ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Nº 73

1974-2004
30 AÑOS DE LA EDITORIAL GRUPO CERO
XII CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO IMPLANTES (I)
ENTREVISTA A AMELIA DÍEZ CUESTA EL DINERO, UN RECORRIDO DE 20 AÑOS CLÍNICA DENTAL GRUPO CERO
CARTA AL PRESIDENTE
PREMIO DEL PÚBLICO
ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS
GRUPO CERO
TEMPORADA 2004-2005
LA INCAPACIDAD LABORAL, Y SU SUPERACIÓN CON EL PRINCIPIO DEL PLACER MENASSA 2004 PSICOANÁLISIS PARA TODOS
PRIMERA ENTREVISTA MEDICINA PSICOSOMÁTICA: EL CUERPO EL ARTISTA CREADOR: LO ÚLTIMO DE INDIOS GRISES
ESPEJISMOS DE COMPRENSIÓN CUERPO PULSIÓN Y LENGUAJE DISEÑAMOS Y MANTENEMOS
SU PÁGINA WEB

Amelia Díez Cuesta. Psicoanalista
Madrid: 91 402 61 93

ENTREVISTA A AMELIA DÍEZ CUESTA
POR CARMEN SALAMANCA

8 de diciembre de 2003

Carmen Salamanca: ¿Cómo conociste al Grupo Cero? ¿Cómo eran? ¿Qué fama tenían? ¿Qué te pareció? Amelia Díez: Primero me llegó un libro a las manos: Salto Mortal.

C.S.: Tú ¿qué hacías?

A.D.: Yo era universitaria, estaba en 3º de Biológicas, en Madrid. Era una gran lectora, porque parece que con el Grupo Cero sólo te encuentras si te encuentras con algo que le es propio. Salto Mortal fue para mí un salto mortal, una detención, había encontrado una manera de pensar diferente. Yo ya había aprendido con Beckett y con Joyce que la puntuación de la escritura no era gramatical y que la escritura era siempre abierta, que leer un autor no era fácil. En este libro, en Salto mortal, ya se muestra una manera de pensar la creación. Yo quería ser escritora pero no sabía que eso fuera posible, o mejor dicho, yo creía que era posible, pero no había nada en la realidad que me indicara que eso fuera posible y, ahí, me encontré con una manera de pensar la creación que podía ser posible. En principio sólo me acerqué al psicoanálisis como pensamiento, al Grupo Cero lo veía de lejos, veía que hacían muchas actividades.

C.S.: Leíste el libro y empezaste a observarlos.

A.D.: Sí. A mí el significante Grupo Cero me llegó por personas que estaban formándose con el doctor Menassa. El doctor Menassa tenía grupos de formación, mis amigos estaban en uno de los grupos de 20 médicos y psicólogos que estaban formándose como psicoanalistas.

Ahí fue cuando conocí la escritura del Grupo Cero, después conocí Yo pecador, Los otros tiempos y leía la manera de las acciones Grupo Cero, las acciones que realizaban en la realidad.

Siempre convocaban a mucha gente, había como 300 personas
alrededor, siempre veías como que tenían una manera de pensar la
vida, también una manera de vivir diferente, una manera de pensar

los actos culturales diferente. No sé si diferente, la que era diferente era yo, yo era más bien “contraria a”, a lo establecido, pero carecía de una propuesta, en cambio ahí no veía nada contrario a lo establecido y a la vez veía una propuesta diferente, entonces eso, me fue acercando poco a poco, en el sentido de que a mí me llamaba la atención la figura de Menassa, Menassa el escritor, que alguien pudiera pensar así. También me di cuenta que tenían una Editorial y eso era una cosa muy extraña, muy atípica. De hecho yo comencé a hacer cursos con el Grupo Cero en un lugar que se llamaba Editorial Grupo Cero, en la Torre de Madrid, en la planta 29, en el año 78-79.

C.S.: Estuviste poco tiempo mirándolos.

A.D.: Sí quería saber cómo pensaban había que estudiarlos. Amis amigos yo les demandaba eso que me mostraban como nuevo.

Estos amigos los conocieron antes que llegara la segunda tanda, el primer año, en el 76, yo los conocía a ellos, que se relacionaban con el Grupo Cero y con los libros del Grupo Cero, pero no conocía a nadie del Grupo Cero.

La Editorial Grupo Cero era el lugar donde hacían los cursos, todavía no se había producido la Escuela, Apocalipsis Cero seguía saliendo, pero antes de esto, llegó la segunda tanda en el año 77 y ahí los grupos se lo tomaron muy mal, cuando llegaron los segundos.

Los primeros de Buenos Aires, cuando llegaron aquí, claro,
tomaron el lugar, y alguno de los españoles lo vivieron como si fuera un retraso para ellos.

Sí, primero vino Menassa con algunas personas, dos o tres. Y al año siguiente vinieron un gran número de personas de Grupo Cero Buenos Aires. Los de Madrid, tuvieron que atravesar por el amor y los celos, algunos naufragaron.

C.S.: ¿Cuánta gente había en Madrid?

A.D.: No lo sé, ya te digo que yo conocía como 20.

C.S.: Y llegaron los de Buenos Aires y ahí hubo…

A.D.: Hubo celos, rencillas, sentimiento de que les quitaban el poder, de que eran intrusos, los españoles los pensaban como extraños, como si fueran intrusos.

C.S.: ¿En el 77?

A.D.: En el 77, yo eso sólo lo vivía como conversaciones, algo que me enseñó el Grupo Cero, que no había nada si no era lo dicho sobre ello. Y además que nada tiene existencia si no tiene existencia de escritura. Siempre se transmitía esa idea de que si no escribías, si no dabas cuenta de la lectura por medio de la escritura no habías leído.

20 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS Y POESÍA GRUPO CERO
XII CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO
"No podemos terminar con el alma, sólo podemos curarla"

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA: 
LA REVISTA DE PSICOANÁLISIS DE MAYOR TIRADA DEL MUNDO


Índice - Página Principal 


C.S.: ¿Y cómo te decidiste a apuntarte a algún curso?

A.D.: Eso que me detuvo, esa manera de pensar, me llevó a querer acercarme al doctor Menassa, entonces me dijeron: "al doctor Menassa sólo se le puede acercar una persona que sea psicoanalista", y comencé mi carrera desde lejos, cursos lejanos, empecé en el 78, cursos sobre sexualidad infantil, sobre condición femenina, se llamaba entonces, sobre Epistemología. Todos los cursos que daban, algunos, no todos. Hice mi elección. Y hasta el año 80 no me dejaron acercarme a un curso con el doctor Menassa o ése fue el tiempo de mi decisión.
En el ochenta hice mi primer curso de Introducción al psicoanálisis.

C.S.: El primer día, dime algún recuerdo al ver a Menassa.

A.D.: Sí, lo vi en el Whisky Jazz, en mis tiempos era un sitio de moda para escuchar Jazz y ahí estaba el doctor Menassa rodeado como de 50 personas, yo iba con un amigo que estudiaba con el doctor Menassa y me dijo "ése es el doctor Menassa". Yo recuerdo que miré y el doctor Menassa me miró, ahora entiendo que es porque siempre que alguien le mira él mira, es sensible al deseo de los otros humanos.

C.S.: ¿Qué viste aquella primera vez que le miraste?

A.D.: Yo vi Salto mortal. Yo vi el autor de un libro que no pensaba que fuera un autor vivo.

C.S.: ¿Te encajaba?

A.D.: No es que me encajara, me parecía alucinante ver a un autor de ese calibre, vivo, alguien que pudiera escribir así, ya te digo, no sé si conocía toda la literatura universal, pero…

C.S.: Cómo era más o menos ¿cómo ver a Marx, o ver a Freud?

A.D.: Sí, o ver a Joyce ahí, vivo. Fue impactante, todavía veo la imagen.

C.S.: Y ese primer curso de Introducción al psicoanálisis...

A.D.: Éramos un grupo de 15 personas o así. Fue un viaje, tanto por las enseñanzas del doctor Menassa como por los compañeros que en ese momento se gestaron, porque ahí se gestó la fundación de la

Escuela, no ahí, me imagino que lo estaba gestando el pensamiento del doctor Menassa y el doctor Menassa tenía varios grupos que son los que se unieron, personas de diferentes grupos, de distintos niveles para hacer un grupo de estudio con el doctor Menassa de tres años de duración sobre la obra de Sigmund Freud.

Era Junio de 1981 y en septiembre ya teníamos Acta inaugural y sede de la Escuela, porque el doctor Menassa había dicho que el pago que se hacía al seminario el 50% iba a ser para publicaciones y el 50% para el coordinador, después fue, el 50% para publicaciones y el 50% para la sede de la Escuela.

C.S.: En este punto de la historia, ahí, antes de la fundación de la Escuela ¿Cómo era España? Eso diferente que tú veías en la manera de pensar del Grupo Cero, con algún dato más.

A.D.: España estaba en la época del destape, Franco acababa de morir, en noviembre del 75, todos los jóvenes teníamos una idea de libertad, más que libertad de palabra, libertad sexual o libertad de hacer…

C.S.: ¿Ansia más que idea?

A.D.: Sí, más del lado del ideal, más de la ideología a la que nos parecíamos de tanto estar en contra. Sin ideología desprendida de una ciencia, de una manera de pensar; una ideología previa al pensamiento, un pensamiento mágico-animista. Las cosas iban a ocurrir porque había caído el que las impedía, pero no era así.

C.S.: Pero así, intuitivamente, a nivel de calle, tú que ya estabas ahí los actos que hacíais.

A.D.: A nivel de calle era eso, todo el mundo quería algo pero no sabía qué, no encontraba qué, todo el mundo buscaba un compañero de pensamiento, estábamos reprimidos totalmente.

C.S.: Eso, en una sociedad donde no se pensaba o donde estaba anestesiado el personal.

A.D.: Sí, aunque el contraste era que en realidad era donde más lectores había, pero eramos lectores sumergidos, todo era lectura.

Los libreros nos vendían los libros bajo cuerda, leíamos lo que nadie leía en ningún lugar del mundo, por ese afán del reprimido, pero no lo hablábamos, no lo pensábamos, no nos había atravesado, en nosotros todo era conocimiento, no eran saberes, no circulaba en la realidad, no nos podíamos amarrar a esos significantes, no teníamos cuerpo. Por otro lado, no sabíamos de la existencia que da la escritura, no sabíamos que si alguien no lo escribía no se podía pensar, que no solamente no había ideología sino que no había ideólogos, no había pensadores, no había escritores, y claro el doctor Menassa era un escritor pero era argentino, y eso de un argentino lo toleraron pero cuando vino el grupo no lo toleraron. Podemos pensar que hubo un desplazamiento significante hacia lo argentino que correspondía a la poca tolerancia por lo nuevo, el psicoanálisis.

El doctor Menassa piensa un sujeto que es un sujeto grupal o es un sujeto grupal o no es sujeto, es un sujeto psíquico y social, sin sujeto social que dé cuenta de que hay un sujeto psíquico no hay sujeto psíquico.

C.S.: Yo me imaginaba que caería como una especie de bomba, algo desconcertante.

A.D.: No era nada común, estaba rodeado de otros, siempre llevaba un poema encima, fuera donde fuera leía poesía, en la calle, en los actos institucionales.

C.S.: La gente que trajo de Buenos Aires, alguna se dispersó.

A.D.: Bueno, lo mismo que les pasó a los españoles, algunos se dispersaron por la llegada de los de Buenos Aires, pero yo también creo que la diáspora Argentina fue una diáspora del psicoanálisis.

No era de un exilio patriótico, era una obligación, un mandato social, era la expansión del psicoanálisis, al menos el sentido del exilio de los psicoanalistas. Fue en el propio crecimiento del psicoanálisis, incluso los obstáculos que encontraron, encontramos y encontrarán, serán los propios del primer encuentro. Somos los que nos quedamos en el proceso, los otros no se animaron a soportar esa idea, porque una idea no es uno ni uno es la idea, pero las ideas necesitan sujetos que las soporten, el grupo es una idea, lo grupal, pero si no hay sujeto que soporte lo grupal tampoco funciona como máquina. Así para cada uno. Tenemos que estar libres, ser uno entre otros, para ser anudados por la idea Grupo Cero. El Grupo Cero, desde sus comienzos, tiene una idea de lo grupal que se puede pensar con el nudo borromeo, donde uno anuda a todos los demás, a condición de que todos los demás estén sueltos, libres. Al sujeto siempre se le ha pensado aislado, o individual o social, pero pensar al sujeto grupal es pensarlo individual y social, al mismo tiempo.

C.S.: Y vamos a parar ahí, en la fundación de la Escuela, pero en esa época, tengo mucho interés en las anécdotas.

A.D.: ¿Tuvimos el golpe de Estado...?

C.S.: ¿Cómo fue eso?

A.D.: ¿En febrero del 82, del 83? Si fue entonces ya habíamos fundado la Escuela, supongo que fue un momento de mucha tensión, era como sentir que nos cortaban a todos la cabeza o, el crecimiento, no iban a dejar existir la cultura. El psicoanálisis estaba reprimido hasta en el diccionario, no aparecía la palabra en el diccionario.

C.S.: Y qué decía Menassa cuando el golpe, cómo calmó la angustia general del grupo.

A.D.: Menassa, si vemos la fundación de la Escuela, los discursos de fundación, clases inaugurales, conferencias, procesa todo lo que afecta a la realidad, entonces también el golpe lo procesó.

C.S.: En febrero del 81.

A.D.: Febrero del 81.

C.S.: Antes de la fundación de la Escuela.

A.D.: Estábamos en el curso…

C.S.: El 9 de septiembre muere Lacan y…febrero del 81.

A.D.: Febrero del 81.

C.S.: Y ¿cómo era Menassa?

A.D.: Menassa incluía, siempre que hay una realidad muy contundente lo que dice es que hay que seguir avanzando en el proceso en el que estamos, hay que seguir, que el desorden instala el desánimo, que es cuando hay que estar más decidido, más en ello, que no te puedes dejar desviar tampoco por la apariencia de…

C.S.: Que hay que tener los pies en la tierra para que…

A.D.: Eso que dice en El verdadero viaje, remar y cuando hay inconvenientes, seguir remando.

C.S.: ¿Y qué más anécdotas de esa primera época?

A.D.: Todas las posiciones europeas, por ejemplo, en esos discursos, se puede ver cómo anticipa la realidad, cómo hace lecturas, no es que anticipe la realidad mágicamente, hace lectura del proceso significante que está ocurriendo, que otros perciben sólo en el resultado y él lo ve en el propio proceso, puede hacer la lectura
antes. Hacer la lectura es escribirla, porque Menassa siempre hace lectura escrita, el nivel de existencia es la escritura, por eso la editorial es el cuerpo del Grupo Cero, entonces es cuerpo escrito. La escritura es base material, materialidad del pensamiento.

C.S.: ¿Y vivían en Carbonero y Sol en esa época?

A.D.: Cuando yo comienzo en el 80 el curso de Introducción al psicoanálisis, ese mismo año termina Carbonero y Sol y el siguiente movimiento o el siguiente tiempo del movimiento-creativo es la fundación de la Escuela. Yo creo que Menassa se dedica a pensar la creación y los obstáculos a la creación, siempre trabaja el tiempo de creación y el obstáculo ante el proceso de creación.

Respecto a la Editorial, también Menassa tiene una idea acerca de la Editorial como proceso de formación. Por ejemplo hasta los 100 títulos no es una Editorial. El doctor De Brasi nos venía dando la lectura especializada de lo que era una editorial como estructura.

C.S.: Y ¿cómo veías tú Carbonero y Sol en aquella época?

A.D.: Yo Carbonero y Sol no lo conocí como vivencia, sólo lo conocí como escritura.

C.S.: ¿De visita no fuiste?

A.D.: No, mi relación con Menassa así en presencia comenzó justo el año que terminó, podría haber llegado, pero no llegué.

Nunca se puede decir que podría haber sido lo que no fue, fue como fue, yo lo conocí justo cuando se trasladó Carbonero y Sol a la siguiente casa. Y aquí comenzó una relación que todavía, sigue abierta.

C.S.: A nuevas posibilidades.

A.D.: En el pensamiento.

C.S.: ¿Dejamos?

A.D.: Por ahora.

CONOZCA LA OBRA DE
CON FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS
www.miguelmenassa.com

 


Índice - Página Principal 





LA MUJER Y YO

CARTA AL
PRESIDENTE

UN CORTOMETRAJE DE
MIGUEL OSCAR MENASSA

HA OBTENIDO EL OBTENIDO EL

PREMIO DEL PÚBLICO

(DOTADO CON 600 EUROS)

EN LA
MARATÓN DE  VIDEO DIGITAL  2004
ORGANIZADO POR ORGANIZADO POR
LA SOCIEDAD GENERAL DE
AUTORES Y EDITORES
Y EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES
DE MADRID
 

LA INCAPACIDAD
LABORAL
Y SU RELACIÓN
CON EL PRINCIPIO
DEL PLACER

Vamos a tratar de pensar las nociones de placer y displacer, nociones tan imperativas para el ser humano. Relacionamos placer y displacer con la cantidad de excitación existente en el estado de ánimo, excitación que no está ligada a factor alguno determinado.

Los procesos anímicos están regulados por el llamado principio del placer: consiste en un estado de tensión displaciente que emprende una dirección tal que su último resultado coincide con una aminoración de dicha tensión y con un ahorro del displacer a una producción del placer. Tiene un aspecto económico junto al
tópico y al dinámico.

El displacer corresponde a una elevación y el placer a una disminución de tal cantidad de excitación. El factor decisivo en cuanto a la sensación es la medida del aumento o la disminución en el tiempo.

Los impulsos conscientes se hallan siempre en relación con placer y displacer, pudiendo también suponerse una relación con los estados de estabilidad o de inestabilidad. De modo que cada movimiento que el sujeto hace y se halla revestido de placer es cuanto más se acerca a la completa estabilidad. Pero a partir de determinado límite hablamos de displacer cuanto más se aleja de esa estabilidad. Hablaríamos ya de otro límite muy distinto. Entre ambos límites y como umbral cualitativo de las fronteras del placer y el displacer, existe cierta extensión de indiferencia estética.

La vida psíquica es regida por el principio del placer y esto es posible de decir debido a que una tendencia del aparato anímico es la de conservar lo mas baja posible o por lo menos constante la cantidad de excitación en él existente.

Esto nos hace pensar que todo aquello que tiende a elevar la excitación es antifuncional, es decir, sentido como displacer. El principio del placer tiende a la estabilidad. Sin embargo no podemos decir que el principio del placer ejerza un dominio absoluto sobre el aparato psíquico ya que supondría que todo lo que hagamos o hiciéramos iría acompañado de placer y esto no es así ya que existen numerosas y poderosas fuerzas muy enérgicas que se oponen al principio de placer. La experiencia lo constata. Existe en el alma humana una tendencia al principio del placer pero a esta tendencia se oponen otras fuerzas o estados determinados y de tal manera que el resultado final no puede corresponder siempre a ella.

"Dado que la tendencia hacia el fin no supone todavía el alcance del mismo y dado que el fin no es, en realidad, alcanzable sino aproximadamente..." Por lo tanto debe existir alguna circunstancia que frustre la victoria del principio del placer.

El principio del placer corresponde a un funcionamiento bastante primario del ser humano. Es la acción encaminada al mínimo esfuerzo. Es la tendencia a la pasivización. En alto grado puede llegar a ser hasta peligroso para la autoafirmación del organismo frente a las dificultades del mundo exterior.

Hablamos de la existencia del instinto de conservación del yo y bajo su influjo en el yo queda sustituido el principio del placer por el principio de realidad, que sin abandonar el propósito de una final consecución del placer, exige y logra el aplazamiento de la satisfacción y el renunciamiento a algunas de las posibilidades de alcanzar y nos fuerza a aceptar pacientemente el displacer durante el largo rodeo necesario para llegar al placer.

El displacer neurótico sería un placer que no puede ser sentido como tal. La mayoría del displacer que experimentamos es un displacer por la percepción de los instintos insatisfechos o por la percepción exterior de algo que aun deseándolo hay que renunciar a ello por ser reconocido como un peligro para el sujeto. La reacción a estas aspiraciones instintivas y a estas amenazas de peligro, reacción en la que se manifiesta la verdadera actividad del aparato psíquico puede ser dirigida por el principio del placer en una forma correcta o por el principio de realidad que lo modifica.

Ambos principios, el del placer y el de la realidad comandan y regulan la actividad laboral. En todo sujeto existe lo que podemos denominar la falta constitucional, el vacío estructural. Hace referencia a la percepción subjetiva de un sentimiento de carencia o vacío que origina un displacer en el individuo y que lo moviliza a la búsqueda de la satisfacción. Tiene que ver con sentirse más completo que incompleto. Más o menos agujereado. Tratar de cubrir la falta o el vacío sumerge al individuo en una actitud deseante.

Miguel Martínez. Médico Psicoanalista
Getafe: 91 682 18 95
 


Índice - Página Principal 


PRIMERA
ENTREVISTA

Llega el paciente, por primera vez a la consulta del psicoanalista.

¿De qué hablar? ¿y si no le digo la verdad?

Algo se abre, se trata de empezar, él nada sabe.

En esa relación del uno con otro, que se instaura en el análisis, queda eludida una dimensión. Esta relación se instaura en un plano que no es simétrico ni recíproco. En el primer o enésimo encuentro, se instituye, una búsqueda de la verdad en la que se supone que uno de los dos sabe o al menos sabe más que el otro. Respecto a él (al que se supone que sabe) surge el pensamiento no sólo, de que no debe engañarse, sino también de que lo pueden engañar.

El motivo que lleva al paciente a buscar la salud, el equilibrio, es justamente su propósito inconsciente.

Toda aseveración del paciente, tiene una profunda ambigüedad, debido a que tiene de por sí, dos caras. El Psicoanalista se topa con la dimensión de la verdad, como algo que se instaura con cierta mentira y aun por ella, cosa, que no la quebranta, ya que la propia mentira se postula como tal, en la dimensión de la verdad.

TODA MENTIRA ESTÁ SOPORTADA EN UNA VERDAD.

Verdad en psicoanálisis sólo hay una. La Castración como toda operación es previa, y todo comienza en la verdad de castración. El otro no me pertenece, ni me podrá pertenecer, y yo soy para el otro, también otro, al que no puedo pertenecer.

La pertenencia es pertinente, si el sujeto está implicado en su desear. No ceder en el deseo, es una ética, la del psicoanálisis.

Alguna incertidumbre, cierta cuota de angustia hay que aprender a tolerar, después adviene, por la interpretación, el deseo.

El significante, eso que representa al sujeto para otro significante, es previo, de modo que podemos decir que la relación del sujeto con el significante es primordial y constituyente tanto en la instauración de la experiencia analítica como en la función radical del inconsciente.

Si el paciente dice “yo miento” dice la verdad, y por tanto no miente, ya que hay una antinomia de la razón en el enunciado “yo miento”. El sujeto cuando habla, dice lo que dice y más aun de lo que dice. El que escucha, oye y escucha. El que sólo oye, no puede escuchar y la escucha es previa, por eso el paciente en psicoanálisis puede decir lo que no podría, en otro lugar.

El paciente no acude nunca solo a la consulta, como mínimo lo hace acompañado de sus fantasmas y el psicoanalista no podría trabajar como tal, si no pertenece a una cadena de transmisión.

Siempre hay un tercero, la ley es previa, y el miedo estructural, nos protege de los miedos.

Es diferente el lenguaje, la lengua y el habla. El Yo (je) que enuncia, el yo (je) de la enunciación, no es lo mismo que el yo (moi) del enunciado, es decir el shifter que lo designa en el enunciado.

La división entre enunciado y enunciación hace que del “yo miento” que se encuentra a nivel de la cadena del enunciado, resulte un “yo te engaño”. El miento es un significante que foma parte, en el Otro, del tesoro del vocabulario, donde el je (yo) determinado retroactivamente, se vuelve significación engendrada a nivel del enunciado de lo que éste produce en el plano de la enunciación.

La imagen del espejo no es simétrica y lo que se dice, se pierde en el decir, por lo que se escucha.

El Yo te engaño, proviene del punto donde el analista espera al sujeto y le devuelve, según la fórmula, su propio mensaje en su verdadera significación, es decir de forma invertida. Le dice el psicoanalista al paciente: en ese “yo te engaño” que dices, que envías, es lo que yo te expreso y al hacerlo, dices la verdad. La interpretación sólo tiene sentido en esta dimensión.

No confundir la función del sujeto tachado, dividido, con la imagen del objeto a, ya que es así como, por su parte, el sujeto se ve duplicado, se ve como constituido por la imagen reflejada, momentánea, precaria del dominio.

SE IMAGINA HOMBRE, SÓLO PORQUE SE IMAGINA.

El sujeto su realidad imaginaria, la ha de constituir en el Otro. Allí donde el sujeto se ve, no es allí desde donde se mira. El sujeto se ve en el espacio del Otro, y el punto desde donde se mira, está también en ese espacio. Pero ése es también el punto desde donde se habla, ya que en tanto habla, comienza en el lugar del Otro, a constituir esa mentira verídica con que empieza a esbozarse lo que a nivel del inconsciente participa del deseo.

Para recordar es necesario olvidar, y la reminiscencia es un recuerdo, un sufrir de recuerdos. La duda no es de lo cogitable, es del orden de lo interpretable. La duda es señal del pensamiento inconsciente.
Después de la primera entrevista, como no se le dijo nada, nadie se metió en la vida del paciente, como el psicoanalista dirigió el tratamiento, aplicó el método, sin confiar ni desconfiar de nada, ni de nadie; el paciente decidió contratar, para haciéndose cargo de sus cosas, dirigir su propia vida.

Carlos Fernández del Ganso. Psicoanalista
Madrid: 91 883 02 13

ESPEJISMOS DE
COMPRENSIÓN

Freud, contemporáneo de la elaboración del concepto de esquizofrenia, ciertamente reconoció, incluso alentó, los trabajos de la escuela de Zurich y relacionó la teoría analítica con lo que se edificaba en torno a Bleuler. Sin embargo, permaneció en una distancia productiva. Se interesó por la paranoia, de lo cual un punto de referencia al que remitirse, es el final del caso Schreber; texto principal, en lo concerniente a las psicosis, donde Freud traza una línea divisoria entre, por un lado la paranoia, y por otro, lo que propone que se denomine parafrenia que corresponde con toda exactitud al campo de las esquizofrenias.

El término psicosis en el ámbito psiquiatrico recubre lo que corresponde a lo que siempre se llamó y se continúa llamando así, las locuras. En este ámbito, Freud traza una línea divisoria.

Tampoco vamos a extendernos acerca de la historia de las locuras, aunque a modo de señalización, podemos recordar, que la paranoia, desde que hizo su aparición, con un psiquiatra, discípulo de Kant, a comienzos del siglo XIX, en su extensión máxima, en la psiquiatría alemana, recubría casi íntegramente todas las locuras: el sesenta por ciento de los internos en los asilos, llevaba la etiqueta de “paranoia”.

Antes del psicoanálisis un paranoico era un malvado, un intolerante, un tipo con mal humor, orgulloso, desconfiado, susceptible y que se sobrestima a sí mismo. Estas características, eran el “fundamento” de la paranoia; cuando el paranoico era demasiado paranoico, llegaba a delirar. Se trataba menos de una concepción, que de una clínica, a veces sutil, que tenía como función la nomenclatura y el control. El progreso principal de la psiquiatría, desde la introducción del psicoanálisis, consistió, se cree, en restituir el sentido en la cadena de los fenómenos. Y dicho así tampoco puede decirse que la expresión sea falsa. Lo falso es imaginar que el sentido en cuestión es lo que se comprende.

La noción misma de “comprensión”, es un resorte del que K. Jaspers, hizo bajo el nombre de relación de comprensión, el pivote de toda su psicopatología llamada general. Consiste en pensar que hay cosas que son obvias; por ejemplo, cuando alguien está triste, decir que se debe a que no tiene lo que su corazón anhela.

Nada más falso: hay personas que tienen lo que su corazón anhela y están tristes de todos modos. La tristeza es una pasión de naturaleza muy diferente.

Hay un ejemplo, en Lacan que es el siguiente: Cuando le dan una bofetada a un niño, llora; eso se comprende, sin que nadie reflexione que no es obligatorio que llore. Como un muchachito que, cuando recibía una bofetada, preguntaba: ¿Es una caricia o una bofetada? Si se le respondía que era una bofetada, lloraba y eso formaba parte de las convenciones; las reglas del momento; y si era una caricia, estaba encantado. Cuando se recibe una bofetada, hay maneras de responder a ella además de llorar, se puede devolverla; ofrecer la otra mejilla y también se puede decir: golpea, pero escucha. Hay una variedad de secuencias descuidadas en la noción de comprensión. Hubo un momento, en que parecía haber un consenso entre especialistas, en el sentido de que, “comprender” al enfermo, era una posible apertura; pero resultó el consenso sobre un espejismo. La comprensión, sólo es evocada como una relación siempre limítrofe. En cuanto nos acercamos a ella es inasible. Lo llamativo, es que pese a todo el arte, que se dedica a obtener este espejismo, sus ejemplos, son refutados por los mismos hechos. Un ejemplo es el suicidio que, aparentemente, podría mostrar su inclinación al declinar, hacia la muerte y cualquiera que lo buscara para hacérselo podría decir, que se producen con más facilidad en el declinar de la naturaleza, esto es, en el otoño. Ahora bien, se sabe hace mucho, que los suicidios son más numerosos en primavera.

Esto no es ni más ni menos comprensible.

Si no se tiene en cuenta, el relieve, el resorte esencial del psicoanálisis, volvemos, como es muy sencillo de constatar, a toda suerte de mitos, formados en una época que aún queda por definir y que se sitúa a fines del siglo XVIII. Mito de la unidad de la personalidad; mito de la síntesis; mito de las funciones superiores e inferiores: tipos de organización del campo objetivo que muestran a cada momento el crujido, el descuartizamiento, el desgarro, la negación de los hechos, el desconocimiento de la experiencia más inmediata; experiencia que no debe tener más privilegio, que en cualquier otra ciencia: detenernos o cautivarnos. No es para nada, la medida del proceso al que al fin de cuentas debemos llegar. La enseñanza freudiana, hace intervenir recursos que están más allá de la experiencia inmediata y que en modo alguno pueden ser captados de manera sensible. Allí, como en física, no es el color lo que retenemos, en su carácter sentido y diferenciado por la experiencia directa, es algo que está, no se ve y lo determina.

Jaime Kozak. Psicoanalista
Madrid: 91 447 02 84


Índice - Página Principal 


XII CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO
20 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS Y POESÍA GRUPO CERO

Norma Menassa. Psicoanalista.
Buenos Aires: 4322 6400

EL DINERO,
UN RECORRIDO DE 20 AÑOS

En primer lugar quiero agradecer el poder puesto en juego, para mantener en el tiempo la intención que se convirtió en este proyecto que hoy festejamos. 20 años en esta ciudad, Madrid, llevando adelante el cumplimiento de la decisión formulada en el acta de fundación de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía, datada en Junio de 1981, en la cual se enuncia el tiempo que llevó tomar la decisión de un inicio comprometido con la realidad de la época.

Desde 1976 y habiendo pasado 5 años del ejercicio de la práctica psicoanalítica, nos costó dos largos años de conversaciones, dice el texto, como si el primer costo ya estuviese hablando de una modificación económica que abarcaría el tiempo de todas las producciones de la Escuela.

Paso a paso se han realizado los enunciados escritos, letras sobre papel solamente en el momento inicial, que irían cobrando valor con el tiempo de su materialización.

El riesgo de la improductividad acechaba a través del empirismo toda la práctica psicoanalítica y volver a Freud fue la consigna, para escapar de una práctica amanerada que opacaba la verdad del método en su máxima exigencia de transformación.

Se inicia así el pasaje continuo de una forma escrita a una forma realizada, sin perderse en los tránsitos y adquiriendo un valor propio que marca el proceso de cambio constante, y que en el transcurso de estos 20 años, fue valorizando las ideas iniciales. Un bien sólo encierra un valor por ser la encarnación o materialización del trabajo humano abstracto, y la magnitud de este valor se mide por la cantidad de sustancia creadora de valor, es decir, de trabajo que encierra. A su vez la cantidad de trabajo que encierra se mide por el tiempo de su duración y el tiempo de trabajo se mide en fracciones de tiempo, en este caso, 20 años.

De esta manera fue como se incorporó un tiempo de trabajo socialmente necesario y a la vez se incorporó el dinero como institución.

Largo fue el recorrido para alcanzar la plena dimensión inconsciente del dinero y errando hubimos de pasar por la locura de querer manejar el dinero, de manejarlo bien, y estas buenas intenciones nos hicieron caer en el cuentagotas de lo ínfimo, donde era necesaria una versión para entrar en la negatividad del ordenador y pasar del control de la cantidad, de la posesión y de la pasión de dominio, del atesoramiento y su falsedad, a salvar las fronteras y las limitaciones ideológicas para entregar el dinero a sus propias leyes.

Que el dinero nos maneje como institución requería otra inteligencia, la necesaria para llegar también a ser sujetos del lenguaje.

Esta nueva inteligencia imponía realizar la transformación necesaria de las equivalencias ya que la forma equivalencial no encierra ninguna determinación cuantitativa de valor.

Como ninguna mercancía puede referirse a sí misma como equivalente, ni ser expresión de su propio valor, era necesario poner en relación una con la otra, pero esto sólo no pasaba de ser una analogía.

La inclusión del trabajo fue necesaria ya que venía a aportar la humanidad y el trabajo concreto se convierte en forma y manifestación del trabajo humano y esta forma trae la igualdad dentro de los hombres.

El trabajo creador de valor se representa de aquí en más, como un trabajo equiparable a todo trabajo humano, y por lo tanto deja de ser un intercambio puntual para pasar a la relación universal con el mundo donde lo productivo se valoriza.

Pasó por lo tanto que la comparación con otras instituciones psicoanalíticas no tenía lugar en nuestro pensamiento, ya que una marca, Poesía y Psicoanálisis, iba a caracterizar un discurso, el discurso Grupo Cero. El trabajo creador de valor había dado este resultado.

Por lo tanto no se trataba de un intercambio puntual sino de estar en el mundo a través de un discurso.

En el Acta de Fundación de 1981, se mencionan dos textos, de los que se dice, clavados en nuestra mirada: La interpretación de los sueños de Freud, y El capital de Marx, y agrega que esto no quería decir que éramos exactamente marxistas o psicoanalistas por haberlo pronunciado, sino que nuestra mirada, iluminada a la luz de esos dos descubrimientos: la teoría del Inconsciente y la teoría del Valor, leerían las teorías presentes en el campo y también las teorías consagradas como instrumentos de lectura.

Era de esperar que todos estos años de pasaje y de trabajo progresivo, se tradujesen en la materialización del valor que fue circular en toda la Comunidad de Madrid, teniendo la oportunidad de entrar en un intercambio social diferente.

Con estos antecedentes el dinero pasaba de estar determinado por el discurso del amo o el discurso universitario, para estar determinado por el discurso analítico, ya que el dinero tuvo que ser puesto dentro de la estructura del acto, siendo por lo tanto dinero puesto en acto.

El dinero como objeto, tampoco es en sí mismo, sino que es un objeto que posee por excelencia la propiedad de apropiarse del resto de los objetos, y ésta es su particularidad, de la misma manera que en relación al sujeto, no hay sujeto determinado por su propia individualidad, no hay sujeto causado por él mismo, sino que su causa es lo que tiene valor de causa.

A su vez el valor es sujeto de un proceso de cambio constante, tanto es dinero como mercancía, y en ese tiempo del pasaje, como puro desplazamiento, es como se valoriza. Éstas son sólo las dos modalidades distintas de la existencia del valor, el dinero con su modalidad general, y la mercancía con su modalidad específica. El
valor pasa de una forma a otra sin perderse convirtiéndose así en un sujeto automático, de tal manera que capital es dinero y capital es mercanía. El proceso en que engendra plus-valía, es su propio proceso.

Su valorización, la valorización de sí mismo.

El incremento insaciable de valor, se consigue lanzando una y otra vez, incesantemente el dinero a la circulación. Esta circulación se nos presenta como una sustancia progresiva, con movimientos propios de los que el dinero y la mercancía, son sólo sus formas, el valor se convierte en valor progresivo, dinero progresivo, o lo que es lo mismo en capital.

Puesto en circulación, el valor aparece revistiendo una relación privada consigo mismo. Tomado como valor originario, se distingue de sí mismo en cuanto plus-valía, a la manera como Dios Padre se distingue de Dios Hijo, aunque sean una misma persona. Se genera un proceso simultáneo, ya que tan pronto como el Hijo y a su través el Padre es engendrado, se borran las diferencias nuevamente y ambos se reducen a una unidad. La plusvalía es lo que lo convierte en capital, y cuando se vuelven a juntar el resultado es el aumento de capital.

Para el sujeto el dinero tiene tanta importancia que llegamos a decir que no hay sujeto sin dinero, pero no solamente esto, sino que no hay otro para el sujeto sin dinero. Lo que me sirve de mediador para mi vida, me sirve de mediador también para la existencia de los otros hombres para mí. Eso para mí es el “otro” hombre.

Marx recurre al trabajo creador de la poesía y trabaja un poema del Fausto de Goethe que dice: “Qué diablo, claro que manos y pies, y cabeza y trasero son tuyos, pero todo esto que yo tranquilamente gozo, ¿es por eso menos mío? Si puedo pagar seis potros ¿no son fuerzas mías? los conduzco y soy todo un señor como si tuviese veinticuatro patas.” Lo que el dinero puede comprar, eso soy yo.

Esto es un concepto teórico, porque en este momento él está hablando del dinero como equivalente general y no como equivalente simbólico.

Es necesario entonces la transformación de las equivalencias de la misma manera que el sujeto en su devenir tuvo que pasar de las equivalencias simbólicas donde un objeto podía equivaler a otro objeto en cualquier dirección y esto lo tenía encadenado al trueque, para entrar en el registro del equivalente general, que tiene una sola dirección, y entrar en la circulación y en las relaciones sociales.

El pasaje de una forma a otra, nos dice que la forma equivalente general, es una forma de valor en abstracto y que recae sobre cualquier mercancía, pero para que esto ocurra, todas las demás mercancías la tienen que despedir de su seno como equivalente. Hasta el momento en que esto no pase, no adquiere ni firmeza ni vigencia general dentro de la sociedad. Sólo el hecho social puede convertir en equivalente general a una mercancía determinada. La acción social de todas las otras mercancías se encarga de destacarla.

GRUPO CERO
ZARAGOZA
Departamento de Clínica
Tel. 976 25 25 17
Previa petición de hora

GRUPO CERO
BARCELONA
Departamento de Clínica
Tel. 93 454 89 78
Previa petición de hora


Índice - Página Principal 


El proceso social se encarga de asignar la función social específica
de equivalente general.

Así es como la mercancía se convierte en dinero, el cual siempre será desdoblado, será mercancía-dinero. El progreso consiste en que ahora la forma de equivalente general se adhiere por la costumbre social a la forma de mercancía oro, surge así el precio y con él el cambio en el mercado. Es por eso que el dinero puede comprar dinero, y abre de esta manera una nueva dimensión.

El último verso del poema de Shakespeare en el Timón de Atenas, encierra la sentencia apasionada rayana en la maldición y la venganza frente a tanta fuerza creadora del dinero y dice: “Vamos, fango condenado, puta común de todo el género humano que siembras la disensión entre la multitud de las naciones, voy a hacerte ultrajar según tu naturaleza”.

Una violencia necesaria, una transformación de su esencia, haciendo caer su propia ley sobre él, sin saber que estaba hablando del poder enajenado de toda la humanidad.

Da existencia sensible, real a todo lo que existe. Sensible, real, material, fuera del sujeto. Es la verdadera fuerza creadora. Reubica la demanda, le da efectividad porque está basada en el dinero, no en la necesidad, fuera de todo sujeto, gobernada por leyes propias.

El dinero en cuanto medio y poder universales, exterior al hombre, puede hacer de la representación realidad y de la realidad representación.

Transforma de la misma manera las fuerzas humanas y naturales, en puras representaciones abstractas y por ello en imperfecciones y quimeras reales, fuerzas esenciales y realmente impotentes que sólo existen en la imaginación del individuo en fuerzas reales y poder real. Un proyecto social, totalmente razonable, realizable, si no tiene una fuerte infraestructura económica, decimos, si no está el dinero sosteniéndolo, se convierte en delirio. En cambio una cosa no razonable con dinero, puede convertirse en proyecto social. Lo materializa, lo produce concreto. Un pensamiento sólo es pensamiento cuando tiene proyección social. Es la idea puesta en acto fuera de mí. Ésta es la fuerza creadora, creadora de proyectos, de pensamiento. Produce la materialidad del propio sujeto y del otro, como fuerza creadora.

Cuando el equivalente general pasa a ser un equivalente simbólico, pierde sus condiciones, y esto no solamente se observa con el dinero sino que también se lo ve en las relaciones humanas, ya que si a éstas se las reduce a un fantasma, pierden su dimensión históricosocial.

Freud dice que para el sujeto, los equivalentes simbólicos, dinero- heces-pene-niño, son equivalentes entre ellos y además equivalentes fálicos. Pero sólo hay una dirección, lo que va en una dirección no va en otra, es decir, que si bien el dinero es un equivalente fálico, esto no quiere decir que el falo pueda ser dinero, la dirección es dinero-falo, pero no falo-dinero. Esto sólo sucede en el imaginario del sujeto.

El dinero es necesario en todas las producciones, sin transformación de la realidad, no hay ninguna materialidad. Como es equivalente general, hace que todo sea equivalente general. Cuando no hay equivalente general, nada es equivalente a lo que corresponde ser, no equivale, si no hay acuerdo o cumplimiento del pacto por dinero, la asociación libre no equivale a la asociación libre, la transferencia a la transferencia, la pulsión de muerte a la pulsión de muerte.

El hecho de que sea equivalente general o fuerza creadora, permite que cualquier objeto tenga categoría de objeto, y eso lo puede el dinero y no el objeto. El dinero como fuerza creadora nos viene a decir que genera el sistema social. Son las redes sociales las que nos hacen existir como sociales.

La fórmula dinero-mercancía-dinero se pone en juego en cualquier intercambio, y esto en el sentido de qué dinero voy a invertir para producir el dinero que quiero producir.

Sin dinero no hay psicoanálisis, no hay transmisión, no hay clínica efectiva porque el que no paga su psicoanálisis entorpece la cura a través de las recidivas.

El dinero entra en el acto analítico porque el dinero proviene de una estructura superior a cualquier estructura científica. Entra con esa violencia, como entra la especie en lo psíquico, estallando al sujeto. El sujeto tampoco puede contra el sistema social que lo genera.
Sin dinero no hay hombre.

 

Dijo Menassa: Si cuando hablo del hombre tengo que pensar en el dinero, no estoy por lo tanto hablando de ningún hombre, puesto que sin dinero no hay hombre. El dinero es el fundamento de ese hombre del que hablamos “Ser rica, también es una propuesta de la mente.

Seguir pensando mi vida con el dinero de mis padres, es mi única pobreza.

Adiós, papá, parto hacia la sospecha de un ser.

Sé que al volver me estarás esperando, por eso viajo con esta parsimonia, con esta elegancia. Contaminaré el mundo con mi aliento de mujer venida del amor, esparciré mi sexo por todo el universo.

Cuando consiga como tú ser parte de cada latido, ser parte de cada negritud, volveré y seré millones, como tú, Evita, pero esta vez, Master, millones de ejemplares, millones de pesetas.

Déjame conocer el mundo, papá, déjame partir.”

La Novelista

Del libro No ve la rosa, de Miguel Oscar Menassa.


POESÍA
GRUPO CERO
MADRID
Departamento de Clínica
TRATAMIENTOS INDIVIDUALES Y
GRUPOS TERAPÉUTICOS
Tel . 917 58 19 40
Previa petición de hora

 


GRUPO CERO
BUENOS AIRES
Departamento de Clínica
TRATAMIENTOS INDIVIDUALES Y
GRUPOS TERAPÉUTICOS
Informes: Mansilla, 2686 PB 2 (C1425 BPD) Bs As
Teléfonos: 4966-1710/1713
(De 10 a 19 hs.)
grupocero@sinectis.com.ar - www.grupocero.org
www.grupocerobuenosaires.com

 


GRUPO CERO
GETAFE
DEPARTAMENTO DE CLÍNICA
Tel. 91 682 18 95
Previa petición de hora

 


GRUPO CERO
ALCALÁ DE HENARES
DEPARTAMENTO DE CLÍNICA
Tel. 91 883 02 13
Previa petición de hora

 


BUENOS AIRES
Lic. Lucía Serrano
Tel. 4749 61 27
Previa petición de hora
 


Índice - Página Principal 




Índice - Página Principal 


MEDICINA
PSICOSOMÁTICA:
EL CUERPO

Para poder hablar de lo que llamamos enfermedad psicosomática, fenómeno psicosomático, tenemos que comenzar por hablar de lo que llamamos cuerpo, lo cual resulta muy controvertido, porque el concepto de cuerpo para la medicina no es el mismo que guía al psicoanálisis.

Para la medicina, el cuerpo tiene consistencia, se pesa, se mide, se palpa, se corta, se rompe, se calcula la temperatura como a cualquier máquina, con termómetros semejantes a los que usa un veterinario con un animalito cualquiera, un físico, un químico con cualquier sustancia, un meteorólogo en sus quehaceres específicos.

Se busca el origen de la enfermedad, se estudian los mecanismos productores, se investigan gérmenes, virus, bacterias, se toma en cuenta el medio ambiente y sus alteraciones, y se calcula de qué manera van a afectar a ese cuerpo que está pensado desde una idea de salud, y de funcionamiento también ideal.

Desde este punto, también la cura de las enfermedades, está ligado a este concepto de cuerpo consistente, y su búsqueda es la restitución de la salud a ese cuerpo "enfermo", y se busca devolver un estado ideal de funcionamiento, original.... ¿Y cómo se las arregla la medicina con enfermedades que están y no están en esa consistencia corporal?

¿Cómo se las arregla con enfermedades que parecen escapar de la
lógica del cuerpo consistente?

Para el Psicoanálisis tampoco es fácil, el enfermo psicosomático intenta tirar sobre el diván esa consistencia de un cuerpo que supone debería acostar en una camilla de un consultorio médico, o directamente entregar a una sala de operaciones, para que su cuerpo se investigue y así se revele en su interior el secreto de sus males.

Por otro lado, es tan popular como antigua la frase "mens sana in corpore sano", algo se "sabe" de eso: lo psicosomático, la particular unión del cuerpo y la mente, fue preocupación del hombre desde los comienzos de la historia del pensamiento.

Para el Psicoanálisis, el cuerpo es, por un lado, virtual: cuerpo es la imagen de su cuerpo, y por otro pulsional, el cuerpo es lo que digo del cuerpo. Es a partir del cuerpo que el sujeto se reconoce a sí mismo. El niño que se mira al espejo y se reconoce. Y la primera forma con que se le define a un niño su identidad es pidiéndole que muestre su cuerpo, su dominio del cuerpo.

Al principio no podía diferenciar su propio cuerpo del cuerpo del
otro, miraba sus manos o sus pies como objetos independientes, y
se divertía con ellos como si fuesen juegos.

Antes de que la maduración permita acceder a un dominio real del cuerpo, el sujeto toma conciencia de su propio cuerpo con la sola visión de la forma total del cuerpo en el espejo. Pero se ve, se refleja y se concibe distinto de lo que es, poniendo en movimiento toda una dramática imaginaria a partir de ese gesto, que le permite entrar en la dimensión de lo humano.

A veces, la imagen lo anticipa, como si la señal viniera de la imagen y no de su propio cuerpo, lo que nos abre el campo para pensar los fenómenos psicosomáticos.

El yo es una función que se despliega en lo imaginario. Y da la idea de que el yo de los seres humanos es una representación del cuerpo propio. La primera vivencia es de despedazamiento, de cuerpo fragmentado, desde ese lugar, funda una imagen, y esa imagen retorna constituyendo las formaciones del Yo, hasta el momento de la castración.

Esa imagen que retorna, es la imagen anticipada que el niño tomó de sí mismo, la imagen que tomó en su propio espejo.

Lo que el sujeto encuentra en esa imagen alterada de su cuerpo, es el paradigma de todas las formas de lo parecido y lo diferente que va a aplicar sobre el mundo de los objetos, sobre los otros semejantes, un tinte de hostilidad, él le supone una completud, una unidad, frente a su fragmentación, a su incompletud.

La sensación de un cuerpo unificado, el júbilo producido por la asunción por parte del sujeto de su imagen en el espejo, se da cuando todavía no ha conquistado su autonomía motriz, por esto el gran poder de fascinación.

Así el Yo, se sitúa sobre un eje imaginario en oposición a su propia imagen o a la de un semejante. Esta relación del yo con su objeto imaginario estorba el reconocimiento de su deseo.

El deseo no es la necesidad, sino un efecto del lenguaje: no busca la satisfacción sino el reconocimiento.

Las necesidades de las que se hablan en la prematurez del humano al nacer, alcanzarán míticamente una primera experiencia de satisfacción, y así quedará marcado en la búsqueda de lo que nunca hubo. Demanda a la madre, pero lo que busca ya no es más el objeto de la necesidad, sino el amor.

Para el psicoanálisis, el cuerpo tiene una doble pertenencia: a lo imaginario y a lo real. El cuerpo propio está debajo de toda representación imaginaria: el cuerpo es un cuerpo pulsional, es decir que del paciente es lo que el paciente dice de su cuerpo.

Entonces, ¿qué cuerpo es? ¿un cuerpo de palabras? y sin las necesidades que le atribuimos al animal, ¿qué cuerpo es? Y si es un cuerpo de palabras, un dado a leer, tal vez podamos decir que el cuerpo es un escenario, un juego de imágenes, luces y sombras, más allá de lo orgánico y su autoconservación, más allá de los instintos, de las necesidades, de la genitalidad. El cuerpo ¿es un decir del goce?

Marcela Villavella. Psicoanalista
Buenos Aires: 4795 5402
 

CUERPO,
PULSIÓN
Y LENGUAJE

La neurosis ya fue definida por Freud en su insistencia en la repetición, lo que se repite es un rasgo que marca al sujeto desde su inicio, es decir, desde su nacimiento como sujeto, del significante.

Hay un resto que lo sobredetermina, y, como tal, impulsa el movimiento mismo, en un afuera hacia adentro, y viceversa, que lo hace transcurrir en ése, su destino que es su muerte, es decir, lo temporaliza, hace humano a lo que previamente era un proyecto de vida de la especie.

Nada nos es dado antes del lenguaje, ni siquiera el cuerpo, que se propone a nuestros ojos como territorio a conquistar.

El cuerpo va a ser el primer efecto del lenguaje sobre el humano, y pensar un ser humano es pensarlo pulsional, gozante, en tanto éste es el efecto del significante sobre la carne, la carne del animal cae como tal, como la cosa, la innombrable, para dar lugar a ese cuerpo que se irá formando por identificaciones, un cuerpo bordado
a expensas de la pulsión, cual cincel, irá contorneando los bordes del agujero, y dará lugar, en definitiva, a la manera de vivir humana.

Nadie escapa de este destino, pero en el mismo mecanismo universal de humanización, de entrada al símbolo, al lenguaje, se producen fallas en el proceso. Fallas que, de acuerdo a su ubicación, determinarán una u otra estructura clínica: La neurosis es aquella estructura más lograda, donde el cuerpo será cuerpo pulsional, y
libidinal, sede del síntoma como representante de lo reprimido, sustituto simbólico del deseo sexual infantil reprimido, en una parte del cuerpo o su función.

Freud nos enseñó que la represión recae sobre los significantes, y no sobre la pulsión, distinguiendo así esta operación metonímica, que hace que el afecto se desplace producto-efecto de la represión, y en ella tenemos todas las manifestaciones del inconsciente reprimido: actos fallidos, lapsus, sueños, síntomas. Siguiendo un artículo de Amelia Díez, digo con ella, que al hablar de síntoma, decimos neurosis, porque es un producto del inconsciente reprimido.

Pero, al hablar de Psicosis, o de enfermedad Psicosomática, entramos en otro terreno.

La Psicosis, obecede a una falla en la estructura significante del aparato. Hay un significante ordenador, que es rechazado por el sujeto en esa apropiación fundamental llamada Behajung, donde en lugar de aceptar e incorporar al significante Nombre del Padre, rechaza, echa fuera, como si nunca lo hubiese tocado. Este significante primordial es el que ordena toda la batería significante. El psicótico no está en relación al mundo exterior, sino a su propio mundo interno. Somos en función del lenguaje, y no hay otra realidad para el ser humano, que no sea la realidad significante, que no sea esa realidad marcada por el propio deseo del sujeto, o por el deseo de otro. Sólo en el surco que abre su deseo puede constituir
el sujeto realidad, una realidad que le será propia, y por ello decimos en Psicoanálisis que la realidad es una construcción del sujeto, no que no haya mundo exterior, que lo hay, pero es el sujeto con su propia apropiación del mundo, de los objetos del mundo, que construye la realidad, es decir, hace de esa realidad, significante.

El lugar que ocupo frente al lenguaje me da la posición que ocupo como sujeto en el mundo, entonces, podemos decir que el psicosomático es aquel que evita este proceso, en principio, es un ser que aún no llegó al estatuto del deseo.

Algo falló en su constitución subjetiva, algo de la no concreción, de lo inacabado, no como el psicótico que rechaza fuera lo que debió quedar dentro como marca del significante, y que luego retornará al sujeto, en un intento de restitución desde lo real. No, en el psicosomático podemos pensar una falla, no a nivel del significante
como en la psicosis, sino a nivel de la constitución del cuerpo.

El cuerpo, dijimos, para el humano es un cuerpo pulsional, un cuerpo que se constituye a partir de la marca significante, un cuerpo de palabras.

En el psicosomático una parte del cuerpo quedará mudo, será territorio de la cosa, del órgano en su estructura de materia, no en su nivel significante, un silencio a nivel de la marca, lo hará quedar marcado por la sustancia misma, sustancia viviente que en sí misma, es señal de la resistencia a ser del lenguaje, es decir, propiamente
humano.
El significante me hace responder como deseante, me representa
ante otro significante, que da cuenta de mi inclusión en el sistema,
como Otro que sostiene todo el andamiaje.


Índice - Página Principal 


Un S1 que lleva mi marca, para representarme ante un S2 es decir, un significante que me representa como sujeto, ante otro significante, queda alterado en el enfermo psicosomático, un sujeto que no termina de constituirse como escindido en su estructura, un sujeto que conserva, en un rincón de su organismo, algo de un “a” que no cayó aún, un sujeto que no resigna del todo su inmortalidad, atrincherado en un órgano que lo representa (y no un significante).

Lo que debió acontecer simbólicamente en el sujeto, como sujeto dividido del lenguaje, aconteció en un cuerpo, dividido en su funcion de cuerpo erógeno, y cuerpo -materia, función psicosomática, reservorio de un “a” que no cae, de un “a” enquistado, un “a” material, localizable, tangible, y con propiedad de caer (Por ejemplo, la pérdida de sangre en el caso de la Úlcera, la pérdida de mielina en la Esclerosis Múltiple).

Ha fallado la operación de separación que determina el quiebre con lo no-humano, lo completo, lo inmortal. En la operación de identificación, hay una alienación, pero no hay separación que posibilite la caída del “a” como resto de la operación y como causa del deseo, y, por lo tanto, del Sujeto, ni hay sujeto escindido en su causa. Hay un cuerpo propio que no pudo ser reflejo, hay un cuerpo que fue tomado como modelo de identificación pero no en el reflejo del espejo, sino en su opacidad consistente, el enfermo psicosomático toma a su propio cuerpo como modelo de objeto, pero fallado, incompleto, desmembrado, y consistente.

Entre sujeto y cuerpo, objeto “a”, resto de la operación de castración, causa de la aparición del sujeto como deseante.

Lo simbólico agujerea al ser humano y es en estos agujeros, donde se engancha la pulsión, bordes erógenos, boca, ano, ojos, pulsión escópica, oral, anal, entonces podemos decir que nuestro verdadero cuerpo son los orificios que sostienen este andamiaje significante.

Un cuerpo como i(a), un cuerpo imaginario, cuerpo libidinal y cuerpo pulsional, donde comanda el goce de la pulsión y determina la distribución libidinal y la función imaginaria, un cuerpo triplemente determinado por el lenguaje.
Fuera del lenguaje, no tenemos cuerpo, porque nada existe para el
hombre fuera del lenguaje, ni siquiera algo tan cercano, tan propio,
como el cuerpo que portamos.

Alejandra Madormo. Psicoanalista
Buenos Aires: 4794 5426

IMPLANTES
(I)

EVOLUCIÓN DEL IMPLANTE
OSTEOINTEGRADO

En la década de los 60 Branemark y colaboradores inician el desarrollo de un implante novedoso que, para su función clínica, dependía del anclaje directo en el hueso, lo que se denominó osteointegración. Antes se consideraba que un implante bucal estaba incluido en los tejidos blandos. Por lo tanto el dispositivo implantado nunca estaba tan anclado como inmediatamente después de su inserción.

El tiempo y diferentes investigadores como el propio Branemark o, Schroeder que definitivamente demuestra la validez directa del concepto de osteointegración entre 1976 y 1981 sientan, sin lugar a dudas, las bases de una ciencia moderna con éxito creciente.

También en 1981 Albrektsson define una serie de factores básicos que debían ser controlados para conseguir una osteointegración fiable:

1. Biocompatibilidad del material del implante.

2. Diseño del implante.

3. Condiciones de la superficie del implante.

4. Estado del lecho óseo del huésped que recibirá el implante.

5. Técnica quirúrgica.

6. Condiciones de carga aplicada posteriormente (oclusión).

La osteointegración desde un punto de vista mecánico y biológico.

La osteointegración es una conexión directa entre el hueso y el implante sin interposición de tejidos blandos. No obstante, no hay un 100% de conexión. Los problemas para identificar el grado exacto de adherencia ósea condujeron a una definición basada más en la estabilidad que en criterios histológicos: "La osteointegración es un proceso por el cual se logra una fijación rígida, clínicamente
asintomática, de material aloplástico y que se mantiene en el hueso durante la carga funcional".

Fabián Menassa de Lucia. Odontólogo
Madrid: 91 548 01 65


Índice - Página Principal 


LOS DIENTES SON EL ALMA
DE TU SONRISA
¡CUÍDALOS!


CLÍNICA DENTAL GRUPO CERO
EN MADRID
METRO PLAZA DE ESPAÑA

REVISIONES PERIÓDICA
PARA EL CUIDADO DE SU BOCA

 

- Limpieza bucal 
- Empastes
-Extracciones
- Ortodoncia
- Prótesis
- Rayos x

C/ Duque de Osuna, 4

PEDIR HORA

TELÉFONO: 
91 548 01 65

PSICOANÁLISIS PARA TODOS
DESDE 100 EUROS AL MES
1 SESIÓN SEMANAL
PEDIR HORA EN EL TELÉFONO:
91 758 19 40
DEPARTAMENTO DE CLÍNICA PSICOANALÍTICA
ESCUELA DE DE PSICOANÁLISIS 
GRUPO CERO

El tratamiento psicoanalítico es eficaz en: Depresión, ansiedad, miedos, obsesiones, problemas sexuales, problemas de pareja,
impotencia sexual o laboral, fracaso escolar, orientación vocacional, enfermedades como las jaquecas, la anorexia nerviosa y la bulimia.
Y es de gran ayuda terapéutica en: La obesidad, enfermedades autoinmunes, asma, úlcera, cáncer...

SEMINARIO
HEGEL, MARX, HEIDEGGER
FUNDAMENTOS
DEL PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO

CUESTIONES PRELIMINARES
AL SEMINARIO GENERAL

• La problemática.
• La trama de pertenencia.
• La preteridad de los conceptos.
• Spaltung y des-apropiación.
• La cuestión de la tradición.
• Arrancando desde lo no pensado.
• Hegel, Marx, Heidegger.

El psicoanálisis es un pensamiento revolucionario y de candente actualidad. La producción fundamental de la obra freudiana es el concepto de inconsciente: hay cosas que suceden en el sujeto sin que él sepa nada de ellas, y estos procesos no son azarosos, están sometidos a unas leyes, leyes de las que sólo el psicoanálisis puede
dar cuenta.

El psicoanálisis cura, pero no puede ser reducido a un método terapéutico. Movimientos culturales como el surrealismo (que toca la poesía, la publicidad, el cine, la arquitectura actuales...) son imposibles de pensar si no es desde el psicoanálisis.

Para la Medicina, resulta de una ayuda inestimable tener en cuenta los aspectos psíquicos que contribuyen a la producción, mantenimiento y curación de las enfermedades orgánicas, que pueden ser un elemento fundamental en la curación del paciente. Y así, podríamos enumerar las aportaciones que el psicoanálisis ha hecho para pensar muchas otras disciplinas.

Por todo ello, la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero viene estudiando y trasmitiendo el psicoanálisis en Madrid desde hace más de veinte años, trabajando para la formación de psicoanalistas y para la atención clínica a la comunidad.

Queremos acercar el descubrimiento freudiano a la población, como elemento para pensar la realidad y como posibilidad de transformarla.

Con motivo de la celebración de estos veinte años, por cuarto año consecutivo, se han convocado los Seminarios Sigmund Freud, Jacques Lacan y Fundamentos del Pensamiento Contemporáneo (Hegel, Marx, Heidegger), gratuitos, en las mismas condiciones que el seminario pago de tres años de duración, un encuentro semanal de dos horas. Las clases serán impartidas por psicoanalistas de la Institución. Los interesados en cursar estos seminarios, deberán realizar una entrevista previa con uno de los psicoanalistas de la Escuela.

SEMINARIO SIGMUND FREUD PROGRAMA DEL PRIMER AÑO:

A. APROXIMACIÓN A UNA TEORÍA DE LA LECTURA

• Concepto de ruptura.
• Concepto de trabajo.
• Múltiple determinación y sobredeterminación.
• Tiempo real y tiempo histórico.
• Lectura como producción.
• La escritura, base material de las ciencias.

B. LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS

• Método de interpretación onírica.
• El sueño es una realización de deseos.
• La deformación onírica.
• Material y fuentes de los sueños.
• El trabajo del sueño.
• El olvido de los sueños.
• La regresión.
• La realización de deseos.
• Interrupción del reposo por el sueño. La función del sueño. El
sueño de angustia.
• El proceso primario y el secundario. La represión.
• Lo inconsciente y la conciencia. La realidad.

SEMINARIO JACQUES LACAN

PROGRAMA:

1) La ciencia y la verdad.

2) Posición del inconsciente.

3) El estadio del espejo como formador de la función del yo.

4) La agresividad en psicoanálisis.

5) El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada.
Un nuevo sofisma.

6) Las variantes de la cura-tipo.

7) La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud.

8) Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano.

9) La significación del falo.

10) Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina.

11) El discurso analítico.
a) Encore.
b) De un discurso que no fuera semblante.
c) El reverso del psicoanálisis.
d) Televisión.

12) Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.
a) Inconsciente.
b) Repetición.
c) Transferencia.
d) Pulsión.

13) Lo real, lo simbólico y lo imaginario.
a) R.S.I.
b) La Tercera.
c) El Sinthome

14) Transferencia y transmisión.
a) La relación de objeto.
b) La lógica del fantasma.
c) El acto analítico.
d) La ética.
e) La transferencia.
f) La identificación.
g) La angustia.
h) El saber insabido.
i) L’Etourdit.
j) De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis.
k) Las psicosis.
 


Índice - Página Principal