Sumario

LA TRANSFERENCIA
Vigencia de
Sigmund Freud

Vigencia de Sigmund Freud (I)
Vigencia de Sigmund Freud (II)
Vigencia de Sigmund Freud (III)
 
El asma y la alergia, y su relación con los otros y el mundo
El rechazo inmunológico al órgano trasplantado
Aproximación a las alteraciones del sistema inmune
Acerca del fetichismo
¿Dónde está la memoria?
La vida vive en la pulsión
La importancia de los talleres de escritura en la formación de psicoanalistas
 
Sobre las relaciones de pareja
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EL ASMA Y LA ALERGIA, Y SU RELACIÓN CON LOS OTROS Y
EL MUNDO

El asma es una enfermedad de las vías respiratorias que se caracteriza por un aumento de la respuesta del árbol traqueobronquial a múltiples estímulos, produciéndose un estrechamiento generalizado de las vías respiratorias, que clínicamente cursa con paroxismos de disnea, tos y sibilancias. Después de cada crisis hay una recuperación ad integrum. Es más característica en la infancia y tiene el doble de incidencia en varones que en hembras. Muchos de los casos se curan con el crecimiento.

Los seres humanos, desde que nacemos, estamos expuestos a millones de agentes externos que conviven con nosotros. Hay millones de microorganismos, pero también, las relaciones entre seres humanos, con los otros semejantes, producen desde la infancia perturbaciones muy diferentes.

El niño, al nacer, lo hace prematuramente. Esto quiere decir que, si no fuera asistido, cuidado y alimentado por otro humano, moriría. La persona que ocupa este lugar frente al bebé va a ser denominada como función madre, que en ocasiones coincide con la madre de ese bebé, pero otras veces no. Lo importante es que, desde el comienzo, necesita del otro para sobrevivir, otro que va a cubrir sus necesidades y al cual va a atribuir un poder máximo, una completud frente a su incapacidad. El nombre que recibe esta madre todopoderosa en psicoanálisis es "madre fálica".

Pero la vida no termina ahí para el infantil sujeto, este crecerá y, en ese crecimiento, se dará cuenta de que la madre, además de desearlo a él, desea a otras personas. Este sencillo proceso en el que la madre le muestra al niño que, además de ellos dos, hay otros, acompañado de la decepción que sufre el niño frente a la madre, se llama castración materna. Y no es que le tengamos que castrar nada a la madre o al niño, es un hecho que se produce a nivel del lenguaje. El padre, generalmente, o cualquier persona que le muestre la ley al niño, ocupará la función padre. Le dirá: "con tu madre no". La decepción sufrida por el niño, momento crucial y fundante en el desarrollo de todo ser humano, está en relación con el Complejo de Edipo/Complejo de Castración. Esta situación edípica queda inaugurada en este acto a través del complejo de castración pero se realiza a nivel del lenguaje y se repetirá simbólicamente, en el lenguaje, siempre que el sujeto tome una decisión, se enfrente a un cambio en la vida, se enamore, se enferme, etc.

El reconocimiento del otro humano, como otro, y la aceptación o rechazo del mismo, son cuestiones que tienen que ver con este proceso. El sujeto, en aquella situación idílica donde el mundo eran mamá y él, se sitúa frente al goce, pero en el crecimiento, durante el desarrollo, ha de aprender a desear, a implicarse en los acontecimientos que se le presenten en la vida.

La alergia se produce por un fallo del sistema inmunológico, que activa la producción de anticuerpos, concretamente de la inmunoglobulina E, ante la presencia de un elemento, alergeno, que no es dañino para el organismo. Se defiende de algo que no le ataca, pero que para él es un enemigo.

El alérgico dice frases como: "Es que los cambios me matan", y en cierto modo es así, lo nuevo, lo ajeno, lo diferente, resulta una agresión para el alérgico.

Las crisis alérgicas son señal de su manera de relacionarse con el mundo, por ejemplo, las alergias estacionales se producen con el cambio de estación, con el cambio, con lo diferente. De alguna manera el mundo exterior es él, no hay mundo exterior cuando aparece el síntoma. Si observamos al alérgico crónico, cuando aparece la alergia todo en su vida gira en torno a ella, dónde va, lo que come, los medicamentos que toma, etc.

El síntoma protege al alérgico ante la angustia de castración, ante la diferencia. Para no sentir angustia aparece el síntoma como goce autoerótico con la madre fálica, donde la diferencia no existe, ya que él y ella son uno, como sucede en la alergia, él y ella son uno.

Magdalena Salamanca.
Psicoanalista
630 070 253
magdalenasalamanca@gmail.com
www.magdalenasalamanca.com

 

RECHAZO INMUNOLÓGICO AL ÓRGANO TRASPLANTADO

Una de las causas más importantes de fracaso del trasplante es el rechazo, este puede ser hiperagudo, agudo y crónico, dependiendo del momento de su instauración. La respuesta inmune del receptor hacia el órgano o tejido transplantado es determinante en este rechazo.

Se intenta conseguir la máxima compatibilidad de los injertos, sobre todo teniendo en cuenta el grupo sanguíneo (AB0) y los antígenos HLA (complejo mayor de histocompatibilidad: una serie de genes que codifican proteínas que se expresan en la superficie celular y que son como las "señas de identidad de la célula", gracias a estas moléculas, el sistema inmune reconoce como propio lo que lo es).

Con la optimización de la compatibilidad se minimiza pero no se evita el rechazo, por lo que estos pacientes precisan de tratamiento inmunosupresor para mantener la viabilidad del injerto.

Dado que no todos los trasplantes sufren rechazo (con inmunosupresión) y es tan extremadamente variable la velocidad de instauración y la gravedad del mismo, esto nos lleva a pensar que, además del factor orgánico, debe existir un factor psíquico.

Si trabajamos el rechazo del trasplante como rechazo psíquico, tenemos que el rechazo es la no aceptación de la diferencia, una autoafirmación de lo que denominamos narcisismo de las pequeñas diferencias.

El narcisismo de las pequeñas diferencias se da cuando dentro de una gran semejanza, aparece una pequeña diferencia, por ejemplo: entre poblaciones vecinas, entre los hinchas de un equipo de fútbol y los de otro. Es como si al ser tan semejantes, lo que el otro hace diferente a uno, fuera vivido como una crítica. Como si se concluyera de una manera diferente de hacer o de pensar las cosas: "me está diciendo que lo hago mal", esta situación genera agresividad.

Los pacientes transplantados, reciben un órgano de características muy similares al propio, pero diferente. Esto puede desencadenar, por un lado, el rechazo biológico del que hemos hablado, pero también hay un rechazo psíquico a recibir algo diferente, a la diferencia.

Además, en el trasplante se juegan muchas otras constelaciones psíquicas. Para traer un caso: un paciente que había comenzado a presentar un miedo pertinaz a entrar en los supermercados, como una especie de fobia, después de haber sido trasplantado, lo que estaba en juego, a nivel inconsciente, era el miedo a que sonara la alarma del supermercado que suena cuando se intenta salir con algún objeto robado. El "objeto robado" era en este caso, el riñón transplantado.

Alejandra Menassa de Lucia.
Psicoanalista.
Médico Especialista en Medicina Interna
653 903 233
alejandramenassa@live.com
www.alejandramenassa.com


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2462)

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