Sumario

PATOLOGÍAS DE
FIN DE SIGLO
Buenos Aires, 1998

Patologías de fin de siglo (I)
Patologías de fin de siglo (II)
 
¿Estoy fóbico?
Trastornos del sistema inmune. Alergias y enfermedad inflamatoria intestinal

Cuando falla la “policía celular” sistema inmune y cáncer

¿Dónde está la memoria? (II)
Los hijos ¿Un reflejo de los padres?
La importancia de los talleres de escritura en la formación de psicoanalistas
Las producciones de lo inconsciente. Lo inconsciente
 
Sobre las relaciones de pareja
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Algunos ambicionan morir de la misma enfermedad que murió su madre y mueren sorpresivamente, en la vía pública, atropellados por un camión cargado con un millón de litros de leche fresca.

Y otros que, aparentemente, ejercen una libertad plena y, sin embargo, terminan muriendo de la misma enfermedad sombría del padre.

Ella, por ejemplo, quería enfermarse de los testículos pero no tenía testículos.

Él quería tener un tumor de ovarios pero no tenía ovarios.

Ella quería sólo para ella.

Él no la quería ni siquiera para él.

Después fueron obligados a vivir juntos.

Él, por fin, hizo como que la quería.

Ella, por fin, hizo como que amaba a otros hombres.

Todos defendían el mismo amor, pero nadie lo tenía.

Ella, entonces, pidió su libertad, él, entonces, le dijo que la amaba.

Ella retrasó su proceso de liberación un siglo más.

Ella, aburrida, se puso a hacer el amor con sus amigas y de paso sentían que luchaban por su liberación.

Él se sintió abandonado por ella y cayó en la droga y la homosexualidad e inventó el SIDA, para que ella fuera fiel.

Ella, ya que no quedaba otro remedio, pidió a cambio de su fidelidad algo de poder.

Le dieron el 25 por ciento de todo que, como sabemos, no sirve para nada.

Para realizar alguna acción, tenía que pactar con varios hombres y siempre ocurría lo mismo: Alguno de los hombres le decía que la amaba y ella abandonaba por un tiempo la revolución hasta que se daba cuenta que él hacía de cuenta que amaba a todo el mundo, también a ella.

Algunas veces se encontraba con un poeta, pero eso era lo más prohibido.

Ella amaba tanto que un poeta la amara que él organizó un sin fin de congresos de escritores y contrató a los escritores restantes para las secciones literarias de los diarios y de esa manera terminó con todos los poetas.

Ahora ella aprendió a llorar y a escribir, en poco tiempo más comenzará la guerra.

Él reinventa enfermedades del pasado para provocar clemencia.

Ella se enferma como él de todo y lo odia y ya no sabe si existe alguna independencia.

Él le dice, una vez más, que la vida es así y a la mañana siguiente los dos van a trabajar.


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2489)

 

www.grupocero.org

 

Las amigas de ella y los amigos de él, también, van a trabajar.

Digamos que hoy día nadie soporta a nadie como un semejante.

Cada uno de los seres humanos somos para los otros seres humanos como cuerpos extraños. Al encontrarnos no podemos otra cosa que producir reacciones sensibles y, siempre, descontroladas, algo así como las viejas reacciones antígeno anticuerpo o semejante.

El cáncer, el SIDA, las enfermedades del colágeno, el infarto de miocardio (la mayoría de las veces) lo demuestran.

La enfermedad, la más grave patología de fin de siglo sería entonces que no aguantamos a nadie.

Espero que en el desarrollo del Congreso podamos generar los anticuerpos necesarios para llegar a mínimos acuerdos entre camaradas, colegas, semejantes, que nos permitan seguir produciendo nuestra propia historia, que una vez construida como historia será diferente para cada uno.

Y será ahí, donde por ser semejante me diferencio, me distingo, que el psicoanálisis y la poesía tocan un registro imposible que es el mismo.

Esa manera heroica en que el poema, de lo visto y vivido por todos los hombres, genera una nueva realidad donde lo visto y lo vivido ya no tienen ningún sentido, es tarea única de la interpretación psicoanalítica, con lo visto y vivido (el discurso manifiesto-la asociación libre) generar una nueva realidad donde los síntomas pueden no ser necesarios.

Habrá entre nosotros algún arrebatado que le quiera sacar la piel al psicoanálisis, desnudar al psicoanálisis delante de todo el mundo para mostrar los fundamentos de su existencia científica, pero no encontrará lo que busca, ya que para Freud el fundamento de la existencia científica del psicoanálisis es la Poesía, es decir, que la Poesía es, también, un concepto. Y este tiempo donde la Poesía es, también, un concepto en el campo del psicoanálisis, tiene nombre y apellido y se denomina Grupo Cero y si he llegado a nombrar lo que hubiera preferido que nombraran ustedes es para poder hablarles de las dos más grandes patologías de fin de siglo:

El psicoanálisis, herido a muerte por el sentido, ya no sabe callar para que hable lo Otro, y la Poesía, herida a muerte por el post-modernismo, ya no puede generar nuevas realidades y se conforma con contar historias ya vividas.

Es decir, que para terminar y dar por inaugurado el VII Congreso del Grupo Cero, quiero deciros que venimos a curar al psicoanálisis y a la poesía del verdadero mal de fin de siglo. Muchas gracias.

Miguel Oscar Menassa.
Del libro “Freud y Lacan -hablados- 2”

 

LA REVISTA DE PSICOANÁLISIS DE MAYOR TIRADA DEL MUNDO