Sumario
Clase inaugural al
Seminario
Sigmund Freud
VII Convocatoria
Transmisión en psicoanálisis (I)
Transmisión en psicoanálisis (II)
Transmisión en psicoanálisis (III)
Transmisión en psicoanálisis (IV)
Transmisión en psicoanálisis (V)
 
Sobre las relaciones de pareja
 
Análisis de la fobia de un niño de cinco años. Caso "Juanito"
 

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TRANSMISIÓN EN PSICOANÁLISIS

(viene de la p. 5)

El sujeto biológico es lo más precario del hombre, en tanto en 1907 ya Freud escribe un texto muy interesante que se llama Psicoterapia por el espíritu, donde finaliza el escrito diciendo que no sólo las enfermedades sino también la muerte se tiene que ver en una deseante, no sólo las enfermedades sino la muerte, es decir, la culminación del sujeto biológico, dependiendo de las vicisitudes del sujeto psíquico, del deseo.

El cuerpo más primitivo es el yo corporal que le llama Freud, pero en realidad el yo corporal es el yo ideal, y no tiene nada de cuerpo porque el yo ideal es la imagen, y además nada que ver con el cuerpo porque más que con el cuerpo tiene que ver con un goce primitivo. Se supone un goce primitivo.
Donde más se concreta el cuerpo es en el decir de Freud, donde dice que es el escenario del suceder psíquico, la puesta en escena del suceder psíquico.

15. Mi opinión es que el psicoanálisis se puede transmitir, por lo tanto si se puede transmitir hay que estudiar, porque si no es magia ¿cómo se traspasa?

Es decir, hay una filosofía de lo imposible. Es cierto que en el diván voy a tener la verdadera dimensión de lo imposible, si no la tengo no voy a aceptar la interpretación bajo ningún concepto. La agresividad que se despierta en el sujeto después de la interpretación es inabordable, es decir, que un texto puede ser leído de varias maneras. Los textos de Freud, para no irnos por las ramas, los textos de Lacan, ofrecen un sentido diferente a cada lectura, aunque sea hecha por la misma persona. Si se lee dos veces seguidas un texto de Freud o de Lacan, que son los textos que estamos trabajando, y se cree haber leído lo mismo, hay una inhibición, ahí algo está reprimido, forcluido o denegado, hay una perversidad en la lectura.

Entonces, el problema es la dogmatización, el problema es cómo hago para transmitir un estilo sin transmitir dogmas, en tanto esta gente, Freud, Marx, Lacan, piensan que lo que se transmite es un estilo. Quién sabe si el relativo fracaso de la inscripción social del materialismo histórico no se debe precisamente a que se confundió la transmisión de un estilo con la transmisión de todo, vaya a saber si no tiene que ver con eso.

Dejando a un lado eso, que no somos muy entendidos, en las comunidades psicoanalíticas es así. Muere Lacan, hay una pelea, la gana Miller, pero ¿qué pasa con las generaciones intermedias del lacanismo? Bueno, pasa que están organizándose contra el dogmatismo con el cual son impartidos los conocimientos lacanianos, porque no se trataba de ningún conocimiento, se trataba de un estilo.

Entonces, si esto no fuera así no veo por qué Lacan tuvo que escribir un libro que se llamaba Los cuatro conceptos fundamentales, no veo por qué Freud remarcó tanto el concepto de inconsciente, como lo mantuvo.

Además, tengo que estudiar de una manera particular, no puedo estudiar como me enseñaron a estudiar en la Universidad otros textos, está claro. ¿Por qué? Porque el texto freudiano tiene que caer sobre las conclusiones teóricas de Freud, todo el texto de Freud es manifiesto, por lo tanto necesita una lectura. En el texto de Freud hay preguntas, hay supuestos, hay sugerencias que no están dichas, hay que leerlas porque si no, si yo leo literalmente lo que Freud dice, no estoy cumpliendo con los requerimientos de la obra de Freud, que es que todo lo que pase por la mirada del psicoanalista tiene que desglosarse en manifiesto y latente. Todo, sea lo que sea.

Y no solamente eso, sino que leyendo, porque así lo marca Freud, que lo manifiesto miente, que no hay verdad en lo manifiesto, es decir, no hay verdad en lo que percibo, la realidad también es una mirada aun a grandes niveles, en tanto la ideología funciona a nivel inconsciente.

No es que yo decida ser burgués o no serlo. Soy burgués porque la ideología funciona a nivel inconsciente y mi mirada de la realidad es burguesa, por eso la realidad es como es. Si yo puedo romper esa determinación, interceptar esa determinación, la realidad es otra, porque la realidad también es la mirada que la mira.

Ese es el drama del hombre, que es su virtud, su capacidad y su fama, saber y no saber la influencia que él tiene sobre los otros, sobre sí mismo y sobre la realidad.

Si ahora viniera Marx con todos estos conceptos nuevos diría que sí, que es cierto, que el hombre cuando ingresa en el lenguaje es cuando se convierte en hombre, se hace la mutación, pero también diría que sin la necesidad de la transformación de la naturaleza jamás hubiese hablado, que en realidad habló para reunirse alrededor de la palabra y con eso transformar la naturaleza.

 


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3305)


www.miguelmenassa.com



Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3303)

16. El cuerpo es ese objeto que se pelea en la historia y su propio inconsciente. Su propio inconsciente quiere su cuerpo para el placer y la historia quiere su cuerpo para el goce y la producción social. Y el cuerpo es esa oscilación entre ser un trozo de carne o ser un trozo de palabra, pero no puede dejar de ser un pedazo, un trozo, no hay completud para el ser humano, no hay verdad totalizadora.

Hay un final, por más divertido que sea el asunto hay un final. Primero eres chico, después eres un poquito más grande, después otro poquito más, después eres abuelo y después te mueres. Lo puedes hacer sonrientemente o tristemente, pero hay un límite, hay un final.

Hay Otro. Por eso es que hay que aprender a amar, es importante aprender a amar porque si no aprendes a amar no hay intención de hacer las cosas, como igual vamos a separarnos, como igual vamos a morir. Pero como amar es dar lo que no se tiene a quien no es, entonces hay que aprender a amar, hay que poder hacer algo por quien nunca me va a agradecer, porque no le conozco.

Sentir esa grandeza, que somos millones y millones desde siglos y no ese cuerpo que no sabemos qué soportaría si no estuviera atado a esa cadena, aunque los caballos tienen un cuerpo más grande que yo y viven veinte, veintidós años, pero a los veintitrés años ya no pueden saltar y gracias a que este pequeño cuerpo está atado a esa gran cadena, tiene este poder.

17. Lo real es imposible de realidad, cuando lo real se hace realidad es conocimiento, no hay más real, es conocimiento. Por eso que hay tendencias y yo mismo lo he dicho, que el psicoanálisis produce en el paciente autoconocimiento del sujeto que se psicoanaliza y autotransformación. En el sentido que la interpretación no hace consciente lo real, no mete en la realidad material lo real, sino que aporta un conocimiento a la realidad.

Entonces, ahora está en la realidad eso que antes era real, ahora está en la realidad, ya no es más real, es conocimiento.

No sólo el psicoanálisis tiene objeto “a”, todas las ciencias tienen objeto “a”, es lo que hace funcionar una ciencia. Cuando una ciencia totaliza su sentido y no tiene más objeto “a”, deja de ser ciencia, es ideología. Cuando cierra el circuito y anula el objeto “a”, la ciencia se transforma en una cosmovisión del mundo, en una visión del mundo, es decir, en ideología.

La producción del concepto es como un salto que da el cálculo infinitesimal, es un salto en el límite. No es una sucesión, no es algo lógico la formulación del concepto, es como una caída en el precipicio del lenguaje.

Es decir que la lógica que nos enseñaron para amar no sirve ni siquiera para amar y nosotros la utilizamos para todo, hasta para pensar.

Además el Edipo es una relación promotora del intercambio y esto es interesante. El intercambio no es propio de estas sociedades, el intercambio ha existido siempre en todas las sociedades. El intercambio particular capitalista es de esta sociedad.

Entonces, el Edipo también se puede ver como un eslabón del intercambio, en tanto se puede pensar que, al desprenderme de mi madre y entregarla a la circulación general, ahora me corresponden todas las mujeres del universo. Al entregar a mi padre, a mis hermanos, a mis hermanas, a la circulación general, ahora me corresponden los hombres, es decir, que es una ley de intercambio.

Está claro que si no pude entregar a mi madre a la circulación general tendré problemas con las mujeres, si no pude entregar a mi padre a la circulación general tendré problemas con los hombres. Para todos es así.

Es decir, para el hombre el yo ideal es otro hombre y su objeto es una mujer; para la mujer su yo ideal es una mujer y su objeto es un hombre. Por lo tanto, ¿ven que ser homosexual es muy fácil?, que no hace falta ni tener relaciones homosexuales ni tener una práctica homosexual. Un leve fracaso en la relación de objeto con el otro sexo, el yo ideal. Pero ¿el yo ideal quién es?, mi mismo sexo, por lo tanto aunque tenga relaciones heterosexuales, si en realidad lo que amo es el yo ideal en lugar del objeto, eso es una relación homosexual.

Lacan llega a decir que hay cuatro sexos: padre, madre, hombre, mujer. Y esto es muy interesante porque se ve que cuando falta el sexo padre para un hombre, por ejemplo, falta el universo mujer; cuando falta para la mujer la madre, falta el universo hombre.

Esto no tiene nada que ver con el cuerpo. O tiene que ver que si usted no está tan conflictuado en esos sectores y que aceptó la metáfora paterna y que la madre no sé qué y que la envidia no sé cuántos y que la castración y el miedo..., me imagino que podrá tener mejores relaciones con las personas, también con su cuerpo.

18. Yo además estoy en desacuerdo con algunos pensamientos de los teóricos, aun con Lacan, porque no creo que se haya investigado bien el problema de la mujer en el sentido de que frente a la pregunta que Freud y Lacan le hacen a la mujer: “¿qué quiere la mujer?”, Lacan dice directamente que Freud no contesta y Lacan tampoco contesta, porque se contesta: “Lo imposible”. Con lo cual se adscribe a la dialéctica fálica, es decir, se adscribe cuando dice “Lo imposible” al mismo aparato psíquico. Pero entonces la atribución es sobre la dialéctica fálica, entonces responde que lo imposible para ella es el falo, el pene, lo que ustedes quieran llamar, el goce. Eso es una respuesta desde lo imposible fálico, no desde lo imposible que responde la mujer.

Creo que si se le sigue preguntando bajo tortura qué es para ella lo imposible, ella no responde el goce. Esa es la equivocación a mi entender de estos teóricos. Ella responde que lo único imposible para la mujer es ser una mujer.

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