Sumario

LAS CONSTRUCCIONES DEL ESPACIO CREATIVO
Buenos Aires, 1995

Las construcciones (I)
Las construcciones (II)
Las construcciones (III)
Las construcciones (IV)
Las construcciones (V)
 
Funcionamiento del sistema de protección del organismo contra agentes externos: Sistema Inmune
Un acercamiento psicoanalítico a los trastornos de la inmunidad
Deseamos deseos, no objetos
La transferencia
 
Sobre las relaciones de pareja
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Sabemos que esto el único que lo consiguió, en el mundo entero, fue Borges. El único constructor, el único arquitecto que triunfó porque consiguió generar lo nuevo, fue Borges. La experiencia no se puede repetir. Los franceses están psicóticos para ver como Borges hizo sus construcciones. De cualquier manera superó a muchos creadores. Cuando él dedica: A mis competidores por el amor de Buenos Aires, Portogalo, Tuñón, Nicolás Olivari. Son tres creadores, que él mismo siendo un constructor consiguió superar, de alguna manera.

Cambiaría CONSTRUCCIÓN por PRODUCCIÓN. Tanto construcción como creativo es para ayudarnos a pensar, no es que sea tan diferente, en cambio lo que sí es diferente es lo del espacio. No hay tal espacio creativo, es un TIEMPO la creación. No es que cuando produzco una metáfora produzco un nuevo espacio o cuando produzco una imagen en un poema produzco un nuevo espacio, lo que produzco es una nueva temporalidad. Otro tiempo de la Cosa.

La Construcción del tiempo creativo puede funcionar aunque yo realmente le pondría “La Producción del tiempo de la creación”, haciendo la salvedad que para muchos autores, sobre todo los crédulos franceses, crear sólo puede crear Dios, el hombre puede inventar. Pero llamar inventar a la creación para poner a Dios en el circuito, a mí me parece un error. Una creación no es un invento, no es exactamente un invento, y un invento la mayoría de las veces no es una creación.

Hay una ideología detrás de todo esto, o una filosofía, si ustedes quieren, ¿a qué llamo teoría científica? ¿a cualquier cosa que tenga prolegómenos teóricos? ¿a cualquier cosa que desencadene un proceso de conocimiento? o ¿yo llamo teoría a aquello que viene a develar en su inscripción social un misterio para el hombre (por supuesto, sin que el misterio deje de ser misterio)?

Evidentemente la teoría del inconsciente es una teoría porque viene a poner al hombre frente a lo que para él era todo misterio: su afectividad, su deseo, su pulsión. Por eso es una teoría, porque su inscripción social pone al hombre frente a aquello que desconocía como tal, como hombre.

Con la poesía pasa lo mismo o con el arte. Con la creación pasa lo mismo. No todo poema es una creación. Un poco para traer a Lacan y parafrasearlo, así como hay palabra vacía sin la cual no habría plenitud, nosotros sabemos que sin la diacronía parlante, jamás habría escansión significante. También es cierto que la diacronía parlante es la diacronía parlante, no la puedo interpretar, tengo que sostenerla hasta que aparezca la escansión. Con la escritura pasa lo mismo, no toda escritura es escritura plena -voy a decirlo con palabras que podamos entender- no toda escritura es escritura plena, hay una escritura que tiene que ver con la diacronía del escribir, o cualquier otra cosa creativa, lo mismo puede pasar con la pintura. Y si cuando aludo a poesía aludo a la experiencia creativa por excelencia, no quiere decir que la función poética no esté en todo acto de creación.

No se puede hacer un cuadro sin función poética, no se puede ni siquiera escribir una novela sin función poética, y eso que la novela tiene mucho de construcción, más que de producción. Sin embargo se conocen algunas novelas, algunos cuentos sobre todo, donde la función poética genera una situación altamente novedosa, altamente didáctica para el ser humano.

El asunto del tiempo es importante porque por ejemplo, aquí habría algunas nociones psicoanalíticas, no para entrar en tema, sino para ver cómo la negación y la repetición son fundamentales para pensar la creatividad o la creación, en tanto ustedes saben que el mecanismo de la negación abre al sujeto al orden del pensamiento inconsciente, que es donde se genera el proceso creativo. Sin negación no hay pensamiento y yo diría más: sin negación no hay movilidad, por eso que también la negación está.

A veces explico en las clases que un niño sin ideología no puede caminar, porque la ideología es lo que nos dice hacia dónde tenemos que ir, es ciega pero tiene indicación, tiene sentido. No es descartable, no es una cosa mala la ideología, es algo que puede ser leído por las teorías o puede ser interpretado, puede ser rectificado, pero que nunca deja de existir porque es la propia vida del sujeto, en tanto es lo que permite el movimiento.

La ideología está ligada a la negación. El sujeto antes de negar está paralizado, está quieto, está perdido, está anonadado.

La repetición, en el sentido psicoanalítico, con la propiedad psicoanalítica, que es que siempre hay una novedad en la repetición. Sin la repetición no hay historia y si no hay historia no hay creación. De la misma manera si no hay reiteración no hay conocimiento, por eso a mí me parece que es una barbaridad, a veces, cuando un profesor da una clase donde no existe ninguna reiteración, porque es absolutamente imposible aprender, sin reiteración. Una buena retórica didáctica es aquella que puede reiterar sin aburrir, sin hacerle dar cuenta al candidato o al escucha que está reiterando, pero que necesariamente tiene que reiterar. La reiteración no es la repetición, pero hay algo que las une, en el sentido de que la reiteración tampoco es “lo mismo”, la reiteración es que se vuelve a decir lo mismo de manera diferente.

La reiteración es del orden de la retórica, no inconsciente, aunque funcione de manera inconsciente, en cambio la repetición es de la retórica propia del deseo inconsciente, según Lacan uno de los conceptos fundamentales y que tiene que ver con la pulsión de muerte. Eso también es importante, por eso que negación, repetición, reiteración y pulsión de muerte, porque la pulsión de muerte es la puntuación en el arte. No me acuerdo si era Gris, el pintor al cual la mujer le detenía el cuadro, es decir, él no tenía pulsión de muerte, él era un niño que gozaba, pintaba, hasta que la mujer decía hasta aquí, porque en pintura una pincelada más estropea el cuadro, en poesía también aunque en pintura es más notable. Una pincelada de menos no, pero una pincelada de más sí. Era un pintor que tenía trastornos en comprender que era mortal.

La pulsión de muerte no es que uno se ande matando por la calle sino que es un aceptar que la existencia humana es finita, lo que decimos puntuación. En un escritor, se ve claramente que cuando los jóvenes no puntúan no es que quieran independizarse sino que lo que quieren es someterse a la inmortalidad. No es que quieran independizarse de la puntuación o del doble espacio o de la caída de la página, sino que es debido a la forclusión de la pulsión de muerte.

Sin el concepto de pulsión de muerte es muy difícil trabajar en grupos de creación porque no habría puntuación y la puntuación es fundamental, en tanto se sabe que una frase tiene su sentido después del punto.

Pregunta: ¿El punto, temporaliza también?

Dr. Menassa: Sí, exactamente, la puntuación temporaliza, porque es un problema con el tiempo lo que genera la puntuación, por eso que la creación es un problema del tiempo, no tiene nada que ver con el espacio. Aunque uno vea en los grafos de Lacan como un espacio, se trata de una topología del tiempo, aunque le costó más de 25 años llegar a formular totalmente esta relación, cuando dicta la topología y el tiempo.


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2500)

El momento de concluir, en cualquier cosa, en psicoanálisis, en la literatura, en una obra de arte, en un grupo, el momento es cuando el candidato, candidato llamamos al pintor, permítanme la deformación profesional, al grupo que termina, el momento de concluir es aquel momento donde el candidato deja de ser candidato a pintor, candidato a psicoanalista, candidato a grupo, para pasar a candidato a la muerte, ese es el momento de concluir. Poder concluir una actividad grupal es también aprender a ser mortal.

Que no es que uno repudie las diferencias sexuales, como escuché decir el otro día por ahí, entonces si lo arreglamos sociológicamente, no tenemos por qué repudiar las diferencias sexuales. Lo que pasa es que la diferencia sexual trae al sujeto la intención de que provenimos de macho y hembra y toda especie que proviene de macho y hembra es mortal. Esa es la cuestión de los sexos, no es que se pueda arreglar sociológicamente o culturalmente, que ahora podamos decir que el sexo de la mujer es bonito y el sexo del hombre es bonito, y que ya no haya repudio de las diferencias, sino que la diferencia sexual lo que marca es provenir de una estructura macho y hembra, y si provengo de una estructura macho y hembra soy de una especie mortal. Toda especie que se reproduce y nosotros nos reproducimos, es mortal. De ahí también la importancia del amor. El amor es la reproducción pero también es la producción.

Cierta amalgama, cierta cercanía grupal tiene que ver con el amor, en el mismo sentido que en la especie el amor reúne a los amantes que se van a reproducir, por eso que la gente está tan preocupada por esa indiferencia actual, porque corre peligro la especie, porque sin amor no hay apareamiento, el amor tiene más que ver con la especie que con lo psíquico, porque en lo psíquico no hay representación de masculino y femenino, pero para la especie sí hay representación.

En la situación grupal de creación también habría que trabajar el amor. Entonces, negación, repetición, reiteración, pulsión de muerte y amor de transferencia, para decirlo en los términos freudianos.

Quiero mostrar que una construcción, tomo estos elementos y construyo, en el sentido mismo de construcción: pongo un ladrillo, cemento, otro ladrillo. Esto no es la producción del ladrillo, no hay una transformación de la materia prima. Yo insisto en esto porque a mí me interesa para la creación eso, porque si yo me parezco al poema, me mandan al psiquiátrico.

En la producción hay salto, en la construcción hay diacronía, no hay sincronía, en cambio en la producción hay salto. Es como dicen los teóricos, no hay un concepto teórico que venga en una posible deducción, sino que vengo deduciendo, digamos, y hay un corte, hay un salto, un salto al vacío, un salto tridimensional. Hay un verdadero salto ¿qué quiere decir?: que el sujeto de la experiencia no sabe nada de la experiencia.

Otra cosa que tenemos que manejar es la imaginación. Esto no viene del psicoanálisis o viene del psicoanálisis pero en realidad quien lo dijo fue Einstein cuando le preguntaron sobre la matematización de todos los procesos, dijo que sí pero que sin imaginación no hay nueva realidad, por lo tanto sin imaginación no hay nuevo concepto.

La imaginación está dentro del campo del imaginario universal y el imaginario universal es poético, no hay otro imaginario universal, sólo la poesía tiene el imaginario universal. Cuando Einstein dice imaginación está aludiendo a un momento de salto, a un momento absolutamente inconsciente, por eso que es importante.

Claro, el imaginario del sujeto siempre tiene que ver con la mamá o con el pecho, con la constitución primordial del cuerpo, la fase del espejo.

Yo lo planteo en la escucha analítica, cuando digo que la escucha analítica no puede ser psicoanalítica porque el psicoanálisis es una ciencia, tiene imaginario restringido. Si escucho desde el psicoanálisis pondría epítetos, ella habla y yo digo: represión, forclusión... Voy determinando desde la escucha analítica. No, tengo que escuchar desde el imaginario universal, imaginario universal que es un universal poético, un imaginario poético. La interpretación sí es psicoanalítica, pero la escucha no.

Esto está en Freud, cuando Freud escucha lo hace desde el imaginario universal, cuando él partiendo del discurso analítico recorre toda la historia de la literatura. Freud no recibió ningún premio por científico, el único premio que recibió fue el Premio Goethe de Literatura.

Pregunta: La escucha tiene que ser poética y la interpretación analítica, pero tampoco lo poético... analítico...
Dr. Menassa: Cuando yo digo: no tengo que tener nada, tengo que olvidar todo mi pasado para poder ser un buen psicoanalista, no me tengo que acordar de las interpretaciones que me hicieron, no me tengo que acordar de la supervisión, no tengo que acordarme de lo que estudié, eso es la escucha poética, porque si fuera la escucha psicoanalítica sería: el sujeto puede ser neurótico, perverso o psicótico, y esta es su normalidad. La normalidad del sujeto es ver cómo se pasea por los mecanismos de represión, de forclusión y de renegación o repudio.

En la creación pasa lo mismo, estoy escribiendo y aparece el poema. Por ejemplo, yo escribí un poema muy hermoso en una clase de Raúl Sciarretta, cuando estuvo en la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero de España, yo escribí un poema que no pude terminar, que terminé la semana siguiente. Con la interpretación psicoanalítica pasa lo mismo, cuando yo conozco la interpretación estoy haciendo psicoterapia, cuando yo digo: ahora le voy a interpretar esto, eso es psicoterapia. A mí la interpretación me sorprende. Además con gente grande uno se queda conversando y el paciente viene a la semana o a los días y dice: ¡qué interpretación que me hiciste el otro día! Y uno no sabe de qué se trata, tiene que escuchar al paciente para saber qué interpretación uno le hizo. No es el psicoanalista el que determina qué es o qué no es interpretación, como no es el poeta el que determina qué es poético y qué no es poético.
Por eso la importancia de lo social en lo que yo digo.

(sigue...)

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