Sumario

FUNDAMENTOS ANTOLÓGICOS DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS
Buenos Aires 1987
Miguel O. Menassa

Poesía y psicoanálisis (I)
Poesía y psicoanálisis (II)
Poesía y psicoanálisis (III)
 
Sobre el dolor
Relaciones de pareja. La triplicidad del partenaire
El Complejo de Edipo y su relación con la personalidad (II)
Si no quisiéramos educar tanto, seríamos mejores maestros
Periodismo de investigación
De nuestros antecedentes: 4 movimientos colectivos
Miguel O. Menassa
Sobre las relaciones de pareja
Sigmund Freud
Observaciones sobre "El amor de transferencia" 1914 (1915) (II)
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SI NO QUISIERAMOS
EDUCAR TANTO,
SERÍAMOS MEJORES MAESTROS

El concepto de trabajo pone en marcha la socialización de la escritura, de la cultura, del pensamiento. Si no se piensa como trabajo, la creación y la escritura quedan restringidas a la inspiración, a las élites intelectuales, al beneficio de unos pocos.

Si dar cultura al pueblo no consiste simplemente en sentarle en una silla y leerle poesía, sino que es implicarle en los procesos de producción de la cultura, educar al pueblo también será implicarle en la producción de su propia educación y no solamente darle una lección hasta que la aprenda de memoria.

El objeto técnico tiene una ventaja sobre la producción de conocimiento de unos 500 años. Cualquier capataz de empresa tiene, por tanto, una ventaja semejante sobre el maestro de escuela o el profesor universitario. El desarrollo exponencial de la tecnología sobre la producción del pensamiento, supone que este último no ha alcanzado ni la industrialización ni la socialización que el objeto tecnológico ha logrado. En materia del pensamiento, puede decirse que, la producción es más bien artesanal.

Ello se ve reflejado en la creencia de que la creación y la producción científica es una cualidad esencial de unos elegidos, beneficiados por la fortuna de haber nacido con ventajosas condiciones intelectuales. Una creencia que desprecia el carácter transformador del trabajo y la tarea hominizante de la cultura.

La erudición sin saber, la exaltación de la imagen académica y autoritaria del profesor como aquel que detenta un supuesto saber, el culto a la memorización y a las formas tradicionales del aprendizaje, dominan todavía nuestras formas de enseñanza, que en general sigue siendo victoriana.

Que la educación sea victoriana significa que es una educación "antipsicológica", es decir, que no tiene en cuenta las verdaderas condiciones psíquicas ni del maestro ni del estudiante. Su principal característica es un excesivo racionalismo centrado en los polos dialécticos de la conciencia: inteligencia-estupidez, conocimiento-ignorancia, comprensión-incomprensión, premio-castigo, etc.

Como la política y el psicoanálisis, la educación es una tarea imposible. Uno no puede enseñar a otro, pero le puede dejar que aprenda. Por eso, la tarea más urgente del maestro es dejar crecer a los jóvenes, dejarlos que aprendan, no educarlos. Abandonar el "furor educandi" permite que el estudiante pueda por fin aprender. Si no quisiéramos educar tanto, seríamos mejores maestros.

Aprender viene de "apprehendere", aprehender, capturar, adquirir. El hombre tiene que aprenderlo todo, para producir su humanidad. Este aprendizaje no es otra cosa que un dejarse prender en las redes del lenguaje.

La educación no es, entonces, una mera transmisión de conocimientos, sino una toma de posición en un saber.

Por eso es que cuando estudiamos de memoria algo, rápidamente lo olvidamos. La conciencia, como cualquier órgano de percepción es incapaz de conservar, de retener, es decir, de memorizar. La verdadera memoria es siempre inconsciente. Ella no reproduce, sino que es transferencial.

Si en el "aprender de memoria" no hay implicación del sujeto, si no está puesta en juego su libido, si en definitiva no se deja tocar por lo que lee, es decir, si no se transforma con la lectura, se puede decir que no ha habido lectura.

El psicoanálisis inaugura una nueva ideología que supone una revolución para la producción del pensamiento. La vida psíquica ya no mira desde donde comprende, sino que mira desde donde no sabe. El psicoanálisis abre un nuevo campo ideológico: un saber no sabido por el sujeto.

Este saber no sabido por el sujeto es el inconsciente. Un inconsciente que se constituye por recurrencia y que funciona en mí sin que yo sepa nada de él. Es decir, un saber que se produce fuera de las leyes de la conciencia.

Esto significa, que el saber no lo posee ni el maestro ni el alumno, y tampoco está en los libros. El saber hay que producirlo cada vez. Por eso es que tener cultura es producir cultura. Estudiar es producir la educación, educarse, implicarse en su producción.

Ruy Henríquez
Psicoanalista
618 596 582
ruyhenriquez@hotmail.com
www.ruyhenriquez.com

 


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D1815)

 

PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN


DE NUESTROS ANTECEDENTES:
4 MOVIMIENTOS COLECTIVOS

Escribir sobre Psicoanálisis, en el sentido de su historia, es trabajar necesariamente con biografías colectivas. Quiero decir: estamos hablando de un hecho exquisitamente comunitario en todos sus registros, como pueden ser: asistencial, escritural, productivo en el nivel que se lo pretenda establecer en su camino o desvío.

El Psicoanálisis existe, aunque se haya intentado verlo como un movimiento descontrolado cercano al arte y éste, es una multiplicación de estilos, metáforas plagadas de restos. Hay restos por todas partes, de lo que resulta que una biografía es un hecho imposible, pero hay modos que se confunden con su posibilidad, con lo que vuelve a nacer la literatura, el billete del análisis a su trascendencia y a los nuevos tiempos. Una situación insostenible que se instala en el pensamiento, y el operador se inquieta y solo ve una sucesión de sueños a interpretar.

La biografía como género literario deriva de la hagiografía; aunque los santos, lo fueron por renunciar a los beneficios biográficos, recogen restos apenas descifrables. Por otra parte, las hagiografías nunca están solas, forman parte de una serie. La biografía, tendería a lo contrario, aunque el resultado sea similar. De tal modo, es sencillo comprobar que las historias del psicoanálisis, se inician con el nombre del fundador del discurso, acompañado en general de aquellos que cumplieron algún papel, en la puesta en movimiento en las diferentes geografías y circunstancias.

Hay dos escenarios que destacan por su producción del Psicoanálisis en Castellano, y son Argentina y España. Se trata por tanto, de usuarios destacados del análisis. Del paciente español, recuerdo una frase de Hume, de su libro "The spanish people", en él señala algo así como su "individualidad introspectiva".

En relación al Psicoanálisis en Argentina, se desarrolló como en Europa, en litigio con la medicina oficial. En los años treinta en Buenos Aires, los alumnos matriculados en medicina, odontología o farmacia -que estaban reunidas en la misma facultad- eran más de cinco mil, de los cuales uno de cada veinte era mujer, pero no elegían la opción medicina. Sin embargo, a su pesar, desde la medicina surgió el psicoanálisis en Argentina, ya que sus promotores y principales demandantes y críticos, sus defensores más insistentes provenían de dicha rama profesional.

Con el psicoanálisis, llegaron el sexo y las mujeres; su entrada fue uno de los factores que provocó la socialización del análisis y también, su salida de la medicina, es decir del medio que le dio origen, pese a las ambivalencias en los juegos tradicionales del poder.

Con respecto a los pasos iniciales, la primera reunión informal para fundar en Buenos Aires una Asociación psicoanalítica, se realizó en una cafetería que después se llamaría Boston, ubicada en la calle Florida. Corría el año 1940 y en otro lugar del planeta, en Londres bajo el bombardeo nazi, se desplegaba una disputa liderada por Anna Freud y Melanie Klein. Los hombres no participaban mucho y además, en general, habían sido llamados a filas por las fuerzas armadas. La reunión en Buenos Aires, convocó curiosamente, exclusivamente a hombres. Uno de ellos era Angel Garma, nacido en Bilbao, formado en Berlín donde se psicoanalizó a finales de los años veinte con Theodor Reik; un "analista profano", el primero que fue llevado a juicio e indultado por intrusismo, y que dio lugar al famoso ensayo alusivo, escrito por S. Freud.

Al volver A. Garma a Madrid, e intentar ejercer el psicoanálisis, encontró cierta oposición por parte de algunos psiquiatras. Sin embargo, trabajó como psiquiatra del Tribunal Tutelar de Menores de Madrid, dio conferencias en la Sociedad de Neurología y Psiquiatría, en la Liga de Higiene Mental y en el Servicio que dirigía su maestro D. Gregorio Marañón, es decir, formaba parte del paisaje cultural de la joven República española de los años treinta.

A la reunión en la calle Florida fue también Celes Cárcamo; en ese microcosmos Garma y Cárcamo, asumieron el liderazgo formal basados en sus antecedentes analíticos, y representaban dos caras opuestas de una tradición cultural. De la misma edad y origen, se conocían desde París, ambos médicos con vocación por el mundo psíquico. Estaban divididos en el contexto español de la época, por la tradición católica y monárquica de uno frente a la postura republicana y atea del otro. Sobre esa diferencia, se precipitaron e instrumentaron las primeras grietas en el seno de la APA. Para los dos analistas, inmigrantes, el análisis fue el camino de afirmación de la identidad argentina, en una sociedad dividida en fuertes campos ideológicos, que se debatía en la confrontación entre la vida pública de las instituciones estatales y el tejido privado de la sociedad civil. Garma lideró la privatización del psicoanálisis. Cárcamo, intentó conciliar su pertenencia católica y tradicional, con una participación restringida en la APA que sostuvo más de medio siglo.

A las reuniones fundacionales, asistieron también Arnaldo Rascovsky y Enrique Pichón Rivière, los principales gestores del movimiento psicoanalítico argentino, tanto en la producción de pacientes, como en el trabajo hospitalario y privado, además de llevar adelante el psicoanálisis de las psicosis.

Jaime Kozak
Psicoanalista
607955762
jaimekozak@grupocero.org
www.jaimekozak.com

 

www.miguelmenassa.com


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D1816)

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