Sumario
Miguel Oscar Menassa
Entrevista (I)
Entrevista (II)
Entrevista (III)
 
El medicamento
Demencia ¿senil? (II)
Trastornos por exceso de ingesta alimentaria
 
¿Perversión? o ¿La muerte de la palabra?
 
Sobre las relaciones de pareja (I)
Sobre las relaciones de pareja (II)
 
Análisis de la fobia de un niño de cinco años. Caso "Juanito"

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DEMENCIA ¿SENIL? (II)

Por más que nos traten de convencer, no existe ninguna razón biológica debido a cumplir años o al envejecimiento por la que el ser humano sufra de pérdidas de memoria o del deterioro mental tan acuciante y progresivo como se presenta en la demencia denominada como senil. No existen tampoco razones hereditarias que expliquen el fenómeno, ya que si así fuera, posiblemente alguno de los miembros de la familia cuyos padres hayan sufrido una demencia senil la sufriría, y no necesariamente es así. Desde la cronología y la herencia estamos condenados a una vejez que nos tienen preparada sin posibilidad de transformación posible, una cronicidad sustentada en la falta de entendimiento y explicación desde las teorías positivistas, una imposición del "localizacionismo" y el individualismo sustentada a su vez por una ideología de la crueldad, a la cual todos estamos expuestos, la cual todos en algún momento fomentamos, y que en todos los casos nos lleva a la muerte, a la tristeza y a la soledad si no contamos con herramientas que modifiquen en alguna medida esa postura, como lo es el psicoanálisis.

Miguel Oscar Menassa nos indica: "los viejos mueren no solo porque dejan de desear, sino porque dejan de desearlos". El deterioro no es de las células nerviosas, sino de lo que las rodea, es decir, de las relaciones sociales.

Podemos tomar una pastillita todos los días para la memoria, ir al médico, hacer deporte, comer sano, mantener nuestras relaciones sociales, pero si descuidamos nuestro deseo, nuestra mirada, el deseo del otro también morirá. Es el abandono de las instituciones pero a su vez un cierto abandono que nosotros hacemos de nosotros mismos, un abandono a la masa, en vez de a un grupo, un abandono a los medios de comunicación con su lectura tendenciosa y sus escenarios donde se despliega su propia perversidad, en vez de a una ideología sana y productiva como lo es el psicoanálisis, un abandono al desorden y a la falta de Ley, que nos lleva a la enfermedad y a la libertad, es decir, a la falta de pactos y a la soledad. La soledad, sin pactos ni relaciones reales con el mundo, aunque se tengan muchas relaciones, es el germen al que se condena al "viejo", donde su única compañía es una pastillita para que se tranquilice y no moleste.

De igual manera que a los 65 años se acabe la edad de producción es una idea más del Estado, que nosotros adoptamos como corderos, como también asociar la vejez a deterioro, impotencia y muerte. Utilizamos frases como: últimamente se me olvida todo, debe ser que me estoy haciendo viejo, por ejemplo. Pero una cosa es cumplir años, aceptar la edad que se tiene y no ligarse al cuerpo para vivir, ya que es el deseo el que comanda nuestra vida y otra caer en la ideología que nos inoculan, sin tener en cuenta que la ideología del Estado está sustentada más en cuestiones político-económicas que en cuestiones reales psíquicas del ser humano. Para el Estado actual, cuando el individuo ya no supone un bien de producción y consumo, baja de escalafón dentro de sus consideraciones, y dentro de la filosofía anal de los recortes no les parece descabellado el justificar acciones como no facilitar medicamentos, cerrar hospitales, acabar con los médicos, destruir la atención sanitaria, reducir o eliminar todas las subvenciones para actividades culturales, y sencillamente esperar que la muerte acontezca pronta para ese ser que supone un gasto si sigue vivo.

La crueldad del Estado, pero también de la familia y la del propio individuo contra sí mismo, incluso la crueldad de la vida, porque igual vamos a morir, y no digamos la crueldad de la locura, facilita la escapada del sujeto frente a una realidad que le es intolerable, la Demencia es una de esas vías de escape.

Susana Lorente Gómez
Psicóloga - Psicoanalista
657568874 - 910020568
sus1973@hotmail.com
www.susanalorente.com

 

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1 dibujo diario

1 cuadro semanal

 

 


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3285)

 

TRASTORNOS POR EXCESO
DE INGESTA ALIMENTARIA

FACTORES PSÍQUICOS EN LA OBESIDAD Y LA BULIMIA
Estudiamos juntas la obesidad y la bulimia porque en ambas hay un aumento considerable de la ingesta alimentaria, que es mayor de la requerida para mantener las actividades de la vida diaria. En este punto, ambas se contraponen a la anorexia. No obstante, no todos los pacientes obesos tienen bulimia, sí muchos de ellos, ni todos los pacientes bulímicos tienen obesidad o sobrepeso. El peso final de los pacientes bulímicos depende de un equilibrio entre la ingesta de alimentos y su rechazo (vómitos) que se observa en la bulimia.

OBESIDAD
La obesidad es un serio problema de salud, no es sólo un problema estético, ya que aumenta en 12 veces la mortalidad del que la sufre e incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como el infarto agudo de miocardio, la diabetes, el infarto cerebral, la arteriosclerosis, etc. Una persona obesa vive de promedio 10 años menos que una persona delgada.

Muchos autores consideran la obesidad la pandemia del siglo XXI (una pandemia es una epidemia a nivel mundial), es una patología que está aumentando en todo el mundo y la prevención y tratamiento de la misma, se está convirtiendo en un problema de salud prioritario.

En España, concretamente, el 80% de la población está por encima del peso recomendado. Tendríamos que distinguir entre obesidad y sobrepeso. Para hablar de cualquiera de los dos nos remitimos al índice de masa corporal (IMC) que indica el estado nutricional de la persona considerando dos factores elementales: Su peso actual y su altura, la fórmula sería: peso actual en kg / (altura, en metros2). El IMC normal se sitúa entre 18 y 25, entre 25 y 30 se habla de sobrepeso y cuando el IMC está por encima de 30 se habla de obesidad, por encima de 45 se habla de obesidad mórbida.

Hay diferentes tipos de obesidad, está la llamada obesidad central o troncular, por ejemplo la del personaje de comic Obelix, que tiene la cintura más grande que la cadera, y la obesidad global, que sería la de las Venus de Rubens. Esta distinción es importante porque la incidencia de enfermedades cardiovasculares es mayor en la obesidad central, que por otra parte es más frecuente en los hombres. El perímetro abdominal es una medida que determina la cantidad de grasa acumulada en el organismo. Dicha medida comienza a ser de riesgo, ya que se asocia a complicaciones metabólicas como la diabetes, la hipertensión arterial, etc., cuando es superior a 88 centímetros en la mujer y a 102 centímetros en el hombre. Una persona con exceso de peso y con el perímetro abdominal inferior a estos valores presenta obesidad periférica; si es mayor, se denomina obesidad central.

Desde la medicina, se dice que las causas de obesidad son la mala alimentación, demasiado rica en grasas y en hidratos de carbono, y el sedentarismo, además de señalar que hay una base genética.

BULIMIA
La bulimia es una posición psíquica que lleva a cierta relación con la comida, de tal manera que estos pacientes se dan grandes atracones, generalmente de alimentos altamente calóricos: dulces, repostería, aperitivos tipo patatas fritas, galletas…Estos grandes festines, realizados con gran regocijo por parte del paciente, son seguidos de un intenso sentimiento de culpabilidad, que les lleva a querer borrar lo sucedido, o al menos sus efectos, y se provocan el vómito, como lo hacían los antiguos romanos, con una pluma de pavo real que estimulaba el reflejo nauseoso, estos para poder seguir comiendo.

Cuando se asocia a la anorexia (es frecuente que ambos padecimientos alternen en un mismo paciente), disminuye la gravedad de ésta, ya que los pacientes nunca llegan a la pérdida de peso extrema a la que llega la anorexia aislada.

Pero qué es lo que lleva al paciente a comer mucho más de lo que precisa para realizar sus actividades diarias, tanto en la obesidad como en la bulimia, sólo nos lo puede responder el psicoanálisis, y aunque cada caso es singular y sólo podrá saberse del deseo en juego cuando el paciente hable en el marco de la relación analítica.

Algunos de los factores psíquicos en juego:

1. El miedo a morir de hambre: Tenemos que tener en cuenta que la alimentación, como ya hemos referido, tiene una íntima relación con la supervivencia del sujeto. El hambre es fundamental para la conservación del individuo. A veces, lo que lleva al paciente a comer mucho más allá de lo necesario, es el miedo a morirse de hambre, aunque nos parezca mentira viéndolo desde fuera con sus 150 kilos, el miedo no tiene nada que ver con algo racional.

2. La bulimia como equivalente a un ataque de angustia: Los pacientes refieren con frecuencia que "comen por ansiedad" o para calmar la ansiedad. Dentro de las manifestaciones de la neurosis de angustia, en ocasiones, en lugar del típico ataque de angustia, con nerviosismo, temblor, palpitaciones, miedo a la muerte o a la locura, etc., lo que se produce es un equivalente al ataque de angustia, en lugar de sentir angustia, el paciente come compulsivamente. Se trata de un equivalente de un ataque de angustia que cursa como ataque de bulimia.

Los ataques de angustia son explosiones de goce, aparentemente sufrientes, pero llevan al sujeto a experimentar intensas sensaciones corporales, muy similares a las del coito: taquicardia, aceleración de la respiración con suspiros y jadeos. Muchas veces el relato del paciente está lleno de metáforas sexuales: "Me meto unos atracones…" o "me meto los dedos para vomitar" "Hasta que no sale todo no me quedo tranquila" es un continuo meter y sacar, como si de una relación sexual se tratase.

3. El pudor y la obesidad: Hay muchas obesidades que se desarrollan en la pubertad, en algunas de ellas se observa que lo que está en juego puede ser una cuestión de pudor. Hay mujeres que engordan para esconder sus formas femeninas, como si hubiera un rechazo en ellas de su feminidad. Además, al engordar también se masculinizan, pierden pelo, como los hombres, porque en la grasa se producen andrógenos (hormonas masculinas). La feminidad en la mujer es una construcción. En los niños muy pequeños, no se ha construido aun la idea de diferencia sexual, aún observando las claras diferencias anatómicas que existen entre niños y niñas, tanto unos como otros, las niegan, ante la ausencia de pene en la niña, piensan: "ya le crecerá" o bien "es una niña mala y se lo han cortado", todo por desconocimiento de la diferencia sexual. La niña tiene que pasar de esta sexualidad masculina, a una sexualidad femenina, producir su feminidad, pero hay muchas mujeres que en este punto, se posicionan de manera inconsciente en una negación de las diferencias. A este respecto, los atributos femeninos y la belleza, son considerados por la mujer como una compensación de su "falta" de pene. Engordando para esconder estos atributos femeninos, también niega su feminidad.

Estos sólo son algunas de las situaciones psíquicas que pueden llevar a la obesidad o a la bulimia. En todo caso, son todas susceptibles de un abordaje psicoanalítico.

Alejandra Menassa de Lucia
Psicoanalista
Médico Especialista en Medicina Interna
653 903 233
alejandramenassa@live.com
www.alejandramenassa.com

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