiéramos seguido, ahora estaríamos muertos o que el psicoanálisis en Bs.As. sería nuestro.

Hubo ruptura de muebles, llantos, locura e interpretación. Se astilló en mil pedazos la bola de fuego que éramos en la cultura de Buenos Aires. La historia continuó en Madrid.

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Tom Lupo. Buenos Aires
tomlupo@ciudad.com.ar

Carmen Salamanca: ¿Quiere que comencemos por algún tema en especial?

Miguel Oscar Menassa: Sí, él estuvo cuando yo volví de España en una escapada, al año de estar en España.

Tom Lupo: La primera vez que volvía.

M.O.M.: Y supuestamente, como él lo cuenta, que es interesante contarlo así, él dice que yo ese día fui a nombrar heredero de mi jefatura, y después hicimos otra cosa.

C.S.: Entonces ¿qué? ¿Nombraste heredero?

M.O.M.: Yo no hice nada, es la visión ética que tiene él.

T.L.: Es la llegada de Miguel a ese lugar, y la reunión.

En un aviso que hubo para la juventud en una reunión que se llama "los jóvenes K de Kichner" yo aporté una frase que usaron, que era "muchacho, si no te ocupas de política, la política se ocupará de ti…"

M.O.M.: General Belgrano ….

T.L.: Sí.

M.O.M.: A ver si aprenden… Él lo que toma es que hubo otros seres antes que él, por que si no la frase nunca hubiera llegado a él, jamás.

T.L.: Ni tendríamos bandera. La Divisa sirve para nombrar la moneda del país y la bandera del país. Yo, antes de la entrevista, quiero mandar a todos los argentinos de Madrid, una fábula que tiene que ver con el libro "La mujer y yo", porque las fábulas siempre se refieren a animales en posición de rivalidad, o un hombre relacionado con el mal, pero nunca antes una fábula hablaba de una relación de amor. Ésta es una fábula muy especial, por eso se la quiero dedicar a "La mujer y yo" y lamentablemente el sentido está restringido al habla argentino. Se trata de una historia así: Resulta que empieza a llover y había una cotorrita que tenía miedo… se le ocurre ir a la casa de un exnovio, un pajarito que vivía cerca y llama a la puerta del nido, le abre y le dice "¿me podías dar un alojamiento por un rato que está lloviendo y no terminé de hacer el nido?" y el pajarito le dice: "no cotorrita, estoy casado, así que perdóname", y le cierra la puerta. Cotorrita se va y empieza a llover y empieza a mojarse la cotorrita, está muy preocupada, tiene miedo. Y dice: "pajarito, disculpame, explicale a tu mujer, yo estoy muy preocupada, me estoy mojando mucho…"

"Te dije que no, no sólo estoy casado, tengo 4 hijos, no hay lugar para nadie más". Y le cierra la puerta. La cotorrita se va y al rato ya está totalmente mojada, empapada, temblando, tiene miedo de que se va a morir. Entonces va y le dice: "Pajarito, pajarito creo que me voy a morir de frío". Y el pajarito le dice: "Pero es que no entendés, te dije que no y es que no y si vuelves te empujo" y le cerró la puerta. Moraleja: Cuanto más se moja la cotorrita más duro se pone el pajarito.

Bueno, señores, estoy dispuesto a contestar la verdad, sólo la verdad.

M.O.M.: ¿Es relativamente verdadero o relativamente falso que usted haya conocido a Menassa por su escritura?

T.L.: Es relativamente verdadero. Yo estaba en Parque Rivadavia un día viendo revistas y de pronto vi una que nunca había visto, nunca había escuchado Grupo Cero, ese significante, tapa negra.

Abro, veo una editorial de un tal Schmied, veo una de Menassa, me detengo en una de Larriera también y una de Bristow, son esos cuatro nombres. Me impresionó especialmente la de Menassa porque yo estaba estudiando psicología y había una comparación de la poesía y el psicoanálisis, quedaba despedazado prácticamente el psicoanálisis

C.S.: ¿La revista era Grupo Cero nº 0?

T.L.: Sí. Busco a los vendedores y les digo "Yo quisiera conocer a esta gente". Porque yo era un tipo que había leído, había escrito un poquito, el tipo estaba bastante enterado de las cosas y era un lector exigente. Me dicen "Menassa vive en España ahora, se fue por la dictadura, te podemos presentar a Larriera" y lo fui a conocer a Larriera, así empezó mi relación, voy a conocer a alguien autor de esa escritura.

Ahora, fíjense la secuencia de esos nombres. Empecé a estudiar poesía con Schmied, Menassa no estaba la primera entrevista sobre grupos la tuve con Larriera y me empecé a analizar con la mujer de Bristow. 

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Te voy a decir que la entrevista con Larriera fue muy especial porque era una linda charla, pero cuando ya me iba, ahí, él me captura hacia el grupo, de una manera muy singular. Me estoy por ir y me dice: "No, me parece que este no es el momento de la despedida, lo invito a otro café". Eso era muy raro en Buenos Aires, cuando terminaba una entrevista, terminaba. Bueno, después yo le pedí un libro tuyo y me dio Yo pecador, y yo veo en la tapa un tipo por una pierna le salía una barba, fue impresionante el efecto y la poesía, sobre todo la crueldad, yo siempre me he admirado de la crueldad, para mí fue muy importante leer eso, "Si no puede tu amor podrá tu deseo, si tu deseo y tu amor no pueden, el estallido debe haberse producido en el cerebro, húndete en el mar".

M.O.M.: El mar puede ser más agradable.

Público: Decías que lo que te había llevado al Grupo Cero era la frase "Empezar de cero para llegar a cero".

T.L.: Fue lo primero que leí, eso me había impactado mucho, después estudié poesía. Mi primera fascinación con el grupo (era fascinación en esa época, todavía había fe), era con Schmied, tanto es así que cuando él hablaba yo creía que lo que decía lo decía por mí, era un estado de paranoia, total transmisión con Schmied. Ya era un tipo raro porque una vez le conseguí la posibilidad de que saliera en Clarín y me dijo, "No, no quiero, yo estoy muy tranquilo así y no quiero que vengan a hincharme mi vida, no.

Perfeccionarse para no llegar". Miguel era el gran ídolo pero desconocido, yo no lo conocía, vivía en España. Y comienza el rumor de que vuelve Menassa a Buenos Aires. No lo conocía más que en libros, se reunían en un bar, en el Nalón, yo había escrito un articulito hablándole a un amigo de esto, a Jacob, digo "me parece que inventaron una república griega donde parte de los tipos son reyes y príncipes sin tener que pasar por todos los avatares legales de la política, era una república". Después me enteré de Territorio liberado y coincidía bastante.

El que llegaba, Menassa, era para mí el puro tipo más raro de Argentina, yo tenía una transferencia imaginaria con él impresionante.

Y logro que me inviten a la reunión. Había 150 personas, una casa de doble piso en Belgrano, llena y esperando a ver si llega Menassa. Yo estaba con Willy Bristow en un rincón, que Willy Bristow era, entre Schmied, Larriera y Bristow, quizá entre los tres formaban un Menassa. Larriera hubiera sido un buen director para la institución, Schmied para la poesía y Bristow tenía el desenfado… pero entre los tres no sé si hacían un Menassa, pero uno tenía que ser el jefe, se rumoreaba que uno, que era Larriera porque si estaba Menassa en Buenos Aires, era el jefe, pero si no estaba ¿quién era el jefe en Buenos Aires? No era una cosa decidida.

Entonces yo, tenía una buena relación con Schmied y también amistad con Bristow. Llega el momento, llega Menassa a la casa, se abre la puerta, entra Menassa, gran silencio, 150 personas en silencio y Menassa dice: "He notado que, con el tiempo, la fuerza se me vino acá (con las manos en los huevos)". Yo no me lo podía creer, yo esperaba al profesor, al catedrático, al poeta entrando. Así saludó en Buenos Aires. Me mató eso, yo estaba impresionado.

Entra Menassa, se saludan, charlan, escenas donde él pide un panqueque con dulce de leche y el dueño de la casa le dice a la mujer "hay que conseguir dulce de leche", "andá a la puta que te parió" "sí, pero lo pidió Menassa". Era como una adoración. Era como si Menassa al venir a Buenos Aires, si tú te llevabas bien con él iba a repartir pacientes, poderes, dinero… Entonces nos sentamos y Schmied estaba en un primer piso, que había como un balcón de madera y desde arriba, dice una frase en medio de la reunión, entonces le interrumpe Miguel y dice: "Ése, dice, cuando vino a

Madrid, vino a hablar de sexo cuando había que hablar de trabajo, cuando no teníamos un peso". Pensé "interrumpe a mi maestro, que yo tenía fascinación". Y veo que el otro se pone colorado y no dice nada, no se defiende, lo aplastó directamente, a continuación del grupo que estábamos con Schmied, uno de ellos se acerca a Miguel y le dice "Queremos plantearte algo". Y Schmied desde arriba dice "«Queremos» es un motín". Entonces Menassa dice, "Para eso necesitamos a Federico". Yo sentí que lo había destruido, lo había aplastado y el otro interviene como si no hubiera pasado nada...

Le dio los poderes inmediatamente. A continuación se produce una calma en el grupo. Voy a contar primero otra intervención como la de Federico. Le da la bienvenida el topólogo del grupo que era un tipo de … que el grupo tomó para que explique un poco de topología, que no era muy del grupo pero… Entonces lo recibe a Miguel con una anécdota tipo del sufí con parábola y todo y la gente aplaude cuando termina, y a continuación empieza otra parábola y en la mitad Miguel le dijo "pero ésta es muy fácil la solución, la solución es el camino más fácil" y el otro se quedó, porque le interrumpió la anécdota. Yo le digo a Willy "¡Qué bárbaro este Menassa! Porque lo de Federico le aplastó pero después… éste es un profesional que nos explica topología, delante de 150 personas le cortó la anécdota". "No, está leyendo a Marx, dice Willy, todos esperábamos a Menassa, no a Pérez Peña, él contó una anécdota, nosotros lo aplaudimos, ya está. Contar otra ya es una equivocación con el uso del tiempo, nosotros vinimos a escuchar a Menassa. 

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Menassa lo que hizo es acotarlo y decirle "ya está". Yo me copaba inmediatamente con la lectura que hacía Willy, porque es muy interesante la misma escena, yo me identifico con la víctima. Entonces en ese estado de admiración Menassa dice algo, yo le comento algo que él se sonríe y Larriera salta "cuidado es un extranjero, todavía no sabemos" como diciendo que yo no tenía derecho a hablar a ese nivel porque recién llegaba, un extranjero. Y Menassa lo interrumpe y dice "No, yo siento que cuando yo hablo él me entiende". Nunca nadie me jodió por ahí.

"Cuando yo hablo siento que él me entiende". Yo tenía una cara de fascinación… maestro siga hablándome. Uno de los posibles jefes comienza a hacer como un inventario, le cuenta a Miguel cómo está el grupo y de pronto se manda una frase. Todos estábamos esperando que iba a decidir quién era el jefe, si era Bristow, si era Schmied, si Larriera. Y dice en un momento dado: "y es importante decir, por qué no, que en Grupo Cero, no hay homosexuales".

Entonces Miguel dice: "Es el más idiota, por eso es el jefe", le dice. Yo quedé volteado. Yo pensaba, primero lo llama idiota, porque la verdad era la frase de un idiota pero ante la envidia que le iba a dar a los otros que él iba a ser el jefe lo nombra jefe e idiota al mismo tiempo con lo cual autorizó la envidia en ese momento pero quedó nombrado como jefe, como un subterfugio… Pero ¿cómo quedó? Es el más idiota, por eso es el jefe, justo en un país donde se dice "el que sabe sabe y el que no es jefe". Para mí en ese momento, era toda una construcción de interpretaciones, todo funcionaba como en una película, era todo en una verdad encadenada, quedó nombrado el jefe, quedó acotado Schmied, quedó el motín denunciado, y después con el tiempo lo que iba descubriendo… yo le contaba a Willy Bristow todo esto que estaba leyendo y … dice: "Mira me doy cuenta que faltaba una función en el grupo así que te nombro antropólogo"… Justo yo estaba en esa época enamoradísimo de Levi Strauss preparé un trabajo para un grupo de

Larriera sobre Levi Strauss. Cuando yo le cuento lo que estoy viendo, Willy me nombra antropólogo, me dice es como si fueras del grupo pero no lo eres, me parece que por la visión y por el lugar que tienes, eres un tipo grande… te nombro el antropólogo del grupo.

M.O.M.: Y estábamos en contra de la antropología nosostros.

T.L.: Levi Strauss hace una experiencia inédita, escribe un libro y después escribe otro libro donde cuenta cómo estaba cuando escribió este libro, que era un intento de bajar subjetividad, porque tú podías ver, interpretar qué le pasaba cuando escribió el otro libro. Desde ese punto de vista era hasta aceptable ser antropólogo a partir de Levi Straus, estoy defendiendo mi profesión de ese instante...

Me da la impresión... que yo había quedado en un lugar especial porque yo estaba preocupado por la escena en sí, me había tocado ser el testigo más clave de esto que había pasado.

M.O.M.: … en una actitud tangencial al grupo y siempre serviste.

T.L.: Todo fue culpa de mi madre.

M.O.M.: ...¿Y no estaba muerta su madre?

T.L.: Ah, sí.

M.O.M.: Y entonces ¿cómo una muerta va a tener la culpa de todo?

T.L.: Claro, tengo que revisar ese asunto. Creí que esto era una entrevista...

M.O.M.: No quiso contestar a la pregunta.

T.L.: Lo que sí es que hasta el día de hoy, y esto hace más de 20 años, siempre fui un lector consecuente de toda la producción del Grupo Cero y especialmente de Menassa... para repensar.

Hay ternura en la caricia del bruto, en la coz del borrico barbudo, en la voz rota. Miguel Oscar Menassa lo sabe y lo explota como pocos. En su primer álbum, Carnaval 2004, incluso, Kepa Ríos se recrea, tirando de acústicas y adoptando la vis del cantautor rock/perro viejo entre un variopinto muestrario de tonalidades. Porque en Carnaval 2004 y en Pepe el Conformista, más que una nueva identidad, el madrileño despliega a los muchos Pepes que podría haber, incluido el que se ríe de sí mismo. Hay un deseo expreso de aligerar el rock urbano y, así, suenan guitarras cincuentonas, surferas o country & western, pianos de Nueva Orleans, órganos a lo Booker T., bajos soul, riffs funk y hasta un tango bastardo a la medida de David Lynch. Todo cortesía de la banda de Los Indios Grises, que aquí reduce su fanfarria festiva a una versión lupanar grabada en directo, con el cariño de todo potaje. Entregado a sus vividas composiciones, el castizo poeta de barrio y Plata, Miguel Oscar Menassa, paladea las palabras, las frases, los simbolismos, y trastea con todo ello hasta formar letras que encajan igual que las fichas del Tetris. Camino de cumplir los 30, aquí está todo lo que Kepa Ríos no podía hacer antes más todo lo que le gusta: entre el punto y aparte y el punto y seguido, les ha quedado un disco de los más gustoso.

Los Indios Grises ensamblan con armonía y belleza las tragedias cotidianas del maltrato familiar.

Muestran la ignominia y crueldad de los seres humanos en las situaciones sórdidas que imponen las guerras, pero también exalta la grandeza de la resistencia moral al envilecimiento, a tirar definitivamente la toalla, al desmoronamiento y la rendición.

Miguel Oscar Menassa tiene un aliento épico y poético, un lenguaje poderoso para hablar de la vida y de la muerte, del desamparo y del amor, del sacrificio con causa y del poder del deseo.

Todo resulta veraz y humano en estos dos álbumes.

Incluidas las intensas apariciones de las Enfermeras en el videoclip Los cuidados a los 63 años, el camaleónico Obelix de la Murga y la cada vez más carnal y menos etérea Emérita Cruz. Gente inteligente que sabe elegir canciones y cuidar sus carreras.

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XII CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO
20 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS 
Y POESÍA GRUPO CERO

Magdalena Salamanca Gallego
Clémence Loonis,
Integrantes del Seminario
Sigmund Freud
Madrid: 91 758 19 40

MUJER, TRABAJO
Y 20 AÑOS DEL GRUPO CERO

Estamos celebrando los 20 años de la fundación de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero y lo hacemos de la mejor manera que conocemos: escribiendo. Mostrando desde la escritura, producto efecto de un trabajo, el recorrido que nuestra Escuela viene elaborando desde que Miguel Oscar Menassa, fundador junto con otros, y en la actualidad Director de la misma, escribe en junio de 1981 el Acta de Fundación, tomando la ciudad de Madrid como escenario, sede internacional de la Primera Escuela de Psicoanálisis Cero.

Aprovechamos pues la ocasión para agradecer a la Escuela, a su Director y a todos sus integrantes la posibilidad que desde el psicoanálisis se nos brinda, producir en esta oportunidad un escrito donde Mujer, Trabajo y 20 años del Grupo Cero son la luz que nos muestra que todo es posible, la realidad como metáfora de todo lo posible. Es decir, en el comienzo de nuestra trayectoria nosotras no éramos mujeres, Freud nos indica que una mujer no nace mujer, se hace: por tanto, nosotras somos producto efecto de los 20 años Grupo Cero. Creíamos dominar con nuestro trabajo el mundo, pero después de tanto tiempo sabemos que el mundo no se puede dominar y que el trabajo se agota en el producto que produce. Lo que produce es un valor de uso, es decir un valor tal que parta de la propiedad de la cosa y que pueda ser utilizado en cualquier demanda humana en el orden de la necesidad y en el orden de la fantasía.

Nos hemos encontrado con textos prepsicoanalíticos donde se muestra claramente que lo que menos convenía para las mujeres eran las conversaciones, las relaciones con otras mujeres, y por supuesto con hombres, tanto personales como epistolares pero tampoco les era otorgada la posibilidad de encontrarse sola, para evitar que pensara y se viera tentada, suponemos que a la masturbación, por el contrario le era recomendado y hasta impuesto permanecer al lado de su madre, en la cual tenía que confiar plenamente. Se le prohibía hablar y escribir, hasta que tras una importante selección encontrase al varón que la acompañaría hasta la muerte y al cual tenía que ser fiel.

La historia nos muestra a la mujer como mercancía, el papel de la mujer en los siglos pasados ha sido el de madre y esposa, pasando de la economía de los padres a la economía del marido, siendo su principal producto el de la reproducción, su papel el de la perpetuación de la especie. La familia funciona como una estructura para ella donde se refugia en un intercambio que las mujeres han practicado durante siglos: amor a cambio de amor, amor a cambio de comida para ella y su prole, y ahora trabajo a cambio de amor.

Se le prohibía toda sexualidad, entendiendo sexualidad no como genitalidad sino en el sentido que le da el psicoanálisis, es decir como producción deseante y significante, no como reproducción biológica.

No existía para ella otra sexualidad y era como un ser inferior al hombre, en tanto en cuanto sus facultades intelectuales no daban cuenta de un desarrollo como las del hombre. La represión sexual que ella sufría equivalía a una represión intelectual. Menassa nos explica en su libro "Siete conferencias de psicoanálisis en La

Habana, Cuba" lo que el psicoanálisis entiende por sexualidad y dice: "Sexualidad para el psicoanálisis es todo aquello que el hombre toca con su palabra, es decir que la única sexualidad humana, a diferencia de la sexualidad animal, es que el hombre habla. Por lo tanto, sexualidad para el hombre, también sus relaciones genitales, serán relaciones sexuales siempre y cuando el hombre las toque con sus palabras".

Pero la relación sexual no existe porque no hay adecuación que es a nivel del lenguaje, por eso que en los encuentros se producen desencuentros.

Sólo cuando para la sociedad fue necesaria más mano de obra, se produce el acercamiento de las mujeres al mundo laboral; guerras, revolución industrial, etc... Pero estos movimientos sociales no aseguraban la integración de las mismas en el mundo laboral, allí las mujeres se enteran de que además de la familia existe el trabajo, la guerra y eso genera en ellas un conflicto entre producción y reproducción, entre reproducción de hijos y producción de goce, entre maternidad y sexo. Conflicto generado por la castración.

Por eso que hemos dicho antes que la mujer era mercancía, se le daba un valor cuando era necesario, pero al terminarse la necesidad la mayoría de las mujeres volvieron al hogar para seguir ocupándose de los hijos y del esposo, es una mercancía que genera el intercambio.

Frente a esta situación la familia gana de nuevo.

La mujer nace como un hecho cultural, nace como mercancía, Menassa dice: "...nace en una relación productiva, como mercancía, por eso que se puede intercambiar. Por eso que la mujer fue factor de intercambio en todas las sociedades."

Marx introduce el concepto de plusvalía que se genera cuando el producto del trabajo excede en su valor el trabajo medio necesario para ser producido. En este momento se funda el capital, y aparece el valor de cambio en las mercancías y se enajena su valor de uso.

El valor de cambio, lo más notable, lo más aparente de la mercancía, es en realidad la forma de mostrarse, la forma de escenificarse de esa mercancía. Por tanto, el valor de cambio de la mujer hasta que Freud le da la posibilidad de hablar y el Grupo Cero la de escribir, era la reproducción.

Para el psicoanálisis el nivel simbólico es el nivel del lenguaje, por tanto, cuando Freud le dice a la mujer que hable, la introduce en el orden simbólico, donde los significantes se deslizan en cadenas, en un mundo de humanos: podemos decir que el psicoanálisis hace a la mujer humana. A partir de ese momento puede ser otra cosa, tiene la posibilidad de ser trabajadora. Por otro lado la escritura produce la historia, escritura como realidad, posibilidad de cambio. El Grupo Cero ofrece a la mujer la posibilidad de escribir, con ello le hace formar parte de la historia, construir una nueva realidad, pasar de lo social-mítico a lo social histórico. Es sobre lo escrito que se avanza. El Concilio de Trento otorga a la mujer el alma, diríamos que se la animó. Pero la historia de la palabra "mujer" empieza cuando Freud la introduce en el género humano desde sus textos dándole la palabra.

Para Lacan la mujer no existe, es decir, la mujer no tiene identificación en singular, sino identificaciones como un abanico abierto a la pluralidad que nos indica que no hay un rasgo para identificarla y que es imposible definir un modelo femenino.

Amelia Díez Cuesta, segunda mujer que recibe el Premio a la Mujer Trabajadora, que cada año tuvo que empezar a otorgar, con tanto trabajo de parte de las mujeres, la Asociación Pablo Menassa de Lucia, nos da en las palabras que pronunció el mismo día de recibir el premio una definición de Mujer trabajadora: "Una mujer trabajadora quiere decir alguien que no sólo trabaja por amor o para que la amen, sino alguien que trabaja para el orden del deseo humano, pues sabemos que no hay mal de amores sino mal del deseo. El deseo siempre transcurre entre palabras, entre él, ella y el mundo, mientras que el amor es siempre a uno mismo."

Miguel Oscar Menassa ha trabajado desde siempre la cuestión de la mujer. En una conferencia de 1983 dictada en Madrid titulada "Psicoanálisis y Vida Cotidiana" habla del surgimiento de una doble moral sexual cultural, como para desligarnos de la moral

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sexual cultural donde se permite la procreación dentro de los márgenes establecidos como legales. Doble moral cultural que afecta tanto al hombre como a la mujer. La cual se ve frente a tres alternativas: la insatisfacción sexual, la infidelidad o bien -y por último la enfermedad mental. Moral sexual cultural que nos rige actualmente, funcionando estos modelos ideológicos en nosotros inconscientemente.

El psicoanálisis y con él el Grupo Cero trae para la mujer un modelo, una nueva posibilidad, donde su destino no es sólo la procreación sino también la creación, la producción, el trabajo.

Trabajo que está condicionado por sus leyes. Trabajo teórico, nos dice Menassa, que produce como efecto producto del trabajo una mercancía, esta puede reingresar al circuito de trabajo como medio o como instrumento de trabajo.

Freud nos trae en La interpretación de los sueños tres tipos de trabajos:

- El trabajo teórico cuya materia prima es el discurso onírico, trabajo que va a operar transformaciones en esta materia prima (como todo trabajo), con instrumentos teóricos. Trabajo que va a producir el concepto de Inconsciente.

- También reconocemos el trabajo práctico técnico de la práctica psicoanalítica, en este caso la materia prima es el discurso del psicoanalizado y como instrumento la teoría, el método y la técnica psicoanalítica en un complejo articulado con el propio saber inconsciente del analista. Produciendo autoconocimiento y autotransformación del psicoanalizado.

- Por último, el trabajo que consiste en una reconstrucción teórica, que es el trabajo del sueño, desde los contenidos a la formación: el trabajo real del sueño.

El trabajo del método psicoanalítico sobre el discurso onírico es lo que hace que el sueño tenga sentido.

Por eso que traemos desde las palabras de Menassa en Freud y Lacan Hablados -1- este desarrollo hecho por Freud en La interpretación de los sueños, para mostrar cómo actúa el psicoanálisis sobre el sujeto, es decir, a nivel inconsciente, utilizando como materia prima el discurso del psicoanalizado. Únicamente a través del discurso, eso que durante tantos años le ha estado prohibido a la mujer.

Producción inconsciente que permite al sujeto transformarse, construir en el transcurso del análisis nuevas cadenas significantes que traen para éste una realidad distinta. Donde, en el caso de la mujer, se la permite gozar del verbo en su forma infinitiva: hablar, escribir, amar, trabajar, etc...

Desde el psicoanálisis sabemos que la diferencia entre mujer y hombre no es tal diferencia. En la historia del Grupo Cero, es Menassa, quien permitió la introducción de las mujeres en el Grupo, meter la palabra mujer en el Grupo Cero para que haya operación de castración, ya que es la ley de castración la que produce los significantes. Un hombre que no tiene constituida la función mujer no es un hombre, y la operacion de castración constituye padre, madre, hombre, mujer, constituye cuatro sexos, cuando no puede mujer no hay verdad de castración para el sujeto, entonces hay cualquier otra verdad, la verdad de religión, de los pensamientos, del amor.

Dice Freud que antes de toda represión secundaria, la represión es constituyente, y que se reprimen significantes, todos tenemos reprimida la representación de la sexualidad femenina, hecho que condiciona en nuestro discurso esa representación de la sexualidad femenina. Se leyó que la envidia al pene era lo que sentía la mujer y la amenaza de castración lo que sentía el hombre, pero no es así, la operación de castración es las dos cosas, el miedo y la envidia, tal es la operación de castración.

Después de Freud, Lacan y con la palabra mujer incluida en el Grupo Cero se fueron formando seres mortales, es decir, que se abrió una puerta a una nueva realidad. Aceptar dos carencias, que el lenguaje nos preexiste y que nos vamos a morir, da a la mujer la posibilidad de la escritura.

En el programa de la Escuela de Poesía Grupo Cero, se presenta la Poesía de la siguiente manera "en su diferencia radical, no equivale a nada posible, su esfera de acción, el acontecimiento, no se puede usar ni vender, pero sin embargo, y no es vano decirlo, ella sólo cobija en su seno a los grandes trabajadores."

El Grupo Cero como institución en pleno desarrollo ha fabricado y está fabricando escritores y psicoanalistas, en definitiva, trabajadores para la poesía y para el psicoanálisis.

Dentro de la obra de Menassa nos encontramos a la mujer en sus múltiples formas de expresión: Ella, la poesía, la escritura, la muerte, la locura... Para Menassa mujer y poesía, mujer y escritura son sinónimos que conviven siendo, a veces, un conjunto que copula con su manera de decir. En el libro Las 2001 Noches encontramos Noches como ésta: "La poesía suele llegar, a veces, con algo de luz, algo de locura, algo de mujer...".

En el Oficio de morir -1983- Menassa nos indica que todavía le falta mucho trabajo a la mujer para no volver a caer en las trampas históricas. Para transformar lo pensado para ella, en un pensamiento posible de otra vida pero sólo con trabajo.

Y él quiere participar del crecimiento, a la aventura mujer para ese siglo: "Tomaré a la mujer entre mis brazos, porque ese es su deseo. Ella no necesita ser múltiple, se sabe única. Entre mis brazos digo, tratando de dejarla sin respiración. Su goce me dará cierto poder, y a ella le gusta quedarse sin respiración. Con el tiempo le crecerán las alas y querrá volar, y yo le diré que el viaje ha terminado.

Ella sin saber qué hacer se quedará en un rincón de mi cuerpo, y eso, por esta vez, será todo. Me imagino que el siglo que viene ocurrirán otras cosas".

Pero la poesía también trabajó para las ciencias, de ahí que encontremos momentos en su escritura donde ciencia y arte forman un conjunto que transformará el mundo: "...antes de todo gran filósofo hubo un gran poeta que fue explotado por el filósofo.".

Y si la escritura siempre es en posición femenina y la ciencia es La ciencia, podemos pensar que poesía y psicoanálisis son producciones donde la mujer ya es historia gracias al Grupo Cero.

Concepto inconsciente como producto efecto de un trabajo, y si esto es así, entendemos que hasta el amor es un trabajo: "No sólo un trabajo para que el otro se dé cuenta de mi amor, sino un trabajo sobre mí mismo, porque las relaciones que se rompen son aquellas relaciones donde tanto uno como otro permanecen iguales a sí mismos".

Mujer, Trabajo y 20 años del Grupo Cero, producto efecto de un trabajo, donde la materia prima, los textos de Freud, Lacan, Menassa, se despliegan como un arco iris sobre la mirada de todas aquellas mujeres dispuestas a trabajar para quien no es, es decir, a darse cuenta de que el producto de su trabajo se convertirá en materia prima para otros, donde producción ya no es sólo reproducción y donde la sexualidad sea entre palabras encadenadas a otras palabras.

María Chévez fue la primera mujer que publicó en la Editorial Grupo Cero, la primera después de la firma del Primer Manifiesto Cero que sólo fue firmado por hombres. Ella inauguró lo que para muchas sería un futuro, este año el Grupo Cero festeja en Las 2001 Noches los 25 años de esta poeta en la poesía. Pero no fue ésta la única fiesta que el Grupo Cero hizo para felicitar el trabajo de las mujeres.

Amelia Díez recibió el Premio a la Mujer Trabajadora 2001, premio otorgado en su anterior edición a Antonia San Juan, la cual nos presentará esta noche su "Versión Original", Carmen Salamanca, Gerente de la Editorial Grupo Cero fue homenajeada por su trabajo consiguiendo para el 2001 Record de ventas en La Feria del Libro de Madrid. Otros nombres se añaden a esta lista: Lucía Serrano, publica dos libros de poesía a la vez, Paola Duchên presenta su primer poemario y su primer libro de psicoanálisis a la vez, Rosa Puchol recibe el Primer Premio de Poesía de la Asociación Pablo Menassa de Lucia, etc...

Tenemos a estas mujeres y a muchas otras que inauguran un nuevo lugar para el desarrollo de la historia de la palabra mujer, para que nosotras no podamos seguir diciendo "no puedo" y sepamos que, a partir de ahora, estamos en deuda con nosotras mismas.

Muchas gracias a las trabajadoras y al Grupo Cero.

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Las revistas van y vienen, se exhiben, se muestran para desaparecer en manos de un poseedor ocasional. Entre ellas se desencadena un raro juego. Requieren lectores avezados, mirones atolondrados, o ambos a la vez, según lo determinen sus contenidos o las diversas formas en que puedan contenerse. Pero, con el tiempo y de manera general, se han ido distribuyendo en dos grandes especies, aunque no muy específicas. Están las que se hacen "pagar" y las "gratuitas". Las últimas, quizás, herederas de los folletines que se repartían sin costo o por unas monedas, se han instalado entre sus usuarios y afanosos buscadores como si fueran el viejo oro californiano que mana del cielo, abundan en la boca del metro o en los estantes de tiendas multitudinarias. Sin embargo, han generado un hecho paradójico, observable en los últimos años. Ellas, en su mayoría, se leen de punta a punta, con cierta devoción y de modo detallado. Sus páginas no se saltan al azar, como las de pago, buscando una figura o una escena espectacular. Se van deshojando siguiendo el orden que sus lectores habituales han figurado a su antojo. En una palabra tienen la accesible virtud de crear un lector en continuidad, activo y personalizado. La inversión la hacen los editores y sus soportes publicitarios. Los receptores se encargan de una imprevista e imperceptible tarea: asimilar, difundir y socializar un vehículo cultura. No lo saben, pero lo hacen. En cambio los que han pagado el ejemplar lo retienen, en pocas ocasiones es archivado y la costumbre lo ha vuelto prescindible, cuando no ha sido atrapado por una mano ávida que no desea pagar el precio estipulado. Y, de ahí la paradoja final. Las revistas "gratuitas" se han vuelto imprescindibles, demandadas sin cesar y buscadas como si tuvieran un altoprecio. Las revistas "caras" (salvo contadas excepciones), cuyos rostros van de mano en mano, después de una circulación restringida, se vuelven desechables y acaban en una ironía mercantil, su menosprecio.

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EL ENAMORAMIENTO

El enamoramiento lo consideramos un estado psíquico que posibilita la unión o el acercamiento al otro. Es un estado parecido a la psicosis, es decir, hay mucha relación entre el enamoramiento y la locura. Una persona enamorada es capaz de realizar actos que jamás haría en un estado normal. Las mayores proecas y las mayores barbaridades se pueden cometer bajo el estado de enamoramiento.

El enamoramiento es una fase temporal. Con la misma intensidad que aparece luego desaparece. El flechazo puede ser instantáneo o progresivo. El sujeto enamorado idolatra y eleva a la otra persona a una categoría de perfección extrema. La unión que sienten y experimentan los enamorados es de una completud tal que les hace sentirse inmortales, únicos. Juntos son capaces de realizar cualquier acto. La dimensión que les da el enamoramiento es de una grandeza superior. El mundo pasa a ser secundario para ellos. Viven en un mundo imaginario todo el tiempo donde la completud de uno es la completud del otro. Ambos se sienten complementados. Podemos decir que la sensación del enamorado es la de no necesitar nada del mundo. Lo único que necesita para su felicidad es a la otra persona.

La unión que produce el enamoramiento es del orden de la unión de la célula narcisista (ver número de Extensión Universitaria de Diciembre 2003). Los enamorados piensan, sienten y viven como uno. NO son dos sino un único sujeto. El deseo de uno es el deseo del otro. El enamorado sólo tiene ojos para su objeto y los ojos del objeto son los ojos del enamorado. En el enamoramiento se tolera del otro cualquier cosa. NO hay pegas, no hay diferencias. Todo es de un orden ideal. La servidumbre sexual es mutua cuando el enamoramiento es recíproco. El goce sexual es máximo y la entrega absoluta. La dependencia que se genera puede ser afectiva y sexual.

Los enamorados no pueden estar separados uno del otro. Cuando la realidad se opone a su encuentro son capaces de huir de su realidad y abandonarlo todo por estar juntos. La incongruencia de pensamientos que muchas veces muestran los enamorados da la sensación de locura. No razonan frente a la realidad y cualquier palabra que no sea a favor de "su realidad" es rechazada de su contexto discursivo.

El enamoramiento llega a provocar confusión mental y desordenes psíquicos. Ciertas psícosis juveniles y adultas son desencadenadas por el estado de enamoramiento.

Por regla general, salvo que haya una base estructural patológica en el sujeto, el enamoramiento cede a algún tipo de razón, a alguna realidad. Es muy difícil sostener semejante estado debido al desgaste de energía psíquica. El enamoramiento suele terminar debido al encuentro con lo real. Los enamorados acaban dándose cuenta que el aislamiento puede suponer su aniquilamiento. El enamoramiento precipita ante el descubrimiento de que el otro no es perfecto. La caída del objeto deseado produce una irrupción de la realidad. La fantasía con la cual se recubren los enamorados da paso a la verdadera realidad. "Ni tú eres lo que imaginé de ti ni yo soy lo que tú creías que era". El encuentro con lo real le lleva al individuo a un nuevo posicionamiento con respecto al otro.

Solamente si acepto al otro imperfecto puedo comenzar a amarlo.

Si no lo acepto lo rechazo y el ciclo volverá a comenzar en una búsqueda de un nuevo objeto.

Por norma general, el enamoramiento da paso al amor y consiste en dejar de creer que el otro es pefecto para verle mortal y lleno de imperfecciones. Lo que supone aceptar una herida narcisista por parte del sujeto.

El amor cuando es amor verdadero es amar al otro no por lo que es sino por lo que no es. Dimensión compleja de llegar a alcanzar debido al lugar en el cual queda posicionado tanto el amante como el amado. El enamoramiento es del orden de lo inmortal y el amor es del orden de lo mortal.

La negación del sujeto a amar o a dejarse amar tiene que ver con este estado de negación inconsciente frente a su propia mortalidad.

Miguel Martínez. Médico Psicoanalista
Getafe: 91 682 18 95

POSICIÓN
ESQUIZOIDE

El término "esquizoide", al ser propuesto para acercarse al fenómeno, tenía la ventaja inestimable, de ser más que una simple descripción, como era la noción de "introvertido".

La nueva nominación era un intento explicativo, en sentido psicogenético, por parte de los psicoanalistas. En este sentido, al acercarse a los fenómenos esquizoides, distinguían entre una esquizofrenia y, digamos, un carácter esquizoide, es decir, la esquizoidia como modo y la esquizofrenia como enfermedad.

Ronald Fairbairn, uno de los maestros de las primeras andaduras de la clínica psicoanalítica, sostenía que la "posición básica de la psique, es invariablemente una posición esquizoide"; es decir, que todos los casos observados, deben ser considerados como esquizoides.

Esta afirmación se realiza con una salvedad: la limitación que confiere sentido al concepto, es que todo depende del nivel en que se lo considere. Esto es, cualquier persona en las circunstancias precisas mostrará signos de esquizoidia y si no los presenta, frente a los avatares de la vida considerada normal, lo hará en circunstancias de extremo sufrimiento, en condiciones de penalidades o privación (por ejemplo, en condiciones de guerra o enfermedad); o perdido en un bote en el Océano Pacífico o aislado en el Artico o en situaciones de paro laboral prolongado. No es necesario recordar, que la escisión del Yo, es constitutiva del sujeto e inherente al funcionamiento del aparato psíquico.

Entre las diversas características, comunes a los sujetos que entran en la categoría de esquizoides hay tres lo bastante frecuentes como para haber merecido una atención especial y son: 1) Una actitud de omnipotencia. 2) Una actitud de aislamiento y desapego y 3) Una preocupación por su realidad subjetiva. Estas características, no son necesariamente manifiestas. Así, la actitud de omnipotencia puede ser consciente o inconsciente, en cualquier grado o, también, puede estar localizada dentro de cierta esfera de actuación.

Puede estar sobrecompensada y oculta, bajo una actitud superficial de inferioridad o humildad y puede ser, conscientemente acariciada, como un precioso secreto.

En forma similar, la actitud de aislamiento y desapego, puede estar enmascarada por una fachada de sociabilidad o de adopción de papeles específicos y puede estar acompañada de considerable emotividad en ciertos contextos.

En lo que respecta a la realidad, llamada a veces, "interior", ésta es la más importante de las características esquizoides; no deja de estar presente cuando la realidad "interna" es sustituida por la realidad "externa"; identificada con la realidad "externa" o sobrepuesta a ella.

En relación a los fenómenos que estamos mencionando, hay "sensaciones" que las personas consideradas "normales" también conocen como ser: un estado de calma y desapego ante alguna crisis; o una sensación transitoria de "mirarse a sí mismo", en alguna situación embarazosa o paralizadora y, probablemente, la mayoría de la gente ha tenido alguna experiencia, de esa "extraña confusión" de pasado y presente, o de fantasía y realidad, conocida como "déjà vu", fenómenos esencialmente esquizoides.

Entran también, dentro de las observaciones, fenómenos como el sonambulismo, fuga, doble personalidad y principalmente, la despersonalización y sensación de irrealidad, acompañadas de perturbaciones, relativamente menores o transitorias del sentido de realidad, por ejemplo, sensaciones de artificialidad, referidas a sí mismo o al entorno; sensaciones de extrañeza ante personas o ambientes familiares y sensaciones de familiaridad con lo extraño.

El término esquizoide ha permitido que se ampliara el grupo humano a considerar, ya que incluye, también, a modo de ejemplo, a sujetos, que buscan "ayuda" analítica, a causa de dificultades, supuestamente concretas, que aparentemente, no forman parte de una situación psicopatológica definida. Así, puede haber, consultas a causa de inhibiciones sociales; incapacidad para concentrarse en el trabajo; problemas de carácter o dificultades sexuales; como si cada uno de estos posibles trastornos, pudiera representar la manifestación de una cuestión aislada, con independencia de a quién le acontecen; como podrían considerar un temor momentáneo a la locura o a la angustia. Casos que suelen manifestar su deseo de tratamiento psicoanalítico sobre bases muy lábiles, como pueden ser: "porque siento que me haría bien"; o "porque sería muy interesante".

Incluye igualmente a los que entran en la consulta con un halo o aire de "misterio" o "perplejo" y/o abren la conversación, con una cita de Freud o con una observación tal como: "en realidad no sé porqué he venido".

Jaime Kozak. Psicoanalista
Madrid: 91 447 02 84

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LA ERUPCIÓN DENTARIA

La erupción dentaria es el proceso por el cual los dientes hacen su aparición en la boca. Al nacer el niño tendrá dentro del hueso maxilar y mandibular todos los dientes temporales que comenzaron a formarse a partir de la semana 14 intraútero. En primer lugar se forma la corona dentaria que se terminará de formar, en función del diente a que nos refiramos, entre el mes y medio y los tres meses en los incisivos (dientes más anteriores del arco dentario) y los diez u once meses en los segundos molares (últimos dientes o más posteriores de la arcada en la dentición temporal). Ahora con el esmalte totalmente formado empieza a crecer la raíz, lo cual comenzará a producir, junto con otra serie de procesos, movimientos del diente dentro del hueso maxilar, si es superior, en dirección a la cavidad oral. Esto que sucede aproximadamente entre los 8 y los 30 meses.

Es habitual que la aparición en la boca de los dientes temporales produzca escasa sintomatología, apareciendo un ligero enrojecimiento o hinchazón de la mucosa oral que será sustituido por una pequeña zona blanca en el punto en el que el diente digamos que está haciendo fuerza para salir, después el diente seguirá erupcionando hasta entrar en oclusión, es decir, hasta que hacen contacto con el diente antagonista con lo que termina la erupción y los dientes comienzan a cumplir su función. Es aproximadamente a los 3 años de edad cuando todas las piezas de la dentición temporal están totalmente formadas y en oclusión.

El crecimiento y desarrollo de la arcada debe ser estudiado en un contexto mucho más amplio, como es el complejo craneofacial.

Digamos que podemos dividir el crecimiento en 5 etapas que trataremos brevemente:

Alos 30 meses, una vez que se ha completado la erupción de toda la dentición temporal, se establece la oclusión de los 20 dientes temporales. Se pasa entonces de la succión del neonato a la masticación.

Esta oclusión se caracteriza por:

Escasa sobre mordida incisiva. Es decir que los incisivos superiores, al juntar los dientes, al morder; cubren los incisivos inferiores en sentido vertical, suavemente.

Escaso resalte. El resalte sería la distancia desde la cara vestibular (la que mira hacia el labio o el carrillo) del incisivo inferior hasta la cara palatina (mira hacia la lengua o paladar) del superior.

En el caso de la dentición temporal esta separación es muy pequeña.

El canino superior contacta entre el canino y el primer molar inferior estableciendo la llave de la oclusión temporal y estabilizándola.

El plano terminal es recto, es decir que la parte de atrás de los segundos molares superiores e inferiores acaban a la misma altura.

Los dientes están bien alineados y mucho más rectos que los permanentes.

A medida que las arcadas crecen, se forman diastemas, que son los espacios entre un diente y otro, necesarios para que las piezas definitivas se sitúen correctamente en la arcada dentaria. La ausencia de estos espacios nos hará pensar en falta de espacio y la necesidad de algún tipo de tratamiento precoz con el fin de adecuar el espacio de la arcada al de los dientes mediante técnicas ortodoncicas sencillas que aprovechan la debilidad de las suturas óseas y las etapas de gran potencial de crecimiento de los huesos a edades tempranas.

Serán necesarios esos espacios entre los incisivos para evitar que los incisivos permanentes, de mayor tamaño se monten unos encima de otros o queden rotados; y también entre el canino y el primer molar para facilitar la erupción del canino y los dos premolares que sustituirán el canino y los dos molares temporales.

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Por lo general, es el primer diente permanente que aparece en la boca hacia los 6 o 7 años, con la particularidad de que no ha de sustituir a ningún diente temporal. Se dice que es la llave de la oclusión definitiva, y de la posición en la que salga y su inclinación dependerán en gran medida las posiciones e inclinaciones del resto de los dientes.

Casi de forma inmediata a la erupción de los primeros molares permanentes, se produce la de los incisivos centrales inferiores y superiores y de los incisivos laterales primero superiores en este caso y luego inferiores.

4.- Etapa de recambio del sector lateral (Caninos y Premolares)

Una etapa de erupción adecuada, la presencia de espacios libres y su correcta utilización permitirán la correcta colocación en la arcada de los dientes permanentes que son de mayor tamaño que los

temporales. Para la arcada inferior lo más favorable es que salga primero el canino y después los premolares y lo menos favorable es que los dos premolares salgan antes que el canino. Sin embargo lo más favorable en la arcada superior es primer premolar, canino y finalmente segundo premolar siendo la secuencia de erupción más patológica aquella en la que sale el canino antes que los premolares.

Sobre los 12 años aproximadamente hará erupción por detrás de los primeros molares, los segundos completando la dentadura que va a intervenir activamente en la oclusión y en la masticación.

Los terceros molares o también llamados muelas del juicio, no se incluyen en ninguna etapa. Suelen erupcionar sobre los 18 años de edad. Es muy importante el control mediante

 radiografías en caso de que no erupcionen, para saber cual es su posición dentro del hueso y predecir futuras complicaciones.

E. Barbería Leache, Odontopediatría 2ª edición; Graber / Swain, Principios generales y técnicas de ortodoncia.

Fabián Menassa de Lucia. Odontólogo
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