Sumario
Aforismos y Decires (I)
Aforismos y Decires (II)
Aforismos y Decires (III)
 
75 años de la muerte de Sigmund Freud
"Freud y Lacan -hablado- 4. Histeria y Proyecto (I)
"Freud y Lacan -hablado- 4. Histeria y Proyecto (II)
 
Las resistencias contra el psicoanálisis (II)
 
Sobre las relaciones de pareja (I)
Sobre las relaciones de pareja (II)
 
Seminario Sigmund Freud - Temporada 2014-2015
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LAS RESISTENCIAS
CONTRA EL PSICOANÁLISIS
(II)

Pasando del terreno científico y teórico al centro del sujeto, la vida, la resistencia forma parte misma del proceso psicoanalítico, de la lucha contra la enfermedad que se alía con el propio sujeto como si de un atributo de su personalidad se tratase. El mismo paciente se defiende con múltiples reacciones, inconscientes, frente al progreso del tratamiento, frente a la aceptación de sus deseos inconscientes, frente a su implicación en la posición psíquica que ocupa.

El paciente tropezará, y eso deberá saberlo el psicoanalista, con dificultades cuando en el curso del tratamiento se le solicite comunicar con libertad su pensamiento, asociar libremente, esta dificultad se exacerba cuando nos acercamos a lo reprimido, al núcleo de la problemática y está próxima la interpretación y el cambio. Él nada sabe de tal oposición, su razón le dice que es el mayor interesado en la curación y el aprendizaje, pero su posición psíquica se resiste a modificar las ideas que, de alguna manera, cursan de forma independiente a una realidad más apropiada a sus circunstancias actuales.

Conociendo esto podríamos explicarle y ponerle en previo aviso de las dificultades que surgirán en el curso del tratamiento, pero esto no servirá para prevenir o salir victoriosos de la contienda, no podemos olvidar que se trata de procesos inconscientes de los que nada sabe la consciente y hacerlos conocimiento nada modificará, en todo caso puede alejar al paciente de las circunstancias de la transferencia que son, el único modo para el psicoanálisis, de movilizar estas energías en forma de resistencia.

Una muestra clara y relevante de cara al tratamiento de estas resistencias es la reacción terapéutica negativa, precisamente cuando le decimos al sujeto que ha mejorado de su padecimiento, aparece en él un empeoramiento de sus síntomas, algo que contradice toda lógica consciente. Pero no nos manejamos ya en la consciencia, estamos en el territorio del inconsciente y se nos exige el conocimiento de nuevas leyes, donde el sentimiento inconsciente de culpabilidad tiene un papel muy importante y donde se llega a castigar el propio bienestar y crecimiento, como si algo en uno necesitara del sufrimiento para ser.

No sólo con las resistencias del paciente o de los científicos tendremos que enfrentarnos, con la propia resistencia que anida en los practicantes del psicoanálisis que también se encontrará frente a sus propios deseos inconscientes y las vicisitudes que su aceptación nos depara. Seguimos padeciendo una moral que ya se desmoronó en los libros, pero que tenemos que hacer el trabajo de desplazar para dejar paso a nuevas concepciones, nuevas formas de salud. El psicoanálisis de la transferencia es el psicoanálisis de las resistencias al psicoanálisis.

Por qué ocurren estas resistencias, ya estamos viendo que debido a la dificultad de incorporar lo nuevo movilizando lo ya establecido, pero también porque el psicoanálisis nos desvela un material que el propio aparato psíquico se había ocupado de reprimir y apartar de la consciencia, el movimiento que lleve a acercarse a ese contenido, cada vez que alguien grita "tierra a la vista" surgirá el temor, la dificultad a encontrarse con algo de lo que uno no quiere saber. Sabemos, sin embargo que lo inconsciente pulsa, no por permanecer reprimido deja de existir, su energía se desplaza a otras representaciones que nadan recuerdan a la original y que desvían la atención, también enferman al sujeto, pero esa energía y es el papel fundamental del psicoanálisis, está infrautilizada, no está a disposición de la realidad del sujeto, por ello habrá que enfrentarse a aquello de lo que no queremos saber para poder disponer de algo, que por humanos, es nuestro.

El tratamiento psicoanalítico puede ser considerado como una segunda educación, encaminada al vencimiento de las resistencias internas. La represión es un aparente ahorro pues, la incompatibilidad de la idea ahora reprimida con el yo del enfermo era el motivo de la represión, la aceptación del deseo intolerable hubiera hecho surgir un intenso displacer que la represión ahorraba, revelándose así como uno de los dispositivos protectores de la personalidad anímica. Una protección imperfecta responsable de la enfermedad o indisposición al provecho social del sujeto. El psicoanálisis vendrá ahora como el ejercicio de reconciliar o madurar frente a lo que anteriormente el sujeto en soledad no pudo elaborar.

Helena Trujillo Luque
Psicoanalista
626 673 322
info@htpsicoanalisis.com
www.htpsicoanalisis.com

 


Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D3214)

SOBRE LAS RELACIONES DE PAREJA

Viene de Extensión Universitaria nº 146

-Espero poder encontrar todas aquellas flores, dejadas en el camino.

Espero que haya camino y que lo dejado haya crecido como flor.

A Menassa le gustaba hablar por hablar, escribir por escribir, amar por amar. Nunca nadie terminó de conversar con él, las cosas con él no terminaban, se hacían realidad. Sus versos siempre producían otros versos y sus amores, sus amores verdaderos no le pertenecían.

Yo lo había aprendido todo de sus palabras, que no de él, que siempre me decía que seguir sus palabras era una cosa muy difícil para él.

Mientras esperaba a Gustavo jugaba su juego preferido: Escribir teniendo como interlocutor el mundo mismo, algo del universo.

-Me pasa como si no tuviera Norte. Como si alguno de los mil sentidos que me dominan pudieran acallarse en mí y, ahora, vendrá Gustavo a decirme, que su problema es que se dá con cocaína y no puede dejar de hacerlo, como si fuera él, el que lo hace.

Basta de girar. Yo también, si dejo de dar vueltas, podría escribir mi novela. Creo que me ha llegado la hora de una gran obra. El poeta cansado de acumular violencia detiene su girar.

Gustavo, para colmo, además de drogarse piensa como todo el pueblo: “Afortunado en el juego desafortunado en el amor”.

Estoy un poco impresionado cómo se hace la cultura. Sirve más el valor de las amistades que el valor de las obras. En psicoanálisis todo es un poco diferente.

Cuando Gustavo me quiera saludar amigablemente, porque seguramente habrá leído algún libro mío o alguna mina le habrá dicho que me conoce, yo le diré:

-¿Y a usted quién carajo lo conoce?

Esa turbia manía de las drogas atenuadas por el sol o por el amor. Gustavo era como una mujer que se vertía, dolorosamente, sobre el verso tierno de un dolor insostenible.
Fecha histórica en mi vida. Decido con firmeza, construida por interpretación, una nueva vida.

No habrá Escuela, habrá Estilo. Que quiere decir que un Estilo en psicoanálisis incluye que sea en una Escuela la transmisión.

Y, claramente, yo soy el que lo dijo. Hay para mí un lugar de privilegio en el conocimiento futuro del hombre y, mucho, de la mujer.

Gustavo muy mal enseñado, vendrá a contarme su pasado, para poder hacer responsable a algún familiar lejano de su estupidez actual.

Tengo que ordenar el sentido de un nuevo orden.

Tengo que tener confianza en mis enseñanzas que ya he impartido.

Ahora me toca vivir mi vida, mi escritura, algo así como dejarme llevar en aguas mansas durante siglos.

Cuando se enteren mis amigos, de cuando era adulto, tendrán algo de emoción, algo de envidia.

Alguien consiguió algo del tiempo y ese soy yo.

¡Cómo no declararlo a los cuatro vientos! Sesenta años y no tengo ninguna queja.

Todo está bien así. El hombre que vivía en mí, ha nacido.

Gustavo nació sólo una vez, allá en su niñez.

Él tiene un hombre viviendo en él, que si no lo hace nacer, rápidamente, se pudrirá en su vientre, por decir pecho, cabeza, huevos.

Veo caer el mundo y todo me parece bien y no es que me guste en especial, lo que está pasando, sino porque está ocurriendo todo, tal cual estaba en los libros.

Soy un hombre conforme con lo que le ha tocado en la vida y, lo sé, un hombre así puede vivir, tranquilamente, dos siglos.

Gustavo, al llegar, querrá, seguramente, morir rápidamente en mis brazos.

Tengo que dejar de ser una buena ama de llaves.

Un poeta que se lo lleva todo por delante, no quiere que todos sean poetas, pero sí, que aquello que haga, lo haga para siempre.

-Hacia la luz, dirá Gustavo, yo quiero ir hacia la luz, pero no conozco el destino de la luz.

Y Menassa le diría:

-No aflojés macho que la luna está cerca.

Alfombras lejanas y voladoras, también, son la realidad.

Existen intensas pasiones históricas que se realizan sobre el mismo cuerpo del sujeto. Pasiones grises que se viven como pesadumbre y dolor.

Las vidas son varias vidas que después, pueden sumarse.

Pero antes de la suma, tienen que ser vidas diferentes.

Cambiar de gustos, cambiar de posición, volver atrás algún paso importante, todo para que se hagan posibles, cincuenta años más. Por eso, sólo por eso, lo cambiaría todo.

(sigue...)

 

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