Sumario
Miguel Oscar Menassa
Psicoanálisis del amor
 
Todos tuvimos infancia
Demencia senil (I)
Freud y Lacan -hablados- 5 (I)
Freud y Lacan -hablados- 5 (II)
 
Sobre las relaciones de pareja
 
40 años de Menassa en España

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PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE MIGUEL OSCAR MENASSA

FREUD Y LACAN -HABLADOS- 5. SEGUNDA TÓPICA

Un nuevo libro de psicoanálisis ha sido publicado, se ha puesto a circular, a partir de ahora será candado y apertura al campo del Otro, un Otro que garantiza la formación de los psicoanalistas. Su posibilidad de ser serio, su seriedad, está presente en ese número 5 que marca con su cifra una serie.
-Hablados- quiere decir palabra en movimiento, textos que han nacido en un lugar: una Escuela de Psicoanálisis y con Menassa en una función significante: como Didacta en dicha Escuela.

Freud pertenece a la historia de las Ciencias, Lacan y Menassa pertenecen a la historia del Psicoanálisis en tanto la materialidad de su escritura ha fundado Escuela. Lacan en 1964 después de haber sido expulsado de la Internacional funda la Escuela Freudiana de París, Escuela que disuelve en 1980 antes de su muerte en 1981; Miguel Oscar Menassa, que ya publicaba desde 1961 y después de años de formación psicoanalítica grupal y siendo médico desde 1969, funda, en Buenos Aires en 1971, el Movimiento Científico Cultural Grupo Cero y en Madrid, en 1981, la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero, donde comienza su formación como Didacta. Era médico y psicoanalista como el mismo Freud y como Lacan, la novedad era una Escuela de Psicoanálisis fundada por un Poeta. Lacan tuvo necesidad de volver a Freud, para Menassa no fue necesario porque como psicoanalista había nacido en Freud.

Este libro está estructurado por lo que determina todo el aparato psíquico: la economía psíquica, regida por la articulación de pulsión de vida y pulsión de muerte, que Freud deja constancia en Más allá del Principio del Placer, 1920, y en El Yo y el Ello, 1923, textos que dan comienzo a este libro, donde se diferencia el bien y lo bueno de lo bello y de lo divino; donde la amenaza de castración y la envidia al pene no son sino recuerdos encubridores, quiere decir que no dejan de ser “la muerte bajo esas formas”.

El psicoanálisis oculta y muestra, a la vez, que el funcionamiento psíquico es complejo y compuesto, que la estructuración tópica, dinámica y económica, están presentes en el sujeto siempre dividido, por ser sujeto después de hablar. Un sujeto que lo es bajo el régimen del principio del placer y el principio de realidad, que mantiene relaciones entre su yo consciente y su yo inconsciente, entre el yo y el Ello, entre el yo y el Superyó, relaciones intrasistémicas y relaciones intersistémicas; donde tanto su libido del yo como su libido de objeto provienen de la libido del sujeto, libido que a nivel económico es una, que como pulsión de vida, junto a la pulsión de muerte rigen y determinan el funcionamiento psíquico.

Sin principio de realidad, sin la puntuación de la pulsión de muerte sobre la pulsión de vida, el deseo no alcanzaría su dimensión de humano, tampoco habría acción y tranformación de la realidad, ni siquiera habría goce y transformación del goce, cuestión necesaria para pensar la transformación del sujeto.

Leemos: “La tendencia vital del instinto es transformarse en lo que fue. Toda la complicación humana, es para no morir en el momento de nacer… sin la complicada experiencia del niño con la madre, el niño moriría. Y sin la intervención, sin el error, sin el vacío, sin la interrupción que se genera, advendría la muerte.”

Y en los siguientes capítulos se abre una nueva dimensión del psiquismo: sin el mecanismo de negación, sin su lógica, no habría inteligencia. No habrá juicio de existencia mediante la negación que funda la realidad si no la recibiera de un juicio de atribución que ya se ha afirmado. Quedando constancia de que no hay negación que no se base en una previa afirmación, si no es a costa de una forclusión.

Texto sobre La negación, de 1925, que va acompañado por el texto sobre Análisis terminable e interminable, indicando que la transferencia y la negación “son las dos condiciones en las cuales el ser se pone en contacto con el mundo sin que el sujeto se dé cuenta de nada.”

“Es decir, la negación es la caída del sujeto en el pensamiento inconsciente”, en la inteligencia inconsciente y la transferencia es la puesta en acto del inconsciente.

Este libro forma parte de la formación de psicoanalistas, porque es inherente a la producción del inconsciente de un Didacta.

Análisis terminable e interminable o acerca de la formación de los psicoanalistas, donde Menassa nos dice: “Y habrá psicoanalista aunque permanezca la roca, pero no habrá fin de análisis. Habrá psicoanalista y marcaremos el fin de análisis porque hay psicoanalista.”

Y es en final de este trabajo, que Menassa, coloca un fragmento de un diálogo que se llama “Los Ciegos”, de Diálogos con Leucó, de Cesare Pavese:

EDIPO: ¿Pero es verdaderamente tan vil el sexo de la mujer?

TIRESIAS: Nada de eso. No existen cosas viles, salvo para los dioses. Hay, sí, fastidios, disgustos e ilusiones que al tocar la roca se diluyen. Aquí la roca fue la fuerza del sexo, su ubicuidad, su omnipresencia bajo todas las formas y mutaciones…

EDIPO: Entonces es verdad que un dios te ha enseñado algo.

TIRESIAS: Ningún dios está por encima del sexo. Es la roca, te digo. Muchos dioses son fieras, pero la serpiente es el más antiguo de todos los dioses. Cuando se oculta bajo tierra, allí tienes la imagen del sexo. Él contiene la vida y la muerte. ¿Qué dios puede encarnar y abarcar tanto?

Ni la muerte ni el sexo tienen representación en el in-consciente, sólo la pulsión representa y de manera parcial, la curva de la realización de la sexualidad en lo viviente, sabiendo que la presencia del sexo en lo viviente está ligada a la muerte. Por eso el sexo y sus significaciones siempre son susceptibles de presentificar la presencia de la muerte.

 

Y después de presentarnos el concepto de inconsciente en su triple complejidad, tópica, dinámica y económica, ayudado por la función poética, “capaz de condensar mil páginas en un verso”, en palabras de Menassa, todo ello puesto en movimiento, ya sea en la formación de un didacta, de un psicoanalista, de un paciente, es decir bajo transferencia, nos acerca a la cuestión de la sexualidad. Una compleja sexualidad que se forja en un proceso discontinuo y en un tiempo recurrente, retroactivo, a posteriori, como escribe Freud en Tres ensayos para una teoría sexual, Aportaciones a la psicología de la vida amorosa y Sobre sexualidad femenina, donde se muestra que lo que no se puede tener no es el falo o el pene, lo que no se puede tener es al otro.

En este libro están las claves de esta compleja sexualidad:

“El psicoanálisis nos dice que la envidia es el sentimiento más prohibido. Se suele decir que todos somos envidiosos, como decimos que todos somos mortales, pero eso no quiere decir que se acepte la envidia o la mortalidad.

Después todavía aparece un sentimiento más prohibido que la envidia, el poder sobre las otras personas. La moral sexual económica no le permite al ciudadano normal tener dinero, entonces para tener dinero hay que ser un ciudadano anormal. Para tener sexualidad hay que ser un ciudadano anormal. Porque el cumplimiento de las leyes lleva a la mujer a ser infiel y al hombre a amar la infidelidad para poder desear. A ella a sentirse perdida por los sentimientos sexuales que tiene, porque están en contra de la moral sexual cultural, y él en lugar de amarla y desearla, sólo quiere salvarla de la ignominia y la prostitución, y llevarla al altar de la pureza… que quiere decir, una mujer que mantiene relaciones sexuales según las leyes impuestas por nuestra moral sexual cultural.”

Y nos habla del orgasmo en la mujer “como un estado psíquico, ella lo tiene siempre y no lo tiene nunca. Débil o espléndido, su orgasmo vive acosado por la vergüenza, acosado por la moral, acosado por la infidelidad y sus castigos, aunque la infidelidad sea imaginaria.”

En cuanto al orgasmo en el hombre, “hacer sinónimo el orgasmo y la eyaculación, reduce la capacidad orgásmica del hombre a su capacidad reproductora.”

Y continúa escribiendo acerca de esta situación: “Con una sexualidad empobrecida se entiende que no se encuentren hombres capaces de poder satisfacer la sexualidad de una mujer. El hombre en lugar de reflexionar sobre su impotencia psíquica, declara anormal o loca, o exagerada la sexualidad de la mujer, por ser imposible satisfacerla, y entonces la reprime.”

“¿Ustedes vieron alguna vez un orgasmo?” Y, aclara, “no se trata de poder el orgasmo sino de pensar sobre el orgasmo, si se tiene o no se tiene, se sufre o no se sufre. Uno se psicoanaliza o toma pastillas para tener orgasmo, pero pensar qué es el orgasmo…”

La formación del psicoanalista pasa no tanto por conocer todas las pasiones sino por pensar acerca de las pasiones, y pensar, para Menassa, Marx o Freud, no es sin escritura.

“Atravesar, perforar todos sentidos conocidos, con el psicoanálisis y producir nuevos sentidos para seguir transformándose es la tarea interminable de un psicoanalista.”

Y en los últimos capítulos, llega el momento de concluir el tiempo para comprender, y nos hablará del proceso de enfermar y del proceso de creación.

Así como se piensa el proceso de enfermar, así se piensa el proceso de la cura, y leemos: "....no es que provenga de la interpretación del analista la curación del paciente. La interpretación del analista abre en el paciente la posibilidad de un nuevo camino que el paciente puede seguir o no seguir. Como pasa con el poema o con el cuadro, no todos sentimos el placer preliminar. A veces tanto miedo tenemos a lo que seríamos capaces de sentir que ni siquiera escuchamos la interpretación o ni siquiera el poeta nos produce el placer estético que abriría en nosotros la posibilidad de un mundo diferente."

El placer preliminar es a la creación como el resto diurno es al sueño: “sin el deseo inconsciente es absolutamente imposible la formación del sueño, pero también es absolutamente imposible sin el resto diurno…. En la teoría de las neurosis sería lo que Freud llama sucesos accidentales traumáticos” o segunda escena. El psicoanálisis formula un tiempo tal que sin la segunda escena no se despierta la primera.

Y respecto a la cuestión ética, Menassa, que fundamentalmente nos habla sobre el habla, sobre la escritura, nos dice: "Aquello que sostiene el sistema inconsciente es un hecho estético, no es un hecho ético… La ética del psicoanálisis es según el sujeto del deseo. Y el deseo no puede tener ninguna ética, porque su estatus es transformarse permanentemente, repetirse permanentemente diferente; y eso no puede ser una ética, eso es una estética.”

Por eso transforma el título de una conferencia demandada por Profesores de la Facultad de Psicología de Buenos Aires: Construcción del espacio creativo… en Producción del tiempo de creación.

En la escritura de Menassa están fundadas las condiciones de posibilidad de transformación, transformación que pasa por las vías de la mujer, del grupo, de la formación del psicoanalista, del proceso de creación, y eso es lo revolucionario, porque la revolución es un hecho de escritura, puesto que sólo lo que está escrito será posible de ser vivido, como bien dice uno de sus versos: Si es posible el poema, es posible la vida.

“Ya sé que no es sencillo” nos dice Menassa, pero después del Psicoanálisis están dadas las condiciones de posibilidad.

Amelia Díez Cuesta
Psicoanalista
607 762 104
ameliadiezcuesta@gmail.com
www.ameliadiezcuesta.com


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3234)

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