Un aprendizaje que podemos adquirir del psicoanálisis
sobre la mujer es que una mujer no nace mujer, se hace.
Es una construcción, se trata de un trabajo,
no por haber nacido anatómicamente con sexo
femenino, se es mujer, sino que hay que hacer el trabajo
de ser mujer.
Si hacemos una lectura histórica, descubrimos
que la mujer tiene alma desde hace relativamente poco
tiempo, desde el Concilio de Trento precisamente, en
el siglo XVI. Es decir, que a la mujer siempre se le
ha considerado rara, ajena. Pero ese pensamiento, todavía,
está en todos nosotros, actualmente los prejuicios,
es decir, los juicios previos en torno a la mujer son
muchos.
Hasta el psicoanálisis a la mujer no se le permitía
pensar, hablar, escribir. La historia nos muestra a
la mujer como mercancía, el papel de la mujer
en los siglos pasados ha sido el de madre y esposa,
pasando de la economía de los padres a la economía
del marido, siendo su principal objetivo el de la reproducción.
La propuesta del psicoanálisis es que tanto
el hombre como la mujer pueden y deben adoptar la posición
femenina y la masculina para poder las distintas facetas
de lo humano. Ya que femenino y masculino para el psicoanálisis
son posiciones psíquicas necesarias para desempeñar
las diferentes facetas de la vida. La escritura, por
ejemplo, se realiza en posición femenina.
El psicoanálisis piensa a la mujer como deseante;
como hablante. Sin embargo, hasta hace muy poco y actualmente
en algunos sectores socio-culturales la única
sexualidad que se le permitía y se le permite
a la mujer es la de la reproducción biológica,
sin acceso al campo del deseo y si una mujer se acerca
demasiado al mismo, incluso puede ser considerada como
una mujer de mal vivir.
Para ella la sexualidad era única y exclusivamente
la genital, destinada a la reproducción. Siempre
se la ha considerado inferior al hombre. La represión
sexual en ella equivalía a una represión
intelectual.
No es tarea fácil modificar un pensamiento de
las cosas, esto es hasta tal punto así, que
sólo cuando para la sociedad fue necesaria más
mano de obra, se produce el acercamiento de las mujeres
al mundo laboral. Al terminar la situación de
necesidad, la mayoría de las mujeres volvieron
al hogar para seguir ocupándose de los hijos
y del esposo, la mujer es tomada como una mercancía
que genera el intercambio.
Cuando Freud le propone a la mujer que hable, la introduce
en el orden simbólico, podemos decir que el
psicoanálisis hace a la mujer, humana. A partir
de ese momento puede ser otra cosa, tiene la posibilidad
de ser trabajadora, productora de otras creaciones,
no solamente reproductora de hijos.
En la Escuela de Psicoanálisis y Poesía
Grupo Cero la mujer, además de hablar, tiene
la posibilidad de escribir, así podrá formar
parte de la historia, construir una nueva realidad,
pasar de lo social-mítico a lo social histórico.
La sexualidad para el psicoanálisis es todo
aquello que el hombre toca con su palabra, es decir
que la diferencia entre sexualidad humana, y sexualidad
animal, es que el hombre posee la capacidad de hablar.
El psicoanálisis funda para la mujer un modelo,
una nueva posibilidad, donde su destino no es sólo
la procreación sino también la creación,
la producción, el trabajo.
Magdalena Salamanca
Psicoanalista
630 070 253
magdalenasalamanca@gmail.com
www.magdalenasalamanca.com
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CUANDO EL
ENEMIGO
ES UNO MISMO
Enfermedades autoinmunes |
A principio del siglo XX, Paul Erlich
acuñó la dramática expresión "horror
autotoxicus" para designar la inmunidad contra
lo propio. La autoinmunidad es una causa importante
de enfermedad en los humanos, que afecta aproximadamente
del 3 al 5% de la población general.

2011
50 años de la primera publicación
de Miguel Oscar Menassa,
candidato al Premio Nobel
de Literatura 2010
40 años de la fundación de Grupo
Cero
30 años de la fundación de la Escuela
de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero |
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La cuestión
central en las enfermedades autoinmunes, aquello que
las caracteriza, es que el propio sistema inmune de
defensa, el mismo que tiene que proteger al sujeto,
ataca sus tejidos, sus propias células, dañándolas
y produciendo enfermedad.
Las enfermedades
autoinmunes constituyen uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la Medicina hoy
en día. Aunque se sabe que se trata de enfermedades
en las que se produce un fallo en el fenómeno
de tolerancia inmunológica, no hay explicación
médica de porqué, ni en muchos casos cómo,
se produce la enfermedad. Se habla de predisposición
genética y factores ambientales, es decir, multipledeterminación.
Recordemos que la clave del funcionamiento correcto del
sistema inmune se sitúa en el fenómeno
de autotolerancia: los linfocitos autorreactivos, es
decir, capaces de reaccionar contra antígenos
propios, son eliminados mayoritariamente durante la maduración
del sistema inmune o inactivados y/o eliminados en etapas
posteriores, a lo largo de la vida. Este fenómeno
de tolerancia inmunológica, se basa en el reconocimiento
celular.
En condiciones normales el linfocito reconoce las células
propias, por presentar determinados marcadores celulares,
y no las ataca. En las enfermedades autoinmunes, sería
como si en el fragor de la batalla el enemigo se disfrazara
con "nuestras mismas ropas", no habría
posibilidad de diferenciar entre lo ajeno y lo propio,
y "nuestras armas" acabarían con alguno
de los suyos, pero también con alguno de los nuestros.
La gran mayoría de linfocitos autorreactivos son
eliminados durante la maduración del sistema (mediante
selección clonal) o inactivados (anergia), pero
en individuos normales también existe un pequeño
pool de células autorreactivas. Es decir que al
igual que decimos que la estructura del aparato psíquico
y los mecanismos que en él actúan son iguales
para enfermos y sanos y debemos pensar la enfermedad
desde el punto de vista dinámico, parece que aquí podría
suceder lo mismo: no hay alteraciones estructurales del
sistema, sino funcionales.
Las alteraciones de la tolerancia inmunológica
y de todos los dispositivos para mantenerla dan lugar
a patología autoinmune, no se reconoce lo propio
como tal y se desencadenan una serie de reacciones que
tienden a eliminar a ese antígeno como si fuera
extraño o no propio.
La consecuencia normal de una respuesta frente a un antígeno
externo es la eliminación del antígeno
invasor. Sin embargo, cuando se desarrolla una respuesta
inmunitaria frente a un antígeno propio, resulta
habitualmente imposible para los mecanismos inmunitarios
eliminar por completo al antígeno, como consecuencia
se producen lesiones inflamatorias crónicas en
los tejidos, que incluso pueden llegar a ser mortales.
Un acercamiento psicoanalítico a la etiopatogenia
de las enfermedades autoinmunes.
A. Autoinmunidad y pulsión
de muerte
Hay dos tendencias o pulsiones que regulan la vida de
todo sujeto: la pulsión de vida y la pulsión
de muerte. Ambas actúan conjuntamente para la
conservación de la vida.
La pulsión de muerte tiene varios componentes:
1. La pulsión de muerte que actúa internamente
en el sujeto:
a. El componente de la pulsión de muerte necesaria
para los procesos de mantenimiento de la vida, que en
su faceta biológica sería la apoptosis
o muerte celular programada, que consiste en un fenómeno
necesario para la vida: algunas células mueren
para que el organismo entero conserve su existencia (todas
las células orgánicas, tienen una vida
media, por ejemplo: 120 días para los hematíes,
que cuando termina, son inducidos unos mecanismos de
apoptosis o muerte celular programada activos: la célula
no muere pasivamente sino que "se mata". Desde
el punto de vista psíquico, esta pulsión
tiene que ver con la puntuación, con los finales,
con la capacidad de dejar una tarea o etapa para iniciar
una nueva, etc.
b. Un componente de la pulsión de muerte que tiene
relación con el "masoquismo primordial":
aquella tendencia del sujeto que actúa contra
sí mismo.
2. La pulsión de muerte que se dirige al exterior
como agresividad. Es un componente de la pulsión
cuando después de ro-dear al objeto, se vuelve
hacia el sujeto, puede producir daño en el sujeto.
Parece que este último componente de la pulsión
de muerte es el que está en juego en la autoinmunidad.
La agresividad, necesaria por otra parte para mantener
la vida, que el sistema inmune descarga hacia el germen
extraño, es la misma que se vuelve contra sí mismo,
provocando la lesión tisular. Apoyando esta hipótesis,
está el hallazgo de una frecuencia más
elevada de infecciones en el paciente con enfermedad
autoinmune, no relacionadas con el tratamiento inmunosupresor.
Es decir, que un sistema inmune "distraído
en atacar al propio organismo", en dirigir el componente
agresivo contra sí mismo, no puede dirigirlo contra
el "enemigo exterior".
B. Autoinmunidad y reconocimiento de lo propio, lo semejante
y lo diferente.
Los humanos somos todos semejantes, en tanto humanos,
pero también somos diferentes, cada uno tiene
su singularidad. La aceptación de lo semejante
y lo diferente no está dada, es necesario un tiempo
y un trabajo para su constitución. Lo primero
que se constituye es la semejanza, tanto en el psiquismo
como en la construcción del sistema inmune.
La operación por la cual se constituye la semejanza,
por la cual el sujeto concluye: "soy de la especie
humana", es lo que denominamos alienación.
En esta operación, a la vez que el sujeto se acepta
como integrante de la especie humana, también
adquiere una identidad: "soy humano". Es decir:
desde lo semejante, desde el otro, se constituye lo propio: "sólo
soy un humano entre humanos" y también lo
semejante.
Una vez constituido lo semejante, el sujeto se tiene
que diferenciar del otro: "soy
un humano como el otro, pero no soy el otro", es lo que llamamos operación
de separación, reconocimiento de lo diferente. Podemos concluir que sólo
desde el establecimiento de la diferencia hay verdaderamente semejante.
En el sistema inmune, primero se reconoce lo propio,
proceso que tiene lugar en el timo y en médula ósea y posteriormente se reconoce lo extraño,
lo exterior, lo diferente al sujeto: el sistema inmune se va poniendo en contacto
con los gérmenes y se va desarrollando una memoria inmunológica.
En Psicología de las masas y análisis del yo, Freud nos dice: "En
la vida anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente, "el
otro", como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo, la psicología
individual es al mismo tiempo y desde un principio psicología social,
en un sentido amplio, pero plenamente justificado".
Traemos este fragmento para indicar que entre lo semejante
y lo diferente, hay un espectro de funciones, tanto para
el psiquismo como para el sistema inmune, así, igual que necesitamos del otro como auxiliar, el sistema inmune aprende
a tolerar, por ejemplo, ciertas bacterias intestinales porque son necesarias
para funciones como la síntesis de vitamina K. Podemos decir que en las
patologías autoinmunes, la cuestión se sitúa en el nivel
del reconocimiento de lo propio, todo se juega en la operación de alienación.
Alejandra Menassa de Lucia.
Psicoanalista.
Médico Especialista en Medicina Interna
653 903 233
alejandramenassa@live.com
www.alejandramenassa.com |