Sumario
Siete conferencias de psicoanálisis en La Habana, Cuba (I)
Siete conferencias de psicoanálisis en La Habana, Cuba (II)
Siete conferencias de psicoanálisis en La Habana, Cuba (III)
 
Los tres tipos de anorexia
Los trastornos alimentarios
Miguel O. Menassa
Sobre las relaciones de pareja
Agenda
Psicoanálisis Grupo Cero: Formación - Departamento de Clínica
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LIBROS DE
MIGUEL OSCAR MENASSA

SIETE CONFERENCIAS DE PSICOANÁLISIS
EN LA HABANA, CUBA

AGROPECUARIAS DE LA HABANA

Primera Conferencia (31 de marzo de 1995)

Viene de Extensión Universitaria nº 140

Para que yo pueda aplicar la técnica psicoanalítica tengo que reducir a la persona, que es una persona que piensa, vive, y tiene reacciones biológicas, relaciones sociales, tengo que reducirlo a que sea un sujeto psíquico, y el sujeto psíquico no es una persona, como el sujeto biológico tampoco es una persona. Cuando ustedes van al hospital, sabrán lo que es eso.

Me hacen una radiografía, me hacen un análisis de sangre, me dan una anestesia para que yo no sepa lo que me pasa y encima por ahí me operan. Estoy reducido a ser un sujeto biológico, pero ese sujeto biológico no es la persona. Es una reducción que hace la ciencia.

Por eso que se llegó a hablar de manera intensa o de manera fuerte, de que la transformación de las sociedades y de las personas sólo era posible en una articulación de las ciencias. En una articulación de las prácticas. También se hablaba de las prácticas teóricas. Es decir, porque recién nombré la misma persona, pero estudiada desde diferentes puntos de vista.

Desde el punto de vista psíquico, desde el punto de vista biológico, entonces evidentemente, si no hay una articulación de esas prácticas que estudian las personas, jamás podríamos saber de qué se trata el hombre.

Estos son los instrumentos, y ahora aquí viene, por ejemplo, una cosa, estamos hablando del trabajo, ahora viene el momento donde Freud produce una verdadera subversión del conocimiento en tanto, la materia prima de estos instrumentos que él tenía, lo va a hacer trabajar sobre una materia prima endeble para la ciencia de la época, que es el discurso onírico.

Discurso onírico, el habla, es decir, el cuento del sueño, no el sueño. No el sueño soñado, sino el sueño contado, que para repetir y darle vuelta al asunto, una verdadera materia prima, porque el sueño soñado, sería el elemento natural, la materia natural. El paciente al contar el sueño hace un pequeño trabajo. Al contar el sueño recuerda el sueño soñado y al hablar o al decirlo está haciendo un pequeño trabajo, por lo tanto, la materia natural ya trabajada por el paciente, es lo que el Psicoanálisis toma como materia prima. Esta materia prima genera un nuevo nivel de objetividad.

Los científicos de la época, Janet como el más importante, le critican esta materia prima, porque le dicen ¿cómo va a ser materia prima algo que dependa del paciente? ¿cómo va a ser materia prima algo que ya sabemos de antemano que está deformado?

En esto que el empirismo lógico, o el neopositivismo de la época ve un error, Freud ve precisamente el lugar de la investigación, porque él dice, ¿por qué fue necesario transformar? y ¿qué es responsable de esta transformación? Es fundamental estas dos preguntas porque bajo estas dos preguntas se va a encontrar con los mecanismos que transforman, que son el desplazamiento y la condensación. Aquello que para el neopositivismo le sirve para criticar la materia prima, a Freud le sirve para fundar un nuevo nivel de objetividad.

Esa pequeña desviación entre el sueño soñado y el sueño contado es una muestra, es una señal de la gran desviación que tuvo que haber entre el deseo inconsciente y el sueño soñado. Y eso es importante porque el inconsciente nunca aparece en la conciencia, sino sólo sus efectos.

Los efectos del inconsciente, los que conocemos, los que hemos estudiado son el sueño, las equivocaciones y los síntomas. Los síntomas psíquicos son una muestra del trabajo inconsciente, pero no son el inconsciente, son un efecto del inconsciente. Es decir, son el deseo inconsciente desplazado y condensado que da como resultado el sueño, el síntoma, el acto fallido, la equivocación, el traspiés.

Más adelante vamos a ver cómo el método de interpretación, es decir, no es que tengamos el método de interpretación y después vamos a buscar el objeto, es que producimos ese objeto de conocimiento tan inasible, tan que no lo puedo hallar en ningún lugar, sino en sus efectos, que necesariamente se tiene que desprender de ese objeto, el método de interpretación. Sólo lo puedo interpretar.

Eso es un efecto del inconsciente. El inconsciente produce los efectos en la conciencia, pero no está en la conciencia, por lo tanto, lo único que se puede hacer para saber algo del inconsciente hay que construirlo, hay que interpretarlo. Es decir, que el método de interpretación, es producto-efecto del objeto de conocimiento. Es decir una vez que se produce el objeto de conocimiento, se produce el método, porque ¿qué es un método?, un método es el modo de apropiarse de la realidad, ¿de cualquier realidad?, no. Un método científico es un modo de apropiarse de la realidad que me determina como método. Por lo tanto, el método psicoanalítico de la interpretación es el modo de apropiarme de la realidad psíquica.

Entonces el primer trabajo es un trabajo teórico que produce el concepto de inconsciente. Instrumentos que ya vimos, materia prima, el discurso onírico y efecto-producto de ese trabajo, el concepto inconsciente.

Después tengo un segundo trabajo, objeto de conocimiento, método, que es la interpretación y el método desprende una tecnica, que ustedes ya se están dando cuenta de cuál es, la asociación libre, en tanto el paciente cuando viene y relata el sueño, yo le tengo que pedir que asocie libremente acerca de los contenidos del sueño.


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3039)

Y el otro concepto de la técnica es la transferencia. La transferencia es una relación específica, es una fuerza, por llamarlo de alguna manera, que se establece en cualquier relación, pero nosotros no podemos decir eso. Sólo la leemos en la relación paciente y psicoanalista, es decir psicoanalizando y psicoanalista. La transferencia se produce en cualquier relación porque es una cuestión del desplazamiento de las ideas.

Por lo tanto, esto pasa en todas las relaciones. Vuelvo a decir que yo no voy a decir eso, porque yo sólo sé de la transferencia que se genera en la situación analítica, pero que tiene como base este criterio. Es decir, tiene como base el primer desplazamiento. Todo aquello que no es soportado por la conciencia, se desplaza a una idea, que sí es soportada, y a ese primer movimiento de desplazamiento, Freud le denomina transferencia.

Teníamos el objeto de conocimiento, teníamos el método de interpretación y ahora tenemos dos conceptos de la técnica, que son asociación libre, y transferencia.

Entonces con una articulación entre el psicoanalista, el objeto de conocimiento, el método y la técnica, ahora voy a investigar lo que el paciente me dice. La materia prima es lo que el paciente dice, los instrumentos son el psicoanalista, el método, el objeto y la técnica, y el producto-efecto de este segundo trabajo, es uno sólo, autoconocimiento y autotransformación del paciente. ¿Por qué insisto en que es autotransformación? Porque una vez realizada la interpretación el paciente todavía puede decidir no cambiar.

Parto de las manifestaciones del paciente, elaboro mecanismos de transformación, condensación, desplazamiento, y construyo la posibilidad de un deseo. Esa construcción última, ése es el trabajo real del sueño, o el trabajo real del inconsciente, es decir, que el trabajo real tal cual ocurrió es un tercer trabajo, es un último trabajo que sólo lo puedo elaborar, sólo lo puedo formular a partir de la interpretación, es decir, sólo después puedo saber de qué realmente se trata. Sólo después de realizado puedo saber de qué se trata. Ese es el trabajo real.

Trabajo real sería en este caso, parte del deseo inconsciente, por la cuestión de la represión, se desplaza o se condensa para atravesar la represión, y aparece en la conciencia en forma de sueño manifiesto. Pero ven que del trabajo real nada sé hasta el final. Lo construyo porque nunca lo vi. Lo que yo vi es el sueño manifiesto que me lo contó el paciente. Lo que yo vi es cómo con la interpretación me doy cuenta que aquí hay una condensación. Una condensación es la metáfora, es una sustitución de algo por algo.

Acuérdense que la metáfora es precisamente una sustitución de un término por otro. Eso lo veo, veo el desplazamiento, veo que hay una cosa insignificante en el sueño con mucha intensidad, sospecho de eso. Entonces le pregunto al paciente ¿por qué ésa?, por ejemplo, el paciente sueña con una manada de vacas, pero resulta que lo que le queda del sueño no es la vaca, sino que es una pintita blanca que una vaca tenía en el culo, entonces viene y cuenta, lo que más me impresionó fue la pintita blanca que había en el anca de una vaca. Entonces uno pregunta ¿por qué tanta intensidad? Entonces ahí está el desarrollo de una cadena significante, que nos lleva a ver que hay un desplazamiento, que esa intensidad, que estaba ahí, resulta que correspondía a otra secuencia ideativa.

Recién ahí, puedo decir, sueño manifiesto, hubo condensación, hubo desplazamiento, hubo un deseo. Nunca se trabaja con la verdad en Psicoanálisis siempre se trabaja con la verosimilitud, esto es fundamental. Cuando un psicoanalista dice, esto es así, se ha equivocado. El psicoanalista dice, sospecho que usted me está diciendo tal cosa, creo que lo que le pasa con las mujeres tiene que ver con su tía Eulalia, me parece que..., es decir, tratando lo que ya es muy difícil, sobre todo para nosotros, los médicos, que la última palabra la tenía el paciente, que es el que verdaderamente sabe, sin saber que lo sabe, su verdad.

Si ustedes me permiten, el Psicoanálisis aquí genera un nuevo campo ideológico. Es decir, un campo ideológico de un saber no sabido por el sujeto.

Todo individuo tiene un saber que no sabe que lo tiene, Freud cita a Schiller, un poeta, cuando un amigo le pregunta, le dice, “hace mucho tiempo que no escribo”, entonces Schiller le aconseja que retire de las puertas de su pensamiento los vigilantes de la razón, dice. En el sentido de dejar que se exprese en el papel en blanco, lo que no sabes que sabes, porque aquello que sabes, es pobre para escribir. Esto ya pasó en el 1700, ya había poetas, que eran los únicos que se daban cuenta de estas situaciones, esa es otra cosa que quiero agregar para que sepan que la sé, que toda ciencia fue precedida por un poeta, o por dos, o por tres. Que toda filosofía antes de ser filosofía fue poesía.

(sigue...)

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