ÍNDICE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Nº 79 |
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LA IMPORTANCIA DEL PSICOANÁLISIS EN LA NUEVA MEDICINA | IMPLANTES | ||||||||||||||||||||
CELEBRAMOS EL DÍA DEL LIBRO | JUVENTUD GRUPO CERO | CLÍNICA DENTAL GRUPO CERO | |||||||||||||||||||
SEMINARIO SIGMUND FREUD | LO PSICOSOMÁTICO SEGÚN FREUD |
BUENOS AIRES FERIA DEL LIBRO DEL 18 DE ABRIL AL 9 DE MAYO |
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XII CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO | NUESTRA ACTITUD FRENTE A LA MUERTE | CURSO SITUACIONES DE CAMBIO | |||||||||||||||||||
LA MUJER Y EL PSICOANÁLISIS | XV CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO |
CIERRE DE LA MUESTRA "COLORES DEL TIEMPO" |
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PENSAMIENTOS
POÉTICO-PSICOANALÍTICOS |
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133.- Sólo se escuchará el rumor del
verso.
134.- Voy hacia ti, flor encarnada en lo
no realizado.
135.- La soledad, querida, es patrimonio
de rufianes. Algo, querida, que le queda bien a los comerciantes y a
las putas.
136.- Decir análisis terminable para un
psicoanalista es una mala traducción ya que se trata del análisis en
cuanto finaliza para situarse en una especie de alcance infinito,
revelando lo que al fin de cuentas hay de irreductible para el
hombre y la mujer en el complejo de castración.
137.- Unir la poesía a la mujer y luchar
por eso. Ella me dijo convencida
138.- Quiero el poder de haberte
transformado y no el dominio sobre los efectos de tu transformación. 139.- Hubo una época donde se podía hablar de fuerzas interiores. Ahora toda la fuerza es la del dinero, es decir, toda energía es exterior al sujeto.
140.- Poder pronunciar en voz alta las
fantasías sobre una persona, Por fin me decido a pensar, junto con Freud, que las fantasías sexuales reprimidas en su expresión, generan enfermedad. Ahora estoy mucho más tranquilo, cuando cualquier otro piensa: abstinencia, abstinencia, acierta pero como aciertan los tontos, porque no se trata de la falta de ninguna droga ni de ningún acto, sino, simplemente, de la abstinencia en la expresión de las fantasías sexuales.
141.- Las matemáticas no me aconsejan un
paso adelante. Los soldados no son soldados o no están
suficientemente preparados. 142.- Ahora ya me toca escribir de las situaciones que atravesaré durante los próximos cien años. Basta de damiselas asustadas del tamaño de mi pene. Esta vez, el que está asustado soy yo y ningún tamaño me asusta sino, precisamente, la ausencia de tamaño.
143.- Los alucinados modernos son gente
sin padre y sin madre, o con padre y madre un poco idiotas,
religiosos, imbéciles o ausentes. Basta de familia quiere decir,
fundamentalmente, educar a los 144.- Soñó que se comía un bocadillo de pedo y a la mañana siguiente se levantó con la firme decisión de ponerse a trabajar.
145.- Los afectos pueden nublar de
manera extrema los éxitos económicos. Por eso es que la gente común
asocia rápidamente |
146.- Estoy abierto a la inmensidad de
lo nuevo; hoy, comienza para mí, una nueva manera de mirar las cosas
de mi vida: 147.- El miedo, también, tiene su lujuria. De reprimir, entonces, habrá que reprimir el miedo o, bien, el exhibicionismo de su fracaso.
148.- Lo importante es idear una vida
que, luego, pueda ser vivida.
149.- Soy el ferviente corazón acústico, 151.- ¡Cuántas veces me torturé a mí mismo! Quería ser el mejor en todo. Terminé queriendo fracasar mejor que nadie y casi lo consigo, de no ser porque la angustia me señalaba errores, hubiese sido ciego hasta la muerte.
152.- Una cantidad exagerada de
significantes producidos en un tiempo demasiado breve para poder ser
procesados por los integrantes
153.- Hablando de la satisfacción sexual
directa, diremos que su
154.- Debemos pensar que si el dolor, la
falta de libertad, dependen
155.- Si ella me lleva todo el tiempo,
quiere decir que estoy loco
156.- Fue una mano blanca su mano entre
la niebla. Dirán ¿a qué 157.- Año 1979. Hoy he sentido por primera vez, después de casi tres años de su fundación, que por fin podemos dar por fundado el Grupo Cero Madrid. La primera internacional de Poesía y Psicoanálisis.
158.- Hasta ahora he sido un tonto. Ella
me repetía a los gritos, |
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20
AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS Y POESÍA
GRUPO CERO |
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EXTENSIÓN
UNIVERSITARIA: |
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159.- Ella, más que hablar conmigo cuando hablo, se esconde en mis palabras.
160.- ¿Adónde iremos a parar guiados por
las sensaciones de una ciega? Casi sin remedio a la mierda. 161.- Brújula ardiente y caprichosa, déjame en paz. Esta vez no quiero ir hacia ningún lugar, quiero saber dónde llegué, dónde viví hasta ahora. Antes de partir nuevamente, tendré que pedir que se me rindan algunas cuentas.
162.- Encuentro en los destinos de las
simples mariposas sin alas
el desperdicio de la terrible ineficacia, donde se desencadenan los
ocultos temores del espacio abierto a las mutilaciones de tu blanco
amor, que nada sabe de la vida ni de la muerte, que se basa en
caprichos aniñados de tu espléndida estupidez.
163.- Debo reconocer mis
identificaciones (no sé si del todo efectivas)
164.- Espero poder este viento de
libertad que me llama a ser. Una
especie de grandilocuencia, toda para el bien: Libertad, pan, poesía
enamorada. 165.- Un poco de dinero para juntarnos algunos compañeros a ciertas palabras, nunca ha de ser mucho dinero.
166.- Mirar con el microscopio
electrónico, no es profundizar, es
ver más. Y ver más no es más grande o mejor, es ver otra cosa. 167.- A un ser que, también, lo aburre una conversación sobre la trascendencia, no le demos más vueltas, no es un ser. 168.- Cuando ella a veces nos quiere hacer creer que es subnormal ‘y, esto, es bueno que alguien se lo diga alguna vez’, ella es subnormal, ya que en el mismo momento funcionan bien los circuitos más altos de su ser mujer humana, y funcionan mal los circuitos que regulan los detalles cotidianos de esa humanidad.
169.- Ya nada puede arreglarse de lo que
viví. Todo fue demasiado
lejos.
170.- Entre la mujer y el hombre existe
un desequilibrio fundamental. 171.- Algún día me tocaba confesarlo. Cuando fue necesario para seguir psicoanalizándola, dejé de quererla.
172.- No puedo entender mucho lo que me
dice, ella habla, todavía
173.- El que quiera seguirme, piénselo,
nunca seremos aquello 174.- Habrá normalización en todos nosotros, pero al estilo cero: ni exiliados, ni argentinos, ni españoles. Terráqueos.
175.- Una promiscuidad sexual, y bien
que lo recuerdo, fue permitida
y hasta deseada por todos. En cambio una promiscuidad con
el dinero a todo el mundo le hace mal y nadie quiere saber nada con 176.- La verdad grupal siempre supera mis expectativas. No tanto por los contenidos sino por la manera grupal de concebir el hecho de la verdad.
177.- En el grupo la verdad siempre
tiene que ver con el
encuentro del grupo con lo social; en cambio para el sujeto "en
178.- El corazón de la labor de
condensación es el desplazamiento.
179.- Antes que ocurra un encuentro del
sujeto con el mundo,
puede ocurrir un encuentro del sujeto con el ser. A eso quiero
referirme para simplemente dimensionar
la cuestión: el ser y el mundo pueden encontrarse sin necesidad del
sujeto. El sujeto aunque ocurra en su propio cuerpo nunca se entera
de esos encuentros. Hay
algo en él que no ve nada. Su "yo quiero ser eso" le impide toda |
180.- Cuando un grupo psicoanalítico se
divide para ponerse a
favor y en contra de un discurso, deja de ser un conjunto de
fragmentos para transformarse en un grupo disociado, todavía, no es
un grupo de producción, pero ya no padece los fenómenos de la masa. 181.- Un pobre hombre que es capaz de encontrar pobreza en un gran amor, en verdad, merece la pobreza. 182.- La predisposición, en psicoanálisis, puede verse como el deseo de los padres. Fijación, como cristalización en la realidad objetiva, sobre el propio cuerpo del niño, de los deseos predisponentes.
El factor desencadenante sería todo acto
o palabra que sugiera
metafórica o metonímicamente aquella escena. Es decir, todo
significante que capture, desde este futuro, aquel pasado. Es decir,
algo que dé consistencia de escenificación a aquella bruma de 183.- Cuando un mecanismo no funciona, la autorización es ponerlo en funcionamiento. Toda otra intención deja de ser psicoanalítica para transformarse en política. 184.- Más que cuerpo, lo que necesito para enfrentarme con los antiguos modelos de generar una sociedad es haberme disfrazado alguna vez; haber dicho yo soy otro; haber dicho que no, no quiero ese bocado que me corresponde; tener la mirada traspasada para siempre por algunos versos; y si no es así, muere el padre y con el tiempo morirá el psicoanalista.
Y como siempre, algo se organiza después
de una comilona. 185.- Cambiar de vida querrá decir comenzar a encontrarme con lo bello, con la cara llena de la vida.
- Comenzaré por dedicarme a la política
sanitaria. No, no, me dijo
la voz, comenzarás por cambiar tus relaciones sexuales y casi todas - Comenzaré por vivir, comenzaré por vivir. No, no, dijo la voz, comenzarás por cambiar.
- Cambiar...cambiar... sí, claro, me
gustaría pero cómo. Atarme a
qué nuevo delirio, si ya no tengo cuerda. Cambiar, repitió secamente - Comprendo, comprendo, hay un amanecer en mi mirada pero está nublado. O dejar de escribir o cambiar, esta vez la voz no daba alternativas. - Soy un hombre duro, cambiaré, me arrancaré todo el pasado y seré otro. 186.- Querer hacer todos los días algo diferente, es muy juvenil, poco práctico y no permite enamorarse de nada. Un estilo, quiero decir, también, necesita que algo se repita. 187.- Poético no es sólo articular el sentido, sino dejar escapar el sentido de la cadena que lo sostiene como sentido, eso también es poético. No sólo articular un sentido, producir un sentido nuevo en la interpretación, lo poético, sino que, dejar escapar a un sentido de lo que lo constituye como tal, también es poético, también es una interpretación. 188.- Aléjate hasta que te vea. Vuelve a pasar para perderte.
189.- El que pide más de lo que puede
recibir, generalmente
190.- Soy el mamut sangrante, el último
prisionero, y se lo digo.
191.- Enajenado, torturado, muerto y,
sin embargo, me siento libre, ecuménico cuando escribo mis versos. 192.- Este es el tiempo de la cosecha y teniendo en cuenta que la siembra ha sido grandiosa debemos, sin vergüenza, llenar nuestras alforjas, todas nuestras alforjas, lo que se ve es todo nuestro. Antes de nosotros, todo lo que nos pertenece, no existía. Por eso soy feliz, porque lo debo todo. Fui amado por millones de seres. ¡Qué razón más poderosa de ser tienen mis versos!
193.- El neurótico no puede gozar porque
su libido no se halla
unida a ningún objeto real. 194.- Un tiempo donde todo se destruye puede ser, también, un buen momento para cambiar. |
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195.- Hyppolite aconseja diferenciar
entre la negación interna al juicio y la actitud de la negación.
196.- Lejos, muy lejos de la vida está
el que sabe. 197.- Dos noches diciendo verdades, la verdad se transforma en una especie de verdad enroscada en sí misma. Una verdad y, al otro día, algunos ladrillitos para sostenerla.
Soy el microscopio alado de América
Latina. El reverso del verbo primigenio. Un sonido y la posibilidad
de producirlo siempre distinto. 198.- Y cuando ya no pueda pintar porque se me caigan las manos y ya no pueda escribir porque me haya quedado casi sin mirada y la mujer desaparezca porque yo ya no tenga corazón, todavía, aún, queda la muerte para amar, aún todavía, amaré la libertad.
199.- No soy ni siquiera el hombre del
futuro. Soy el hombre que 200.- La envidia, además de psicoanalizarse, debería sancionarse, al menos en ciertos niveles de formación.
201.- Hoy he comprobado tener todas las
funciones deprimidas.
202.- Ser nada es una tontería frente al
juego que propongo.
203.- La mía, le dije sonriendo, es una
inteligencia psíquica. La primera inteligencia producida
íntegramente por la poesía y el psicoanálisis.
204.- A partir del momento en que el
niño reconoce que en el espejo hay otro, como actor de su propia
lectura, se transforma en el sujeto barrido. 205.- El falo aparece y desaparece, es decir, no existe como tal sino como posibilidad significante, por ser el acontecimiento de su inexistencia lo que pone el mecanismo en marcha. El falo carece de representación en el sistema psíquico que funda. Es decir, puesto delante de un espejo el concepto en cuestión no produciría imagen, con lo que la fase del espejo es, para comprender el status del falo en la teoría psicoanalítica, un plus de existencia.
206.- Lo fuerte siempre es un conjunto,
una articulación de más de un ser. 207.- Una mejor administración de lo mismo, daría otros resultados. 208.- La verdad se construye, el dinero circula, el pene no lo tiene nadie, el falo no tiene existencia reflejable, la poesía es producto efecto de un trabajo. 209.- Opinión tenemos todos, pero antes de opinar hay que informarse. 210.- Las cosas grandes se hacen lentamente, a través de los años.
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211.- El hombre vive acorralado por sus propias pasiones, que, a veces, son tristes. 212.- Enfermarse, aunque me pase a mí, es una manera burda, torpe, de sentir el cuerpo. 213.- Viajo por lo más sublime del hombre, lo que el hombre nunca podrá vivir del todo: su deseo, su escritura. 214.- Confunde los fantasmas con los problemas. Muerte al intruso. 215.- Todos tienen miedo de ser descartados en cada nuevo movimiento, cuando, en realidad, se descartan todos aquellos que queden inscriptos como pacientes eternos. 216.- Por ahora me toca liderar esta situación que no entiendo del todo. Yo trataré de someterme al psicoanálisis. El resto, me imagino, será fácil, ya que no seré yo quien avanza, sino el psicoanálisis. 217.- El favor que se le puede hacer a la gente es ponerle límites y eso ha de ser un límite para mí.
218.- No hay que detenerse aunque se
ensombrezcan los rostros más bellos.
219.- Cada vez estoy más convencido, que
si, no utilizo mi poder sobre la gente que me rodea, con el tiempo
no habrá gente. 220.- Estoy tratando de separar la vanidad de la paz y el goce. 221.- Parar la máquina, parar la máquina, parar la máquina, todo el mundo me lo dice, los amigos, los enemigos, mis amantes, algunos discípulos adelantados; lo que no saben es que la máquina que manejo no tiene botones para detenerla, o mejor dicho se construyó para ir siempre para adelante, detenerla es romperla. 222.- Armar la Escuela, que casi está, Docencia-Clínica, y entregarla a la gente que sirva para ello. En verdad tengo más resuelto el problema de la clínica que el de la transmisión. O será que para transmitir, el único que está más o menos preparado soy yo.
223.- El cerco se cierra cada vez más.
Cada día son más las personas de mi entorno que no trabajan. Tengo
que terminar con esta
224.- Está todo pendiente de un hilo, o
transformo el hilo en una soga o tengo que hacerlo todo de nuevo.
225.- En cuanto a la Escuela Grupo Cero,
tendré que poder asumir
226.- Todos están gritando menos yo. Soy
un poco raro, no cabe ninguna duda. Con el tiempo, si persisto, seré
rey de algo. Nadie olvida, fácilmente, a un hombre que ha vivido su
vida para otros. 227.- La experiencia enseña que todos aquellos que quieren ser más nobles que lo que su constitución les permite, enferman de neurosis. 228.- A veces, donde más se gana es en el lugar de la pérdida.
229.- Tengo que poder sublimar, qué
risa.
230.- La libido es la presencia,
efectiva, como tal, del Deseo; deseo que no es sustancia, que está
presente en el proceso primario y que rige hasta el modo en que
hemos de abordarlo. 231.- Si quiero tanta paz, tendré que hacer una guerra. Y en una guerra, tengo que saberlo, los vínculos familiares no cuentan, para casi nada. |
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232.- Los filósofos de todos los
tiempos, también los actuales, siempre estuvieron muy preocupados
por lo que se veía y por lo que no se veía; en la cúspide de su
poderío llegaron a dividir el mundo en latente y manifiesto.
233.- Ser consciente, dice Freud, es, en
primer lugar, un término puramente descriptivo. La conciencia es un
estado eminentemente 234.- Un hombre sin otros hombres es como un hombre sin manos, sin habla.
235.- Ellas me hablan interminablemente
de todo lo que no tienen, 236.- Sólo de amor y pan y dinero vive el hombre y si quiere vivir, también, la mujer, se necesitará un poco de goce.
237.- El saber debe ser separado
completamente de la causa del deseo.
238.- El acto del analista se sitúa en
relación a lo impredicable.
239.- Hemos dejado crecer toda hierba a
nuestro alrededor. Ya no
240.-Ella no está dispuesta a hacer lo
que no se le ofreció. 241.- No vengas, me dijo la poesía, que ya estoy a tu lado, y yo no le di bola, yo la seguí buscando.
242.- Escribiré hasta antes de cansarme. |
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XII CONGRESO
INTERNACIONAL GRUPO CERO |
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Alejandra Madormo. Psicoanalista
Ella danza sobre mis dedos, Hablar de la Mujer y el Psicoanálisis, es hablar de lo imposible, en tanto, cuando Freud enumera las tareas imposibles de realizar, en su libro El Malestar en la Cultura, incluye la de psicoanalizar, además de la de educar y gobernar. Y la mujer, como lugar inasible del goce, como interrogante para el hombre, desde todos los tiempos. Ella tiene que dar existencia a lo que es sólo un reflejo. Detrás de las vestiduras no hay nada, un desgarro que sólo vela lo imposible y no hay veladura que responda por ningún fondo, sólo la existencia de una imagen que no es su propia imagen, y esa extranjería la llevará por los caminos del Misterio. El misterio de lo femenino, "el continente oscuro", tal como la llamaba Freud. "La feminidad se resume en la presentación de ese ropaje del vacío en el cual, ella, inexiste." "La Mujer no existe", frase reveladora de una naturaleza femenina: más allá de todo goce, más allá del falo, un goce diferente se le revela, es Otro goce. Ella goza allí, en lo Sublime, Dios, la Poesía, la Creación. El Psicoanálisis la propone, a finales del siglo XIX, mujer, diferenciándola de la histérica, descubriendo en ella una sexualidad que, hasta entonces, estaba negada socialmente. En los textos de Freud sobre La Sexualidad Femenina, vemos establecer diferencias radicales, en comparación con el varón, en cuanto a su tránsito por el Edipo, y a su relación con la castración. "Mujer" es esa palabra dentro de la lengua que no remite a ningún punto de referencia. Esa palabra la manda a lo que los significantes pueden bordear, contornear, pero no asir, ningún significante puede definir lo que quiere decir "mujer’’. Como el deseo, la feminidad escapa siempre a las palabras y ocupa un lugar muy distinto al que se muestra. Lo femenino captura un valor que le otorga el Psicoanálisis dentro de su dispositivo, y es por su relación con el falo, con la puesta en escena que ella autoriza, que viene a encarnarse en ese fantasma, en ésa, su relación con la causa del deseo. Ella es siempre la esencia del misterio, por su carácter de enigma, es imposible definir un modelo femenino, sea cual fuere la apariencia imaginaria que tome. Ella interroga lo que queda sin respuesta frente a la pregunta por lo femenino. Un más allá de las diferencias sexuales, le dará a ella la libertad de la palabra, la única libertad posible para el humano, esa paradoja que le impone al ser, el lenguaje, en el sentido, que para el humano, no hay sobredeterminación mayor, que la de ser un sujeto sujetado por el lenguaje. El lenguaje nos precede, nos alberga, nos otorga un nombre propio, somos nombrados por el significante, y desde su nacimiento el sujeto queda encadenado a esta verdad.
Sin embargo, y esto es lo paradojal,
sólo porque habla, el humano puede alcanzar cierto grado de
libertad, en la palabra, donde con La escritura se alcanza en posición femenina. Posición que no obedece a ninguna ley natural, de los géneros masculino- femenino.
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Hombre, Mujer, Padre y Madre son cuatro
posiciones psíquicas El Complejo de Edipo consiste en que cada uno, sea niño o niña, tendrá que identificarse a cada uno de los padres. Identificarse en Psicoanálisis quiere decir transformarse como sujeto, y tomar al otro como rival. Así se instalará en cada uno lo que denominamos posición femenina y posición masculina", frente al mismo sexo, y frente al otro sexo. Y retomamos la frase: sólo se escribe en posición femenina, en el sentido de la creación. Allí, ella inventa lo no sido, allí, goza. Dice el poeta, en su libro El Sexo del Amor: "Para cualquiera de ellas, el goce de otra mujer es como un libro abierto. Ella aprende más viendo gozar a otra mujer, que cursando la universidad completa... Lo primero que aprendí es que a las mujeres cuando gozan, hay que dejarlas gozar. Bueno, dijo Menassa, tal vez no se pueda llegar a otra conclusión, tratándose del goce de la mujer. Y ella volcó su copa sobre mí.". El Psicoanálisis es la única disciplina científica que le pide a la mujer que hable, cuando lo único que le dice todo el mundo, es que calle. Freud, antes de morir nos habla de su poeta y manda a preguntar los poetas por la sexualidad femenina; allí, donde la función poética es articuladora del goce significante y de la muerte, por ser ella misma lo Otro de lo imposible. "Y ella sigue escribiendo... no le queda más que este destino, la escritura o la muerte".
"Es el deseo el que ha rasgado para
siempre, el ser del hombre,
"De la mujer hice una frase. "Soy el poeta, el grande, el creador de la palabra Mujer"
(del libro Poemas y Cartas a mi Amante,
Loca, Joven, Poeta,
www.indiogris.com |
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Inés Barrio. Médica neuróloga
IMPORTANCIA DEL PSICOANÁLISIS Antes de comenzar la lectura de la ponencia quiero felicitar con inmensa alegría al Dr. Miguel Menassa como Director y a todos los integrantes de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero en el 20º aniversario de su fundación en Madrid, ¡feliz cumpleaños! Cuando recibimos en Buenos Aires hace unos meses la propuesta temática para este Congreso, fue difícil elegir porque había muchos títulos apasionantes, pero también sencillo por cuanto más allá de gustos o voluntades, para un médico en ejercicio profesional por más de dos décadas y atravesado por el significante inconsciente, a quien su propio psicoanálisis le ha hecho muy bien en la vida, que ha recogido la experiencia del beneficio del tratamiento psicoanalítico en una casuística significativa de pacientes y cuenta con la solvencia del cuerpo teórico del psicoanálisis, no había tema más adecuado que el que intento desarrollar. Confieso que me inquietó la certeza de no poder aportar ninguna originalidad, por estar precedida y sucedida por otros autores cuyos trabajos llevan títulos similares, pero esta inquietud se disipó pensando que tal vez lo fundamental consista en insistir, reiterar cuestiones esenciales que no han sido todavía suficientemente difundidas y menos aún comprendidas y aceptadas. Escribimos y leemos fervorosamente estos artículos, apoyados en los fundamentos científicos de la disciplina psicoanalítica así como en la experiencia de nuestros maestros y en la propia, anhelando que en el auditorio se encuentren, alguna vez, las autoridades de la Salud Pública y los responsables del planeamiento curricular de la carrera de Medicina. Las autoridades de la Sanidad para que comprendan que la inclusión del psicoanálisis en todos los servicios hospitalarios que de ellos dependen, desde los consultorios de admisión, las salas de emergencia, unidades de cuidado intensivo y salas de internación, producirá notables reducciones en los costos y mayor eficacia en las prestaciones. El psicoanálisis es un valioso instrumento diagnóstico en el sentido de aportar mecanismos para la etiopatogenia de diversos síndromes que son oscuros para la medicina. La asistencia psicoanalítica de los pacientes abrevia significativamente los tiempos de internación, posibilita en muchos casos el egreso precoz del paciente de la terapia intensiva, mejora el pronóstico de las intervenciones quirúrgicas y la evolución de los postoperatorios, por citar alguno de los beneficios. En la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, de la cual egresé en 1978, y sigue siendo igual actualmente, sobre las 32 materias del plan curricular hay sólo una, llamada Psicología Médica, que se cursa durante cuatro semanas, en la que aparecen esbozados algunos conceptos de la teoría psicoanalítica. Es sencillo deducir que los médicos se enfrenten en su futura praxis con enfermos a los que no podrán comprender, aliviar y menos aún curar por carecer de instrumentos fundamentales que sólo aporta el psicoanálisis. Sin la noción de inconsciente, la aceptación de la agresividad y la angustia como constituyentes estructurales, la pulsión de muerte, las diferencias sexuales, el deseo como lo humano por excelencia, en fin, sin el sujeto psíquico no hay ninguna posibilidad de pensar una medicina satisfactoria. La medicina moderna ha entrado indiscutiblemente en la era científica. Cada día muestra una mayor eficacia para actuar sobre los objetos que le conciernen: el hombre, su cuerpo y sus enfermedades. Este cuerpo, concebido como extensión separada del “espíritu que lo anima”, puede ser investigado, diagramado y calibrado, pero no debiera olvidar el otro cuerpo, más difícil de aprehender, el cuerpo del goce que vive a través del lenguaje y que tras estar exiliado de ciencia, la medicina todavía no ha podido anunciar.
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Sin embargo, no obtiene ninguna ventaja olvidando lo que ha sido representado desde la antigüedad, como que el acto a través del cual procede es sagrado ya que se funda en el pacto de la palabra que el enfermo dirige como pedido al médico y donde la respuesta tendrá una incidencia precisa en las palabras que logren dar en el blanco en el deseo del sujeto, más allá de las instrumentaciones específicas que acompañan este gesto.
Los médicos saben bien, aunque muchos
pretendan ignorarlo, cómo una enfermedad perfectamente catalogada,
aún la más maligna, modificará su pronóstico en función de lo que se
ha dado en llamar “el Por más enigmática que parezca la articulación entre el sujeto y causalidad y evolución de su enfermedad “orgánica”, es una cuestión que requiere ser investigada desde la teoría psicoanalítica. El psicoanálisis no es una rama de la medicina. Para Lacan, por contrario, el discurso analítico es el lugar donde puede alojarse medicina, a condición de no invalidar ni pretender sustituir el discurso médico, sino para ofrecerle clarificaciones fecundas. La relación entre el cuerpo y la psique no puede ser considerada más que como una falla, ya que no se tratará de ninguna articulación congruente ni adecuada porque el cuerpo, las nociones de salud y enfermedad, el tiempo, la posición del médico y del analista frente al paciente, los criterios de acierto y error, la concepción del diagnóstico y la cura, son absolutamente diversos para la medicina y para el psicoanálisis.
Por lo tanto, ni congruente ni adecuada,
pero sí una articulación La primera etapa del acto médico es una afirmación, apoyada en un interrogatorio dirigido al paciente y su familia más el examen físico de un cuerpo visible, palpable, asequible por los sentidos del médico y por los métodos complementarios. Esa afirmación primera inaugura una relación médico-paciente que estará basada en una representación que calmará la angustia de ambos: “Usted padece tal enfermedad”. A tal punto ha sido esta pronunciación diagnóstica de fundamental importancia, que los pacientes que escapaban de esa posibilidad sus perturbaciones no estaban descritas, no se consideraban enfermos. Para el psicoanálisis, en cambio, no se trata de diagnosticar, en tanto el anudamiento teoría, método y técnica no transcurren en un tiempo cronológico sino que son un mismo movimiento, y sea cual sea la enfermedad que padezca el paciente, al psicoanálisis sólo le interesa psicoanalizar, es decir, producir sujeto psíquico.
Y ese sujeto es quien se hará cargo de
sus síntomas, a tal punto El cuerpo pesa en ausencia de palabras, dice Menassa. Cuando hay palabras es liviano, no pesa, es de aire, es viento, ráfaga. En medicina, el saber es habitualmente equiparado con el “saber causa”. Si no puede conocerse la causa, la etiología de la enfermedad, se buscará la patogenia, es decir los mecanismos de producción de la enfermedad y sus síntomas. El pensamiento causal ha llegado a ser considerado sinónimo de ciencia y del conocimiento verdadero. Así planteadas las cosas, terapéutica será concebida como una técnica de combate contra causa de la enfermedad.
Durante esta insistente búsqueda,
habitualmente se incurre en distorsiones conceptuales de la relación
causa-efecto, de las cuales Se olvida que para poder establecer este tipo de relación es imprescindible determinar cuál es el mecanismo por el cual la causa produce el efecto, el mecanismo de acción. Frente a la insuficiencia explicativa, también es frecuente recurrir la idea de una pluricausalidad determinante. De este modo, un conjunto de causas mal conocidas, en general supuestas más que efectivamente halladas, colaboran para explicar los fenómenos inexplicables. Una concepción psicoanalítica de la enfermedad no sólo ayuda al enfermo, sino que puede evitar que el hombre sano contraiga enfermedad.
Hay condiciones necesarias pero no
suficientes en el proceso de |
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Sin una estuctura psíquica determinada en el sujeto, no es posible enfermar de determinadas afecciones, incluyendo al cáncer. La ambición de curar sería para el mismo psicoanálisis un defecto del psicoanalista, una mácula que el psicoanálisis arrastra desde su fundación en tanto había nacido para curar pero posteriormente se convierte en una teoría científica. La medicina, por otra parte, sostiene aún mayoritariamente que el psicoanálisis no reúne las condiciones de objetividad que proporcionen una garantía adecuada al tratamiento de las enfermedades actuales. Pero, escribe Menassa, hay una contradicción y hasta una cuota de cinismo imprescindible para sostener cualquiera de estas dos posiciones, porque... ¿qué psicoanalista, más allá de sus ambiciones teóricas no quiere curar cuando trabaja? Y ¿qué médico podría honestamente negar el rotundo fracaso de la medicina para comprender y resolver los trastornos neuróticos, las patologías psicosomáticas, las evoluciones absolutamente dispares de una misma enfermedad bajo idéntico tratamiento? En lo que llamamos período precientífico respecto de la formulación del concepto de inconsciente que inicia la ciencia psicoanalítica en 1900 con la obra “La interpretación de los sueños”, Freud produce la primera herida narcisística en el pensamiento médico de la época, a propósito de su experiencia en las pacientes histéricas, ya que atribuye a los sentimientos, a las emociones, la capacidad de enfermar al organismo. Sostiene que hay una energía afectiva, que al no encontrar un modo propio de descarga, es capaz de derivarse en una inervación somática y producir modificaciones funcionales en el cuerpo biológico. Las maniobras médicas, las técnicas psicológicas o psiquiátricas tienden a acallar al síntoma, a hacerlo desaparecer, sin considerar que si lo que pretendo es acallar, estoy reconociendo en negativo que el síntoma es un grito sin decir. El psicoanálisis se plantea transformar el grito en palabra, trabajar la grieta sintomática, escucharla, porque allí apuntan la miseria y la grandeza de un sujeto singular. Cuando Sigmund Freud escribe, en algún párrafo de su nutrida correspondencia: “Hoy por hoy, soy el paciente que más me preocupa”, está diciendo en otras palabras que la Historia del pensamiento de la Humanidad está dando un paso que requiere que a medida que él lo va produciendo, se prepare también para ello. Es decir, el psicoanálisis del psicoanalista, piedra fundamental que diferencia la práctica analítica de toda técnica psicológica o psiquiátrica y de cualquier maniobra médica. Releyendo las palabras de apertura del VII Congreso Internacional “Las patologías de fin de siglo”, que se desarrolló en Buenos Aires en 1998, el funcionario de la Secretaría de Salud Pública que las pronunció cerró su alocución diciendo: “El psicoanálisis está vivo”. Me dio esperanzas aquella vez y hoy se renuevan, pero aclarando que no sólo está vivo sino que es aún muy joven, teniendo en cuenta que la medicina le lleva una ventaja de 2.400 años, si le damos señal de partida con Hipócrates, siglo X a.C., aunque es todavía muy anterior. Considerando entonces su juventud, la ruptura que produce en el pensamiento contemporáneo, su imposibilidad de asimilación a los modelos ideológicos del Estado y a los poderosos intereses, por ejemplo, de la industria farmacéutica, es comprensible que el siglo XX le haya dedicado grandes desvíos y fuertes resistencias. Psicoanálisis y Medicina, sin exclusiones ni protagonismos o papeles secundarios, articulación que promete una Medicina más lúcida, más humana y eficaz. Tomo prestada de su último libro una reflexión del Dr. Carlos Fernández que sugiere no olvidar que Sigmund Freud, Jacques Lacan y Miguel Menassa fueron, desde un principio, médicos. También él mismo, quien les habla y muchos otros. Trabajaremos arduamente para multiplicarnos.
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Se repite en muchos textos sobre Medicina Psicosomática que Freud no se ocupó de estas cuestiones. Es cierto que no utilizó término, pero cuando se lee su obra detenidamente y con el interés de estudiar este tema, nos encontramos con unas estructuras, que son las neurosis actuales (a las que Freud también llamó estado neurótico corriente), entre las que se incluirían la neurastenia, neurosis de angustia y la hipocondría, que nos pueden prestar excelentes servicios para el estudio de la psicosomática. Para hablar de psicosomática tenemos que volver a lo no leído Freud, a lo no trabajado. La teoría en psicoanálisis es clínica, esto quiere decir que no es posible un abordaje clínico sin una teoría que sustente ese abordaje. Las enfermedades que la Medicina considera psicosomáticas, son siete, según la Escuela de Chicago: Asma, HTA, úlcera péptica, C.U, Tirotoxicosis, Neurodermitis y Artritis reumatoide. Todas ellas son enfermedades crónicas, para toda la vida, incapacitantes, que cursan en brotes, y que pueden provocar, en sus complicaciones, la muerte prematura del sujeto. Por eso, si hago un diagnóstico de una de ellas, eso supone un pronóstico, comprende al menos la cronicidad. Seguir los pasos que Freud dejó señalados en sus textos y que Lacan recogió en parte, teniendo en cuenta que ambos eran médicos, permite, sólo por la concepción de la enfermedad que tiene psicoanálisis, pensarlas como potencialmente curables. La práctica de un médico, de un psicoanalista, se sostienen por una teoría. Jamás curarán una enfermedad que la teoría ha considerado incurable. En Medicina es común la frase: no hay enfermedades, sino enfermos, para señalar la distancia que puede haber entre un cuadro clínico descrito en un libro y los distintos pacientes que padezcan enfermedad. Con el psicoanálisis podríamos pensar que hay enfermedades como entidades nosológicas (de conocimiento) descritas en los textos y que hay "estar enfermo", no se trata de un ser. Quizá lo más acertado sería hablar de procesos del enfermar. Procesos quiere decir que enfermarse cuesta un trabajo, que si hay procesos del enfermar, hay procesos de curar, y que haya un proceso indica que hay un sujeto implicado. Además, la salud para el psicoanálisis es algo a producir. Si determina el pasado, mis frases anteriores, sino que determinan mis próximas frases, no puedo tener ningún pronóstico prefijado, psicoanálisis, el diagnóstico -a diferencia del que se realiza medicina- no se realiza a priori, no es necesario diagnosticar para tratar. El tratamiento siempre es el mismo: psicoanálisis -y a la vez único para cada paciente- y el diagnóstico es simultáneo al tratamiento. De manera que, cuando llego al diagnóstico, que además no me interesa decírselo al paciente, ya no es eso, ya se ha transformado.
Esto para mostrar que el diagnóstico no se hace por
síntomas, no se diagnostica de psicosomático al paciente porque
traiga un informe médico en el que dice: úlcera gástrica. Quizás
una histeria, que tan bien remeda tantos procesos. Sólo se sabrá
después. Sólo se sabrá cuando el sujeto se despliegue en el curso
su análisis. Si no hay diagnóstico previo, no puede haber pronóstico
previo (juicio previo, arte adivinatoria, ejercicio de futurología,
lo llaman algunos textos de medicina), o al menos el pronóstico,
puede ser el mismo que el de la medicina. Porque además, el ser
un ser de significancia, nada es para siempre, el sujeto se
construye
cada vez, las estructuras no son inamovibles, son posiciones
sujeto en el lenguaje. Por otro lado, tenemos que pensar que en todo
sujeto se puede leer una normalidad, una estructura de fachada, Planteamos que la psicosomática sería otra estructura psíquica. para leer esta estructura habíamos dicho que íbamos a ir a leer que nos decía Freud con respecto a las neurosis actuales (neurastenia, hipocondría, neurosis de angustia). Las estudia de manera paralela a las neurosis de transferencia (fobia, histeria de conversión, neurosis obsesiva).
Él había descubierto que en la producción de la histeria y la
neurosis
obsesiva, nos podía servir como modelo el sueño: el síntoma
histérico o el neurótico utilizaba para su producción los mismos
mecanismos psíquicos que utiliza el sueño: condensación,
desplazamiento
(un ejemplo de efecto de condensación es la formación
personas mixtas: un personaje de un sueño que comparte rasgos
distintas personas conocidas por el soñante, representándolas
todas ellas y para que haya condensación es necesario que haya
desplazamiento, que el afecto se pueda desplazar de una
representación
a otra representación, por eso en el sueño las cosas aparentemente
más nimias son las más importantes, es un efecto de desplazamiento
que aparezcan como nimias, sin importancia). En
síntoma hay, como en el sueño, realización de deseos. Una primera
diferencia entre las neurosis de transferencia y las neurosis |
Freud nos señala otras diferencias: las neurosis actuales tienen que ver con la función sexual actual (es condición sine qua non en las neurosis actuales que haya una alteración de la función sexual actual del tipo de la abstinencia, coitus interruptus, en general de inhibiciones de la función sexual), mientras que las neurosis de transferencia tienen que ver con la sexualidad infantil actual en el sujeto. La pulsión no se puede reprimir, sin embargo, toda la estructura psicosomática está jugada en eso: en demostrar que se puede sin pulsión. Esto se puede ver en el discurso del sujeto, en tanto describe la realidad con una precisión fotográfica, pero no se implica.
Es como un discurso sin sujeto. Por ejemplo, va a una exposición
de pintura y cuenta: había treinta cuadros, eran cuadrados, unos
más grandes que otros. No está implicado en las frases. Freud nos dice que lo que le pasa a los pacientes con neurosis actuales, es que no pueden elaborar los estímulos somáticos por vía psíquica, es decir, que ante un estímulo somático, sólo se puede la derivación somática, esto termina produciendo lesión corporal. En la histeria, sin embargo, habría una imposibilidad de derivar los estímulos psíquicos por vía psíquica, por eso decimos que el síntoma histérico es la marca de una frase en el cuerpo, una frase, un estímulo psíquico, no puede elaborarla por vía psíquica y la elabora por vía somática, hace la parálisis del brazo, por el mecanismo que conocemos como conversión [En el ejemplo de Cecilia M, un caso de histeria, que padecía una neuralgia (dolor)]. Una tercera estructura, que sería la melancolía (o depresión), nos mostraría una incapacidad de derivar los estímulos psíquicos por vía somática. Todo es elaborado por vía psíquica. Mientras que la histeria está mediada por el sistema nervioso somático: el que nos permite la motilidad voluntaria y la sensibilidad, las enfermedades psicosomáticas son enfermedades mediadas por el sistema neurovegetativo (aquél sistema que se ocupa de regular funciones como la respiración, el ritmo cardiaco, la digestión, y que escapa al control voluntario). Dentro de las neurosis actuales, la hipocondría, la neurosis de angustia y la neurastenia, los síntomas de la neurastenia son compatibles con la activación del sistema parasimpático, sistema que nos prepara para el reposo, exceptuando el estreñimiento (aunque esta variación podría estar en relación con que es el aparato digestivo uno de los raros lugares donde el sistema nervioso parasimpático ejerce una función activadora, siendo en la mayoría de otros órganos una acción inhibidora de la función), en general, podríamos decir que en la neurastenia hay una tendencia a disminuir la función (fatiga, sensación de asco, dispepsia flatulenta, estreñimiento, parestesias espinales, debilidad sexual), mediada por el sistema nervioso autónomo, mientras que en la neurosis de angustia hay una tendencia a la activación exagerada de la función, mediada también por el sistema nervioso autónomo (taquicardia, sudoración, taquipnea, excitabilidad), en general por el sistema nervioso autónomo simpático, sistema que nos prepara para la huída, excepción hecha de la diarrea, por los motivos ya explicados para el estreñimiento.
Alejandra Menassa de Lucia.
Psicoanalista-Médico
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NUESTRA ACTITUD La actitud convencional del hombre civilizado ante la muerte, queda complementada por nuestro derrumbamiento espiritual cuando la muerte ha herido a una persona amada, al padre o a la madre, el esposo o la esposa, un hijo, un hermano o un amigo querido. Enterramos con ella nuestras esperanzas, nuestras aspiraciones y nuestros goces; no queremos consolarnos y nos negamos a toda sustitución del ser perdido. Nos comportamos como esas tribus que mueren cuando mueren aquellos a quienes aman. Cuando esto ocurre, esta actitud ante la muerte, ejerce una poderosa influencia sobre la vida. La vida se empobrece, pierde interés, cuando la apuesta máxima en el juego de la vida, esto es, la vida misma, no debe ser arriesgada. Aparece un temor excesivo ante la vida, por el miedo a la muerte misma y nos paraliza la preocupación de quién sustituirá al hijo al lado de la madre, al esposo junto a la esposa y al padre para con los hijos, si sucediera una desgracia. A diferencia de la ficción de las películas o de las novelas, es demasiado triste que en la vida pueda pasar como en el ajedrez, en el cual una mala jugada pueda forzarnos a dar por perdida la partida, con la diferencia de que en la vida no podemos empezar una segunda partida de desquite. En las guerras la muerte no se deja negar, tenemos que creer en ella. Los hombres mueren de verdad, y no ya aisladamente sino muchos, decenas de miles, a veces en un día. Si dividimos en dos grupos, tenemos aquellos que dan su vida en el campo de batalla frente a otros que permanecen en sus casas y sufren el temor de perder algún ser querido por herida o enfermedad. Entre las actitudes del hombre primitivo podemos pensar que adoptó frente a la muerte de los demás, un extraño o un enemigo, una actitud radicalmente distinta de la que adoptó ante la suya propia. La muerte de los demás le era grata, suponía el aniquilamiento de algo odiado y no tenía ningún reparo en provocarlo. El ser humano primitivo era un ser extraordinariamente apasionado, más cruel y perverso que otros animales. Se complacía en matar, considerándolo como cosa natural. No podemos atribuirle el instinto que impide a otros animales matar a seres de su misma especie y devorarlos. En la historia de la Humanidad, domina la muerte violenta. El oscuro sentimiento de culpabilidad que pesa sobre la Humanidad desde los tiempos primitivos y que en algunas religiones se ha condensado en la hipótesis de una culpa primaria, de un pecado original, no es probablemente más que la manifestación de una culpa de sangre que el hombre primitivo echó sobre él. La doctrina cristiana nos induce a pensar que si el Hijo de Dios tuvo que sacrificar su vida para redimir a la Humanidad del pecado original, este pecado tuvo que ser, según la ley del Talión, una muerte, un asesinato. Sólo esto podía exigir como penitencia el sacrificio de una vida. Y si el pecado original fue una culpa contra Dios Padre, el crimen más antiguo de la Humanidad tuvo que ser un parricidio, la muerte del padre primordial de la primitiva horda humana, cuya imagen mnémica fue transfigurada en divinidad. La muerte propia era seguramente, para el hombre primitivo, tan inimaginable e inverosímil como todavía hoy para cualquiera de nosotros. Sucedió cuando el hombre primitivo vio morir a algunos de sus familiares, su mujer, su hijo o su amigo, a los que amaba, seguramente como nosotros a los nuestros, pues el amor no puede ser mucho más joven que el impulso asesino. Con todo su dolor, pensó que también él podía morir y todo su ser se rebeló contra ello; cada uno de aquellos seres amados era, en efecto, un trozo de su propio y amado yo.
Miguel Martínez Fondón. Médico-Psicoanalista |
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Ante la pérdida de una pieza dentaria,
cada vez son más las personas Las posibilidades son cada vez mayores, los límites de la Implantología se desestructuran, van cayendo a paso agigantado muchas de las fronteras biológicas que condicionan la colocación de implantes y prótesis implantosoportadas. La situación cambia radicalmente y pacientes que tenían que esperar un año o más para que se le colocará su prótesis sobre implantes, ahora la pueden llevar desde el primer día, es decir, Restauración Inmediata o Carga Inmediata. RESTAURACIONES UNITARIAS NO ESTÉTICAS (A propósito de un caso) Nos referimos a restauraciones no estéticas, cuando se trata de sectores posteriores, es decir, dientes que no se ven o se ven muy poco y por lo tanto no afectan a la estética del paciente, es decir, molares. En estos casos no se hace carga inmediata (colocación de la prótesis, con contacto oclusal, sobre los implantes el mismo día de su colocación). No se carga para salvaguardar la integridad del implante y el proceso de osteointegración implante-hueso. La restauración inmediata (colocación de una corona sobre el implante el mismo día de su colocación; pero sin oclusión, nos aseguramos de que no contacte en ningún momento con los dientes de la arcada antagonista) no suele utilizarse tampoco, ya que, los molares ejercen fuerzas muy intensas y cuanto más lejos quede el implante de estas fuerzas mejor.
El hecho de que sea una zona no estética nos permite prescindir
Sin embargo, si que se puede evitar la segunda cirugía con unos
aditamentos especiales (pilares de cicatrización) de tal forma que
no haga falta a la hora de atornillar la prótesis volver a utilizar
el
bisturí, y será esta la técnica que utilizaremos en el siguiente
caso
-Edad: 57 años
Evaluación clínica
Modelos de Estudio
T.A.C Fotografía tomada a los 15 días de la cirugía. Se puede ver el pilar de cicatrización que emerge de la encía. Si desatornillamos este aditamento y lo levantamos debajo encontramos el implante. Agradecimientos
Ya hace más de un año de la primera publicación de contenido
odontológico en Extensión Universitaria. Los artículos han sido de
contenidos diversos, aunque tienen algo en común: Les agradezco enormemente su trabajo.
Fabián Menassa de Lucia. Odontólogo |
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