Sumario
1974 - Buenos Aires
Editorial Revista “Grupo Cero” Nº 0
 
Poesía y Psicoanálisis
(1971-1991)
20 años de la historia del Grupo Cero
El objeto en psicoanálisis
de Freud a Lacan (I)
Nº 529 - jueves 13 de junio - Año 2013
"Freud y Lacan -hablado- 3. Duelo y melancolía (I)
"Freud y Lacan -hablado- 3. Duelo y melancolía (II)
 
Notas sobre la neurastenia
Las resistencias contra el psicoanálisis
 
Sobre las relaciones de pareja
1988 - Madrid
el Grupo Cero Buenos Aires paseando por la comunidad psicoanalítica de Madrid
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POESÍA Y PSICOANÁLISIS
1971-1991

20 AÑOS DE LA HISTORIA DE GRUPO CERO
Miguel Oscar Menassa

1988 - MADRID
EL GRUPO CERO BUENOS AIRES PASEANDO POR LA COMUNIDAD PSICOANALÍTICA DE MADRID

I

¿QUÉ HACER?

No sé qué camino tomar. No sé si existen los caminos para una vida como la mía. Ahora mismo huiría, lejos de todo, lejos de todos y, de vez en cuando, me diría a mí mismo: ¡Cuánto tiempo ha pasado! Hoy debería extrañar y, entonces, extrañaría y escribiría poemas alusivos a los seres queridos, perdidos.

Todo se va arreglando, las rebuscadas opiniones sobre la muerte, serán leyenda. El delirio supremo de ser otros, se transformará con el correr del tiempo en poesía.

Hoy tengo hastío. Todo lo hecho, todo lo planeado pierde sentido. Estos días me gustaría tumbarme en un diván y hablar como si fuera hoy, aquellos espléndidos días de mi juventud.

Esta noche, eros ha perdido su causa. Buenos Aires me mostró todas las fantasías que puede nombrar un lugar que uno conoció por la boca. Algo que fue mamado, cuando se vuelve a ver, produce deseos sexuales. El ser y los equivalentes de ser se pierden en eso.

Cuando volví en abril de Buenos Aires a Madrid quise reeditar mis hazañas de juventud y todo duró 48 horas. Después el desgano se lo comió todo.

Huellas de un destino enloquecedor, es lo que poseo.

Marcas de una poesía enloquecida, eso es lo que te doy.

Después, el tiempo me dará otras razones, mis poemas serán leídos en los cementerios, en los grandes días de las grandes catástrofes.

Marcas como de fiera herida por la nada.

Huellas de un desequilibrio en movimiento.

Soy mi Patria y, también, soy el cerebro maldito que la descompone.

Amo, junto con Mallarmé, las drogas livianas, aquellas drogas que nos empujan hacia lo Otro. Algún alcohol, alguna pasión de inteligencia. Esos sueños de transformarlo todo en verso.

Esa alucinación donde todo es carne en mi alma.

Una vez escritos los versos, vuelvo a tener todos los miedos posibles, hasta el miedo de que mis propios versos se vuelvan contra mí. Me imagino dentro de 20 años riéndome de todo esto como un condenado y alguien habrá conmigo que se reirá hasta no poder más.

Todo y nada, han gozado en mí y no conozco el amor.

Algún tango, algún verso escrito con soltura, esos son todos mis amores. Toda la emoción posible para la bestia.

Después, aún, todavía, hago el amor y me parezco siempre a los grandes boxeadores de la historia: Todo técnica, todo corazón. Y cuando ella me dice que he estado sublime, yo bajo la mirada y pienso lo difícil que será para otros alcanzar esa cúspide.


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3171)

Marca de lo que ni siquiera es, aún, imposible.

Todo es mañana en mí.

Flores que se iluminarán dentro de cien años.

Poemas que serán vividos dentro de mil.

Toda verdad es verdad de lo que no es. El ser siempre es una apuesta. Siempre una suerte de compromiso de ficción.

Un argumento.

Mujeres que me amarán después de muerto.

Herederas de lo que habré dejado, pero ahora.

Todavía no he muerto y ya estoy en otro mundo. Se ha producido el milagro. La poesía ha desatado para siempre al número de sí mismo. La cifra tiene que ver con que lo que no muere perdura.

Palabra rota, nota despojada de su canto.

Silencio que, al final, lo dice todo.

Tal vez con estas páginas comiencen mis verdaderas páginas negras. Un espacio para poder decir mis pequeñas verdades, mis grandes cosas imaginarias. La desesperanza, el triunfo.

Lo más interesante puede resultar que el que en mí escribe, ha cursado la universidad y ha soportado valientemente las disciplinas de por lo menos tres grandes maestros del alma. He plantado varios árboles, ha tenido varios hijos, he publicado un sin fin de versos, pero ahora vengo por algo normal. El intento de ponerle nombre y apellido a mis productos. Pienso como un loco que si todo lo que he producido tiene, aunque más no sea, el sabor lejano de mi estilo, todo lo producido debe llevar mi nombre y apellido.

Éramos un grupo, ahora somos una institución. Éramos los que hacíamos el amor, somos los que con el amor harán alguna historia.

Y una historia, como sabemos, necesita hombres, jefes, ideas. Algo debe repetirse antes de hacerse historia. Éramos la maravilla ineficaz de ser siempre una cosa diferente. Somos esa repetición que perdurará. Un goce, un verso, algo positivo para la vida.

Tengo mis ideas, si la cosa no puede ser para todos, yo prefiero que por lo menos sea para muchos. Y esto lo pienso no sólo cuando se trata del pan, sino también cuando lo que se pone en juego es el amor o bien, para que resulte fuerte lo que digo, la poesía.

Habrá un vientre que se repetirá a sí mismo para parir lo nuevo, soy ese vientre, como ya lo dije cierta vez, no seré el hombre nuevo sino sólo su madre.

Y hoy quiero cantar esa alegría sencilla, de saber que todo puede ser hecho nuevamente, aún, los instintos. Mucho más fácil debe ser cambiar de amores, de relaciones, de distancias.

 


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3187)

II

PALABRAS PREVIAS A LOS PRÓXIMOS PASOS

Hasta aquí hubo reino y hasta aquí fui un rey sabio, conversador, atento a todas vuestras necesidades.
Hubo reino y hubo misericordia. Fui la madre consoladora.

Devolví la mirada al sordo,
el cuerpo a la histérica,
la palabra al obsesivo.
Fui para el psicótico, metáfora y tedio,
la medida exacta de su discordancia.

Quiero decir que hubo origen y en el origen éramos todos, sanas piedras inmóviles, eternas.

Y no es, precisamente, que os abandone o que ya no me guste reinar, es simplemente que me declaro mortal.

Esta vez el tajo que divide para siempre historia de verdad, soy yo mismo, lo que al morir, se parte.

Alguien ya ha concluído su psicoanálisis en el Grupo Cero y ese soy yo. Mi deuda por lo tanto ha concluido y lo que se abre con ese cierre es vuestro vacío o, para decirlo en castellano, el monto de lo que aún debéis pagar antes de que algo en vosotros concluya o finalice.

Si hay una Escuela Grupo Cero de Psicoanálisis y Poesía, no sois vosotros sino mi discurso o mejor dicho las sugerencias de mi estilo. Y esto vale para todo Madrid, y para todo Buenos Aires aunque en diferentes registros temporales y esa marca común y singular, a la vez, es, precisamente, lo que determina que el sitio Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, es producto efecto, materialización social de mi voz.

Y a nadie le importa, ni siquiera a mí, lo que hagáis con mis palabras con las vuestras, pero no en mi sitio, sino en el vuestro.

Y para que haya eso, vuestro sitio, tendréis que saber que sin estilo no hay transmisión, pero lo que se transmite no es el estilo sino que un estilo transmite aperturas, posibilidades de estilos otros.

Esperando que estas pocas palabras así articuladas, sean suficientes para que vuestra comprensión se abra a los próximos pasos.

Es decir que vuestra escucha cambie, ya que en mis palabras, para una buena escucha Grupo Cero, están los próximos pasos.

II

Y no habrá escuela. Habrá estilo y un estilo no transmite nada, sólo se desarrolla. Para todo aquel que participe de su desarrollo se abre una posibilidad de estilo. Esa apertura es lo que se transmite. Y la transmisión, en estos casos, es autogestionaria.

Y esto en cuanto al psicoanálisis, ya que con la poesía, las cosas están, aún, más oscuras. Los poetas no existen y la poesía es más puta, aún, que LA MUJER y eso, es lo único que sabemos.

Un poeta es en mí, pero toda una lengua así lo ha decidido y, eso, claramente, no se puede transmitir.

Implantaremos la fiesta y luego daremos una nueva leída a todo lo leído y volveremos a escribir, una vez más, todo lo escrito.

Para el Grupo Cero, interpretar no es un verso, ni siquiera un acto, es toda una concepción diferente de la humanidad. El que se anime a este tobogán será Grupo Cero, el resto, todo el resto se tendrá que contentar con ser admiradores o clientes.

Y para ya despedirme hasta la próxima, que sería la cuarta, les relataré un breve encuentro, en Buenos Aires, con una mujer, esclava, me dijo, de un amo francés, en decadencia, buscador de nuevos mercados en América.

La mía, le dije sonriendo, es una inteligencia psíquica. La primera inteligencia producida por la poesía y el psicoanálisis. Soy un diamante envuelto en el arte de morir.

¡Sensacional! me dijo ella, exactamente, como nos pasa a nosotros los lacanianos de Miller.

Le dije, soy el caníbal sangrante de la noche. Me lo comeré todo, después de mis versos, todo será diferente.

¡Sensacional! Repitió ella, exactamente como nos pasa a nosotros.

Intentando alguna diferencia con los franceses, le dije, soy la paloma de la paz herida. La raya negra que la muerte traza en el alma de los hombres.

Bueno, dijo ella, con menos entusiasmo, eso nos pasa sólo a veces. No sé si podré seguirte, no sé, no sé, si podré amarte.

Yo contento, por el establecimiento de un texto diferente, le dije hasta la próxima.


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3183)

LA REVISTA DE PSICOANÁLISIS DE MAYOR TIRADA DEL MUNDO