Sumario

POESÍA, PSICOANÁLISIS, LOCURA (II)
Cali, Colombia, 1979
M. O. Menassa

Poesía, Psicoanálisis,
Locura (I)
Poesía, Psicoanálisis,
Locura (II)
Poesía, Psicoanálisis,
Locura (III)
Poesía, Psicoanálisis,
Locura (IV)
 
El lenguaje son las leyes del lenguaje
La mujer hoy
El deseo como corazón del sujeto
Sobre las relaciones de pareja
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Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2570)

EL LENGUAJE
SON LAS LEYES
DEL LENGUAJE

El lenguaje son las leyes del lenguaje. El inconsciente son las leyes de los procesos inconscientes. Que el inconsciente está estructurado como lenguaje no significa que el lenguaje sea un lengua, una manera de expresarse, una forma de hablar, aunque todas estas características, y aún otras, estén en juego en esta fórmula. Que el inconsciente está estructurado como lenguaje quiere decir que lo inconsciente tiene estructura de lenguaje, estructura significante, y que lo propiamente inconsciente son las leyes que determinan sus procesos y sus productos, es decir, las cadenas de significantes que dialogan entre sí y que producen al sujeto.

Lenguaje e inconsciente comparten los mismos mecanismos: condensación y desplazamiento, metáfora y metonimia, entendiendo 'mecanismos' en el sentido de aquello que se haya regulado por una leyes precisas. Un mecanismo funciona siempre igual, pero no siempre produce lo mismo.

Estos mecanismos no están ligados a contenido alguno. Ellos son los que producen los contenidos, los sentidos en los que no se pueden detener. La ambición por retenerlos, por fijarlos a unos contenidos precisos lleva al sujeto a enfermarse o una filosofía del lenguaje, pero no a la esencia del lenguaje.

Dar cuenta de estos procesos, reconocerlos en sus productos, no significa, sin embargo, apropiarse de una técnica, ni de una estructura formal, como pretende la lógica. No es una guía para el pensamiento correcto. Saber que en el chiste intervienen la condensación y el desplazamiento, no nos enseña a hacer buenos chistes. El pensamiento, y el chiste es una de sus formas más sociales, es inconsciente y todo intento de atraparlo en nuestras estructuras formales nos hacen perder su rastro.

Sólo el poeta, el que entrega su pensamiento a los procesos inconscientes, puede decir algo acerca de la esencia del lenguaje, en tanto que es aquel que tolera su falta de sentido, su ambición infinita de sentido. El sentido, el significado, no es lo que hace interesante al lenguaje, sino su capacidad inagotable para engendrar sentidos. Cuando el poeta no se ocupa de los sentidos, cuando los abandona, enriquece nuestra vida con nuevos sentidos. Porque no es que los sentidos carezcan de importancia, sino que no podemos quedarnos con ninguno. Cuando un poeta se queda con algún sentido, podemos decir que ha perdido la senda de la poesía y se ha convertido en un racionalista. El pensamiento poético se ha hecho opaco para él.

Los sentidos no producen significantes, porque no es en su seno en donde la combinación y la sustitución se hacen posibles. La combinación y la sustitución, que conforman el alma de la condensación y el desplazamiento, tienen lugar precisamente en la ausencia de significados. La homonimia, la similicadencia, la coincidencia en el tiempo, la ambivalencia, etc., es decir, lo más alejado de la comprensibilidad, de lo inteligible, que hacen tan confortable a los significados, es lo que permite en el chiste, en el poema o en el sueño, la sustitución de un significante por otro. Dicho de otro modo, es esta capacidad de sustitución la que hace posibles las producciones del inconsciente, llámense chistes, sueños o síntomas.

Ruy Henríquez
Psicoanalista
618 596 582
ruyhenriquez@hotmail.com
www.ruyhenriquez.com


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2576)

www.momgallery.com

1 dibujo diario
1 cuadro semanal

LA MUJER HOY

CUALQUIERA PUEDE SER RIMBAUD

Valles y esmeraldas
lágrimas que no brillan.
Entre diamantes recién arrancados
un hombre agoniza
entre mis brazos
diciendo
con la época:
No fui feliz.

Y si ser feliz es tan equívoco como ser bueno o ser malo y serlo es imposible en la tierra, porque para ellos, esto es porque debe serlo, un valle de lágrimas.

NO HABLEMOS DEL SABER DE LOS SABIOS, REVISEMOS SU LOCURA

Volver a los textos, los antiguos, se trate de la Biblia, de Hölderlin, de Balzac o de Freud, es una buena manera de irritarse, a Ellos, Los Grandes, los sabios, les pesaba en su vida lo mismo que a mí o a ti.

Que cotidianeidad y poesía sean cosas diferentes son argucias del sistema donde el hombre va pasando su vida. Alienación por alienación no hay una gran diferencia entre estar atada a una máquina de escribir, a un honorable caballete de pintor o a la máquina de embotellar coca cola.

Así como nos gusta la literatura y la pintura y hasta la ciencia, a ti como a mí nos gusta la coca cola. Elementos de la cotidianeidad, como prender el televisor y que éste funcione perfectamente, como ir al teatro o al cine cada tanto.

Todo es cotidianeidad en el hombre y todo es el hombre ante el vacío del arte.

Nadie renuncia a sus ilusiones, sólo se posponen. A veces porque no alcanza el tiempo, otras lo que no alcanza es el dinero.

Diferentes pretextos, diferentes clases donde en la alienación del discurso corriente, el hombre pospone seguir escribiendo la historia del hombre.

Rimbaud, Hölderlin, tú y yo y también ese tonto ineficaz que merodea con nosotros en la gran cadena humana.

Ese tonto ineficaz que está precisamente allí para decirnos a ti y a mí que no podemos porque él puede tan poco.

Ser ese tonto es aún peor que soportar que respire a nuestro lado, pero Esparta está muy lejos y si hemos de soportar ese tonto, mejor seamos Rimbaud.

Y será posible aún entre los humos y el alcohol arcaicos, si entendemos que como ese tonto donde lo humano parece casi perdido para siempre nuestro discurso cotidiano padece del mismo mal.

Ineficaz y tonto no alcanza para explicar la extensa trama donde el hombre común está atrapado.

Discurso de frases y formas de eficacia preexistentes a su propia existencia como personas.

No es fácil.

Escapar a lo preexistente como a una determinación; con estereotipos y por estereotipación, estereotipadamente el hombre ha conseguido hablar, sonreír, salir de paseo, procrear y seguir aún respirando. ¿Quién podría pedirle más?

La Poesía puede.

Porque Ella es lo que es por los grandes descubridores de fisuras, los grandes alcahuetes, quiero decir, los poetas grandes.

DÓNDE LEER YO, QUE YO NO ESTÉ

Kandinsky y Carpani me emocionan.

Se parecen entre ellos como Baudelaire a González Tuñón.

Se parecen con el parecido semejante de objetos producidos en una cultura que deberá devorarlos, para que sean eso: Cultura, algo que los arqueólogos del futuro deberán estudiar.

Tener futuro en nuestro tiempo es algo maravilloso.

Yo, un ser, en la cultura que a través de objetos estudiarán, me plazco en ellos, me retuerzo en ellos y me digo que un Malinowski dentro de mil años, no es lo mismo que el periódico del día comentando a Heidegger con Julio González.
También yo, es algo que esos arqueólogos estudiarán en esos objetos, detrás de mí. A pesar de la política, tan antigua como la poesía, tan tenaz como ella, desvío de desvíos en el corazón del hombre en tránsito para su propio ser.

Poesía y política, algo que marcha paralelo en los meandros de la historia, sin que se encuentren jamás.

Y no creo con esto que no haya que cambiar absolutamente nada.

Estamos en un siglo donde la bomba atómica, y la de neutrones y el napalm, etc, han producido el encuentro entre el hombre y el momento de su muerte como algo permanente.

Todo es instante y todo es fugaz.

Yo es un muerto que transita entre escombros, el temor.

Cada tanto Kandinsky o Carpani nos hacen recordar que en ese horror sobrevive el arte.

El hombre posible a veces es un hombre preocupado por su comida y gozando con ella todo lo que puede vivir. Un visitante es motivo de risas y alegría cuando la simulación de la felicidad, toda una política, no le permite pensar qué felicidad, qué hombre, simula.

Entonces el arte nos redime o nos crucifica.

Y eso es también una política. ¡Divino y Cordero, dos mil años después, entre las bombas y las drogas apuntando al corazón de nuestro destino de hombres!

A ver, ¿quién soporta?

A ver ¿quién vive?

Entonces busquemos en los libros y en los museos, porque después de todo buscar allí no carece de nada para quienes tienen el privilegio de poder buscar.

A cada uno lo suyo:
a los pobres, el hambre
a los ricos, el oro y el ocio
a los que puedan entre ellos, desde el hambre o desde el oro, la Poesía y el arte y también la ciencia, aunque sea a ella a quién le debemos la muerte entre sus productos parciales.
Que cada pintor haga lo que tiene que hacer
Que cada escritor escriba
Y que yo, por delitos de esa humanidad,
olvide para siempre cristales y fragmentos.
Ballenas verdes como árboles me liberan
sobrevuelan en forma transparente
un cuchicheo sosegado.

María Chévez
Psicoanalista
91 541 75 13
mariachevez@grupocero.org

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