Sumario

PATOLOGÍAS DE
FIN DE SIGLO
Buenos Aires, 1998

Patologías de fin de siglo (I)
Patologías de fin de siglo (II)
 
¿Estoy fóbico?
Trastornos del sistema inmune. Alergias y enfermedad inflamatoria intestinal

Cuando falla la “policía celular” sistema inmune y cáncer

¿Dónde está la memoria? (II)
Los hijos ¿Un reflejo de los padres?
La importancia de los talleres de escritura en la formación de psicoanalistas
Las producciones de lo inconsciente. Lo inconsciente
 
Sobre las relaciones de pareja
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¿ESTOY FÓBICO?

"No puedo soportar ser curado por alguien que no sea yo mismo". Lo mismo se puede decir cuando se trata de educar y cuando se trata de gobernar. Educar, gobernar y psicoanalizar, son tres tareas imposibles, teniendo en cuenta que imposible no es del orden de lo no posible sino de lo que no cesa de no suceder, puesto que cuando sucede el sujeto hace de cuentas que lo hizo solo, o bien que ya había sucedido antes de suceder, por eso que son tareas interminables, tareas para toda la vida.

Ni la salud ni la inteligencia son del orden del tener, sino que se producen, se hacen entre varios, mientras que la enfermedad y los fracasos son propuestas de la mente, son hechos solitarios, son hechos que podemos hacer solos.

Es por eso que las neurosis en general, y las fobias en este caso, son hechos mezquinamente solitarios, lo cual no quiere decir que los que enferman de ello sean culpables, porque ellos no sabían que su destino era padecer una fobia, sino que simplemente ellos no querían saber nada de otra cuestión, no que-rían saber que no hay ninguna persona en el mundo, ni siquiera su mamá, que lo pueda todo, y que siempre es necesario que haya otro, aunque no lo pueda todo, incluso aunque sea un "idiota".

Encerrado en su fobia se protege de su propio deseo, encerrado en su propio espacio psíquico cree que el mundo, que los otros, se mueven por superpoderes, que hacen y deshacen, que lo pueden todo. Y que alguien o que todos "lo puedan todo" es semejante; es un estado donde "mi propia carencia es la fuente de tu omnipotencia". Entrega su carencia, subsume su impotencia, su invalidez, para mantener en el horizonte la existencia de la omnipotencia.

El impotente, el que se siente inferior, el que se cree un estúpido, se encuentra con la misma facilidad en otro momento, en el otro lado: se cree omnipotente, superior a los demás, o más inteligente que ninguno.

¿Estoy fóbico? ¿Tengo miedo a algo que nadie más tiene miedo? ¿Entro en angustia siempre por la misma puerta, ante la misma situación u objeto? ¿Padezco de miedos en plural o de un miedo singular? ¿Lo fobia estructura para mí un espacio vital particular, me hace vivir en mi "patio" particular? ¿Tengo miedo a ser devorado, absorbido, convencido, invadido, colonizado por las ideas de algunos otros? ¿Me produce intensas y desagradables sensaciones corporales? ¿Siento que estoy solo de los demás, solo de otro determinado? ¿Un acompañante fóbico me permite no entrar en la situación fóbica?

La fobia también puede ser una solución obsesiva, como la denominada fobia social, o un síntoma obsesivo como el estreñimiento (no puedo salir de mí mismo), o bien puede ser un síntoma histérico, como una fobia por algo que a todos los seres humanos les produce miedo y que en este caso es un miedo mayor que en el común de los mortales, como la fobia a la oscuridad, a los accidentes después de haber estado implicado en uno, etc. o bien una repugnancia excesiva respecto al motivo aparente.

Enfermar es un proceso y curar es otro proceso, ambos tienen su instante de comenzar y su momento de concluir, de ahí la importancia de comenzar, de iniciar, hacer un acto tal que el sujeto es otro sin dejar de ser el mismo.

Todo comienzo, cualquiera que sea el comienzo, conlleva, necesita de la angustia, esa temporalidad que concierne al sujeto en su relación consigo mismo, y después del acto se abre un tiempo nuevo, tiempo del sujeto deudor, del sujeto culpable de haber nacido, de haber nacido una vez más.

Cuando no se entra en el acto de comenzar, cuando no se puede tolerar la angustia necesaria, cuando no se quiere saber nada de eso, el sujeto quedará atrapado en esas carreteras secundarias sin carretera principal, o bien llegará a dar sus primeros pasos en esa nueva temporalidad y la culpa lo sacará de su destino de caminante con muerte asegurada, con una muerte que sólo alcanzará por el camino más largo, el camino de la vida.

¿Estoy fóbico? Quiere decir que era un caminante que caminaba sin mirar atrás y sin mirar hacia delante, porque sabía que presente, pasado y futuro se articulaban cada vez y de forma diferente, sin embargo un día quiso saber, y "querer saber" es la condena del neurótico y lo que condena al sujeto a la neurosis.

Cuando quiere saber sobre su futuro entra en el deseo prevenido de la fobia, cuando quiere saber sobre su pasado entra en el laberinto del deseo imposible del obsesivo o en los jeroglíficos del deseo insatisfecho de la histeria.

Y la entrada ha sido clausurada, no se puede salir por la misma puerta que se ha entrado, la única salida es contratar a un psicoanalista, porque sólo un psicoanalista sabe encontrar la puerta de salida desde el interior de la transferencia.

Amelia Díez Cuesta
Psicoanalista
607 762 104
ameliadiezcuesta@gmail.com

TRASTORNOS DEL
SISTEMA INMUNE.
ALERGIAS Y ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL

Alergias.

Trousseau (1801-1867), eminente médico clínico y teórico de la Medicina, era asmático y analizó sobre él mismo el papel que jugaba el alergeno (que llegó a identificar como polvo de avena) en el desarrollo de sus crisis de asma, con respecto a una de ellas escribe: "Pero, seguramente también, este polvo no ha sido suficiente por sí solo para causarme un accidente tan violento, ha hecho falta, pues, que esta causa me haya sorprendido en condiciones particulares. Bajo la influencia de la emoción moral mi sistema nervioso estaba excitado".

 

La respuesta alérgica es una respuesta inmune inadecuada y exagerada a un antígeno inocuo para el organismo, por ejemplo: el polen o el polvo. Frente a un grano de polen, despliega el sujeto gran parte de su ejército inmune, como si de un enemigo poderoso se tratase.

La respuesta inflamatoria que se observa en los bronquios de los pacientes con asma, no es otra cosa que esta respuesta exagerada. Podríamos decir que los asmáticos alérgicos no son hiperreactivos sólo a nivel bronquial, sino también a nivel inmunitario, y es muy posible que lo sean también en sus relaciones sociales. La relación de objeto en el alérgico está marcada por esta característica, mostrándose en ocasiones intolerantes, desconfiados, y como si todo lo ajeno, lo exterior, el otro, fuese un enemigo que amenazase la propia integridad.

Esta posición psíquica, de suponer enemigo al semejante, es muy característica de una posición fóbica. En relación a este señalamiento, se han realizado estudios médicos donde se observa que las personas que sufren agorafobia y trastornos de pánico registran mayor riesgo de padecer alergias.

En un estudio realizado en el Hospital del Mar de Barcelona, por el Dr. Bulbena, que comparó un grupo de personas que sufría trastornos de ansiedad (agorafobia, trastornos de pánico) con un grupo de pacientes sin ninguna enfermedad psiquiátrica, se pudo observar que los primeros presentaban con una mayor frecuencia las enfermedades somáticas mencionadas, 6,1 veces más alergias.

Enfermedad inflamatoria crónica (EII)

En la EII existe una alteración de la inmunidad local, a nivel del intestino. El estado normal del sistema inmunitario mucoso es el de una respuesta inmunitaria inhibida frente a los contenidos luminales, a causa de la tolerancia oral que se produce en condiciones normales. Por ejemplo cuando se administran por vía oral antígenos solubles, en vez de por vía subcutánea o por vía IM, se induce una arreactividad específica, esto explica la falta de respuesta a los antígenos de la dieta y a la microflora comensal intestinal. En la EII se altera este estado de supresión que se ha relacionado con una alteración de la apoptosis de linfocitos T.

El intestino constituye una extensa superficie mucosa con vellosidades, microvellosidades y criptas, especialmente diseñadas para aumentar el área de contacto y favorecer la absorción de nutrientes que provienen principalmente de los alimentos. Los componentes del intestino interactúan con los alimentos así como con más de 400 especies diferentes de bacterias comensales, que se alojan en la mucosa y facilitan procesos asociados con la nutrición.

Debido al gran número de bacterias presentes en el intestino, el sistema inmune debe ser capaz de diferenciar entre comensales y patógenos, y generar adecuadas respuestas de tolerancia o inflamación, respectivamente.

Las EII se caracterizan por una pérdida de la capacidad de controlar la respuesta inmune a antígenos presentes en el lumen intestinal. En pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria se han observado reacciones inmunológicas humorales y celulares dirigidas contra las bacterias intestinales y las células entéricas. Esta "equivocada identificación" parece estar relacionada con algunas particularidades de las células del sistema inmune, que normalmente reconocen a estas bacterias.

En la enfermedad de Crohn se ha sugerido que un mecanismo natural llamado apoptosis, un proceso mediante el cual las células se autodestruyen, puede no ser eficaz. En el caso de la enfermedad de Crohn las células T pueden carecer de esta propiedad y de este modo se multiplican de una manera más rápida de la que mueren, causando una respuesta inmunológica excesiva.

Desde el psicoanálisis, podemos pensar que la alteración que existe en estos sujetos es la dificultad de reconocer al amigo, colaborador, aliado o auxiliar como tal: se lo ataca como si de un enemigo se tratase. Por otra parte, las enfermedades inflamatorias específicamente intestinales tienen otras características que no dependen de la alteración del sistema inmune, sino de las características del órgano afecto: en general, en las afecciones del tubo digestivo se pone en juego uno de los componentes de la libido que es el erotismo anal. Al carácter anal se asocian ciertos rasgos de la personalidad, como son el orden, la tacañería y la terquedad, que no es raro ver en los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal.

Pilar Rojas Martínez.
Psicoanalista.
Médico Especialista en Reumatología y
en Medicina Familiar y Comunitaria
696 194 259
pilar.rojas@wanadoo.es
www.pilarrojas.com


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2490)

 

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