Sumario

POESÍA, PSICOANÁLISIS, LOCURA (III)
Cali, Colombia, 1979
M. O. Menassa

Poesía, Psicoanálisis,
Locura (I)
Poesía, Psicoanálisis,
Locura (II)
Poesía, Psicoanálisis,
Locura (III)
Poesía, Psicoanálisis,
Locura (IV)
 
El deseo como corazón del sujeto
Sobre las relaciones de pareja
Histeria Caso Dora
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Ya que no hay tan totalmente significante, significado, como no hay totalmente, imaginario, real, simbólico. Que solamente simbólico, eso es, por imposible, neurosis obsesiva.

Y sin embargo, a pesar de los esfuerzos del racionalismo, el límite es impreciso. Entre las llamadas enfermedades mentales, incluyendo entre ellas la normalidad, los límites no son precisos, porque no se trata de ninguna cantidad, ni de ninguna calidad, se trata simplemente de posiciones en el sistema inconsciente, que por posiciones, mutables, tantas veces como sean necesarias para el sistema.

Sería necesario un salto en el vacío para poder decir que la necesidad, la demanda y el deseo, y a pesar de todos los esfuerzos no llegan, todavía, a ser necesidad, demanda, deseo, humanos. Porque cachorro animal, se pretende transformarme en humano, en el seno de una familia, navegando entre mis relaciones de parentesco, algún día seré un hombre. Y sin embargo sé que no es precisamente la locura lo que el hombre hereda de lo animal, sino precisamente, quiero decir, las relaciones de parentesco. Es decir que una concepción psicoanalítica de la locura, necesitaría una concepción psicoanalítica de los psicoanalistas y una concepción psicoanalítica de la formación de los psicoanalistas.

Ayer, al terminar, leí un escrito denominado la locura, con la esperanza, según dije, que después de tanta realidad hoy podría-mos hablar del deseo inconsciente. Espero no equivocarme nuevamente al decir que el escrito que leeré ahora, denominado La razón, es para mostrar que, en este siglo, Ella, La razón y Dios, son la misma persona:

LA RAZÓN*

Cada vez nuevas palabras marcan el ritmo de lo desconocido.
Cada vez nuevas palabras,
nuevas combinaciones,
vidas sin imaginación,
me alejan de la muerte.
Palabras que no termino de colocar en el lugar correspondiente.
Palabras inauditas e inesperadas me hablan de lo desconocido y,
sin embargo,
no temo escribirlas.
Todo me pasa cuando termino de escribir.
Siempre hay algo en lo que escribo que no me termina de
gustar.
Siempre hay algo en lo que escribo doloroso para alguien.
Siempre alguna coma,
algún punto.
Alguna detención en general,
me resultan innecesarios y, sin embargo,
estoy lleno de interrupciones.
Quiero decir,
según pensamientos de escritos anteriores, lleno de
heterosexualidad.
Y la verdad no sé, para qué, quiero tanta.
Se mezclan entre la pureza de las palabras,
grises y arrogantes, seguros de sí mismos,
los pequeños actos cotidianos:
Los planes increíbles a los cuales uno se tiene que someter para
comer todos los días.
Los maquiavélicos pensamientos con los cuales me reúno
diariamente,
para poder darle un beso a una mujer.
Entre los furgones,
entre los carbones cotidianos y las diarias cenizas de la carne,
vagones incontenibles de mierda y los panes crujientes,
sobre la mesa.

Todo es universal.
La guerra también.
Y uno sin darse cuenta,
comiendo y bebiendo,
caminando tranquilamente por la ciudad de la mano de alguno
de sus hijos,
se va poniendo,
digo,
sin darse cuenta todo de un color.
Termina,
insisto,
sin darse cuenta,
amando ciertas palabras,
odiando ciertas palabras,
en fin,
combatiendo alocadamente.
Y yo,
no quiero combatir.
Estoy en contra de la guerra.
Y sin embargo lo sé,
carezco de poder para "implantar la paz".
La paz,
exactamente igual que la guerra,
algo que otorgan y quitan los poderosos.
Darse cuenta de la falta de poder para la paz,
de la falta de valentía para la guerra,
también es doloroso.
Si no puedes la paz,
si te asusta la guerra,
te dejan,
-siempre en todos los casos-
fuera de la vida.


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2589)>

Y tampoco,
quiero quedarme fuera de la vida.
De pequeño aprendí,
que defenderse formaba en todos los casos parte de un plan,
que defenderse no era algo que les pasaba sólo a los miserables.
Morir en definitiva,
en estos sistemas de vida que se vienen programando,
más que un deseo, es una orden.
En consecuencia,
las palabras pronunciadas nos indican que también nosotros
estamos en guerra.
Uno contra el otro,
otro contra el uno.
El poeta, a veces, sabe lo que dice.
Y teniendo en cuenta que los cataclismos se producen,
tanto en las grandes guerras como en las guerras pequeñas,
propongo como nueva forma de vivir:

LA GRAN GUERRA,
una guerra de las palabras contra la biología,
contra la física moderna.
Basta de llantos matinales.
Basta de amor,
porque el amor es todo nuestro.
Es hora de zarpar,
el mundo nos espera.
Psicoanálisis y Poesía,
dos interesantes miradas sobre la vida de los hombres,

que como toda mirada,
única o doble,
(ya que el doble es consecuencia y máscara de la dialéctica de
lo único)
son suficientes.
En ellas,
todo cierre es tan sólo una nueva metáfora.
Quiero decir,
en ellas,
todo es infinito en los contornos de un universo finito.

Dos miradas extraviadas en ser,
siempre una novedad
y sin embargo,
hablar solamente,
escribir solamente,
dos formas privilegiadas de lo único.
Por ahora,
psicoanálisis-poesía,
dos grandes y corpulentos valles de lágrimas.
Por ahora,
todo es dolor,
todo,
crítica punzante.
Por ahora, debemos decirlo,
nadie aprueba los exámenes.
Psicoanalistas y Poetas,
hay pocos.
He descubierto y aunque para mí tal vez ya sea demasiado tarde, lo digo:
El mundo acontece fuera de mí.
Y no es tan fácil como parece, se trata
de un descubrimiento: el mundo no sólo acontece fuera de mí, sino también,
fuera de los otros.
Quiero decir,
que más allá de nuestros cuerpos,
que más allá de la longitud de la mirada
-campo perfecto de nuestro gran amor-
el mundo no existe.
El mundo más allá de nosotros,
también es un deseo.
Y aunque mis intenciones son decir siempre la verdad,
me voy dando cuenta, con el correr de los siglos,
que el camino hacia lo cierto,
es sólo un desvío en el camino hacia la nada.

* (Del libro ¿Perversión? o ¿La muerte de la palabra? y Psicoanálisis del amor. Editorial Grupo Cero. Diciembre 1978).
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