Sumario

NEUROSIS Y PSICOSIS
21 de mayo de 1984

Neurosis y psicosis (I)
Neurosis y psicosis (II)
Neurosis y psicosis (III)
 
Sobre las relaciones de pareja
Psicoanálisis y mujer

Cuando el enemigo es uno mismo
Enfermedades autoinmunes

Inmunodeficiencias. Hiporrespuesta inmune o déficit de respuesta inmune
Una historia de deseos
Periodismo de investigación
De nuestros antecedentes.
1.- Viena en guerra
Muammar Al-Gaddafi, la oportunidad de un imperio en decadencia
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PSICOANÁLISIS
Y MUJER

Un aprendizaje que podemos adquirir del psicoanálisis sobre la mujer es que una mujer no nace mujer, se hace. Es una construcción, se trata de un trabajo, no por haber nacido anatómicamente con sexo femenino, se es mujer, sino que hay que hacer el trabajo de ser mujer.

Si hacemos una lectura histórica, descubrimos que la mujer tiene alma desde hace relativamente poco tiempo, desde el Concilio de Trento precisamente, en el siglo XVI. Es decir, que a la mujer siempre se le ha considerado rara, ajena. Pero ese pensamiento, todavía, está en todos nosotros, actualmente los prejuicios, es decir, los juicios previos en torno a la mujer son muchos.

Hasta el psicoanálisis a la mujer no se le permitía pensar, hablar, escribir. La historia nos muestra a la mujer como mercancía, el papel de la mujer en los siglos pasados ha sido el de madre y esposa, pasando de la economía de los padres a la economía del marido, siendo su principal objetivo el de la reproducción.

La propuesta del psicoanálisis es que tanto el hombre como la mujer pueden y deben adoptar la posición femenina y la masculina para poder las distintas facetas de lo humano. Ya que femenino y masculino para el psicoanálisis son posiciones psíquicas necesarias para desempeñar las diferentes facetas de la vida. La escritura, por ejemplo, se realiza en posición femenina.

El psicoanálisis piensa a la mujer como deseante; como hablante. Sin embargo, hasta hace muy poco y actualmente en algunos sectores socio-culturales la única sexualidad que se le permitía y se le permite a la mujer es la de la reproducción biológica, sin acceso al campo del deseo y si una mujer se acerca demasiado al mismo, incluso puede ser considerada como una mujer de mal vivir.

Para ella la sexualidad era única y exclusivamente la genital, destinada a la reproducción. Siempre se la ha considerado inferior al hombre. La represión sexual en ella equivalía a una represión intelectual.

No es tarea fácil modificar un pensamiento de las cosas, esto es hasta tal punto así, que sólo cuando para la sociedad fue necesaria más mano de obra, se produce el acercamiento de las mujeres al mundo laboral. Al terminar la situación de necesidad, la mayoría de las mujeres volvieron al hogar para seguir ocupándose de los hijos y del esposo, la mujer es tomada como una mercancía que genera el intercambio.

Cuando Freud le propone a la mujer que hable, la introduce en el orden simbólico, podemos decir que el psicoanálisis hace a la mujer, humana. A partir de ese momento puede ser otra cosa, tiene la posibilidad de ser trabajadora, productora de otras creaciones, no solamente reproductora de hijos.

En la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero la mujer, además de hablar, tiene la posibilidad de escribir, así podrá formar parte de la historia, construir una nueva realidad, pasar de lo social-mítico a lo social histórico.

La sexualidad para el psicoanálisis es todo aquello que el hombre toca con su palabra, es decir que la diferencia entre sexualidad humana, y sexualidad animal, es que el hombre posee la capacidad de hablar. El psicoanálisis funda para la mujer un modelo, una nueva posibilidad, donde su destino no es sólo la procreación sino también la creación, la producción, el trabajo.

Magdalena Salamanca
Psicoanalista
630 070 253
magdalenasalamanca@gmail.com
www.magdalenasalamanca.com

CUANDO EL ENEMIGO
ES UNO MISMO
Enfermedades autoinmunes

A principio del siglo XX, Paul Erlich acuñó la dramática expresión "horror autotoxicus" para designar la inmunidad contra lo propio. La autoinmunidad es una causa importante de enfermedad en los humanos, que afecta aproximadamente del 3 al 5% de la población general.

2011
50 años de la primera publicación de Miguel Oscar Menassa,
candidato al Premio Nobel
de Literatura 2010
40 años de la fundación de Grupo Cero
30 años de la fundación de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero

La cuestión central en las enfermedades autoinmunes, aquello que las caracteriza, es que el propio sistema inmune de defensa, el mismo que tiene que proteger al sujeto, ataca sus tejidos, sus propias células, dañándolas y produciendo enfermedad.

Las enfermedades autoinmunes constituyen uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la Medicina hoy en día. Aunque se sabe que se trata de enfermedades en las que se produce un fallo en el fenómeno de tolerancia inmunológica, no hay explicación médica de porqué, ni en muchos casos cómo, se produce la enfermedad. Se habla de predisposición genética y factores ambientales, es decir, multipledeterminación.

Recordemos que la clave del funcionamiento correcto del sistema inmune se sitúa en el fenómeno de autotolerancia: los linfocitos autorreactivos, es decir, capaces de reaccionar contra antígenos propios, son eliminados mayoritariamente durante la maduración del sistema inmune o inactivados y/o eliminados en etapas posteriores, a lo largo de la vida. Este fenómeno de tolerancia inmunológica, se basa en el reconocimiento celular.

En condiciones normales el linfocito reconoce las células propias, por presentar determinados marcadores celulares, y no las ataca. En las enfermedades autoinmunes, sería como si en el fragor de la batalla el enemigo se disfrazara con "nuestras mismas ropas", no habría posibilidad de diferenciar entre lo ajeno y lo propio, y "nuestras armas" acabarían con alguno de los suyos, pero también con alguno de los nuestros.
La gran mayoría de linfocitos autorreactivos son eliminados durante la maduración del sistema (mediante selección clonal) o inactivados (anergia), pero en individuos normales también existe un pequeño pool de células autorreactivas. Es decir que al igual que decimos que la estructura del aparato psíquico y los mecanismos que en él actúan son iguales para enfermos y sanos y debemos pensar la enfermedad desde el punto de vista dinámico, parece que aquí podría suceder lo mismo: no hay alteraciones estructurales del sistema, sino funcionales.

Las alteraciones de la tolerancia inmunológica y de todos los dispositivos para mantenerla dan lugar a patología autoinmune, no se reconoce lo propio como tal y se desencadenan una serie de reacciones que tienden a eliminar a ese antígeno como si fuera extraño o no propio.

La consecuencia normal de una respuesta frente a un antígeno externo es la eliminación del antígeno invasor. Sin embargo, cuando se desarrolla una respuesta inmunitaria frente a un antígeno propio, resulta habitualmente imposible para los mecanismos inmunitarios eliminar por completo al antígeno, como consecuencia se producen lesiones inflamatorias crónicas en los tejidos, que incluso pueden llegar a ser mortales.

Un acercamiento psicoanalítico a la etiopatogenia de las enfermedades autoinmunes.

A. Autoinmunidad y pulsión de muerte

Hay dos tendencias o pulsiones que regulan la vida de todo sujeto: la pulsión de vida y la pulsión de muerte. Ambas actúan conjuntamente para la conservación de la vida.

La pulsión de muerte tiene varios componentes:

1. La pulsión de muerte que actúa internamente en el sujeto:

a. El componente de la pulsión de muerte necesaria para los procesos de mantenimiento de la vida, que en su faceta biológica sería la apoptosis o muerte celular programada, que consiste en un fenómeno necesario para la vida: algunas células mueren para que el organismo entero conserve su existencia (todas las células orgánicas, tienen una vida media, por ejemplo: 120 días para los hematíes, que cuando termina, son inducidos unos mecanismos de apoptosis o muerte celular programada activos: la célula no muere pasivamente sino que "se mata". Desde el punto de vista psíquico, esta pulsión tiene que ver con la puntuación, con los finales, con la capacidad de dejar una tarea o etapa para iniciar una nueva, etc.

b. Un componente de la pulsión de muerte que tiene relación con el "masoquismo primordial": aquella tendencia del sujeto que actúa contra sí mismo.

2. La pulsión de muerte que se dirige al exterior como agresividad. Es un componente de la pulsión cuando después de ro-dear al objeto, se vuelve hacia el sujeto, puede producir daño en el sujeto.

Parece que este último componente de la pulsión de muerte es el que está en juego en la autoinmunidad. La agresividad, necesaria por otra parte para mantener la vida, que el sistema inmune descarga hacia el germen extraño, es la misma que se vuelve contra sí mismo, provocando la lesión tisular. Apoyando esta hipótesis, está el hallazgo de una frecuencia más elevada de infecciones en el paciente con enfermedad autoinmune, no relacionadas con el tratamiento inmunosupresor. Es decir, que un sistema inmune "distraído en atacar al propio organismo", en dirigir el componente agresivo contra sí mismo, no puede dirigirlo contra el "enemigo exterior".

B. Autoinmunidad y reconocimiento de lo propio, lo semejante y lo diferente.

Los humanos somos todos semejantes, en tanto humanos, pero también somos diferentes, cada uno tiene su singularidad. La aceptación de lo semejante y lo diferente no está dada, es necesario un tiempo y un trabajo para su constitución. Lo primero que se constituye es la semejanza, tanto en el psiquismo como en la construcción del sistema inmune.

La operación por la cual se constituye la semejanza, por la cual el sujeto concluye: "soy de la especie humana", es lo que denominamos alienación. En esta operación, a la vez que el sujeto se acepta como integrante de la especie humana, también adquiere una identidad: "soy humano". Es decir: desde lo semejante, desde el otro, se constituye lo propio: "sólo soy un humano entre humanos" y también lo semejante.
Una vez constituido lo semejante, el sujeto se tiene que diferenciar del otro: "soy un humano como el otro, pero no soy el otro", es lo que llamamos operación de separación, reconocimiento de lo diferente. Podemos concluir que sólo desde el establecimiento de la diferencia hay verdaderamente semejante.

En el sistema inmune, primero se reconoce lo propio, proceso que tiene lugar en el timo y en médula ósea y posteriormente se reconoce lo extraño, lo exterior, lo diferente al sujeto: el sistema inmune se va poniendo en contacto con los gérmenes y se va desarrollando una memoria inmunológica. En Psicología de las masas y análisis del yo, Freud nos dice: "En la vida anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente, "el otro", como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo, la psicología individual es al mismo tiempo y desde un principio psicología social, en un sentido amplio, pero plenamente justificado".

Traemos este fragmento para indicar que entre lo semejante y lo diferente, hay un espectro de funciones, tanto para el psiquismo como para el sistema inmune, así, igual que necesitamos del otro como auxiliar, el sistema inmune aprende a tolerar, por ejemplo, ciertas bacterias intestinales porque son necesarias para funciones como la síntesis de vitamina K. Podemos decir que en las patologías autoinmunes, la cuestión se sitúa en el nivel del reconocimiento de lo propio, todo se juega en la operación de alienación.

Alejandra Menassa de Lucia.
Psicoanalista.
Médico Especialista en Medicina Interna
653 903 233
alejandramenassa@live.com
www.alejandramenassa.com

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