Sabemos
que esto el único que lo consiguió, en
el mundo entero, fue Borges. El único constructor,
el único arquitecto que triunfó porque
consiguió generar lo nuevo, fue Borges. La experiencia
no se puede repetir. Los franceses están psicóticos
para ver como Borges hizo sus construcciones. De cualquier
manera superó a muchos creadores. Cuando él
dedica: A mis competidores por el amor de Buenos Aires,
Portogalo, Tuñón, Nicolás Olivari.
Son tres creadores, que él mismo siendo un constructor
consiguió superar, de alguna manera.
Cambiaría CONSTRUCCIÓN por PRODUCCIÓN.
Tanto construcción como creativo es para ayudarnos
a pensar, no es que sea tan diferente, en cambio lo que
sí es diferente es lo del espacio. No hay tal
espacio creativo, es un TIEMPO la creación. No
es que cuando produzco una metáfora produzco un
nuevo espacio o cuando produzco una imagen en un poema
produzco un nuevo espacio, lo que produzco es una nueva
temporalidad. Otro tiempo de la Cosa.
La Construcción del tiempo creativo puede funcionar
aunque yo realmente le pondría “La Producción
del tiempo de la creación”, haciendo la
salvedad que para muchos autores, sobre todo los crédulos
franceses, crear sólo puede crear Dios, el hombre
puede inventar. Pero llamar inventar a la creación
para poner a Dios en el circuito, a mí me parece
un error. Una creación no es un invento, no es
exactamente un invento, y un invento la mayoría
de las veces no es una creación.
Hay una ideología detrás de todo esto,
o una filosofía, si ustedes quieren, ¿a
qué llamo teoría científica? ¿a
cualquier cosa que tenga prolegómenos teóricos? ¿a
cualquier cosa que desencadene un proceso de conocimiento?
o ¿yo llamo teoría a aquello que viene
a develar en su inscripción social un misterio
para el hombre (por supuesto, sin que el misterio deje
de ser misterio)?
Evidentemente la teoría del inconsciente es una
teoría porque viene a poner al hombre frente a
lo que para él era todo misterio: su afectividad,
su deseo, su pulsión. Por eso es una teoría,
porque su inscripción social pone al hombre frente
a aquello que desconocía como tal, como hombre.
Con la poesía pasa lo mismo o con el arte. Con
la creación pasa lo mismo. No todo poema es una
creación. Un poco para traer a Lacan y parafrasearlo,
así como hay palabra vacía sin la cual
no habría plenitud, nosotros sabemos que sin la
diacronía parlante, jamás habría
escansión significante. También es cierto
que la diacronía parlante es la diacronía
parlante, no la puedo interpretar, tengo que sostenerla
hasta que aparezca la escansión. Con la escritura
pasa lo mismo, no toda escritura es escritura plena -voy
a decirlo con palabras que podamos entender- no toda
escritura es escritura plena, hay una escritura que tiene
que ver con la diacronía del escribir, o cualquier
otra cosa creativa, lo mismo puede pasar con la pintura.
Y si cuando aludo a poesía aludo a la experiencia
creativa por excelencia, no quiere decir que la función
poética no esté en todo acto de creación.
No se puede hacer un cuadro sin función poética,
no se puede ni siquiera escribir una novela sin función
poética, y eso que la novela tiene mucho de construcción,
más que de producción. Sin embargo se conocen
algunas novelas, algunos cuentos sobre todo, donde la
función poética genera una situación
altamente novedosa, altamente didáctica para el
ser humano.
El asunto del tiempo es importante porque por ejemplo,
aquí habría algunas nociones psicoanalíticas,
no para entrar en tema, sino para ver cómo la
negación y la repetición son fundamentales
para pensar la creatividad o la creación, en tanto
ustedes saben que el mecanismo de la negación
abre al sujeto al orden del pensamiento inconsciente,
que es donde se genera el proceso creativo. Sin negación
no hay pensamiento y yo diría más: sin
negación no hay movilidad, por eso que también
la negación está.
A veces explico en las clases que un niño sin
ideología no puede caminar, porque la ideología
es lo que nos dice hacia dónde tenemos que ir,
es ciega pero tiene indicación, tiene sentido.
No es descartable, no es una cosa mala la ideología,
es algo que puede ser leído por las teorías
o puede ser interpretado, puede ser rectificado, pero
que nunca deja de existir porque es la propia vida del
sujeto, en tanto es lo que permite el movimiento.
La ideología está ligada a la negación.
El sujeto antes de negar está paralizado, está quieto,
está perdido, está anonadado.
La repetición, en el sentido psicoanalítico,
con la propiedad psicoanalítica, que es que siempre
hay una novedad en la repetición. Sin la repetición
no hay historia y si no hay historia no hay creación.
De la misma manera si no hay reiteración no hay
conocimiento, por eso a mí me parece que es una
barbaridad, a veces, cuando un profesor da una clase
donde no existe ninguna reiteración, porque es
absolutamente imposible aprender, sin reiteración.
Una buena retórica didáctica es aquella
que puede reiterar sin aburrir, sin hacerle dar cuenta
al candidato o al escucha que está reiterando,
pero que necesariamente tiene que reiterar. La reiteración
no es la repetición, pero hay algo que las une,
en el sentido de que la reiteración tampoco es “lo
mismo”, la reiteración es que se vuelve
a decir lo mismo de manera diferente.
La reiteración es del orden de la retórica,
no inconsciente, aunque funcione de manera inconsciente,
en cambio la repetición es de la retórica
propia del deseo inconsciente, según Lacan uno
de los conceptos fundamentales y que tiene que ver con
la pulsión de muerte. Eso también es importante,
por eso que negación, repetición, reiteración
y pulsión de muerte, porque la pulsión
de muerte es la puntuación en el arte. No me acuerdo
si era Gris, el pintor al cual la mujer le detenía
el cuadro, es decir, él no tenía pulsión
de muerte, él era un niño que gozaba, pintaba,
hasta que la mujer decía hasta aquí, porque
en pintura una pincelada más estropea el cuadro,
en poesía también aunque en pintura es
más notable. Una pincelada de menos no, pero una
pincelada de más sí. Era un pintor que
tenía trastornos en comprender que era mortal.
La pulsión de muerte no es
que uno se ande matando por la calle sino que es un
aceptar que la existencia humana es finita, lo que
decimos puntuación. En un escritor, se ve claramente
que cuando los jóvenes no puntúan no
es que quieran independizarse sino que lo que quieren
es someterse a la inmortalidad. No es que quieran independizarse
de la puntuación o del doble espacio o de la
caída de la página, sino que es debido
a la forclusión de la pulsión de muerte.
Sin el concepto de pulsión
de muerte es muy difícil trabajar en grupos
de creación porque no habría puntuación
y la puntuación es fundamental, en tanto se
sabe que una frase tiene su sentido después
del punto.
Pregunta: ¿El punto, temporaliza
también?
Dr. Menassa: Sí, exactamente,
la puntuación temporaliza, porque es un problema
con el tiempo lo que genera la puntuación, por
eso que la creación es un problema del tiempo,
no tiene nada que ver con el espacio. Aunque uno vea
en los grafos de Lacan como un espacio, se trata de
una topología del tiempo, aunque le costó más
de 25 años llegar a formular totalmente esta
relación, cuando dicta la topología y
el tiempo.
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Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2500)
El momento de concluir, en cualquier
cosa, en psicoanálisis, en la literatura, en
una obra de arte, en un grupo, el momento es cuando
el candidato, candidato llamamos al pintor, permítanme
la deformación profesional, al grupo que termina,
el momento de concluir es aquel momento donde el candidato
deja de ser candidato a pintor, candidato a psicoanalista,
candidato a grupo, para pasar a candidato a la muerte,
ese es el momento de concluir. Poder concluir una actividad
grupal es también aprender a ser mortal.
Que no es que uno repudie las diferencias
sexuales, como escuché decir el otro día
por ahí, entonces si lo arreglamos sociológicamente,
no tenemos por qué repudiar las diferencias
sexuales. Lo que pasa es que la diferencia sexual trae
al sujeto la intención de que provenimos de
macho y hembra y toda especie que proviene de macho
y hembra es mortal. Esa es la cuestión de los
sexos, no es que se pueda arreglar sociológicamente
o culturalmente, que ahora podamos decir que el sexo
de la mujer es bonito y el sexo del hombre es bonito,
y que ya no haya repudio de las diferencias, sino que
la diferencia sexual lo que marca es provenir de una
estructura macho y hembra, y si provengo de una estructura
macho y hembra soy de una especie mortal. Toda especie
que se reproduce y nosotros nos reproducimos, es mortal.
De ahí también la importancia del amor.
El amor es la reproducción pero también
es la producción.
Cierta amalgama, cierta cercanía
grupal tiene que ver con el amor, en el mismo sentido
que en la especie el amor reúne a los amantes
que se van a reproducir, por eso que la gente está tan
preocupada por esa indiferencia actual, porque corre
peligro la especie, porque sin amor no hay apareamiento,
el amor tiene más que ver con la especie que
con lo psíquico, porque en lo psíquico
no hay representación de masculino y femenino,
pero para la especie sí hay representación.
En la situación grupal de
creación también habría que trabajar
el amor. Entonces, negación, repetición,
reiteración, pulsión de muerte y amor
de transferencia, para decirlo en los términos
freudianos.
Quiero mostrar que una construcción,
tomo estos elementos y construyo, en el sentido mismo
de construcción: pongo un ladrillo, cemento,
otro ladrillo. Esto no es la producción del
ladrillo, no hay una transformación de la materia
prima. Yo insisto en esto porque a mí me interesa
para la creación eso, porque si yo me parezco
al poema, me mandan al psiquiátrico.
En la producción hay salto,
en la construcción hay diacronía, no
hay sincronía, en cambio en la producción
hay salto. Es como dicen los teóricos, no hay
un concepto teórico que venga en una posible
deducción, sino que vengo deduciendo, digamos,
y hay un corte, hay un salto, un salto al vacío,
un salto tridimensional. Hay un verdadero salto ¿qué quiere
decir?: que el sujeto de la experiencia no sabe nada
de la experiencia.
Otra cosa que tenemos que manejar
es la imaginación. Esto no viene del psicoanálisis
o viene del psicoanálisis pero en realidad quien
lo dijo fue Einstein cuando le preguntaron sobre la
matematización de todos los procesos, dijo que
sí pero que sin imaginación no hay nueva
realidad, por lo tanto sin imaginación no hay
nuevo concepto.
La imaginación está dentro
del campo del imaginario universal y el imaginario
universal es poético, no hay otro imaginario
universal, sólo la poesía tiene el imaginario
universal. Cuando Einstein dice imaginación
está aludiendo a un momento de salto, a un momento
absolutamente inconsciente, por eso que es importante.
Claro, el imaginario del sujeto siempre
tiene que ver con la mamá o con el pecho, con
la constitución primordial del cuerpo, la fase
del espejo.
Yo lo planteo en la escucha analítica,
cuando digo que la escucha analítica no puede
ser psicoanalítica porque el psicoanálisis
es una ciencia, tiene imaginario restringido. Si escucho
desde el psicoanálisis pondría epítetos,
ella habla y yo digo: represión, forclusión...
Voy determinando desde la escucha analítica.
No, tengo que escuchar desde el imaginario universal,
imaginario universal que es un universal poético,
un imaginario poético. La interpretación
sí es psicoanalítica, pero la escucha
no.
Esto está en Freud, cuando
Freud escucha lo hace desde el imaginario universal,
cuando él partiendo del discurso analítico
recorre toda la historia de la literatura. Freud no
recibió ningún premio por científico,
el único premio que recibió fue el Premio
Goethe de Literatura.
Pregunta: La escucha tiene que ser
poética y la interpretación analítica,
pero tampoco lo poético... analítico...
Dr. Menassa: Cuando yo digo: no tengo que tener nada,
tengo que olvidar todo mi pasado para poder ser un
buen psicoanalista, no me tengo que acordar de las
interpretaciones que me hicieron, no me tengo que acordar
de la supervisión, no tengo que acordarme de
lo que estudié, eso es la escucha poética,
porque si fuera la escucha psicoanalítica sería:
el sujeto puede ser neurótico, perverso o psicótico,
y esta es su normalidad. La normalidad del sujeto es
ver cómo se pasea por los mecanismos de represión,
de forclusión y de renegación o repudio.
En la creación pasa lo mismo,
estoy escribiendo y aparece el poema. Por ejemplo,
yo escribí un poema muy hermoso en una clase
de Raúl Sciarretta, cuando estuvo en la Escuela
de Psicoanálisis Grupo Cero de España,
yo escribí un poema que no pude terminar, que
terminé la semana siguiente. Con la interpretación
psicoanalítica pasa lo mismo, cuando yo conozco
la interpretación estoy haciendo psicoterapia,
cuando yo digo: ahora le voy a interpretar esto, eso
es psicoterapia. A mí la interpretación
me sorprende. Además con gente grande uno se
queda conversando y el paciente viene a la semana o
a los días y dice: ¡qué interpretación
que me hiciste el otro día! Y uno no sabe de
qué se trata, tiene que escuchar al paciente
para saber qué interpretación uno le
hizo. No es el psicoanalista el que determina qué es
o qué no es interpretación, como no es
el poeta el que determina qué es poético
y qué no es poético.
Por eso la importancia de lo social en lo que yo digo.
(sigue...) |