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La formación de síntomas en la neurosis
La ambivalencia en la neurosis obsesiva
De nuestros antecedentes
Marx
Capítulo II.- El proceso del cambio

Menassa
Ins. Sup. de Ciencias Agropecuarias de La Habana

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DE NUESTROS ANTECEDENTES

MENASSA

INSTITUTO SUPERIOR DE CIENCIAS
AGROPECUARIAS DE LA HABANA
Cuarta Conferencia (5 de abril de 1995)

(Viene del nº 104)

-Yo quisiera preguntar, usted habló de que los mecanismos que producirían que una persona que era normal y que a partir de todos estos fenómenos que estudiamos, eso se tradujera en la normalidad y en el desarrollo, etc, o se tradujera en la patología, ya sea somática o psíquica, eran los mismos mecanismos, y el problema era un poco cómo los mecanismos actuaban en un sentido o en el otro, y digo si alcanzaría el tiempo, para tratar este problema tan complejo, que realmente es sumamente complejo.

- Es toda una ideología respecto al fenómeno psíquico, en el sentido de que no hay una diferencia cualitativa entre el neurótico y el psicótico, o entre neurótico y normal, para no hacerla grave la diferencia, porque si hubiera una diferencia de calidad, el neurótico no sería curable.

Y mucho menos por el tratamiento psicoanalítico, porque es un tratamiento por la palabra. No hay una diferencia, no es que el neurótico tiene un aparato psíquico diferente al normal. Su aparato psíquico es el mismo: consciente-inconsciente, superyo-ello-yo. Procesos inconscientes, procesos conscientes, represión, negación. Igual que el normal. El normal también tiene esos mecanismos.

Vuelvo a insistir, yo los seduzco para que ustedes me escuchen, y después les hablo, una vez que les tengo atentos, les hablo.

Bueno, en la histérica está el mismo mecanismo, ella lo seduce para que usted la escuche, pero cuando usted está escuchando, ella no le dice nada. En un caso, yo soy un buen profesor, porque cuando usted me escucha, yo le hablo y en el otro caso es una chica histérica, porque cuando usted la escucha, ella no le habla.

Es decir, esto es muy importante comprenderlo, porque yo creo que la psiquiatría no comprende, porque la psiquiatría piensa que hay una degeneración del sistema nervioso en el neurótico, en el psicótico. No, en lo que nosotros insistimos es en que no hay ninguna degeneración, en que están las facultades totalmente en orden pero que hay psicosis, que están las facultades totalmente en orden pero hay neurosis, por lo tanto, es por eso que puede haber rectificación.

Yo diría, es un error de apreciación, el del neurótico, porque vuelvo a insistir, que si ustedes se van a su casa y piensan, van a ver cómo todos tienen algún ritual obsesivo. Todos. Directamente, vayan a su casa y miren la ropa interior que tienen y van a ver si está dentro de una franja de colores, eso es un ritual. Pero un ritual, que a nadie podemos condenar, porque tenga bragas blancas, que es una neurosis obsesiva. Sin embargo, es un ritual, tiene una cosa con el color blanco, y tiene otra cosa con el color negro que no sé que le produce, eso es un ritual, es un ritual de evitación.

Piensen lo de la comida, por qué uno se come medio kilo de arroz, y no le hace nada, y otro se come medio kilo de arroz y empieza a engordar, a engordar, bueno porque tienen cosas psicológicas puestas en la comida, igual que el neurótico obsesivo, pero eso no alcanza para decir que una persona está enferma.

-Por el proceso de conversión, de transformación de este mecanismo en el proceso patológico.

-Bueno, son cuestiones de frases. Ayer yo daba el ejemplo del fantasma, y el fantasma es una frase. Nosotros estuvimos viendo por lo menos uno, el de la chica que dice: “me quieren violar”, entonces toda su vida está organizada alrededor de “me quieren violar”, por lo tanto, encuentra violadores, encuentra víctimas de la violación..., pero cuando ella cambia su frase, su fantasma mediante el análisis, por supuesto, “me quieren violar”, lo transforma en “quiero ser poseída”, cambia totalmente su vida, ya no se encuentra con violadores, ya no encuentra víctimas de la violación, encuentra otro tipo de personas en su vida, cambia su vida radicalmente. Es una cuestión de la frase. Cuando uno dice “usted está sometido a su madre”, no es que uno esté sometido a su madre, está sometido a una frase que su madre le dijo, cuando usted era muy pequeñito, y ahora tiene cuarenta años y sigue sometido a esa frase, “no tomes tres vasos de leche, que te vas a intoxicar”. Entonces, nunca más pude probar ni la leche, ni ningún derivado de la leche. Pero esa es una frase que mi mamá dijo cuando yo tenía tres años.

O estos niños que son todos tan malos; me pegan, me maltratan..., porque yo pienso como mi madre me dijo una vez que le hice una picardía, que los hombres eran malos, son frases.

Yo creo que es muy difícil de pensar, porque es tan sencillo. Porque nadie puede creer que se ha torturado toda su vida por una frase.

Eso no lo puede creer nadie, pero en la medida en que lo vayamos creyendo lo vamos a poder transformar.

-Profesor yo lo que le voy a sugerir es la aplicación del psicoanálisis en lo que sería ya la crítica literaria, ya sé que usted no es partidario, pero sin embargo sé que hay estudiosos que aplican el psicoanálisis al análisis de otros, partiendo por ejemplo de la repetición de determinados elementos estilísticos, de determinados elementos lingüísticos que podían ser constantes, o lo que le llaman metáforas, y símbolos constantes, en general que podemos descubrir eso, supone, en la que pudiera haber una asociación o en la vida de los sujetos. Sabemos que la crítica literaria es mucho más amplia, sabemos que ve la influencia de la época, la influencia del medio y que no todos los críticos... yo quería que usted me dijera su criterio.

- Sí, yo te voy a dar un ejemplo, yo te voy a decir mi criterio. Por ejemplo, nosotros damos clases de retórica, esto es lo mismo, pero jamás se nos ocurriría coger un poema y decir, “aquí hay dos negaciones, aquí hay dos interrogaciones...”, jamás se nos ocurriría. Aunque creemos que cualquier poeta y que cualquier escritor que escuche las clases de retórica, sin necesidad de aprenderse ninguno de los términos de la retórica, con el tiempo escribirá mejor, aunque tengamos ese pensamiento.

Así como pensamos, un poeta que se psicoanalice, escribirá mejor, pero de ahí a que valga, el análisis psicológico, el análisis psicoanalítico de la obra, a mí me parece una exageración del método.

Yo no digo que no exista, yo no digo que no haya gente que lo haga, por ejemplo, los franceses seguro que lo hacen, perfecto, pero los franceses hacen cada cosa... A ellos les gusta, son un poco intelectuales, pero hay que tener mucho cuidado porque primero de todo, no puedo psicoanalizar si no hay asociación libre, entonces, ven que ya estoy haciendo un análisis, un psicoanálisis mutilado de la obra, un psicoanálisis donde me falta la asociación libre, que es fundamental.

Ningún buen psicoanalista habla, hasta que el paciente asocia libremente, aunque le esté contando la pura verdad, la pura verdad tiene que estar asociada. Lo que pasa que está bien que se haga, yo no estoy en contra de que se haga, digo que a mí me parece como el análisis retórico. El análisis retórico hay gente que lo hace también, pero si yo hago un análisis retórico para publicar la crítica de un libro, de una revista, no me la publican, porque no la entiende nadie, y además de no entenderla nadie la crítica retórica, tampoco pasaría eso con el psicoanálisis, porque éste permite comprender el tratamiento de un paciente porque está la asociación libre del paciente, entonces yo muestro cómo en lo que el paciente dice está la interpretación. No digo que no se haya hecho, hasta Freud lo hizo, Lacan, todos, yo lo hago, pero digo que tiene ese riesgo.

Es psicoanálisis aplicado, lo primero de todo es que tendrá que haber una teoría, que los críticos literarios no quieren ni poner a trabajar. Tendrá que haber una teoría donde con el instrumento psicoanalítico, importado de las ciencias psicoanalíticas, teorías del inconsciente, represión..., ahora trabajo la obra literaria, y genero una nueva ciencia. La ciencia de la crítica literaria, pero todos son ideólogos, que pretenden utilizar instrumentos científicos, sin dar cuenta de los instrumentos científicos que utilizan, no digo que esté mal, digo que hay que hacer una teoría de la crítica literaria, utilizando el concepto inconsciente, dentro de la toería de la técnica literaria. No digo que esté mal hacerlo, ni digo que no se tenga que practicar, digo que tiene esas dificultades. Nosotros preferimos psicoanalizar a los poetas, no a las obras. Eso es muy importante, y eso es una diferencia radical con los franceses.

Para encontrar un caso clínico en los libros de los psicoanalistas franceses, sabes cómo te tienes que arremangar, sólo los genios, Lacan, los otros hablan de psicóticos que van a la consulta solos. Un psicótico que va a la consulta solo a las 5 h en punto de la tarde no es un psicótico, es una persona nerviosa. Cómo va a ser un psicótico y va a ir en punto todas las tardes, a la consulta del médico, y va a tomar el autobús, y se va a bajar del autobús, y va a pagar el autobús, y va a tocar el timbre en el 3º C, ni hablar, ese no es un psicótico. Sin embargo, ellos lo hacen aparecer como psicóticos en los libros, por eso digo que hay una cosa intelectual en esos textos que uno tiene que tener en cuenta.

Me parece que hay que hacer una teoría de la crítica literaria, no hay una teoría de la crítica literaria.

Tiene que haber una crítica literaria, donde ahora yo incluyo dentro de la crítica literaria, la teoría del inconsciente, eso sí puede ser, pero eso es ya psicoanálisis aplicado. No es psicoanálisis.

También pasa con las ideologías, no hay científicos trabajando en las ideologías con el instrumento inconsciente, pero, mientras apliquen mecánicamente el inconsciente en la ideología, estarán equivocados. Tendrán que poder construir una teoría de las ideologías que tenga en cuenta el procesamiento inconsciente. Eso todavía no se ha conseguido.

Pero están trabajando, yo estoy de acuerdo en que estén trabajando, sí.

-Una pregunta, me acordé de una investigación que están haciendo recientemente acerca del papel de la psique en las enfermedades, como el sida, por ejemplo, bueno yo creo firmemente que hay un ingrediente psíquico en esta enfermedad, y hasta dónde se ha llegado, porque esto es una vivencia, alguien que conozco murió de sida, y yo a veces pienso que no tenía que ser necesariamente, a veces incluso enfermedades biológicas, incluso genéticas pudieran haber sido psíquicas. Hay un paciente de allí que yo lo llevé, que me hacía plantearme estas cuestiones, muchas veces se me quedaba mirando, y veía que tenía muchas preocupaciones y traumas, tenían vivencias ellos, en su casa tenían muchos problemas, preocupaciones, incomprensión y hasta incluso, digamos en su vida anímica sobre su persona que no le daba estabilidad..., entonces, no sé si nosotros podemos establecer un equilibrio entre el consciente y el inconsciente, o si es realmente el inconsciente lo que predomina en la persona, ¿hasta dónde usted ha llegado...?


Rostro de la muerte III de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo, 60x60 cm.

-Tú me haces una pregunta como al revés, yo te la voy a invertir la pregunta, te muestro cómo por ejemplo en el cáncer hay investigaciones muy serias, ¿cómo empezaron las investigaciones sobre el cáncer? Empezaron porque hay cánceres que te matan a los 45 días, pero había personas que no se morían a los cuarenta y cinco días; hay cánceres que no vuelven para atrás ni locos, y resulta que había personas que los cánceres volvían para atrás, antes de la intervención del médico; entonces, pensaron que había un factor psicológico en el asunto, que había un factor del sujeto, esto en medicina es muy antiguo.

Ya, alrededor del año 1.700, se pensaba que la tuberculosis correspondía 50 por ciento al bacilo de Koch, y 50 por ciento al medio. Es decir, que un 50 por ciento de la enfermedad ya correspondía al sujeto, y al medio del sujeto.

En el año 1.700 ya se pensaba que no era el bacilo el que producía la enfermedad. Esto del cáncer también es así. Lo que se está viendo con el sida ahora, por eso digo que se están abriendo las investigaciones psicológicas, se está viendo que hay seropositivos que nunca enferman, que hay enfermedades que empiezan que no se agravan, que hay enfermos que se los medica y se los mantiene con la medicación, y la medicación no le hace efectos secundarios, hay otros enfermos que se los medica y se acostumbran al medicamento y hay que cambiarles el medicamento, es decir, que hay un montón de causas raras que no corresponden a los medicamentos, ni al tratamiento, ni al virus, que se está tratando de ver cuáles son los factores psicológicos.

Y después, por ejemplo, si se piensa que el sida es una enfermedad autoinmunitaria, como se piensa, ya se ha descubierto, ya se está trabajando hace treinta, cuarenta años con las enfermedades del colágeno. Las enfermedades del colágeno son artritis reumatoide, lupus eritematoso, hay dos o tres más, son enfermedades que se producen por autoinmunidad en las fibras colágenas. Ya se está trabajando, para la medicina no tiene curación, pero el psicoanálisis está curando esos enfermos, desde hace más de 40 años. Ya hay casos escritos, ya hay casos presentados.
Por eso puede ser que el sida tenga un aspecto psíquico, porque no responde como tendría que responder si fuera solamente biológico. No responde como una infección con estreptococos, que les das el antibiótico y el estreptococo desaparece, no responden así.

Responden de una manera rara, peculiar, el cáncer es fundamental, hay cánceres que se han curado sin intervención medica.

El poeta que yo les digo que me influyó mucho, que es Germán Pardo García, fue diagnosticado de cáncer a los 30 años, y él lo resolvió talando todo el bosque que estaba en la casa que su padre, que se había muerto, le había dejado en herencia, y él nunca había ido, toda la casa se llenó de maleza, de bosque, de árboles, entonces él estuvo cuatro, cinco, seis meses, con un hacha matando toda la maleza... y cuando se fue a ver de nuevo, resulta que no tenía más cáncer.

Y no es ninguna magia, es la propiedad psíquica del cáncer, eso es así. Es decir, pensar un ser biológico, con lo que nosotros dijimos desde cuando un hombre se le acerca a una mujer, una mujer se le acerca a un hombre, y hacemos los rituales sexuales que no dan buen efecto, entonces, no podemos pensar un ser biológico, no se puede pensar un ser biológico.

Aquí no lo puedo decir, pero recuerdo hablando del caso, la producción de la célula cancerosa tiene la locura de algunos sistemas de producción, que también habrá algún investigador que sea más inteligente que yo, que tendrá que ver cómo los procesos sociales influyen en determinadas enfermedades.

Porque el hombre no es un ser aislado, el hombre es un ser social por definición, porque si no, no sería un hombre, entonces, me imagino lo de la articulación de las prácticas, se han articulado las prácticas para transformar la sociedad, pero no se han articulado las prácticas para transformar al hombre, la articulación de prácticas, teóricas, científicas, ideológicas, literarias, para transformar al hombre, estamos en ese camino.

La vida vive en mis palabras, el goce en mi voz
y vosotros, tendréis que resolver el acertijo.
Soy una herida abierta que sólo se repite sin dolor.
Soy una pulsación sin ritmo, ni latidos.

Algo del ser que ya no fue, sino representado.
Un hilo de luz en la montaña abierta y desolada,
pero sin que hubiera de haber desolación,
ni montaña, ni hilo, ni tan siquiera luz.

No soy el humo que parte de la llama y se disipa,
ni el grito que se arranca de la garganta para ser,
ni el perfume que escapa de la piel del deseo.

Soy algo del humo, algo de la llama que perdura,
lo que el grito no pudo asesinar de la garganta,
olor vacío de perfumes, agujero de piel, poesía.

Miguel Oscar Menassa
Del libro Siete Conferencias de Psicoanálisis
en La Habana, Cuba

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